Capitulo 29: Promesa
La ciudad de Paradise se había tornado en tonos de grises, la alegría se había esfumado, entre ellos en el distrito norte mateo se encontraba recostado sobre su cama, mirando hacia el techo con impotencia.
Entre sus manos portaba una hoja arrugada, no era algo normal en el sentase de esa forma, pues normalmente no le importaba nada, pero ¿Cuándo había cambiado?
En medio de su silencio un estruendo lo levanto, alguien empezó a golpear la puerta enérgicamente, con pocas ganas se puso de pie caminando lentamente hasta la puerta abriéndola con pereza, al ver a sus visitantes su rostro palideció.
–Mateo que alivio verte bien.
Hablo Josef entrando con una gran sonrisa levantando su mano hacia mateo a modo de saludo, sin embargo pronto su rostro cambio a uno lleno de preocupación pues nunca había esa cara en Mateo.
–¿Está todo bien? ¿Qué paso?
Se preguntó Josef acercándose a Mateo, un mal presentimiento cruzo su mente, todo el día había estado ocupado como para preocuparse por ello, más bien esperaba que todo estuviera bien.
–Lo siento... no pude hacer nada.
Pronuncio Mateo entregándole a Josef el papel que tenía entre sus manos, con temor el joven de anteojos lo tomo empezando a leerlo, 20 nombres, todos de mujeres jóvenes, entre ellos el nombre de Valeria Glass, lo que hizo que Josef se paralizara.
–Magas... desaparecidas durante el ataque... ¿Cómo?
Se preguntó Josef al leer aquellas palabras, su rostro se distorsiono de ira mientras rasgaba el papel con sus manos, rápidamente tomo a mateo por la camisa arrugándola y mirándolo con un enojo que nunca se esperaría.
–¡Explícame qué demonios ocurrió! ¡Ella estaba en el mismo grupo que tú! ¡Cómo pudiste permitirlo!
Empezó a reclamarle provocando que las piernas de Mateo flaquearan antes de ser lanzado hacia el suelo por Josef.
–Lo siento Josef... hice todo lo que pude...
–¡No quiero tus disculpas!
Gruño gritando dispuesto a atacar a mateo, pero deteniéndose antes de lanzar, no podía dañar a uno de sus mejores amigos.
–Solo quiero... a Valeria...
Hablo Josef mientras las lágrimas comenzaban a escurrirse por las mejillas de Josef, estaba lleno de frustración así como de dolor rompiéndose.
–Sé que parece que no hice nada... pero intente... pero, nos encontramos con alguien demasiado poderoso.
Pronuncio Mateo, mientras comenzaba a levantarse a duras penas, mientras Josef caía de rodillas escuchando aquellas palabras.
–Atacaron la escuela, muchos magos murieron ni idea de cuantas magas secuestraron.
Comento Mateo tras un rato dejando que Josef se tranquilizara, una vez soltó un suspiro.
–Sabía que había sido un golpe duro, pero... realmente pasaron demasiadas cosas después del ataque, yo me encontraba al norte cerca de las murallas... debí haber ido cuando inicio el ataque seguramente yo...
–Habrías muerto.
Mateo le interrumpió pronunciando esas palabras sin dudas, causando que Josef se quedara sin palabras.
–Si... tienes razón, Roe perdió a todo su escuadrón, yo los conocía... no tenían nada de débiles.
Comento Josef soltando un leve suspiro, dándose cuenta de sus limitaciones.
–Debí de haber imaginado que algo le paso... pero no tuve descanso, luchamos contra soldados enemigos, luego me enviaron a hacer todas las pociones que pudiera... creo que no he dormido nada desde entonces.
Soltó un suspiro cruzando sus brazos y cerrando los ojos por un momento, en respuesta Mateo apretó sus manos.
–También...quisiera informarte que la familia de Valeria tuvo una perdida... Aidan murió.
Nuevamente el silencio cayó una última vez, Josef miro hacia el techo intentando mantener su corazón calmado.
–Y yo aquí perdiendo... debería estar con ellos en el cementerio, debiste avisarme.
Comento Josef con algo de enojo dando media vuelta dispuesto a salir de la habitación, sin embargo mateo le detuvo antes de que este saliera.
–Antes de irte, ¿dime porque viniste?
Pregunto mateo con interés, queriendo saber la razón real detrás de su visita.
–Roe, me pidió que te reclutara, planea ir a Skyland para reunirse con el guardián de la gema del aire en Crescend.
Contesto mirándolo de reojo, haciendo que mateo comenzara a pensar, analizando sus palabras dándose unos instantes para decidir.
–Si es Crescend podría ser una trampa, tendré que ir con ustedes para que no sean engañados tan fácilmente.
Comento buscando entre sus cosas sacando una vieja mochila, sus palabras causaron cierta molesta en Josef.
–Si vienes es porque quieres vengarte de tu tía y de Golden Garden, ambos sabemos que solo aliándonos con alguien como Rohei podremos luchar contra ellos.
Hablo Josef con seriedad mirando a Mateo a los ojos, quien desvió la mirada haca abajo soltando un suspiro.
–Me atrapaste, quiero matar a la espina que elimino a mis padres, a mi odiosa tía y usare a Roe para ello.
Respondió con palabras sin mucha emoción, cosa que hizo bufar a Josef.
–Abajo aun una sirvienta esperándote responde el nombre de Carole, ella te llevara a la casa Fernández.
Hablo Josef retirándose inmediatamente apretando las manos con fuerza, así hasta llegar a la planta baja donde se encontró con Carole.
–¿Joven Josef, que ha pasado?
Pregunto Carole, ante lo cual Josef le mostro una sonrisa fingida moviendo sus manos de un lado al otro.
–Nada de nada, Mateo acepto pero ahora esta guardando sus cosas, yo haré lo mismo, así que los veré en casa del duque esta noche.
Comento con familiaridad, ante lo cual Carole acepto dejarlo ir pero mirándolo con sospecha, mas al verlo salir corriendo hacia la calle antes de que la lluvia pasara.
Corría sin detenerse con las gotas de agua golpeando su cuerpo.
"Como pude ser tan estúpido".
Pensaba recordando los últimos meses.
Josef había conocido a Valeria a inicios del año cuando Mateo se la presento.
"Como no se me ocurrió ir a verla después del ataque".
Ese día Josef había ido a la escuela de magia como parte de un trabajo que la universidad le había encargado, pues los alquimistas y los magos dependían los unos de los otros, asique debían relacionarse.
Claro su primera impresión no fue la mejor, pues Valeria era una chica que solo molestaba a mateo, siendo ambos casi el único amigo que se tenían, pero eso no duro mucho, pues pronto Valeria se acercó más y más a Josef formando un contrato, pociones a cambio de artefactos.
"Nada era más importante que saber sobre su seguridad".
Cada semana comenzaron a verse, su amistad comenzó a cambiar, era algo distinto que ni siquiera Josef pensaba en sentir alguna vez, no creía merecerla.
Esto hasta hace relativamente poco, más bien hasta ese mismo día, sus sentimientos se habían aclarado, no eran pareja porque no se había declarado a ella, pero ahora se había dado cuenta de que la amaba, pero no podría tenerla más.
Eso le dolía más que nada, no podía detener esa presión en su corazón, ese sentimiento de no haberlo expresado a su tiempo.
"¿Por qué no se lo dije antes?"
"¿Por qué me acobarde?"
"Sabía que ella diría que sí, pero..."
Apretaba sus manos con tanta fuerza que estas comenzaron a sangrar, sintiendo una gran frustración y culpa al respecto.
Al menos quería que alguien escuchara sus palabras.
Que escuchara el juramento que estaba por hacer.
Empapado con sus manos sangrantes llego al cementerio, abarrotado por personas llorando la muerte de sus seres queridos, camino con respeto y con la cabeza en alto, buscaba alguien familiar entre la inmensa multitud.
Josef había conocido recientemente la familia de Valeria, haciendo buenas migas con ellos, compartiendo gran parte de su forma de pensar con ellos, se habían vuelto casi una segunda familia para él, asique no era raro que comenzara a pasar tiempo con ellos.
Asique no le fue difícil reconocer a Brenda, con su pelo blanco y su piel morena destacaba, junto a ella estaba su hermano mayor, Dimitri, quien era diferente, su cabello era azul marino, sus ojos eran verdes y su piel era clara.
Al verlos se detuvo de golpe, dudando en acercarse observando a Brenda llorar frente a una tumba recién sellada, miro hacia los lados observando sus manos vacías, se alejó corriendo hacia unos buitres, vendedores de flores a precios inflados, solo le alcanzo para un modesto ramo de flores blancas.
Al regresar se encontró con una mujer joven hablando con la familia Glass, era una chica de cabello azul marino y de ojos verdes, quien mostraba una sonrisa engreída.
–Vaya así que ese bastado ha muerto, será un gran alivio para nuestro padre, es un cabo más que se ató solo.
Sus palabras hicieron enojar a la pobre Brenda quien ataco a la chica con su puño, pero fue detenida y con un rápido movimiento acabo en el suelo con la chica sentada sobre ella, mientras observaba a Dimitri con una sonrisa burlona.
–¿Qué haces aquí, Alma?
Pregunto Dimitri con enojo.
–El jefe de mi turba nos hizo venir para enterrar a nuestros compañeros muertos, a pesar de que nosotros no pedimos a nadie.
Comento Alma con un gran desinterés.
–Además me alegra saber que estas bien, sabes, nuestro padre te extraña mucho, dice que deberías estar ayudando a Simón a mantener su soberanía y no perder el tiempo viviendo con estos bastardos.
Dimitri arqueo sus cejas con aun más enojo, empuñando sus manos mientras alma los observaba buscando a alguien más.
–¿Dónde esta Valeria? No me digan, ella se murió también.
Alma comenzó a reírse burlándose del posible destino de Valeria, haciendo que en respuesta Josef formara una mueca de enojo caminando hacia ellos, irrumpiendo en la escena ante la tristeza de ambos hermanos.
–Valeria sigue con vida, les aseguro que regresara con bien.
Exclamo Josef mirando a Alma con enojo, queriendo que se retractara, provocando la burla de Alma quien se levantó de Brenda.
–Jajá, entonces fue una de las chicas secuestradas, seguro acabara vendida como esclava para los brujos demoniacos.
Sus palabras causaron una gran preocupación en los demás, en especial una gran frustración, el miedo de saber que había pasado con Valeria les carcomía a todos por igual, cosa que alimentaba las burlas de Alma, quien se acercó sin más hacia Josef mirándolo de pies a cabeza.
–En definitiva puedo ver que no eres un guerrero, un cuatro ojos como tú lo habría reconocido.
Al estar frente a frente, Alma dio un golpe hacia Josef, pero siendo esquivado por este causando que ella gruñera con algo de enojo, pero cambiando por una sonrisa al instante.
–No me subestime, no soy tan débil como parezco, mis estadísticas está a nivel de un caba...
Antes de poder terminar, Josef recibió una patada de parte de alma, golpeando su costilla derecha, lanzándolo al suelo con fuerza, provocando un gran dolor haciéndolo toser un par de veces.
–Oye cuatro ojos, no creí que un golpe así fuera a causarte tanto daño, sin dudas eres una basura para los caballeros, por eso no eres nadie.
Hablo Alma burlándose antes de escupirle en la cara a Josef, tras hacerlo ella dio media vuelta empezando a retirarse.
–Te equivocas, no me causaste nada de daño.
Josef se levantó sacudiendo la suciedad de su ropa para luego mostrarle una mirada desafiante, causando que alma le mirara con enojo girando para enfrentarse.
–Bastado, parece que tendré que darte una buena paliza.
–Solo necesito darte un golpe para ganar.
Intercambiaron palabras, cosa que provocó el enojo en Dimitri, quien inmediatamente se interpuso entre ambos.
–¡No les da vergüenza! ¡Este es un cementerio, un lugar sagrado, no es un bar para que estén peleando!
Hablo con autoridad mirando a ambos regañándolos.
–Alma, si no tienes nada que decir mejor vete.
Dimitri hablo dirigiéndose hacia su hermana quien en respuesta arqueo sus cejas antes con enojo.
–Bueno, si así lo dices, pero le avisare a nuestro padre que ya no se preocupe de que Aidan y tú quieran quitarle su territorio.
Advirtió retirándose sin más provocando que la mirada de Dimitri se moviera hacia Josef, caminando hacia él al instante.
–No pensé que fueras tan irrespetuoso como para dar tal espectáculo.
Le reclamo haciendo que Josef bajara la cabeza por un momento, intento decir algo pero se rindió al instante.
–Me disculpo, no actúe conforme a la situación, ella me frustro... pero quiero pedirles disculpa y ofrecerles mi pésame por la muerte de Aidan.
Hablo Josef ofreciendo el ramo de flores algo maltratado, Dimitri guardo silencio para luego aceptarlo agradeciéndole, pero Brenda no estaba satisfecha.
–No finjas Josef, estoy segura que no te importa Aidan ni Valeria, ¡Seguramente solo te la quieres coger por eso no te apareciste ayer en la casa para el funeral!
–¡Brenda!
Exclamo Brenda con enojo casi con lágrimas en sus ojos recriminándole a Josef su ausencia, recibiendo un regaño de parte de su hermano.
–...Yo...
Empuño sus manos pensando, cualquiera de sus palabras solo serían excusas que alguien como Brenda no escucharía.
Brenda amaba a sus hermanos más que a nadie, había perdido a su querido hermano menor y ahora sufría por saber el paradero de su hermana, sentimiento que compartía con Josef. Ambos querían ver una vez más a Valeria.
No.
No quieran verla una vez más, quería tenerla le vuelta sana y salva.
Escucharla, hablar con ella, poder abrazarla, eso mismo era lo que ellos tres sentían.
–Yo... yo ayudare a traerla de vuelta, se los aseguro.
Exclamo Josef haciéndoles un juramento.
"No soy un héroe, no tengo la fuerza para serlo, pero... al menos puedo ayudar al verdadero".
Pensó mirándolos con seriedad y determinación, ante lo cual Dimitri solo coloco sus manos sobre sus hombros.
–No intentes nada, no sabemos quién fue... no arriesgues tu vida, no es tu trabajo solo harás que Valeria se preocupe por ti.
Dimitri expreso esas palabras, mostrándole cierta lastima a Josef, causando que este abriera su ojos indignado, aunque esa no era la intención del caballero, pues solo quería alejarlo del peligro.
–Regresa a tu trabajo, nosotros también lo haremos.
Tras darle una palmada en su espalda Dimitri se alejó colocando las flores de Josef sobre la tumba de Aidan, el alquimista empuño sus manos, antes de relajarlas, cabizbajo comenzó a caminar hacia la entrada del cementerio.
"¿Qué esperabas Josef? Nadie te tomara en serio, nadie... no soy el héroe que ella necesita"
Pensó cayendo en una espiral oscura, dudando de sí mismo, de si seguir el consejo de Dimitri, de regresar a su hogar y fabricar pociones esperando el regreso de Rohei, porque no podría hacer más, no era el, no era un caballero, incluso era un error entre su familia.
Entonces escucho unas pisadas entre la lluvia.
–¡Josef!
Un grito le detuvo, girando hacia atrás para ver a Brenda empapada por una lluvia que había olvidado. En su rostro noto una gran duda, un hambre de esperanza que ella necesitaba.
–¿¡De verdad iras a rescatar a Valeria!?
Pregunto con un atisbo de esperanza, Josef dudo por unos segundos, se menosprecio, sentía que no era el quien debía responder esa pregunta.
Mando sus dudas al diablo.
–¡Lo hare! ¡La traeré de regreso!
Unas lágrimas se escurrieron por las mejillas de Brenda.
–¡Si mientes te matare yo misma!
Exclamo antes de retirarse regresando con su hermano, en ese momento Josef soltó un suspiro regresando a la ciudad. Al llegar a la puerta vio a Mateo y Carole esperándole.
–¿Qué hacen aquí ustedes dos?
Pregunto con duda, pues no tenía esa necesidad.
–El joven Mateo quiso venir a ayudarle a empacar.
Hablo Carole en su tono monótono, causando que Mateo bufara.
–Pero parece que estabas haciendo algo más importante, vamos aun debes empacar.
Comento Mateo con seriedad dándole la espalda a Josef empezando a caminar, causando que Josef sonriera levantando la mirada hacia el cielo, notando que la lluvia empezaba a detenerse.
***
Al llegar a la casa Fernández, Josef se apresuró a encontrar a Rohei buscando por todas las habitaciones, una y otra vez equivocándose en cada ocasión.
Hasta que en un momento, abrió una puerta de golpe, encontrándose con una sala en la cual había un par de sillones rodeando una mesa, ahí estaban Rohei, Luna y Lucy, quienes se sobresaltaron al escuchar la puerta abrirse de repente.
–¡Roe! ¡Respóndeme! ¡Rescataremos a las chicas secuestradas!
Exclamo Josef, sorprendiendo a Rohei con su cuestionamiento, en respuesta el caballero aqueo sus cejas llevando su mano a su mandíbula intentando pensar.
–No, al menos nosotros solos...
Respondió entre un balbuceo, causando que Josef bajara la cabeza algo decepcionado.
–Por eso necesitamos a los otros guardianes.
Continúo Rohei, mirando hacia la mesa con seriedad y una mirada afilada.
–No dejaremos que esos desgraciados se salgan con la suya... aunque puede que no tengamos la fuerza para enfrentarlos.
Termino de hablar trayéndole más tranquilidad a Josef, quien suspiro aliviado.
–Siempre hay una forma, seguro lograremos encontrarlas.
Hablo Josef intentando animar a Rohei, sintiéndose revitalizado sintiendo en que podría ayudar a cumplir esa promesa, aunque no fuera el mismo quien lo hiciera.
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Bueno, un capitulo menos, dentro dé poco publicare el siguiente, espero que no tarde demasiado, pero ya no falta mucho para terminar, dos capítulos mas.
¿Qué les pareció este capitulo?
A mi me gusto mucho escribirlo, jaja, aunque me dolió un poco.
Como es típico este tipo de capítulos, los personajes de Aidan, Valeria, Brenda y Dimitri así como el apellido Glass, son propiedad de Aiden_Darcen_II mi primo y escritor.
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