007. i'm trying
ACTO ONE ── LOST SOULS
⤷ ★★★★★ SEASON ONE ❜
07. | LO ESTOY INTENTANDO.
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MYSTIC FALLS, 2009.
Era de mañana, y Elena, Jenna y Jeremy se estaban alistando para dar su "declaración" a la sheriff Forbes por la ida de Viki Donovan del pueblo. Todos tenían que repetir lo mismo: que Vicky se había marchado del pueblo y que era lo mejor para ella.
Alycia se dirigió lentamente hacia la habitación de Jeremy. Tocó la puerta suavemente, su corazón palpitando por los nervios.
—Pasa —dijo Jeremy desde dentro.
Alycia respiró hondo antes de girar el picaporte y entrar. Jeremy estaba de pie frente al espejo, terminando de colocarse su jersey. Parecía… normal. Como si nada hubiera pasado la noche anterior. Como si todo estuviera bien.
Damon había accedido a la petición de Elena: borrar de la mente de Jeremy todo lo ocurrido con Vicki, y junto con ello, su dolorosa discusión con Alycia. Para Jeremy, era como si la noche anterior nunca hubiera existido.
Pero Alycia lo recordaba todo. Y al ver a su hermano, sonriendo de manera despreocupada, como si las palabras que había lanzado no hubieran sido dagas en su corazón, sintió un sabor amargo subir por su garganta. Sabía que era lo mejor para él, pero el peso de la realidad que solo ella cargaba le resultaba insoportable.
—¿Estás bien, Aly? —preguntó Jeremy, ajeno a todo, mientras ajustaba su jersey y la miraba con una ligera sonrisa.
—Sí… estoy bien —murmuró Alycia, esforzándose por mantener su voz firme, aunque por dentro todo seguía roto.
Alycia lo observó por unos segundos. Dio un paso más hacia él.
—¿Me das un abrazo? —preguntó, su voz más suave de lo habitual.
Jeremy se detuvo un momento, claramente confundido. Alycia nunca pedía abrazos, era más de entrar, golpearlo juguetonamente, y luego salir corriendo. Esto no era típico de ella. Aun así, abrió los brazos, aunque algo desconcertado.
—Claro... —respondió con una leve sonrisa, envolviendo a su hermana en un abrazo.
Alycia se hundió en sus brazos, aferrándose a él con más fuerza de la que había esperado. Jeremy, sorprendido por la intensidad del gesto, no pudo evitar preguntar:
—¿Estás bien? —preguntó, con preocupación en su voz.
Alycia asintió sin decir nada, sus ojos cerrándose mientras se apretaba aún más contra él. No podía decirle la verdad, no podía decirle lo que había sucedido, así que simplemente permaneció allí, en silencio, aferrándose a su hermano, intentando encontrar consuelo.
[...]
Luego de ser interrogada por la sheriff Forbes, Elena salió de la comisaría y divisó a Stefan, no tardó en acercarse a él.
—¿Estás bien? —preguntó Stefan.
—No creo que la sheriff sospeche de ti, mucho menos de Aly. Jeremy lo olvidó todo y solo dijo lo que Damon le metió en la cabeza.
—Gracias.
—Debes saber que esto no lo hice solo por ti, fue por Aly. —suspiró—. No puedo hacer esto, Stefan. Cada vez que veo a Matt o a Jeremy, solo pienso en que Vicki no va a volver. Y jamás sabrán porqué. Hay personas lastimadas y muertas y...yo...
—¿Quieres hablar de todo lo que ha pasado?
—No. Stefan, tienes que alejarte de mí. Y se que no puedo prohibirte alejarte de Aly, pero la conozco, y se que todo esto la está lastimando.
[...]
Alycia miró fijamente las lápidas. Se sentía consumida por la tristeza, el dolor, la ira, la soledad y la culpa.
Grayson y Miranda Gilbert
Era la primera vez que visitaba la tumba de sus padres, no se había atrevido a venir desde su funeral, desde que se convirtió en vampiro.
Respirando hondo, Alycia sintió que se le llenaban los ojos con lágrimas. Se inclinó sobre el lugar para depositar una flor violeta que había recogido de camino. Luego dobló las piernas bajo el cuerpo y se quedó sentada. Sus dedos fueron a posar en los nombres de sus padres pasándolo con delicadeza.
Dejó que su mente retrocediera para ojear recuerdos, y el nudo de su garganta aumentó y las lágrimas salieron con más facilidad. Todavía los echaba mucho de menos... Su madre, tan joven y hermosa, y su padre, con una sonrisa que le arrugaba los ojos.
—Hola, Mamá. Hola, papá —sonrió levemente—. Lamento... lamento no haber podido venir antes. Estaba... estoy avegonzada. Me convertí en algo que no pedí. Morí, pero sigo aquí, respirando, mientras ustedes no. ¿Cómo puede ser esto justo? ¿Por qué sobreviví? —su voz se entrecortó con cada palabra que salía de su boca—. Duele. Duele mucho, y juro que lo Estoy intentando. En serio lo estoy intentando.
Alycia tragó el nudo que empezaba a formarse en su garganta y respiró hondo seguido de otro. Sacudió la cabeza frotándose la cara con las manos, tratando de ignorar la se sensación de opresión en su pecho.
Estaba llena de remordimiento, lo único que quería era estar con sus padres. En paz. Pero Elena y Jeremy la necesitaban, así que los priorizó antes que ella misma. Ella estaba ahí por ellos. Si ellos estaban bien, ella lo tendría que estar, ¿no?
—Los extraño —susurró soltando un suspiro triste—. Probablemente me odien por lo que soy, y no los culpo, yo también lo hago.
Sus ojos nuevamente se fijaron en la tumba. Sus manos temblaban ligeramente.
Sintiendo una gota caer de sus ojos, Alycia trató de ser fuerte, pero el dolor la estaba consumiendo. Un suspiro salió de sus labios entreabiertos, uno tras otro. Finalmente, Alycia se tapó el rostro con sus manos mientras sollozaba libremente.
—Lo siento. Lo siento mucho.
[...]
—Pobre mi chica Aly —Lexie suspiró teniéndose sobre la cama de Stefan—. Sabes, Stef, he visto cómo se siente perder el control, cometer errores y cargar con culpas que parecen imposibles de soportar. Pero Alycia... ella no es una mala persona. Lo que hizo no lo hizo por maldad.
Stefan se sentó al borde de la cama, mirando al suelo.
—Ella no lo ve de esa forma. Para Alycia, solo es el hecho de que le quitó la vida a alguien.
Lexie se levantó y se sentó junto a él.
—Por eso estamos aquí, Stefan. Para recordarle que no está sola. Es solo una chica atrapada en un mundo de oscuridad. Asi qué —ella se levantó entusiasmada—, hoy iremos a esa disocha fiesta del Grill, pero antes, pasaremos por la rebelde Gilbert. Anda, ponte algo decente.
[...]
—¿Estás segura de que estás bien, Aly? —preguntó Elena, con la preocupación claramente reflejada en su rostro.
Elena había pasado toda la noche anterior con Alycia. Sabía que, a pesar de la sonrisa forzada, el sarcasmo y el aparente distanciamiento de su hermana, algo no estaba bien. Haría cualquier cosa para aliviar el dolor de Alycia.
A pesar de que Elena solía ser abierta sobre casi todo, Alycia era su opuesto. Pero aun así, el vínculo entre ambas era profundo y fuerte, hasta el punto de que se conocían mejor que nadie.
—Estoy bien, Elena. No te preocupes —respondió Alycia, dibujando una sonrisa que no llegaba a sus ojos. Pero la mirada de Elena se mantuvo fija en ella, llena de dudas y preocupación—. De verdad, estoy bien. Anda, ve a la fiesta de Caroline y diviértete. Yo me quedaré viendo los nuevos capítulos de Supernatural —añadió, intentando sonar despreocupada.
Elena suspiró, derrotada, pero sin dejar de mirarla con inquietud—. Por favor, prométeme que me llamarás si necesitas algo, ¿sí? —le pidió con voz suave, casi suplicante. Alycia asintió con un gesto, tratando de calmarla.
Antes de marcharse, Elena se inclinó y le dejó un beso en la frente, demorándose un instante como si dudara en dejarla sola. Alycia suspiró apenas Elena cerró la puerta y se dejó caer en la cama.
[...]
Esa misma noche, Daniel entró a la habitación de Alycia con una sonrisa divertida.
—¡Hola, perezosa! —exclamó, llamando su atención. Alycia levantó la cabeza apenas un segundo para mirarlo, antes de enterrar el rostro en la cabecera de la cama, ahogando un quejido—. Vamos, no hagas eso, jovencita.
Alycia lo ignoró por completo.
—Aly, vístete. Vas a ir a la fiesta. Vamos, levántate —insistió él, pero Alycia negó con la cabeza, enfurruñada—. ¿No? ¿Ni siquiera por Stefan? Te está esperando abajo... dice que tiene una sorpresa para ti.
Alycia alzó la cabeza de inmediato, con el ceño fruncido.
—Sabes que no me gustan las sorpresas.
Y Stefan lo sabía.
—Pues será mejor que te apures, Alycia Arabella Gilbert. —Daniel se retiró de la habitación sonriendo, mientras Alycia soltaba un bufido y se dirigía a su armario.
En cuestión de minutos, Alycia estaba vestida de manera decente y descendía las escaleras con pasos lentos y poco entusiastas. La puerta principal estaba abierta, y allí, apoyado en el marco, estaba Stefan, observándola con una pequeña sonrisa. Daniel, mientras tanto, aprovechaba para saquear la nevera de los Gilbert.
—Hola —saludó Stefan, esbozando una sonrisa.
—¿Qué haces aquí, Stefan? —preguntó Alycia, cruzándose de brazos y lanzándole una mirada inquisitiva.
Stefan carraspeó, y Alycia lo miró confundida, hasta que, al seguir su mirada, su expresión cambió por completo. Del otro lado apareció Lexi, con una sonrisa radiante.
—¿Lexi? ¡Lexi! —Alycia prácticamente saltó, corriendo a abrazar a la rubia vampiro.
—¡Mi chica favorita! —exclamó Lexi, apretándola en un fuerte abrazo.
Stefan observaba la escena con una sonrisa satisfecha. Después de todo, ambas eran lo más importante para él.
En ese momento, Daniel se unió a ellos, sándwich en mano y la boca llena.
Sin perder la sonrisa, Alycia preguntó: —¿Qué haces en el pueblo?
—¿Qué más sería? Vine para el cumpleaños de Stefan… y también porque tenía ganas de verte, obviamente —respondió Lexi, con un guiño divertido.
Alycia abrió los ojos, recordando de repente el cumpleaños de Stefan.
—¡Es cierto! —su mirada cayó en Stefan —. Espera aquí, que tengo tu regalo en mi habitación —dijo, saliendo disparada escaleras arriba.
Regresó al poco rato con un pequeño cuaderno en las manos, el cual estaba decorado con pegatinas. Lo extendió hacia Stefan.
—Es un diario, para que anotes todas las cosas bonitas que pienses de mí —dijo, esbozando una sonrisa inocente.
—Eso ni siquiera es un buen regalo —comentó Daniel con tono burlón.
—Tú cállate, Dan —respondió Alycia, lanzándole una mirada, antes de volverse hacia Stefan y Lexi, quienes la miraban entre risas.
[...]
Al llegar al Grill, los cuatro decidieron jugar una partida de billar en parejas: Alycia y Daniel contra Stefan y Lexi.
Era el turno de Alycia, y la partida estaba en sus manos; un solo tiro decidiría qué equipo ganaría. Se inclinó sobre la mesa, observando las bolas con los ojos entrecerrados, concentrada. Stefan, divertido, se colocó a su lado y le susurró al oído en un intento de distraerla.
—Eso es trampa, Salvatore —canturreó Alycia sin mirarlo. Stefan se alejó de inmediato, levantando las manos en señal de rendición, fingiendo inocencia.
Alycia sonrió, volviendo a acomodarse antes de golpear la bola con precisión. Esta chocó contra las demás, provocando un movimiento en cadena que terminó con la victoria de su equipo.
—¡Boom! —gritó Alycia, levantando los brazos y celebrando su triunfo con entusiasmo.
—¡Tomen esa! —exclamó Daniel, abrazando a la castaña mientras ambos reían victoriosos.
Stefan sacudió la cabeza, riendo ante la efusiva celebración de Alycia y Daniel.
—Bueno, admito que son un buen equipo —dijo Stefan, lanzándole una mirada divertida a Alycia—, pero no crean que se saldrán con la suya la próxima vez.
—¿Es eso un reto? —respondió Alycia con una sonrisa desafiante, cruzándose de brazos—. Porque sabes que me encantan los retos, Salvatore.
Lexi rió, interrumpiendo.
—A mí me encanta la confianza de esta chica. Pero si hay revancha, primero vamos a necesitar recargar energías —dijo, señalando la barra—. Necesitamos una ronda de shots.
Alycia chasqueó los dedos en señal de aprobación.
—¡Eso me gusta! Lexi y yo nos encargamos —dijo, arrastrando a Lexi hacia la barra.
Lexie pidió unos shots, pero antes, tuvo que hipnotzar al chico para que se los diera sin necesidad de mostrar identificación y gratis.
Alycia soltó una risita y tomó el shot de un tirón.
—¡Necesitaba esto! —exclamó, dejándose caer en la silla, sintiéndose más relajada.
Lexi asintió.
—Totalmente. A veces es fácil olvidarse de que necesitamos desconectar un poco. —Se pasó una mano por el cabello rubio y sonrió—. Y tú, ¿cómo te sientes realmente? Sabes que siempre estoy aquí para ti, ¿verdad?
Alycia dejó escapar un suspiro, su mirada fija en el suelo por un momento.
—Déjame adivinar… Stefan te lo contó, ¿no? —alzó una ceja, con una mezcla de resignación y un toque de humor.
Lexi intentó esquivar la pregunta con una sonrisa, pero tras unos segundos, asintió, derrotada. Alycia dejó escapar una risa suave; La camaradería de Lexi era un alivio que necesitaba más de lo que quería admitir.
—En serio, estoy bien. —Alycia le dio una sonrisa que intentaba ser convincente, pero Lexi la observaba con esa mirada escéptica—. Vale… no todo el tiempo, pero hoy, al menos, me siento mejor. A veces solo tengo tanto en la cabeza que no sé ni cómo dejarlo ir, pero… esta noche está siendo justo lo que necesito. Gracias por estar aquí.
Lexi la abrazó suavemente por los hombros.
—Siempre voy a estar aquí, Aly, ya lo sabes. Ni se te ocurra dudarlo. Además, alguien tiene que asegurarse de que sigas recordando quién es tu mejor amiga favorita.
—Como si pudiera olvidarte, Lex.
[...]
Todo había ocurrido demasiado rápido. Lexi se había levantado un momento para pedir otros tragos, dejando a Alycia, Daniel y Stefan charlando tranquilamente. Al poco tiempo, Elena se unió al grupo, pero Daniel tuvo que marcharse cuando su padre, Henry Smith, lo llamó. Todos sabían cómo reaccionaba Henry cuando su hijo lo desobedecía, y Daniel no quería causar problemas.
La conversación se interrumpió abruptamente cuando vieron, a través de la multitud, cómo un par de policías arrastraban a Lexi inconsciente fuera del Grill. La confusión dio paso al pánico, y los tres se abrieron paso entre la gente, tratando de seguirla.
—No pueden salir por aquí —les dijo un oficial, bloqueándoles la salida.
—Por aquí —susurró Stefan, señalando una ruta alternativa.
Al salir, un disparo resonó en la noche, helándoles la sangre. Corrieron hacia el sonido y encontraron a la sheriff Forbes disparando sin piedad. Lexi avanzaba hacia ella con los colmillos expuestos, pero cada bala solo lograba retrasarla por un instante.
Alycia dio un paso hacia su amiga, con la intención de ayudarla, pero Stefan la sujetó del brazo, impidiendo que se acercara. Antes de que pudiera reaccionar, un segundo disparo quebró el aire, seguido por el sonido inconfundible de una estaca clavándose en su corazón.
Damon apareció en escena, con una expresión fría y calculadora, la estaca aún en su mano. La vida se apagaba en los ojos de Lexi mientras su piel se tornaba pálida, y finalmente, su cuerpo sin vida cayó al suelo.
Elena sofocó un grito cuando Stefan le cubrió la boca, tratando de evitar que atrajera la atención de los oficiales. Alycia, paralizada, miraba la escena con el corazón destrozado, el dolor transformándose en un odio visceral que la quemaba por dentro.
Damon Salvatore acababa de arrebatarle a su mejor amiga, y en el proceso, herir de una sola estocada a dos personas al mismo tiempo.
Los segundos se alargaron como si el tiempo se hubiera detenido. Alycia miraba el cuerpo inerte de Lexi en el suelo, incapaz de procesar el horror de la escena. Sintió que una oleada de rabia y tristeza luchaba por abrirse paso en su pecho, y le temblaban las manos mientras intentaba mantenerse en pie.
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