009. Logan "basura" Fell

𖥔₊˚ 🔮 ALLURE OF DARKNESS
CHAPTER NINE — ACT ONE
❝ LOGAN "BASURA" FELL ❞

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—Hola, Alycia. ¿Tyler ya se fue?—preguntó Jenna casualmente.

Entré a la cocina intentando parecer tranquila. Tomé una taza y empecé a servirme café con aparente indiferencia.

—Sí, ya se fue por la vent... —respondí distraídamente, pero al girarme hacia Jenna y Elena, me de golpe—. Ya lo saben, ¿verdad? —deduje, observando las expresiones cómplices de ambas.

Elena soltó una carcajada, divertida por la situación.

—¡Hola, familia! —exclamó Dan al entrar a la cocina con una sonrisa amplia—. Ya llegó por quien lloraban. —Se dejó caer en la silla junto a Jenna como Pedro por su casa.

—Aquí tienes café y un pastel de chocolate —anunció Tía J, colocándole una taza y un plato frente a él. Era casi una tradición; Dan pasaba tanto tiempo allí que ella ya sabía sus gustos al dedillo.

—Tía J, ¿por qué no me adoptas de una vez? Seríamos una familia perfecta —comentó Dan con dramatismo, llevándose una mano al pecho como si realmente estuviera rogando.

—Una familia de guapos —añadí alzando mi taza de café en señal de aprobación.

—Y un emo —interrumpió Elena, uniéndose a la conversación con una risa divertida.

—Oh, Dan, ya te adopté hace tiempo —respondió Tía J con cariño, desordenándole el cabello.

Dan le sonrió.

—¿Saben?, juré ver a Tyler salir por tu ventana hace un momento, pero eso es imposible porque ustedes no... —empezó a decir, alzando las cejas con sospecha.

Mordí mi tostada con exagerada lentitud, haciendo crujir el pan, y evité cruzar miradas con él.

—¡Por Dios, Alycia! —exclamó Dan, alzando las manos al aire.

—Uno siempre vuelve donde es feliz —me excusé de una forma patética.

—No, donde es fácil —me corrigió alzando el dedo índice.

Jenna rió abiertamente mientras Elena se tapó la boca riendo.

Lo miré incrédula.

—Tu eres el menos indicado para hablar de lo que es "fácil" cuando lo eres todo el tiempo con Caroline. Al menos soy la primera opción de Tyler. Así que guarda silencio.

Él se encogió de hombros.

—No me importa si soy la segunda opción de Caroline mientras sea yo con quien se queda.

Una vez más, Elena y tía Jenna rieron. Yo le pegué en la nuca.

—Valorate un poco.

—No, tu valorate.

—¿Sabes? —Le dije, para luego voltear hacia Jenna— Tia J, si debes de recomendarle un número de un terapeuta.

—Creo que a los dos les hace falta —comenta Elena divertida.

—Bueno, cambiando de tema, ¿que chisme tienen? —preguntó Dan, como quien no quiere la cosa.

—Logan volvió —informó Elena, negando con la cabeza.

—¿Logan "basura" Fell? —Jenna rió ante la reacción de Dan.

—No lo dejé entrar —dijo, sonriendo orgullosa de si misma.

—Espero que lo hayas golpeado, o mínimo que le hayas cerrado la puerta en la cara —Hablamos Elena y yo al mismo tiempo. Jenna y Dan fingieron estremecerse, como cada vez que hacíamos "cosas de gemelas"

—Bueno, no lo golpeé —respondió, haciendo un mohín con sus labios.

—Tienes tres strikes, Tia J —comenzó Dan—. No deberías ni verlo en las noticias.

—Dan tiene razón —concordé—. Nada de Logan "Basura Fell"

[...]

Luego de cotillear durante el desayuno, yo, Elena y Dan fuimos a la escuela, aunque nos separamos en la entrada.

Con Dan caminábamos entre medio de los estudiantes que parecían alborotados, pues hoy era la exposición del futuro.

Una tontería, si me lo preguntan

Me detuve cuando sentí que Dan lo hizo. Seguí su mirada observando como Caroline y Matt mantenían una charla que parecía entretenida.

Se me hizo algo...raro. Caroline y Matt apenas intercalaban una conversación, y la mayoría de las veces era solo porque Elena se encontraba ahí.

—Oye, no debe ser nada, tranquilo —Le puse una mano en el hombro para que siguiéramos andando—. Podemos salir y así dejes de pensar en Caroline. En serio, tu tema favorito es Caroline y lo perfecta que es. Estoy pensando que alguien te hizo un amarre o algo así.

—Porque estoy enamorado, esas cosas pasan cuando estás enamorado —se defiende—. Yo te tuve que soportar cuando no parabas de hablar de Tyler

Solté un bufido.

—Yo te tuve que soportar desde que éramos niños.

[...]

La mayoría de los alumnos ya estaban afuera de la escuela para la gran feria del futuro. Todos tenían planeado su vida... literalmente, y yo no sé ni qué comeré mañana. En serio, a veces me siento estúpida. Todos seguirán adelante y yo me quedaré estancada.

La búsqueda de ese algo parece una tarea imposible, y entonces siento esa sensación de que nunca conseguiré lo que anhelo, o lo que creo que anhelo, porque la verdad es que ya no se lo que quiero o quién soy.

En esos momentos es donde me cuestiono a mi misma si podré hallarme a mi misma en medio del abrumador vacío que hay en mi interior.

¿Podré llenar ese vacío?

Y bueno, soy un vampiro, tengo mucho tiempo, ¿no?

Detengo mis pensamientos al ver a Damon apoyado en su auto a unos metros de mí. Tiene los brazos cruzados y una sonrisa ladina dibujada en el rostro.

—Hola, bonita —saluda en cuanto llego a su lado.

Frunzo el ceño y me cruzo de brazos, sintiendo cómo la indignación se acumula.

—¿No se supone que te habías largado con el traidor de tu hermano? —pregunto, sin disimular mi enfado—. ¿Qué haces aquí?

—Vine a estudiar y, ya de paso, a hacer amigos. Soy un vampiro sociable —responde con sarcasmo, mientras arquea una ceja.

—No estoy de humor para tus chistes, Damon. ¿Qué quieres?

—Pensé en pedirte una cita. Podría llevarte a cenar. Sé cómo hacer que la noche sea... interesante —dice, guiñándome un ojo con descaro.

Le sostengo la mirada, seria, esperando que deje el juego.

—Habla en serio, ¿qué pasa?

Damon suspira, como si le molestara tener que admitirlo.

—Bien, necesito tu ayuda. Hay un vampiro en el pueblo.

—Sí, somos nosotros —respondo con burla, alzando una ceja.

Él me lanza una mirada de reproche.

—Qué humor tan destrozado tienes.

—Gracias, me lo han dicho antes. Pero la pregunta aquí es: ¿por qué te importa? Eres el malo, ¿recuerdas?

—No me importa, y sí, me encanta ser el malo. Es mucho más divertido —dice con una sonrisa, dando un paso hacia mí—. Pero no voy a permitir que otro vampiro se divierta aquí si yo no puedo.

—Vaya, qué noble de tu parte —digo, cargando mis palabras de ironía.

—¿Me ayudarás o no?

—Está bien —acepto finalmente, rodando los ojos—. Pero que quede claro: no lo hago por ti.

—Lo sé —responde con satisfacción, y su sonrisa se ensancha.

—¿Y a dónde vamos?

—Tú solo espera mi llamada —me guiña un ojo antes de alejarse, dejándome con más preguntas que respuestas.

[...]

La discusión había comenzado por algo estúpido, como siempre. Una palabra dicha de más, un comentario sarcástico que había encendido la chispa, y de repente, estábamos gritándonos en medio de la calle.

—¡No puedo creer que sigas sacando! —gritó Tyler, pasándose una mano por el cabello con frustración.

—¿Y qué esperabas? —le respondí, cruzándome de brazos mientras intentaba mantener la compostura—. ¿Que me quedara sentada como una idiota después de lo de Vicki?

La mención de su nombre fue como un disparo. Tyler se detuvo, su expresión endureciéndose al instante.

—Eso no tiene nada que ver. Ya te pedí disculpas por lo de Vicki. Fue un error, ¿bien? Pero tú... —se interrumpió, su mirada fija en mí, buscando algo que no estaba seguro de querer encontrar—. ¿Qué hiciste, Alycia?

Sentí un nudo formarse en mi garganta. No había planeado decirlo, pero la rabia y el resentimiento habían tomado el control. Ahora no podía retroceder.

—Yo... —bajé la mirada, jugando nerviosamente con el borde de mi camiseta—. Me acosté con alguien más.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Sentí su mirada clavada en mí, quemándome como si pudiera ver a través de mi piel.

—¿Qué? —su voz era baja, peligrosa, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.

—Fue después de enterarme lo tuyo con Vicki —continué, tratando de defenderme—. Simplemente... me nublé. No estaba pensando con claridad.

Tyler soltó una risa amarga, incrédula.

—¿Eso es tu excusa? ¿Que estabas nublada?

—¿Qué querías que hiciera? —le solté, alzando la voz—. ¡Me sentí como una idiota! Tú estabas con Vicki, y yo...

—¡Yo no me acosté con ella! —interrumpió, dando un paso hacia mí—. Fue un beso, Alycia, un maldito beso. Y ahora me dices que tú fuiste y...

—¡Porque tú empezaste! —le grité, aunque mi voz se quebró al final. Mis palabras sonaban desesperadas incluso para mí.

Tyler se quedó en silencio, mirándome como si fuera una completa extraña.

Auch.

—¿Y quién fue? —preguntó finalmente, en un tono frío.

—No importa quién fue —respondí rápidamente, desviando la mirada.

Y la verdad es que solo sabía su nombre.

Elijah.

—Fue una estupidez —continué—. No significó nada.

—Claro, no significó nada —repitió con sarcasmo, soltando un resoplido.

Quise decir algo, pero no encontré las palabras. Lo único que logré hacer fue cruzar los brazos, como si eso pudiera protegerme de su mirada acusadora.

—¿Sabes qué? Olvídalo —dijo finalmente, dándome la espalda—. Esto no tiene sentido.

Abrí la boca ofendida.

—¡Claro que no tiene sentido¡ —le grité—. ¡Yo soy la que debería estar enfadada¡ ¡Idiota!

Antes de que pudiera seguir gritándole más cosas

Siento mi teléfono vibrar y lo reviso viendo que Damon me envió una ubicación. Me dirijo allá a velocidad vampírica.

Ahora me arrepiento de ayudar a Damon después de todo lo que hizo, pero un vampiro en el pueblo significaba una amenaza para las personas que me importan.

—¿Para que me necesitas si puedes hacer esto solo? —cuestioné una vez que llegué al que parecía un enorme almacén abandonado

—Porque me gusta tu compañía —dice sonriendo con su típica sonrisa, pero aún así logro notar que hay sinceridad ante sus palabras—. Bueno, entremos —ordena antes de abrir la puerta.

—Lindo lugar —digo, con evidente sarcasmo.

Camino a su lado entrando al lugar, y sin esperar disparos le llegan más de dos veces en el abdomen. Me giro y veo al maldito Logan Fell saliendo de las sombras, y de inmediato las balas de madera también impactan en mí.

Me toco el abdomen cayendo al suelo de rodillas. El dolor era insoportable, pero no se compara con ver la primera muerte de Sam Winchester.

—Tengo cientos de balas de madera, así que sin trucos.

Stefan debió darme un manual o algo así para este tipo de situaciones. Sería de mucha ayuda.

—Tu no quieres hacerlo, créeme —Logan vuelve a dispararle, haciendo que este se retuerce del dolor.

—Te lo mereces —le dice.

—¿Y ahora que hizo? —Pregunté ahogando un quejido mientras trataba de sacarme los pedazos de madera.

—Él me hizo como soy —Respondió molestó a lo que observo a Damon molesta.

—Yo solo lo maté —se defiende el indefendible—, no lo convertí

—Sé sobre Alycia, tú y tu hermano. He estado observando. Quería que vinieras. No te esperaba a ti, Alycia y lo siento por eso. En serio me agradas.

—El sentimiento no es mutuo, idiota —Exclamé furiosa. Esto dolía como el infierno.

—No importa, tengo preguntas.

—También yo —dice el ojiazul—. ¿Quién te convirtió?

—No lo se —contesta iracundo—. Lo único recuerdo es que iba a matar a tu hermano y tu me atacaste. Luego desperté detrás de una agencia de autos usados. Alguien me había enterrado.

Trato de no reírme pero Logan no ayuda. Parecía un feo perro abandonado.

—Tu me mordiste —acusó Logan en dirección a Damon.

—Esto no es Crepúsculo, idiota —digo— Necesitas sangre de vampiro en tu sistema para morir.

—Otro vampiro debe haberte encontrado y te dió su sangre —añade Damon.

—¿Quién?

—La pregunta del millón —rodó los ojos exasperada.

Solto un suspiro de alivio al sacarme la última madera al igual que el Salvatore.

—Oye, nadie me recibió con un pastel y un manual. Voy aprendiendo sobre la marcha. En un instante era un exitoso reportero y después no podía ni entrar a mi casa porque mi pie no entraba.

—Ve a quejarte con quien te creo, ¿quieres? Ya estoy harta de ti y de tu canal de televisión. Es un asco.

Logan nuevamente me volvió apuntar, pero Damon intervino.

—Te tienen que invitar —explica.

—El problema es que vivo solo —gruñe molesto y no puedo evitar soltar una risa, ganandome otro disparo—. Ahora, estoy en un motel, viendo películas todo el día y comiendo todo lo que hay.

—Esa es mi vida soñada —susurro adolorida.

—Incluyendo la servidumbre —agrega— En lo único que pienso es en sangre y en matar personas. No puedo detenerme. Solo mato gente y me gusta. Es un conflicto.

—Bienvenido al club

—Un momento —interrumpo—. La policía solo encontró un cuerpo.

—Dejé uno —aclara—. Estaba cansado, pero escondi los otros cuerpos. Los demás están ahí —señala una pila de cadáveres.

—No es cierto —niego con la cabeza, asqueada

Logan se pone a dar vueltas y vueltas por al almacén hasta sentarse frente a nosotros.

—¿Porqué estoy tan emocional?—interroga—. Solo pienso en mi exnovia. Quiero y ir con ella y morderle el cuello.

—Oye, hablas de mi tia, escoria —Lo observo ascechanteSi te atreves hacerle algo, te partiré en dos, igual que una ramita seca.

—Lo más probable es que la ames—interrumpe Damon—. Todo lo que sentías antes se magnífica. Tienes que aprender a controlarlo.

—¿Y lo de caminar en el sol? Soy muy mañanero. Ustedes caminan durante el día, lo cuál creo yo, es impresionante. Nadie sospecha de ustedes.

Y aquí es donde me pregunto, ¿quién sospecharia de mi con esta hermosa carita?

—Por favor, tienen que decirme, ¿como caminan durante el día?

—Con polvos de hada —le respondo sonriendo sarcastica

Logan me miró furioso y lo único que pude hacer es sonreírle burlona.

—Te diremos si no dices quién te convirtió. —negoció Damon

—¿Como caminan durante el día? —repitió el reportero de pacotilla.

—¿Quién te convirtió?

—¿Saben? He sido amable hasta ahora, pero sí, te mataré —El vampiro novato se puso de pie y con el arma le apuntó a Damon—. Los mataré y luego quizás vaya por Jenna y... Elena.

Inmediatamente todo en mi se tensó. Apreté la mandíbula furiosa mientras me pongo de pie. Pude sentir como mis pupilas se dilataban y las venas aparecían debajo mis ojos.

—Vuelve a amenazar a mi familia y estarás muerto antes de la media noche.

Damon al igual que yo, se pone de pie.

—Eso ya lo veremos —se burló Logan y en un rápido movimiento, uso a Damon como escudo al ver las intenciones del mediocre reportero.

Damon cayó al suelo, nuevamente, mientras Logan huía. Maldije entre dientes caminando hacia la salida, hasta que la voz de Damon me detiene.

—¿A donde crees que vas? Ayúdame a sacar las estúpidas balas. —exigió molesto mientras se encorvaba del dolor

Me giré molesta

—Esto es tu culpa —le apunté con el dedo—. . No voy a quedarme aquí sabiendo que lo más probable es que Logan vaya por Jenna, Lena o Jeremy.

—Solo ayúdame, ¿si? Iremos por él y yo mismo lo mataré.

Suspiré rendida y accedí.

—Bien —Me agaché a su lado e incrusté mis dedos en su abdomen, logrando sacar una. Levanté su camiseta para lograr localizar el otro con más facilidad.

Nuevamente metí mis dedos, pero esta vez con más fuerza logrando que Damon ahogara un quejido mientras yo sonreía abiertamente.

Logré sacar cinco balas de madera. Los arrojo al suelo y cuando giro mi cabeza para mirarlo, nuestros rostros se encuentran...y muy muy cerca.

Lo aparté asqueada

—Hay que encontrar a Logan —Dije, caminando fuera del almacén.

Damon sale a los pocos segundos y se dirige a la parte trasera de su auto.

—Toma —me lanza una camiseta negra, la cual supuse que era suya—. No querrás andar toda ensangrentada, ¿o si?

—No combina con mi outfit

—Ya ponla y vámonos —Roda los ojos divertido.

—Bien, pero voltea, idiota.

—Oye, cuando tengas algo que no haya visto, me avisas.

—Solo voltea —repetí irritada.

Damon sonríe divertido pero aún así cumple mi petición.

Me quito mi corta blusa rosada, la cual ya quedó totalmente arruinada por el estúpido y miserable de Logan "basura" Fell y me coloco la camiseta de Damon, el cual me queda gigante.

—Bien, vamos —Arrojé mi blusa a la parte trasera de su auto.

Damon se da la vuelta y me observa de arriba a abajo. Una sonrisa ladina se dibuja en su rostro.

—Podría acostumbrarme a verte con mi ropa.

—Pues no lo hagas. —puse los ojos en blanco ante su descaro y solo me subí al auto.

[...]

Después de que el maldito de Logan secuestra a Caroline para convertirla en vampiro, yo y Damon tomamos caminos distintos. Mientras yo me aseguraba de que Elena y Jenna estuvieran bien, él y Stefan fueron trás Logan.

Claramente ignoré a Stefan cuando nos cruzamos. Su mirada preocupada no me pasó desapercibida, y mucho menos la forma en que frunció el ceño al ver que seguía de largo, como si no lo hubiera notado.

—¿Estás bien? —preguntó detrás de mí, con cautela.

Me detuve un segundo, respiré hondo y le lancé una mirada por encima del hombro.

—Perfectamente —respondí, sin molestarse en disimular mi frialdad.

Por supuesto, Stefan no se conformó con eso. Dio un par de pasos hacia mí, como si quisiera acortar una distancia que, honestamente, no tenía ninguna intención de reducir.

—¿Segura? Damon me contó lo que pasó en el almacén...

Giré completamente hacia él, obligándome a sonreír con sarcasmo.

—¿Damon te lo contó? Qué amable de su parte compartir los detalles.

Stefan frunció el ceño aún más, confundido por mi tono. No le di tiempo a replicar. Me giré y seguí caminando, aunque podía sentir su mirada fija en mi espalda

Pero antes de continuar, me voltee hacia él.

—¿Sabes qué? —él me observó—, deberías considerar el irte del pueblo con la bestia que tienes como hermano.

Continúe mi destino hasta ver a Tyler, Lo vi sentado en el borde de la fuente, con la cabeza inclinada y las manos entrelazadas,

Me detuve a unos pasos de él, dudando por un momento. Habíamos discutido...de nuevo. Sin embargo, todo lo que quedaba era este Tyler: solo, vulnerable, y claramente sumido en sus pensamientos.

—Jeremy me contó lo que sucedió con tu padre—dije suavemente, rompiendo el silencio.

Tyler levantó la mirada, pero no dijo nada. Solo me observó, y pude ver la mezcla de emociones en sus ojos: dolor, vergüenza, y algo que parecía una petición silenciosa de que no siguiera hablando..

—No quiero hablar de eso —murmuró, su tono áspero y a la defensiva.

Pero yo no retrocedí.

—No tienes que hacerlo. No estoy aquí para que me cuentes nada, Tyler. Solo… estoy aquí.

Me senté a su lado, lo suficientemente cerca para que pudiera sentir mi presencia. Sus ojos finalmente se encontraron con los míos, y vi las lágrimas que luchaban por no caer. Sin decir una palabra, me incliné hacia él y lo rodeé con mis brazos, presionando su cabeza contra mi hombro. Al principio, se quedó inmóvil. Pero poco a poco, lo sentí ceder, hundiéndose en el abrazo como si fuera el único refugio que tenía en ese momento.

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