Nueva amenaza

 Academia/Departamento 405:

El sol aún no había salido cuando el sonido ensordecedor de un despertador digital rompió el silencio en la habitación. Sobre una mesita de noche, junto a una cama desordenada con montones de sábanas y ropa, el despertador continuaba su estridente llamado.

De entre el revoltijo, una mano emergió lentamente. Esta mano, peculiarmente, tenía tres garras rojas y afiladas que se dirigieron rápidamente hacia el despertador, tratando de apagarlo de inmediato. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que el sonido retumbara nuevamente, aún más fuerte que antes.

El montón de ropa se agitó y finalmente se desmoronó, revelando una larga melena de un vibrante color rojo. A los pocos minutos, una figura se sentó en la cama, revelando que se trataba de Lilith. Su expresión no denotaba precisamente alegría por despertar.

Lilith: Mmm...

Su gruñido áspero y malhumorado dejaba en claro su mal humor. Lo primero que hizo fue alzar su mano y estamparla con fuerza sobre el despertador, causando pequeñas grietas en su pantalla y dejándolo completamente inoperable.

Lilith: Tch...

Luego, con determinación, agarró el despertador y lo lanzó con fuerza hacia una esquina del cuarto, donde se encontraban varios otros despertadores en un estado similar.

Lilith: A este ritmo me quedaré sin... suspiro

Decidida, Lilith se levantó de la cama y se dirigió al baño del departamento. Abrió el grifo de agua fría en la bañera y esperó pacientemente a que se llenara. Una vez hecho esto, apoyó sus manos en el borde de la bañera y sumergió su cabeza en el agua fría, permitiéndose estar sumergida por un buen rato. Después de un minuto completo, finalmente sacó la cabeza y tomó una profunda bocanada de aire.

Temblorosa por el frío, Lilith se levantó y agarró una toalla para secar su pelaje mientras murmuraba internamente. Saliendo del baño, se dirigió a la sala, donde se encontraba una mesa con varias botellas a medio consumir y un plato con sobras de comida. Un pequeño sofá de dos plazas estaba ubicado frente a la ventana que daba al patio interno del campus.

Sin mucho interés, Lilith se acercó a la mesa y observó el plato de sobras. Parecía contener un simple arroz con tortilla de huevo, aunque solo quedaba la mitad de la tortilla y unos pocos granos de arroz amontonados. Encogiéndose de hombros, Lilith tomó la media tortilla con las manos.

Lilith: Si no me hizo daño ayer, supongo que tampoco lo hará ahora.

Sin masticar, se metió la tortilla en la boca y la consumió rápidamente. Luego, tomó el plato y comenzó a lamerlo, asegurándose de no dejar rastro alguno del arroz restante. Una vez terminado, dejó el plato sobre la mesa.

Lilith: Y así me ahorro lavarlo... Creo que ya está todo hecho.

Adoptando una pose pensativa, con la garra apoyada en su mentón y los ojos cerrados, Lilith reflexionó brevemente.

Lilith: Ya me levanté, me lavé y desayuné... Sí, ya estoy lista.

Estirándose un poco, agarró su bolso que colgaba de una silla y se dirigió hacia la puerta de salida del departamento. Antes de abrirla, dio una última mirada a su alrededor.

Lo único que pudo ver fue un departamento sucio, mal cuidado y sin vida. Suspirando con cierta amargura, finalmente abrió la puerta y salió.

2 horas después

Lilith estaba en el salón con la clase de química con su profesora enseñando aunque esta no prestaba mucha atención a lo que decía optando por mirar a la ventana 

narra Lilith 

Ya han pasado dos semanas desde que comenzaron las clases, pero realmente las cosas no han cambiado mucho. Es lo mismo de siempre, la mayoría de los estudiantes holgazaneando, Félix molestando a todos por creerse la gran cosa, Eva siendo un dolor de cabeza al creerse la mejor estudiante, y así sucesivamente.

Sin embargo, hay una pequeña diferencia. Ese chico, John o algo así, siempre está acompañado por esos dos fracasados. Últimamente los llaman "los tres fracasados", aunque no es muy original.

Este chico siempre desafía el orden establecido, no busca destacar sobre los demás, pero no permite que lo pisoteen. Recuerdo aquel día en la cafetería, cuando se enfrentó a Félix. Se comportó como si fuera un héroe.

Debo admitir que es alguien extraordinario. Es extraño que no haya ganado el respeto de nadie, pero bueno, no voy a ofrecerle el mío. Después de todo, es solo un niño que no sabe en qué se está metiendo. 

Yuliana: ¡Y recuerden traer la tarea para mañana!

El grito de la profesora sacó a Lilith de sus pensamientos. Movió la cabeza hacia los demás estudiantes que comenzaban a salir al pasillo.

Lilith: Carajo... (Ya se debió haber pasado toda la clase... y ni siquiera sé cuál es la tarea...)

Se levantó de su asiento y se dispuso a salir, pero antes notó que los últimos en permanecer en el aula eran el trío de amigos esperando a que Argenis terminara de copiar, sin mucha paciencia.

Argenis: ¡Lo prometo, casi termino!

Estaba desesperado, escribiendo lo más rápido que podía sin siquiera detenerse a respirar.

John: No te preocupes... Como si tuviéramos algo que hacer en este momento.

John hablaba sin mucho entusiasmo, seguía sentado con los ojos cerrados, como si quisiera descansar un rato.

Arias también se sentó a su lado, visiblemente preocupado.

Arias: ¿Sigues sin poder dormir bien?

John: Mmh... No, y las pastillas no hacen efecto.

La voz de John sonaba decaída, como si no quisiera seguir hablando del tema.

Arias: Ya veo...

Argenis: ¡Listo! Podemos irnos.

Arias: Ya era hora...

Argenis: ¿Y adónde quieren ir?

Argenis se levantó bruscamente de su asiento, haciendo que la silla cayera en el proceso. Mientras tanto, Lilith observaba toda la escena con una gota de sudor en la frente.

John: ¿y que les parece ir al supermercado? ya tengo que hacerlas compras de la semana.

Lilith: Idiotas...

Ella se fue del lugar sin muchas ganas de seguir viendo a esos tres.

Mientras caminaba por los pasillos, notaba cómo nadie quería cruzarse en su camino. La gente se alejaba de donde ella caminaba, dándole vía libre para ir a donde quisiera.

Lilith: Je... Cobardes.

Hablaba entre murmullos, disfrutando del temor que le tenían. Al menos así seguiría, hasta que se topó con una Lucario que llevaba unos libros en su camino. Ambas se quedaron a unos pasos de distancia, enfureciendo a Lilith.

Lilith: Apártate de mi camino.

La mirada de Lilith era amenazante y llena de ira, mientras gruñía ligeramente.

Eva: ¿Y por qué debería hacerlo? ¿Sigues intentando asustarme? No tengo motivos para temerte.

La Lucario la miraba sin dejarse intimidar en lo más mínimo, desafiante al dar un paso adelante.

Lilith: Oh, te daré motivos para temerme, maldita enana... gruñe

Lilith no se quedó atrás, dio un paso adelante mientras preparaba sus garras.

Eva: Je, inténtalo. Sabes que soy intocable.

Eva dio otro paso al frente, mirando fijamente a Lilith, creando una gran tensión mientras los demás alumnos miraban con miedo, anticipando lo que iba a suceder.

Lilith: ¿Crees que me da miedo tu madre, perra enana?

Lilith dio el último paso para que ambas quedaran frente a frente.

Eva: Y tú crees que me da miedo tu padre.

Los ojos de Eva comenzaron a brillar con un intenso color carmesí.

Lilith: Jeje, a quien debes temer no es a mi padre... soy yo~

El tono de Lilith ya era pura maldad, asustando a todos a su alrededor.

Así quedaron ambas de frente, dejando a todos los alumnos con el aliento atrapado en la garganta mientras se preparaban para el inminente enfrentamiento.

Eva: ... Tch.

Eva simplemente pasa junto a Lilith, ignorándola por completo, mientras el brillo en sus ojos desaparecía y se alejaba del lugar, optando por no causar más alboroto.

Lilith: Je... Lo que pensé.

La Zoroark siguió su camino, riendo levemente mientras hablaba en voz baja, dejando a todos los alumnos impactados.

mientras tanto en las calles de la ciudad

Mientras tanto, en las calles de la ciudad, se podía observar al trío de amigos explorando un poco los alrededores después de haber ido al supermercado y comprar todo lo que necesitaban. Sin embargo, era evidente que Argenis había comprado notablemente menos que sus otros amigos.

Arias: ¿Estás seguro de que no quieres nada más?

Arias le preguntó a Argenis con cierta preocupación mientras continuaban su camino sin un destino en particular.

Argenis: Nah, no te preocupes, con esto puedo arreglármelas.

John: Arias tiene razón, solo compraste 5 paquetes de comida instantánea.

John mostraba la misma preocupación que Arias por Argenis, aunque su expresión seria no lo reflejaba.

Argenis: Les juro que estaré bien.

Argenis decidió caminar más rápido que sus amigos, tratando de avanzar y evitar seguir discutiendo sobre el tema.

Arias: A veces me preocupa mucho cuando se pone así.

John: Lo sé, a mí también me preocupa bastante, pero él prefiere evitar discusiones.

Arias: Sí, pero bueno, cambiando de tema, tengo curiosidad sobre algo.

John: ¿Ah sí? ¿Sobre qué trata?

A John se le notaba bastante curioso por lo que Arias le iba a preguntar.

Arias: Mmm... ¿cómo es tu familia?

Esto tomó por sorpresa a John, tanto que detuvo abruptamente su paso y miró a Arias completamente sorprendido, sin comprender a qué se debía la pregunta.

Arias también se detuvo después de ver la reacción de John y se rasca la nuca avergonzado, mirando hacia abajo.

Arias: Es que... nunca hablas de tu familia... solo tenía curiosidad.

John: E-esto... p-prefiero no responder...

John agacha levemente la cabeza, frunciendo el ceño y apretando los puños, mostrando su molestia sobre el tema.

De repente, se empezó a sentir una fuerte pesadez oscura en el aire, como si los sentimientos de odio de John pudieran flotar en el ambiente, asustando a las personas cercanas y dejándolas confundidas.

Arias: L-Lo siento... No quería molestarte.

Arias se mostraba bastante asustado por la repentina sensación en el ambiente, que aterrorizaba a todos.

John: Ah... ¿eh?

El chico levanta la cabeza algo confundido, mirando a Arias, y de repente, la sensación desaparece.

John: No... no es tu culpa... es solo que... creo que Argenis se alejó mucho. Mejor vamos a buscarlo antes de que se pierda.

El chico vuelve a bajar la cabeza mientras camina en dirección a donde está Argenis, pero Arias se queda en su lugar, agarrando su pecho y respirando profundamente, con una mirada asustada y confundida.

Arias: (¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué sentía tanto miedo? ¿Acaso fue John?)

Arias niega con la cabeza, considerando que la idea era ridícula, y luego mira hacia adelante, viendo que los dos chicos se alejan.

Arias: ¡Oigan, espérenme!

Él sale corriendo para alcanzar a sus compañeros antes de que se alejen demasiado

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"Callejones de barrios marginales:

La tarde caía sobre el barrio de bajos recursos, un lugar marcado por la adversidad y la lucha diaria. Sus calles estrechas y casas descuidadas parecían susurrar historias de desafíos y sueños rotos. En el corazón de este barrio se encontraba la entrada principal, un portal sombrío y desgastado que daba la bienvenida a un escenario cargado de tensiones.

Mientras la luz anaranjada del atardecer se filtraba entre los edificios deteriorados, el aire vibraba con la energía inquietante de una pelea inminente. Gritos desgarradores y risas burlonas se entrelazaban en un torbellino de caos. Los habitantes del barrio, acostumbrados a las escenas tumultuosas, se asomaban cautelosos desde las ventanas y puertas, observando con mezcla de miedo y curiosidad lo que estaba por desplegarse.

En ese lugar se encontraba Félix y sus compañeros, un Charizard y un Blastoise, quienes tenían frente a ellos a un gran grupo de humanos y Pokémon tirados en el suelo, golpeados y magullados por la paliza que les habían propinado los tres Pokémon.

Félix: ¡Jajaja! Se creían que podrían salirse con la suya.

Se escuchaba a Félix bastante orgulloso por la masacre que había cometido, riéndose frente a todos.

En ese momento, unos pocos se levantaron con dificultad, preparándose para seguir peleando, lo que hizo reír aún más a Félix.

Charizard: Qué fastidio... Ahora vamos a tener que golpearlos más.

Se le escuchaba al Charizard bastante cansado y aburrido.

Blastoise: No te quejes, solo será un movimiento.

El Blastoise dio unos pasos adelante, preparando sus cañones.

Los jóvenes, aunque asustados, se mantuvieron en su posición, desafiantes al trío de Pokémon. Saliendo por delante de todos los jóvenes, un Golem se puso en pie.

Golem: ¡Mantengan sus posiciones! Max no tardará en venir.

Los chicos, aunque dudosos, hicieron caso a las órdenes del Pokémon, poniéndose en forma defensiva y preparándose para lo que viniera.

Inmediatamente, Blastoise se agachó para lanzar una gran cantidad de agua desde sus cañones, utilizando el movimiento "Hidropulso".

Los jóvenes se prepararon con miedo para el impacto, cerrando los ojos, pero el impacto nunca llegó. Al abrirlos, todos se encontraron con una pared de concreto frente a ellos, que pareció surgir del suelo.

Tanto los jóvenes como el trío de Pokémon estaban impresionados por lo repentino, y el trío empezó a mirar a su alrededor, buscando la causa de esto.

Un cambio en la atmósfera se hizo evidente. Un viento helado sopló a través de las calles desoladas, levantando pequeñas ráfagas de polvo y hojas secas. La sensación de peligro se hizo palpable, como si el mismísimo barrio de bajos recursos estuviera conteniendo el aliento.

De entre las sombras, emergió una figura imponente y majestuosa. Era un Lycanroc Nocturno, con su pelaje oscuro y sus ojos brillantes e intensos. Su mirada feroz y desafiante no pasó desapercibida, causando un silencio momentáneo en medio de la escena caótica.

El Lycanroc se plantó en medio del camino, justo frente a Félix y sus compañeros. Su presencia imponía respeto, y a su lado se encontraba un Primeape que ayudaba al Golem a mantenerse de pie.

Félix: ¿Quién eres?

Félix, por primera vez, sintió una punzada de duda y temor en su interior. Aunque intentó mantener su postura arrogante, su mirada vaciló por un instante al enfrentarse al imponente Lycanroc. El Charizard y el Blastoise también sintieron intriga y respeto hacia la figura que se alzaba frente a ellos.

El Lycanroc se mantuvo callado, con su mirada fija en el trío de Pokémon y sin moverse, lo que puso bastante nerviosos a los tres Pokémon.

Inmediatamente alrededor del Lycanroc, comenzaron a elevarse pequeñas rocas afiladas, moviéndose alrededor de él, lo que puso en alerta al trío de Pokémon, quienes ya estaban bastante alarmados.

Félix: ¡Vamos! Él es solo uno.

Inmediatamente después de terminar esa frase, el Lycanroc cerró sus ojos, y como si fuera una orden, las rocas se lanzaron rápidamente hacia Blastoise. Sin que este pudiera hacer nada para cubrirse, fue golpeado de lleno en la cara por el ataque, que parecía tener una gran potencia.

Sin más, Blastoise cayó al suelo, aparentemente inconsciente y con la cabeza sangrando. Sin mucho interés, el Lycanroc avanzó lentamente hacia los otros dos.

Charizard, sintiendo la urgencia y la gravedad de la situación, desplegó sus alas y se posicionó frente a Félix, protegiéndolo mientras mantenía una mirada desafiante hacia el Lycanroc. Sabía que debían actuar con cautela y buscar una forma de enfrentar a su adversario.

Mientras tanto, el tercer Pokémon, consciente de la amenaza que representaba el Lycanroc, estaba decidido a no dejarse intimidar. A pesar del temor que corría por sus venas, se preparó mentalmente para el próximo enfrentamiento y buscó una oportunidad para contrarrestar los movimientos del Lycanroc.

El Lycanroc, al avanzar hacia los dos Pokémon restantes, mostraba una actitud desafiante y segura de sí mismo. Las rocas afiladas que lo rodeaban parecían indicar su habilidad para controlar el terreno y utilizarlo en su beneficio.

Félix, consciente de que no podía permitir que su equipo se viera derrotado tan fácilmente, buscó una estrategia en medio de la tensión del momento. Observó detenidamente al Lycanroc y pensó en una posible debilidad que podrían aprovechar.

El Lycanroc continuaba avanzando con confianza, sin mostrar signos de temor o preocupación. A medida que dejaba caer las rocas a su alrededor, su mirada indiferente parecía burlarse de la situación. Esta actitud desató la furia de Charizard, quien se sintió desafiado y decidido a responder.

Charizard, con su enorme envergadura y su poderoso aliento de fuego, se preparó para usar su ataque Lanzallamas. Inhaló profundamente, sintiendo el calor ardiente acumulándose en su garganta. Sus llamas internas cobraron vida, listas para ser liberadas con toda su intensidad.

A medida que el Lycanroc se acercaba, Charizard no dudó en tomar acción. Su pecho se expandió, y un torrente de fuego incandescente estalló de su boca hacia su objetivo. Las llamas danzantes y abrasadoras se dirigieron directamente hacia el Lycanroc, con la intención de consumirlo y derrotarlo.

El Lycanroc solo puso sus dos brazos en forma vertical frente a él para cubrirse, y debido a esto, Félix sonrió como si la victoria ya fuera suya. Sin embargo, apenas terminó el ataque, se vio al Lycanroc intacto, lo que dejó impresionados a todos los espectadores.

Inmediatamente, en menos de un parpadeo, el Lycanroc apareció frente a Charizard y le dio un puñetazo en el estómago, sorprendiéndolo y mandándolo volar hacia una pared con Félix detrás de él, recibiendo todo el impacto de la pared.

Félix intentó levantarse, pero el peso de su amigo lo hizo imposible. Al mirar al frente, se encontró con la mirada fría del Lycanroc.

Félix: ¿Quién eres..?

La voz de Félix era de profundo miedo, teniendo la mirada fija en el Lycanroc.

Lycanroc: Eso no te importa.

La voz del Lycanroc era fría, sin emociones.

Félix: P-por favor, déjame ir.

Lycanroc: Mmmh... Para eso, vas a tener que hacer algo.

Félix: ¡Lo que sea!

Félix estaba muy desesperado por salvarse de cualquier destino que le deparara.

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Lycanroc: Tráeme a Argenis Jim.

fin del cap






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