Capítulo 2: Antes de la tormenta
Ciudad de Horizon, aún faltan algunas modificaciones como agregar la escuela.
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– [Revela la verdad oculta a simple vista]
Una tenue luz irradiaba el interior de uno de los salones, era de un tono plateado no muy brillante. Se trataba de un hechizo simple lanzado sobre mi muñeca derecha, Luna y yo nos encontrábamos sentados frente al escritorio, yo me encontraba sobre uno de los pupitres, mientras Luna estaba en la silla del profesor, mientras extendía sus manos sobre mi brazo mirando las letras y símbolos que flotaban entre ellas.
Luna estaba actualizando mi estado, permitiendo que la experiencia que había conseguido durante el fin de semana se transformara en datos, grabándose en mi brazo en un idioma del pasado, yo no lo conocía pero ella al ser una maga lo entendía a la perfección.
–Listo, creo que es momento de que te lo traduzca, aunque hay cosas que aún no puedo leer, deberías aprender un poco más.
Me dijo mientras la luz se desvanecía y sacaba una hoja junto con un bolígrafo para comenzar a escribir, sus manos se movieron rápidamente mientras yo cruzaba mis brazos esperando tener respuesta, mire hacia mi mascara la cual me había retirado.
–No creo haberme vuelto más fuerte, este fin de semana no entrene mucho, además que no hubo ningún problema.
Pensé en voz alta, aunque Luna no me escucho, seguía escribiendo y tarareando una canción como si nada. Tras esperar un rato ella logro terminar de escribir su evaluación por lo que procedió a entregarme la hoja la cual empecé a leer.
Rohei Castelar
Escudero clase D
Nivel 1
Estadísticas:
Fuerza = 60 > 61 Magia = 53 Resistencia = 52 >54 Velocidad = 55 > 56 Destreza = 84
Magia latente:
[Blood of Warrior]
· Aumenta los reflejos del usuario cuando se encuentra en peligro.
· Warrior I: sus habilidades básicas se incrementan cuando están en peligro.
· Warrior II: permite evadir la muerte mientras haya una forma de escape.
Habilidad latente:
[Sword Master]
· Incrementa el daño provocado al usar armas blancas. Facilidad de aprendizaje de dichas armas.
· Espada II: reduce el peso de las espadas al ser blandidas. Incrementa la fuerza al usar una espada.
· Escudo I: Reduce el retroceso al usar un escudo.
Habilidad de ataque:
[___]
Magia aprendía:
· Fuego: ataca con llamas ardientes, requiere de un canto para activarse (no es necesario que sea en voz alta). Canto de activación: "ardan llamas del inframundo", gasto I.
· Cura: restaura heridas leves, así como un porcentaje de magia y energía. Requiere un canto para su activación. Canto de activación: "Te rezo a ti, dios de lo alto, dame la fuerza y concédeme el primer milagro", gasto I.
· Numero de hechizos que se pueden usar: 6.
Solté un leve suspiro había incrementado un poco mis estadísticas, aunque tal vez fueron por las peleas que tuve la semana pasada, aun así no era realmente mucho, el resto no había cambiado en todo el último mes.
–Algo es algo.
–Solo soy un poco más fuerte que ayer.
–Vamos Roe, debes estar más orgulloso, mira que soy nivel dos y todavía no te supero, mi estado total está muy por debajo del tuyo.
Negué con mi cabeza, ella estaba mintiendo, aunque no había mucha diferencia, solo por ser nivel dos ya estábamos a la par, pero me superaba por poco.
–Tú eres más hábil en la magia que yo, si pudieras atacar sería realmente devastador, eso sin mencionar que podrías ser la mejor maga blanca de la escuela.
Dije forzando una sonrisa, pero ella de inmediato negó mis palabras.
–Aunque tú me consideres una maga blanca aun soy una aprendiz, me falta mucho por aprender, al igual que tú.
Hablo mirándome a los ojos para después levantar su mano derecha para apuntarme con su dedo índice.
–Tu talento es innegable, has aprendido el arte de la espada desde que eras un niño, incluso desde antes de conocernos, ya dominabas tus instintos cuando despertaste Blood Warrior, esa magia es como hacer trampa y que hay de esa habilidad monstruosa.
El parámetro "Habilidad" mide las velocidades de reacción de una persona, así como el nivel de control que esta tiene sobre su cuerpo, no es usual que sea la estadística más alta, pues tarda mucho en subir, pero, en mi familia nacemos con un bunos en esa estadística, hacía que fuera la más fácil de subir.
–Además mira esta magia, es muy buena, ni siquiera la has trabajado pero estas al nivel de un mago talentoso.
Desvié mi cabeza con enojo mientras bufaba.
–Perdón por eso...
Luna me hablo arrepentida por mencionar esa estadística.
–Si me hubiera tocado otro...
Susurre bajo, pero no termine de hablar, solté un fuerte y pesado suspiro.
–Olvidemos el tema... ya acepte que usare magia hoy.
Si tan solo me hubiera tocado otro elemento, tal vez agua o hielo, tierra incluso sería una buena opción, así como la luz, pero nada era mejor que el rayo y el viento, elementos que representaban el poder del imperio así como ser los elementos que el guardián de la gema del viento usa... usarlos de seguro habría hecho que mi vida fuera más fácil.
Luna me miraba con cierta tristeza, mientras yo empuñaba mis manos. Antes de percatarme ella envolvió sus brazos alrededor de mi cuello atrapando mi cabeza con sus manos, para después atraerla hacia su pecho.
–El fuego está ligado a ti, tu padre aunque es un gran paladín y un noble respetado tiene una pasión ardiente con la herrería, mi espada, la tuya, tu armadura y tu escudo, fueron forjados por él.
Sentía como acariciaba mi pelo suavemente, podía oler un suave aroma a rosas en su ropa, intentaba convencerme de aceptar ese lado mío usando algo que a mi padre le gustaba. Desde que me hice amigo de Luna siempre ha intentado hacer que yo use mi magia, le fascinaba verme usándola, aun no se el porqué.
–Roe tu magia me gusta mucho.
Hablo susurrándome con dulzura, su voz era sincera y llena de cariño, Luna me conocía perfectamente.
Respondí el abrazo con fuerza, rodeando su cintura, quería decir algo, pero, en ese momento escuchamos como la puerta del aula se abrió, así como sentí a Luna tensarse.
–Justo así queríamos encontrar a nuestro campeón, con las manos sobre una virgen maga blanca.
Al escuchar esa voz de inmediato me separe para ver hacia la puerta, rogando que no fuera un profesor mal pensado, pero lo que vi hizo que sintiera un gran alivio. Era Mateo Carcaus, podríamos decir que es nuestro "amigo", tiene la profesión de mago siendo de nivel tres, es unos meses mayor que nosotros habiendo ya cumplido los 17. Era alguien de apariencia siniestra con sus ojos color rojo como sangre y su mirada casi vacía con una un perpetuo ceño fruncido, él tenía un cabello largo de color azul marino, estando este atado en una cola de caballo por un par de cintas que pasaban a través de un anillo de jade, demostrando que era noble. El también era muy alto más que yo, con más de un 1.80, pero también era delgado, el usaba un uniforme similar al mío, pero con un abrigo largo de color blanco, que en realidad era una armadura conocida como piel de yeti, un abrigo que protegía de golpes así como de magia especialmente el hielo y el viento.
–No deberían estarse manoseando cuando hay tantos problemas.
Hablo con molestia cruzando sus brazos mientras avanzaba hacia nosotros, pero concentraba su mirada en Luna.
–Mientras yo estudio magia tú estás perdiendo el tiempo en cosas indecentes.
Mateo miro a Luna con desagrado, pero Luna no se quedaría cayada en especial con él.
–No hablemos de perder el tiempo, porque tú eres el más grande en ese aspecto, ¿dime al fin lograste tener la fuerza necesaria para evitar que un goblin te rompa el trasero?
Y así empezó una discusión entre ambos, ellos son dos orgullosos magos, Mateo es el mejor mago de nuestro año, pero cuando hablamos de estadística Luna siempre lo ha superado en magia, solo ahora que él es nivel tres la ha logrado superar... solo por cuatro puntos. Por otra parte Luna siempre le ha gustado molestarlo.
–Oh, aquí están ya todos.
En ese momento el último integrante del grupo se nos unió. Josef Gibraltar, nuestro alquimista de nivel dos, es un poco menor que yo, pero es el más bajo de los tres, con su metro 1.57 está por debajo del 1.65 de Luna, es de cabello castaño corto peinado hacia ambos lados con una coleta atada por una cinta color jade, sus ojos son dorados aunque siempre están ocultos detrás del cristal de sus lentes. A diferencia de Mateo es el más grueso, por así decirlo, Josef ya estaba listo para el combate portando una armadura ligera, que cubría su pecho y algunas hombreras, mientras tenía un rifle en su espalda y una espada en su cintura.
–Roe, aun no estás listo, pensé que ya estarías afuera intentando dar órdenes a nobles que no se hacen los sordos.
Me pregunto Josef un tanto confundido mientras entraba al aula caminando hacia mi, al llegar se detuvo y ambos miramos hacia el frente.
–El protocolo requería que actualizara mi estado... además tuve un retraso en la oficina de castigo.
–Oh... ya veo... ¿Cuánto tiempo duro la pelea?
–Menos de un minuto.
– ¿Lo mandaste a la enfermería?
–Si.
Ambos intercambiamos algunas palabras mientras mirábamos como Luna estaba sujetando el cuello de Mateo aplicándole una llave, mientras nuestro mago gritaba suplicando que lo soltara. Aunque no lo pareciera Luna era muy fuerte, antes había dicho que ella no tenía magia ofensiva... pero no la necesitaba, mi padre también la había entrenado obteniendo a su vez un segundo trabajo, era una espadachín muy hábil.
–Luna ya suéltalo, solo su cabello es azul no su rostro.
Dijo Josef acercándose para intentar separar a Mateo y a Luna, mientras yo me mantenía al margen. Solo basto un parpadeo para ver como Mateo paso a estar de rodillas a estar en el suelo intentando respirar, mientras Luna y Josef forcejeaban, solo para después acabar en el suelo mientras Luna se encontraba sentada sobre el tomando sus brazos y haciéndolos hacia atrás. Si, ella estaba muy enojada y se estaba desquitando con ambos.
–Hoy sin dudas es un día normal.
Hable mostrando una sonrisa sintiéndome relajado, entonces lleve mi mano hacia mi mascara observándola para luego mirar hacia la hoja que mostraba mi estado.
–Bueno, ya es hora de terminar con esto.
Dije arrugando el papel para después lanzarlo al suelo al igual que mi mascara, el sonido de aquel objeto golpeando el suelo provoco que todos me miraran.
–Roe... ¿se te cayó?
Me pregunto Josef confundido, mientras Mateo empezaba a mostrar una sonrisa sarcástica.
–Parece que Rohei se ha dado cuenta que... todos moriremos así... que abandonará su máscara... aquí.
Hablo Mateo queriendo hablar con burla pero, su voz se cortaba pareciendo que el miedo lo consumía.
–No, nada de eso.
Sonreí un poco mirando a mis compañeros, entonces coloque mi pie sobre aquella mascara.
–Solo, quiero deshacerme de esta mascara.
Dije, desde los 15 años había estado obligado a usarla, que asociaran a Rohei Castelar con un tipo enmascarado, que ninguno pudiera reconocer mi rostro hasta que fuera el momento, esas habían sido las órdenes del alcalde ducal de Horizon, Axel Black. Gracias a ella mi rostro lentamente empezó a pasar desapercibido, ahora nadie me reconoce sin ella a excepción de unas cuantas personas, pero a costa de ser odiado cuando la tenía, ya no quería sufrir más de ello.
–Al menos... espero que todos puedan verme como un héroe.
Susurre mientras aplastaba la máscara haciendo que esta se rompiera en varios trozos.
–Eres un niño... pero ya era momento de dejar de ocultarte.
Añadió Josef, aunque Luna rápidamente pateo su espalda haciendo que soltara un grito de dolor, pues ella aun lo sujetaba.
–Luna ya déjalo o lo vas a matar.
Dije tranquilamente acercándome a ellos, no parecían entender bien mi decisión, pero al llegar frente a Luna, ella negó con su cabeza para luego mostrarme una sonrisa y soltar al pobre de Josef.
–No te preocupes Roe, sé que después de hoy toda la ciudad va a reconocerte como el campeón de Horizon.
Ella me dio ánimos, de los tres aquí Luna sabia cuanto odiaba aquella mascara solo usándola cuando tenía que presentarme al público, cuando debía actuar como noble pero también simbolizaba el odio que me tenían, ya no era sano usarla.
–Así es Luna.
Asentí mientras caminaba hacia Mateo ayudándolo a levantarse.
–No te preocupes Mateo, saldremos con vida de esto.
Le dije pues todos sentíamos un gran temor por la batalla.
–Sí, tienes razón, te protegeré la espalda cuando llegue el momento.
Respondió sujetando mi mano, dejando que le ayudara a ponerse de pie.
–Bien Mateo, vamos a buscar un arma para ti.
Le dije al ver que no poseía algún arma.
***
Caminábamos por la armería dentro del gran almacén, un lugar oscuro lleno de polvo con cientos de estantes donde se encontraban distintas armas, todas de baja calidad y hechas para ser usadas por soldados sin o de bajo nivel.
–¡¡¡Achuuuu!!!
Escuche el estridente estornudo de un Josef muy alérgico al polvo, Luna miraba algunas armas o más bien evaluaba la calidad de estas, Mateo también miraba algunos objetos mágicos en uno de los estantes.
–Do debedía... estar aquí.
Dijo Josef algo congestionado.
–Si estabas enfermo no debiste venir hoy.
Le replico Mateo mientras evaluaba algunas runas mágicas entre sus manos.
–Aunque si se hubiera quedado habrían mandado a soldados por él.
Respondí encontrando una vara de alrededor de 50 centímetros con una cabeza dividida en cuatro picos con un espacio en su interior, parecía estar en buen estado.
– ¡Achuuuu!
Volvimos a escuchar a Josef estornudar, sin embargo unos segundos después escuchamos un sonido metálico, varias armaduras cayeron desde uno de los estantes, justo arriba de Josef, aunque logro esquivar la mayoría acabo tropezándose y cayendo de nariz al suelo.
–Estoy... bien...
Hablo Josef levantándose, pero no estaba del todo bien parecía haberse roto la nariz, pues sangraba de esta.
–Ven Josef, intentare ayudarte, tal vez solo sea alergia.
Luna se acercó a Josef mientras escuchaba su nariz sonar una y otra vez, realmente estaba mal, pero era mejor dejar a Luna hacer su trabajo.
– ¿Encontraste algo para mí?
Pregunto Mateo mirando la vara que había encontrado, de inmediato se la entregue.
–Es una vara de hierro, no es de muy buena calidad.
Le dije mientras Mateo la tomaba dejando fluir su magia en la vara.
–Necesita un núcleo, en este estado solo sirve para golpear.
Mateo la analizo con mucho cuidado para dar su veredicto agitando un poco el arma, aunque estaba seguro que si golpeaba a alguien con esa arma era muy probable que acabara doblándose.
–En tu caso solo podrías lesionar a uno o dos antes de que te la quiten o la rompan.
Se escuchó la voz burlona de Luna mientras su hechizo iluminaba a Josef recuperándolo poco a poco.
– ¡Cállate maldita anciana!
– ¡Anciana tu tía!
– ¡Por supuesto que es una anciana treintona!
Mateo y Luna intercambiaron insultos mientras yo tomaba la vara pensando en algún núcleo.
"Necesito algo que conduzca la magia".
Pensé buscando entre los artefactos mágicos alguno que no estuviera impregnado con magia, en ese momento me encontre con una runa. Las runas eran piedras mágicas que guardaban hechizos, al leerla me di cuenta que contenía un hechizo grabado.
"[Armada desvanecida]"
Leí con mi pensamiento, sabía que si pronunciaba el hechizo este se activaría, y no sabía lo que hacía, pero tal vez nos serviría para después, por ello la guarde para seguir mirando entre las piedras mágicas. Después de un rato encontré lo que buscaba, más o menos, era una perla, sabia por mi padre que estas podían canalizar magia si se usaban como núcleo de una varita.
Con cuidado coloque la perla en la vara para después terminar de ajustarla, después de unos segundos ya estaba lista solo faltaba probarla, por suerte Luna y Mateo ya habían terminado de insultarse.
–Mateo, ya tengo tu arma lista.
Dije lanzándole la vara mientras él reaccionaba para atraparla con sus manos, aunque por poco termino tirándola. Al tenerla entre sus manos empezó a darle magia provocando que la perla brillara y empezara a emitir una tenue nevada alrededor de la cabeza de la vara. Esa era la forma más pura de magia, Mateo controlaba muchos elementos, pero el hielo era predominante en él.
–Listo, aunque para la próxima comprare un arma de mejor calidad, porque tú no fabricas nada a pesar de ser un herrero.
Suspire al escuchar las palabras de Mateo, si sabía cómo hacer armas, pero no mi deseo de querer alejarme del fuego hacia que no me apeteciera forjar armas, por lo que no me quedo más que suspirar.
–Si quieres puedo refinarla para sacarle más poder, pero tendrás que esperar a que salgamos de esta.
Dije en un tono serio pero Mateo prefirió negarse, sabia cuanto cobraba por hacer algo así.
–Bueno, deberían irse a hacer lo suyo.
Hable mientras empezábamos a caminar saliendo del almacén, los 4 éramos de rango D por lo que ellos seguro tenían obligaciones.
–Tienes razón... debo reunirme con la maestra aceituna... digo, a la profesora Olivia, me dijo que debía instruir a las magas blancas de primero.
Dijo Luna suspirando con cansancio, quien se acercó a mí dándome un abrazo antes de irse.
–Nosotros también debemos irnos, yo debo reunirme con los demás alquimistas, y alejarme de los maquinistas, no quiero que me hagan disparar cañones...
–Yo me reuniré con el profesor Alan, así que nos despedimos por ahora.
Hablaron Josef y Mateo estrechando mi mano antes de irse, entonces mire a los lados observando a otros estudiantes llegar, debía preparar todo para entregar las armas a los civiles, sin dudas será un día agotador.
***
El sol se alzó sobre las murallas alumbrando la solitaria ciudad, el miedo a la guerra era demasiado grande, todos recordaban la última batalla, la sangre y el sufrimiento. Un gran miedo resonaba en sus corazones, pero, algunos cuantos se levantaron saliendo de sus casas, fueron civiles que lucharían por su ciudad, ellos se despidieron de sus familias antes de partir.
–Dime, ¿por qué me has hecho llamar?, tenemos asuntos más importantes.
Un hombre entro a una oficina, vistiendo una armadura dorada de cuerpo completo, pero sostenía su yelmo con su brazo derecho. Su rostro estaba cubierto por cicatrices de una vida de batalla y arrugas, claramente era un hombre mayor, su cabello se había teñido de blanco, mientras sus ojos eran azules como el mar.
–Bienvenido director Niels, espero que mi llamado no lo molestara.
El hombre recibió una amable respuesta de otro, era delgado, de ojos y pelo castaños el cual vestía con un elegante traje de colores vivos.
Ambos representaban a los nobles, pero lados diferentes, el primero era Niels Grand, el duque a cargo de los ejércitos de Horizon, era uno de los generales más respetados de la región, apodado por muchos como el defensor de Horizon, además de ser el director del supremo colegio militar. Sin embargo su edad era muy avanzada, su poder disminuía lentamente, incluso estaba planeando su retiro.
El segundo era su opuesto, era considerablemente más joven teniendo menos de la mitad de su edad, Axel Black, el alcalde ducal de Horizon, es decir el duque encargado de hacer prosperar la región, sin embargo, al igual que Niels, el también era un paladín fuerte.
Juntos gobernaban Horizon en nombre del emperador.
–Tú y yo sabemos porque nos vienen a atacar.
La plática empezó, Axel fue el primero en hablar mientras invitaba a Niels a tomar asiento.
–Es por la niña... ¿verdad?
Respondió el director con un poco de duda.
–Correcto director Niels, acepte cuidarla porque es algo que nos beneficia a todos además de que le debía un favor a aquella persona.
Dijo de inmediato mientras empezaba a jugar con una pluma, la cual había sido pintada de forma desordenada, como por un niño.
–Eso ya me lo has contado antes, yo también acepte cuidarla, no puedo creer que todo nuestro destino esté en manos de alguien tan pequeña como ella.
Suspiro, el gran Niels empuño sus manos mientras arqueaba sus cejas.
–Ella es parte de mi familia o al menos eso es lo que ha creído... es tierna y divertida, pero en el fondo es un arma de gran poder... realmente me alegra que ya se acerca el momento de alejarla de mí... sus verdaderos padres merecen estar con ella.
Axel soltó un suspiro aliviado.
–Sí que eres frio... aun así aún falta tiempo para que ella...... pero nuestros "visitantes" podrían arruinarlo, deberíamos sacarla de la ciudad lo antes posible y adelantar la entrega.
Respondió Niels rascándose un poco la cabeza.
–... Evacuemos a los civiles y usemos eso para sacarla secretamente de la ciudad...
–Eso significa que nosotros los cubriremos.
El ánimo era un poco pesado, ambos parecían desconfiar el uno del otro. Aun así estaban igual de interesados en ese asunto.
–No puedo creer que ellos la descubrieran, ahora no sabemos quienes nos atacaron o cuando nos atacaran... realmente lamento dejar que muchos de mis ciudadanos mueran, no sé si seré el último alcalde de esta ciudad
Hablo el alcalde Axel preocupado, entonces se levantó de su silla y miro hacia la ventana contemplando el mar.
–Pero es necesario... nuestro sacrificio es necesario, si ella logra salir de Horizon todo nuestro esfuerzo valdrá la pena.
En ese momento ambos se quedaron callados recordando algo importante.
–...Y si "ella" la encuentra, esa tipa sí que me da miedo.
–...Ella no sabe que la niña esta con vida, pero ambos... ninguna de las dos son humanas, ni pertenecen a las cinco razas, pero con la protección de los que se hacen llamar su verdadera familia, podremos protegerla y guiarla, de eso estoy seguro.
Hablo Niels recordando a la persona que el mismo consideraba su sucesor, así como la familia a la que la niña pertenecía.
–Creo que debería quedarme y luchar junto a ustedes, enviare a la niña con mi secretaria una vez que ella llegue, le daré una carta he instrucciones precisas, de inmediato comenzare la evacuación.
Axel se puso de pie levantándose de su escritorio, caminando hacia la ventana, una ventana que daba hacia el este, justo hacia el mar.
–Entendido, de todas formas siempre he pensado en morir luchando.
Una vez que el director Niels pronunció esas palabras, el alcalde Axel giro la cabeza para ver a su mentor por un momento, pero luego continuo mirando hacia el mar.
–No quiero imaginarme el desastre que paso en Flormar, ni mucho menos imaginar que eso nos podría pasar a nosotros.
Hablo Niels soltando un largo suspiro.
–Incluso desde aquí puede verse el humo del ducado.
– ¿Humo?
En ese instante el director Niels se levantó abruptamente de su silla y se dirigió a la ventana, al verlo su rostro palideció.
Una enorme cordillera de humo se alzaba en el horizonte.
Diferente a cualquier otra, pues se movía en el cielo a lo lejos como si fuera una serpiente.
Estaba compuesta por un humo morado con extraños destellos que surgían desde el interior como si de relámpagos se tratara.
En contra del viento se movía hacia la ciudad sin detenerse, haciéndose más y más grande.
No era natural, era una magia extraña, incluso para la avanzada magia de Horizon habían cosas que nadie conocía.
Aquello era una señal, un símbolo de la caída inminente de una prospera urbe.
El tiempo se había terminado.
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Bien segundo capitulo modificado, espero que les guste, ahora es un poco mas largo que antes pero quería mostrar algunas cosas importantes dentro del mismo.
Mateo: el chico de cabello azul marino, es bastante alto en comparación a sus compañeros y hábil en la magia, pero es bastante sombrío en muchos aspectos, no parecen impórtale los demás. Muy pocos saben que el en realidad disfruta de pintar cuadros, no le gusta que juzguen su arte aunque es muy bueno.
Josef: inteligente, amable y juguetón, son como las personas lo describen. Sus lentes son mágicos pues le permiten ver aunque este casi ciego, pero sin ellos no podrá ver ni su nariz. Por alguna extraña razón no puede usar magia como los demás, pero aun así escogió ser un alquimista.
Espero que les haya gustado Josef y Mateo porque serán muy importantes de aquí en adelante.
Bueno aquí otro regalo.
Me gustó mucho el tema, ¿Y a ustedes?
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