Capítulo 2

«Dios, ¿realmente nos amas...? Esa pregunta ha estado enterrada en mi corazón por largo tiempo, como una astilla que no puedo remover»

Chanyeol

***

La lluvia caía torrencial, lavando la sangre de los cuerpos regados en la tierra.

Chanyeol alzó la mirada desolada, viendo la batalla que se desarrollaba en el cielo. Ángeles y demonios combatían feroces en una guerra que parecía no tener final.

Todo a su alrededor era sufrimiento y muerte...

El ángel abrió los ojos encontrándose la luz fluorescente de la habitación. Parpadeó un par de veces llevándose la mano al rostro. Solo había sido un sueño.

–Creo que me quedé dormido –dijo para sí, mientras se incorporaba –¿Baekhyun?

–Al fin despiertas, Chanyeol –la suave voz llegó a los oídos del alto que se giró para ver al demonio llegar con dos tazas humeantes –Eres un ángel muy audaz por quedarte dormido en la casa de un demonio –acotó el bajito con una pequeña sonrisa mientras le extendía una de las tazas.

Chanyeol la aceptó con gusto –Creo que un demonio jugando a ser un cura en una iglesia es aún más atrevido –prosiguió tras darle un sorbo a su té.

Baekhyun solo sonrió apenado, bebiendo de la suya –No importa cuántas veces vengas a persuadirme –comentó sin apartar la mirada de su taza –No cambiaré de opinión. No tengo intenciones de regresar al infierno, y jamás dejaré de creer en la benevolencia de nuestro Dios.

El ángel posó sus oscuros ojos en los del demonio, tomándose su tiempo antes de volver a hablar –¿Qué hace que tú... tengas tanta fe en Dios? –preguntó apartando la mirada. ¿Qué es lo que hacía que Baekhyun creyera en Dios con tanta convicción?

El pelinegro pareció sorprendido por la pregunta –Si no es así entonces... ¿Cuál es tu propósito en la vida? –respondió con otra interrogante.

Chanyeol se quedó mudo por un momento, su mente siendo invadida por los recuerdos de la sangre y los cuerpos inertes de ángeles y demonios.

"Sostener la ley de Dios", fue la respuesta que su mente le dictó.

–En este momento... –balbuceó el alto –...realmente no lo sé... –más allá de eso, ¿tiene un ángel una razón para existir?

Un portazo desvió la atención de ambos de la conversación.

–Po-Por favor –suplicó el chico que irrumpió en el lugar. Tenía varios rasguños en el rostro y una de sus manos presionaba su costado –¡Ayúdenme...!

Baekhyun fue el primero en correr a su auxilio –¡Hey! ¿Qué pasó? ¿Estás bien? –se alarmó cuando el muchacho cayó de rodillas al suelo.

–Escuché que podía venir aquí –balbuceaba el recién llegado mientras se aferraba a los brazos de un preocupado Baekhyun –Que si venía aquí me desharía de ellos por un rato –jadeaba, pero su expresión de dolor cambió a una de alarma cuando cayó en cuenta de la presencia de Chanyeol –Tú eres... Tú eres un... ¡¿Poder?! –de inmediato se deshizo del agarre del pelinegro para arrastrarse y tratar de huir de allí –¡¡No!! ¡¡No me hagas volver!!

Chanyeol analizó la escena por un momento –¿Un demonio de clase baja, un diablo, hmmm...? –Baekhyun hacía lo posible por contener al chico que se tomaba la cabeza con ambas manos, cerrando los ojos con fuerza –Así que tu visa expiró.

El sacerdote dio una mirada significativa al ángel antes de volver a dirigirla al demonio –No tengas miedo. Él está aquí para vigilarme, no te hará daño.

–¿Uh...? –el chico abrió los ojos con recelo, bajando las manos y mirando a Baekhyun confundido –¿Así que tú también eres un demonio? –lo repasó con la mirada, reparando en lo que le colgaba del cuello –Pero no es posible que un demonio ordinario pueda ponerse una cruz...

Baekhyun acarició con suavidad una de sus orejas, desvelado plumas negras que nacían de ellas. Esta imagen bastó como respuesta.

–Tu eres... ¿Un Marqués...? –Chanyeol solo permaneció en silencio ante la nueva información que el recién llegado acababa de dar –Ah. Así que ni siquiera un demonio de alto rango puede escapar de los ángeles... –bufó abatido.

Baekhyun pasó sus manos por los brazos del demonio en un intento con consolarlo –No es mala idea que permanezcas aquí hasta que te veas forzado a irte. Si no te importa, ¿podrías decirme qué está pasando?

El chico miró a Baekhyun y luego a Chanyeol, cambiando su expresión por una de desprecio –¿Para qué? ¿Para darles lástima? –preguntó altanero. Sonrió de lado y fue a sentarse a una de las butacas –Bueno, esto fue lo que pasó; un idiota me invocó para pedirme un deseo, pero el muy estúpido falló en las inscripciones del círculo de invoque. Escapé, lo maté y tomé su forma. Engañar a los humanos es divertido –acotó con burla. Baekhyun agachó la mirada, dolido por estas palabras –Después, mientras jugaba por allí mi visa expiró. Así pasó –concluyó restándole importancia.

Chanyeol observó la expresión de Baekhyun antes de tomar su caja de cigarrillos y llevarse uno a la boca –¿Sabes algo sobre ser mandado de regreso? –preguntó mientras lo encendía –Lo que dices no es una razón válida, debes representar una amenaza para una de las dos partes.

–¡Cállate! –se defendió el diablo –¡Eso es lo que pasó! ¿Está bien? –insistió nervioso. Iba a seguir defendiendo su punto cuando los golpes en la puerta alertaron a todos.

Los tres miraron en la misma dirección, hasta que fue el ángel el que habló –Me voy –dictaminó demostrando desinterés, caminando ya hacia la puerta.

–Ah... –el diablo lucía desesperado, pero eso no era algo que le competiera al alto.

–¡Chanyeol, espera! –clamó Baekhyun cuando el peliblanco ya había abierto la puerta.

Chanyeol parpadeó un par de veces, perplejo, cuando se encontró a Kyungsoo del otro lado de la puerta.

–Ya es hora de mandarte de regreso –advirtió el más bajo con voz monótona, ignorando a Chanyeol y dirigiéndose al diablo.

–No, ¡por favor! –suplicó el chico, retrocediendo a medida que el ángel más bajo avanzaba.

–Jefe... –llamó Chanyeol, cuando su superior pasó a su lado.

–No interfieras –ordenó el ángel. Cuando el alto volvió la cabeza a la entrada, tres ángeles escoltaban al primero –Vete despidiendo. Esto no tomará mucho tiempo –amenazó al chico.

–¡E-Esperen! ¡Solo un día más! –cayó de rodillas juntando sus manos por encima de su cabeza, en señal de súplica –¡Mi madre no vivirá mucho...! ¡Sólo un día más...! ¡Por favor!

Las palabras del chico descolocaron a Chanyeol, pero el rostro de Kyungsoo permaneció indiferente –Los demonios no tienen familiares. Las excusas no te sacarán de esto –advirtió antes de hacer una señal con la cabeza. De inmediato, los tres ángeles que lo acompañabas desenvainaron sus espadas y procedieron a atacar.

–¡Alto! –se escuchó el grito del sacerdote antes del sonido del filo desgarrando las vestiduras –Grg... –Baekhyun se quejó desde el piso. Había impedido que el diablo saliera dañado, pero a cambio él había recibido el ataque.

–¡Baekhyun! –llamó Chanyeol al verlo herido. Sin pensarlo un segundo, corrió a interponerse entre los demonios y los ángeles. Haciendo de escudo entre ambos, miró con ojos penetrantes al más bajo de los suyos.

–¿Te atreves a desafiarme? –preguntó el ángel de mayor rango, frívolo, acercándose un paso más y levantando la barbilla, retador.

–No creo que lo que él alega sea una medida desesperada para escaparse –se justificó ante su superior –Aún cuando es un demonio, también es un buen chico. Puesto que él solo pidió un día más. ¿No puedes darle una prórroga?

Kyungsoo miró la expresión expectante de los demonios en el suelo, y luego ancló sus ojos a los de su subordinado –Eres tan ingenuo como siempre Chanyeol. Las leyes de Dios son absolutas –exclamó dejando salir sus inmensas alas, mucho más amplias que las de cualquiera de la habitación –Siendo un ángel, deberías saberlo.

–Un dominión–murmuró anonadado el diablo a espaldas de Chanyeol.

–No dejes que sentimientos personales interfieran con tu trabajo. Cumplir la ley es nuestra razón para existir –le recordó en tono severo.

–Siento decir... que no pienso lo mismo –concluyó el alto, retrocediendo hasta alcanzar a los demonios. Rodeó los hombros de Baekhyun con un brazo, y se aferró al brazo del diablo con la mano libre.

Una vez que los tuvo bien seguros a ambos, sus alas asomaron a sus espaldas, y tras agitarlas con fuerza, los tres desaparecieron del lugar.

Kyungsoo estaba sin palabras –Saltó –murmuró sin poder creérselo aún –Síganlos, y no los dejen escapar. No pudo haber saltado muy lejos llevándose a esos dos –ordenó con furia. Los ángeles que lo acompañaban se apresuraron a obedecer.

Antes de abandonar el lugar, el bajito recorrió el lugar con la mirada. Los crucifijos y estatuillas adornaban todo el lugar, junto a una jaula que contenía a una cacatúa con el ala vendada. Sin dudas, no era lo que se esperaba.

***

Cuando Chanyeol abrió los ojos, se encontró en una plaza cercana a la iglesia de Baekhyun.

–Debo haberme oxidado –comentó jadeante –No logré que nos transportáramos más lejos que unas cuantas cuadras. ¿Podrán huir de ellos? –preguntó girándose en el momento justo en el que Baekhyun lo tomaba de la manga del abrigo.

–Ellos te van a perseguir –habló preocupado –¿Por qué tú...?

–Yo mismo no lo sé –declaró Chanyeol negando con la cabeza –Pero cuando vi que fuiste herido, no pude quedarme quieto. Eso es todo –finalizó con una sonrisa apenada –¡Prosigamos! Será difícil pero creo que puedo hacer que consigamos algo de tiempo –avisó antes de tomar de la mano a Baekhyun y avanzar corriendo.

Detrás de ellos, tomado de la mano por el sacerdote, el diablo iba con la cabeza gacha –Lo siento –balbuceó apenado –Por meterlos en mis problemas. Ni siquiera he podido salvar la vida de mi madre... En verdad soy patético.

Ambos acompañantes detuvieron sus pasos, y Baekhyun se apresuró a pasar uno de los brazos del chico por sus hombros, para ayudarlo a estarse en pie –Dime, ¿quién es tu "madre"?

El diablo sonrió melancólico –Ella es la madre del chico que me invocó. Él quería usarme para curar la enfermedad de su madre, pero murió cuando el pacto falló. Había hecho mal las escrituras, así que no hubo nada que yo pudiera hacer. Y sin pensarlo, tomé su lugar. Y su madre me acogió y me amó como a un hijo sin saber la verdad. Esa fue la primera vez... en que alguien me miró con esos ojos. Fue la primera vez... en que fui amado –admitió con voz temblorosa –Sin un pacto, un demonio no puede usar sus poderes, y no la supe sanar. Pero no quise irme de su lado –rompió en llanto, escondiendo su rostro en el pecho de Baekhyun –¡Lo siento! Lo siento...

El sacerdote miró al ángel con el ceño fruncido y los labios apretando –Nosotros no tenemos padres –susurró mientras acariciaba la cabeza del chico –"Cariño", siempre estamos necesitados de ese tipo de sentimiento.

El sonido de alas agitándose hizo que Chanyeol elevara la mirada al cielo, adquiriendo su posición defensiva cuando vio a los suyos acercarse –¡No dejaré que les hagan daño! –dictaminó desenvainando su propia espada, listo para cumplir su palabra.

Los tres ángeles se lanzaron hacia él, pero Chanyeol era hábil peleando, y contrarrestó cada uno de sus ataques, deshaciéndose de ellos con un fuerte batir de sus alas.

–Sorprendente –admiró el diablo.

–Eres tan bueno como siempre –se escuchó una voz conocida. Chanyeol no tuvo tiempo de reaccionar hasta que sintió la punzada de dolor en su hombro, el filo del arma enterrándose en su carne, certera –Pero... aún eres ingenuo –Kyungsoo lo observaba imponente, retirando la gran lanza con la que lo había atacado –¿Por qué proteges a los demonios? Fuiste promovido en la última guerra por tus victorias –le recordó el bajito.

–Entonces... ¿Cómo "debo ser"? –contraatacó Chanyeol, desafiante –Como ustedes, debo desear sentir el amor de Dios, y ciegamente ¿seguir sus órdenes? –Kyungsoo entrecerró los ojos ante las palabras dichas por su subordinado –Aún cuando no sé dónde encontrar el amor de Dios –inclinó la cabeza apenas para ver a Baekhyun y al chico en sus brazos –Quizás los demonios... sepan cómo soy en realidad –declaró cruzándose de brazos.

El de labios acorazonados lo observó por un segundo en silencio –Parece que... no tiene caso hablar contigo –concluyó afianzando la lanza entre sus manos, preparándose para volver a atacar.

–¡Espera! –el sacerdote se interpuso entre ellos dos antes de que Kyungsoo atacara.

–¡Baekhyun! –bramó Chanyeol, alterado.

–¡Yo aún tengo algo de mi tiempo aquí! ¡Toma un día de mi tiempo y dáselo al chico! De ese modo... –el rostro del demonio dejó ver la profunda pena que lo agobiaba –...nadie más saldrá lastimado...

Kyungsoo lo miró receloso, descendiendo y apoyando el filo de su arma bajo la barbilla del sacerdote –¿Lo dices en serio? –cuestionó desconfiado. Baekhyun no apartó la mirada en ningún momento –Entonces así será. Me retiro –bajó el arma y dio media vuelta. Cuando ya se alejaba, detuvo su andar –Y Chanyeol... –advirtió sin girarse a mirarlo –Consideraré tu castigo por atreverte a desafiarme. Definitivamente lo lamentarás –terminó antes de agitar sus alas y desaparecer.

–¿Estás bien, Chanyeol? –Baekhyun corrió hacia el alto.

–Estoy bien –lo tranquilizó con una sonrisa –Es por ti que estoy preocupado. Me ayudaste, pero redujiste el tiempo de tu estadía.

Las pálidas mejillas del sacerdote se tiñeron de un ligero rubor, antes de recuperarse de la impresión y responder –Yo... solo seguí lo que enseña Dios –sonrió con ternura, yendo a ayudar al chico a levantarse.

Chanyeol permaneció con la mirada en la nada, sus retinas impregnadas con el último gesto que el demonio le había dado. Tal vez ya sabía la respuesta, la respuesta de dónde encontrar el amor de Dios.

***

El ángel y el demonio permanecían sentados en el pasillo del hospital mientras aguardaban al chico que conversaba con la anciana mujer postrada en la cama.

–Sé un buen chico y vive honradamente, hijo –susurraba con suavidad, mientras miraba con ojos brillantes a quien lloraba silencioso sus lágrimas mientras presionaba la frágil mano contra su mejilla.

–Así lo haré madre –afirmaba el diablo, acariciando el dorso con ternura –Seré bueno, así que no te preocupes por mí.

La mujer sonrió por última vez, antes de cerrar los ojos y dejar que la paz infinita la envolviera.

Cuando el chico abandonó la habitación, lo hizo con la cabeza gacha, pero al enfrentar a los que lo esperaban, una amplia sonrisa y el rostro húmedo de lágrimas sorprendió a ambos.

–La vi irse –suspiró el chico, aliviado –Estoy seguro de que encontrará a su hijo en el cielo, y vivirán allí felizmente. No tengo nada de qué lamentarme. Gracias por todo –sonrió sincero, entrecerrando los ojos –Gracias... –y con estas últimas palabras, desapareció en una nube de humo negro.

–Ustedes dos... –habló Chanyeol, embelesado en la mirada enternecida que Baekhyun daba al lugar donde vieron por última vez al diablo –Es bueno que sepan entender las cosas y superarlo –se acercó a tomar la muñeca del demonio, y deslizar sus dedos hasta entrelazarlos con los del pelinegro, ganándose toda su atención –No te preocupes. Encontrarás el modo de hallar tu respuesta. Eso es lo que tú me has enseñado. Yo también trataré de buscar otros caminos. Quiero encontrar la manera de vivir libremente, no como un ángel, sino como un hombre... contigo.

Baekhyun abrió los ojos sorprendido, sintiendo sus mejillas calientes y su corazón acelerado. Entonces tomó la mano del ángel entre las suyas –Está bien. Entonces busquemos un camino, y encontrémonos después para recorrer lo que nos resta, juntos.

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