Capítulo 3: La arboleda de los hongos

Tras una noche en incertidumbre, nos levantamos temprano, saliendo de la ciudad poco después de que el sol saliera.

Coco nos guiaba caminando a paso ligero tirando de nuestra carreta, mientras luna llevaba las riendas y mi hermanito leía su libro, aunque a mí no me dejaba leer el mío, pero por los baches y las rocas sabía que no me sería posible.

Mientras me distraía mirando hacia el horizonte mirando los campos que rodeaban la ciudad mientras nos alejamos poco a poco.

Sentía el viento soplar, recorriendo una gran tranquilidad como pocos días en especial después de ayer, o bueno todos los días después de la graduación de mi hermanito, casi me daban ganas de quedarme dormida.

Tras un par de horas de viaje, los campos fueron cambiando por una vista más cerrada, mientras entramos a un bosque.

-Bien, nos alejamos de la civilización, Rohei ¿en cuánto tiempo llegaremos a la siguiente aldea?

Pregunto Mateo bostezando levemente mientras se estiraba sus piernas llegando hasta el lado opuesto, topando con la madera.

-Esta algo lejos, la más cercana estaba a unas tres o cuatro horas, pero estaremos regresando a Paradise.

Le respondió al instante cerrando su libro, para luego dejarlo en la carreta, sus palabras hicieron que Mateo soltara un bufido de aburrimiento, causando que mi hermano esbozara una sonrisa.

-Bueno, es hora de detenernos, vamos a cazar algunos monstruos.

Esas palabras nos sorprendieron a todos, incluso a Luna haciendo que detuviera a Coco bruscamente.

-Espera un momento, pensé que evitaríamos cualquier monstruo hasta llegar a Crescend.

Comento Mateo con cierta preocupación, mientras Josef meditaba la situación.

-Entiendo tu preocupación Mateo, pero los monstruos en el boque de las almas son muy fuertes, será mejor practicar nuestro trabajo en equipo, igual sirve para que Lucy empiece su entrenamiento.

-Creo que nuestro capitán tiene un punto, además, podemos usar los materiales de los monstruos para venderlos en las aldeas que nos detengamos.

Agrego Josef luego de que mi hermanito explicara sus motivos, haciéndome sentir algo de nervios.

-Si tú lo dices entonces no hay de otra, hace mucho que no practicamos nuestro combate en equipo, seguramente todos tenemos nuevas habilidades.

Hablo Luna en un tono más serio girando para tomar su varita y su estoque, mientras el resto comenzaba a tomar sus armas, Mateo de muy mala gana fue el primero en bajar, seguido de mi hermano, Luna y Josef, aunque yo no sabía qué hacer.

-Haremos esto, Luna, Mateo y Josef ustedes irán de ese lado, los monstruos en esta zona no deberían ser rivales para los tres, mientras Lucy y yo iremos de este otro, si sucede algo lancen una llamarada hacia el cielo, así nos alertaremos.

Explico mi hermanito ordenándonos, los tres mencionados primero obedecieron, Mateo tomo el liderazgo haciendo que avanzaran hacia costado derecho del bosque mientras nosotros debíamos ir hacia la izquierda.

Solté un suspiro largo y pesado antes de bajar por fin de la carreta.

-Hermanito, ¿realmente debo hacer esto?

Le pregunte con algo de pereza y temor, ante lo cual él asintió desenfundando una espada común.

-¿Cuáles son nuestras reglas?

Esa fue su respuesta, otra pregunta, inmediatamente después corto un arbusto para empezar a avanzar hacia el interior del bosque, al sentirme sola corrí hacia el empezando a responder.

-Uno, escucharte siempre, dos si hay algún peligro me ocultare, mientras te seguiré en cualquier momento, tres, no debo quejarme.

Infle mis mejillas con enojo sabiendo que había roto un par de reglas al no obedecerlo.

-Recuérdalas bien, aunque no tenía pensado hacer que lucharas contra monstruos, tendrás que hacerlo en algún momento, ahora buscaremos monstruos débiles para practicar.

Hablo mientras agitaba su espada cortando las ramas y el pasto, hasta alejarnos del camino principal.

-¿Esta bien que dejemos solo a coco?

Dije con algo de preocupación ante nuestro compañero.

-Estará bien, sus graznidos son fuertes, y el tambien lo es, además, se cuándo está en peligro.

Respondió inmediatamente, realmente los caballeros ígneos eran asombrosos, sin embargo en ese momento él se detuvo, bajando un poco mientras observaba hacia un claro.

-¿Que paso hermanito?

-Monstruos adelante.

Indicó señalando hacia el claro, ahí pude ver un delgado hongo de color blanco con un sombrero azul, el cual se movía dando saltos moviéndose de lado a lado.

-Es un Fungi azul, un monstruo hongo, se alimenta de plantas, se defiende atacando con su cabeza y puede usar el hechizo granizo.

Un monstruo capaz de usar magia, eso fue lo primero que llamo mi atención, sintiéndome nerviosa al respecto, no quería ser lastimada.

-Si usa magia... ¿no es muy peligroso?

Pregunte con temor ante lo cual mi hermanito solo me miro con una sonrisa burlona.

-Primera misión, tráeme su gorro.

Me dijo mientras me empujaba haciendo que saliera hacia el claro, apenas logrando evitar tropezar con las ramas, pero quedando frente al monstruo, el cual era como de unos 50 centímetros de alto, el cual dirijo su atención hacia mí, logrando observar sus ojos, los cuales eran como perlas azules enterradas en su tallo.

Al verlo me prepare colocándome en posición defensiva, mientras mi hermanito me miraba en silencio analizando mis movimientos.

Pronto el monstruo comenzó a saltar hacia mí, pareciendo acercarse por curiosidad, provocando que bajara la guardia, sin aviso, el me ataco con su cabeza, inmediatamente intente bloquearlo, pero el impacto me hizo perder el equilibrio cayendo hacia atrás, mientras el hongo caía de pie moviéndose de arriba abajo.

-¿Estás bien Lucy?

Me pregunto mi hermanito mientras yo me levantaba con un poco de enojo, me había confiado, creía que quería ser mi amigo, ni siquiera había desenfundado mi daga y aun así me había atacado.

-Vas a ver quién soy.

Susurre desenfundando mi daga y corriendo hacia el pequeño monstruo, el cual giro para verme, en un segundo su cabeza se ilumino, disparando cientos de pequeños trozos de hielo en todas direcciones, me cubrí recibiendo el impacto, sintiendo algo de dolor.

Pero, no había sido tan fuerte, los golpes no dejarían marca ni laceraciones, estaba claro que su magia era bastante más débil que la mía.

Di unos pasos más hacia él, mirándolo desde arriba observando sus ojos, casi pareciendo que me pedía clemencia.

Volví a dudar, recibiendo un cabezazo en mi abdomen haciéndome caer de espaldas nuevamente.

-Tres golpes, dos bloqueos pero el último lo recibiste por completo.

Hablo mi hermanito atrapando el hongo con su mano sometiéndolo en un instante.

Me levante tosiendo un poco pues realmente me había dolido, al levantar la mirada me encontré una vez más con los ojos del monstruo, mientras mi hermanito lo sostenía con ambas manos, este se retorcía intentando escapar.

-Acaba con él, entierra tu daga entre sus ojos rápido.

Me hablo haciendo que yo sintiera mucho miedo, intente dar un paso hacia atrás pero me detuve. No era un monstruo muy fuerte, seguramente mi hermanito no se habría dado cuenta si lo viera normalmente, no era como los que el enfrentaba, esos eran mucho más fuertes que yo.

Empuñe mi daga con fuerza, intente no temblar, entonces ataque dando una estocada con todas mis fuerzas, enterrando mi arma entre sus ojos dándole una muerte rápida mientras yo caía de rodillas.

Mi hermano suspiro mientras un líquido azul empapaba sus manos, se acercó a mi hincándose, dejando al monstruo a un lado, suavemente me dio una caricia con sus nudillos.

-Sé que es difícil para ti, este monstruo tal vez no merecía morir, pero habrán otros mil veces más peligrosos, que intentaran comernos a la mínima oportunidad.

Me dijo, manchando mi mejilla con la sangre del monstruo la cual era fría como el hielo.

-Lo se, es más difícil de lo que pensé...

Dije limpiándo mis mejillas, para luego tomar mi cuchillo del cuerpo del monstruo, no podía dejar de tener miedo.

-¿Qué es más difícil de lo que pensaste?

Me pregunto, mientras yo tomaba al monstruo comenzando a separar su gorro de su tallo.

-Ser un héroe, pero, lo lograre... así podre luchar junto a ti contra los malos.

Le confesé mientras le extendía el gorro del monstruo tal y como me lo había pedido, en respuesta el me sonrió genuinamente dándome una caricia en mi pelo antes de tomar aquel gorro entre sus manos.

-Vamos, continuemos, aun necesitas aprender más.

Solté un largo suspiro, mirando a mi hermanito comenzar a caminar adentrándose más en el bosque.

El encuentro se repitió una, dos, tres veces más, acabando con tres champiñones saltarines, monstruos más débiles que el Fungi azul, el primero me costó recibiendo dos golpes antes de lograr acabarlo, el segundo logre cortarlo después del primer golpe, y el tercero ni siquiera logro alcanzarme.

Hasta que volví a encontrarme con un segundo Fungi azul a mitad de un camino.

Este se encontraba distraído saltando de un lado a otro mientras parecía inspeccionar unos frutos debajo de un árbol, por unos instantes dude, sintiendo mi mano temblar al empuñar mi cuchillo.

Tuve que tranquilizarme tomando un respiro.

Lo mire, si estaba distraído entonces tendría una oportunidad.

Rápidamente comencé a correr contra el sujetando mi cuchillo con mi mano derecha, mientras con la izquierda me protegía usando mi brazalete para cuidar mi rostro.

Sin embargo mis pisadas fueron descuidadas resonando con fuerza al romper hojas y ramas, alertando al Fungi, quien giro notándome y haciendo brillar su gorro comenzando una lluvia de granizo disparado hacia todos lados.

-¡Al suelo Lucy!

Exclamo mi hermanito advirtiéndome rápidamente me hinque protegiéndome con mis brazos esquivando las esquirlas de hielo, al terminar empuje mi cuerpo con fuerza reanudando el ataque dando un tajo contra el gorro del monstruo inmovilizándolo contra el suelo.

Lo mire con duda mientras se movía bajo mi cuerpo.

"Seré tan cruel"

Pensé sacando el cuchillo del gorro del monstruo.

"No dudes, Lucy"

Apreté mis dientes enterrando el cuchillo en la cara del monstruo acabando con él en un instante.

Solté un suspiro cuando este dejó de moverse, por lo que procedí a tomar el gorro del monstruo y separarlo del cuerpo para entregárselo a mi hermanito.

-Buen trabajo Lucy, con esto empiezas a ser una cazadora de monstruos.

Me hablo sonriéndome dándome unas caricias sobre mi cabeza, mientras tomaba el gorro del monstruo entre sus manos.

-Regresemos, creo que es suficiente por ahora, debemos continuar con nuestro camino.

Comento dando media vuelta, sin embargo al hacerlo un monstruo cayó sobre el rostro de mi hermano intentando atacarlo, no parecía un ser vivo pues en su lugar era más como un tipo de baba, o un postre gelatinoso, era transparente con un leve tono azul, la criatura se había pegado en la cabeza de mi hermano paralizándolo por unos instantes.

-hermanito...

Pregunte con preocupación, pero antes de decir algo, tomo a la criatura entre sus manos algo tembloroso antes de arrancarla rebelando un rostro rojo y lleno de baba, quien miraba al monstruo con ira. Sin dudarlo lanzo a la criatura contra un árbol estrellándose y volviéndose una mancha sobre la corteza, pero no tardo en recuperar su forma de gota.

-Como odio a los Slime.

Susurro limpiando su rostro con su brazo, visiblemente molesto, entonces eso era aquella criatura, un Slime.

-Bien Lucy, acaba con él.

Me ordeno terminado de limpiar su rostro. Asentí girando contra el monstruo, atacando rápidamente mientras se deslizaba contra el tronco, al partirlo el monstruo no se detuvo, solo se dividió en dos mas pequeños, uno de los cuales salto contra mi asustando me provocando que lo golpeara lanzándolo contra el suelo.

-Hermanito, las espadas...

-No les hacen daño, ellos son susceptibles a la magia.

Escuche mientras el soltaba un suspiro, sin embargo yo bufe con enojo por no haberme dicho eso antes de empezar.

-Bien, entonces acabare con el ahora [Ardan llamas del inframundo].

Exclame extendiendo mi brazo hacia el Slime del suelo, un aura rojiza comenzó a rodearme centrándose en mi mano, haciendo que una pequeña llama ardiente surgiera.

-¡Fuego!

Pronuncie disparando la llamarada contra el monstruo, el fuego le impacto envolviéndolo antes de dispersarse, por unos segundos se quedó estático antes de explotar volviéndose solamente agua.

-No todos los monstruos pueden matarse con espadas, algunos son más vulnerables a la magia.

Mi hermanito se acercó a mí extendiendo su mano contra el Slime que quedaba en el árbol ya encontrándose sobre las raíces.

-Fuego.

Pronuncio, disparando una potente llamarada devorando al monstruo con un calor tan abrazador que tuve que cubrirme con mis brazos y retroceder un poco, carbonizando el tronco del árbol, aunque el fuego no duro lo suficiente como para extenderse.

-Hermanito, ¿de verdad odias a los Slime?

Le pregunte mirando el enorme parche negro que había quedado frente a nosotros extendiéndose por 4 metros detrás del árbol.

-No me gustan los monstruos viscosos.

Me respondió desviando la mirada un poco evasivo, recordando que mi hermano le temía a las lombrices, y otras criaturas similares le daban incomodidad.

Sin previo aviso una explosión sacudió el cielo llamando nuestra atención, el hechizo había surgido desde el otro lado del camino.

-Luna y los demás deben estar en problemas.

Hablo inmediatamente mirando la explosión de fuego dispersarse dejando solamente humo, inmediatamente comprendí que ellos estaban en problemas, sin perder ningún segundo comenzamos a correr atravesando el bosque, hasta llegar al camino principal, donde Coco nos esperaba.

-Espera aquí, podría ser peligroso.

Me ordeno mi hermanito, sin embargo no era algo que estuviera dentro de las reglas, además tambien me preocupaban.

-No, iré contigo, tambien podría ser de ayuda.

Hable imponiéndome, viendo la duda en sus ojos, pareciendo no querer discutir conmigo en ese momento.

-No sé qué tan peligroso sea... No tengo tiempo para esto, vamos.

Bufo rindiéndose continuando con el camino siguiendo la estela de humo que empezaba a dispersarse.

Notaba a mi hermanito muy preocupado, corriendo tan rápido que apenas podía seguirle el paso. Corriendo yo era la más rápida de mi clase, pero sin dudas los caballeros estaban a otro nivel, era probable que el pudiera dejarme atrás con facilidad.

Al llegar mi hermanito se detuvo bruscamente, extendiendo su mano mientras nos escondíamos detrás de un gran árbol.

Yo aún no me percataba de la situación hasta que mire un tanto oculta, los tres enfrentaban un solo monstruo, era una criatura bípeda azulada con patas fuertes, cola larga que terminaban en punta, brazos cortos y una cabeza grande con forma de hongo con tres picos que perecian ser de hielo y boca de dragón. Tambien era grande de dos metros de alto y tres de largo.

-¿Que es ese monstruo?

-Fitongo, en este caso, Fitongo congelado, monstruo de nivel 12, es muy peligroso.

Me explico levemente, si mi hermano lo decía era verdad, además lo estaba viendo con mis propios ojos.

Luna intentaba atacarlo desde atrás, pero terminaba recibiendo los golpes de la cola del monstruo teniendo que repeler su aguijón con su espada, mientras Josef distraía su boca, intentando resistir sus embestidas. Mateo, por su parte intentaba realizar magia, y atacarlo de esa forma, pero al hacerlo, el monstruo siempre saltaba e intentaba atacar le provocando que Luna y Josef tuvieran que detenerlo.

-Esto está mal, necesitan a alguien más para detener a ese monstruo, tampoco se están coordinando bien, Mateo solo esta gastando magia, Josef no tiene una forma segura de protegerse contra las embestidas del monstruo, Luna no se comunica con Josef y terminan chocando.

Comento tomando el mango de su espada, casi listo para entrar en combate, pero parecía reacio a hacerlo.

Entonces vi como el monstruo recibió un ataque en su muslo derecho por parte de Josef, pero eso ni siquiera lo inmuto, entonces note que tenía múltiples heridas, pero no parecía sangrar.

-¿Como lo derrotaran?

-Tu ya lo sabes, a los hongos se le mata atravesando su cabeza, en este caso, separando su cabeza de su cuerpo... pero no sé si ellos puedan, su cuello es demasiado duro.

Hablo analizando, pues parecía que el conocía más sobre el monstruo, intentaba analizar la situación mirando como cada vez se ponía peor para los tres.

-Hermanito, tengo una idea para vencerlo, los cinco juntos.

***

-Adelante, esperare tu señal.

Suspire sintiendo una palmada en mi espalda de parte de mi hermanito, estaba nerviosa y preocupada, pero no era el momento para detenerse. Debía ayudarlos y hacer que este plan funcionara.

Empuñe mis manos comenzando a correr entrando en la zona de combate, siendo un espacio entre tres arboles sin vegetación, parecía una arena donde nos enfrentaríamos a este mostro peligroso, sentí un sudor frio recorrer mi espada, pero no era momento para temer, no estaría sola.

-¡Chicos! ¡Escúchenme! ¡Tengo un plan para derrotarlo!

Grite llamando su atención aunque no estaba segura si podría hacer que me obedecieran, esperaba que me dijeran algo, que me subestimaran seria lo normal.

-Bien, entonces seguimos tus órdenes.

Comento mateo en tono sarcástico, pero viendo como Luna y Josef asentían ante mis palabras.

-Lucy, te escuchamos, pero mantente alejada.

Hablo Luna mientras empuñaba su espalda.

-¿Mateo cuantos hechizos te quedan?

Pregunte pues necesitaba saber cuántos hechizos más podría utilizar.

-Cuatro, no me hagas desperdiciar más de la cuenta.

Exclamo, entonces parecía tener los suficientes.

-Luna, distrae al monstruo desde su flanco izquierdo, Josef, ataca desde el lado derecho, Mateo muévete hacia el norte ese árbol, y empujen al monstruo hacia este otro.

Exclame señalando primero un árbol delante de Mateo, mientras el segundo era en donde mi hermanito nos esperaba, mientras yo me movía hacia el segundo árbol.

Al escucharme los tres dudaron por un instante.

-¡Confiamos en ti Lucy!

Exclamo Luna dando el primer paso atacando al monstruo desde atrás antes que Josef, siendo detectada al instante, probo andoque este girara para atacarla con su cola, mientras, Josef aprovecho para embestir desde enfrente, en respuesta, el monstro se detuvo por unos instantes abriendo sus fauces liberando un brillo azul, invocando 4 estacas de hielo las cuales salieron disparadas hacia Josef, quien apenas logró esquivar dando un salto hacia su izquierda mientras el monstruo exhalaba vapor helado.

-¡Josef recuerda que los ataques frontales no funcionan!

Exclamo Mateo regañándolo, pero el ver cómo funcionaba esa magia me sorprendió.

-¡No, Josef hazlo otra vez, Mateo cuando el monstruo vaya a lanzar su hielo utiliza el hechizo fuego!

Dije gritando con todas mis fuerzas, haciendo que Mateo y Josef me miraran, mientras Luna sonreía luchando contra la cola.

-Es un excelente plan, Josef, repite ese ataque.

Grito Luna dando un salto hacia atrás.

-¡Mateo, Lucy, te confió mi vida!

Exclamo Josef completamente aterrado empujando el suelo con sus pies y volviendo a correr hacia el monstruo empuñando su espada con fuerza.

En respuesta el monstruo dio un salto hacia atrás aprovechando que Luna lo había dejado en paz, para después abrir su boca cargando una vez más el hechizo, en ese momento Josef se detuvo flexionando sus piernas listo para saltar y esquivar la magia.

-[¡Ardan llamas del inframundo!] ¡Fuego!

Exclamo Mateo invocando el hechizo antes que el monstruo disparando un fulgor carmesí desde el flanco derecho, causando que el monstruo cancelara su ataque, prefiriendo dar un enorme salto hacia atrás esquivando por mucho la llamarada.

Esa fue mi oportunidad.

-[¡Gira y desoriéntate, pierde el rumbo, pierde tu mente!]

Invoque mi hechizo, haciendo que un brillo dorado cubriera mi mano, mientras veía al monstruo caer levantando una nube de polvo.

-¡Confusión!

Grite haciendo que de mi mano salieran unos destellos los cuales igual aparecieron sobre la cabeza del monstruo, haciendo que este comenzara a gritar y moverse de lado a lado.

Confusión, era un hechizo que mezclaba los sentidos, provocaba alucinaciones, y hacían que perdiera el equilibrio, este hechizo lo había aprendido gracias a Carole, quien me advertía sobre lo peligroso y útil que podría ser, pues siempre debía usarlo si estaba en peligro.

Aunque en una criatura salvaje provocara su ira, causando que intentara usar su hechizo, pero este no le respondía, comenzando a retroceder sintiéndose abrumado.

-¡Ahora hermanito!

Di la señal tan pronto el monstruo se encontró junto al árbol.

Entonces, mi hermanito surgió desde el flanco derecho del monstruo, avanzando rápidamente como un relámpago.

-Técnica de caballero ígneo [Atravesar].

Susurro cubriendo su espada con un brillo carmesí, en ese momento el monstruo giro hacia mi hermanito, pero ya era tarde, la espada se incrusto en su cabeza perforándola por completo antes de agitarla hacia arriba dividiéndola en dos formando un arco rojo mientras el monstruo liberaba una sangre azul como la del Fungi, provocando que el monstruo cayera al suelo, muerto en un instante otorgándonos la victoria.

-¡Al fin!

Exclamo Josef desplomándose sobre el suelo aliviado de que el combate hubiera terminado.

-¡Así que ahí estabas caballero de pacotilla!

Grito Mateo cambiando con furia hacia mi hermanito.

-Mateo, no tienes nada que reclamarle, nosotros fuimos quienes no pudimos luchar coordinadamente.

Hablo Luna con cansancio mientras caminaba aplicándose sobre si misma el hechizo cura, desapareciendo sus heridas.

-Parece que otra vez vas a defender a tu novio.

Le recrimino Mateo a Luna claramente molesto.

-¡Basta Mateo! Sabes bien que no le puedes ganar a Luna, te dará una paliza.

Exclamo mi hermanito con algo de molestia, para luego suspirar.

-Josef, olvidaste que atacar de frente es peligroso si no tienes un escudo.

Se dirigió hacia Josef, quien parecía ser el más cansado.

-Luna, te enfocaste en intentar atacarlo por su punto ciego y superar su habilidad, no contabas con que era más rápido que tú y sobre todo que podía sentir tus movimientos.

Mi hermanito le hablo a Luna haciendo que ella se enojara un poco.

-Mateo, está claro que desperdiciaste hechizos y nunca pensaste en desarrollar una estrategia más que solo retener al enemigo, además de permitir que el equipo luchara contra un monstruo así de fuerte.

Los tres bajaron la cabeza frustrados comenzando a sentirse un ambiente pesado, entonces mi hermanito soltó un largo suspiro mirando el cuerpo del monstruo.

-Sin embargo, lograron resistir sin demasiado daño, este es un monstruo peligroso para nuestro nivel, ni siquiera yo estaba seguro de cómo hacerle frente, ahora le debemos esta victoria a Lucy y su rápido pensamiento, aunque pudo ser mejor esa estrategia, fue un resultado excelente.

Hablo acariciando mi cabello haciéndome sonrojar y enojarme a la vez.

-Esta batalla nos confirma que no tenemos el mejor trabajo en equipo, es normal, llevamos mucho sin luchar codo a codo, pero necesitamos mejorar si queremos sobrevivir el resto del viaje.

-Hmph, entonces no nos vuelvas a dejar por nuestra cuenta, capitán.

Añadió Mateo, haciendo que mi hermanito sonriera levemente.

-Tranquilo, no creo que volvamos a separarnos, además confió plenamente en ustedes.

Hablo mi hermanito terminado con una voz seria mientras limpiaba su espada, sentía que había encontrado algo peligroso en el bestiario, pero no sabía que era, pero de algo estaba segura, este viaje sería más largo y cansado de lo que esperaba.

Hola de nuevo aventureros, es un gusto volver a verlos, creo que desde hoy los miércoles serán días de estreno, pero creo que funcionó muy bien. Espero de corazón que les haya gustado.

¿Que les parecieron los monstruos hongos? Bueno es probable que aparezcan algunos más en la saga, ya que son monstruos que me gustaron, aunque no se si aparezcan más en el libro, ya que en el libro de Roe hay muchos más monstruos peligrosos.

Sin más me despido hasta la próxima semana, que las gemas los protejan.

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