En la concurrida oficina de los ángeles celestiales, los seres imponentes caminaban ajetreados de un lugar a otro, luciendo trajes negros impecables y portando carpetas con misiones distribuidas en toda la Tierra.

De pie en una perfecta postura, Chanyeol escuchaba atento las palabras de su superior.

-¿Alguien se está quedando ilegalmente? -replicó cuando el de mayor rango terminó de hablar.

-Sí. Ya ha ignorado nuestra solicitud tres veces. Antes de decidir ejecutarlo, yo quiero esforzarme para mandarlo a casa sin pelear -explicó el hombre con porte sereno -Tu misión será persuadirlo para que vaya a casa antes de que su tiempo se termine. ¿Entendido? -preguntó el hombre, clavando su mirada filosa sobre su subordinado.

-Entendido -asintió Chanyeol con la cabeza antes de hacer una reverencia y salir del lugar.

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