Capítulo 18: Aventura inocente


Sentí un escalofrió recorrer mi espalda, el norte de la ciudad se encontraba plagado de barcos voladores que no reconocía, estos eran plateados con una forma alargada en forma de punta, los cuales no tardaron en empezar a atacar derribando los pocos barcos que defendía la ciudad. Pero lo que más me aterraba era otro grupo de barcos que se dirigía hacia la casa del duque Fernández.

Recordé el ataque de Horizon, ellos tambien usaron nubes para ocultar sus naves y atacarnos sin que nos diéramos cuenta, las cicatrices que tenia de aquella ocasión se abrieron nuevamente.

Mis lágrimas y las lágrimas de los demás, los cuerpos de mis compañeros, de los soldados, el cuerpo del alcalde, la muerte de Íngrid, cuando nos vimos rodeados... el dolor de perder a mi familia...

"No volveré a perder a nadie".

Empuñe mis manos arqueando mis cejas, estaba listo para luchar y defender esta ciudad.

–Atención, es momento de bajar y reunirnos con Dimitri, seguramente el señor Elías cambiara los planes.

Ordene seriamente girando hacia las escaleras mientras mis compañeros se encontraban pálidos mirando como las defensas de la ciudad habían sido travesadas.

Paradise era muy distinta a Horizon, no solo por ser mucho más grande, sino por tener una defensa de 360 grados, tenía poderosos cañones mágicos para destruir barcos voladores, así como un escudo mágico que rodeaba toda la ciudad, en ese momento me detuve para mirar hacia la torre.

–¿Por qué no activaron el escudo mágico en toda la mañana?

Me pregunte en voz baja, era demasiado raro pero eso ya no importaba, causaría una mayor destrucción a la ciudad, solo esperaba que el resto de barcos voladores pudieran despegar pronto y defendieran los cielos.

–No se queden ahí parados, ¡Paradise no se defendiera sola!

Exclame llamando la atención de mis compañeros quienes pronto salieron de su trance, Sebas y Santiago tomaron un suspiro antes de armarse de valor, Lucas golpeo sus mejillas con sus manos para concentrarse, Erika se acercó a sebas tomando su mano para tomar un poco de seguridad, Ivonne miro hacia Madeleine con dudas, pero su compañera solo le mostro una sonrisa confiable, Arturo trago saliva con temor colocándose su casco, por ultimo Roberto dedico algunas plegarias en silencio antes de mostrar una mirada afilada.

Los nueve asintieron siguiéndome de cerca empezando a descender por las escaleras, nos manteníamos en silencio meditando intentando mentalizarnos para la carnicería que se acercaba, justo cuando salimos a la calle nos encontramos con Dimitri de frente.

–Rohei, Ivonne, que bueno que bajaron, preparen sus monturas, Elías me ha dado nuevas instrucciones.

Era justo lo que imaginaba, al escuchar sus palabras asentí haciendo una reverencia antes de hacerme a un lado, pues él debía informarle a los demás caballeros ígneos.

–Estaremos listos de inmediato, si veo alguno de los otros caballeros ígneos les daré las mismas instrucciones.

Comente seriamente haciendo que el ascendiera dejándome un "cuento contigo", antes de subir a la puerta, tras ello, obedecimos sus instrucciones subiendo rápidamente a las monturas, viendo a mis compañeros nerviosos me preguntaba qué hacer para tranquilizar el ambiente.

–Hoy, será la primera vez que luchemos todos juntos, debemos cuidarnos las espaldas, nuestras vidas dependen la una de la otra, protejan a sus compañero y ellos los protegerán a ustedes, les aseguro que todos regresaremos con vida esta noche.

Hable intentando darles ánimos, pero mis palabras apenas provocaron algunas sonrisas forzadas y suspiros de preocupación.

–Si quieres levantarnos el ánimo, entonces invita las cervezas esta noche, así hasta la señorita Ivonne vendrá.

Exclamo Santiago con una gran sonrisa y con un tono u tanto animado, provocando una sonrisa en Ivonne.

–Si Roe va a invitar los tragos entonces acepto tu invitación Santi.

Comento Ivonne mostrando una sonrisa hacia mí, antes de extenderle el puño a Santiago.

–Bien decidido, quien muera se pierde de los tragos.

Exclamo Erika tomando la mano de Sebas y levantándola junto a la suya, su tono fue algo eufórico, pero aun así no me desagrado.

–Bien, hoy invito los tragos, esta claro que aquí somos unos borrachos.

Sonreí asintiendo aceptando su propuesta de festejo, aunque sería triste que alguno faltara, pero confiaba en que todos llegaríamos a la noche.

***

Tras reunirnos los 4 escuadrones Dimitri empezó a darnos órdenes rápidamente.

–Los barcos voladores se encuentran al norte, parece que su punto será atacar el área noble, así que nuestro deber será apoyar la defensa de los puentes, sin embargo...

El poderoso rugido de un cañón mágico interrumpió a Dimitri segundo de una explosión la cual hizo temblar el suelo, asustando a nuestras monturas, pero tambien a nosotros quienes no esperábamos una explosión tan cercana, con pánico levantamos la mirada viendo como un grupo de 6 barcos voladores bajando hacia el distrito comercial acercándose hacia los muros.

–Deberíamos tambien ir a apoyar al duque Fernández, su casa...

Hable dudando un poco ante lo cual Dimitri asintió sin pensarlo demasiado.

–Entiendo tu preocupación Rohei, el distrito comercial no tiene tantos solados... todos están fuera de los muros... pero no podemos dejarlo tan desprotegido...

Dimitri empuño sus manos con algo de frustración, entonces negó con su cabeza alejando sus dudas.

–Cambio de planes, el escuadrón de Rohei y el mío iremos a apoyar al duque Fernández, seguro muchos se unirán para apoyarlo, el resto vayan a los jardines y refuercen el puente del fénix, es todo, andando.

Asentimos ante las órdenes de Dimitri empezando rápidamente a avanzar por la ciudad, moviéndonos en dos filas para abarcar el menor espacio con los dos caballeros ígneos al frente de cada escuadrón, recorriendo la calle principal la cual comenzó a llenarse de civiles que huían de la destrucción.

De inmediato trace un plan para llegar lo más pronto posible a mi hogar, conocía estas calles habiendo patrullado muchas veces por esta, estaba seguro cual sería la ruta más rápida.

–Vuelta a la izquierda ahora.

Exclame separándome de la formación tomando por sorpresa a Dimitri quien seguía a mi escuadrón, entrando a una calle algo estrecha, donde solo podían pasar dos monturas a la vez.

Pero solo fue por unos instantes, pues pronto llegamos a una calle más amplia que bajaba hacia la muralla, comenzando a seguirla, en ese momento Dimitri se adelantó para acercarse a mí.

–Rohei, este camino.

–Es un atajo, la casa del duque Fernández sobre la calle Aisa, la cual esta unas casas más adelante, si la tomamos será un camino recto.

Explique de inmediato ante lo cual en sonrió confiado.

–Bien te encargo de llévanos hacia nuestro destino, asegúrate de estar listo para cualquier combate.

Me ordeno retirándose de regreso a su posición, mientras yo asentiría obedeciendo sus órdenes.

Los disparos de los cañones mágicos continuaban arrancando trozos de los techos de las casas, provocando la huida de los ciudadanos complicándonos el paso, aunque intentaban esquivarnos muchos acababan golpeándose contra nosotros o nuestras monturas.

En cierto momento observe a los ciudadanos mujeres, hombres, niños, niñas, ancianos, ancianas, muchos golpeados, otros con heridas, incluso algunas víctimas fatales, sin embargo algo que casi me hizo sudar frio fue el ver un hombre con una fecha en su hombro, con múltiples heridas el cual pronto cayó al suelo desapareciendo entre la multitud.

–¡Dimitri!

Grite con fuerza para alertarlo, pues eso solo significaba que los invasores ya habían llegado al suelo.

¡Grooooooooooaaaa!

Un rugido estridente nos sacudió a todos haciéndome mirar hacia el frente donde pudimos ver una montaña verdosa, era una criatura humanoide de casi tres metros de alto, sin pelo, con rostro humano lleno de verrugas, su cuerpo estaba cubierto por una armadura que parecía mas una colección de escudos rectangulares adheridos a su cuerpo, como arma portaba una Claymore en la cual se encontraba atravesado un caballero.

– ¿¡Qué demonios es eso Roe!?

Grito Ivonne pidiéndome respuestas, pero yo sabía que era esa criatura, pues era común en los pantanos al sur de Horizon.

–Es un ogro.

Dije mientras al acercarnos podía ver más, detrás de este había otro ogro el cual sostenía un hacha gigante.

–Prepárense, adopten formación de ataque.

Exclamo Dimitri desde atrás algo sorprendido por la situación, la multitud se había reducido dándonos espacio para desplegarnos tomando la formación que habíamos decidido.

Cuando estuvimos cerca casi nos paralizamos al ver un escuadrón de soldados en el suelo completamente hechos pedazos junto otros caballeros pudiendo ver los cuerpos de dos caballeros ígneos jóvenes a lo lejos, aunque igual note el cuerpo de un tercer orco tirado en el suelo a mitad de la calle.

–¡Ivonne empieza a cantar no nos queda más que atacar desde el frente!

Grite dándole una orden a mi compañera quien con temor asintió mientras yo hacía lo mismo, pensando en lanzar mi magia después de ella.

–[Calcina, rugido del león] Bramido ígneo.

Pronuncio sin perder tiempo, para después asilar aire antes de lanzar un poderoso grito.

–¡Por Paradise!

Exclamo con todas sus fuerzas liberando un poderoso halo de fuego el cual avanzo haciéndose más grande hasta golpear a ambos ogros causándoles grandes quemaduras, haciendo que retrocedieran mientras llevaban sus manos a sus oídos.

Aquello fue justo lo que necesitábamos, dándome tiempo de ejecutar el hechizo fuego contra el rostro del ogro del hacha apenas abrió sus ojos cegándolo, sebas tomo su espada con ambas manos avanzando hacia el ogro ciego, dando un poderoso tajo con toda la fuerza de su caballo abriendo una enorme herida en el musculo del ogro haciéndolo gritar de dolor.

–[Atravesar] ¡Coco no te detengas!

Exclame desenfundando mi espada común activando atravesar inmediatamente, sostuve las riendas de mi montura con mi mano izquierda mientras coco daba un salto contra el muro de una casa para luego impulsarse hacia el pecho del ogro, solo necesite una estocada para atravesar la dura armadura del monstro calcinando su corazón con mi espada mientras lo derribábamos acabando con él.

–Ja, presumidos.

Pronuncio Erika, quien había atravesado el estómago de ogro con su lanza, mientras Arturo hacia lo mismo con la pierna derecha del monstruo, en ese momento me percate que su brazo derecho ya no tenía su Claymore.

¡Groooooooaaah!

Grito el ogro intentando atacar a Erika y a Arturo cada uno con sus manos, pero fue interrumpido por una flecha lanzada por Samara, la cual golpeo su boca desconcentrándolo.

–[Cacería]

Pronuncio Ivonne lanzando su técnica con el estandarte, dos garras golpearon la armadura del ogro rebotando hacia el cielo, otra paso de largo arrancándole solo un trozo de su oreja, pero la cuarta se incrustó en el cráneo del monstro fulminándolo, haciendo que callera al suelo con un fuerte golpe.

–Buen trabajo.

Hablo Dimitri soltando un suspiro viendo a los soldados fallecidos, percatándose que estos no eran de la ciudad, sus armaduras eran negras y con un casco el cual terminaba en punta, además de portar escudos rectangulares que parecían muros.

–Este escuadrón debió ser tomado por sorpresa.

Hable soltando un suspiro, habiendo llegado el momento de continuar, pero el destino tenía otros planes, siendo que en ese momento un barco volador se posó cerca de nosotros, comenzando a descender varios soldados de armaduras negras portando lanzas y escudos gigantes.

–Roe... ¿qué tan cerca dijiste que estábamos de tu casa?

Me pregunto Santiago mientras otro grupo de soldados nos bloqueaba el espacio para escapar al tomar una formación defensiva detrás de nosotros.

–Esto se puso interesante.

Comento Dimitri dándonos la orden de regresar a la formación, estando esta vez ambos escuadrones mirando en direcciones opuestas, siendo Dimitri quien se encargaría de abrir se pasó ante tal muro de escudos.

***

Plaza de los reyes frente a la escuela de magia de Paradise, ahí se encontraban reunidos cerca de 100 magos de distintos niveles, mirando haca uno de los muros donde había ocurrido una explosión recientemente.

–¡Qué diablos significa esto! ¿Por qué los escudos de la ciudad no están activados?

Exclamo una Valeria al observar como los barcos voladores descendían rodeando la escuela, inmediatamente miro al lado suyo donde estaba un mateo mirando hacia los barcos con un rostro lleno de terror, su corazón latía con fuerza mientras un sudor frio recorría su espalda.

–Es igual que...

Empuño sus manos recordando el ataque de Horizon, trago saliva dando unos pasos hacia atrás, para luego empuñar sus manos.

–¡Preparen el ataque, derriben esos barcos voladores con sus mejores hechizos!

Exclamo un mago ordenado de forma abrupta a los de más magos presentes. Los cuales inmediatamente comenzaron a cantar sus mejores hechizos, sin embargo no tuvieron tiempo, pues pronto un rayo de luz morada fue disparada hacia la plaza, los magos cancelaron sus hechizos para escapar lo más rápido que pudieron, pero algunos quedaron en medio de la explosión.

–Esto es malo... ¡regresemos todos al interior de la escuela!

Exclamo un mago poderoso sintiendo un gran peligro, tanto mateo cómo Valeria estaba en un grupo de 25 magos, considerado un grupo de elite.

–Valeria, busquemos a tus hermanos.

Hablo Mateo acercándose a su compañera entrando al interior del gran castillo que formaba, tomando a Valeria por sorpresa quien rápidamente corrió para alcanzarlo.

–¿Qué? ¿Hablas enserio? Oye, oye, nunca te interesaste por ir a mi casa.

Pregunto sorprendía a su compañero intentando caminar junto a él, pero quedándose atrás ante los largos pasos de este viéndose obligada a correr para mantener el paso.

–Porque solo quieres que invite a Josef, además no tenía permitido salir de la escuela hasta hace unos meses.

Respondió Mateo mirando hacia el frente mientras limpiaba un poco del sudor de su frente con la manga de su túnica negra.

–Hey, no me delates ante todo el mundo, además no me has respondido.

Exclamo Valeria colocándose frente a Mateo intentando detenerlo, pero este solo la tomo por la túnica empezando a arrastrarla con gran facilidad.

–Simple, van a atacar la escuela, donde están refugiados muchos civiles, hay que sacarlos ahora o nunca, luego veremos cómo los protegemos...

Comento Mateo con gran seriedad, sin embargo pronto algo confino sus sospechas, unos gritos le hicieron girar hacia atrás, encontrándose con soldados de armaduras negras cayendo del cielo, uno incluso ya había atacado a un mago joven arrebatándole la vida.

Sin embargo algo mas sorprendió a mateo, pues el podía sentir algo que los demás no, primero, aquellos soldados estaban envueltos en un aura siniestra, una magia extraña muy parecida a la que había sentido antes en Horizon, y segundo, aparte de esa magia, ellos carecían de una propia.

–Apresurémonos, los caballeros pronto llegaran, espero que nada más venga con ellos.

Comento empezando a correr, seguido por una confundida Valeria, quien apenas entendía lo que estaba ocurriendo.

–Mis hermanos, deben estar en alguno de los salones de secundaria superior, lo mejor será atravesar el jardín interior, y usar la escalera central.

Hablo Valeria con seriedad dejando su tono bromista por el momento, dándoles intrusiones precisas a Mateo quien asintió siguiendo el camino que su compañera le había señalado, corriendo a través de los pasillos mientras observaban como los estudiantes avanzados de la escuela corrían en dirección opuesta dispuestos a luchar contra los invasores.

La escuela de magia era un viejo castillo anteriormente perteneciente a la elite Atradishe, el cual estaba formado por 4 zonas, residencias al sureste, aulas de especialidades al noroeste, aulas de secundaria superior al noreste y al suroeste se encontraba el concejo de magia de Paradise junto con la biblioteca. Estando en el centro un jardín el cual permitía a los estudiantes descansar de su vida de estudios.

Pronto tanto Mateo como Valeria lograron salir por la puerta suroeste entrando al jardín central sin dejar de correr, aunque viendo como este ya se encontraba invadido por soldados de la ciudad y enemigos quienes luchaban para proteger a los estudiantes.

–Mierda, ¿Mateo no deberíamos?

– ¡Es una perdía de tiempo, preocúpate por tu familia!

Exclamo Mateo haciendo que Valeria formara una mueca de enojo, sin embargo, antes de pudiera hablar escucho un ladrido.

Saliendo de entre algunos arbustos apareció un lobo portando una armadura negra, su pelaje era plateado sin embargo este tenía cuatro ojos rojos parecidos a los de una araña, así como dos colas, el lobo no perdió ningún instante abalanzándose contra Valeria.

–Vete a la mierda perro sarnoso [¡muéstrame el verdadero filo!] ¡Hidro navaja!

Exclamo mientras desenfundaba su varita, haciendo aparecer burbujas alrededor de su cuerpo las cuales se dirigieron a la punta de su varita, al agitarla esta libero un torrente de agua formando una delgada lamina parecida al corte de una espada, el chorro impacto contra el lobo abriéndole una herida en su pecho lanzándolo hacia atrás, el lobo chillo retorciéndose el golpe no había sido letal, dejándolo empapado. Ante aquello Mateo soltó una leve risa desenfundando una vara con un cristal en su punta.

–Demasiado superficial [dios de lo alto, responde mi llamado] relámpago.

Susurro disparando un hechizo contra el lobo, un relámpago verdoso impacto contra la criatura quemando su cuerpo con una poderosa descarga. Ambos no perdieron más tiempo siguiendo su avance, corriendo intentando evitar a toda costa enfrentarse a algún enemigo, realizando algún que otro hechizo para defenderse, hasta por fin lograr cruzar al otro lado. Soltaron un suspiro mientras estaban frente a la puerta de la escuela secundaria superior, Mateo giro levemente para ver el combate, observando como ahora un par de ogros descendían impactando contra el suelo levantando una gran cantidad de polvo.

–Esto se pondrá peor.

Comento mateo cambiando hacia el interior del edificio junto a Valeria, quien inmediatamente comenzó a dirigirlo por los pasillos.

–Nunca había estado en una batalla real... bueno ya antes, pero es la primera vez que puedo defenderme.

Comento Valeria con una sonrisa un tanto forzada cambiando su varita por un mazo de cartas, empezando a revisarlas para ordenarlas rápidamente, sin embargo las palabras de ella provocaron que mateo aquerara sus cejas.

–Arpus es un condado en la frontera, Mytandadea, la ciudad donde naciste fue muy golpeada por la guerra, aunque gracias a tu padre nunca cayo.

Hablo Mateo soltando un suspiro recordando lo que había escuchado en ambas partes así, como las palabras de la misma Valeria, quien bufo con enojo.

– ¡No me hables de ese viejo, si no fuera por mi abuela ese desgraciado ya estaría buscando como quitarle el puesto de duque al señor Fernández o al general bigote de brocha!

Grito Valeria dando fuertes pisadas golpeando el suelo mientras avanzaba, así como levantando sus brazos y arqueando su espalda haciendo parecerse más pequeña de lo que ya era.

–No todos tenemos buena relación con nuestros familiares, al menos tú tienes a tus hermanos.

Comento Mateo con su seriedad típica, mirando hacia el frente con cierta tristeza, pero alerta.

–No olvides a Josef, además no tienes que preocuparte, tu tambien me tienes a mí y a Josef, aunque no sé a quién más podría querer alguien tan antipático, embustero, doble cara, misógino, sábelo todo, y sobre todo malo en absolutamente todo excepto en la magia.

–...No me hagas usar silencio sobre ti otra vez.

Comento Valeria con una sonrisa intentando calmarse provocando el enojo en Mateo, quien le amenazo con su vara en mano apuntándole con su gema.

–Agh, disculpa por ser sincera, pero oye al menos tienes dos amigos, es mejor que estar solo.

–No es cierto, tengo más... para ser exactos dos más.

–A ver, si eso es cierto, dime cuáles son sus nombres.

Ante aquel reto Mateo mostro una sonrisa algo tétrica, mientas Valeria le observaba con curiosidad.

–Luna y Rohei.

Respondió de inmediato sin dudarlo, ante lo cual Valeria comenzó a reír a carcajadas.

– ¿En serio? No pudiste inventar mejores nombres, mira que copiarte el nombre de la maestra de arte... jaja, además de un nombre absolutamente nadie tendría ¡¿Quién carajos se llama Rohei?!

Comenzó a reírse con fuerza apretando su estómago mientras Mateo la miraba con un rostro enojado, pensando si realmente le estaba escuchando.

–¡Como te odio maldita cuatro ojos calenturienta! [Hielo]

Exclamo Mateo dando media vuelta invocando media docena de estacas de hielo afiladas, las cuales fueron disparadas contra un par de soldados enemigos siendo derribados mientras más aparecían.

–¡Wua! Los había olvidado ¡Tomen esto! ¡Carta de ataque! [Cuchilla de hielo]

Valeria grito lanzando una carta hacia su enemigo la cual de un brillo se transformó en tres cuchillos congelados golpeando a un tercer soldado.

–Uy... creo que lo mate.

Comento temblando ligeramente mientras daba unos pasos hacia atrás.

–¡Felicidades! ¡Bienvenida al ejército!

Exclamo mateo tomándola de las greñas mientras empezaba a correr provocando que ella gritara, viéndose obligada a seguirle el paso aunque casi siendo arrastrada, sin embargo aquellos soldados les seguían de cerca pues eran más rápidos que ellos, pronto los alcanzarían.

–¡Muy lentos!

Escucharon viendo un destello plateado pasar junto a ellos, era una chica de cabello plateado atado en una cola de caballo, ojos rojos como la sangre la cual portaba un uniforme de un rojo brillante con detalles en negro, conformado por una chaqueta y una falda, la chica era bastante baja de estatura pero se notaba que era una humana.

–[Muéstrame el verdadero frio y congela a mi enemigo] ¡hielo!

Pronuncio con su barita formando una línea en el aire dándole forma a una espada de hielo tomándola al instante con su mano derecha.

Aquella peculiar maga dio un hábil tajo contra uno de los soldados enemigos abriéndole una herida superficial en el estómago, para después dar un segundo golpe, una estocada contra otro soldado... sin embargo su espada sequero contra la armadura del segundo soldado.

La chica solo abrió los ojos viendo como el primer soldado levantaba su puño, dándole un fuerte golpe lanzándola hacia atrás con fuerza.

–¡Brenda idiota! ¡Que seas una prodigio asquerosamente buena no te hace derrotar a todos a la primera!

Grito Valeria corriendo hacia la chica lanzándole una carta la cual se posó sobre el pecho de la adolecente, un brillo azul cálido envolvió a la joven reduciendo el dolor.

–Aun eres nivel tres, y ellos son al menos nivel diez, no aun no estas a su nivel pequeña Brenda, [muéstrame el frio y congela a mi enemigo].

Mateo dio unos pasos hacia adelante mientras los soldados, tres en total desenfundaban sus armas, listos para atacar, la magia del mago empezó a rodear el pasillo generando copos de nieve alrededor suyo centrándose en la vara, poco a poco la temperatura fue bajando, incluso las ventanas empezaron a congelarse en pleno junio.

–Hielo...

Pronuncio mateo, invocando una docena de carámbanos rodeando su vara, cada uno media mas de un metro de largo, solo basto un movimiento de su mano para hacerlos avanzar moviéndose como un rayo impactando contra la pared del fondo incrustándose en el muro manchados de sangre. Los soldados habían terminado cubiertos de agujeros mientras se desplomaban cayendo hacia el frente mientras corrían.

–¡Eres increíble Mateo! ¡Ese si es un verdadero hielo!

Exclamo un joven albino, de ojos rojos al igual que la joven, piel morena y un uniforme blanco con rojo, el cual salto contra la espalada de Mateo queriendo aplicarle una llave, aunque a su lado el joven de 14 parecía solo un niño pequeño.

–...Solo tu admiras a un noble y prodigio engreído como Mateo, Aidan.

Bufo la chica en el suelo mientras Valeria le ayudaba a levantarse

Brenda y Aidan Glas los dos eran hermanos de Valeria.

–Jaja, hermanito, no pensé encontrarte a ti, ¿qué hacían traviesos?

Pregunto Valeria mirando a sus hermanos menores, Brenda de 17 años y Aidan de 14.

–Brenda quiso enfrentarse a los soldados, pero yo le dije que era mala idea... eso solo la motivo más.

–Oye eso no es cierto, tu eras quien quería atacarlos, es más, me dijiste que querías ser un caballero como nuestro hermano.

–Pero yo no tengo el elemento fuego tan presente como Dimitri, nosotros tres somos más de agua como el altote de aquí.

Brenda y Aidan empezaron a discutir haciendo que Mateo aquerara sus cejas algo cansado.

–Son imposibles ¿Cómo los soportas?

Pregunto Mateo a Valeria quien solo levanto los hombros para después girar hacia el camino por el cual habían venido.

–Por surte los encontramos rápidos, ahora con Brenda será más fácil escapar, bien soldados de pacotilla, sientan el poder de los hijos de la escarcha.

Pronuncio Valeria dando ella los primeros pasos seguida por sus hermanos, aunque mateo los miro con incredulidad sacando un poco su labio inferior.

–Yo no tenía planeado morir hoy.

Comento siguiéndolos de cerca, regresando por el camino por el que llegaron, igualmente sin un plan claro, solo pensaban en sobrevivir, pronto y tras algunos enemigos lograron salir por una de las puertas que daba hacia el jardín solo para encontrarse con una figura extraña.

Sin darse cuenta los jardines habían desaparecido siendo transformados en un pedazo de tierra infértil, en medio se encontraba un hombre, un caballero de armadura plateada portando una capa negra con un símbolo extraño, dos hoces cruzadas atravesadas por una espada. Aquel caballero sostenía del cuello a uno de los profesores de magia, un mago joven de nivel 40, el cual vio su vida llegar a su fin con un crujido. No era un caballero era un paladín.

–Huyan.

Pronuncio Mateo estupefacto, sin embargo con ese susurro fue suficiente, el paladín giro su cabeza y en un segundo estuvo frente a Mateo, quien con su 1.90 tuvo que mirar hacia arriba para ver el casco de que paladín quien lo observo con interés.

–Débil... pero incorruptible.

Pronuncio levantando su mano hacia el pecho de Mateo, dándole un suave empujón con su dedo índice lanzándolo hacia atrás con gran fuerza golpeando la pared quedando inconsciente al instante.

Valeria temblaba de mido sin saber qué hacer, decidiéndose a tomar su carta mas poderosa lanzándola hacia el caballero, esta brillo con luces doradas empezando a multiplicarse volviéndose cientos de cadenas las cuales rodearon al paladín, al cual solo le basto levantar su brazo derecho para romper todas las cadenas mágicas sorprendiendo a Valeria, quien cayo de rodillas al notar que el hombre había posado su vista en ella.

–Qué curioso, una maga, albina, de ojos esmeraldas, tú debes ser la prometida del sultán.

Hablo el paladín quien en un segundo se encontró frente a Valeria mirándola mientras esbozaba una sonrisa debajo de su casco.

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Nuevo capítulo, realmente este lo quería publicar el miércoles, pero se me ocurrieron muchas cosas, este capítulo es una referencia a aventura inocente de mi primo y compañero escritor Aiden_Darcen_II, aunque Valeria y Brenda aún no aparecen, en sus historias XD.

La batalla por sobrevivir ha comenzado, estoy muy emocionado por escribir el capítulo siguiente.

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