27. Ritual
Natsu
Ya está, no puedo más con esto; estoy decidido a seguir el plan de Gray, ya da igual cuánto odie la idea.
Podía tolerar muchas cosas, pero esa última orden fue la gota que derramó el vaso. Ya perdí a Larcade, no pienso perder también a Lucy de nuevo, porque tengo el presentimiento de que ella sería el siguiente objetivo que Zeref me ordenaría eliminar y me niego rotundamente a llegar a eso, no pienso obedecer ni una maldita orden más.
—Si eso es lo que quieres... —la rubia dice, alcanzado una de mis manos, lo que hace que me tense por completo, no esperaba que fuera a acercarse tanto conmigo en esta forma—. Te voy a apoyar hasta el final, te lo prometo —asegura con un tono cálido y casi puedo dibujar en mi mente la suave sonrisa que debe tener ahora.
—Lo sé —intento sonreír, pero aunque no se me complicara en esta forma, sigo sin ánimos—. Gracias.
Pasamos un rato en silencio, que admito que resulta algo incómodo, pero no tengo idea de qué hacer en esta situación. Si hay un cambio significativo es solo por la llegada de cierto imp que llama nuestra atención, acercándose casi a brincos hacia quien fue su amo. La verdad hasta ahora lo había olvidado.
—Larcade lo había dejado en la casa para que no le pasara nada —Lucy comenta, observando con tristeza al diablillo que decidió descansar sobre el pecho del nombrado—. ¿Tiene alguna forma de saber que no despertará?
—Lo sabe —aseguro con la voz algo enronquecida una vez más—. Como su familiar, está al tanto de todo lo que le pasa. De igual forma, los imps son más listos que la mayoría de demonios de su nivel; podría diferenciar fácilmente si está vivo o no, aún sin el vínculo que los une.
—Ya veo... —ella asiente—. ¿Y qué será de él ahora? ¿Alguien más lo adoptará?
—Morirá —sentencio, y de inmediato puedo sentir la mirada de la rubia sobre mí. Sé que espera alguna explicación, así que suelto un suspiro antes de continuar—. Un familiar y su amo tienen un vínculo muy fuerte, y es de por vida para el familiar. No es una mascota, se convierte casi en una extensión de su amo, recibiendo parte de su energía vital en todo momento. Si su amo llega a morir antes que él, la vida del familiar se irá diluyendo hasta desaparecer—. Hago una corta pausa—. Por mucho, le quedan un par de horas más; no hay nada que se pueda hacer, tiene el tiempo contado.
A la larga, supongo que lo mejor es que las cosas sean así; no tengo idea de qué sería de un familiar sin su amo, lo más seguro es que tampoco pudiera sobrevivir por su cuenta por mucho tiempo, pero de igual forma, no tiene sentido pensar en esto. Ese imp morirá en poco tiempo, dudo que para este punto pueda apartarse de Larcade aunque lo intente.
En cierto punto, desvío mi mirada hacia Lucy. Estaba casi seguro de que ella seguía viendo la escena, así que me toma por sorpresa que nuestras miradas se crucen; de inmediato una sensación desagradable me invade y no puedo evitar desviar la mirada hacia el suelo.
—Natsu.
—¿Sí?
—Mírame —ella pide, pero no pienso hacerlo, no quiero hacerlo mientras no deje de parecer un maldito monstruo de película de miedo—. Natsu —insiste y puedo notar cómo se acerca hasta ahuecar mi cara con sus manos, pero mantengo la vista apartada—, no me importa cómo te veas, ya te lo dije —ya lo sé, pero esas palabras no harán que deje de verme y sentirme como un maldito adefesio del infierno.
Pasan algunos tensos segundos antes de que ella se acerque aun más. Quiero apartarla, pero por alguna razón no lo hago; y dejo de razonar por completo cuando siento sus suaves y cálidos labios sobre mi frente. ¿Qué demonios...?
—Lucy... —estoy confundido, pero de alguna forma también consiguió alegrarme un poco con ese simple gesto, eso y que la confusión me obligó a verla, en lo que me encuentro con una suave sonrisa y una mirada sin una pizca de miedo... no mintió, en verdad no le importa y eso hace que quiera soltar una risa que logro contener— yo...
—¿Sí?
"Te amo" son las únicas palabras que llenan mi mente, pero en este momento no me siento digno de pronunciarlas.
—Voy a arreglar esto— prometo mientras la abrazo con cuidado de no herirla con estas estúpidas garras.
Quiero más. Quiero besarla y también hacer con ella todas las cosas indecentes que se me puedan ocurrir, sin embargo, no es el momento, no haré nada de eso hasta que no me deshaga de esta apariencia y esos pensamientos intrusivos que gritan en todo momento que le haga daño.
Algunos minutos más tarde, no tengo idea si fueron muchos o pocos, fui capaz de volver a tomar mi apariencia humana; lo cual, aproveché para contactar con Gray antes de poder arrepentirme de esta locura. Parece que ya está algo recuperado con respecto a lo último que vi de él, aunque fue incapaz de ocultar la sorpresa al escuchar mi decisión. De igual forma, en cuanto le expliqué la situación, comprendió todo y accedió de inmediato a convencer al sacerdote que conoce para poder hacer el ritual. Ahora me encuentro con varios inconvenientes.
Primer problema, no creo que a un sacerdote le atraiga la idea de ayudar a un demonio en medio del pandemonium; segundo problema, debo ir a un maldito templo, a los que ni me puedo acercar sin convertirme en polvo en circunstancias normales; tercer problema, quiere que lleve a Lucy a ese sitio, lo cual implica conseguir que llegue a salvo y sin que le afecte la porquería que hay en la atmósfera actualmente.
—¿Estás listo? —Lucy pone una mano sobre mi hombro, lo cual hace que me sobresalte por un instante. Solo quiero saltar en el tiempo a cuando todo haya terminado.
—No, pero no hay tiempo que perder —suspiro, viéndola por el rabillo del ojo antes de quitarme mi bufanda para ponerla alrededor de su cuello—. Mientras estemos afuera, respira todo el tiempo a través de la bufanda y pégate a mí lo más que puedas, espero que eso sea suficiente. Gray dijo que su hechizo anula por completo el efecto de la contaminación en el aire, pero prefiero prevenir— ni siquiera quiero pensar en la opción de que Lucy sea afectada como esos otros humanos.
Con esto dicho, la rubia se limita a asentir y cubrirse lo más que puede con la bufanda antes de darme la mano, la cual aprieto con firmeza mientras caminamos en dirección al exterior. Aproximadamente un metro antes de salir de la barrera, me aseguro que esté bien cubierta y la levanto entre mis brazos para comenzar a volar lo más rápido que puedo hacia la dirección indicada.
Sé que el trayecto no duró ni dos minutos, pero siento que es eterno, aun más cuando alcanzo a ver el destino. Es de gran ayuda que el camino esté despejado por completo, pero está lejos de conseguir que me tranquilice un solo instante.
—Entra —le indico apenas aterrizo lo más cerca que puedo llegar, a lo que ella obedece al instante, corriendo hasta toparse con Gray, el cual le dice algo que ni me esfuerzo en comprender. Luego de esto, Lucy me dedica una mirada, antes de dar la vuelta para ir al interior del templo. Supongo que así es mejor, que pase el menor tiempo posible al aire libre mientras esto no se solucione.
—Lamento hacerlos venir a ambos —el ángel se disculpa después de avanzar hasta quedar frente a mí—. Hubiera sido un problema tener que transportar todo lo necesario, sin contar que el anciano no se encuentra en condiciones de atravesar la ciudad en estas condiciones.
—¿Entonces mi futuro depende de la habilidad de un viejo decrépito? —cuestiono con irritación, esto no me gusta.
—Es el único sacerdote que conozco, que es lo suficientemente loco y poderoso para ayudarte con esto en esta situación. Tranquilo, sabe lo que hace; él contuvo mi demonización por décadas.
—Eso no es muy alentador —menciono, recordando esa vez en la que casi se convirtió en un demonio completo.
—Natsu... —me dedica una mirada reprobatoria—. Vas a tener que confiar por esta vez si quieres que esto salga bien. Esto no es una ciencia exacta y lo sabes.
Esas son las últimas palabras que quería escuchar, siento que todo esto va a terminar en desastre.
—Solo tráelo para que me deje entrar —digo con un suspiro—. Terminemos con esto antes de que me arrepienta.
El ángel parece querer decir algo, pero se lo guarda y asiente, dando media vuelta, dejándome más que impaciente en mi lugar.
Mientras espero, recorro el paisaje con la mirada, confirmando lo que temía; bastantes de los demonios que seguían en el inframundo ya consiguieron escapar y ahora vagan a pocas calles de este lugar, lo único que me da tranquilidad es que en terreno sagrado Lucy es casi intocable... bueno, siempre y cuando yo no me salga de control.
—Así que este es el aterrador END —la voz de un adulto mayor llama mi atención, aunque me desconcierta un poco tener que bajar tanto la mirada para encontrar al viejo.
—¿Eres el sacerdote que hará el ritual? —cuestiono, manteniéndome serio. No luce hostil en absoluto, más bien tiene cara de que hasta me regalaría un dulce, pero no puedo fiarme de alguien que haga parte de una iglesia.
—Hasta cierto punto, pero la parte más importante te corresponde a ti —aclara, dirigiéndose hacia una banca cercana, apoyándose en un bastón para caminar, ¿esto es en serio? Siento que este enano ya tiene un pie en la tumba, ¿cómo espera Gray que le confíe mi vida? —Siéntate —me sonríe, dando un par de palmadas en la banca, supongo que indicando que me siente ahí.
—Lo siento, pero no tengo tiempo que perder; asumo que todos queremos terminar con esto lo antes posible —intento rechazarlo, pero él insiste, así que me resigno luego de pensarlo algunos momentos.
¿Por qué siento que soy el único incómodo con esta situación? Debería odiarme o tenerme miedo o algo así, no invitarme a pasar el rato.
—Tranquilo, solo quiero hablar un minuto —él dice y recién noto que estoy moviendo mi pie con impaciencia, lo cual detengo al instante.
—¿Sobre qué? —pregunto, con la vista clavada en el suelo.
—Me gustaría saber la razón que llevó a uno de los demonios más poderosos del inframundo a querer ser un humano, no es algo que se vea con frecuencia; es más, podrías ser el primero.
Pasan algunos momentos en los que no estoy seguro de qué responder. Lo cierto es que prefiero pensarlo lo menos posible.
—Quiero libertad, solo eso —en resumen, supongo que sería todo—. Durante siglos no he hecho más que torturar, manipular y asesinar; estoy harto de eso y esta es la única salida—. Hago una larga pausa—. De igual forma, ¿Importa? Con esto, ustedes los santurrones se liberarán de mí para siempre.
El anciano permanece en silencio un rato incómodo. Yo solo quiero terminar con esto rápido.
—Tienes razón, en realidad no importa; solo quería conocer un poco al demonio tan temido por todos. Me alivia saber que no eres tan terrible como se dice.
—No sabes nada sobre mí, las incontables atrocidades que he cometido sin remordimiento. Soy un demonio y nada cambia eso.
—Tengo buen ojo para las personas —él dice y alcanzo a ver de reojo una media sonrisa—. Sé que no estás haciendo esto pensando solo en ti, no eres malo en realidad, solo hay oscuridad en ti, tal como en cualquier otro. Demonios, humanos, incluso los ángeles, todos poseen algo de oscuridad en su interior, algunos más que otros, pero al final eres quien decide si el control lo tiene ella o tú; es lo peculiar del libre albedrío. En algunos minutos tendrás que decidir quién de los dos tendrá el control de ahora en adelante.
Estaba por decir que no estoy dispuesto a escuchar sermones, pero esa última parte sí que me importa.
—El ritual... ¿en qué consiste? ¿Qué tengo que hacer?
—A eso iba —aclara con un tono más serio—. Para que tenga éxito, se requieren dos partes muy importantes; la primera es que tu cuerpo quede totalmente purificado, que desaparezca todo rastro de que alguna vez fuiste algo más que un mortal. Yo me encargaré de la parte tediosa, tu trabajo será solo canalizar todo tu poder en tu reliquia, la bufanda que llevaba esa joven con la que llegaste.
—¿Por qué traerla a ella? Estaba más segura en su casa—. Por otro lado, suena demasiado fácil lo que debo hacer.
—En primer lugar, entiendo que tú pusiste la barrera que protege ese lugar. En caso de tener éxito, ésta desaparecerá sin tu poder; en terreno sagrado nunca entrará un demonio... bueno, ninguno sin permiso.
De acuerdo, eso tiene sentido para mí; supongo que sí es más confiable este lugar para eso.
—¿Y en segundo lugar?
—Gray fue quien lo sugirió, ella asistirá al ritual como seguro en caso de que la segunda parte falle —no me gusta nada cómo suena eso, ¿qué tiene ese idiota en la cabeza?—. Lo que me lleva a la segunda parte de vital importancia; es imposible hacer que un poder de esa magnitud se desvanezca de un momento a otro, por lo que la idea es sellarlo en la bufanda. Una reliquia sagrada es el único objeto que podría tener la capacidad de contener el poder de un demonio de tu talla.
...
—¿Y si falla esa parte? —pregunto con la voz levemente enronquecida. El anciano piensa por algunos momentos antes de responder.
—Todo lo que salga de ti se materializaría en un nuevo ser, pero que al final seguiría teniendo algo tuyo. Considerando tus sentimientos por ella, esa muchacha es lo único que podría detenerlo, o al menos hasta que se pueda hacer algo al respecto.
En resumen, esto es una maldita ruleta rusa. Sabía que no podía ser tan fácil este asunto.
—¿Entonces el punto de traerla es solo ponerla en peligro? —pregunto, entre irritado y enojado, con el ceño fruncido. Estoy dispuesto a seguir con esta estupidez solo para evitar hacerle algo de lo que me arrepentiría por toda la eternidad.
—No me malinterpretes, ella estará a salvo de cualquier cosa que pueda ocurrir; ni siquiera estará en el mismo lugar físico del ritual, pero además de la protección por estar aquí, era necesario que viniera para el procedimiento que le permitirá intervenir en caso de ser necesario, pero sin arriesgarse.
Maldito viejo, tiene todas las respuestas... bien, será mejor no pensar mucho esto; como dijo Gray, tendré que confiar. Solo por esta vez.
—De acuerdo —suelto un suspiro, levantándome—. Hagamos el contrato para que pueda entrar.
—¿Entrar a dónde? —pregunta con un gesto que no termino de descifrar, mientras que se pone en pie y comienza a caminar a paso tortuga.
Estoy por aclarar la obviedad de que no puedo pisar tierra santa, cuando me doy cuenta de algo que me deja paralizado por un momento: "estamos adentro del templo".
Un escalofrío me recorre la espalda, mientras el alivio llega a mí al ver que no exploté ni estoy agonizando ni nada por el estilo; ni siquiera siento una pizca de debilidad, como pensé que sería. Lo único que me preocupa es que no me di cuenta de cómo y en qué momento este viejo nos trajo acá. ¿Quién rayos es este anciano?
Hace tanto tiempo que no sentía miedo, que casi había olvidado la sensación. Quiero irme corriendo de aquí y no ayuda que casi todos en este lugar me vean como si les fuera a arrancar la cabeza cuando me pegue la gana.
—Natsu —debo respirar profundo para evitar darle un golpe al hechicero rubio por llamarme así en público. De cualquier forma, si todo sale bien, supongo que tendré que acostumbrarme a que todos vuelvan a llamarme así.
—¿Qué pasó con Zeref? —pregunto sin rodeos; una de sus malditas órdenes arruinaría todo... de nuevo.
El oxigenado baja la mirada y aprieta los puños, no sé cómo tomarme esta reacción.
—Parece que fue posible separarlo de Rogue. Ahora está inconsciente, pero es imposible saber si Zeref de nuevo ocultó su presencia para que bajemos la guardia. Ahora mismo hay diez ángeles custodiándolo cerca de donde nos encontramos hace rato.
—Entiendo —asiento, no sabría decir si esto es algo bueno o malo, simplemente son noticias.
—¿Están listos? —pregunta Gray, acercándose algo apurado—. Parece que hay algo grande que viene del inframundo y dudo que el hielo pueda bloquearlo mucho tiempo, debemos hacer esto lo antes posible.
—No, pero supongo que nunca lo estaría, así que hagamos esto —digo, separándome de la columna contra la cual estaba recargado.
—¿Solo debo vigilar la bufanda y ya? —cuestiona el rubio; no lo culpo, también me extraña que tuviera que venir por algo así.
—En resumen, sí —el ángel asiente—, y actuar cuando llegue el momento.
Alto ahí, ¿Cómo que "cuando"?
—¿Qué es lo que me estoy perdiendo? —pregunto con desconfianza—. ¿Qué significa eso? Por cierto, ese día dijiste que esto solucionaría todos nuestros problemas, pero aun no veo cómo esto pueda beneficiar a alguien aparte de mí. ¿Qué intentas ocultarme?
—No intento ocultarte nada, es... —hace una larga pausa antes de soltar un suspiro y echarse el cabello para atrás con una mano— no importa, no tienes que pensar en eso, no tienes que pensar en nada que no sea Lucy y todo lo que te llevó a tomar esta decisión mientras dure el ritual, ¿Entiendes?
—¿Sí entiendes que con eso solo haces que desconfíe más de todo esto? —frunzo el entrecejo.
—Supongo, pero mantengo lo que dije antes; solo ten fe y todo saldrá bien.
—Soy un demonio —replico—, no se me da bien tener fe.
—Pues eso está por cambiar, así que es momento de que vayas haciéndote a la idea —alcanzo a notarlo algo molesto y no sé si es a causa mía, el estrés, o todo, pero estoy tan alterado que no puedo disfrutarlo.
Sin perder más tiempo, decidimos poner el plan en marcha. De camino tengo la sensación de que el rubio quiere decir algo, pero se arrepiente antes de hacerlo. ¿Ahora qué tiene?
—¿Qué pasa? —le pregunto; más le vale no distraerse en unos minutos—. ¿Es por tu hermano?
—No —luce algo sorprendido por la pregunta, pero se recompone rápido para negar. Momentos después, continúa—, bueno, no directamente, es... —me mira fijamente, tal vez buscando las palabras adecuadas con una expresión entre incómoda y asustada—. Solo quería asegurarme de que no hubieran resentimientos.
—Si es por lo de aquella noche, en ese mismo momento pagaste las consecuencias, estamos a mano —¿a qué viene todo esto?
—En realidad me refería a cuando fuiste a ayudar con lo de Rogue... tú habías dicho que no mirara, pero no resistí la tentación —a medida que habla, baja el volumen de su voz, así como desvía la mirada.
¡¿Este idiota hizo qué cosa?!
Es inevitable lanzarle una mirada asesina, de lo cual parece percatarse, ya que de nuevo luce asustado.
Un momento, entonces era por eso que estaba tan asustado ese día; ya me había parecido raro, aunque sigue extrañándome que reaccionara como si nunca hubiera visto un demonio. Por otro lado, ahora que puedo pensar con calma, supongo que esa era la única manera de que pudiera reconocerme en mi verdadera apariencia más temprano, no podía pensar claro con lo que acababa de pasar, ahora parece bastante evidente.
Bueno, supongo que eso fue de utilidad al final, así que le permitiré conservar la cabeza.
—Déjalo así, no quiero hablar de ese tema.
—De acuerdo —tartamudea un asentimiento, no muy convencido.
Luego de esto, nadie pronuncia una palabra hasta llegar al lugar del ritual, donde ya se encontraba el anciano de antes, además de un tipo rubio que me observa con una expresión que esperaría de alguien que pertenece a un templo. Además de ellos, en el sitio hay diversos objetos que me hacen doler la cabeza de solo verlos por algunos momentos, y en el suelo unos cuantos círculos mágicos que no me suenan de nada.
—¿Lucy? —Su nombre sale por cuenta propia de mi boca y voy con ella en cuanto la veo, sin embargo, la frustración me llena cuando intento alcanzar su mano, pero solo la atravieso. No sé si sea una proyección muy buena o solo estoy demasiado agotado mentalmente, pero admito que consiguió engañarme— ¿Dónde estás?
—Gray dijo que es mejor que no lo sepas para que todo salga bien, lo siento —explica, desanimada.
—No importa —niego con una sonrisa tensa, pero no puedo dejar de sentirme mal—. Tal vez tenga razón, solo espero que sea un lugar seguro.
—Lo es —ella esboza una sonrisa nerviosa—. Aquí no se siente nada de lo que está pasando, aún menos que en casa. Solo esto se sigue sintiendo extraño —se detiene a mirar su mano—. Es como un sueño, pero al tiempo se siente real, fue extraño cuando intentaste tocarme hace un momento.
Bueno, al menos tengo la tranquilidad de que ella está a salvo mientras no pase algo realmente malo.
Estoy por decirle algo a Lucy, pero abandona mi mente antes de decir nada cuando un fuerte temblor lo sacude todo, el cual se repite a los pocos segundos, trayéndome una sensación desagradable que casi me provoca ganas de vomitar.
Está por pasar algo realmente malo.
—¿Qué fue eso? —pregunta el hechicero que me levanta algo el ánimo por el simple hecho de que significa que hay al menos alguien que luce más alterado que yo, ánimo que vuelve a descender en picada cuando me hago consciente de la respuesta a esa pregunta.
—Zeref —es lo único que digo y es suficiente para dejar todo en un silencio sepulcral—. No en una posesión, ni siquiera su forma humana. El auténtico Zeref viene en camino con todo lo que tiene, esa presencia es inconfundible.
Una vez que callo, el silencio se hace de nuevo y el temor de todos es palpable, esto no podría ser peor, tal vez lo único capaz de pararlo sea ese estúpido dios, pero es demasiado inútil para hacer cualquier cosa; está claro que no va a intervenir a menos que Zeref asesine a medio planeta.
—Si ya todo está listo, terminemos con esto cuanto antes, se nos acaba el tiempo —Gray dice, llamando la atención de todos.
—¿Vamos a seguir con esto? —pregunto sin siquiera pensarlo—. Creo que hay algo bastante más importante que esto ahora y tú deberías ser el primero de esas palomas en intentar detenerlo.
—Pronto entenderás por qué esto es importante, solo confía —él aclara con una mirada suplicante. Hay algo detrás de esto, cada vez me convenzo más, pero tal como dijo, tendré que confiar por esta vez y no pensar mucho en esto, ya llegué hasta aquí.
—Si muero, volveré como fantasma para fastidiarte por siempre —le digo, a lo que esboza una leve sonrisa.
—Esperemos que no tengas que llegar a eso, sería una molestia —responde y me alivia un poco haber aligerado un poco el ambiente, no me gusta tanta tensión.
—Entonces, ¿qué debo hacer? —me dirijo al anciano, asumiendo que ya está todo preparado.
—Párate sobre el círculo en el centro —indica dicho sitio con la mano y obedezco—. Ahora, Sting, encárgate de la reliquia.
El mencionado comienza a moverse de inmediato, llevando mi bufanda hacia otro círculo, donde espolvorea algunas cosas que no tengo idea de lo que sean, momentos antes de que la bufanda comience a levitar, más o menos a la altura que estaría si yo la estuviera usando.
—Gray, es tu turno —el anciano dice, mientras revisa las páginas de un viejo y grueso libro. Acto seguido, el ángel nos encierra a mi y a la bufanda en esferas de hielo. Aun así, eso no evita que siga percibiendo todo a mi alrededor como si no hubiera nada.
Todo iba bien hasta ahora, pero eso se termina cuando el tipo rubio que me miraba mal, comienza a recitar versos de memoria, ¿se supone que eso es la biblia? No, eso no importa, solo escucharlo me provoca dolor de cabeza y náuseas, ahora solo puedo concentrarme en no vomitar y mantener el equilibrio, me estoy mareando.
—END —la voz del viejo me trae de regreso a la realidad y volteo a verlo—, recuerda lo que debes hacer; comienza cuando estés listo.
—De ahora en adelante, Natsu está bien —digo con algo de dificultad, intentando sonreír antes de detenerme a ver a Lucy por un momento, quien solo me mira, pero solo con eso sé que tengo todo su apoyo.
—De acuerdo, Natsu Dragneel. Tu pruficación comienza ahora —declara, dejando su libro a un lado para colocar las manos frente a él, momentos antes de que una luz intensa comience a brillar ente ellas.
Bien, es la única oportunidad; no lo arruines, Natsu.
Tomo una respiración profunda para prepararme; cuando me siento listo, comienzo a canalizar mi energía en dirección a la bufanda, cosa que esperaba que fuera más fácil.
Siento que no estoy haciendo nada y me frustra y angustia en partes iguales; no veo cambios en la bufanda y no me siento ni un poco debilitado más allá de los cánticos desesperantes del rubio, debo concentrarme más.
Sigo el consejo que me dio el anciano, me detengo a pensar en por qué estoy aquí, pienso en Lucy, en ser libre al fin... en Larcade.
Con esto en mente, lo intento de nuevo, esta vez siento que en verdad funciona, puedo sentir cómo mi energía desciende progresivamente y la mayor evidencia de que estoy haciendo algo es la bufanda tiñendose de negro una escama a la vez, sí lo está absorbiendo.
El alivio por ver que está funcionando es reemplazado por algo más cuando comienzo a sentir un intenso dolor en todo el cuerpo, ¿qué está pasando? Es como si alguien estuviera intentando arrancarme la piel de un tirón. No puedo evitar soltar un grito, mientras caigo de rodillas en mi lugar.
Alcanzo a escuchar a Lucy llama do mi nombre a lo lejos, seguida de la del anciano, aunque no termino de entender lo que dice, pero no me importa, tengo que seguir con esto.
Cada célula del cuerpo me duele cuando me vuelvo a poner en pie, sensación que empeora al continuar con la transferencia de energía, siento que todas las heridas que me hizo Zeref alguna vez volvieron a abrirse y duelen como el momento en el que se hicieron por primera vez. No ayuda que emtre más pasa, más débil me siento, creo que podría desmayarme si no fuera por el dolor.
No creí que fuera posible, pero de repente todo empeora. Siento un fuerte corrientazo en la cabeza y lo siguiente que sé es que todo se pone negro. No puedo ver nada y el dolor ya existente se multiplica casi de forma inmediata. No sé qué está pasando, ¿debería ser así? No, de ninguna forma, algo debe estar saliendo mal, tengo que salir de aquí.
Intento moverme de mi sitio, pero en cuanto doy un paso al frente, una ráfaga helada me obliga a retroceder, lo cual no consigue más que sacarme un gruñido involuntario y hacer que la ira se apodere de mí.
De nuevo trato de irme, esta vez volando, pero similar a lo ocurrido antes, me veo detenido por una fría capa de hielo que me repele. No aguanto más, así que lanzo puñetazos al aire hasta que siento que le he dado a algo; eso me incita a repetirlo con más fuerza. El frío es cada vez más intenso, pero también lo es el dolor y desesperación hasta que siento que quebré algo.
Me detengo por un momento para reunir fuerza y terminar de romper esta cosa con el siguiente golpe, pero me veo detenido a la mitad al escuchar a lo lejos una voz que conozco muy bien.
—Ru... shi —pronuncio con dificultad a un volumen apenas audible, entrecerrando los ojos hasta que consigo ver algo de color por un instante solo para volver a la oscuridad un segundo después.
Con bastante esfuerzo, finalmente consigo ver por un poco más de tiempo y solo me encuentro con mi puño envuelto en llamas y la expresión angustiada de la rubia. Es verdad, el ritual... ¿Acaso es esto a lo que se refería ese anciano? ¿Tengo que rechazar este impulso ahora?
La imagen de Gray repitiendo una y otra vez que confíe pasa por mi cabeza y una voz en mi mente me indica que eso es lo que debo hacer ahora, tengo que cooperar y confiar para que esto salga bien.
Quiero retroceder a mi posición inicial, pero algo me lo impide, una fuerza que intenta tomar el control de mi cuerpo. No la puedo dejar, no la voy a dejar. Estoy decidido, sin embargo, es demasiado difícil, siento que mi cabeza se está partiendo en dos y de repente termino envuelto en llamas aunque nunca fue mi intención.
Mi cabeza me está matando, la sujeto con ambas manos, cierro los ojos con fuerza y caigo de rodillas, pero no representa cambio alguno en mi estado. Quiero destruir, no debo hacerlo. Quiero irme de aquí, tengo que terminar el ritual. Quiero matar a Zeref, no puedo ni intentarlo. Quiero estar con Lucy, soy un peligro para ella.
Frustración, estrés, dolor, todo se arremolina al mismo tiempo y el ruido en mi mente es insoportable, solo me queda gritar, gritar con todas mis fuerzas y dejar que el fuego se propague tanto como desee, grito hasta que me arde la garganta y mi voz se ve ahogada por un potente rugido que no tengo idea de cómo produje. Esto dura varios momentos, hasta que mis pulmones se quedan sin aire, entonces todo se ralentiza.
El fuego se apaga, el dolor desaparece de un momento a otro y es reemplazado por una sensación extraña. Siento como si estuviera flotando en el aire, como si mi cuerpo no pesara nada. Lo único que me perturba es un pitido que se hace más fuerte a cada segundo que pasa, el cual solo es interrumpido por el sonido de un solo aplauso.
Eso es lo último que ecucho antes de perder el conocimiento.
-------------------
Holis :3
No tengo palabras para disculparme por tanta demora, entre la universidad y un bloqueo horrible simplemente no era capaz de avanzar en la historia ;-;
Bueno, al menos esta vez les traje capítulo extra largo ;w;
No prometo nada, pero espero tardarme por mucho 2 semanas en sacar el último capitulo.
Sip, leyeron bien, el siguiente capítulo será la despedida de esta historia y se titulará "El rey del inframundo" owo
Muchas gracias por leer y tenerme tanta paciencia, espero les haya gustado el capítulo ^-^
Pd: Admito que me he enviciado un poco bastante con el wow estas últimas semanas ( ._.) ... ya tengo una maga nivel 72 ( ._.)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top