《Cap.22》
Ayer fue un día... ¿cómo podría describirlo en una sola palabra? Quizás maravilloso, perfecto o mágico. Cada detalle de la cita con Nate fue espectacular y tan especial. Además, de que aún me encuentro en proceso de superación por el gran talento que él tiene. Sin embargo, me duele que no pueda mostrarlo al mundo.
Pero, claro, no solo desperté feliz por eso, sino porque hoy es mi primera clase de arquería. Estoy tan nerviosa que me tiemblan las manos, jamás pensé en tomarme la arquería tan en serio, en un principio fue una simple forma de gastar mi tiempo libre.
Me alisto con rapidez y me dirijo de inmediato al establo de caballos.
Una vez allí, miro la puerta y en esta hay una nota para mí, en realidad es una lista de quehaceres. Así que decido comenzar de inmediato, tomo la correa de cada caballo y los llevo de uno en uno al campo ecuestre, el cual está cubierto enteramente de nieve. Luego, vuelvo al establo y comienzo de inmediato a limpiar cada uno de los compartimentos en donde descansan los caballos.
Con ayuda de un rastrillo, limpio el heno del suelo. Después de haber terminado con los diez compartimentos, coloco agua y alimento en sus respectivos comederos.
—Vamos, bonito —digo con dulzura al tomar la correa de uno de los caballos.
Cuando finalmente cada caballo está en su lugar, acomodo un poco las herramientas y cosas que utilicé.
—Adiós, caballitos —exclamo antes de cerrar el establo. Luego, me dirijo a mi habitación para poder cambiarme, ya que en pocas horas vendrá mi nueva maestra. Para mi suerte, Nate habló con sus padres para dejarla entrar al castillo y ellos estuvieron de acuerdo, mientras que no pase del bosque.
Así que me quito mi actual ropa y me visto poco a poco con el traje de arquera que Nate me obsequió.
Almuerzo lo más rápido que puedo, tomo mi arco y flechas, y salgo de mi habitación para dirigirme a la entrada del castillo, en donde Nate se encuentra esperándome.
—Te ves como una arquera profesional —dice mirándome con cierto resplandor en sus pupilas.
—Jamás habría tenido esta oportunidad sin tu ayuda —respondo.
—No fue nada, nunca me gustaría ver que tu sonrisa se apague —añade abrazándome. Me encanta tenerlo cerca de mí, él me hace tan bien.
Nos separamos cuando vemos que una mujer de unos veinticinco años se acerca al castillo. Ella es alta, rellenita, cabello negro y con ojos color avellana.
—Debes ser Molly, soy Camille —dice con una gran sonrisa—. Hola, Nate. Un gusto volverte a ver —añade con una reverencia.
—El gusto es mío, Camille. Bueno, las dejo —exclama Nate y se aleja de nosotros.
—Espero que estés lista para aprender —menciona emocionada.
—Por supuesto —respondo con emoción.
—¿Dónde vamos a practicar? —pregunta mirando todo el lugar.
—En el bosque —digo y comienzo a caminar hacia este, y ella me sigue.
—Por cierto, me encanta tu traje de arquera —comenta con una sonrisa.
—Quería usar algo que se adapte al deporte.
—Buen, inicio. Me gusta tu actitud —dice observándome.
Una vez en el bosque, ella me solicita que le enseñe un poco de lo que sé hacer. Así que decido hacer lo mismo que aquel día. Subo a uno de los árboles y hago una marca, después subo a otro de los árboles y tiro una de las flechas al punto que hice hace algunos minutos.
Ella analiza cada uno de mis movimientos, lo cual me hace sentir un tanto nerviosa, pero esta es mi oportunidad de demostrar mi capacidad.
—Tienes una precisiónaceptable, falta mejorar la postura, pero me sorprendiste, eres buena a pesar deno tener asesoría profesional previa. Lo que si te falta bastante esflexibilidad para poder esquivar los obstáculos y fuerza en los brazos s —indica.
—Lo que significa que el proceso será muy extenso —respondo decepcionada, a lo que ella se ríe.
—Eso dependerá de tu esfuerzo y compromiso —expone. — Primero, vas a comenzar a mejorar tu postura y precisión.
—Claro, entonces empecemos —digo emocionada.
Ella toma su increíble arco y una de sus flechas, y la lanza a un punto que hay en el tronco del árbol. Luego, sigo yo y ella comienza a corregir cosas como la posición de mis brazos, mi espalda y el cómo coloco mis pies.
Pasadas algunas horas, la despido en el portón del castillo y me siento en una de las bancas del jardín. Echo mi cabeza hacia atrás y cierro mis ojos, mientras arrugo mi cara del dolor, mi cuerpo se encuentra temblando, no aguanto mis pies, ni mis brazos, en general toda parte de mi cuerpo se siente agotada. Y lo peor de todo es que me envió una rutina de ejercicios de fuerza y flexibilidad para poder mejorar. Así que, con dolor me levanto de la banca y camino vagamente hacia mi habitación en donde cierro la puerta y me lanzo a mi cama.
—¡Ay, mi cuerpo! —me quejo con flojera. Me cambio de ropa por una simple blusa larga en color turquesa y coloco unos pantalones cortos en mi parte inferior.
—Molly, ¿estás aquí? —dice una voz a través de la puerta de mi habitación. Me dirijo a ella y abro la puerta, y me encuentro con Nate y su típica sonrisa encantadora.
—Entra —digo sentándome en mi cama y él hace lo mismo.
—¿Cómo estuvo tu primer día?
—Bien, pero no soporto mi cuerpo. Tengo mucho dolor —digo con la voz apagada.
—Bueno, tú quieres ser arquera, ¿no?
—Sí —respondo de forma inmediata.
—Entonces, enséñale al mundo quién eres —dice emocionado.
—Bien, pero tal vez mañana, hoy estoy cansada —respondo riendo débilmente.
El ambiente poco a poco se vuelve más íntimo y nuestras miradas lo dicen todo. Nerviosamente, pienso en si hacerlo a no, pero decido sacar mi característica valentía y arriesgarme. Después de todo, sé que él no es malo. Nate no me haría daño alguno y eso tiene que ser suficiente para acercarme y confiar en él.
—¿Estás segura? —susurra al ver que me acerco hacia él. Yo solo le brindo una pequeña sonrisa y él coloca sus manos en mi cintura, sensación que me hizo temblar. Yo tomo su rostro con delicadeza y ambos poco a poco nos acercamos aún más, hasta que nuestros labios se rozan, y esto da inicio a una de las mejores experiencias que he vivido. Ambos estábamos sincronizados y sus caricias me daban escalofríos. Y cuando nos separamos, nos miramos con una sonrisa un tanto penosa.
—Molly... yo —dice, pero decido interrumpirlo.
—Nate, antes de que digas algo. Necesito hablar —explico regresando a mi lugar y colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja. —Realmente, no te quiero perder, pero temo por ambos.
—¿Por qué dices eso? —dice con preocupación.
—Tú eres el futuroheredero de este castillo, yo soy solo una distracción para ti. Además, si llegamosa estar juntos, ¿qué pensarán los otros soberanos del país? —susurro.
—Jamás podrías ser una distracción y a ellos no les debe importar lo que yo haga —dice tomando mi mano con delicadeza.
—¿Y si la vida nos lleva por diferentes caminos? No quiero que ninguno termine mal.
—No deberías ser pesimista —dice con una pequeña sonrisa. —Con el tiempo veremos qué sucede.
—Nathan —escuchamos a alguien gritar por los pasillos. Nate se levanta con rapidez y abre la puerta, en donde vemos a Lizzie súper preocupada. — Algo le pasó a Dylan —dice y Nate se queda paralizado.
—¿Qué pasó? —pregunto de inmediato.
—No lo sé, pero ya mandé al chofer a donde él se encuentra, ya vienen para el castillo —indica con voz temblorosa. Ambos se dirigen a la entrada del castillo con rapidez, por mi parte me atrasé, ya que debía buscar algo más abrigador para ponerme.
Una vez lista, camino o mejor dicho corro hacia la entrada, en donde los guardas me indican que ya los demás se fueron para el castillo. Así que decido caminar con rapidez hacia la habitación de Nate.
Corro por los amplios pasillos y subo las escaleras infinitas, mientras siento mis pies arder. Nunca había hecho tanto ejercicio en un día.
Toco la puerta de Nate y él me recibe con preocupación. Entro a la habitación y me encuentro con Dylan, el pobre chico tiene un ojo morado y varios golpes en su abdomen, además de su nariz sale sangre.
—¿Qué sucedió? —digo tomando una toalla y colocándola en su nariz.
Dylan me mira con tristeza y me dice entre quejidos: —esto es lo que pasa cuando quieres ser tú mismo.
—¿Quién te hizo esto? —pregunto asombrada. Nate se acerca a nosotros y coloca una bolsa con hielos en su ojo morado.
—Hace poco un periódico publicó secretos de la realeza y en ella había un artículo en donde suponían la sexualidad de Dylan —explica Nate.
—Hoy dos hombres me acorralaron y me comenzaron a gritar cosas desagradables, intenté escapar, pero no pude —dice Dylan en voz baja. Dejándome ver lo injusta que es la sociedad.—Por suerte, logré informar a mis padres y ya enviaron guardias para poder buscar a esas personas.
—Lo siento mucho —respondo desanimada, a lo que él responde con una sonrisa triste.
Nos quedamos en silencio los tres, mientras Nate y yo continuamos cuidando de él. Verlo así me duele, a pesar de que no lo conozco mucho, se nota que es un gran chico, no merece ser rechazado por algo como su orientación sexual. Es algo tonto odiar a alguien por amar a otra persona.
—¿Me ayudas a ir al baño? —pregunta Dylan a Nate. Él lo levanta con delicadeza y lo ayuda a caminar hasta el baño, para luego cerrar la puerta y sentarse en el suelo junto a mí.
—Es tan injusto —susurro.
—Las malas personas siempre atacan a aquellas con los corazones más nobles —añade. — Como lo hicieron contigo —dice para dejar que un silencio vacío controle el ambiente.
Nate se levanta y regresa con Dylan, al cual lo sienta en su cama.
—¿Cómo te sientes? —pregunto para calmar el ambiente silencioso.
—Mejor, gracias a ambos —dice con una pequeña sonrisa.
—Te traje algunas pastillas para el dolor —comento y le brindo algunas de estas a Nate. —Creo que lo mejor será que me vaya —añado levantándome del suelo.
—Adiós, Molly —responde Dylan con gentileza.
Me dirijo a la salida en donde Nate coloca su mano en mi hombro. Y al girarme, él me rodea con sus brazos.
—Buenas noches, Molly —dice con una pequeña sonrisa.
—Buenas noches, Nate —respondo y me alejo de él.
Esto que le sucedió aDylan, solo me dejó pensando en todas las cosas malas que podrían ocurrir si Natey yo llegamos a estar juntos. Temo por él, su reputación estaría arruinada y yosería odiada por varios reinos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top