Capítulo 14: Regla seis.
Coco había detenido su avance encontrándose cansado mientras yo sujetaba las riendas, el bosque había cambiado, ahora frente a nosotros había una planicie interminable con árboles carbonizados, representando lo que antes había sido un bosque prospero, apreté mi pecho sintiendo un gran temor mientras mi corazón latía más y más fuerte, como si un gran temor se apoderará de mí, junto con las náuseas empecé a sudar.
-Hermanito...
Gire hacia atrás con preocupación, sin embargo, solo pude ver los rostros llenos de pánico de Mateo, Josef y Luna, mi hermanito no se encontraba por ninguna parte, al respirar sentía que el aire me raspaba, pues el viento llevaba mucha ceniza.
-¿Qué haremos? Roe solamente desapareció en un momento junto con la pesadilla.
Exclamo Josef completamente alterado señalando hacia el bosque del cual acabábamos de salir.
-No podemos solo seguir avanzando, tampoco sabemos cómo esta Roe... ¡Ni siquiera puedo sentirlo!
Luna era quien más preocupada estaba, apretaba su mano contra su pecho intentando calmarse, pero Mateo guardaba la calma o al menos parecía hacerlo.
-Ya deja de llorar Luna, se supone que la maga blanca mantiene la moral del grupo.
Exclamo Mateo con enojo haciendo que Luna mostrara los dientes en una mueca fastidio y tristeza empuñando sus manos, aun me sentía mal, pero si ellos empezaban a pelear las cosas podrían terminar muy feas.
Empeñe mis manos buscando a Grinmore el cual debía estar junto a mí, pero tampoco lo vi, no estaba por ningún lugar.
-Eso es una mentira mi deber es mantener la salud del grupo.
Grito Luna empuñando sus manos, mientras Mateo le respondía, esto mientras buscaba en las mochilas cercanas al libro pero no lo encontraba.
-¡Pues la salud mental tambien cuenta, y esa no la sabes mantener, anciana!
-¿Cómo te atreves a insultarme de ese modo, enclenque?
Sus palabras comenzaban a irritarme, sin poder dejarme pensar, además que esa extraña sensación seguía consumiéndome, hasta que llegue a mi punto de quiebre.
-¡CÁLLENSE POR FAVOR!
Grite con todas mis fuerzas sin pensarlo, mientras me levantaba colocándome de pie haciendo que por un momento ambos guardaran silencio, pero al hacerlo sentí como mis piernas temblaron pues no tenía todas mis fuerzas, haciendo que cayera hincada sobre la carreta.
-Luna... no me siento bien.
Hable mirándola, sintiéndome sin fuerzas, ella rápidamente abrió sus ojos asintiendo, levantándose y pasando al frente junto a mí, rápidamente comenzó a revisarme.
-Por el creador Lucy estas hirviendo en fiebre, tu magia esta descontrolada.
Su voz sonó con gran preocupación, rápidamente llevo su mano derecha a mi frente, mientras la izquierda la coloco sobre mi pecho, comenzando a emanar una magia plateada, Josef rápidamente comenzó a buscar algo entre sus cosas.
-¿Ella tiene fiebre mágica? Entonces una poción de magia debería ser suficiente por ahora.
Pregunto Mateo cruzando sus brazos dando una sugerencia.
-Creo que sí, pero para estar seguros... Josef, ¿tienes raíz de Berise?
Respondió Luna al instante haciendo que Josef asintiera continuando con la búsqueda, sentir la magia de la maga blanca era reconfortante, hacía que el miedo se dispersara.
-Tienes una magia muy bonita Luna.
Le dije soltando un suspiro de tranquilidad, ante lo cual ella sonrió algo más tranquila.
-Eres afín al fuego y a la luz... digo tambien tienes una magia muy bonita.
Me respondió con una sonrisa aunque en un inicio se sorprendió. Pronto Josef le entrego a Luna un frasco con varias raíces en curtidas, tomo una de ellas y luego me hizo comerla, yo pensaba que sabría algo amarga, pero al probarlo sentí un sabor horrible pues era muy acida casi haciéndome vomitar al probarlo.
-Sabe fea...
Dije sacando mi lengua con desagrado.
-Lo sé, pero cómela toda, si no el efecto será lento.
Me Luna contesto con un tono maternal, acariciando mi pelo suavemente mientras soltaba un suspiro y pensaba. Al escucharla mire nuevamente hacia la raíz, trague saliva antes de comerla de una sola vez masticando lo suficiente para después tragar rápidamente.
-Bien ahora que estamos más calmados, ¿qué haremos?
Pregunto Josef cruzándose de brazos.
-Rohei desapareció, realmente no quisiera darlo por muerto, pero...
-¡Mi hermanito sigue con vida!
Grite ante la mínima idea de que mi hermanito fuera a morir, mire hacia Mateo con algo de enojo pero con mucho miedo, pues tampoco era algo que descartar.
-A mí tampoco me gusta pensar en su muerte, tambien es un amigo para mí, y más importante, es el maldito fénix, pero si no podemos encontrarlo, temo que nuestras posibilidades de sobrevivir disminuyen a cada minuto que pasa.
Explico Mateo con un tono preocupado, provocando que tanto Luna como Josef guardaran silencio por unos instantes.
-¿Y si hay una forma de encontrarlo?
Pregunte manos mirando hacia ellos, aunque me observaban con duda e incredulidad.
-Yo conozco una forma, Coco puede localizarlo.
Dije señalando hacia el faisán dorado de mi hermanito el cual se encontraba descansando aun estando con nosotros.
-Las monturas, especialmente aquellas que tienen un contrato, posen la capacidad de ubicar a su jinete en cualquier momento, y en cualquier lugar, me lo dijo mi hermanito ambos son uno solo.
Intente explicarlo manteniéndome lo más firme que podía, aunque apenas y tenía la fuerza para moverme o colocarme de pie.
-Creo que es una buena idea, cuando te rescatamos del monstruo rana Coco corrió al instante hacia Roe sin que lo llamara casi como si supiera que lo necesitaba.
Añadió Luna recordando y analizando lo sucedido.
-Vamos, no debemos confiar toda nuestra seguridad a un pollo súper desarrollado.
Mateo por el contrario levanto su voz hablando con incredulidad, juzgándome con su mirada.
-De hecho Lucy tiene un punto Mateo, he visto que Coco es capaz de obedecer órdenes y pensar cosas complejas, así mismo es un combatiente bastante capaz.
Hablo Josef mientras ajustaba sus lentes y mostrándole una sonrisa a Mateo.
-Tres a uno, bueno entonces dejó de seguirles la contraria ustedes ganan, sin embargo aún no sabemos cómo hacer que Coco encuentre a Rohei.
Justo al terminar de decir esas palabras la carreta comenzó moverse, Coco se había puesto de pie comenzando a caminar a paso firme, avanzando sin cesar, pues Luna intento detenerlo, pero este no le obedeció.
-Creo...que estamos en sus alas, pero estoy segura que Coco nos llevara hacia mi hermanito.
Hable mientras intentaba acomodarme en el frente, Luna tomó las riendas aunque era más para que estas no se cayeran, pues Coco no le obedecía. Pero cuando Luan intento responderme un sonido interrumpió la calma de este bosque, había sido el grito de un cuervo, un enorme cuervo de casi dos metros de envergadura volando sobre nosotros.
-Parece que aquí tambien hay vida...
Dijo Luna mirando hacia el cuervo que merodeaba a las alturas.
-Un cuervo, solo están donde hay comida... solo espero que no seamos nosotros.
Hablo Mateo, su voz se notaba preocupada, los graznidos del cuervo comenzaron a acompañarnos, rondándonos como si nos vigilara desde las alturas.
***
Habían pasado un rato desde que salimos del bosque, Coco seguía avanzando por el camino con menos dificultad manteniéndose atento a cualquier enemigo, sin embargo, hasta ahora no nos habíamos encontrado con ningún monstruo únicamente los cuervos que volaban o caminaban por el suelo picoteando entre el carbón y la ceniza.
-Esta magia cada vez me parece más sospechosa, creo que es algún tipo de maldición.
Mateo comento aquella teoría mientras vigilaba atentamente a los cuervos, pero lo que le preocupaba a Mateo no eran precisamente los monstruos sino la energía misma del ambiente.
-Si tambien he pensado eso, aunque tampoco estoy muy familiarizada con las maldiciones, lo más cerca que he estado de una fue la maldición de Lucy.
Respondió Luna seriamente mientras yo asentía.
-Pero esa se sentía diferente Luna, esa era mucho más débil... pero esta es asfixiante.
Añadí sintiendo un escalofrió recorrer mi espalda.
-Es normal, nadie debería conocer como son las maldiciones.
La voz de Mateo se sintió como algo triste, dejando un silencio profundo, Mateo parecía ocultar algo profundo en su corazón.
-Aunque... lo bueno es que parece que ya estas mejor Lucy, sin embargo no me imagino lo que debió pasar aquí, tambien otra cosa buena es que ya somos nivel 12 así que deberíamos ser un poco más fuertes.
Hablo Josef intentando romper el silencio una vez más, al escuchar sus palabras asentí, pues era correcto igual me sentía más fuerte y con algo más de energía, pero esa extraña magia que pululaba por el lugar me hacía sentir pesada y torpe más que de costumbre.
-Puede que este así desde hace mucho tiempo, tal vez ocurrió en la era de los dioses, debe ser una zona maldita.
Comento Luna cruzando sus brazos pensativa, intentando descubrir el secreto de este lugar.
-No creo, las otras zonas malditas que se conocen son diferentes, tienen vida a su manera.
La voz de Mateo sonó llena de desagrado, mirando el cómo los cuervos repentinamente levantaron vuelo.
-Así que se cansaron de esperar, ¡Preparen sus armas esos no son cuervos normales!
Hablo Mateo en tono de orden, de esta forma tanto Josef como Luna asintieron tomando sus espadas mientras Coco se detenía, rápidamente yo también tome mi daga y mi escudo lista para defenderme.
Estos eran 3 cuervos los cuales volaban a nuestro al rededor en círculo, todos los observábamos pues claramente estaban en posición de ataque con sus afiladas garras y picos listas para atacarnos.
-¡Aquí vienen!
Josef alerto cuando el primero se abalanzó contra nosotros intentando dar un picotazo contra Josef, pero fallo al intentar esquivar la espada de este.
-Son más rápidos que los cuervos de Horizon.
Se quejó Josef mientras un segundo atacaba a Mateo quien intento defenderse, interponiendo su masa para bloquear las garras del cuervo, el cual se vio enorme atrapando el asta de la masa con sus garras y atacando a Mateo con su pico pareciendo intentar sacarle sus ojos. Sin embargo este embate solo duro unos segundos pues Mateo logro lanzar al cuervo hacia el suelo con fuerza haciendo que esta callera de espaldas.
-Lo son, y tambien son más fuertes, ¡Pero eso me da igual! [Hielo].
Pronuncio lanzando aquel hechizo antes de que el cuervo levantara vuelo, el hechizo se materializo formando estacas de hielo las cuales volaron, impactando contra el monstruo acabado con él.
En ese momento Mateo giro mostrando su cabello alborotado por el ataque y algunas heridas en su frente y en sus mejillas, las cuales sangraban, sin embargo su rostro se veía bastante molesto.
-[Muéstrame el frio]
Los dos cuervos restantes seguían volando, intentando atacar, pero desviándose, yo me mantenía junto a Luna detrás de mí escudo mientras ella intentaba protegerme, pues el tercer cuervo había intentado acercarse a mi varias veces, como la más débil del grupo, era una presa facil, algo que me aterraba.
-[Congela a mi enemigo]
La temperatura bojo de golpe comenzando a formarse cristales de hielo a nuestro alrededor mientras una magia helada, pero extrañamente acogedora nos rodeaba.
-Canto completo...
Susurre, lo había aprendido en la escuela, cuando alguien dominaba un hechizo podía lanzarlo solo pronunciando el nombre de este, pero requería mucho entrenamiento y práctica, algo que me faltaba mucho para lograr, pues apenas memorizaba los hechizos que aprendía, sin embargo, aquellos que dominaban el hechizo solo recurrían a su canto completo cuando debían mostrar su dominio sobre este, permitiéndole reunir más poder y concentrarlo de mejor forma.
-¡Hielo!
Exclamo con todas sus fuerzas, los cristales que flotaban a nuestro alrededor se volvieron estacas de hielo, cientos de espinas rodearon la carreta formando un domo, las cuales apuntaban hacia todas direcciones, entonces, con enojo Mateo disparo las estacas, volando a todos lados a gran velocidad estrellándose contra troncos y rocas del paisaje, atravesando a los dos cuervos restantes, dejándolos como una rebanada de queso, al instante cayeron al suelo dando un golpe seco.
-Vaya... así que este fue el poder que el mago más talentoso de Horizon consiguió luego de 3 años de entrenamiento.
Silbo Luna claramente sorprendía, mientras yo asentía de igual manera, sabía que mis compañeros de la escuela podrían generar apenas una bola de nieve con el hechizo hielo, pero Mateo había generado tantas que ni siquiera valía la pena contarlas, incluso los cuervos no pudieron esquivarlas aunque lo intentaron.
-Pero no es momento de cantar victoria.
Susurro Mateo mirando hacia el horizonte mientras tomaba una poción de salud de Josef vertiendo un poco de esta en su mano antes de untarla en su rostro sanando las heridas en un instante mientras sonaba a carne cocinándose.
-Se viene algo grande acabo de sentir una magia peligrosa acercándose... Luna, ordénale a Coco que se mueva, ¡ahora!
Grito Mateo con preocupación mientras Luna asentía tomando las riendas de Coco volviendo a sentarnos, el faisán no tardo en obedecer comenzando a correr lo más rápido que podía, sin embargo al hacerlo sentimos una gran presión sobre nuestros hombros, volví a sentir una magia peligrosa acercándose, esta me recordó al instante al dragón que antes nos había perseguido.
-¡Grraaaahhgg!
Un grito estremecedor sacudió nuestros cuerpos atravesándonos como un estruendo, nuestros corazones se aceleraron en ese momento tomado posiciones defensivas, Luna empuño las riendas agitándolas para qué Coco acelerara, mientras Mateo empuñaba su maza apuntando hacia el cielo buscando el dueño de ese grito, Josef por su parte tomo su rifle cargándolo con sus balas.
-¡Grrraaarrraaahhhhg!
El grito volvió a resonar con fuerza provocando que tapara mis oídos, mire hacia los lados intentando buscar el lugar del que provenía el rígido, no era de la izquierda, no era del frente, no era de la derecha, no era de atrás, el grito provenía de arriba.
-¡Esta arriba!
Advertí justo en ese momento un rayo negro surgió desde el cielo atravesando la niebla, impactando contra el suelo junto a nosotros causando que la carreta se estremeciera, la explosión de magia libero una gran cantidad de escombros los cuales golpearon contra nosotros.
-¡Rebélate bastado! [¡Muéstrame el frio y congela a mi enemigo!] ¡¡¡Hielo!!!
Mateo inmediatamente preparo un hechizo apuntando con su vara hacia el cielo, pronto una decena de estacas de hielo salieron disparadas apuntando a ningún lugar en especial, atravesando la niebla, por unos segundos hubo silencio, pero solo era la calma antes de la tormenta, un potente rugido estremeció los arboles carbonizados haciendo temblar el suelo, mientras un segundo rayo salía disparado hacia nosotros, impactando a nuestro costado, la explosión de magia nos alcanzó, Luna me abrazo para protegerme mientras la carreta volaba cayendo de costado, sentí mi cuerpo estremecerse ante el golpe sintiendo unas enormes ganas de llorar.
-Lucy... ¿estás bien?
Fue lo primero que escuche luego de que mis oídos dejaran de zumbar, mire hacia Luna observándola llena de ceniza, con algo de sangre en su rostro y su ropa rasgada, solo asentí levantándome con dificultad sintiéndome adolorida, mire a los lados, observando la carreta volcada con nuestras cosas regadas por el suelo, rápidamente note a Coco atrapado entre las guías del carro, por lo cual corrí hacia el liberándolo.
En ese mismo momento un ser salió de entre la niebla cayendo al suelo con un estruendo, era un monstruo sin nada de piel, únicamente huesos blancos como el marfil, sus ojos eran dos fuegos azules, alas casi translucidas era el único rastro de piel, garras afiladas de gran tamaño saliendo de sus patas traseras, una mandíbula llena de dientes afilados siendo estos completamente intimidantes, una cola larga y delgada que terminaba en una punta, en su pecho se encontraba un orbe rojo brillante flotando como si fuera su corazón, su cabeza era la de un lagarto con largos cuernos parecidos a los de un ciervo apuntando hacia atrás.
-Un dragón... un dragón esqueleto.
Luna lo reconoció inmediatamente mientras apretaba sus dientes desenfundando tanto su varita como su espada.
-Ya decía yo que este lugar me daba mala espina...
Mateo bufo levantados adolorido caminando para estar junto a Luna empuñando su maza con todas sus fuerzas.
-Nunca creí que pudiera generarse uno de manera natural.
Hablo Josef sacudiéndose el polvo, mientras se tomaba una poción de salud para curar sus heridas.
-Lucy, busca en mi mochila una poción roja y otra verde, rápido.
Me ordeno mientras sacaba un tubo de su bolsillo para lanzarlo hacia la cabeza del dragón el cual nos miraba en silencio, este al chocar libero una explosión no muy grande causando que este se desorientara retrocediendo, para luego levantar vuelo elevándose sobre nosotros, comenzando a dar círculos en el aire, tras liberar a Coco asentí, el faisán se quedado junto a mi mirando hacia el monstruo mientras yo corría hacia la carreta buscando la mochila de Josef.
-¡Rayos!
Grito Mateo apenas pudiendo esquivar al monstruo el cual aterrizo apuntando con sus garras pretendiendo atrapar al mago y con el golpe aturdirlo o matarlo ya que al golpear contra el suelo una gran cantidad de ceniza se elevó formando una nube.
-... [Ardan llamas del inframundo] ¡Fuego!
Sin perder el tiempo Mateo lanzo una esfera de fuego contra el dragón quien aún intentaba levantarse agitando sus alas, el fuego impacto liberando una gran cantidad de llamas haciendo que el dragón liberara un grito estremecedor. Al mismo tiempo el impulso del hechizo hizo que el dragón perdiera el equilibrio cayendo sobre su pecho.
-¡Mi oportunidad!
Sin perder ningún segundo Josef se lanzó corriendo hacia el dragón con su espada entre sus manos apuntando hacia el frente, ataco dando un tajo en la base de las alas del monstruo, impactando contra el hueso liberando varias astillas.
- ¡Grraaaaayarragh!
Un extraño sonido salió de la boca del dragón aturdiendo a Josef momentáneamente dándole tiempo así al monstruo de levantarse tirando Josef de su espalda para volver a emprender el vuelo aun con la espada en el lomo.
-No intentes cortar sus huesos, los monstruos esqueletos resisten bien los golpes físicos.
Hablo Mateo mientras miraba como el dragón se movía en círculos sobre ellos escaneando al grupo con la mirada, Luna comenzó a mirar a los alrededores intentando idear una forma de derrotar al dragón.
En ese momento el dragón eligió un objetivo, de entre el grupo logro observar a alguien que parecía estar muy indefenso más que cualquier otro. Sentí como mi cuerpo se paralizo cuando la mirada del dragón se posó sobre mí, mientras yo sostenía entre mis manos las pociones de Josef.
-¡Lucy!
Luna se impulsó hacia mí corriendo rápidamente dando un salto sobre la carreta y levantando su varita hacia el cielo.
- [Levántense, muros inquebrantables]
Luna comenzó el canto mágico para poder invocar un hechizo, su mirada no se apartaba del dragón quien volaba ocultándose entre la niebla buscando el lugar perfecto para atacar.
- [Protéjannos de todo mal, guarden nuestra seguridad]
Su varita comenzó a brillar mientras la magia comenzaba a envolver su cuerpo arremolinándose alrededor de su brazo derecho, fue entonces que el dragón logro encontrar el punto perfecto para atacar, se impulsó con sus alas a gran velocidad colocando sus garras traseras frente a él para poder embestir, Coco se lanzó sobre mi usando su cuerpo para protegerme.
- [Escúdame] ¡Muro de luz!
Terminado el hechizo en el último momento este logro manifestarse haciendo que las garras del dragón golpearan un muro de luz liberando una gran cantidad de chispas, Luna se tambaleo al sentir el estruendo del monstruo golpear, el muro logro resistir aduras penas el impacto y el dragón completo que se aferraba a este intentando escalarlo.
-Bien pensado Luna, eso lo detendrá... ¡Mateo!
Josef llamo a Mateo pero este ya se le había adelantado.
-[Responde a mi llamado] ¡Relámpago!
La magia se materializo como una descarga eléctrica volando hacia el dragón golpeándolo desde su derecha haciendo que este gritara dañado sus huesos agrietándolos y una vez más levanto el vuelo dejando que el muro de luz se desvaneciera.
-Esa cosa solo quiere matarnos y por sus alas no nos dejara escapar.
Hablo Josef corriendo hacia nosotros seguido de Mateo, pues Luna era la única con un hechizo de protección.
-Luna, mis hechizos no le hacen mucho daño... Los dragones son muy resistentes a la magia y a los ataques físicos, pero los no muertos son débiles a tu magia.
Hablo Mateo sosteniendo su masa con fuerza mientras se colocaba detrás de Luna cubriendo su espalda, rápidamente me levante para darle las pociones a Josef, quien agradeció colocándolas en su cintura, para luego hacer que me colocara entre Mateo y Luna, colocándose Josef junto a mí y Coco protegiendo su espalda acabando rodeada por los cuatro.
- ¿Cuantos hechizos te quedan?
Pregunto Luna mientras respiraba con dificultad digiriéndole la palabra a Mateo.
-Ya use tres me quedan 9, pero podrían ser solo 6, realmente no puedo darme el lujo de gastarlos todos con un solo monstruo ¿a ti cuantos te quedan?
-7, muro de luz consume mucho, solo podré usarlo dos veces más y me quedaría un hechizo.
Ambos arquearon sus cejas apretando sus dientes con frustración, estaban en gran desventaja.
Solo habíamos podido repeler al dragón una vez, pero el daño había sido poco, ahora Josef no contaba con su espada, pensé analizando, observando sus huesos y su cuerpo.
-Necesitamos algo con más daño, pero por el tamaño de sus alas puedo deducir que es un dragón salta nueves como los que usan los caballeros dragón del imperio, son fuertes e inteligentes.
Las palabras de Josef llamaron la atención de Mateo y de Luna haciendo que ellos miraran hacia él. Con una mochila en el suelo e hincado sobre el suelo de ceniza, Josef preparaba su rifle, mientras no apartaba la mirada de su trabajo.
-Debemos derribar a ese monstro ahora o nunca.
Al decir estas palabras Josef se levando sosteniendo el arma con ambas manos.
-Josef... ¿crees que un disparo sea suficiente para derribar a esa cosa?
Pregunto Luna mientras seguía al monstruo con su varita sin perderlo de vista por ningún momento.
-Puedo derribarlo y una vez en el suelo acabaremos con él.
Josef apunto su arma intentando buscar el mejor punto para poder disparar e intentar acertar, coloco su mirada en la mira y sostuvo el arma con fuerza respirando tranquilamente.
Todos miraban con silencio como Josef se concentraba en el dragón que sobrevolaba a los alrededores, en ese momento el dragón cambio su curso dirigiéndose directamente hacia Josef quien era el único que parecía no poder combatir pues estaba completamente quieto en una sola posición.
-¡Josef! ¡Estás loco!
Exclamo Luna mientras giraba hacia Josef para preparar una vez más aquel hechizo defensivo, pero entonces Mateo la detuvo sujetándola de su brazo.
-¡Suéltame! ¡Mi deber como maga blanca es...!
-Confiemos en nuestro compañero.
Respondió Mateo mientras miraba a Josef con seriedad analizando cada momento, Luna abrió mucho los ojos, el dragón ya estaba justo frente a ellos, ya no podría activar el hechizo, guarde mi respiración confiando en nuestro alquimista.
Josef expiro dejando salir todo el aire de sus pulmones, entonces disparo.
El estruendo del arma resonó en toda la zona haciendo eco y asustando a los cuervos, lo que siguió fue el grito del dragón.
-¡¡Gryaaaaaahhhh!!
La bala impacto contra uno de los huesos del ala, abriéndole un hueco, aunque no lo había derribado claramente la bala lo había lastimado causándole mucho daño.
-Parece que ni las balas serán suficiente para derribarlo...
Susurro Josef mientras se preparaba para hacer un segundo disparo.
-Entonces tu intento de suicidio no sirvió nada.
Agrego Luna claramente molesta sin bajar su varita apuntando hacia el dragón.
-Realmente necesitamos algo que pueda derivarlo de forma rápida.
Mateo no dudo en hablar, claramente frustrado por la situación apretaba su masa con ambas manos, sabía que sus ataques físicos causarían aún menos daño que sus ataques mágicos. Los tres claramente se estaban quedando sin ideas.
En ese momento pude notarlo.
-Sus alas.
Susurre observando su delgada membrana.
-Olvídalo son muy duras, Josef no pudo hacerles daño.
Hablo Mateo en respuesta cruzando sus brazos haciendo que yo inflara mis mejillas.
-¡No me refería a cortarlas!
Le grite empuñando mis manos y levantando la mirada hacia el monstruo.
-Bien niña prodigio, a nosotros se nos acabaron las opciones, espero que tengas una idea que nos pueda salvar la vida otra vez.
Reclamo mateo volviendo a ponerse en posición defensiva. Sentí como un gran peso cayó sobre mis hombros, realmente no sabía que debía hacer en esta situación, sentía que era la menos adecuada para realizar aquel trabajo.
Empuñe mi daga desenfundándola y mirar hacia el dragón de forma determinada.
-Regla seis, si no puedo huir ni ocúltame deberé luchar.
Estaba asustada, pero en el fondo de mi corazón una voz me gritaba que luchara y pensara como ganar. Tal vez solo era su sueño de querer ser como los héroes de las historias pero, era seguro que no me rendiría sin luchar.
Hola queridos lectores, una nuevo capítulo a la bolsa, espero de verdad que les haya gustado. Este es el primero de dos capítulos seguidos, aunque la mayoría solo lo sabrá con estás palabras.
Sin más que decir, me despido, cuídense y que las gemas los protejan.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top