Capítulo 16: En algún lugar de la muralla...
Nuevamente nos encontrábamos sobre nuestras monturas, Coco cacareo pavoneándose con gran ímpetu mostrándose listo para el combate, le sonreí acariciando su cuello, claramente se sentía emocionado al estar al frente de un grupo dirigiendo, tal vez sintiéndose como un alfa liderando una manada o tal vez solo quería impresionar a la faisán de Ivonne. Como fuese avanzamos en dos filas estando Ivonne y yo al frente, conmigo algo por delante galopando hacia el sur de la plaza donde Dimitri Glas nos esperaba.
Pronto pudimos ver la turba, destacando al tener dos estandartes, el cual era mitad rojo y mitad amarillo con dos plumas cruzadas sobre una corona de olivos, este era el estandarte de su turba, posiblemente uno nuevo. Al ir acercándonos Erika tomo la delantera, guiándome hacia Dimitri, a quien no conocía de vista.
–Señor Dimitri, este es mi líder, Rohei Castelar.
Hablo Erika presentándome ante Dimitri, este era un hombre alto, de cabello azul marino oscuro peinado hacia atrás con unos ojos esmeraldas, de apariencia joven, pareciendo solo un par de años mayor a mí, el portaba una armadura roja con unas mangas negras muy llamativas.
–Es un gusto conocerlo Caballero ígneo Dimitri Glas, desde ahora estaré bajo su mando.
Dije haciendo una reverencia ante Dimitri como muestra de respeto, sin embargo este me sonrió extendiendo su mano hacia mí.
–He escuchado sobre ti Rohei, el general Igor parece tenerte en buena estima y por experiencia se que eso no es algo fácil.
Estrechamos nuestras manos demostrándome que él era alguien fuerte y decidido, desde ese instante me transmitió mucha confianza.
–Sera un gusto trabajar con uno de los mejores caballeros ígneos de esta generación.
Me comento siendo que en ese momento chasqueo sus dedos haciendo que uno de sus compañeros trajera con el uno de los estandartes.
–Quiero que tu grupo este en la retaguardia derecha, tu compañera será la abanderada, confió en la experiencia de tu equipo sobre los demás, no por nada llegaron a ser de los mejores.
Me hablo entregándome el estandarte haciéndome sentir una gran presión en mi espalda, eso quería decir que no estaríamos en la delantera, en su lugar era seguro que entráramos en combate cuando la cosa se pusiera difícil, o para realizar movimientos de pinza o retirada. Por otro lado los estandartes eran el símbolo de la turba estando uno a cada lado, siendo quienes lo protegían los más fuertes, porque estaban en constante peligro, pues un estandarte era tambien un trofeo de guerra.
–Bien, inten... no, lograre estar a la altura de sus expectativas.
Ya no podía seguir siendo un caballero ígneo mediocre, debía estar a la altura, y eso significaba aceptar la labor que me encomendaron, cumpliéndola de la mejor forma posible, si, era una gran responsabilidad, aunque por el otro lado igual me alivio que escogiera el flanco derecho para nosotros.
–Ivonne Dreovius.
Exclame llamando a mi compañera quien se acercó montando su faisán, la cual era de un cuello largo, esbelta, con un plumaje marrón con manchas rojas, su armadura era roja con bordes plateados combinando con su compañera, destacaba al tener un pluma roja muy larga sobre su casco, la cual era muy parecida a las de su cola. Este último toque lo compartía con Ivonne, cuyo casco igual portaba plumas rojas sobre este formando una cesta que caía hacia atrás. Al acercarse ella lo hizo con timidez hasta estar a mi lado bajando de su faisán.
–¿Qué pasa?
Pregunto con algo de nerviosismo dudando en que debería hacer.
–Ivonne, desde este momento te nombro nuestra abanderada, protegerás este estandarte con tu vida y nos representaras a donde quiera que vayas.
Hable entregándole el estandarte directamente a sus manos, provocando que su nerviosismo aumentara, pero nunca negando esa responsabilidad, temblando tomo el asta del estandarte levantándolo con sus manos.
–Se-será to-todo un ho-honor, juro ser di-digna de este puesto, muchas gracias.
Respondió tartamudeando mientras hacia una reverencia, antes de recibir el cinturón donde portaría aquel estandarte de parte de Dimitri.
–Mantenga la cabeza en alto señorita Dreovius, es un honor representar a toda la turba.
Al escuchar las palabras de Dimitri Ivonne rápidamente se enderezo colocándose en posición de firme, sujetando el estandarte lo más recto que podía.
–Ahora, vamos a lo importante.
Comento Dimitri guiándome a mí y a Ivonne hacia una mesa de madera donde se encontraban los otros 5 caballeros ígneos, estando ahí Carlos, el segundo al mando de Dimitri y el abanderado izquierdo.
En el centro había un gran mapa representando a toda la ciudad, ahí habían algunas figuras de caballos representando las turbas de la ciudad.
–Como sabrán desde ahora formamos una turba, la cual desde ahora será conocida como plumas de fénix.
Los 7 asentimos ante las palabras de Dimitri, aunque por mi parte acabe soltando un suspiro pesado, pues no me gustaba tanto.
–actualmente hay 24 turbas en Paradise, a cada una se le asignó un lugar estratégico para proteger, en nuestro caso se nos asignó el número 22, y estaremos para apoyar a la turba del comandante Elías en la puerta sur, nuestro deber será proteger esa puerta a toda costa.
Nos explicó Dimitri señalando la puerta que daba hacia el barrio sur, significaba que probablemente no tuviéramos que usar nuestras monturas y en su lugar lucharemos cono a codo con los soldados, era algo que conocía bastante bien.
–¿Entonces estaremos esperando sobre la muralla a que la batalla comience?
Pregunte sabiendo que no veríamos acción a menos que el muro mágico se rompiera.
–Exactamente, apoyaremos tambien a los guardias, aunque sé que el general Elías mantendrá parte de sus tropas abajo para ayudar en la evacuación de habitantes del distrito sur.
Me respondió Dimitri con gran seriedad, dándome una idea de como seria nuestro día, es decir nos daría tiempo suficiente para entrenar, aunque me sorprendía que designaran a 80 caballeros solo para proteger una puerta, querían evitar sufrir el mismo destino que Horizon.
–Mantendré a mis compañeros listos para entrar al combate en cualquier momento.
Hable seriamente asintiendo ante sus palabras, de inmediato los demás hicieron lo mismo mostrándole a Dimitri que estaban dispuestos a obedecerlo.
–Bien, ahora que tenemos la estrategia a seguir es momento de partir, díganle a sus grupos que se preparen y tomen sus posiciones, recuerden que iremos en dos filas, háganlo lo más rápido que puedan.
Nos ordenó, terminando la leve junta, provocando que nos retiráramos inmediatamente.
–Menos mal practicamos esa formación antes.
Me comento Ivonne sonriendo mientras caminaba con el estandarte entre sus manos, al llegar con nuestros compañeros mire a Sebas junto a Erika, estando esta última abrazando fuertemente a sebas de desde la cintura pareciendo querer que este bajara del caballo.
–Vamos Sebas no seas tan...
Pronuncio Erika en un tono bastante femenino, lejos de su tono normal de voz al que estábamos acostumbrados, al verme con cara de sorpresa ella se sonrojo dejando de hablar para luego alejarse de un salto colocándose en posición firme.
– ¡A sus órdenes señor!
Exclamo Erika muy roja de la cara mientras sebas se colocaba su casco mas rápido de lo que pude haberme dado cuenta.
–¿Desde cuando me dices señor?
Le pregunte levantando una ceja, haciendo que Ivonne soltara una risita viendo un comportamiento distinto por parte de Erika.
–¡Jajá, parece que ya te atraparon cuñada!
Exclamo Santiago esbozando una sonrisa burlona, sorprendiendo me, desde cuando esos dos tenían esa clase de relación.
–Si sigues hablando así te va a volver a golpear.
Comento Roberto cruzando sus brazos, mirando a Santiago con desaprobación, me empezó a picar la curiosidad de saber que había pasado ayer fuera de lo que el mismo Lucas me conto.
–Ah... ahora eso no importa, todos suban a sus monturas, nos vamos a la puerta sur.
Ordene subiendo a coco quien casi entendiendo mi tono cacareo confirmando mi orden, Erika obedeció de inmediato mientras subía al caballo.
–¡Todos en formación, nos vamos a la puerta sur!
Exclamo recuperando parte de su compostura, volviendo a ser la guerrera de siempre, sonreí de forma burlona notando a su vez como Sebas parecía algo perdido sin saber a dónde ir. Ante lo cual Ivonne se colocó a mi lado mostrando una sonrisa pícara.
–No me espere que esos dos tuvieran algo entre manos.
Me comento haciéndome sonreír levemente.
–Seguramente fue por él que ella se unió a nosotros.
Le respondí viendo como no podían coordinarse por los nervios confundiendo a los demás, aunque eso me hizo sonreír.
–¿No te interesa saber el cómo?
–Santiago me pasara el dato más tarde, él y Lucas son muy chismosos, en especial cuando se trata de molestarse entre sí.
Le respondí saltando un suspiro para luego aclarar mi garganta.
–¡Tortolos, es por acá!
Exclame llamándolos, provocando que estos rápidamente avanzaran hacia nosotros llamando a los demás provocando las risas de parte de Lucas y Santiago, así como de Madeleine.
–Incluso la mejor valquiria cae en las garras del amor.
Exclamo Madeleine burlándose de su compañera provocando que Ivonne arqueara sus cejas con algo de enojo.
–El amor es lo que le da el poder a una doncella, por algo es más fuerte que nosotras dos.
Exclamo Ivonne regañando a Madeleine haciendo que ella se sobresaltara.
Mientras eso pasaba Sebas se colocó detrás de mi siguiendo la formación estándar, aunque al pasar junto a mí me dedico algunas palabras.
–Una disculpa Roe, yo...
–No te preocupes, pero mantén los pies en la tierra, no te distraigas nuestra vida estará en juego... ya después puedes hacer lo que quieras, amigo.
Le respondí con seriedad pero lo último lo dije con cierta alegría, Sebas era más calmado en comparación a su hermano, asique no cometería sus mismos errores. Al escucharme el fortachón asintió sujetando las riendas de su caballo con fuerza.
–No me distraeré, luchare mejor que nunca.
Juro golpeando sus puños en señal de compromiso, tras ello terminamos de formarnos, y avanzamos para colocarnos frente al escuadrón de Dimitri, pronto los demás grupos se reunieron frente a nosotros, iniciando el avance a la puerta sur.
***
Los muros de Paradise se alzaban por 12 metros siendo realmente enormes proyectando una gran sombra mientras arribábamos a la puerta sur, la cual estaba levemente inclinada para mirar hacia el este, el portal por donde entraban y salían las personas era muy pequeña, siendo apenas lo suficientemente grande para que solo pasara un carruaje, aunque en este momento las dos puertas, fabricadas con pesadas placas de acero estaban cerradas, en su lugar solo una pequeña puerta se encontraba abierta, siendo que solo los atradishes podían atravesarla sin bajar la cabeza, quienes entraban eran refugiados que avanzaban en grupos familiares hacia el centro de la ciudad.
Al llegar a la puerta fuimos recibidos por el comandante Elías, un hombre de mediana edad, el cual se encontraba calvo y sin cejas, teniendo una enorme cicatriz sobre el lado izquierdo de su cabeza, siendo estas tres garras, el no portaba armadura, en su lugar usaba un traje de etiqueta rojo aunque portaba una espada enorme sobre su espalda. El montaba sobre su faisán siendo este uno rojo con algunas cicatrices mostrando que él tenía mucha experiencia en combate.
–Así que ustedes son los niños que me mandaron... parece que hay algunos buenos, bien, pueden dejar sus monturas junto a la muralla, usen el lado derecho, todos subirán y vigilaran por las almenas hacia la derecha de la puerta, pero asegúrate de dejar uno abajo, podrían haber algunos problemas con los refugiados.
Hablo Elías dirigiéndose hacia Dimitri dándole ordenes antes de regresar a la puerta sin decirnos nada mas, o esperar la respuesta de Dimitri quien se limitó a soltar un largo y pesado suspiro para después sonreír sabiendo que había tenido razón en su plan.
–Ya escucharon, procediéremos según lo acordado, asegúrense de montar guardia correctamente.
Nos ordenó haciendo que rompiéramos formación, dirigí a mi escuadrón haca el lado derecho de la puerta en donde dejaríamos nuestras monturas descansando.
–Listos, Erika y Sebas, vayan por armas de repuestos, no tarden mucho, los demás suban sobre la muralla.
Ordene sin pensarlo mucho, apenas dije esas palabras Erika asintió corriendo hacia Sebas tomándolo del brazo y alejándose juntos casi arrestando al pobre Sebas.
–Jajá, nunca espere que Erika fuera tan intensa.
Exclamo Santiago riéndose después de que ambos se alejaran.
–Si no me equivoco ambos son su primera pareja, ¿verdad Santiago?
–No lo sé, a Sebas no le solían interesar las mujeres tanto, bueno, lo disimulaba, en el fondo siempre ha sido una dona de chocolate, y al parecer Erika es un pastel glaseado.
Roberto pregunto algo pensativo, siendo que aquella explicación de Santiago provoco una risita de parte de Ivonne y Samara, mientras caminábamos entrando en una de las torres que conformaba la puerta.
–¿Entonces ambos son postres? Y tan aterradores que se ven con su cara siempre en un ceño fruncido.
Bromeo Madeleine haciendo que Ivonne asintiera, ante lo cual suspire.
–Si escuchan que están hablando mal de ellos a sus espaldas, no serán unos pastelillos.
Advertí intentando mostrar un rostro serio, pero una sonrisa se me escapaba, cosa que mis compañeros no perdían de vista.
–Claro, pastelitos ¿cómo los que hace la señorita Mary?, son los mejores.
Hablo Lucas con un tono algo infantil, llamando inmediatamente la atención de las chicas.
–¿Quién?
Pregunto Ivonne pero antes de que yo pudiera responder, Santiago se me adelanto.
–Nada más ni nada menos que la novia de nuestro capitanaso, la dulcinea de nuestro hidalgo.
Respondió Santiago acercándose para tomarme del cuello mostrándome una sonrisa burlona, ante lo cual respondí con una mueca.
–Mary es solo mi amiga, no tienes porque...
Hable en un tono serio, mientras las chicas me miraban con curiosidad intentando saber más, Santiago no se quedó ahí ante la negativa a sus palabras, pues continuo.
–O será que, la chica la cual ocupa tu corazón, es la misma por la que estuviste tan triste.
Pronuncio con cierta malicia, haciendo que detuviera mi avanza abruptamente, haciendo que el ambiente se pusiera tenso, Santiago había cruzado la raya. Ivonne rápidamente se percató de lo sucedido, viendo mis manos volverse puños, igual Santiago, quien rápidamente me soltó levantando sus manos.
–Me pase hermano, una disculpa.
Hablo en un tono algo arrepentido.
–Con esto sabemos que Santiago es el gemelo con menos cerebro.
Suspiro Lucas intentando animarnos, sin mucho éxito, suspire masajeando mi cuello, sabía que Santiago no lo había hecho con intención de lastimarme, pues no le había contado lo ocurrido ayer, pero tampoco iba a dejar que saliera impune en estos momentos.
–Aunque mejor háblanos de ti Santiago, seguramente has tenido muchas novias.
Comente en un tono burlón, a lo cual Roberto rápidamente me continúo el juego.
–De hecho, mi estimado Roe, Santiago cambia más veces de novia que de ropa interior.
Respondió Roberto de forma elegante un poco exagerada, haciendo que Lucas y Madeleine se rieran, ocasionando que Ivonne levantara una ceja.
–Hey, eso no es cierto, yo solo tengo un amor y ella es...
–La hija del dueño de un burdel.
Completo Lucas entre risas, interrumpiendo a Santiago, sus palabras tenían toda la razón. Cuando Madeleine escucho la palabra burdel inmediatamente tapo los oídos de Ivonne.
–¿Qué es un burdel?
Pregunto con la misma inocencia que una niña hacia Madeleine, en respuesta solo le regalo una sonrisa, pero manteniéndose al pendiente de las palabras de nosotros.
–Explícate.
Pronuncio Madeleine ordenándole a Lucas hablar más.
–Bueno, hace una semana nos metimos a un bar sin saber que tambien era aun burdel, Sebas y Roe solo bebieron y se emborracharon, mientras Santi sedujo a una de las camareras y se la llevo a un cuarto, sin saber que era la hija del jefe y no era una de las chicas que hacían ese trabajo, ja, ja, ja.
Hablo Lucas riéndose a carcajadas, haciendo que Madeleine mirara hacia Santiago con enojo, sobre saltando a nuestro compañero ambidiestro.
–Oigan, Nicole es una mujer muy buena, y amable, mucho más de lo que cualquiera será.
Comento casi gritando dirigiéndose hacia Madeleine, aunque en respuesta yo mostré una mirada un poco traviesa.
–Pero claro, ese día nos hiciste pelear cuando el dueño te atrapo con las manos en la mercancía.
–Ja, ja, ja, Santi acabo luchando en pelotas por el bar, y al final tuvimos que huir.
Exclamo Lucas riéndose a carcajadas, haciendo que Santiago se sonrojara por aquel recuerdo, pero en vez de enojarse contraataco.
–¿Tuvimos? Que yo recuerde, no te vimos hasta el día siguiente.
Respondió Santiago mostrando una mirada incriminatoria, no era el único que esa noche había tenido algo de acción, y Lucas lo sabía.
–Los chiquitos son los peores.
–Pecador.
Comentaron Madeleine y Roberto con miradas acusadoras, mientras la primera retiraba las manos de los oídos de Ivonne-.
–¿De qué me perdí?
–En resumen, Lucas y Santi son pecadores y mujeriegos.
–¿De verdad? De Santi ya me lo esperaba, pero Lucas, me decepcionas.
Conversaron Ivonne y Madeleine, siendo que la primera lanzo una mirada de decepción hacia Lucas, quien se limitó a bajar su cabeza.
–Bueno, entre nosotros cinco, los únicos santurrones son Roe y Roberto, ambos le tienen miedo al compromiso.
Hablo Santiago provocando indicación en Roberto y en mí, aunque tal vez no estaba tan equivocado.
–Hey, eso no es cierto.
Exclamamos al unísono, aquella declaración hizo que yo levantara una ceja, pues no había incluido a Sebas, cuando hasta hace poco lo hacía.
–¿Por qué no mencionaste a Sebas?
Pregunte, en ese momento Santiago esbozo una sonrisa de oreja a oreja.
–Porque cuando fui a despertar a mi hermano esta mañana, él estaba durmiendo con la señorita Erika, estando como el creador los trajo al mundo.
Nos explicó Santiago, provocando que Ivonne se sonrojara menormente hasta casi echar humo, pues había entendido lo que significaba.
–Eso es... no... pero... ¿fuera del matrimonio?
Los ojos de Ivonne dieron vueltas mientras Madeleine nos miró con desaprobación negando con su cabeza, para ese momento logramos llegar a la sima de la muralla, empezando a recorrer el gran pasillo que rodeaba la ciudad, Samara y Arturo quienes estuvieron cayados todo el tiempo salieron a la luz algo extrañados por nuestra platica.
–¿Pero, de verdad ustedes son caballeros muy fuertes?
Nos preguntó Arturo mirándome con grandes dudas, respondiéndole únicamente con una sonrisa forzada.
–Bueno, empecemos con nuestro día, debemos prepararnos para el combate.
Hable cambiando de tema dando una fuerte palmada llamando la atención de todos.
***
Plaza de los reyes, frente a la escuela de magia de Paradise.
–El escuadrón de defensa mágica será de gran importancia, los magos de clase A estarán bajo la supervisión del general Igor, el los estará esperando al sur, los magos de clase B deberán ir a sus posiciones asignadas, los de clase C y D irán a los refugios como apoyo mágico.
Nare se encontraba parada junto a la estatua de un Atradishe montando un faisán, hablándoles a cerca de mil magos reuníos en la plaza, todos los magos estaban allí, magos elementales, mogas blancas, druidas y algunos sabios, todos se encontraban escuchando las palabras de la santa de Paradise.
Con eso había terminado de dar las órdenes, ella parecía un poco estresada.
– ¡Señora Foot! ¡Mateo no aparece por ningún lado!
En ese momento una joven vistiendo una túnica negra con franjas rojas, portando un par de gafas gruesas se acercó a ella gritando, era una de las magas elementales recién graduadas, al verla Nare la reconoció levantando una ceja.
– ¿Él está asignado con ustedes verdad?
–Si señora, lo buscamos por todos lados.
–Ya veo, creo que sé dónde está... te daré la dirección para que lo traigas de vuelta...
Ella suspiro limpiando un poco de sudor de su frente, para después mostrarle a la joven una sonrisa traviesa. Nare empezó a caminar saliendo a la calle.
–Parece que lloverá en algún momento.
Comento arqueando sus cejas, desde temprano una gran cantidad de nubes habían cubierto la ciudad dándole una apariencia más triste.
–No puedo creerlo... ¿tuvo que hacer eso justo hoy?
Ella coloco su mano en su cara en señal de decepción mientras avanzaba hacia el sur, con la chica caminando detrás de ella.
Su objetivo era una posada cerca del centro.
***
Mateo normalmente solía evitar parte de su labor militar ya sea por pereza o simplemente por pensar en hacer otras cosas, este día se había levantado temprano debido a una alerta de invasión que había recibido a través de un orbe, ahora estaba dentro de su cuarto terminando de pintar un cuadro de nada menos que la torre de Paradise, la cual podía ver desde su ventana. Aún tenía su ropa para dormir, no parecía estar listo para el ataque.
–Es probable que tenga otro día tranquilo.
Hablo el mientras bostezaba y daba otro vistazo hacia su ventana. Luego volvió a pintar, colocando suavemente el pincel sobre el lienzo, pero en ese mismo instante la puerta se abrió de golpe provocando que el pincel se le resbalara arruinando la pintura.
– ¡Mateo Carcaus! ¿¡Hijo de puta porque sigues en tu habitación!?
Entrando en su habitación se encontraba una chica morena con una túnica negra con franjas rojas, cuyas mangas cubrían sus manos, su pelo desaliñado era plateado con unos ojos esmeraldas, ocultos detrás de unos lentes gruesos de color rojo, en comparación a la altura de Mateo la chica parecía ser una Atradishe, aunque solo era una humana de baja estatura.
–Valeria Glas, no pensé que fuera necesario.
Mateo de manera indiferente quito la anterior pintura y en su lugar coloco un lienzo en blanco, el ignoro completamente a su compañera maga elemental.
– ¡Ja sabía que dirías eso!
Exclamo sonriendo llevando su mano derecha hacia sus lentes, mientras estiraba su mano izquierda sacando una carta.
–¡Se que no te importa para nada la ciudad!
–No... no hay nada que me diga que si ocurrirá un ataque.
Grito Valeria con euforia, mientras un extraño viento hacia ondear su abrigo, aunque mateo seguía ignorándola por completo.
–Por ello has activado mi carta trampa, adelante yo te invoco, GGP Nare, la santa de fígaro.
Hablo mostrando la carta en la cual se encontraba un retrato de la general Nare, sin embargo no ocurrió nada, solo se quedó quieta esperando a que Nare apareciera, al pasar unos instantes Valeria giro hacia su derecha.
–¿Señora?
–Ah, ¿tenía que entrar?
–Si... se lo explique varias veces.
–Lo siento, ¿puedes hacerlo de nuevo?
–No... mejor ya pase, se perdió el momento.
Mateo saqueado paralizado al escuchar la voz de Nare mientras sostenía el lápiz contra el lienzo, al girar vio a la pequeña Atradishe mirándolo con sus brazos cruzados mirándolo con desaprobación.
–¿Se puede saber que haces encerrado en esta caja?
Pregunto Nare mientras Mateo intentaba ignorarla, sin lograrlo solo mostró una muñeca.
–Reservo mi derecho de tomarme un día libre.
Respondió tomando un lápiz, empezando a dibujar sobre su lienzo.
–Si no quieres venir, entonces lo haremos por las fuerza... [Cadenas de luz]
Susurro Nare, sin darle ninguna oportunidad ella extendió su mano derecha y sin que Mateo se diera cuenta toda la habitación, junto con el cuerpo de Mateo, fueron cubiertos por cadenas transparentes de energía, Valeria solo le miro con una sonrisa barajando algunas cartas antes de sacar una en la cual se veía a Mateo enredado en cadenas.
–Entonces es una pelea, bien, creo que puedo demostrar...
–Más bien es una captura...
En ese momento Nare suspiro y empuño su mano derecha inmediatamente todas las cadenas se volvieron doradas y de un material parecido al oro, se tensaron completamente atrapando a Mateo.
– ¿¡Qué demonios!?
Exclamó Mateo, imbuyendo su mano derecha en electricidad, empezando a lanzar un hechizo.
–No tan rápido jovencito [Detén la magia de tu cuerpo] ¡Anulación mágica!
Inmediatamente el cuerpo de Mateo fue irradiado por una luz blanca, los relámpagos se detuvieron al instante, pues magia había sido completaste bloqueada, no podría lanzar ni un hechizo y él lo sabía.
–Maldita...bruja...
Hablo Mateo con dificultad mientras Valeria se acercaba empezando a molestarlo sabiendo que no podría hacer nada al respecto.
–Normalmente eres muy frio Mateo, esta vez se te está yendo un poco la lengua.
Nare retrajo levemente su brazo haciendo que Mateo fuera arrojado al suelo para luego ser arrestado hasta sus pies.
–Por favor déjeme...ir pequeña mocosa.
–Ahora insultas mi raza y mi apariencia a la vez.
Ella ajusto su mirada hacia Mateo que intentaba escapar.
–Mateo, creo que debes saber una cosa, ya llevo mucho tiempo como general de Paradise, el grupo al cual estás asignado está lleno de magos prometedores... [Levitar]
Nare extendió su mano izquierda hacia Mateo inmediatamente después él comenzó a flotar levemente. Después de hacer eso ella dio media vuelta y comenzó a caminar mientras las cadenas se zafaban de los muros y se enrollaban alrededor de Mateo, el tambien comenzó a avanzar como si fuera arrastrado por ella, Valeria comenzó a seguirlos.
–Sean hombres o mujeres, humanos o atradishes, los elegí a ustedes para ese grupo para entrenar a un sucesor... No es un grupo de elite ni quiero que lo sean, solo quiero que entiendan cuál es su potencial real.
Nare llego al vestíbulo de la posada, extendió levemente su mano derecha liberando a Mateo de las cadenas, pero aún seguía levitando, ante lo cual Valeria le amarro una cuerda como si fuera un globo.
–Sé que eres uno de los sobrevivientes de la tragedia de Horizon... tal vez creas que eso no puede pasar aquí, pero Paradise ya ha sido derrotada antes...
Mateo abrió los ojos completamente sorprendiéndose por lo que había escuchado, para luego bajar la mirada y empuñar sus manos, provocando que Valeria levantara una ceja.
–Toma lo que ocurrió antes como una advertencia y un aprendizaje... Dime, ¿sigues pensando igual?
Nare suspiro, mientras Valeria tarareaba una canción colocando dos cartas sobre las orejas de Mateo, activándose en ambas un hechizo.
–Cielos... solo quería disfrutar de mi día libre y solo recibí un sermón.
–Eso si suena como tú... los magos no tenemos días libres, debemos estudiar mucho... pero mañana puedes descansar.
–Aunque me negara estoy seguro que me harías trabajar mañana... iré.
Hablo Mateo mientras suspiraba cruzando sus brazos.
–Los demás me dirán si asististe, ¿verdad Valeria?... ahora solo espero que todos sobrevivan.
Esas fueron sus últimas palabras, como despedida Nare le sonrió mientras salía de la pasada. Una vez que ella se alejó Mateo suspiro.
–Hubiera deseado no volver a ver una guerra tan pronto.
En ese momento Valeria negó con su cabeza soltando un suspiro.
–No sabía que tú eras del imperio... bueno mi madre también lo era
El miro sus manos, su mano derecha se cubrió de una corriente eléctrica mientras que su mano izquierda comenzó a generar copos de nieve, el bloqueo mágico se había desactivado regresando su capacidad para lanzar hechizos.
–Lo soy ¿y que?, el imperio traiciono a un amigo al llamarlo traidor.
Le explicó, provocando de Valeria le dirá la espalda sosteniendo la cuerda con ambas manos.
–Josef...
–El tambien es imperial, pero no te preocupes, yo mismo vi como renuncio a su papel... deberías preocuparte por que le diga que me trataste mal.
Le amenazo intentando liberarse creando una daga de hielo, en su lugar Valeria le sonrió de forma traviesa mostrándole una carta en la cual podía leerse silencio, teniendo como imagen a una persona amordazase.
–Tan mal es la situación... creo que ahora deberé protegerme a mí mismo, ya libérame, iré contigo como parte de ese grupo.
–Bien, entonces te espero aquí abajo.
Solo basto tronar sus dedos paraqué el hechizo se desvaneciera haciendo que mateo callera de espaldas contra el suelo de madera, mostrando una mueca de enojo. Mateo suspiro el tambien lucharía. No solo el, Josef tambien estaría con el ejército como soldado.
A estas alturas las defensas de la ciudad estaban listas para cualquier ataque, no parecía haber señales de los atacantes por ningún lado, solo los soldados lucharían, a diferencia de otras ocasiones los civiles serian protegidos, todos eran conscientes del peligro, sin embargo la ciudad no podía estar paralizada, por lo que al avanzar la mañana la ciudad fue tomando vida.
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Me sorprende gratamente lograr publicar este capitulo el sábado, jaja me divertí escribiéndolo, realmente les agradezco a todos los que han leído está historia. Recuerden votar si les gusto el capítulo, nos vemos la siguiente semana.
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