Capítulo 9: Media noche.
La cena termino entrada la noche, había sido una provechosa sirviendo para ponerme al día con mis compañeros, tras terminar camine por el pasillo avanzando hacia el cuarto de Lucy, me dolía el cuello sintiéndome cansado, Mary se había quedado para terminar de lavar los trastes sucios. Aunque parecía algo más distraída que de costumbre.
–Oh, Joven Rohei, parece que ya termino su fiesta.
Escuche la voz de la señora Gertrudis mientras acompañaba a la señora Mónica, quien mostraba una mirada seria.
–Fue una simple cena, un reencuentro de viejos amigos.
Respondí mostrando una sonrisa tranquila rascando mi cabeza.
–Imperiales me imagino, o no me imagino porque no le pediste a alguien que bajara a saludar, al menos el postre estuvo bueno.
Hablo la señora Mónica caminando hacia mí hasta colocarse a unos pasos de distancia.
–No quería importunarla, esto no volverá a ocurrir... sé muy bien que soy un invitado en su casa.
Respondí con una reverencia hacia ella solo para recibir un suave golpe en la cabeza de su parte.
–No tienes que ser tan formal, casi somos una familia... bueno eso es complicado, mas cuando se le prohibió a Jonathan adoptar.
La voz de la señora Mónica resonó con pesar mientras llevaba su mano a su mejilla cerrando levemente sus ojos, antes de abrirlos.
–Dejando eso a un lado, debo informarte que Lucy ya se durmió, aunque quiso esperarte para hablar y saber quién te visitaba acabo por ceder al cansancio.
–Así es, la señorita Lucy tiene mucha energía, sin dudas debe pertenecer a un linaje de poderosos caballeros.
Hablaron la señora Mónica y la señora Gertrudis una de tras de la otra, con la última haciendo poses para mostrar sus músculos.
–No sabría decirte, sé que el alcalde de Horizon era un buen luchador, pero según ella no era su verdadero padre.
Respondí recordando las palabras que Lucy me había dicho hace mucho tiempo, aunque con la muerte del alcalde Axel la verdad detrás de Lucy había desaparecido permanentemente.
–Por lo menos tiene a su fuerte hermano mayor.
Hablo la señora Mónica palabras que me hicieron bajar la mirada por un momento.
–...Pero, no sé si pueda estar ahí siempre, en algún momento.
–Por supuesto, tarde o temprano pasara, dentro de algunos años ella se independizara emocionalmente de ti, tomara su propio camino, pero nunca se romperá ese vínculo entre ustedes dos.
La señora Mónica me interrumpió hablándome con algo de seriedad antes de mostrarme una sonrisa tranquila.
–Entonces, quisiera pedirles que cuiden a Lucy, probablemente tenga que irme de Paradise en algún momento.
Le pedí amablemente a la señora Mónica mientras me arrodillaba ante ella, acto que le causo gracia sonriéndome.
–No soy nadie para que te arrodilles frente a mí, yo debería ser quien lo haga en su lugar.
Me respondió extendiendo su mano para ayudarme a ponerme de pie, mientras reía en voz baja.
–Inquiera debes pedirlo, con gusto cuidaremos de Lucy si tuvieras que irte en algún momento.
Contesto ante mi petición con una voz amable, mientras la señora Gertrudis sonreía asintiendo enérgicamente.
–La señorita Lucy es la princesa de la casa, y así la seguiremos tratando, aunque conociéndola odiara estar lejos de su hermanito que tanto admira, eso sin mencionar que has hecho buenas migas con Mary.
La señora Gertrudis rio colocando sus manos en su cintura, palabras que me preocuparon ligeramente.
–Si... hace unos meses ambas se escaparon para buscarte cuando no regresaste por dos días.
Comento la señora Mónica con preocupación.
–Pero terminaron perdiéndose hasta que fueron encontradas en la plaza central, ellas te extrañaban mucho... bueno Lucy más y Mary no pudo detenerla.
Completo la señora Gertrudis con una voz más calmada, pero con su típico tono alegre de voz.
–Espero que eso no vuelva a pasar, sin embargo es difícil... depende de la madurez de ambas.
Reflexione, Lucy realmente odiaba quedarse sola, así como alejarse de sus seres queridos, más que nada conmigo al considerarme su familia.
–Es una niña con un pasado difícil, asique si te iras de forma permanente mejor llévatela contigo, pero si vas a regresar entonces te puede esperar.
Permanente, esa palabra resonó en mi cabeza como un eco constante, empuñe mis manos recordando la promesa con el alcalde, llevarla a Crescend con su verdadera familia, pero también protegerla, pero ¿Qué pasaría si los encontraba? Era casi imposible pero esa duda me entristecía.
–Bueno, por ahora no importa, supongo que taqueada mucho por entrenar, apenas estas iniciando como caballero ígneo.
Mientras pronunciaba esas palabras la señora Mónica empezó a caminar pasando junto a mí.
–Por ahora descansa, seguramente tendrás un día pesado mañana.
Se despidió de mi alejándose en camino a la planta baja mientras yo me quedaba solo, solté un suspiro, probablemente debía hacerle caso.
***
La señora Mónica siguió caminando hacia la planta baja dirigiéndose a la cocina junto a la señora Gertrudis, ahí miro a Mary y a Carole trabajar lavando los trastes que se habían usado a última hora.
–Marie, has hecho un buen trabajo, puedes irte a descansar.
Comento la señora Mónica mostrando una sonrisa amable mientras se acercaba a Mary.
–Pero señora, yo aún no...
Mary dio media vuelta para verla aun teniendo espuma en sus manos.
–No te preocupes, mañana se encargan, ahora ya es algo tarde, Gertrudis ayudara a Carole a terminar de enjaguar los trastes pero igual se irán a descansar temprano.
Por unos instantes ella dudo, pero no fue por mucho tiempo, asintió limpiando la espuma de sus manos con su vestido antes de hacer una reverencia y salir rápidamente de la cocina.
–Supongo que no cumplirá con sus palabras señora Mónica.
Hablo Carole lavando sus manos suspirando ante lo cual la señora Mónica sintió sentándose sonreí uno de los bancos frente a una de las mesas en la cocina.
–Así es, dime quienes eran los invitados de Roe.
Pregunto la señora Mónica con una voz tranquila.
–Alexis Dracus, el ultimo caballero dragón al servicio de los Castelar, y Bernan S Máximos, anterior discípulo del señor Marcus, ambos son aliados del joven Roe y confiables.
Comento rápidamente mientras seguía lavando las ollas como si fuera una plática normal.
–Ya veo, entonces son los amigos de la infancia de Roe.
–Le dije que no se preocupara señora, el joven Rohei puede ser algo grosero o impulsivo pero no es un traidor.
Interrumpió la señora Gertrudis hablando con una gran carcajada.
–Confió en Roe, pero hay que mantenernos alerta... con lo que paso hoy me preocupa cualquiera que pueda entrar a mi casa.
–Son confiables, espié al señor Marcus como me lo ordeno usted durante mis visitas a Crescend, y así que también investigue al joven Alexis, es alguien confiable así como leal a su señor, será un aliado confiable.
Respondió Carole de inmediato terminado de enjuagar la última olla antes de secar sus manos con una toalla.
–Eso fue innecesario, pero me alegra saberlo, hay alguna cosa masque deba saber.
Pregunto la señora Mónica soltando un suspiro, mientras masajeaba su cuello suavemente.
–Sí, parece ser que el joven Roe pronto se ira de la ciudad, no escuche bien la razón pero al parecer fue invitado.
Las palabras de Carole hicieron que tanto la señora Gertrudis como la señora Mónica alzaran sus cejas en señal de confusión antes de mirarse entre sí, en respuesta la señora de la casa suspiro con tranquilidad.
–Es de esperarse, Roe solo estaba aquí de paso, el mismo ya nos aseguró que lo hará tarde o temprano.
–Una disculpa... esta vez mi información no llego tan rápido.
–No te disculpes, sin embargo gracias por informarme tan bien, le hare saber tu desempeño a mi esposo.
La señora Mónica se puso de pie girando para caminar hacia la entrada de la cocina.
–Gracias señora, que descanse.
Hablo Carole ante lo cual la señora Mónica asintió, retirándose junto a Gertrudis quien igualmente regreso a su propia habitación. Tras terminar Carole salió de la cocina caminando hacia la puerta principal donde estuvo esperando un par de minutos, hasta la llegada del duque Fernández quien entro seguido por unos 6 guardias y 2 caballeros, quienes se retiraron los cascos suspirando.
–Bienvenido señor, es un gusto verlo.
Comento Carole haciendo una reverencia al señor Fernández.
–Gracias Carole, supongo que todos están dormidos.
Pregunto el duque Fernández mientras caminaba adentrándose a la casa siendo seguido por Carole, quien noto rápidamente que los guardias y caballeros no se dirigieron a descansar en su lugar parecían estar más alerta que de costumbre.
–Deberían, pero ya todos están en sus habitaciones, no deberían tardar en dormirse.
Comento Carole seriamente haciendo que el duque Fernández asintiera, en ese momento Carole procedió a contarle lo ocurrido a en la cena.
–Asique el príncipe vino aquí... es un problema espero que haya regresado con bien.
El duque Fernández soltó un suspiro sintiéndose cansado.
–Parece ser también que el joven Rohei viajara con él.
Esas palabras no sorprendieron tanto al duque, en su lugar asintió preocupándole algo más.
–Dudo que el joven Roe quiera quedarse en esta ciudad, aunque sea el fénix no quita que prefiera su nación, sin embargo me preocupa más Mary y Lucy, ambas quieren mucho a Roe.
El duque Fernández pensó por un momento, ante lo cual Carole le confirmo.
–Mary es débil para acompañar a un guardián, Lucy es muy joven pero valiente.
–...Entonces, prepárate para empezar a entrenar a Lucy, en cualquier momento buscara seguir el camino de Roe, también entrena a Mary aunque se reúse, yo haré lo mismo con Roe.
En ese momento una idea paso por la mente del duque Fernández.
–Si para cuando roe deba irse yo estoy bien de salud, deberás acompañarlo y servirle como espía y sirvienta, pero si estoy grave de salud, prométeme que le darás las herramientas para llegar a Crescend.
–A la orden mi señor, prometo seguir sus instrucciones al pie de la letra.
Ambos continuaron caminando pronto Carole noto que el duque Fernández no se dirigía a su habitación si no a su oficina.
–Mi señor.
Hablo Carole mirando a su señor confundida, así como preocupada por su salud.
–La ciudad está en alerta, seguramente ya escuchaste lo que ocurrió, si es así, sabrás lloque significa.
Respondió el duque Fernández sorprendiendo a Carole, pues era raro que atacaran la ciudad pero comprendía lo que significaba.
–Seremos atacados, iré a despertar a Gertrudis, una nivel 24, soldados de nivel 20, así como los caballeros de nivel 30 no somos nada comparados a su nivel 37.
El duque Fernández asintió ante las palabras de Carole.
–Igor nos enviara unos cuantos soldados hoy y mañana, recomiendo dejar a Gertrudis dormir, Ramón dirigirá hoy la guardia apóyalo y descansa mañana.
–Hubiera preferido que fuera al revés...
Carole soltó un pesado suspiro cansada por el trabajo.
En ese momento llegaron a la oficina del duque donde este giro para verla.
–Antes de irte a servirle quiero que traigas a Roe a esta oficina, luego traerás a Mary.
–Está bien mi señor... me encargo de inmediato.
Sin esperar a alguna orden más Carole se retiró caminado a paso rápido, preocupada por lo que su señor le había contado.
***
Caminábamos por el pasillo en silencio, solo una lámpara de mano alumbraba el camino, la mayor parte de las luces de la casa habían sido apagadas, guiándome con la lámpara estaba Carole quien mantenía una mirada seria.
– ¿El duque activo la seguridad?
Pregunte mientras sostenía el mango de la hoja radiante, mas por órdenes de ella.
–Así fue, ahora Ramón se encuentra a cargo de los soldados, la señora Oso se encargara mañana.
Al escuchar esas palabras solo me vino a la mente la señora Gertrudis, en otras circunstancias pude haberme reído pero en esta ocasión no le encontraba el sentido, sin embargo me sentía tranquilo pues conocía a Ramón era fuerte y leal al duque Fernández.
–Si no me equivoco estarás patrullando toda la noche.
–Es probable, soy la única que está dispuesta a combatir, sugiero que duerma con su espada aun lado...
Me respondió de inmediato, pero aquel consejo lo dijo con una voz suave distinta a su tono monótono.
– ¿Tienes miedo?
Pregunte reconociendo ese sentimiento en ella.
–Miedo...... claro que lo tengo, sabes que es probable que ocurra un ataque pronto.
Asentí ante sus palabras, igual sentía el mismo miedo igual que Horizon, Blood Warrior reaccionaba a mi miedo haciendo que mi corazón latiera acelerado manteniéndome alerta.
–Hacia mucho que no sentía tanto miedo y paranoia, no creo que pueda dormir esta noche con mi magia activa.
Respondí preocupado mirando hacia el suelo ante lo cual Carole asintió.
–Hoy será una larga noche.
–Sugiero que usted intente dormir, me encargare de todo esta noche, seguramente mañana será necesaria su fuerza, será tu primer día como caballero ígneo oficial.
Para cuando ella me respondió ya estábamos en frente de la oficina del duque, al terminar de hablar me mostro una sonrisa amable.
–Seguiré haciendo mi trabajo, espero que puedas encontrar el camino a su habitación en la oscuridad.
–Se me de memoria todo el camino, regresar no será ningún problema.
Asentí regresándole una sonrisa forzada, ante lo cual ella suspiro y se alejó en silencio mientras yo entraba a la oficina del duque.
Cuando entre vi al duque Fernández caminando de un lado al otro como si pensara, en su escritorio habían una serie de mapas, libros, notas y pergaminos antiguos. Algo que me sorprendió fue ver que el duque Fernández aún tenía su armadura puesta y tenía su espada desenfundada mientras la sostenía con fuerza.
Nunca lo había visto tan preocupado.
–Duque ¿Por qué me ha hecho llamar?
Pregunte mientras cerraba la puerta.
–Rohei, lamento llamarte a esta hora... ¿recuerdas algo del ataque a Horizon?
Su pregunta me sorprendió haciendo que diera unos pasos había atrás, no esperaba que me soltara aquella pregunta tan rápidamente.
–Me gustaría decirte que no, pero recuerdo ese día, mis pesadillas no me permiten olvidarlo.
Respondí empuñando mis manos con frustración, fríamente asintió guardando su espada, mientras caminaba hacia el escritorio abrió un pergamino, extendiéndolo con sus manos sobre la mesa.
–Acércate y mira este pergamino.
Al escucharlo me acerque sin cuestionarlo, el duque coloco unos libros sobre el pergamino para sostenerlo permitiéndome verlo, percatándome de una serie de símbolos y estandartes los cuales se me hacían familiares.
Licántropos, Mermes, humanos con armaduras de placas, cientos de adolescentes muertos portando armaduras blancas teñidas ahora de rojo, así como el cuerpo sin vida de una joven maga blanca, recordé los gritos desesperados, los horrores que vivimos para salir de ahí.
Lleve mi mano a la mi frente mientras cerraba mis ojos sintiendo muchas nauseas.
– ¿Alguno de ellos te parece familiar?
Me pregunto colocando su mano sobre mi espalda dándome unas cuantas palmadas, abrí mis ojos respirando para intentar tranquilizarme, al mirar el pergamino de nuevo observe un símbolo, uno que llamo mi atención de inmediato.
–Este... el cráneo llorando sangre...
Señale hacia el centro del pergamino, era un símbolo el cual nunca podría olvidar.
–Todos los soldados que vi de Osland tenían ese símbolo combinados con estos estandartes.
Señale algunos cuantos estandartes, los cuales contenían colores morados, negros, rojos y aguamarina.
– ¿Dieces que los soldados usaban ese símbolo?
Yo asentí mientras seguía observándolo, los soldados muertos en la escuela, el licántropo que mate, los soldados que encontramos en los túneles, todos ellos tenían ese mismo símbolo en sus armaduras.
–Este símbolo, tiene más de 100 años de antigüedad, en el pasado se encontraban en los cuerpos de aberraciones, monstruos deformes y agresivos, pienso que pertenece a alguien importante, la segunda espina el nigromante, miembro importante de una secta que surgió hace más de 60 años.
Al oír sus palabras levante la mirada confundido.
– ¿Qué quiere decir?
–Durante la guerra entre el imperio y la rebelión surgieron muchas sectas que querían poder, pero hubo una la cual sobrepaso todos los límites.
Un escalofrió recorrió mi espalda, se refería a algo que había sucedido hacia 50 años, cuando la guerra tomo un rumbo preocupante, donde los nobles hacían todo para ganar las guerras.
–Ellos son la razón por la que la magia demoniaca y negra están prohibidas en toda Safaia... usaron diversos sacrificios humanos para dárselos a sus dioses... uno de esos sacrificios involucro el incendiar una aldea entera para invocar un demonio y así acabar con la rebelión.
–Lo se... la palabra demonio volvió a surgir en ese entonces.
Intentaba analizar sus palabras pero, todo me parecían leyendas antes no hubiera creído en demonios.
–Inicialmente eran generales del imperio... ellos hicieron todo tipo de contratos oscuros con tal de ganar la guerra, pero cada uno tenía sus propios objetivos, llegaron incluso a convertirse en una tercera fuerza... al final la elite del imperio, los caballeros dragón, junto al guardián de la gema del aire y...
En ese momento el me miró fijamente.
–Y tu familia, se unieron en un ataque y aniquilaron a esa secta...
– ¿Si se supone que esta aniquilada? ¿Por qué importa ahora?
Pregunte pero el duque Fernández no me respondió.
– ¿Cuál era el nombre de esa secta?
Pregunte una segunda vez duque Fernández empuño sus manos y abrió su boca.
–Se hacían llamar Golden Garden... y no fueron aniquilados en ese ataque, Golden Garden siguieron haciendo de las suyas, son como cucarachas, sabemos que ellos adoraban a un solo dios, lo hacían llamar como el "iluminado", lo que apareció hoy estoy seguro que era ese mismo ser misterioso que ellos adoraban, ese falso dios.
No sabía que responder exactamente, sé que antes en Ershia se adoraban muchos dioses, pero después de la creación del imperio se decidió que solo se adoraría al "Creador", el dios creador de todo y el creador de las gemas, hoy había sido la única vez en toda mi vida que había escuchado el nombre del "iluminado".
Pero si las gemas existen, ¿Cuál es la posibilidad de que fuera un dios o un ser inmortal apareciera durante mi graduación? Este es un mundo muy loco todo es posible.
–Ahora que te he dicho esto es momento que te cuente una cosa... mi secreto... como guardián es parte de tu deber saberlo, pero no será solo para ti.
Levanto la mirada siendo que en ese momento una Mary cansada entro a la oficina vistiendo ya con su pijama.
–Llegas justo a tiempo Mary, puedes sentarte te estaba esperando.
Hablo el duque Fernández mientras caminaba hacia su silla sentándose pidiendo que hiciéramos lo mismo, una aletargada Mary camino hacia uno de los asientos sentándose, empezó a cabecear pareciendo estar por dormir en cualquier momento.
–Parece que Carole te despertó.
Hable a Mary preguntándome el porque había venido, al escuchar mi voz Mary asintió sonriéndome.
–Si Roe... Carole me despertó no sé porque.
Bostezo hablando con una voz suave abriendo sus ojos para verme sonriendo, en ese momento ella se sorprendió.
–¡Roe, ¿Qué haces aquí?!
Pregunto Mary sorprendida ocultando su rostro avergonzado, ante lo cual el duque Fernández aclaro su garganta llamando nuestra atención.
–Necesito hablarles a los dos, Marie, presta atención.
La voz seria del duque Fernández pronunciando el verdadero nombre de Mary sorprendiéndonos, pues era la primera vez que la nombraba por su nombre fuera de las presentaciones, aquello era una muestra de lo serio que sería el tema.
–Señor... ¡Si señor!
Exclamo levantando su cabeza seriamente terminando por despertarse.
–Mary, estoy por contarle algo importante a Roe, sin embargo, es injusto contarle eso solo a él cuándo tiene que ver contigo.
Explico mirándonos seriamente antes de soltar un suspiro, en ese momento saco algo de un cajón de su escritorio manteniéndolo en su mano.
– ¿Qué dice señor? Yo no puedo ser tan importante, soy una simple sirvienta que le debe mucho.
Hablo incrédula mostrando una amable sonrisa, como siempre haciéndose sentir menos importante.
–No, de no ser por mis enemigos serias mi hija.
Pronuncio dejando muda a Mary, aclaro su garganta antes de continuar hablando.
–No eres mi hija, pensaba adoptarte desde antes que comenzaras a hablar.
Mary no podía creerlo, ella me había contado su vida, había sido entregada al orfanato por un soldado cuando tenía menos de un año de edad, desde pequeña había sido molestada creyendo que fue abandonada por sus padres, siempre lo creyó, sin embargo ahora veía un mundo distinto.
–Supongo que usted la rescato de una aldea destruida.
Pregunte mirando a una Mary confundida cuyos ojos se llenaron de lágrimas.
–Sí, estas en lo correcto Roe, era algo común, pero no es eso lo que hace a Mary especial.
Me respondió el duque cerrando sus ojos y asintiendo, mientras Mary limpiaba sus lágrimas tomando aire.
–¡Dígame quien fue mi padre! ¿Lucho con usted? ¿Amaba a mi madre? ¿Cómo murió...? ¿Dónde nací?
Exclamo Mary buscando una respuesta levantándose poniendo sus manos contra el escritorio casi reclamándole una respuesta al duque, al inicio su voz era decidida pero pronto se fue apagando a medida que volvía a sentarse.
–O acaso... mi padre fue un traidor... por eso le dejaron adoptarme...
Sus lágrimas continuaron saliendo ahogándose en la incertidumbre, pues ahora no sabía quién era.
–No, tu padre no era imperial ni rebelde, pues tú naciste en otra nación.
Pronunciosorprendiéndonos a ambos, en ese momento el duque comenzó a contarnos susecreto, el origen de Mary.
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Hola buenas tardes o noches, mañana se viene un capitulo importante o a continuación, depende de cuando lo veas, aunque la siguiente semana me tomare un descanso, conseguí un trabajo pesado y siento que se me caerán los brazos.
Gracias por su apoyo, no olviden comentar y dejar su voto.
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