Capítulo 3: Los jardines de Paradise.

–¡¡Roe!! ¡¡Despierta!! ¡¡Se te hará tarde!!

Escuche despertándome confundido, el sueño me había desorientado, ni siquiera estaba seguro si era solo un sueño, muchas dudas surgieron en mi cabeza, cientos de preguntas sin respuestas llegaron a mi cabeza. Intente recomponerme recordar lo importante, realmente era la primera vez que me sentía tan desorientado.

–Maldición me quede dormido.

Me levante de inmediato mirando hacia los lados queriendo encontrar el reloj de mi habitación, al mismo tiempo que me quitaba mi ropa, debía estar en los jardines a las cuatro de la tarde.

–Son las tres y media.

Escuche reconociendo la voz de Mary, era un problema, ni siquiera había almorzado.

– ¡Es muy tarde!

Exclame corriendo hacia uno de los armarios, abriéndolo y encontrándome con una armadura roja brillante, sus decoraciones doradas le daban una apariencia más noble, aquellas decoraciones eran parecidas a garras y plumas, notaba de primera mano que no era para combatir, pues una espada no podría deslizarse sobre la superficie de esta. Suspire empezando a vestirme con una camisa manga corta negra de mitril que me permitiría protegerme, así como unos pantalones del mismo material, para después colocar mi armadura sobre aquellas ropas, lo hice lo más rápido que pude para al final tomar el casco, el cual parecía la cabeza de un águila con sus plumas forjadas en metal, suspire colocándome el casco antes de salir

De inmediato fui hacia la puerta, tome mi espada de siempre colocándola en mi cintura antes de salir, Mary me esperaba justo frente a la puerta.

–Buenas tardes joven Roe, listo para su graduación.

–Claro, aunque ya se me hizo tarde, andando.

Mary me saludo con algo de nerviosismo siendo más formal que de costumbre, la mire de pies a cabeza, fijándome en su rostro algo apenado, sus ropas no eran su típico uniforme de sirvienta, en su lugar lucía un vestido de verano blanco de una sola pieza haciéndola lucir muy hermosa, resaltaba mucho su figura, no parecía ser la sirvienta de siempre, era más parecida a alguna joven acaudalada.

–L-la señora Mónica me pidió que viniera a despertarte, ya que no bajaste para la cena... digo almuerzo.

Hablo mientras daba un cuarto de vuelta caminando mientras yo la seguía no tenía palabras, mi propia forma de actuar la puso nerviosa al instante, por lo que procedí a dedicarle algunas palabras.

–Es la primera vez que te veo con una ropa así, realmente te queda muy bien.

Mary se sonrojo por un instante haciendo que sintiera un poco más pesado mis hombros.

–Fue un regalo del duque, me dijo que lo usara hoy... tendría mucho calor si pasaba todo el día vestida de sirvienta.

Llevo sus manos hacia su pecho tomando aire e intentando tranquilizarse, entonces tomo valor colocándose frente a mí deteniéndome.

– Roe ¿puedes arrodillarte un poco?

Me pregunto en un leve tono de orden, no entendí lo que ella quería decir, pero le obedecí arrodillándome como lo haría cualquier caballero, entonces retiro mi casco de mi cabeza dejándolo sobre una mesa de madera, procedió a peinar mi cabello con un peine de madera desenredándolo y dejando que callera parte de este a ambos lados de mi cara, mientras la parte trasera lo peino hacia atrás formando una cola de caballo la cual ato con una cuerda roja de lino trenzado.

–Sabía que se te olvidaría arreglarte.

Me dijo mostrándome una sonrisa mientras tomaba mis mejillas con sus manos.

–Ahora sí, luces muy guapo Roe.

Me sonrió antes de soltar mis mejillas y tomar mi yelmo entre sus manos.

– ¿En serio?

Le pregunte algo sonrojado e incrédulo, no estaba seguro de que sentir, más me halagaba con sus palabras.

–Ahora tu estas sonrojado, apresurémonos que la señora nos espera.

Ella me sonrió coquetamente antes de correr hacia el frente, sonreí algo avergonzado antes de avanzar detrás de ella. Mary siempre me acompañaba a estos eventos, después de todo el duque Fernández la había asignado como mi acompañante, tanto así que se me hacía raro no salir con ella. Realmente estaba feliz por tener su compañía.

Ambos caminamos bajando las escaleras hasta llegar vestíbulo principal donde Lucy y la señora Mónica nos esperaban, al vernos Lucy corrió hacia mí, ella lleva un vestido rosa claro el cual formaba una campana llegando por debajo de sus rodillas, este tenía varios volantes junto con moños que parecían ajustar su vestido, su cabello estaba suelto perfectamente peinado con algunas decoraciones con gemas preciosas, seguramente de la señora Mónica.

–Hermanito, te ves increíble con esa armadura, pareces un héroe de cuentos de hadas.

Me sonrió mientras miraba los detalles de mi armadura completamente asombrada, luego miro a Mary con una sonrisa enorme.

–Te vez muy linda Lucy, pareces una princesa.

Hablo Mary a Lucy, quien se ruborizo para después lanzarme una mirada un poco enojada, pero continuo viendo a Mary.

–Tu tambien te ves muy hermosa.

Respondió contenta mientras yo bajaba acercándome a la señora Mónica.

–Qué bueno que ya estás listo Roe.

Me dijo con una sonrisa un tanto melancólica para después analizarme de pies a cabeza.

–Veo que esta vez no descuidaste tu apariencia, aunque como caballero te falta mucho.

No entendí sus palabras, rasque mi barbilla confundido mientras ella suspiraba.

–Ve a decirle a Lucy y a Mary que se ven bien, ambas se esforzaron para poder lucir bien, aunque Lucy decía que quería una armadura.

Al escuchar sus palabras sonreí imaginando a Lucy usando una armadura de atradishes, para luego negar con mi cabeza, entonces mire hacia ambas, observe a Lucy probándose mi casco viendo como este le quedaba grande, sonreí haciéndome gracia.

–Seguro que a Lucy no le importa, pero Mary de seguro te lo agradece.

Me dijo la señora Mónica dándome un empujón hacia el frente, para que le dijera algo a Mary, pero tampoco tenía tiempo para ello.

–Disculpe señora Mónica, pero creo que vamos algo tarde.

Dije girando hacia ella y haciendo una reverencia hacia la señora Mónica, sin embargo pronto sentí un suave golpe en mi cabeza, cerrando mis ojos por la sorpresa levantando la mirada hacia la señora Mónica, quien ahora soplaba con un abanico.

–Es tu culpa por tardar tanto, si no fuera por ti ya nos hubiéramos ido.

Me reclamo dándome la espalda y avanzando hacia la puerta mientras la señora Gertrudis la abría burlándose de mí con una sonrisa. En ese momento sentí como Lucy empezaba a empujarme apoyando sus manos en mi espalda.

–Vamos mi hermanito, a convertirte en un héroe.

–Adelante Roe, no querrás llegar tarde.

Hablaron Lucy y después Mary, quien me tomo del brazo aun sosteniendo mi casco y llevándome hacia la puerta entre ambas, sonreí empezando a caminar con ellas.

–No me empujen, harán que tropiece.

Dije sonriéndoles y caminando junto a ellas dirigiéndome hacia el carruaje, este era tirado por dos grandes aves parecidas a gallinas de plumaje blanco con algunas plumas rojas decorativas muy discretas, estas eran hembras de faisán gigante, una montura con una fuerza equiparable a un caballo, pero mucho más ágil.

Suspire mirando hacia el interior del carruaje para después ayudar a Lucy y a Mary a subir, para por ultimo entrar yo, entonces Gertrudis cerró la puerta detrás de mí y nos pusimos en marcha a la celebración.

***

Podía escuchar una alegre música resonar por todo el lugar, todo estaba lleno de un gran ambiente festivo, habíamos llegado plaza central de Paradise, esta se encontraba frente a un gran palacio conocido como la torre celestial, su forma parecida a una gran torre en espiral ha caracterizado a la ciudad desde hace mucho tiempo, siendo el edificio más alto de la ciudad resaltando en el paisaje, los jardines de Paradise así era conocida una extensa área verde que rodeaba toda la torre como si fuera un anillo, siendo la plaza central el lugar de acceso principal a la torre.

La plaza se había llenado de decoraciones mostrando los colores naranjas de Paradise, el rojo de Runus y el verde de Skyland, por primera vez en mucho tiempo se encontraban mezclados y no confrontándose, me destacaban tambien algunos emblemas con la figura del Fénix y Bahamut, con sus enormes alas abiertas, al fondo y frente a las puertas de la torre celestial se encontraba un gran escenario de piedra, el cual parecía haber sido levantado con magia.

El lugar se encontraba lleno de personas de distinta clase, desde nobles prestigiosos hasta el plebeyo más humilde, pues era un acontecimiento importante y sobre todo libre. En Paradise no se le negaba el presentar el examen de caballero a nadie, pero aprobarlo era lo complicado, los profesores preferían el potencial sobre el capital del estudiante. Sin embargo se me hacía raro no ver valquirias doradas por aquí, estas eran una rama especial de las valquirias que montaban pegasos, era raro no verlas pues simbolizaban el poder de Paradise en el cielo.

Mientras yo observaba el lugar buscando a mis compañeros de clase, una mujer subió al escenario y hablo a través de un micrófono magico.

–Disculpen la tardanza pero debido a un problema los representantes del imperio tardaran un poco más en llegar, por favor se les pide que sean pacientes.

Tan solo al escuchar las primeras palabras mi ánimo decayó un poco, esperaba que no fuera a esperar mucho. Suspire y coloque mi mano en mi nuca.

–Qué buena suerte tienes Roe.

Me dijo Mary mientras se acercaba a mí sonriéndome, realmente tenia razón después de todo aun no comenzaba la ceremonia y ahora parecía que tardaríamos más.

–Si pensé que llegábamos muy tarde, pero aún se nota que están terminando los preparativos.

Respondí mientras miraba hacia el escenario viendo como unos hombres colocaban una alfombra sobre este.

–Entonces eso significa que tendrán más tiempo para ustedes dos.

En ese instante alguien coloco su mano sobre mi hombro. Me di la vuelta y vi a un joven caballero quien poseía tambien una ostentosa armadura azul marina, era uno de mis compañeros equipo, Santiago Sánchez, era un joven de mi misma estatura, de cabello castaño y alborotado con unos ojos cafés, llevaba su yelmo bajo su brazo derecho.

–Pero si es Santiago, siempre tan inoportuno ¿y tú hermano?

Hable sonriendo mientras cruzaba los brazos, Mary se ocultó detrás de mí abrazando mi casco, en respuesta él me sonrió alegremente.

–El feo... debe estar, la verdad lo perdí, pero debería estar atragantándose con comida por ahí.

–Ja, ja, tratándose de él... creo que debe ser cierto, Sebas es un poco glotón.

Ambos hablamos de manera burlona riéndonos un poco, el ambiente se había vuelto relajado, aunque notaba cierto enojo por parte de Mary.

–Oye ¿no creo que esa sea la manera de tratar a alguien que te salvo la vida o sí?

Ambos sentimos un escalofrío al escuchar esa voz, suave y con un poco de enojo.

–¡¡SEBAS!!

–¡¡¡HERMANOOOO!!!

Los dos exclamamos al darnos cuenta de quien se trataba, Sebastian Sánchez o Sebas para acortar, era el hermano gemelo de Santiago, casi idénticos solo que Sebastian era más corpulento y alto, tambien en uno de mis compañeros, a su vez era de los más fuertes de esta generación, teniendo una fuerza de 190 muy alto para los estándares de un nivel 10, su tono de voz era serio y suave, tenía una mirada relajada.

–Esto sí que es una falta de respeto, en especial hacia alguien que salvo tu vida.

Hablo casi en un tono desinteresado, pero con una pizca de enojo y otra de decepción, mientras, entre sus manos llevaba un plato con comida, solo podía decir que era carne, brochetas, albóndigas y más carne.

– ¿De dónde sacaste esa comida?

Preguntó Santiago un poco confundido mientras intentaba tomar un pedazo de carne, rápidamente Sebas aparto el plato alejándolo de Santiago sin inmutarse.

–La compre en los puestos.

Rápidamente Sebas respondió en un tono un poco enojado.

–Deja de molestarme para que pueda comerla en paz.

–Vamos hermano, dame un poco.

Ambos siguieron discutiendo un poco mientras yo solo sonreía y me burlaba un poco de la situación. Aunque había alguien que tenía dudas al respecto.

–Espera... ¿dijiste que le salvaste la vida Roe?

Preguntó Mary un poco confundida dejando mi espalda.

– ¿Eh?

Hablo Sebas pero no pudo decir nada más, en un intento por alejar la comida de su hermano gemelo, se comió todo lo que tenía el plato, así que ahora su boca estaba llena de comida.

–Yo te puedo contestar esa pregunta.

Contestó Santiago mientras se acercaba a nosotros con una sonrisa, comiendo el único trozo de albóndiga que consiguió robar.

–Sí, sería un placer.

Dijo Mary amable, para luego mirarme con algo de enojo, pocas veces la veía así, sabía que detrás de esa adorable carita se encontraba una fiera. Ante aquella respuesta con Santiago asintió.

–Veras, hace dos años cuando nos conocimos tuvimos una misión, aquella vez fuimos a una aldea que estaba siendo atacada por monstruos...

Empezó a narrar una historia un poco exagerada donde contaba como acababa con goblins, hellhounds y un par de trasgos de bajo nivel, como siempre intentando verse más fuerte, seguramente a Lucy le encantaría una historia así, pronto llego a la parte que Mary quería oír.

–En ese momento Roe se encontraba rodeado por ardientes llamas, había entrado a una casa para salvar a un bebé, con su brazo derecho lo sostenía, pero su mano izquierda estaba herida, no sería tan grave problema si no fuera por un par de hellhounds que intentaban cocinarlos con sus llamas, los monstruos los rodaban y entonces entro mi hermano y los hizo pedazos con su espada salvando a Roe de ser barbacoa, pero derribaron la casa...

Explico, aunque no todo lo que decía era cierto.

–Entonces... fue aquel día que llegaste con quemaduras y heridas graves.

Mary me miro un poco molesta mientras que Santiago sonreía de forma burlona, aunque su sonrisa desapareció tras ver la mirada molesta de Mary, yo solo suspire.

–En esa ocasión Sebas le salvo la vida al bebé... pero tambien la mía, si hubiera estado solo podría haber salido de eso fácilmente, aun con mi brazo herido.

Hable con un poco de seriedad intentando hacer que Mary se tranquilizara un poco, parecía que no funcionaba, ella me miro con un poco de incredulidad haciendo que yo comenzara a sudar.

–Ahhh... ¡¡pero que rica estaba!!

Exclamo Sebas mientras tallaba su panza y sonreía un poco, parecía ya haber terminado de comer.

–Acepto tus disculpas Roe, sé que ese día derrotaste dos trasgos, siete hellhounds y muchos goblins tu solo, mientras que yo solo derrote un trasgo y eso que fue junto a mi hermano y otros más, aunque eres más débil tienes estadísticas bastante equilibradas y una gran habilidad, tambien me sentía culpable pues te lastimaste el brazo izquierdo cuando un Hellhound te mordió mientras intentabas defenderme, señorita Mary, Rohei es todo un héroe.

Sebas hablo de forma elocuente como pocas veces, se comportaba como un verdadero noble alabando a su señor, haciendo que Mary sonriera y asintiera estando de acuerdo con sus palabras.

–Así es, Roe es muy valiente y alguien que se preocupa por los demás...

Respondió Mary asintiendo para sí misma cruzando sus brazos con algo de desacuerdo, parecía seguir enojada conmigo.

–Así es señorita Mary, aunque creo que para estar más tranquila, Roe debería invitarle a dar un paseo como disculpas por preocuparle.

Sugirió Santiago mientras le daba algunas palmadas a Sebas. En ese momento la expresión de Mary cambio sonrojándose.

–La verdad no he tenido el placer.

Dijo Mary un poco avergonzada, moviendo suavemente sus hombros como si estuviera ansiosa. Santiago camino hacia nosotros con una sonrisa pícara en sus labios.

–Entonces la señorita Mary nunca ha podido dar un paseo por este hermoso jardín, Roe como caballero deberías concederle este deseo.

Mientras me decía esto el coloco sus manos sobre mis hombros y me hizo ver hacia Mary para luego señalarme hacia los jardines.

–Muchas veces hemos patrullado esta área, oh gran líder, conoces muy bien este lugar.

Decía la verdad, pues al estar cerca del supremo colegio de caballería de Paradise, terminábamos pasando mucho tiempo en estos jardines, patrullando o solo perdiendo el tiempo en este lugar después de clases, conocía este lugar como la palma de mi mano, aún más que cualquier otra ubicación en Paradise.

–Vamos hermano no lo presiones, además nuestro líder no necesita de nuestra ayuda.

Hablo Sebas en su habitual tono de voz, apartando a Santiago mientras nos daba una sonrisa.

–Asi es, no necesito su ayuda pero la agradezco.

Sonreí haciéndoles una reverencia de amabilidad.

–No me agradezcas Rohei, solo disfruta tu tiempo con ella, hermano vamos nuestro padre quiere vernos.

–Está bien... ¡nos vemos Rohei, cuida bien de la señorita Mary!

Sebas se alejó arrastrando a Santiago mientras este se despedía de nosotros, muchos los miraron confundidos, mientras quedaba completamente en silencio. Suspire mirando hacia una tímida Mary quien había permanecido en silencio unos minutos.

– ¿Mary?

– ¿¡¡Si!!?

Hable suavemente y ella me respondió súbitamente, ciertamente estaba nerviosa, pero entonces ella suspiro relajándose un poco.

–Ellos son un poco extraños ¿no es así?

Me pregunto ella mientras me mostraba una radiante sonrisa.

–Es verdad, son un poco raros, pero son buenos y confiables...

– ¿Roe...?

–No te preocupes, solo pensaba...

Mire hacia adelante viendo al duque, la señora y a Lucy a la distancia.

– ¿Mary? ¿Quieres ir a dar un paseo?

Le pregunte mientras miraba hacia adelante.

–...Si...

Al escuchar su leve y suave respuesta sonreí un poco, me sentía feliz aunque un poco apenado.

Entonces exclame.

–¡LUCY IREMOS A DAR UNA VUELTA! ¿¡NOS ACOMPAÑAS!?

–¡¡NO!! ¡¡IRE CON EL DUQUE Y LA SEÑORA A DAR UN PASEO!!

Ella exclamo en respuesta, sabia que no estaba de mal humor, ya que al final me mostro una gran sonrisa mientras se despedía de nosotros.

Tan solo un momento después ellos tres se alejaron saliendo de nuestra vista al hacerlo yo sonreí hacia Mary.

–Parece que nos libramos de ellos.

Hable mientras gritaba para verla, ella suspiro relajada pero desvió la mirada.

–Parece... que ellos lo tenían planeado.

Susurro levemente desviando la mirada, parecía tener razón pues nos habían dejado atrás.

–Vamos, sí ese era plan de ellos entonces tomemos ese paseo.

Mary asintió felizmente en respuesta, así que empezamos a caminar entrando a los jardines de Paradise.

Rosales, arboles de grandes que daban sombra y muchos otros tipos de plantas florales rodeaban el camino, el olor de dulce de las flores estaba por doquier.

–Que bien huele.

Dijo Mary sonriendo mientras se detenía y olía las flores.

– ¿Qué tipo de flores serán?

Me pregunto mientras tomaba una flor y la acercaba a su nariz.

–No sé, conozco más de monstruos que de cualquier otra cosa.

–Haber... dime, ¿qué monstruos podrían ser atraídos por estas flores?

–Bueno... las "abejas asesinas" son un problema constante, en los meses de mayo suelen venir aquí y hay muchos reportes de ataques, tambien las "mariposas gigantes azules" se ven muy seguido en esta área durante su migración anual, pero tambien atraerían a "murciélagos espada" que aman el néctar, "Faugas" que son hongos carnívoros, "plantas carnívoras gigantes" que buscan insectos, tambien "ogros", "goblins", "trasgos" y "libélulas santas" que buscan solo probar del néctar y los frutos.

Respondí imaginándome a los monstruos y su comportamiento.

–Suena como a alguien que le gusta mucho cazar monstruos.

Ella me miro con desaprobación, claro a Mary no le gustaba que me metiera en tantos problemas, seguro cazar monstruos era uno de ellos, sin embargo tambien notaba fascinación en sus ojos, ¿Por qué seria?

–De niño soñaba más con ser aventurero, incluso cuando entrenaba pasaba mis ratos libres estudiando sobre diferentes tipos de monstruos, aunque ahora es más como parte de mi trabajo.

Sonreí mientras miraba hacia las mariposas que se posaban en las flores.

–Entiendo...... ¿entonces es un lugar peligroso?

Me preguntó alzando una ceja con algo de preocupación.

–No todos los monstruos son malos, hay algunos que viven aquí desde hace tiempo.

Camine hacia un grupo de flores mientras Mary me seguía, entonces me arrodille frente a un arbusto busque con la mirada aparando ramas y flores hasta encontrar lo que buscaba, un par de flores surgiendo del suelo, eran dos orquídeas color rosa brillantes.

–Esas flores son de un monstruo conocido como "hada de las hortalizas", no es un monstruo peligroso, pero puede causar confusión al esparcir su polen, tambien es muy rápido y sus hojas sirven para crear antídotos, son más activos en la noche por ahora descansa y recarga energía con los rayos de sol.

Dije notando que no le daba tanto sol por algunas hiervas malas que la rodeaban, por la que decidí cortarla con mi mano dejando que las flores recibieran algunos rayos de sol antes del anochecer.

– ¿Cómo sabes todo eso?

Me pregunto con mucha curiosidad mirándome con la cabeza algo de lado.

–En Taurus habían muchos de ellos, tienen una forma casi humanoide y para muchos es adorable, pero siempre intente cazarlos y terminaba noqueado por su polen, leí todo lo que pude para derrotarlos, pero descubrí que no eran una amenaza.

–Oh, no pensé que fueras tan destructivo de joven.

Mary lanzo ese comentario al aire mientras se ponía de pie desviando la mirada, hacia el frente, haciendo que yo rascara mi nuca antes de soltar un suspiro.

–Aunque me habría gustado verte de pequeño.

En ese momento ella giro hacia mi llevando sus manos hacia atrás mientras me sonreía, respondí regresándole la sonrisa.

–De haberlo hecho no me considerarías alguien refinado y educado.

Respondí dando un paso hacia ella, Mary hizo lo mismo quedando ambos frente a frente.

–Puede que lo seas, pero sigues teniendo esa aura salvaje.

Me respondió acercando mucho su rostro al mío, poniéndose de puntillas antes de dar media vuelta y volver a caminar hacia el interior de los jardines, solté una suave risa antes de seguirla, alejándonos del hada de las hortalizas.

Pronto volvimos a caminar uno al lado del otro, Mary se detenía de vez en cuando mirando algunos arbustos.

–Si estuviéramos en primavera habría más flores.

Comento arrodillandose frente a uno de los abusos tocando la tierra con su mano derecha acariciándola con las yemas de sus dedos.

–Tambien... me alegra ver que es un suelo fértil.

Hablo levantándose mientras yo le entregaba un pañuelo el cual negó en un inicio, aunque acabo tomándolo.

–He oído que en primavera todo se llena de hermosas flores, tambien las he visto.

Respondí mientras ella limpiaba su mano con cuidado, en respuesta miro a los lados con emoción.

–¡Entonces vengamos aquí en primavera aunque...!

Hablo llena de emoción aunque ella misma se cortó dejando de hablar, juntando sus manos por un momento, apretando mi pañuelo con suavidad, parecía sentir algo de vergüenza.

–No creo que sea correcto que un caballero como usted pasee con una sirvienta como yo.

Hablo jugando con sus dedos índices mientras bajaba la mirada, sin pedirle permiso ni nada tome su mano derecha con mi mano izquierda antes de girar y caminar, Mary se puso tan roja como una manzana tan pronto se dio cuenta de la situación en la que estábamos, muchos la miraron haciendo que su vergüenza aumentara.

–J-joven R-Rohei, est-to es m-muy ind-decente.

Tartamudeo sin saber bien que decir, pero en respuesta gire mi cabeza hacia ella para sonreírle de forma traviesa, aquello provoco que casi le saliera humo a la cabeza de Mary.

–Necesito un respiro...

Suspiro rindiéndose haciendo que nos detuviéramos en una pequeña plaza que rodeaba una fuente de piedra, el agua corriendo era muy relajante de escuchar, haciendo que yo mirara hacia la escultura, era una mujer tallada en roca sosteniendo una jarra de la cual salía el agua cayendo sobre la estatua de un niño, dando la impresión de ser una madre bañando a su hijo, a sus lados habían extensas bancas, blancas donde a cada cierto tiempo había una planta decorativa.

En la plaza se encontraban algunos puestos de comida rápida escuchando el aceite de algunas frituras, mientras que a los alrededores habían algunas personas sentadas sobre mesas de piedra comiendo, notaba caballeros, que como yo hoy serian embestidos oficialmente, no estaba tan lleno de personas así que seguía siendo un lugar tranquilo.

–Descansemos aquí.

Sugerí caminando hacia la fuente aun tomando a Mary de la mano.

–Si...

Mary me hablo con timidez siguiéndome, al llegar nos sentamos a un lado de la fuente, mire hacia el estanque notando que habían algunos peces nadando entre plantas acuáticas. Sonreí mirando hacia Mary.

–Oye Mary.

En ese momento sentí como mi estómago resonaba con fuerza haciendo que Mary me escuchara sonriendo.

–¿Tienes hambre Rohei?

Me pregunto mirándome con curiosidad, ante lo cual asentí.

–Sí, no debí saltarme el almuerzo.

Respondí soltando mi mano haciendo que ella me mirara con sorpresa, pero no dijo nada al respecto.

– ¿Que habrá por aquí para comer?

Susurro ella mientras colocaba su mano en su barbilla para pensar, miro hacia los lados una y otra vez hasta ver un objeto.

–Rohei espérame aquí ¿sí?

Habló poniéndose de pie.

–Es... Está bien.

Respondí algo dudoso mientras ella se alejaba corriendo para empezar a visitar cada uno de los puestos de comida, mientras yo suspiraba mirando hacia el cielo.

Los arboles cubrían la mayor parte de la vista, aquí proporcionaban una buena sombra, creando un ambiente fresco ante el cálido verano, eso junto a la refrescante fuente, cerré mis ojos sintiendo la brisa y escuchando los pequeños ruidos de los insectos, el viento y el agua. Momentos así los apreciaba enormemente, por eso me gustaba visitarlo, pese a que habían encargos de cazar monstruos aquí siempre era relajante volver y respirar aire fresco.

Aquella atmosfera tranquila era algo que no quería perder, me recordó a Horizon en sus mejores días, ahora me daba cuenta que tanto disfrutaba de Paradise, mire a los niños correr y jugar con espadas de juguete, con la paz los caballeros no serían tan necesarios como antes, ellos ya no crecerían con el miedo constante a la guerra, o ser atacados por el imperio, caballero ígneo, o caballero dragón, cualquiera de los dos debíamos velar por esta paz.

–...Un guardián.

Mis obligaciones estaban más allá de los deberes de un caballero ordinario, ni siquiera sabía que significaba exactamente, el entrenamiento que me dieron fue el mismo que el de los otros caballeros ígneos al igual que lo que me enseñaron, poco me habían dicho acerca de ser un guardián, era simplemente otro caballero más, creo que lo disfrutaba.

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Nuevo capítulo listo, ya se me está haciendo costumbre publicar los domingos. Lo malo es que hoy no hubo banner, bueno ya lo agregaré pronto, corrección, ya hay banner.

Recuerden apoyar la historia votando y comentando, eso me ayudaría mucho.

Santiago Sánchez: Caballero de Paradise, nacido en la ciudad de Récoble, entreno en el uso de dos espadas al ser ambidiestro, es de los caballeros más rápidos.

Sebastián Sánchez: Hijo mayor de la familia Sánchez, suele presentarse como alguien muy serio, sin embargo es aún más relajado que su hermano, su fuerza está entre las mayores de los caballeros.

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