Capítulo 1.

Él era feliz, no podía decir que la vida lo haya tratado especialmente mal, era casi lo opuesto. Su madre estaba con vida, no sabía ni le interesaba mucho su padre pues su abuelo siempre le había restado importancia al asunto acostumbrándose a ello.

Pero aquella calma, aquella burbuja explotaría algún día y el ya era consciente de eso desde hace meses.

Por eso tenía que disfrutar mientras podía o al menos eso le dijeron sus compañeros de la universidad quienes lo trajeron a este comedor tan tarde.

Además habían invitado a unos cuantas chicas que también estaban en su aula. No le impotaba mucho eso, pero había una de ellas que no paraba de mirarle aunque no sabía porque.

Rascó su cabellera negra en puntas antes de sostener una lata de cerveza, no es que le gustara pero el ambiente se prestaba a ello.

El Son vestía una camiseta negra que le quedaba algo flojo aunque aún así se notaba su trabajado torso y brazos, sus pantalones eran azules y sus zapatos vanz negros como su camiseta.

-¡Oye Son! Ya era hora de que comenzaras a beber -habló uno de sus amigos mientras posaba una mano sobre su hombro- No creo que seas de esos tímidos jaja.

-Claro, es quería comer antes -respondió el azabache con diversión notándose los platos sucios acumulados en la mesa.

-Y dime Son, ¿lo has notado verdad? -preguntó el que estaba a su izquierda hablándole al oído mientras bebía de su cerveza.

-¿Qué cosa? -preguntó curioso.

-Como esa preciosidad te ha estado mirando desde que llegamos -dijo exaltado el otro joven causando que Goku lo mire con una ceja levantada.

-¿Realmente lo crees? Vi que cuando la miré apartaba su mirada -murmuró el azabache nervioso.

-¡Eso es porque quiere algo! Las mujeres son así, Goku -habló con emoción su compañero mientras le daba un suave golpe en hombro- Además eres buen partido, no eres feo y eres alguien que aparenta ser fuerte.

-Lo soy -aseguró Goku sonriente confundiendo levemente a su amigo pero rápidamente suspiró.

-Co...como sea, debes hablarle sí o sí -le respondió su otro amigo codeándole.

-¿Tú lo crees? Está bien -habló el Son esbozando una pequeña sonrisa poniendose de pie.

En realidad habian tomado un cuarto alquilado por lo cual estaban todos en un mismo lugar. Algunos chicos ya estaban hablando con las féminas, mientras los otros seguian agrupados charlando y divirtiéndose cada uno a su forma.

El Son caminó hasta aquella que no le había parado de mirar y a la cual sus amigos se referían. Incluso ahora veía su rubor aparecer cuando lo miró de reojo y notó que camino hasta ella.

Ella era hermosa, no había otra definición ni adjetivos para su persona. Su cabello era dorado como el sol y sus ojos azules como el mismo zafiro, incluso parecía tener brillo propio.

Escucho algunos chillidos de las chicas que la acompañaban, pero no importó mucho en realidad.

-Hey Mami-chan, ¿qué tal estás? ¿puedo invitarte una bebida? -preguntó Goku sonriente.

En ese momento jamás se imaginó los tantos problemas que le causaría esta mera acción. Sin dudas era un antes y después para ambos.

-¡Cla... claro que sí Goku-san! -respondió la rubia con un tono simplemente hermoso, para su suerte el líquido amarillo parecía haber terminado pues su vaso se veía vacío.

-Pues vamos a traer más, ¿te parece? -preguntó Goku tranquilo ante lo cual Mami simplemente asintió.

Salieron del pequeño salón, repentinamente la chica sintió como el azabache le tomaba de la mano ruborizándose rápidamente.

-¿No te molesta verdad? -preguntó curioso y algo nervioso, su abuelo le había enseñado muchas cosas cuando le visitaba.

Entre esas tantas cosas estaba el trato a las mujeres bellas, aunque muchas veces no lo entendía sabía que era un anciano sabio.

-N...no, e... está bien Goku-san -la muchacha respondió mirando el suelo con timidez.

Goku compró cuatro botellas coronitas para ellos dos.

-¿Te...te molestaria quedarte conmigo en una mesa? -preguntó Mami repentinamente dejando de caminar justo antes de volver a entrar a aquel salón.

-No realmente -respondió con simpleza Goku mientras tomaban asiento en una mesa vacía uno al lado del otro dejando algo de distancia entre ellos.

-E...eres realmente linda, Mami-chan -habló Goku repentinamente llamando la atención de la rubia, pero esta en vez de alegrarse o sentirse halagada suspiró pesadamente.

-"Otro más..." -pensó con algo de resignación, todos eran así, todos empezaban su "cortejo" de esta manera- Gracias -fue su seca respuesta bebiendo de la botella, ahora quería terminar esas cuatro para irse de allí.

Goku le decepcionó.

"Sigh"

Un suspiro pesado salió de Goku llamando la atención de la chica.

-Lo lamento, es solo que no suelo hacer mucho esto, no quiero caerte mal o algo así -comenzó a hablar mirando la botella en su mano- Pero en realidad me gustaría conocerte más, otras cosas, ¿me entiendes? -reveló esbozando una pequeña sonrisa.

-¿Por qué dijiste eso a la primera entonces? -preguntó divertida evitando reír, la cosa comenzaba a cambiar.

-Bue...bueno, mi abuelo me dijo que esa es la mejor manera -reveló rascando su nuca pensativo.

-¿Tu abuelo? Jaja -Mami comenzó a reír- ¿Y qué cosas quieres saber de mí Goku-san? -preguntó entrecerrando sus ojos dando otra sorbo a su bebida.

-Hmm, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿cuál es tu comida favorita? A mí me encanta el curry de mi madre -comenzó a hablar Goku consiguiendo la atención de la chica.

Para ella él era apuesto, eso estaba claro desde un principio por ello no pensaba que fuera un perdedor de hecho varias de sus amigas ya le habían echado el ojo. También tenía un físico cuanto menos resaltante, incluso parecía que iba al gym.

Y que alguien así haga ese tipo de preguntas inocentes, de un novicio en este mundo de parejas y relaciones era algo sumamente interesante para la muchacha.

Esbozando una dulce sonrisa la rubia le contestó sus preguntas y dudas. Así lentamente la curiosidad mutua aumentó, su charla se hacía amena y lentamente aquella incomodidad e ignorancia del otro desaparecía.

Mami se divertía con las ocurrencias del Son, sus historias de cuando iba al campo para visitar a su abuelo que gracias a Goku supo que tuvo que venir a la ciudad por razones de salud.

-Pero ya en serio, Goku -los honoríficos ya habían desaparecido- ¿En verdad te intereso? -preguntó posando su mano sobre la de Goku que se asombró por la pregunta.

-Bueno, al parecer no he sido lo suficientemente obvio en mis acciones ni palabras -respondió Goku entrelazando sus dedos a los de la rubia.

Ambos se miraron intensamente por algunos segundos. Lentamente sus rostros se acercaron.

Los ojos zafiro de la mujer lo detallaban y él hacía lo mismo. Finalmente el beso se dio entre ellos, los finos brazos de la mujer rodearon el cuello del azabache mientras él la sostenía con firmeza de la cintura.

Sus cuerpos uno al lado del otro se pegaban más y más mientras la intensidad del beso se incrementaba tomando respiros ocasionales para posteriormente seguir.

-Mami... -murmuró Goku pegando su frente al de la rubia que respiraba pesadamente.

-¿Q... qué ocurre Goku? -preguntó con una pequeña sonrisa la mujer mirando los ojos del chino.

-No quiero decirlo otra vez, pero eres muy hermosa -habló el Son posando su mano sobre la nuca de la chica con delicadeza.

Normalmente aquel tipo de halagos no significaría nada para Mami, pero contrario a lo que ella misma se esperaba el sonrojo causado por la bebida ahora incrementó. Su corazón pareció incluso dar un salto.

Le echaría la culpa a la bebida por aquella reacción poco común en ella, eso tenía que ser, ¿verdad?

Eso fue todo, por su situación actual ninguno supo en realidad como llegaron a aquel lugar.

No lo pensaron, no había tiempo pues ni siquiera se despidieron de sus conocidos caminando por las calles de la mano. Ambos tenían sus rostros rojos como un tomate, hablaron simplemente para dejar en claro las direcciones que debían tomar.

Pero eso solo ocultaba la tensión sexual bruta que sentían ambos jóvenes en ese momento por el otro.

-¿Aquí e...es donde vives? -preguntó Goku mientras era empujado abruptamente hacia una puerta.

"¡Pum!"

La puerta detrás de ambos se cerró abruptamente. Mami fue pegada a la pared por Goku que besaba su cuello, ella no ponía resistencia alguna pues abrazaba al chico del cuello con fuerzas, guiándolo por donde mejor se sentía.

Se separaron para mirarse por unos segundos, Goku esperando un simple asentimiento para seguir, cosa que obtuvo rápidamente.

-T... tu camiseta -murmuró Mami mientras metía sus manos dentro de las ropas de Goku abriendo sus ojos al sentir un tesoro abajo.

Con un sonrojo intenso la mujer le sacó la ropa a Goku quedando este con el torso desnudo exhibiendo su trabajado cuerpo.

-Woah -Mami abrió su boca en asombro.

Para su sorpresa sintió las manos varoniles de Goku posarse en los botones de su camisa celeste, uno por uno Goku comenzó a desabrocharlos dejando ver cada vez más de la tercia piel de la jovencita que sentía sus nervios y libido aumentar por los movimientos del azabache.

-Así es más justo, ¿no? -preguntó el Son comenzando a besar nuevamente a la rubia y mientras lo hacía terminar de quitarle aquella molesta prenda dejándola solo en sostén, un sostén blanco que parecía reflejar incluso la pureza que sería manchada esa noche.

La falda de Mami cayó al suelo, era fácil de quitar pues solo dependía de un cierre. Para suerte de la rubia las luces seguían apagadas.

Sus finas piernas rodearon el torso del fortachón chico.

-Mi...mi cuarto -hablaba entre cortada por el intercambio de salibas por medio de los besos que se daban- Vayamos a mi cuarto...

-¿Dónde...? -le preguntó el Son al oído causando cierto estímulo en la rubia que simplemente señaló mientras Goku la sostenía de las nalgas- "Suave" -pensó sumamente perdido en el sentir de su mano por la piel de la muchacha.

Era tierna en todos los sentidos, su cuerpo, su cara, su cabello, sus ojos. Parecía un maldito ángel y él parecía una bestia salvaje.

Goku la dejó caer sobre su cama mientras la detallaba, ella recostada con su cabello rubio esparcido por las sábanas celestes, su sostén blanco al igual que sus pantis.

Podía verla ruborizada y nerviosa, pero totalmente dispuesta a lo que estaba por pasar.

-Goku... n...no me hagas esperar -pidio cubriendo sus ojos con su antebrazo y con un tono tan dulce que casi enloquece a Goku.

A esa bella chica la tenía a su disposición y así también ella lo tenía entre sus manos ahora y por mucho tiempo.

Goku gateó sobre la cama para quedar sobre ella, lo primero que hizo fue posar suavemente sus manos sobre uno de los pechos de la chica, no eran grandes tampoco pequeños, eran simplemente perfectos para el Son que comenzaba a jugar por uno de los pezones de la rubia que se mordía los labios.

"¡Hmph!"

Gimió y como resultado Goku la despojó de su sostén dejando verla totalmente descubierta al menos en su torso.

-¿Puedo? -preguntó Goku con una respiración pesada y caliente que incluso Mami sentía.

Ella simplemente asintió dando paso a que el Son comience a masajear sus pechos, arriba a abajo, izquierda a derecha. No parecía aburrirse hasta que decidió meter uno en su boca.

-¡Go... Goku! -gimió una vez más la rubia al sentir como el chico chupaba con ímpetu su pezón y jugaba por el otro como si fuera un botón.

El Son creyó que lo estaba haciendo bien pues en vez de apartarlo ella lo presionó contra su pecho siendo capaz de sentir su agitada respiración y el latido intenso de su corazón.

El subió su rostro para besarla, cosa que fue correspondida.

Mami lentamente despojaba al Son de su cinturón y bajaba su cierre.

Le arrancó su pantalón como pudo quedándose Goku en boxers, aunque su teléfono cayó sobre la cama por tanto movimiento. Allí vio el bulto del azabache, tenía un buen tamaño y de eso no cabía duda.

Goku por fin dejó de jugar por los pechos de la muchacha para besarla una vez más frotando su cuerpo al de la chica que pasaba su mano por el torso del chico hasta llegar a su vientre bajo y donde por fin tomó entre sus manos el miembro del chico.

Aun durante el beso ella lo estimulaba, jugaba por el pene del chico así como este mismo jugó por sus pechos.

Se separaron por unos segundos y supo que lo que hacía tenía efecto por la respiración pesada del azabache.

-Ma...Mami -murmuró dejando caer su rostro al costado de su cuello.

Mami sonreía confiada por lo que lograba en el chico, en un momento logró ponerlo a él debajo de ella.

Sus suaves nalgas ahora se presionaban por el abdomen de Goku mientras este lo veía con algo de asombro, Mami tomó el control.

Aún con su mano masajeaba el pene de Goku causando que este lance alguno que otro gemido de placer.

Mami se sonrojó levemente cuando sintió el miembro de Goku rozarla por detrás teniendo que mirar hacia atrás, una sonrisa socarrona se apoderó de su expresión.

Estaba excitada.

-¿Lo quieres Goku? -preguntó Mami mirando hacia su propia intimidad a lo que el chico que la miraba sonrojado simplemente asintió algo atontado.

"¡Ring, ring, ring!"

El teléfono comenzó a sonar, con rapidez Goku lo sostuvo y miró el número.

"Abuelito"

Decía pero rápidamente cortó, estaba en un momento que requería más de su atención según él.

Qué equivocado estaba.

Mami lentamente dejo ver su intimidad bajo la atenta mirada del Son, tragó seco cuando la muchacha le sonrió de forma casi malvada, aunque aún así resaltaba sus nervios y timidez.

Con lentitud sus boxers fueron bajados y Mami se puso de rodillas aún sobre Goku. Dirigió el pene de Goku dentro de su propia vagina mordiendo sus labios y gimiendo con dulzura causando más exitacion en Goku.

El chico no aguanto más y de forma abrupta levantó su pelvis llevando lo más dentro posible su pene dentro de la chica.

"¡Kya!"

Las manos de Goku se posaron sobre la cintura de esta y allí comenzó su vaivén de caderas. Dos, tres, cuatro, cinco estocadas hasta que Goku por fin notó cierto detalle.

Ella sangraba cosa que le hizo abrir sus ojos de par en par.

-¿E...eres virgen? -preguntó sumamente exaltado Goku.

-Lo era -fue la corta respuesta de Mami que respiraba como si hubiera realizado un maratón.

"¡Ring, ring, ring!"

El teléfono sonó nuevamente y aún así Goku corto la llamada, jamás podría contestar ahora.

"¡Plaf, plaf, plaf!"

Las nalgas de Mami resonaban con el cuerpo de Goku.

Comenzaron a cambiar de posición experimentando muchas cosas entre los dos.

Goku sostenía de los brazos a Mami que lo miraba de reojo hacia atrás con un gran rubor en sus mejillas y una expresión nada menos que excitación.

-¡Go...Goku! -exclamó abriendo sus ojos cuando Goku envistio hacia ella comenzando nuevamente a conectarse carnalmente.

Sos rodillas flexionadas por la cama mientras Goku venia y salia dentro de ellas las veces que quería estando en su espalda. No la dejaba ir pues le sostenía con fuerzas de sus brazos, probablemente dejarían marca por su delicadeza pero no le importaba, a ella no le interesaba en absoluto otra cosa que no fuera seguir.

"¡Ring, ring, ring!"

Una vez más sonó pero esta vez fue simplemente ignorado.

Mami ahora yacía abajo de Goku que volvía a chupar uno de sus pechos solo que ahora su pene estaba dentro de ella. El azabache llevó sus dedos índice y medio dentro de la boca de Mami que le mordía con fuerzas y los llevaba de saliva, pero no interesaba.

Ambos estaban perdidos en su momento carnal.

Con ferocidad Goku le plantó otro beso, pero fue Mami quien ingresó a su boca con su lengua buacando llegar lo más profundo posible.

El azabache sostenía la cabeza de la rubia mientras la besaba y era constante en sus estocadas en su interior.

-¡M...me vengo! -exclamó la bella chica mordiendo con fuerzas el hombro de Goku que ni siquiera lo sintió.

Aquella cama ahora estaba humeda de tantos líquidos sueltos por esos dos chicos.

Por varias horas estuvieron así, lo hicieron parados, sentados, acostados. Practicaron cuanta cosa pudieron mientras aún podían y sus cuerpos aguantaban.

Claramente aquel momento jamás se borraría de sus cabezas, Mami incluso cambió su mirada a el pero no lo notó.

Finalmente quedaron completamente dormidos sin interesarles su aspecto o su situación. Mami sentía como Goku le rodeaba con sus brazos fuertes y fue suficiente para ella, ni siquiera supo como fue que las frazadas ahora les cubrían.

Se acurrucó en el cuerpo desnudo del Son, estaba cansada, pero sumamente feliz y satisfecha. No sabía si Goku era realmente lo que se esperaba para perder su virginidad, pero hasta el momento estaba satisfecha.

[.]

Los ojos zafiro de la muchacha se abrían lentamente, pero había algo mal, algo que no le gustaba. Se sentía fría y sola, pero, ¿por qué?

Se sentó sobre su cama cubriendo su cuerpo con las telas de la cama. Miró los alrededores y no había ni un solo rastro de su compañero de anoche.

¿Fue su imaginación? No, imposible. Aún seguían allí los rastros de su desenfrenado acto carnal.

Se confundió y preocupó.

-¡Goku! -llamó mientras su expresión se contorsionaba lentamente- ¡Goku!

Por más que llamaba nadie aparecía.

-¿Esto es... es una broma Goku? -preguntó con la mirada cabizbaja.

Tenía que ser una broma, ¿se fue sin decirle nada? ¿será acaso que se aprovechó de ella y nada más?

No aparentaba tal cosa, pero esa era la impresión de ahora.

-Go...ku -fue el último llamado casi como un susurro mientras sus ojos eran cubiertos por sus cabellos dorados que parecían no brillar con la misma fuerza que anoche.

Su mano apretaba con fuerzas las sábanas debajo suyo y su mirada expresaba estar... perdida.

Esto era imperdonable.

--Fin del capítulo--

Mucho Rent a girlfriend y aquí tienen un nuevo fic, en toda la cara, porque sí xD. Me ha llamado mucho la atención y bueno, aquí tienen.

Dejen sus comentarios y opiniones, desde ya se vienen cositas para esta historia, así que preparaos😈

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