Capítulo 6: Copa vacía.


Una vez finalizada la celebración una sombra de melancolía cayó sobre la ciudad, Rohei caminaba para reencontrarse con Marie la señora Mónica y Lucy, siendo esta última quien le encontró, corriendo hacia el con lágrimas en los ojos abrazándolo con fuerza.

– ¡Hermanito, tuve mucho miedo era un monstruo muy feo!

Exclamo Lucy con mucho miedo llorando como una niña pequeña, ella se sentía aterrada como ninguno otro, Rohei la cargo soltando un suspiro intentando calmarla, ni siquiera buscaba alguna respuesta, pues el también se sentía afectado por aquello, por esa magia tan oscura.

Desde lo lejos sus amigos lo vieron alejarse en dirección a la señora Mónica regresando hacia su hogar.

–Se supone que todos celebraríamos esta noche.

Suspiro Santiago con pesimismo mirando hacia su hermano.

–Sabes bien que es una mala idea.

Respondió sebas negando con su cabeza mientras que Lucas soltaba un pesado suspiro, sin embargo un hombre se acercó a ellos era un hombre calvo de cejas castañas al igual que sus ojos, físicamente se notaba como alguien fornido, además de portar una armadura que denominaba su rango como paladín, al verlo Lucas dio un paso hacia atrás reconociendo al padre de sus amigos, el conde Salvador Sánchez.

–Adelante, hijos ya es hora de irnos.

Cometo el conde mirando con algo de enojo a Lucas.

–Iremos a Portume, no participaremos en la defensa tenemos nuestros problemas.

Camino dándoles la espalda, sin embargo sus palabras provocaron la ira de ambos gemelos.

– ¡Qué demonios padre! ¿Cómo es posible que nos pidas eso?

Grito Santiago con enojo reclamándole a su padre.

–¿Irnos? No padre, somos caballeros de Paradise no de Portume, ¡Juramos protegerlos y luchar juntos hace menos de una hora! ¡De verdad nos ordenas abandonar a nuestros amigos!

Exclamo Sebas con gran enojo mirando a su padre con frustración en la mirada, sus palabras no le hicieron gracia al conde Salvador, pues en respuesta golpeo con su puño a su propio hijo, rompiéndole la nariz y lanzándolo al suelo.

–¡Ustedes dos son la mas grande decepción que puede pedir un padre! ¡Mediocres caballeros con la fuerza para ser más pero débiles para aceptarlo! ¡Pudrieron haber sido caballeros ígneos, no por nada me case con la zorra de su madre!

Grito el llamando la atención de algunos presentes, mientras Sebas se levantaba mostrando una gran ira e impotencia pero, alguien más se adelantó, Santiago desenfundo su espada contra su propio padre.

–¡No insultes a nuestra madre desgraciado!

Grito golpeando con todas sus fuerzas, sin embargo Salvador detuvo el golpe con su brazal antes de empujar a su propio hijo con fuerza, lanzándolo por los aires cayendo a un par de metros de distancia.

–Su madre era una zorra que crio niños groseros como ustedes, ni siquiera merecen mi apellido, son una decepción.

Salvador miro a Sebas con enojo quien intentaba levantarse, entonces lo pateo con fuerza lanzándolo hacia su hermano gemelo.

–Pulgarcito, dile a esos dos malagradecidos que ya no se preocupen en regresar a mi casa, están desheredados.

Sentencio dándoles la espalda a ambos caminando lejos de ellos, Lucas rápidamente corrió hacia los gemelos extendiendo sus manos empezando a curarlos, sin embargo pronto llego otro Atradishe, uno de sus compañeros.

–Roberto...

Pregunto Lucas, el Atradishe de cabello rojo era un caballero como el, de ojos azules y cuerpo delgado, su nombre era Roberto Dulac.

–No me agradezcas ahora, mi deber es curar a mis aliados.

Respondió seriamente mientras empezaba a curar las leves heridas de los gemelos, los cuales pronto empezaron a levantarse.

–viejo desgraciado...

Suspiro Santiago levantándose sintiendo un gran dolor en su espalda.

–Muchas gracias Roberto.

Agradeció Sebas poniéndose de pie antes de llevar su mano a su cabeza,

–sabía que nuestro padre nos estaba decepcionado de nosotros, pero...

–Cambio desde que nuestra madre lo dejo, no le busques más.

Santiago le dio unas palmadas en la espalda a su hermano en in intento de calmarlo, Sebas negó con su cabeza antes de cruzar sus brazos.

–Parece creo que nuestro festejo planeado se cancela.

Añadió Lucas en un tono de decepción algo exagerado, miro hacia el cielo con gran seriedad.

–No me digan que planeaban...

En ese momento una risa de Santiago se hizo presente, aquella desentonaba con el momento que rodeaba la ciudad.

–Este pequeño contratiempo no significa nada, ¡debemos celebrar que somos caballeros oficiales y que nos libramos de ese cabrán ya mañana nos preocupamos por lo demás!

Exclamo Santiago abrazando a su hermano melancólico con su brazo izquierdo mostrando una gran sonrisa.

– ¡Adelante vamos a tomar algo!

Lucas le siguió el juego levantando la voz en ese mismo momento. Tanto Sebastián como Roberto fueron arrastrados por esos dos a través del distrito comercial, hasta encontrar un bar que estuviera abierto, lo cual les llevo más tiempo de lo esperado, pues la mayoría habían cerrado. Hasta después de media hora lograron encontrar un bar de aventureros abierto.

–¡Por fin! ¡Mesero denme su mejor mesa!

Exclamo Santiago entrando de golpe al Bar, el cual se encontraba en silencio, no había ni un bardo cantando, las meseras y los meseros jugaban cartas en una equina, un par de viejos cazadores y una espadachín bebían en la barra hablando con el bar tender, mientras en el segundo piso había otro grupo de caballeros, realmente parecía vacío y muerto.

–Uy, parece que tu entrada épica no animo a nadie como querías.

Hablo Roberto dándole un par de palmadas en su espalda Santiago, quien soltó un corto suspiro, en ese momento un par de risas se escucharon, eran algunas en tono de burla pero que no provenían de ninguno de los cuatro.

–Al menos a alguien le causo risa tu chiste Roberto.

Respondió Sebastián mientras entraba caminando hacia el segundo piso seguido por Roberto.

–Ni siquiera fue un chiste.

–Claro, de haberlo sido nadie se hubiese reído.

Comento Lucas de regreso a su compañero mientras caminaba hacia los meseros.

–Mis amigos y yo queremos tomar un trago, ¿podría una bella dama atendernos?

Pregunto en su tono más caballeresco posible, mirando hacia una guapa humana rubia, haciéndole ojitos, la cual simplemente le ignoro.

–No se preocupe, joven caballero yo ahora los atiendo.

Comento una joven Atradishe de pelo castaño sonriéndole amablemente, mientras bajaba de un salto de su asiento.

–Tomen asiento donde gusten.

La sonrisa de aquella Atradishe impacto contra el corazón del joven Lucas quien no pudo decir nada mas, simplemente asintió corriendo hacia sus compañeros, subiendo rápidamente las escaleras.

–Ey, Lucas ¿Por qué tan rojo? Ja, ja, ja, no estás tan así desde que te llevamos a ti y a Roe al gato negro.

Exclamo Santiago en un tono burlesco, lo cual provocó una mirada de desaprobación de parte de Roberto.

–Pobre alma pecadora, no tienes salvación Santiago.

Comento Roberto orando por su compañero haciendo que Sebastián se uniera.

–Y si supieras que su novia es la hija del dueño de ese local, te pondrías peor.

Aquella confesión de parte del más alto del grupo provocó que se le escapara una risa a Lucas.

– ¿De verdad sigues saliendo con ella? Pero si es una.

–Es una dama muy culta y refinada, por ello la sacare de ese lugar.

Comento Santiago interrumpiendo a Lucas, en su voz se notaba una seguridad pocas veces vista en él.

–No volveremos a salvar tu trasero de ese lugar hermano.

Respondió Sebas, en ese momento la mesera llego al lugar tomando sus pedidos, cada uno tomando una bebida a su gusto.

–Oye señorita, mi amigo dice que le gustas.

– ¡Santiago!

Exclamo Lucas sonrojado levemente ante el comportamiento infantil de su amigo, soltando un fuerte golpe contra el brazo de Santiago.

–Oh, muchas gracias señor caballero, me halaga mucho.

Respondió la mesera con una sonrisa amable con un leve rubor en sus mejillas, por un momento la chica dudo en que decir después, tomo valor y abrió sus labios.

–Ja, ja, ja, miren un par de enanos enamorados.

Una risa burlona rompió el silencio antes de que la chica pudiera decir algo más, aquellas desagradables palabras provenían de una mesa vecina, en donde al igual que ellos se encontraban un grupo de 4 caballeros y el responsable de la risa, un caballero ígneo recién graduado.

–Gerald Valles.

Susurro Sebas mientras la chica se marchaba avergonzada.

–Baal siempre molestando, no es digno del segundo puesto "A MEJOR CABALLERO ÍGNEO".

Respondió Santiago levantando la voz, Gerald Valles, también conocido como Baal, era un caballero ígneo de cabello anaranjado el cual parecía ser de fuego, sus ojos eran azules claros mientras su cuerpo era musculoso, destacaba por tener unos colmillos marcados, razón por la cual se le conocía como el demonio carmesí Baal, apodo que el mismo había acuñado. El pertenecía a una de las familias de caballeros ígneos más importantes de Paradise, por lo cual era reconocido, su equipo tampoco se quedaba atrás de él, el caballero más fuerte Jeremías Leva, el caballero más inteligente Aurelio Artos, la valquiria más fuerte Erika Capada, y la mejor estratega, la valquiria Alma Glass.

–Todos sabemos que Rohei solo es esta en ese lugar por ser el consentido de Igor, de seguro es su hijo ilegitimo.

Comento Gerald escudándose mientras sus lacayos se reían a excepción de Erika.

–Gerald, no es inteligente difamar a Rohei de esa forma.

Le aconsejo Erika aunque fue abucheada por sus compañeros.

–Físicamente Rohei es fuerte, pero es un bruto para las estrategias, seguro se estancara como caballero... después de todo su índice de fracasos es más alto que el de Baal.

Comento Aurelio limpiando sus lentes mostrando una sonrisa burlona.

–Claro, lo dice aquel quien nunca ha podido derrotar a Roe en un uno contra uno.

Quien hablo fue Roberto respondiendo con una voz seria.

–Si claro, sin embargo, son ustedes los que siempre han retrasado a ese desgraciado, después de todo están entre los más incompetentes, un Atradishe sacado de la basura del distrito sur, un par de gemelos que apenas forman media neurona juntos, y por ultimo otro Atradishe que ni siquiera está dispuesto a matar es decir un cobarde llorón.

Hablo Baal, señalándolos mientras hablaba creyendo que era mejor que ellos.

–No por nada en las pruebas de quipos nosotros les ganamos, les aseguro una cosa, ustedes cuatro morían en la siguiente pelea.

En ese momento Santiago intento levantarse, pero Sebastián lo detuvo.

–Si Roe estuviera aquí ya lo habría puesto en su lugar, además merezco mi revancha contra ese malnacido.

Exclamo Santiago, intentando convencer a su hermano, pero Sebastián se negó.

–Roe no iniciaría una pelea, además no es necesario, ignóralo, dejen de pelear contra él.

Aconsejo Sebastián a sus compañeros haciendo que ellos suspiraran empezando a ignorar los parloteos de un posiblemente borracho Baal.

Pronto la mesera regreso con cuatro tarros grandes de bebidas para los chicos, cuyo rostro enojado cambio a felicidad, la mesera se lo entrego a cada uno con amabilidad, hasta llegar a Lucas quien la miro extrañado.

–No se preocupe, se le hará un descuento.

Le sonrió coquetamente a Lucas guiñándole el ojo derecho, mientras caminaba para retirarse por el momento Jeremías le llamo.

– ¿Señorita podría traernos una jarra más de cerveza?

Pregunto mirando la gran jarra de madera, revisando cuanto le restaba, ante la pregunta la chica sonrió asintiendo.

–Claro, pero debe estar casi vacío si no tendrán que esperar un poco más.

Se acercó a ellos hablando en un tono amable, cuando estuvo frente al caballero dragón, Baal le sonrió.

–Por supuesto que esta vacío.

Sonrió tomando el asa de la jarra y vertiendo el contenido de está en la pobre chica, quien siquiera tuvo tiempo de hacer algo más que de gritar siendo empapada por el alcohol.

–Ups lo siento si tenía cerveza a un, deja que te seque.

Sonrió Baal mientras sobre su mano derecha aparecía una flama la cual se vio reflejada en los ojos impotentes de la mesera.

–Gerald, no bromees de esa forma, estas siendo muy grosero.

Erika se levantó completamente indagada, pero Gerald no le presto nada de atención, sin embargo antes de que Erika pudiera moverse, una fuerte corriente de viento desapareció la bola de fuego.

– ¡Déjala en paz!

Exclamo Lucas quien había lanzado el hechizo [ventarrón], Gerald lo miro con enojo tomando su espada, sin embargo antes de desenfundarla, Sebastián tomo la mesa con ambas manos lanzándola por los aires, cayendo justo sobre la mesa de Gerald provocando que él y sus secuaces saltaran hacia un lado.

Aquello fue una distracción, Roberto dio un paso al frente tomando a la mesera para alejarla del combate que estaba por darse, mientras Santiago atacaba con su puño a un confundido Gerald, no pudo reaccionar a tiempo, el golpe en su frente lo mando al suelo de espaldas.

–Que satisfactorio se siente eso, no te vuelvas a levantar.

Hablo Santiago soltando un suspiro, pero antes de poder relajarse Jeremías lo ataco desenfundando su espada, apenas pudo esquivar el corte de su pesada espada mandoble, ante lo cual Alma también desenfundo su espada, lista para luchar.

–¡USTES DETENGANSE!

Grito Erika con todas sus fuerzas, mientras caminaba hacia un desorientado Gerald, al estar frente a frente el caballero ígneo la miro.

–Erika... acaba con esos desgraciados, es una orden jefe de escua...

Antes de que este pudiera seguir hablando Erika lo pateo con la punta de su pie justo en su mejilla derecha, Gerald fue enviado a dormir.

–Jeremías, Alma, Aurelio, guarden sus armas, si siguen así yo misma los meteré a la celda mas profunda del peor calabozo de esta ciudad, pues atacar a un civil inocente es un delito y se paga con encierro.

Sus compañeros se miraron entre si dudando, apretaron sus dientes, pero estaban seguros que no podrían ganar.

–Nos largamos de aquí, Jeremías, llevemos al joven Gerald de regreso a casa.

Añadió Aurelio guardando su espada antes de caminar hacia las escaleras, mientras que alma asentía. Jeremías chaqueo su lengua guardando su espada, antes de cargar a Gerald y retirarse.

–Inquiera pienses en volver, esto no te lo perdonaremos.

Pronuncio Alma a Erika con desprecio.

–Si, si, lo que sea.

Pronuncio Erika sin tomarle ninguna importancia, entonces camino hacia la mesera.

–Mil disculpas, ellos estaban borrachos, recomiendo negarles la entrada.

Hablo disculpándose por no hacer nada.

–Lo hare... nadie me había humillado así, gracias, señores caballeros.

Pronuncio la mesera algo enojada, pero soltando un suspiro y agradeciendo de corazón, luego se levantó y se alejó de ellos.

–Perdóname por espantarla Lucas, no debe dejar que ellos la trataran mal.

Hablo Erika discúlpanos aunque Lucas se negó.

–Fue culpa de Garlad, no tuya, aun así gracias, evitaste una pelea más grande.

Respondió el joven Atradishe sonriendo torpemente.

–Aunque parece que tus compañeros te abandonaron, Erika.

Comento Santiago soltando un suspiro.

–No se preocupen, mejor sola que mal acompañada... Creo que le pediré a Roe que me acepte dentro de su escuadrón cuando lo hagan líder, seguro necesita más cerebro.

Alegó Erika mostrándoles una sonrisa burlona.

–Sí, pero no lo va a encontrar en ti.

Refuto Sebastián con un tono serio, haciendo que la sonrisa de Erika pasara a ser una mueca de enojo.

–Pero a el no creo que le importe, solo asegúrate de no darnos problemas.

Hablo Sebastián haciendo una seña para retirarse.

–¿Por qué hermano?

Exclamo Santiago confundido.

–Porque tenemos que pagar este desastre, además... mejor irnos y celebrar en otra ocasión.

Respondió Sebastián soltando un suspiro pesado.

–Exactamente, así también invitamos a Roe, aunque tu deberías pagar por la mesas rotas Sebas, fuiste tú quien las rompió.

Hablo Lucas sonriéndoles, haciendo que el grandote soltara un largo y pesado suspiro.

Al final, Sebastián y Erika terminaron pagando los platos rotos, a cambio de que Lucas pagara la primera ronda la siguiente vez que celebraran. Tras ello los 5 regresaron a sus propias casas.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top