Capitulo 19: Hidoot, la aldea oculta.


Mis ojos comenzaron a abrirse lentamente, dando paso a un ambiente borroso, lo primero que vino a mí fue el recuerdo del ataque ocurrido en la muralla de madera, por lo cual rápidamente me levante dando un salto y cargando magia en mi mano derecha.

–¡Luna!

Grite el nombre de la primera persona que me vino a la mente, esto mientras escaneaba el ambiente a mi alrededor, sin embargo, no era nada parecido a una prisión, a decir verdad no parecía que estuviera atrapado, me encontraba en una casa de unos dos pisos de alto, con un techo de troncos de madera, sus paredes eran de roca mientras que el segundo piso, en el cual yo estaba, solo ocupaba la mitad del largo de la casa dejando una gran apertura en donde podía ver alfonse humo saliendo, gire a mi alrededor, percatando me que la cama donde estaba se encontraba sobre el suelo, además habían otras cuatro camas, dos a cada lado, siendo en la que me encontraba la más grande, rápidamente pude identificar mis cosas en una esquina, así mismo note que estaba vestido con un par de pantalones grises y una camisa de lana de color caqui, vestía como un aldeano.

–¡Roe!

Escuche el grito de Luna, mientras escuchaba unos pasos sobre la madera, vi el como ella subía por un costado por una escalera, al verme Luna corrió hacia mí con una expresión llena de preocupación.

–¡Roe, no te levantes aun debes descansar!

Exclamo empujándome sobre la cama forzándome a sentarme sobre esta, para luego revisarme si no estaba herido.

–Luna, esto... ¿Qué paso mientras estuve inconsciente?

Pregunte con algo de preocupación, mientras ella pellizcaba mis mejillas estirándolas en señal de enojo.

–Creo que debería disculparme al respecto por las acciones de mi padre.

En ese momento una joven mujer se nos presentó subiendo desde la escalera, su estatura era un poco mayor a la de Luna, su pelo era largo de color castaño brillante al igual que sus ojos, vistiendo una sudadera de color negra con unos pantalones verdes que llegaban hasta sus rodillas, portando a su vez unas botas de cuero con decoraciones plateadas, su rostro era joven como el de nosotros pero con apariencia delicada, note al instante que no era humana, pues tenía unas orejas largas que sobresalían de su cabello estirándose hacia los lados terminando en punta.

Elfos, una especie parecida a los humanos, pero más veloces y con mejores habilidades mágicas, habitaban en los bosques y eran muy diestros en el combate, todas estas habilidades los hicieron volverse un peligro para el imperio siendo sus enemigos, el emperador Trend se encargó de iniciar una campaña de extermino, la cual acabo con todas sus naciones, ciudades y pueblos. Drows y Orcos del norte sufrieron el mismo destino.

–Sé que piensas que no debería existir, pero, estamos vivos gracias a los guardianes.

Respondió con tranquilidad mientras hacia una leve reverencia.

–Y ahora yo estoy en deuda con ustedes... aunque fue un elfo el que me dejó en este estado.

Dije soltando un suspiro, mirando que ella tenía una espada colgando de su cintura del lado izquierdo, notando que esa espada era una bastante grande, aunque no lograba saber de qué tipo seria, sin embargo sabia solo al verla que ella era una guerrera muy hábil.

–Me disculpo por las acciones de mi padre, debes saber que él lo hizo porque pensó que usted era una amenaza, claro cuando supo que había atacado al fénix ordeno que te trajeran a este lugar.

Atlas hizo una reverencia disculpándome y diciendo esas palabras, haciendo que suspirara pare luego mirar a Luna.

–Yo les dije, el señor Urano estaba paranoico y quería matarnos, culpando a Max de haber traído a un caballo de madera a su aldea, Atlas y algunos de los lideres confiaron en nosotros e hicieron todo para qué revisaran tu estado, luego de ello nos prestaron esta casa para descansar.

Me explico Luna mostrando un semblante enojado, cruzando sus brazos mientras se sentaba en la cama conmigo, recordé a Urano, siendo quien me había atacado, este debía ser hijo de la sobrina de mi tío Rodrigo, eso quería decir que.

–Presento, yo soy Atlas Castelar un gusto conocerlo joven Fénix, o mejor dicho Rohei Castelar.

Atlas se presentó de forma muy amable, pero llamándome por el nombre Fénix antes de mi nombre real, comenzando a pensar que me dejaron vivir más por mi apellido.

–Entonces somos familia cercana, aunque nunca pensé tener de familiar a una elfa.

Solté un suspiro para luego formar una leve sonrisa, provocando que Atlas se riera levemente.

–Lo siento, pensé que tu reacción había sido muy similar a la que tuvo Lucy cuando la conocí.

Dijo Atlas disculpándose, mientras se sentaba cruzando sus piernas, inmediatamente me percate que solo nosotros tres estábamos en la casa, haciendo que levantara una ceja preocupándome.

–Hablando de eso, ¿Dónde están los demás?

Pregunte con algo de preocupación por mis compañeros especialmente por Lucy.

–Ellos están bien Roe, tú fuiste el único herido, bueno, todos estábamos en mal estado pero ahora puedo decir que recuperamos nuestras fuerzas.

Hablo Luna con una sonrisa para luego inflar su pecho vigorizada.

–No te preocupes tanto, mi padre le pidió a Cerem uno de los instructores de espada que entrenara a Lucy junto a los demás niños, salieron desde temprano.

Comento Atlas explicándome levemente, como no había podido enseñarle bien a Lucy ayer me tranquilizaba un poco que ella aprendiera un poco más sobre el uso de la espada, al menos para no perder práctica.

–El libro parlante está en la casa de mi abuelo, por último, el mago y el chico de lentes acompañaron a Fabaris y Zera a la biblioteca del gran árbol, tenían curiosidad por conocerlo, y si preguntas por Max y Enrían, pues el primero está castigado en casa de Bóreas afilando espadas, Enrían pues está en casa igual está castigado, pero su padre le dio una buena reprimiendo.

Explico Atlas, causándome confusión tantos nombres los cuales desconocía por completo.

–Veo que conoces los nombres de todos los de la aldea.

Dije con una sonrisa algo incomoda.

–Claro, Max no me va a ganar, yo seré la siguiente líder de esta aldea, así que puede comenzar a llamarme jefa Atlas.

–No hare eso.

–Yo tampoco.

–¡Oigan no sean así, al menos síganme el juego!

Grito Atlas infando sus mejillas molesta por nuestra respuesta.

–Entonces... Mateo y Josef no están en la aldea y Lucy está entrenando.

Hable simplificando la información antes de suspirar y dejarme caer sobre la cama.

–Yo me quede cuidándote, Atlas por su parte vino para supervisar que estuvieras bien.

Añadió Luna estirando su mano sobre mi pecho emanando un poco de magia curativa, mientras me miraba con una leve sonrisa.

–Pero ya estoy mejor, aunque preferirá quedarme el resto del día en esta cama.

Dije estirando mis brazos mirando hacia el techo.

–¿Dónde esta Coco?

Pregunte por ultimo mientras miraba hacia el techo recordando a mi faisán.

–Durmiendo en la parte de abajo, en la noche se puso como loco intentando protegerte de Urano, eso sumado a que estaba débil por todo el esfuerzo físico, a decir verdad quisiera estar durmiendo ahora como él, tuve una noche muy larga vigilando que estuvieras bien.

Añadió Luna recortándose a mi lado posando su mano derecha sobre mi pecho, gire para verla encontrándome con sus ojos esmeraldas, los cuales lucían cansados. Antes de que pudiera decir alguna palabra atlas choco sus palmas para llamar mi atención.

–Si bien podría dejarlos pasar todo el día retozando como la pareja que son, también es parte de mi obligación llevarte a saludar a nuestro abuelo, Roy Castelar me pidió que te llevara con el tan pronto como despertaras.

Comento mientras se levantaba, sus palabras hicieron que mi pereza aumentara, mi falta de magia tampoco me ayudaba, estaba seguro que necesitaría un rato más de descanso, pero necesitaba hablar con Roy y Grinmore.

–Está bien, iré contigo.

Dije poniéndome de pie de un salto, notando inmediatamente que mi cuerpo se había recuperado, sin embargo, mi magia aún era poca siendo menos de la mitad.

–Yo me quedare aquí, a decir verdad quiero dormir todo el tiempo que se pueda.

Hablo Luna soltando un suspiro mientras se estiraba, asentí procediendo a bajar por las escaleras viendo a coco descansar en un corral con su a la derecha vendada, cerré mis ojos sintiendo su vitalidad.

–Tenia algunas heridas menores, está mejor de lo que parece, hace poco Luna le cambio los vendajes.

Asentí con algo de preocupación, camine hacia el arrodillándome frente a su cabeza colocando mi mano sobre esta y regalándole algo de mi magia.

–No deberías hacer eso, estas débil.

Me advirtió Atlas con preocupación ante lo cual negué con mi cabeza.

–Coco desvió su magia hacia mí, los hechizos usados para sanarlo los traspaso hacia mí, el deber de un faisán como Coco es cuidar siempre de su jinete...

Atlas bajo su cabeza, hincándose para acariciar el lomo de Coco.

–Solo le regreso la magia que me presto.

En ese momento Coco abrió sus ojos mirándome directamente, y acariciando mi pecho con su pico.

–Ya estoy bien amigo, ahora te toca descansar, recupérate rápido como el gran faisán que eres.

Le dije invocando el hechizo cura sobre él, quien cerro sus ojos recibiéndolo con honor, levantando su cabeza antes de volver a colocarse en posición de descanso.

–Pensé que los domadores y los caballeros dragón eran los únicos que estaban vinculados con sus monturas.

Comento Atlas mientras caminábamos hacia la salida, la cual ella abrió para mí.

–Los caballeros dragón están más tiempo con sus monturas, pero todos los caballeros son jinetes de alguna montura... los faisanes no deben ser subestimados después de todo, lograron que Paradise surgiera como nación.

Añadí mientras salíamos de la cabaña, encontrándome con un pueblo cuyas casas estaban ligeramente separadas, con grandes techos de troncos dándole una forma triangular, alrededor de la aldea podría verse una muralla de madera, con torres a cada cierta distancia entre sí, a mi izquierda podía ver un enorme árbol elevándose varios metros como una imponente montaña, mientras a la derecha podría ver una casa alzándose sobre una colina, detrás de ella se encontraba unas permanentes nubes negras y grises.

–Es una aldea bastante grande por lo que puedo ver, al menos 3000 habitantes diría yo.

Comente mirando a mi alrededor viendo varias especies convivir, Enanos, los cuales fuera de este bosque se encontraban encerrados bajo tierra por voluntad propia, esto al haber causado la extinción de las sílfides durante una guerra por sus alas, sin embargo ahora veía a las sílfides volar. Conviviendo con enanos, humanos, atradishes y elfos.

Los enanos eran una especie robusta, de músculos fuertes y con una fuerte presencia de bello corporal, llegaban a medir hasta 1.50 según los libros y 1.20 como mínimo, realmente parecían humanos fortachones en miniatura, sus niños se notaban regordetes aunque al estar junto a un Atradishe se podían diferenciar, pues los atradishes tenían orejas y pies más grandes, mientras los niños enanos tenían manos grandes un cuerpo más grande y al igual que narices chatas bastante amplias.

Las sílfides por su parte eran todo lo opuesto, si bien los elfos eran delgados y de apariencia fina, las sílfides parecían ser muy frágiles, con brazos y piernas largas, así como un rostro afilado, los machos tenían barbillas sobresalientes, y narices como garfios, mientras las hembras eran más gráciles, con rasgos más delicados, sus orejas eran puntiagudas, pero discretas más parecidas en forma a los humanos que a los elfos, sin embargo estas destacaban por tener dos pares de alas de libélula en su espalda, con las cuales volaban emitiendo un zumbido.

–¿Hace cuánto que viven en este lugar?

Pregunte observando que la diversidad la cual hacia mucho se había perdido.

–Hace mucho tiempo, fuimos salvados por la cuarta generación de guardianes, en el pasado en el bosque de las almas había una nación de elfos, sin embargo, ese reino practicaba una magia muy oscura, jugando con la vida y la muerte...

Atlas comenzó a contarme mientras me guiaba caminando ambos hacia la colina.

–Se cuenta que ellos no eran muy buenos vecinos, atacando a los demás reinos con el fin de conseguir sacrificios a los dioses oscuros, sin embargo, un día un reino decidió tomar venganza por sus aliados caídos, las ciudades fueron arrasadas por hordas de dragones y caballeros, el imperio de Skyland se propuso a exterminarnos.

Mientras avanzábamos Atlas se detuvo junto a una plaza, en la cual en su centro se encontraba un monolito con forma de mujer, y a su alrededor 4 más pequeños cada uno con una gema, una un rubí, otra una esmeralda, mientras su opuesta portaba un diamante amarillo y la última exhibía un zafiro. Pero no era el único, pues en el centro del monolito había una perla entre las manos de la mujer.

–Cuando solo quedaba una ciudad de pie, al lado opuesto del rio Taurus, los guardianes se hicieron presentes junto a Eco, la madre naturaleza, ellos le propusieron a nuestro antepasado abandonar la magia oscura y dejar de indagar en la muerte, a cambio nos salvarían, muchos aceptaron siguiendo a Eco a través del bosque, mientras lo que rechazaron la propuesta de los guardianes se volvieron sus enemigos.

Caminamos hacia el centro de la plaza, observando las flores que rodeaban las estatuas de piedra.

–Al caer la última ciudad elfica, Eco hechizo el bosque haciendo que enormes arboles crecieran hasta alcanzar las nubes, y junto a los guardianes los hechizo para que todos los arboles crearan un laberinto mágico, del cual solo unos cuantos podían escapar, atrapando al mismo ejército imperial, el hechizo hizo que Eco gastara tanta magia que romperlo sería fallarle a los elfos, así que les propuso a los antiguos miembros del imperio dejar de luchar y les entregaría tierras para vivir.

Observe con cuidado avanzando hacia el monolito con el rubí, este me llegaba al hombro, además de notar en el surcos asemejándose al fénix de mi pecho, mientras en su base podía ver humanos, elfos, enanos y atradishes tallados.

–Tras ello, los guardianes crearon una aldea cada uno, escogiendo cada persona a quien seguir.

Ella se acercó posando su mano sobre el monolito del fénix.

–Leviatán decidió crear una aldea en la ribera del rio Taurus, ahí les enseño a pescar y aprovecharse de los peces, naciendo así Kemoor, gea tomo a la gran mayoría de los enanos, llevándolos hacia el oeste, donde crearían una mina y una aldea de nombre Merioc, al norte el Bahamut les enseñaría a humanos y atradishes sobre la agricultura y la ganadería, creando la aldea de Wastow, por último, el fénix decidida crear a Hidoot, casi en el centro de las otras tres aldeas, así mismo les enseño el arte de la herrería para aprovechar los minerales extraídos por Merioc, y servir como un centro del comercio.

Escuche atentamente sus palabras mientras ella giraba para verme cruzando sus brazos.

–Los habitantes se dispersaron, al igual que las razas, los elfos decidieron seguir más al fénix y leviatán, aunque con el tiempo algunos acabaron llegando a las otras aldeas, así mismo paso con los enanos, además de eso, en uno de los arboles sagrados apareció una biblioteca encontrándose al este de nuestras aldeas, donde podríamos obtener conocimientos. Con el tiempo las aldeas se asentaron fluyendo entre sí como un rio, hasta que la paz se vio perturbada, pues Bahamut decidió traer consigo una ciudad flotante, sin embargo esta se estrelló al este del gran árbol, con ellos venían cientos de sílfides quienes formaron una quinta aldea, Enham, la aldea de las sílfides, aunque más que aldea podríamos decir que es un reino de una sola ciudad.

Se rio de sí misma mientras me invitaba a seguir caminando.

–por los conocimientos que tengo de historia, diría que llevan unos 360 años en este bosque, mientras que las sílfides llevan unos 161 años viviendo aquí, en el 344 fue cuando se dio como terminada la guerra de las sílfides.

Comente explicándole a Atlas quien asintió levemente, aunque sería difícil saber cuándo ocurrió aquel hechizo lanzado sobre el bosque, pues desconocía de esa información.

–Bueno, sería más correcto decir que fue la segunda población de sílfides, ya que esta raza ha estado en el bosque desde hace años, pero con la fundación de Enham su población se duplico, según las historias muchas sílfides y silfos fueron a esa nueva aldea la cual es bastante numerosa.

Asentí cruzando mis brazos, me sentía tranquilo por saber que las sílfides estaban bien, después de todo nos habían enseñado que aquello había sido una injusticia de parte de la familia imperial anterior.

–Entonces, ¿Cómo están gobernadas las aldeas?

–Por un líder, generalmente el más capaz o el que haya sido designado por el líder anterior, pero han habido pequeñas revueltas y algunos llamados golpes de estado, en esta aldea casi siempre han gobernado elfos, aunque Roy tomo el relevo por un tiempo, al menos hasta hace unos 15 años cuando mi padre tomo el puesto.

Me respondió al instante entrando en el último tramo, donde pude ver varias herrerías con enanos trabajando, algunos con sus puertas abiertas y otras encerrados en sus hogares.

–Aunque me impresiona que gobierne un elfo en un lugar donde puedo notar que hay muchos enanos y humanos.

Respondí mientras observaba a distintos enanos trabajar.

–Es cierto que los elfos son la tercera especie más numerosa en esta aldea, por probabilidad era más posible que gobernara un enano o un humano, sin embargo todos estuvieron de acuerdo con que mi padre ascendiera como líder, es el más fuerte de la aldea.

Sus palabras me hicieron pensar, provocando que aqueraran mis cejas levemente.

–Eso me preocupa, por lo menos en este boque están a salvo del exterior, pues seguramente Urano está al nivel de un campeón suponiendo que era al menos el doble de fuerte que yo.

Hable mientras caminábamos, haciendo que atlas silbara sorprendida y algo incrédula.

–Vi tus estadísticas, no son nada fuera de este mundo... claro a excepcion de esa destaza por los cielos que tienes, creo que mi padre es 3 veces más fuerte que tú.

–Hmph, hablas como una niña, pero no lo negare, me falta mucho para poder compararme a Urano.

Comente asintiendo intentando no reírme, pues de cierta forma Atlas me recordaba a Lucy.

Al continuar por el camino llegamos a la casa sobre la colina, al estar subiendo pude ver a ambos lados de la mansión dos campos de entrenamiento, a la derecha se encontraban varios jóvenes practicando bajo la tutela de algunos adultos, estos entrenaban más que nada el uso del arco y de la espada, mientras a la izquierda estaba otro grupo mucho más jóvenes, siendo todos niños los cuales la mitad practicaban con arcos y la otra mitad con espadas, entre ellos pude notar a Lucy compitiendo contra una sílfide en un intercambio de golpes con una espada de madera.

–Parece ser que Lucy es bastante hábil, me imagino que la han estado entrenando desde hace algunos años.

Expuso Atlas mientras nos acercábamos un poco para observar, viendo como Lucy usaba los movimientos que le había enseñado, pero parecía mas centrarse en la defensa.

–En realidad... solo lleva unos cuantos días, le falta mucha práctica, comete varios errores.

Dije al momento de verla recibir un golpe o cuando casi tropezaba con sus propios pies.

–Lo bueno es que aprende rápido, ella es una buena estudiante.

Completo Atlas antes de que yo pudiera decirlo, mostrándome una sonrisa.

–Sera una fuerte guerrera, no la fuerces mucho.

Asentí en respuesta a las palabras de Atlas, aunque eso no quitaba que seguiría siendo estricto en su entrenamiento, aunque tampoco lo era demasiado.

–Continuemos, no quisiera distraer a Lucy.

Agregue girando para caminar hacia la puerta de la casa, desde el exterior la casa contrastaba entre el diseño rustico del pueblo, la mansión tenía un estilo más parecido al que se encontraba en el imperio, recordándome a las casas de nobles construidas hacia más de 50 años, pero notablemente más nueva.

Al entrar a su interior seguía recordarme a la casa que antes había despertado, sus muebles no tenían intrincados diseños, pero se notaban a primera vista que eran de calidad, así como podía ver algunas alfombras de piel de animal, especialmente osos lunares, aunque me sorprendió mas ver el enorme cuerno de tártaro sobre una mesa mientras observaba a un enano calvo discutir con un humano de complexión fuerte, los ignore al instante continuando por nuestro camino subiendo las escaleras.

–Hemos llegado, él te espera tras esta puerta, el señor Roy Castelar, mi "abuelo".

Hablo Atlas mientras nos deteníamos frente a una puerta, ella rápidamente dio un par de golpes a la puerta.

–Entra, yo mientras iré a ver como entrenan los niños, nos vemos después.

Asentí en silencio mientras ella corría escaleras abajo dejándome solo frente a la puerta, mientras miraba como se alejaba suspire y abrí la puerta para poder entrar, al hacerlo me encontré con una gran habitación completamente ordenada, con grandes ventanas y más parecida a la habitación de un gran noble, en el centro se encontraba una cama de gran tamaño y completamente hecha para ser la de un noble.

–¿Quién es?

Escuche mientras miraba la habitación, esta voz era desgastada claramente perteneciente a la de un anciano, haciendo que mirara hacia la cama, ahí se encontraba un señor de avanzada edad recostado y junto a él una chica la cual parecía ser también de raza elfo, así como Grinmore quien se encontraba sobre una silla aparentando estar sentado, al escuchar estas palabras la chica me miro casi de inmediato para luego sonreír, sus ojos eran rojos como el fuego, su pelo era rosado claro, su cara era mucho más joven que la de Atlas y sus orejas más pequeñas y ligeramente redondeadas, también contaba con gran belleza como esperaba ver de un elfo, ella portaba una túnica de café la cual parecía ser más un tipo de uniforme de trabajo mientras que debajo de ella llevaba un vestido rojo que llegaba hasta sus rodillas.

–Es el chico que Max trajo.

–Su nombre es Rohei, joven moza.

–Oh... Eryn... déjanos solos, y que el chico se acerque.

En ese momento la chica que parecía llamarse Eryn se levantó para luego salir de la habitación, al pasar junto a mi desvió su mirada evitando verme a los ojos, cuando ella salió de la habitación me acerque a la cama, al estar frente a Roy me percate que tenía los ojos completamente nublados notándose un leve color castaño, no se notaba que fuera tan viejo como esperaba. Su pelo estaba lleno de canas al igual que su barba le daban un aire un tanto intimidante, tenía innumerables cicatrices en sus brazos y cara, su cuerpo era bastante delgado, aun así podía notarse que en algún momento pudo haber tenido una gran musculatura.

–¿Te parezco un viejo al borde de la muerte? Tal vez sea así, pero este es el final de un guerrero que lucho en innumerables batallas y no perecio en ninguna... hace mucho la vista me dejo, hasta hace un año mis piernas me obedecían... unos meses atrás podía comer muchas cosas, ahora mi mandíbula apenas me permite hablar... si este es el final de un guerrero.

Su voz se notaba cansada, pero aun así en vez de tener un tono melancólico se reía levemente mientras mantenía una sonrisa, aunque Grinmore lo veía en silencio pareciendo lamentar verlo en este estado.

–Max, fue el último Castelar varón que nació, al crecer mostro una gran destreza y fuerza, lo entrene volviéndose mi orgullo... pensé que sería quien trajera a los Castelar de vuelta a su gloria, él había salido a cazar a uno de los lugares más peligrosos, no regreso por días enteros, llegue a pensar que su muerte había llegado, caí en una profunda depresión, pero, ayer, el regreso, junto a un grupo de desconocidos, ellos me regresaron a alguien muy querido, pero también a un viejo amigo y trajeron a dos personas que rompían lo que yo creía, era una historia imposible.

Su voz estaba dirigida hacia mí pero miraba hacia Grinmore, hablaba como si me contara de un milagro, en ese momento me miro girando su cabeza hacia mí.

–Un fénix con la sangre Castelar, además de ser un traidor al imperio por obvias razones, pero ya que la guerra término planea viajar a Crescend.

Agrego Grinmore con seriedad.

–Si alguien me lo hubiera dicho ayer lo habría golpeado con mi bastón y lo hubiera llamado loco.

Tras decir esas palabras el señor Roy comenzó a reír levemente mientras hacía como si golpeara a alguien con su mano derecha, se notaba mucho más tranquilo incluso parecía divertirse con estas palabras, pero en ese momento arqueo sus cejas.

–Tal vez seas afortunado, si Golden Garden no nos hubiera traicionado habrías sido considerado un traidor a la familia y muchos intentarían matarte... pero eso no paso, aun así tengo muchas dudas del mundo exterior, en primera ¿Cómo el imperio permitió que el resto de los Castelar se criaran bajo su ala si buscaban eliminarnos? Golden Garden tenía serias razones para considerarnos una amenaza.

Me pregunto Roy un poco frustrado, él había visto la guerra y vivido los ataques a nuestra familia, realmente no tenía razón para callar lo que yo sabía, después de todo el exterior había sido un completo misterio para él desde aquel día.

–Debieron creer que un Castelar no sería suficiente para detenerlos en el futuro... y es verdad, aunque lo irónico es que naciste tú y ahora un Castelar es una amenaza mucho mayor...

Comento Grinmore haciendo que mis ojos se abrieron de par en par, pues aunque los Castelar habían sido cazados por los Golden Garden no sentía remordimiento por esa razón, si no por lo que me ocurrió recientemente aunque aún no sé quién estaba detrás del ataque de Paradise, pues pudo haber sido de cualquier nación solo sabía que eran una amenaza.

–Pero supongo que tú tampoco quieres vengarte de ellos por esa razón...

Agrego Roy hablando con cierta tranquilidad.

–¿Tu tampoco? ¿Usted no quiere venganza?

–Mis hermanos, mis primos y todos a los que conocí murieron durante esas batallas... pero también odiaba a mi familia, los Castelar eran muy engreídos y obsesionados con la perfección, tenían tal poder sobre el imperio que ellos podrían hacer un golpe de estado y el imperio no tendría forma de defenderse, su sentido de justicia errada también los hizo ganarse el odio de muchas personas... me dolió ver incluso como luchábamos entre nosotros y la muerte de tantos me hizo ver la guerra de otro modo, los que sobrevivimos odiamos la guerra y decidimos no buscar más venganza... por eso hicimos de este lugar nuestro hogar.

–Aun así... siguieron viviendo como guerreros.

–Chico, el manejo de una espada es un arte, el ideal de un caballero es un ideal de vida, aunque odies la guerra no puedes vivir en paz o dejar lo que eres, hay muchos peligros que te harán tomar tu espada, aunque puedas escapar muchas veces terminaras tomando un arma para defender a alguien que quieres.

Baje mi cabeza recordando muchos momentos de mi vida y acciones, pero realmente nunca me había pasado la idea de vivir en paz, pues desde pequeño quería combatir y proteger, incluso ahora tenía el poder de un guardián, pero él había visto más y luchado en más campos de batalla.

–La segunda cosa que quisiera saber es ¿Qué paso con mi padre, Ronald Castelar?

Me pregunto con un poco de duda en su voz.

–Mi abuelo... cuando lo conocí era un viejo amargado que trataba mal a mi padre y usaba silla de ruedas, tomaba a mi padre como si no mereciera el apellido y lo mantenía alejado de él llamándolo unas pocas veces... vivió solo en su casa por mucho tiempo hasta que murió hace 11 años de causas naturales... estuve presente ese día, sus últimas palabras fueron "Tienes prohibido morir, que la guerra no se lleve tu vida, no es cobarde el querer vivir, vive y protege a nuestra familia, cuídate Rohei, perdón a todos", esa vez sus palabras mostraron arrepentimiento y cariño.

Roy suspiro por la nariz para luego mostrar tristeza y una ligera sonrisa.

–Ya veo... siempre fue alguien que se forzaba mucho en cada aspecto de su vida, fue el último líder de la familia... me alegra saber que murió de causas naturales y no por acciones del imperio...

Una sonrisa triste era lo único que podía ver en el señor Roy o más bien mi tío, por mi parte sonreí al ver que él era un miembro cercano de mi familia, alguien más además mi padre que compartía la sangre conmigo, eso hacía que Atlas también fuera miembro cercano al igual que Urano y sus otras hijas.

–Dime ¿Quién es tu padre? Pues él vive en el imperio y no es un traidor, eso me parece raro.

Me pregunto sacándome de mis pensamientos haciendo que me rascara la cabeza, pensando en cómo responder.

–Bueno mi padre, su nombre es Marcus Castelar, sé que nació en el norte de Crescend, aunque su madre murió cuando él tenía 16 años, creció en una aldea pequeña alejando de los peligros de la guerra, pero con acceso a entrenamiento... tras la muerte de mi abuela partió a Crescend para ganar dinero volviéndose un caballero, cosa que logro, pero termino luchando en torneos para ganarse la vida, cuando mi abuelo se enteró de que había un Castelar lo desafío a un combate el cual mi padre perdió... por esa razón lo trataba de forma indiferente aunque llevaba la sangre de los Castelar, pero mi padre era familiar de Ronald, nunca supe la identidad de mi abuelo real pues murió durante la guerra, sé que es un poco confuso pero no sé cómo explicarlo mejor.

En ese momento me senté, en el suelo junto a la cama recordando las historias que mi padre me había contado en el pasado, aunque mucho de su pasado no lo conocía pues él no me hablaba de eso, siempre se esforzaba por vivir en el presente, me preguntaba como seria cuando lo viera ahora.

–Mi abuelo le dio su trabajo en Taurus como caballero de un noble, volviéndose miembro de la baja nobleza, aunque era un caballero pues su apellido no era reconocido y era tratado como un huérfano, lucho en la guerra y regreso con vida en cada ocasión, sus logros lo hicieron volverse un barón y adquirir el título de paladín, tomando el lugar del conde de Taurus posteriormente, y uno mentor de uno de los príncipes, ahora sé que él está bien... pero también viajo para verlo una vez más.

Con eso había terminado de hablar contándole sobre mi padre, sentía una combinación de amargura y cariño recordando muchas cosas que habían pasado, asi también decía un nuevo objetivo para mi viaje. Durante todo el tiempo Roy me escucho sin decir ninguna sola palabra.

–Marcus, es un nombre muy común...

Arqueo las cejas haciendo que su frente se arrugara, luego se quedó callado por un momento como si pensara.

–Realmente no me esperaba que el fénix naciera tan cerca de mi familia.

–Vamos Roy, no seas así, ustedes tienen el fuego corriendo por sus venas.

Hablo mientras se sentaba sobre su cama para luego extender su mano hacia la mesa de un lado tomando en ese momento una campanilla, me sonrió para seguidamente hacerla sonar, después de eso comenzó a hablarme.

–Por ahora no podrás partir, si quieres llegar al Crescend a salvo deberás partir por la mañana, solo debería quedarte un día de viaje, fue lo que tardamos en llegar al bosque, llegaras a Crescend en la noche por ahora descansen y recuperen fuerzas... por la comida no se preocupen, unas bocas más que alimentar no nos matara de hambre.

En ese momento la puerta se abrió, dejando entrar a la misma chica de antes.

–Ella es Eryn... es mi nieta y quien suele cuidar de mí, mi hijo se casó con una elfo y nació ella, ahora se encargara de ti y tus compañeros... pero antes, déjame hablar con ella a solas, espera fuera de la habitación.

Suspire sabiendo que mi tiempo para hablar con Roy se había terminado, únicamente me despedí y me dirigí a la puerta mientras Eryn entraba, al salir cerré la puerta y me quede esperando al otro lado del pasillo.

Mire mi mano derecha empuñándola levemente mientras suspiraba, algo que había aprendido es que realmente no sabía mucho de mi padre, ni siquiera sabía cómo estaba solo que seguía en el imperio.

–Creo que perdí mi oportunidad de saber cómo estaba... ahora creo que todo será una sorpresa pues no sé nada de él... ¿Me pregunto cómo reaccionara Lucy al verlo por primera vez? ¿O cómo reaccionare yo?

Inmediatamente algo más llego a mi mente, no solo me preocupaba saber cómo estaba Lucy, también quería saber cómo estaban los demás y como habíamos llegado a este lugar era otra cosa que me preocupaba. En ese momento la puerta volvió a abrirse, Eryn salió mostrándome una sonrisa.

–Así que eres miembro de mi familia, es un placer poder conocer al fénix y me siento honrada de que nuestra familia haya sido elegida para criar a un guardián.

Hablo con una voz suave y dulce, era claro que era mucho menor que yo, pero también era miembro cercano de mi familia.

–Pase toda mi vida sin conocerlos, al menos me alegra tener más familia.

Dije desviando la mirada mientras rascaba mi cabeza, realmente no conocía más familia que las personas que me criaron y la familia Fernández, una vez más mi vida había dado un vuelco, ayer Lucy y mi padre eran mi única familia, ahora eso ya no era así, me alegraba saber que no era el único miembro que quedaba, pero tampoco sabía cómo actuar con los demás.

–Bueno es normal tener un poco de miedo cuando conoces cosas nuevas... tal vez te moleste que sea un monstruo hibrido.

Ella bajo la cabeza mostrando una sonrisa forzada, al verla actuar de esa manera únicamente suspire y comencé a caminar en la dirección que Atlas me había traído, pero al dar unos pasos me di cuenta que Eryn no se movía.

–No te preocupes por ello, no me molesta tu apariencia en lo más mínimo, vamos ya acepte que los elfos no están extintos, pero yo no sé cómo tratar a los miembros de mi familia, solo tuve a mis padres y a mi hermano y a mi hermana... así que no te preocupes, además creo que hice buena amistad con atlas.

Al darme la vuelta para mirarla me di cuenta que ella me miraba con sus ojos abiertos hasta mas no poder mientras estos parecían humedecerse levemente, no había dicho nada malo tampoco parecía ser tristeza pues ella me sonrió llena de alegría para luego abrazarme.

– ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias por aceptarme!

Exclamo sollozando pero con gran alegría, era algo raro para mí, pero tal vez con esto había comenzado mi relación con alguien cercano de buena manera, aun así no me esperaba que reaccionara de tal manera.

***

Tras salir de la habitación, Grinmore se elevo levemente avanzando hacia Roy.

–¿De verdad crees que dejar a Eryn con Rohei es lo mejor?

Pregunto Roy con seriedad, mirando hacia el libro, o bueno, la posición en la cual el recordaba que se encontraba.

–Sí, le hará bien a ella estar con alguien con su misma afinidad mágica, pienso que se llevaran bien.

Comento Grinmore haciendo que las cadenas surgieran de sus hojas para acomodar la sabana de su compañero.

–Ahora, por favor, cuéntame que paso con los demás.

Hablo Grinmore comenzando Roy a hablarle con seriedad.

Bueno el capítulo a llegado a su fin, jaja al fin pude editarlo, que bien me siento, ahora entramos al último tercio, así que llegan algunos nuevos personajes y empieza lo bueno.

Atlas Castelar: la hija mayor de Urano, una semi elfa muy hábil con la espada, es parte de la guardia de la aldea y jefa de su propio escuadrón.

Eryn Castelar: Nieta de Roy Castelar, es una chica reservada, aunque es una semi elfo fue criada por enanos.

Feliz año nuevo a todos los lectores, que esté año las gemas les traigan prosperidad y felicidad.

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