Capítulo 6: Fraternidad.

La tarde se pasó lentamente tras derrotar a aquel monstruo desconocido, ni siquiera había leído de él en los libros, así que debía ser algo que no habitaba por estas zonas, sin embargo la situación entre nosotros había cambiado, nos mantuvimos en silencio durante el resto del camino, llegamos a una ciudad de nombre Aranem.

Ahí compramos provisiones para el resto del viaje, así mismo pedí indicaciones para llegar a Nancy, parecía que necesitábamos pasar por otra aldea si íbamos por el camino oeste, rodeando uno de los pantanos.

Sin embargo estando a un día de viaje, sumado al coste de la posada tomamos continuar con el viaje y acampar junto al camino, aunque podría ser peligroso.

Así la noche llego, el cielo estrellado daban una gran vista, pero el viento estaba estancado, el calor no se hizo esperar sumado a la humedad del ambiente los moquitos se volvieron nuestros nuevos enemigos.

-Bien, entonces mezclo esto, y esto...

Josef hablo mientras molía algunos trozos de hongos que habíamos atrapado hasta volverlos una pasta.

-Eso huele muy mal...

Comento Luna al acercarse a Josef, olfateando lo que él estaba haciendo.

-No acerques eso a la cena.

Exclamo arqueando sus cejas con algo de enojo, tomando algunas provisiones que habíamos comprado en el pueblo.

Solté un suspiro sintiendo el ambiente pesado, Lucy se encontraba apoyada contra coco asustada, Mateo me evitaba al igual que luna, Josef era el único que se encontraba bien.

Mire hacia el fuego de la fogata intentando recordar la sensación que Fury me había provocado, el como la ira me daba poder, sin embargo no se sentía tan embriagador, era algo que me liberaba, pero que no quería repetir una y otra vez, tampoco sentí que pudiera controlar tan fácilmente, estaba en un límite entre la cordura y algo más, como si algo quisiera apoderarse de mí.

Solté un suspiro nuevamente sin entender bien la naturaleza de esa habilidad, incluso parecía que esa ira no era solo mía, si no de alguien más, estaba debocada, sin poder ser dirigida, casi sentía que debía luchar contra ella.

Mire la palma de mi mano, volviendo a empuñarla, pues al recordar esa ira también recordé como Lucy estuvo en peligro, al igual que Josef, sentía que había sido mi culpa por dejar que ellos se alejaran tanto.

-Roe... podrías dejar de mortificarte tanto... me incomodas.

Hablo Luna sentándose a mi lado luego de poner a Mateo a vigilar la comida que ella había preparado, sin embargo pronto Josef y Mateo se acercaron.

-Bien chicos, somos intentos fallidos de adultos, así que expliquen porque están actuando tan raro.

Josef fue el primero en hablar cruzando sus brazos para mirar a Luna y a Mateo, mire hacia ambos viendo como Luna desvió su mirada por un momento, apretando sus manos haciéndolas un puño.

-¡Perdóname Roe!

Exclamo Luna tras unos segundos, se arrodillo mirando hacia el suelo casi conteniendo sus lágrimas, algo que me hizo levantarme por la impresión, pues Luna nunca hacia eso para disculparse.

-Mi magia... me hizo dudar, nunca fallaba, pero tu corazón dejó de ser el tuyo, se perdió entre un mar de seres, no pude ni siquiera reconocerte, no estabas ahí.

Luna tenía una magia única, Conector de corazones, esta le permitía percibir los sentimientos e intenciones de las personas, llegando incluso a casi adivinar lo que pensaban, nos conocíamos desde los 7 años, desde entonces habíamos sido inseparables, hasta hace 3 años, cuando nos separamos. Aun así, tanto tiempo juntos, era imposible que dejara de sentirme, tampoco me había ido.

-No solamente eso, tu magia cambio, era más hostil, siempre has tenido una magia salvaje, pero ahora, francamente se volvió aterradora, como...

Hablo Mateo en su tono sereno con un ligero toque de preocupación, pero cuando llego a las últimas palabras, apretó sus mandíbulas para no seguir hablando, como si ocultara algo completamente de mí.

-De Mateo si espero su frialdad y distanciarse, pero Luna no entiendo porque dejaste de hablar a Roe, ¿se supone que eres su mejor amiga? Incluso yo que me siento tan mal por perder contra esa rana y no poder proteger bien a Lucy, le seguí hablando.

Hablo Josef en tono de regaño dirigiéndose hacia ambos y apuntándole con una cuchara apestosa, Luna le miro apenada, mientras Mateo solo bufo un poco.

Solté un suspiro empuñando mis manos hasta relajarme, hace poco había aceptado mi magia ¿y ahora hacia que mis amigos me vieran como un monstruo? ¿Qué clase de cruel broma del destino era esta?

-Tienes razón Josef...

Hablo Luna dando unos pasos hasta quedar frente a mi mirándome a los ojos, entonces me dio un fuerte abrazo hundiendo su rostro en mi pecho.

-De verdad, nunca te tendría miedo, tenía miedo que tu magia te hubiera cambiado... que hubieras dejado de ser tú, perdóname.

Comento arrepentida por su forma de actuar, en ese momento llegaron a mí recuerdos de aquellos susurros, dos hombres y una mujer habían hablado conmigo, pero no sabía de donde provenían, que ocultaba esa habilidad, incluso la propia magia Fire Soul.

La abrace con fuerza, recordé el como todos me odiaban en Horizon, como mis compañeros me miraban como monstruos, pero Luna nunca había sido así, verla con esa misma mirada que ellos...

Me había llenado de un miedo que no podía describir, de una inseguridad que no creí volver a sentir, la abrace con fuerza sin querer soltarla.

-Esa habilidad no me cambio, no me hizo ser otra persona... siempre fui yo... pero...

Sentí mi voz quebrarse, pero ya no era el mismo de hace tres años, la solté alejándome para verla, suavemente limpie sus lágrimas.

-Esta magia, esta habilidad, no las conozco, es la primera vez que sé de su existencia, contienen miles de secretos...

No pidió simplemente odiarla, debía comprenderla antes de juzgarla, pero, no podía arriesgarme, aun mas con esas voces, simplemente no quería usarla por un tiempo más.

Mire hacia Mateo con seriedad.

-Mi magia no se descontrolo, deje que la ira se volviera poder, por eso debió volverse algo más siniestra.

Dije exponiendo una idea de lo que había ocurrido ante lo cual el asintió para después soltar un leve suspiro. No parecía creerme.

-No creo que deba usar más esta habilidad, al menos no por ahora.

Dije mirando a mis compañeros, Mateo volvió a asentir, mientras que Josef no dijo nada.

-No, no es la mejor idea.

Hablo Luna ya más tranquila mostrando una voz seria.

-Ese monstruo, era más poderoso de lo que crees, supero con mucha facilidad a Josef, y él no es precisamente alguien débil, si te enfrentaras a él sin esa habilidad, no podrías haber ganado tu solo.

Comento Luna explicándome, para mí, no parecía tan fuerte, aunque igualmente recordé el enfrentamiento contra Emma, ella nos superaba en todo momento, pero tras recibir ese poder de la gema del fuego sentí como podía hacerle frente, algo así había pasado con ese monstruo.

Mire a Josef notando algunas vendas en sus brazos, pero se veía bien, la magia de Luna en definitiva le había ayudado en su recuperación.

-El veneno fue lo peor de él, a ti también te afecto, por suerte Luna puede eliminarlo fácilmente.

Agrego Josef algo aliviado, sentándose sobre un tronco cruzando sus brazos.

-Sin embargo, recomendaría que uses esa habilidad para emergencias, claro, no me gustaría volver a dejarte todo el trabajo a ti solo, pero cuando nos enfrentemos a algo más peligroso.

Comento Josef cruzando sus brazos y levantando su dedo índice explicando.

-Somos un equipo, desde hoy deberemos trabajar como una unidad.

Sumo Luna cruzando sus brazos y mostrándonos una sonrisa, aun con su nariz y ojos rojos.

-Tienes razón, creo que mi forma que actuar tampoco fue buena.

Hablo Mateo intentando disculparse conmigo, pero claramente no era una disculpa.

-Solo estaba enojado, no le des muchas vueltas.

Le respondí levantando mi mano derecha haciendo que Josef sonriera.

-Exactamente, no hay que hacer una tormenta en un vaso de agua chicos.

Sentencio una vez más Josef, entonces mire hacia Lucy.

-Pero si vamos a ser un equipo, todos deben estar incluidos, los cinco.

Dije caminado hacia la pequeña Lucy quien yacía abrazando sus piernas junto a Coco, algo alejada del fuego.

Al acércame note una expresión triste en su rostro, mirando hacia el suelo, con una clara expresión de culpa.

-Parece que sigues asustada por ese feo monstruo.

Hable sentándome a su lado recostándome contra Coco quien rápidamente coloco su cabeza sobre mis piernas.

-No, el monstruo me dio mucho miedo... pero si no me hubiera alejado por ver a Thoder, no habría provocado el ataque de la rana, y no habría provocado que Josef saliera herido.

Hablo apretando sus piernas con sus brazos ocultando su mirada entre sus rodillas, no era solamente el miedo de enfrentarse a esa criatura, suspire colocando mi mano sobre su pelo acariciándola levemente.

-Yo si me asusté mucho cuando vi al monstruo tan cerca de ti, verte herida, creo que puedo entender lo que sientes.

Lucy levanto la mirada observándome con algo de duda.

-¿De verdad?

Me pregunto buscando una respuesta positiva buscando ser entendida.

-¿De verdad tuviste miedo? Pero... yo sentí mucha culpa, no fui de mucha ayuda para Josef.

Indago sumergiéndose en su tristeza, en su propia culpa, parecía pensar que era su culpa haber atraído a esa criatura hacia Josef.

-Eso es frustración, algo que sentirás mucho y francamente es difícil de controlar o dejar de sentir.

Le dije acariciando su pelo suavemente para intentar tranquilizarla.

-Por eso debes hacerte más fuerte.

Susurre al aire viendo como ella se tensó ante esas palabras.

-Pero algo que debes saber es que Josef no te culpa, me dijo que esa rana era muy fuerte.

-Pero tú la derrotaste fácilmente, incluso rápido.

Hablo levantando un poco la voz mirándome a los ojos, como el héroe que ella siempre ha creído que soy, pero que nunca he aceptado ser.

-Soy un guardián una rana nunca será suficiente para derrotarme.

-Aunque le tengas miedo a las cosas cubiertas de baba.

-No es miedo, es repulsión, cosas así me disgustan demasiado, pero estaba muy furioso, pero sin el poder de la gema del fuego, habría necesitado de Mateo y Luna para derrotarlo, no subestimes a Josef.

Le mostré una sonrisa alborotándole el cabello haciendo que ella me sonriera.

-Josef no es más fuerte que tú.

Solté una leve risa ante su comentario algo burlón.

-Lo pasaras muy caro si te burlas de nuestro alquimista, está al nivel de un caballero, y físicamente es probable que sea más fuerte que yo.

-...No te creo.

Bufe al respecto antes de estirarme.

-Deberías disculparte con él por subestimarlo, recuerda la regla tres.

Dije sonriendo un poco y mirándola de reojo, en consecuencia ella se enojó inflando sus mejillas.

-Pero no me estoy quejando.

Se quejó estirándolo las piernas y cruzando sus brazos.

-Ahora sí.

Ella se enojó a un más comenzando a darme unos golpes en mi brazo izquierdo.

-Detente Lucy, no hagas eso a un me duele.

Dije sonriendo un poco mientras ella se detenía mirándome con enojo.

-Gracias, aunque igual quería hablarte sobre las reglas.

Aclare haciendo que Lucy abriera los ojos, para después colocarse recta.

-Regla número uno, te escuchare en todo momento, dos te seguiré en todo momento, me ocultare si hay un peligro y no puedo estar sola, tres, no debo quejarme para no afectar la armonía del grupo.

Hablo en tono serio para luego pensar levantando algo la mirada hacia las estrellas.

-Creo que hoy rompí las tres reglas.

Dijo con algo de tristeza.

-Sí, pero eso no es tan importante, pienso modificar estas tres reglas.

Le respondí pensando un poco, haciendo que ella me mirara con cierta confusión.

-La regla uno y tres no sufren modificaciones, sin embargo la dos sí, no podemos vigilarte en toda ocasión, así que solo basta con que no te alejes mucho de nosotros.

Ella asintió manteniéndose firme mientras yo aún me encontraba sentado junto a Coco, pensando en todo lo que había ocurrido hoy.

-Además agregare otras reglas, no había pensado en ellas hasta hoy.

Le hable soltando un suspiro cruzando mis brazos, mientras ella tragaba saliva.

-Regla cuatro, siempre que te alejes del grupo deberás estar alerta, habrá ocasiones como hoy donde por una u otra razón debas alejarte de nosotros, así que siempre debes estar alerta, procura no alejarte mucho.

Explique mientras Lucy asentía guardando silencio.

-Cinco, aléjate de cualquier monstruo que veas mientras estas sola y regresa al grupo inmediatamente después de verlo, debes reportarlo, no importa si es un monstruo que puedas derrotar.

Comente mirando a Lucy quien nuevamente no dijo nada solo asintió, pero soltó un suspiro como si me diera la razón.

-Por último la regla seis, si no puedes huir u ocultarte durante un combate, deberás luchar... no siempre podremos protegerte.

Hable estando seguro de eso, no importaba cuanto luchara por proteger a Lucy, no podría protegerla siempre.

-Por eso, tu entrenamiento real empieza desde hoy.

En ese momento comencé a pensar en cómo ayudarle y enseñarle correctamente, ¿Qué era lo primero que debía hacer?

Tal vez empezar con lo que más se usar, la espada, ahora solo le había enseñado a acabar con los monstruos, pero enfrentarse a otros era algo completamente diferente.

-¿Entonces que me enseñaras hoy hermanito?

Me pregunto Lucy completamente emocionada al respecto, mirándome esperando a escuchar lo que había decidido.

-...Bien déjame preparar unas cosas mientras eres libre de hacer lo que quieras, pero te recomiendo acercarte al fuego.

Dije levantándome para caminar hacia el carro de madera, mientras Coco seguía recostado.

-Bueno, entonces creo que seguiré leyendo.

Hablo Lucy corriendo detrás de mí subiendo al carro y buscando su libro.

-Solo no lo acerques tanto al fuego, recuerda que los libros lo odian.

Le advertí, sacando una daga de entre mis cosas, para luego tomar un par de trozos de madera observándolos.

-Tal vez habría sido una mejor opción comprar unas espadas de madera en esa aldea.

Suspire cambiando nuevamente hacia coco recostándome contra él, comenzando a tallar uno de los maderos con la daga.

Tras escuchar la advertencia de mi hermanito comencé a buscar el libro entre el equipaje, encontrándolo en mi mochila luego de un rato, era un libro de pasta gruesa, con unas decoraciones metálicas en forma de dragón con un ojo de rubí. Lo abrace con fuerza bajando de la carreta con cuidado, para luego correr hacia Josef.

Josef se encontraba revolviendo unos materiales extraños agregándole algunas hierbas aunque eso olía bastante mal.

-Eso apesta Josef, ¿Qué quieres hacer con eso?

Pregunte tapándome la nariz con mi mano derecha mirando hacia el tazón lo que intentaba hacer.

-Es para alejar a los moquitos, use los hongos para crear una capa que sana las heridas provocadas por estos, aunque tienes razón ahora huele muy mal, por eso le agrego estas plantas, su aroma hará que no huela mal, todo lo contrario.

Me explico terminado de agregar las especias, entonces mientras revolvía aquella masa, coloco su mano derecha sobre está haciendo que una luz morada iluminara el cuenco, entonces todo se mezcló en una sola sustancia. Cuando estaba por preguntarle que había hecho, el aroma feo desapareció siendo remplazado por un agradable aroma a menta.

-Listo, terminado el repelente para moquitos, toma Lucy póntelo en tus brazos piernas y cualquier parte expuesta como el cuello y la cara.

Me explico ofreciéndome el tazón, por lo que comencé a hacerlo, al instante sentí como el dolor de las picaduras de los molestos mosquitos desaparecían, siendo remplazados por una sensación fresca que ayudaba a soportar el calor.

-mi hermanito tenía razón, ¡eres increíble Josef!

Hable abriendo mucho mis ojos sorprendida por lo que él había hecho, para luego bajar mi mirada.

-Disculpa, de verdad te subestime, perdón por hablar mal de ti.

El me miro con algo de duda para luego sonreírme.

-No te preocupes por ello, yo no vivo por conseguir reconocimiento, solo hago lo que me gusta... pero acepto tus disculpas, y gracias por tu cumplido.

Me dijo dándome una suave palmada, para luego tomar el tazón y llevaron ante los demás miembros del grupo, asentí ante sus palabras.

-Oye Lucy, si vas a leer usa ese frasco, solo agítalo.

Me comento señalando un frasco, rápidamente lo tome entre mis manos observando notándolo que este contenía un poco de musgo en su interior.

-¿De que servirá esto?

Dije antes de agitarlo con fuerza como Josef me había dicho, el musgo rápidamente empezó a brillar hasta alcanzar un brillo similar a una vela.

Al verlo sonreí sentándome ahí mismo colocando el libro sobre mis piernas, mientras sostenía el franco con mi mano derecha usando la izquierda para abrir el libro.

Sin embargo al hacerlo me recibió una vista diferente, una hoja con extraños símbolos formando un círculo el cual estaba sostenido por cadenas de luz.

-Esto no estaba aquí antes.

Susurre acercando mi mano izquierda a la hoja tocándola con curiosidad pues sentía magia en ella.

Entonces las cadenas se rompieron liberando un brillo y una corriente de viento que apago por unos instantes la fogata alertando a todos. Por unos instantes el silencio reino, hasta que...

-¡Liiiiiiibeeeeeertaaaaad!

Un grito masculino juvenil un tanto agudo salió del libro mientras este escapaba de mis manos levándose rápidamente sobre el campamento.

Me quede congelada en mi lugar mientras miraba el libro moverse y gritaruna y otra vez.

Muy buenas chicos, aquí una vez más Ángel el escritor, ¿Que les ha parecido el capítulo? Espero que les haya gustado, jaja pero si, llega un nuevo personaje al grupo, uno que me dio mucha risa crear y que su origen surgió como una bruma. Pero eso ya lo sabrán en el siguiente capítulo.

Sin más que decir, me despido hasta el siguiente capítulo, cuídense y que las gemas los protejan.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top