7. Nombre

Lucy

Él se ha callado de repente y la ira en su expresión se ha desvaneciendo para darle paso a un gesto casi asustado, incluso diría que se ha puesto pálido, ¿qué le sucede de repente?

—¿Cómo acabas de llamarme? —el demonio pregunta con un hilo de voz y no puedo sentirme más confundida.

—Pues Nat... —me callo a mí misma al ser consciente de lo que digo. Un momento, ¿por qué lo llamé así?

Él permanece observándome fijamente sin cambiar esa expresión que nunca le había visto, esta es la primera vez que lo veo así desde que lo conozco.

—¿Dónde escuchaste ese nombre?

—Yo... —no sé qué responder, no creo haber escuchado nunca ese nombre, solo apareció en mi boca sin que me diera cuenta, como si fuera algo natural.

—¿Fue Larcade?

—¿Qué?

—Fue ese maldito albino, ¿verdad? ¡¿En qué momento lo hizo?!

—Yo no le he dicho nada —interviene el nombrado, el cual no tengo idea de en qué momento apareció.

—¡No te atrevas a mentirme! —el chico de cabello rosa lo agarra de su ropa con violencia—. ¡Nadie más pudo haber sido!

—No miento —Larcade refuta sin perder su calma—. Sabes que esa es una de las pocas cosas que respeto, yo no fui —hace una corta pausa—. Lo juro por Zeref.

END se dedica a verlo con odio por un periodo de tiempo que se me hace eterno, entonces desaparece frente a mis ojos tras una cortina de fuego. Eso es nuevo.

Luego de un prolongado silencio incómodo y ahora que puedo pensar con claridad, me atrevo a hablar—: ¿Qué fue lo que pasó?

—Lo llamaste por su nombre real, eso es lo que pasó —él suspira y me dirige la mirada—. ¿Quién te lo dijo?

—Nadie —niego de inmediato, generando en él un gesto de incredulidad—. Hablo en serio, nadie me lo dijo; es más, tú eres el único conocido suyo que he visto en todo este tiempo.

—¿Entonces cómo lo supiste? —pregunta, transformando su duda en curiosidad.

—No lo sé, solo apareció en mi cabeza de repente —explico con frustración, no entiendo nada.

Él chico frente a mí me analiza detenidamente y no termino de entender qué es lo que busca.

—En verdad eres rara —él observa, aunque no es la persona más adecuada para decir algo así, este tipo de normal no tiene nada—. ¿Exactamente por qué él te buscó en primer lugar? ¿Cuáles fueron sus palabras exactas?

Tardo algunos momentos en recordar aquel día, pero realmente no tengo mucha más información que darle.

—Él solo me preguntó quién soy y pidió respuestas, no fue muy específico —comento sin muchos ánimos. En verdad quisiera entenderlo al menos por una vez.

—Siendo él, no me sorprende que no haya dicho más —asiente, pensativo—. Pero definitivamente hay algo en ti que llamó su atención. Eres completamente humana, de eso no hay duda; creo en tu palabra, pero adivinar su nombre es algo en verdad extraordinario, casi una imposibilidad.

—Ya que estamos en esto, ¿por qué reaccionó así? Solo es su nombre, ¿no?

—Los demonios tenemos una estrecha relación con nuestro nombre —él explica—. Dependiendo del contexto, puede usarse en nuestra contra cuando la persona equivocada se entera, por eso un demonio siempre intentará ocultarlo. Ni siquiera es común que los usemos entre nosotros; por ejemplo, él eligió "END" porque son precisamente sus iniciales.

—¿Entonces no te llamas Larcade? —cuestiono, confundida. Creo que entre más dice, menos entiendo.

—De hecho, ese en efecto es mi nombre, te lo revelé para poder hacer el pacto. Además, no te considero una amenaza, solo te pido que no se lo reveles a nadie más, Lucy Heartfilia.

Cuando dice que no me considera una amenaza, ¿se refiere a que parezco una buena persona o que soy demasiado insignificante para él...? No importa, la verdad prefiero no saberlo. Lo único que sé es que él parece tener aún menos tacto que END para decir las cosas.

—No lo haré, no te preocupes —aclaro por si acaso, no quiero que sospeche nada malo de mí.

—Te lo agradezco —responde, esbozando de nuevo esa extraña sonrisa que no sabría decir si es fingida—. En cualquier caso, regresando a lo de antes; a él en particular siempre le ha afectado que lo llamen por su nombre. No sé qué pasa por su cabeza cuando alguien lo hace, pero se pone furioso siempre que sucede, la primera vez que lo llamé así era un niño y no tenía idea; me colgó boca abajo y amenazó con alimentar a una quimera conmigo si lo volvía a pronunciar, nunca olvidé ese día.

Sé que END tiene un sentido del humor bastante oscuro, pero eso ya suena exagerado y cruel si se supone que Larcade era solo un niño; lo peor es que no me cuesta nada creer que eso haya pasado.

—Suena a que tuviste una infancia difícil —observo, no imagino la cantidad de situaciones como esa que tuvo que pasar.

—En realidad no estuvo tan mal —le resta importancia—. No tuve que pelear por mi vida desde mi nacimiento y tuve varias figuras que me guiaron, que es algo que la gran mayoría de demonios no pueden decir, así que en teoría me fue bien.

Habla con una tranquilidad que no concuerda para nada con lo que dice, ¿en serio ese tipo de cosas son normales para ellos?

Bueno, supongo que así tiene un poco más de sentido la forma de ser de END, lo cierto es que nunca he hablado con él a profundidad sobre el lugar de donde viene y esas cosas, en gran parte porque me asusta un poco pensar en esos temas.

—Y hablando en serio, ¿por qué quieres quedarte en este mundo? —pregunto, cambiando el tema.

—Mi razón principal es vigilar que ese inconsciente no haga nada que provoque la ira de los ángeles —él suspira—; además, también has despertado mi interés, pero lo que le dije no es mentira, llevo toda mi vida en el inframundo, me interesa conocer el lugar que tanto le fascina, ¿qué hace él generalmente?

Y así terminé pasando el resto de la tarde con él. De entrada, sobra decir que él y END son como polos opuestos; a diferencia del demonio hiperactivo, rudo, irrespetuoso y escandaloso al que estoy acostumbrada, Larcade parece mucho más civilizado, aunque no tenga la menor idea de cómo funcionan las cosas por aquí. En verdad me costó contener la risa al ver su reacción ante un televisor por primera vez en su vida; creyó que de alguna forma los humanos habíamos conseguido meter a otros humanos más pequeños ahí y esclavizarlos para nuestro entretenimiento... al final tuve que buscar en internet la explicación científica detrás de eso para que me creyera que su teoría estaba equivocada.

Aparte de su apariencia y esas alas, en verdad me cuesta creer que se trate de un demonio. Si bien no terminaba de asimilarlo con END al principio era única y exclusivamente porque no me hacía a la idea de que todo este asunto sobrenatural fuera una realidad, ya que él encaja en toda la definición de la palabra "demonio", sin embargo, la cosa con Larcade es muy diferente; me gustaría preguntarle al respecto, pero no sé hasta qué punto sea prudente, así que de momento me quedaré con la duda.

Cuando ya se ha hecho tarde, él se despide y se marcha luego de recoger a su familiar, el cual hace un gesto de despedida en mi dirección que debo admitir que me resulta adorable, no sé porqué END parece tenerle tanto fastidio.

Llevo bastante tiempo dormida cuando algo me deja despierta de golpe. Hay alguien detrás de mí, rodeándome con sus brazos de forma que no me puedo mover. Estoy paralizada por el miedo hasta que me hago consciente de quién puede ser, pensamiento que se refuerza cuando siento un leve olor a leña quemada que siempre trae con él.

—¿Q-qué haces? —tartamudeo y me preocupo al no escuchar una respuesta en un largo rato— ¿END?

—Llámame por mi nombre una vez más —de inmediato me alivio al reconocer su voz, sin embargo, no suena como siempre, está algo enronquecida y no termino de descifrar su tono.

—¿Qué tienes? —pregunto, más tranquila.

—Solo quiero escucharlo de nuevo —hace una larga pausa y me sujeta con más fuerza—. Por favor.

—¿Natsu? —pronuncio con duda. No entiendo qué le sucede, no está actuando como él mismo; y sobre todo, no entiendo por qué me pide casi en una súplica que repita algo que lo enfureció hace algunas horas.

—Que esto se quede entre nosotros dos —él me estruja un poco más, poniendo su cara entre mi cabello y lo escucho respirar de una forma anormal.

¿Él está... llorando?

—Está bien —asiento porque no tengo la menor idea de qué más hacer. No sé que le sucede y tampoco sé por qué se siente tan mal que él se encuentre en este estado.

Al despertar me asusta por un momento encontrar a un chico pelirrosa pegado a mí, sin embargo, más temprano que tarde recuerdo lo que pasó anoche y me tranquilizo en gran medida.

Un bochorno me invade, pero no sabría decir si se debe a la vergüenza de tenerlo así de cerca o a su cercanía como tal; nunca había estado tan cerca de él como para notar el abrumador calor que desprende, creo que en realidad eso fue lo que terminó por despertarme, siento que me estoy cocinando y encima solo tengo una pijama que debería ser fresca y el brazo derecho del demonio que según parece, durmió conmigo.

Sé que en teoría no debería sentirme tan tranquila con un demonio así de cerca, pero independiente del hecho de que si quisiera hacerme algún daño ya lo hubiera hecho, en verdad siento que no es tan malo como dice ser; no ha hecho más que repetir que es un demonio y la maldad encarnada o lo que sea, pero para ser sincera, todo ese teatro se siente como un personaje que él mismo se inventó en lugar de su personalidad real.

Lo de ayer no deja de darme vueltas en la cabeza, ¿qué es lo que realmente él piensa todo el tiempo?

Ahora que está tan tranquilo y lo veo a detalle, debo admitir que resulta bastante lindo, en especial sin esa sonrisa burlona y arrogante que a veces me saca de quicio.

Es en este momento que me doy cuenta de un detalle que había estado ignorando hasta ahora: No tiene puesto absolutamente nada además de su ropa interior. Una vez más el calor me invade por completo, pero estoy muy segura de que esta vez es solo cosa mía.

Tranquila, Lucy, no es como si no estuviera todo el tiempo con el abdomen y pecho al aire, esto no es para tanto, la parte que más debe cubrir está bien tapada.

Intento no mirar de más, pero simplemente es inevitable, esta es la primera vez que puedo detallarlo sin exponerme a un comentario del tipo "¿Te gusta lo que ves?", acompañado por una insoportable expresión que pretende ser seductora.

Ya era consciente de que tenía un buen físico, pero en realidad está más marcado de lo que pensaba, aunque más que eso, me llama la atención un extraño tatuaje rojo en su hombro derecho, además de que su piel está llena de cicatrices de distintas formas y tamaños; partiendo por la del cuello que siempre está tapada por aquella bufanda blanca, a medida que bajo la mirada solo encuentro más y más cicatrices. Si es tan fuerte como dice ser, ¿cómo es que ha terminado así? ¿Cuánto daño ha sufrido él en realidad?

Por un momento me impresiona que en verdad luce demasiado humano, pero esa sensación desaparece cuando recuerdo lo que dijo la primera vez que nos vimos; me pregunto cómo será su apariencia real y qué tan alejada estará de la que conozco, como mínimo es evidente que tiene un par de enormes alas rojas, pero no creo que eso sea todo y no creo estar lista para descubrir todo lo demás, al menos no todavía.

No pasa mucho tiempo antes de que él comience a despertar. Él es tan bipolar que no tengo idea de con qué humor vaya a estar ahora, así que permanezco en mi lugar, esperando cualquier cosa que pueda venir de él.

El chico de cabello rosa se frota un poco los ojos y luego se sienta en su lugar para estirar los brazos. ¿Es que no se da cuenta de la situación o no le importa en lo más mínimo?

En cualquier caso, me aclaro la garganta para llamar su atención; al ver un casi imperceptible sobresalto, llego a la conclusión de que él también había olvidado todo lo de antes.

—Esto... ¿podemos hablar? —pregunto con un tono más inseguro de lo que esperaba.

—¿Sobre qué? —él ladea la cabeza con un gesto curioso.

—Primero que nada —me incomoda preguntar, pero me obligo a hacerlo luego de algunos momentos—, ¿por qué estás en ropa interior?

—Así duermo mejor —responde como si fuera la conversación más casual del mundo. Sí, definitivamente recuperé al END de siempre.

—Está bien, sobre lo de tu nombre...

—No importa —me interrumpe, mirando hacia abajo. De acuerdo, ya volvió a actuar extraño.

—Pero ayer...

—No importa —interrumpe una vez más—. Que te lo haya dicho ese idiota albino o cualquier otro ya no importa —hace una larga pausa antes de continuar—. Evita llamarme de esa forma cuando pueda haber alguien más, pero si en algún momento me necesitas, solo debes decir mi nombre y yo lo sabré, ¿entiendes?

—Está bien, lo recordaré —asiento con una leve sonrisa que no sé en qué momento formé.

Han pasado varios días desde eso y todo ha ido bastante bien en todo sentido; en las clases no he tenido problemas, END volvió a ser el idiota agradable que había sido últimamente, Larcade ha seguido viniendo con frecuencia y parece más que encantado con el mundo humano, y estos dos no han vuelto a tener conflictos desde aquella pelea, más allá de que el pelirrosa se enfadara con el albino por terminar de armar el dichoso cubo antes que él; Larcade pretendía estar tranquilo como siempre, pero en el fondo se le notaba que estaba contento por haberle ganado al menos en eso, aunque en un principio no lo hiciera por competir. A pesar de que sea el ser más inexpresivo que he conocido en la vida, he terminado aprendiendo a identificar sus emociones hasta cierto punto.

Hace un par de minutos me encontré con Levy para ir a clase y vamos en camino; a lo lejos alcanzo a identificar a Juvia junto a un chico de cabello negro que estoy segura de que no está en la misma clase que nosotras. Como sea, me doy cuenta de que Levy consiguió identificarla casi al mismo tiempo que yo, ya que la llama por su nombre a un volumen bastante alto y con una frecuencia que por poco me deja sorda antes de correr en su dirección. Le sigo el paso de cerca hasta que noto que mi teléfono no para de sonar, entonces me detengo a ver qué es.

Mis sospechas eran correctas, no se trata de nadie más que de Virgo, bombardeándome con mensajes porque salí de casa sin ella. Lo cierto es que ahora que END me acompaña, ella ha dejado de seguirme todo el tiempo a todas partes, solo que a veces olvido que él se queda imperceptible para ella y le lleva a pensar que me van a secuestrar de camino a la universidad o algo así si voy sola.

Luego de mandarle una nota de voz, recordándole que estoy bien y que el que no conteste a los cinco segundos no significa que estoy en medio de un desastre natural o algo similar y que no insista en las siguientes cuatro horas, me dispongo a saludar a quienes ya estaban por aquí, sin embargo, me desconcierta encontrar al amigo de Juvia observándome como si hubiera visto un fantasma.

—¿Lucy? —él me nombra y solo me confundo aún más, ¿qué le sucede a este chico y cómo es que sabe mi nombre? ¿Juvia le habrá hablado de mí?

Y hablando de la chica de cabello azul, ahora mismo me observa como si quisiera dispararme con un rayo laser a través de sus ojos, ¿qué es lo que está pasando?










-----------------

Holis owo

Hasta aquí el capítulo de hoy, un poco más largo de lo que esperaba, tal vez con más preguntas que respuestas, pero finalmente está aquí uwu

¿Qué les ha parecido? :3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top