Capítulo 7

El líquido rojo goteaba de las blancas plumas hasta bañar el suelo. Una mano fuerte se cerraba en la empuñadura de una espada, mientras un hombre corría despavorido por las oscuras calles de Seúl.

Con cada segundo que transcurría, el ser se acercaba más y más a su presa, hasta que logró alcanzarla, cerrando sus dedos en torno al cuello del sujeto, y clavándole la espada en medio del pecho.

La sangre brotaba a borbotones, formando un charco carmín en torno al cuerpo que lentamente iba quedando sin vida. El espejo de líquido paulatinamente empezó a expandirse, mostrando al fin el reflejo del ser que había ocasionado todo. Era Chanyeol.

Su rostro bañado en sangre, mostraba una expresión de completo asombro, además de la marca que prácticamente cubría completamente la mitad de su rostro, y dos cuernos que nacían de su cabeza.

-¡ARRGH!

El ángel despertó con la respiración dificultosa y el corazón latiéndole a mil por hora. Frotó su rostro con las manos tratando de despabilarse y de librarse de tan desagradable sensación.

¿Había sido un sueño...? Para ser un sueño... la sangre parecía horriblemente real.

Se deshizo de su abrigo, que había utilizado como una manta tras dormir en el piso frío de una de las aulas abandonadas, y se apresuró a acercarse a un ventanal, comprobando en su reflejo que la marca seguía en su mejilla izquierda, mas no se había extendido como lo mostraba el sueño.

Con los recuerdos de la pesadilla aturdiendo sus pensamientos, se colocó el abrigo y salió en busca del sacerdote.

-¿Baekhyun? -llamó por los pasillos vacíos sin obtener respuesta.

El alto llegó a la parte trasera del colegio, donde un inmenso patio se extendía, y allí lo encontró; el azabache extendía las sábanas blancas recién lavadas mientras los niños lo rodeaban ayudándolo en su tarea. El viento soplaba sin tregua, haciendo ondear las telas y sacándole sonrisas al sacerdote. La escena era lo más perfecto que Chanyeol hubiera visto nunca.

El ángel permaneció como un espectador silencioso desde su lugar en el umbral de la puerta, admirando de lejos la pacífica escena.

Había un impulso que luchaba en su interior. Desde que comenzó a odiar, y al tener esta fantasía de matar a un hombre, empezó a caer. Si perdía el control como en el sueño, y en verdad caía por completo, ¿podría proteger a Baekhyun? Estos pensamientos no dejaban de atormentarlo.

-Hola -la cantarina voz llegó a los oídos del ángel, girándose para enfrentar a quien interrumpía su momento de reflexión.

-¿Banyeog? -se extrañó el alto, viendo al castaño acercarse a paso ligero, con la sonrisa de despreocupación que lo caracterizaba, y el listón de madera envuelto en tela al hombro.

-Bueno, parece que algo ha cambiado -rió al percatarse de lo que el alto estaba observando -Las cosas debieron resolverse entre ustedes ayer, ¿uhm?

Las mejillas del ángel se tiñeron levemente, antes de que este volteara para que el recién llegado no lo notara -No es asunto tuyo -habló atropelladamente.

-¿Manteniendo el secreto? Está bien -se encogió de hombros el castaño, llegando al lado del alto y mirando ahora ambos la escena del patio -Así que... ¿Te has acostado ya con él? -indagó sonriendo aún más ampliamente.

Pero lejos de mostrarse molesto o avergonzado, el peliblanco agachó la cabeza al oír la pregunta -No puedo... -farfulló golpeando el marco de la puerta con el puño -Hacer algo así con alguien de otra especie... está estrictamente prohibido para un ángel.

El castaño rodó los ojos, y giró sobre sus talones para volver a alejarse por donde vino -Humm... los ángeles siempre han estado algo retrasados en esos temas -comentó aburrido.

-¡Hey! -Chanyeol se giró a llamarlo, irritado.

-Chanyeol... -lo cortó el otro, volteándose a enfrentarlo con una expresión completamente seria -Sobre lo que hablamos ayer por la tarde... ¿Estás seguro? -su tono de voz había perdido todo indicio de diversión -Tu voluntad ha de ser absoluta si vas a volver humano a ese demonio. Probablemente acabarás haciéndole daño a Baekhyun. Pero si tienes la fuerza de voluntad para llevar esto a su fin, yo los llevaré a donde necesiten ir.

Al terminar de hablar, el castaño continuó su camino, dejando a Chanyeol nuevamente solo con sus pensamientos.

El alto miró por sobre el hombro la escena que hace un momento había robado toda su atención. Él quería que el sueño de Baekhyun se cumpliera, pero... ¿acabaría en el proceso con lo que tenían ahora?

***

Baekhyun jugaba divertido con los niños, cuando una presencia atrajo su atención.

-Disculpe... -saludó un hombre vestido con ropas negras y cuello clerical, del otro lado del portón. El recién llegado era esbelto y de gran estatura, de cabello y ojos negros, e iba acompañado de una multitud claramente molesta -¿Está aquí Lee Gyosu? -preguntó con voz suave.

-¡Oh! ¿Qué es esto? -el hombre mayor irrumpió antes de que Baekhyun pudiera responder -Yo soy Gyosu. ¿Cómo puedo ayudarle?

-Encantado de conocerle -correspondió el recién llegado -Soy el reverendo de esta zona. He venido a hablarle en nombre de los ciudadanos.

-Oh. Si se manda a un reverendo para hablar con un sacerdote, acabaremos conversando de teología -bromeó Gyosu.

-Tendremos tiempo para discutir de religión en otro momento -sonrió el otro -Tampoco estoy aquí para hablar de desalojarlos -agregó, viendo cómo el sacerdote miraba preocupado a los uniformados que lo acompañaban -Tengo algo de suma importancia que hablar con usted.

Baekhyun, que poco a poco se había alejado de esa conversación, ahora miraba todo desde el interior de la escuela. Sintió una mano apoyarse en su hombro, y al girar se encontró con el rostro ceñudo del ángel, que al igual que él, contemplaba la escena preocupado.

-Chanyeol... algo va mal -advirtió al alto -Debemos quedarnos aquí.

El peliblanco apretó los dientes, y miró a los ojos intranquilos del más bajo. No quería seguir en ese lugar. Ellos tenían algo que hacer también, al final de cuentas. Pero aunque quisiera, sabía que nunca podría negarle nada a esos ojos.

-De acuerdo -terminó aceptando.

Ambos se unieron a otras personas, que también se habían acercado para escuchar el motivo por el cual un reverendo había ido hasta ese lugar.

-...Ocurrió anoche. Hubo un asesinato no muy lejos de aquí... y aún no se ha atrapado al asesino -comentaba el reverendo con extrema seriedad -El testigo dijo algo extraño; que el asesino no era humano... que tenía grandes alas como un ave.

El corazón de Chanyeol se saltó un latido al oír estas palabras.

-Dicen que el asesino se elevó en el cielo y voló hasta aquí -siguió su historia el reverendo -Por supuesto, probablemente son imaginaciones suyas, pero hay una remota posibilidad de que algo así pudiera ocurrir.

El ángel iba descomponiéndose con cada segundo que pasaba. Sin proponérselo, rememoró la escena del sueño que había tenido. Alas, el color de la sangre en la oscuridad. Esa horrible escena en la que se había visto con cuernos y la mirada tan negra como el abismo, ¿no fue un sueño?

Ya empezaba a hiperventilar cuando sintió la mano de Baekhyun envolver su muñeca y tirar de su brazo hasta llevarlo a un lugar alejado, donde nadie pudiera verlos. Sintió la suave caricia en su mejilla y aturdido, agachó la cabeza para encontrar la mirada cargada de preocupación de Baekhyun.

-Chanyeol... ¿estás bien?

El alto cerró los ojos, disfrutando de la calidez que el contacto le brindaba. Las manos de Baekhyun eran tan gentiles.

-Sí... -susurró tratando de tranquilizarlo.

El azabache sonrió indulgente -Eres un mentiroso penoso -lo regañó con cariño, acunando el rostro del ángel entre sus manos -Chanyeol, mírame. No más secretos -le recordó -Si algo te está haciendo daño, no lo sufras solo. Déjame ayudarte a soportar ese peso. Tú y yo... ya no estamos solos -terminó, arrastrando suavemente la cabeza del más alto hasta que sus frentes se tocaran.

Chanyeol suspiró tembloroso, rodeando la cintura del bajito y apegándolo aun más a su cuerpo. Así lo sostuvo, sin decir una palabra, solo sintiendo el calor del cuerpo ajeno contra el suyo. Anhelaba que ese momento nunca acabara. No quería soltarlo, porque luego de hacerlo, no sabía cómo reaccionaría Baekhyun cuando le contara la verdad. No quería perderlo pero... ¿qué se supone que debía hacer?

***

Gyosu escuchó atentamente todo lo que el reverendo le había dicho, y ahora se acariciaba la barbilla pensativo.

-Hm. ¿Así que dice que ese asesino puede estar vinculado a nosotros? -preguntó en tono casi incrédulo -Lamento que haya venido hasta aquí, pero como puede ver, es muy improbable que dé cobijo a un ave gigante...

-¡Claro! -las personas sin hogar empezaron a protestar -¡Era de suponer que encontrarían una excusa incluso así de extraña!

-¡El asesinato no tiene nada que ver con nosotros!

Entonces la multitud que se encontraba del otro lado del portón empezó a contraatacar.

-¿Y debemos creerle?

-¿Qué hicieron? ¿Empezar un culto de locos?

Gyosu por el contrario, mantuvo su porte sereno pese a que los ánimos empezaban a caldearse.

-Cálmense. En vez de quedarse fuera, ¿por qué no entran y toman algo de té? -invitó acercándose al portón ante la mirada recelosa de ambos bandos.

-No será necesario -lo rechazó el reverendo con expresión seria -Puedo sentir el mal que se esconde en los corazones de los hombres aquí.

-Todos los hombres restringen sus maldades -objetó el sacerdote -Eche un vistazo. No encontrará el mal aquí.

Ambos hombres se mantuvieron la mirada fija por unos segundos, hasta que el más joven finalmente cerró los ojos -Entiendo -desistió con amabilidad -Le creeré por ahora, y dejaré el resto a la policía.

-Me alegra que pudiéramos entendernos -concluyó el mayor dando media vuelta y volviendo al interior del colegio -Quien quiera buscar puede hacerlo libremente. No cierren las puertas, y dejen entrar a quien lo pida -ordenó a las personas que vigilaban el portón.

Caminó a paso ligero, acercándose cada vez más a la pareja que lo esperaba de pie a un lado de la entrada del lugar.

-Gyosu seonsaengnim...

Pero el hombre levantó una mano para callarlo antes de que Baekhyun siguiera -No se preocupen. Acompáñenme.

Ambos seres solo siguieron al sacerdote en silencio.

***

Mientras tanto, el reverendo iba de regreso, seguido de las personas que lo habían acompañado a la escuela.

-¿Está seguro reverendo? Deberíamos hacerles hablar -insistía un hombre caminando junto a él.

-No se preocupen -sonrió de lado el pelinegro -Estoy seguro de que meterán la pata.

Unos metros más alejados, varios hombres trajeados vieron toda la escena. Portaban pulseras de plata, con cruces grabadas a lo largo de ellas.

Uno de ellos presionó el intercomunicador que portaba. El mensaje fue corto y preciso.

-Sí, hemos localizado al Poder.

***

Ajenos a todo lo que acontecía, Baekhyun y Chanyeol habían seguido a Gyosu hasta el huerto de la escuela.

-Miren... -comentaba el mayor de manera despreocupada -Casi llega la cosecha.

El demonio y el ángel intercambiaron una mirada significativa.

-Gyosu... -insistió Baekhyun -Los demonios que nos persiguen pueden haber planificado esto. Si nos quedamos aquí, todos estarán en peligro -exclamó con desespero.

-No se preocupen por lo que dijo el reverendo -repitió el anciano -Mientras nos quedemos aquí, estamos a salvo.

Baekhyun hizo una mueca ante la templanza del hombre -¿Cómo podría ser eso posible?

Gyosu tomó un palo de madera y empezó a escarbar entre los arbustos que crecían en el límite del lugar.

-Mmm... Estaba por aquí -murmuraba ante la mirada cada vez más impaciente de los otros dos -¡Aquí! -gritó al fin, victorioso -Vengan a verlo ustedes mismos.

Ambos obedecieron de inmediato, acercándose curiosos hacia donde el hombre se encontraba, sin poder contener la expresión de sorpresa ante lo que tenían frente a ellos.

-¿Qué es eso? -Baekhyun no podía apartar la mirada del símbolo grabado en piedra que ahora era visible gracias a que el sacerdote había removido las que la ocultaban.

-Crean una barrera. Hay muchas otras distribuidas en los límites de la escuela -explicó Gyosu, detallando con orgullo el intrincado conjunto de símbolos que tanto trabajo le había llevado escribir -Esto protege a todos dentro de la escuela. Cualquier demonio con malas intenciones será inmovilizado al tocar la barrera.

Chanyeol estaba fascinado. Parpadeó un par de veces en lo que le tomaba recuperar el habla, y miró al mayor con una mezcla de recelo y admiración -¿Quién es usted?

Gyosu sonrió tranquilizador -Solo un hombre que usa sus antiguas enseñanzas.

El ángel agachó la cabeza, sin poder evitar sentirse culpable por lo que estaba ocurriendo. Esto cada vez se le estaba yendo más y más de las manos.

-¿Chanyeol? -Baekhyun lo llamó, estrechando sus manos para llamar su atención.

-Baekhyun... -suspiró el ángel, mirando al suelo. Ya se lo había contado todo, no tenía sentido seguir ocultando sus temores -Si... Si no puedo evitar mi caída, entonces... algún día, probablemente acabaré matando a alguien. O quizás... ya he...

Antes de que terminara de hablar, Baekhyun se dejó oír -Aun así, yo estaré contigo -habló reconfortante, desabrochando su crucifijo para dejarlo alrededor del cuello del alto -Pase lo que pase... estaré contigo hasta el final.

Chanyeol se perdió en los ojos caramelo llenos de adoración, y en la sonrisa cálida y sincera que siempre lo tranquilizaba. Sin poder contenerse, abrazó al bajito, buscando unir sus bocas en un beso que le transmitiera todo lo que en ese momento necesitaba.

Sin lugar a dudas, antes de que él cayera, antes de que eso ocurra, el cumpliría el sueño de Baekhyun.

***

La imagen de una plaza poco iluminada en medio de la noche se hizo visible cada vez con mayor nitidez. Una mujer caminaba solitaria, con el temor deformando sus facciones.

Luego, como si confirmara sus miedos solo con mirar sobre su hombro, empezó a correr desesperada, pero nada pudo hacer para evitar el ataque que le segó la vida tras fracturar la silenciosa noche con un grito de terror.

Chanyeol despertó incorporándose de sopetón en medio de la noche. Todo estaba oscuro, iluminado apenas por la luz de luna que se colaba por los ventanales.

-¿Otra vez? -gimió el ángel, tomándose la cabeza con la mano -Mierda... dame un respiro -suspiró para sí. Pero cuando intentó mover la otra mano, algo se lo impidió. Extrañado, volteó para encontrar a Baekhyun durmiendo a su derecha, aferrándose en sueños a él. La imagen conmovió al peliblanco -Tú... ¿estabas sujetándome la mano toda la noche?

El ángel se inclinó a recompensar el tierno gesto con un suave beso en la frente del azabache. Quizás, era el hecho de que Baekhyun lo sostuviera, lo que lo mantenía cuerdo. Este pensamiento arrancó una sonrisa a los labios de Chanyeol.

Pero la tranquilidad no duró mucho tiempo, pues una presencia activó las alarmas en el interior del ángel, que no tardó en divisar una pequeña pluma echada en el piso.

Haciendo el mínimo ruido posible, abandonó el salón de clases con Baekhyun durmiendo en él, y salió al patio a enfrentar su destino.

-¡¿Quién anda ahí?! -demandó en medio de la oscuridad.

Un revoloteo de alas, y ante el alto se aparecieron dos ángeles uniformados y armados, escoltando a un tercero.

Este ángel en cuestión, era una mujer de largo cabello lacio y violeta. Rostro perfecto cual muñeca de porcelana. Lucía un vestido blanco con detalles de crucifijos adornándolo, una capa en color oscuro con detalles en las mangas, y una corona que irradiaba luz divina. En una de sus manos, portaba una hoz inmensa, y de su espalda nacían cuatro alas inmensas, dos a cada lado.

-No... -farfulló Chanyeol al caer en cuenta de la identidad del ser alado.

-Me parece que... aún no has caído por completo -habló la mujer de manera estoica.

-Un Querubín... -gruñó el peliblanco.

-Ha pasado mucho tiempo, Poder. ¿Cerca de cien años, verdad? -sonrió divertida.

-Los querubines son la segunda potencia entre los ángeles. ¿Por qué vendría uno a la Tierra? -reclamó Chanyeol.

-No debería ser necesario hacer esa pregunta -demandó el querubín -Nosotros gobernamos el cielo. He venido a darte el último aviso -declaró imponente. Chanyeol solo apretó los dientes guardando silencio -En nombre de nuestro santo Señor, yo sentencio al caído...

-¡ESPERA! ¡AÚN NO HE CAÍDO! -clamó el alto, desesperado.

-Pero lo harás, Poder. Así que no importa -lo acusó el serafín -¿Lo sabes verdad? No puedes evitar tu caída... porque en tu corazón, dudas de Dios.

Chanyeol quedó perplejo ante esta noticia. ¿Realmente estaba perdiendo su fe en Dios?

-Te concedo veinticuatro horas -la mujer lo señaló con el dedo índice -Tienes hasta entonces para recuperar tu fe en Dios. Si no puedes, te sellaré antes de tu caída. Hasta entonces...

Y así como habían aparecido, con un simple batir de alas, todo se consumió en un torbellino, dejando nuevamente a Chanyeol solo en la oscuridad.

-¿Solamente un día? -se exasperó, agarrándose la cabeza con ambas manos.

Si un ángel pierde su fe en Dios, caerá. ¿Es eso lo que ha querido decir?

Pero las cavilaciones del alto fueron cortadas por un fuerte estallido.

Antes de que pudiera percatarse de lo que estaba ocurriendo, otro estallido casi al mismo tiempo, volvió a oírse, y esta vez, Chanyeol pudo ver la explosión romper la piedra. Otro sonido semejante, y la piedra de protección que seguía corrió la misma suerte que las anteriores, y así con las siguientes.

En menos de un segundo, los estallidos consecutivos habían cesado, y una gran explosión, mucho más potente que las anteriores, iluminó la oscura noche con la luz parpadeante de las llamas.

Con horror, Chanyeol volteó para encontrarse con el edificio de la escuela empezando a consumirse por el fuego.

-¡MIERDA! -gritó el ángel mientras corría hacia el incendio, cayendo en cuenta de que la barrera se rompió -¡QUIÉN DEMONIOS LA HA ROTO?

Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron, encontrando el interior invadido por el humo y los escombros. Sin perder tiempo, buscó quién necesitara ayuda.

Al primero que encontró fue a Gyosu, echado en el suelo y con la frente bañada en sangre. Se lanzó hacia él para ayudarlo a incorporarse, descubriendo que la lesión en su cabeza no era la única.

-¿Gyosu? -llamó desesperado, buscando que el hombre recobrara la conciencia.

-Chanyeol... -balbuceó el hombre, aferrándose al brazo del peliblanco y encontrando su mirada -Lo siento... No pude detenerlos. Ellos... se llevaron a Baekhyun...

Nota de autor... o algo así :v

Bueno, yo no acostumbro hacer esto a menos que tenga algo importante que informarles. Peeeero... a pedido de la linda Laquidoscopio aquí me tienen jeje.

Cómo ven la historia hasta ahora? Se están entreteniendo? Aprovecho esto para disculparme por no tener un día establecido para las publicaciones, pero eso es lo bueno de wp... las notificaciones de lo que tenemos en biblioteca nos avisa de todo jeje

Sabían que para hoy estaba planeada la publicación del último capítulo de esta historia? Esa era la idea cuando inicié el proyecto. Pero ingenuamente pensé que el internado rotatorio no era tan pesado y que me daría tiempo de escribirlo todo para esta fecha... pero eso no pasó, como ya se dieron cuenta jajaja

Bueno, ya terminó el momento de las confesiones penosas, así que me retiro. Nos leemos en los comentarios de esta o cualquiera de mis historias. Besos

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