006. Halloween

ACTO ONE ── LOST SOULS
⤷ ★★★★★ SEASON ONE ❜
06. ❛❛ HALLOWEEN ❜❜

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MYSTIC FALLS, 2009.

Alycia Gilbert nunca se había encontrado tan herida como en este momento. Su mirada se encontraba perdida en el techo de su habitación, aún esperando que Elena entre por la puerta y la envuelva en sus brazos.

Nunca se le pasó por la cabeza el pensar que ella simplemente no le dirigiera la mirada al contarle su secreto, pero la comprendía. Sabía que esta situación no era fácil para ella, tampoco lo fué para Alycia cuándo lo supo.

Convertirse en vampiro no fué tan brutal para Alycia.Tiene un gran control sobre sus instintos y su sed. Cuando bebió de un humano para completar la transición no mató al hombre con su fuerza o su naturaleza, a pesar de que cada fibra de ella le gritara que disfrutara de la caza, solo se hechó para atrás y lo curó.

Sin embargo, no era algo que Alycia quería, una parte de ella lo odiaba, sentía que era algo malvado y oscuro, pero Stefan le había dicho que encontrara un ancla, algo o alguien que se aferre a tu parte humana, que te recuerde quién solías ser.

Alycia encontró su ancla

Alguien tocó la puerta y Alycia rápidamente se reincorpora. Alisa su ropa tratando de lucir normal, y limpia el rastro de lágrimas que cayó por sus mejillas. Hizo sonar su garganta y dijo:

—Adelante.

La puerta se abrió lentamente, revelando la figura de Elena. Con pasos vacilantes, entró en la habitación y cerró la puerta tras de sí, como si al hacerlo pudiera evitar que el dolor volviera a colarse en su pecho.

—Elena...

—Lo siento —dijo rápidamente, su voz temblando—. Lo siento tanto, no debí hablarte así, yo solo...

—Lo entiendo, no te preocupes. Está bien.

—¡No, no lo está! —Elena se apresuró hacia Alycia, aferrando sus manos con desesperación—. Moriste, Aly... moriste. Y yo no estaba allí para ti. Yo... debí decirte que todo iba a estar bien, que no te dejaría sola en esto. ¡Eso es lo que tenía que haber dicho! Era nuestra promesa, ¿recuerdas? Pero fallé.

Elena apretaba las manos de Alycia, como si intentara aferrarse a la última chispa de lo que alguna vez fueron. Sus ojos se llenaron de lágrimas, la culpa y la angustia pintadas en cada palabra.

—Elena, esto es nuevo para ti. Lo entiendo completamente.

—No, Alycia, no entiendes. Eres más que mi hermana... eres mi gemela, mi otra mitad. Y no estuve allí para ti cuando más lo necesitabas. —Su voz se quebró—. Prometo que no te dejaré sola nunca más. Desde ahora, enfrentaremos todo juntas. No importa lo que seas ahora... no estarás sola.

Alycia parpadeó, luchando contra el nudo en su garganta, sintiendo cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

—Gracias —susurró, con la voz rota. Elena no esperó más y envolvió a su gemela en un abrazo desesperado, aferrándose a ella con una fuerza que hablaba de su propio miedo, de su propio dolor.

Alycia sintió cómo se quitaba un peso de encima, al menos por ese momento, al tener a Elena abrazándola tan fuerte, como si temiera perderla.

[...]

Alycia bajó las escaleras hasta la sala. Recientemente estaba en su habitación disfrutando de la música a todo volumen.

—Está muy mal. —escuchó decir a Matt. Alycia frunce el ceño, acercándose a la cocina

—¿Que ocurre? —preguntó al ver a Jeremy, Elena, Stefan, Matt y Vicki en medio de la cocina.

¿Planeaban una fiesta y no la invitaron?

—Elena, atrás —Stefan estiró un brazo en modo de protección a Elena y se acercó a Vicki, extendiendo la mano a su rostro—. Vicki, mírame. Concéntrate, vas a estar bien. Todo va a estar bien —se apartó y miró a Jeremy y a Matt—. Llevenla a la cama. Cierren las cortinas. Ella va a estar bien.

Los chicos llevaron a Vicki arriba mientras Alycia sacaba una manzana verde, totalmente despreocupada.

—¿Sabes que tiene? —preguntó Elena.

—Si

—¿Que cosa?

—Ella está en transición. —apenas stefan dijo eso, Alycia empezó a toser de manera exagerada. Se golpeó suavemente el pecho y miró a stefan con los ojos abiertos.

—Me estás jodiendo, ¿cierto?

—Espera, ¿transición a qué? —quiso saber Elena.

—A unicornio. ¿En qué crees, Elena? —Alycia miró a su hermana negando con la cabeza mientras Elena rodó los ojos.

—Damon debió de haberla encontrado. Ella es nueva. Todavía no ha completado la transición.

—¿Y...y como lo hará? —preguntó Elena, tragando saliva.

—Debe beber sangre humana. —respondió Alycia, evitando su mirada.

—¿Y si no lo hace?

—Morirá

Elena jadeó preocupada, no por Vicki, por Alycia. En estos momentos se sentía una mala hermana. Se preguntaba cómo es que no lo había notado. Se sentía egoísta por haberse ahogado en su dolor y no notar el suyo, pero sobre todo, se arrepentía de no haber estado ahí para ella.

—Tal vez tenga un par de horas. —explicó Stefan.

—Hay que sacarla de la casa —habló Alycia, fríamente—. Es un peligro para Jeremy en este momento.

—Ella aún no lo sabe, Alycia. No recuerda nada. Parte de ella es humana. Y entre más pase la transición, los recuerdos la invadirán y entonces sabrá que tiene que tomar una decisión.

—Entonces que lo haga fuera de acá. Lejos de esta casa —Alycia bufó al recibir una mirada llena de reproche por parte de Stefan—. La tipa es drogadicta, Stefan. Una drogadicta que está en transición. Eso no suena a algo bueno.

—No la vamos a dejar sola en esto.

—No, tu no la dejeras sola en esto. No me incluyas, porque hasta donde yo sé, Vicki no es mi amiga ni nada que se le parezca. —se cruzó de brazos restándole importancia.

—Lo sé —exclamó Stefan—. Pero Vicki es importante para Jeremy, y solo por eso me ayudarás

Alycia le dirigió una mirada de indignación, sabiendo que con eso bastaba para que le ayudara a Stefan con respecto a Vicki.

Soltó un largo suspiro, dejando caer sus brazos al costado.

—Genial, entonces ayudemos a la drogadicta en transición. Un muy buen plan para este día. —sonrió falsamente.

Y en eso, antes de que alguien dijera algo más, escucharon a Matt llamar a su hermana mientras ella salía corriendo de la casa. Elena y stefan salieron corriendo a la siga. Alycia solo caminó, parándose en el porche de la casa, viendo cómo Stefan siguió a Vicki.

—Que dramáticos son todos por aquí.

[...]

Alycia simplemente se quedó en la casa vigilando a Jeremy. Le daba miedo dejarlo solo y que vaya en busca de Vicki. Sin saber que hacer, tomó la el control de la televisión, esperando ver algo bueno mientras tanto, pero su plan se ve interrumpido por el timbre de la casa.

—¡Yo voy! —avisó caminado hacia la puerta. Termina de abrir y se queda perpleja al ver a Damon.

El Salvatore ladeó levemente la cabeza con una mirada de superioridad.

—Jeremy, sube —ordenó Alycia. Jeremy miró confundido, sin embargo, obedeció—. La última vez que te ví estabas en el sótano de tu casa, intoxicado con Verbena. —dijo, sonriendo falsamente.

—Si, gracias por eso por cierto. Seducirme para así engañarme. Te doy puntos por eso. —comentó el, despreocupadamente.

—Fué un placer. Cuando quieras y te enseño.  —esbozó una sonrisa falsa

—Cómo sea. Solo estoy buscando a Stefan. ¿Puedo entrar? Espera, claro que puedo. Tu hermana me invitó. —sin quitar su sonrisa, Damon fué avanzando a medida que Alycia retrocedia. Se detuvo cuando ella lo hizo. Esta elevó el mentón haciéndole frente, con sus ojos puestos en los de el y así comenzando una batalla de miradas.

—Ya vete, Damon. —espetó Alycia.

—Voy a ir directo al grano —murmuró, sin romper el contacto visual—. No voy a matarte ahora. Eso no servirá para mí plan maestro.

—Ay, que consuelo. ¿Quieres que te haga un altar o que?

—Si no es mucha molestia. Entonces, ¿Dónde está Stefan?

—Con los animalitos del bosque. Te dejo la supervisión de Vicki, ¿puedes creerlo? Que mal hermano es Stefan. —ella negó con la cabeza, fingiendo decepción.

Él agachó su cabeza, dejando su rostro cerca de Alycia. Ella ni siquiera se inmutó.

—¿Dónde está stefan, bonita? —él elevó su mano a su cabello, colocándolo detrás de la oreja con delicadeza. Alycia le dió un manotazo, dando un paso hacia atrás.

—A buscar a Vicki, ¿contento?

—No me veas con esos ojitos juzgones. Vas a agradecerme lo que hice por ella.

Alycia alzó el mentón con una sonrisa burlona plasmada en su rostro.

—¿Tu se lo agradeciste a Katherine?

Damon sonrió de manera sarcástica, alejándose un poco de Alycia.

—Te contó toda la historia, ¿no?

—Lo suficiente.

—Lo dudo —negó Damon. Él se quedó expectante unos segundos hasta que dirige hacia la puerta—. Dile a mi hermano que lo estoy buscando.

—No soy una lechuza, Wormwood.

[...]

Tyler acababa de salir de la práctica. Guardó su bolso en la cajuela del auto y se subió al asiento del conductor, cansado. Encendió el auto, listo para irse, cuando una voz suave lo sobresaltó desde el asiento del copiloto.

—Hola, Ty —dijo Vicky, su tono quebrado y casi inaudible.

Tyler se tensó al verla allí. Frunció el ceño, sorprendido.

—¿Vicky? —preguntó—. Todo el mundo te está buscando.

—Lo sé —contestó ella, con la respiración irregular, su rostro medio cubierto por el cabello desordenado, sus manos temblando.

Él la observó por un momento, confundido. No habían tenido nada serio, y honestamente, ella no ocupaba mucho espacio en su mente. Todo lo que podía pensar últimamente era en Alycia. Quería recuperarla, acercarse a ella, pero sabía que estar aquí con Vicky no lo ayudaría en nada.

—¿Qué pasó? —preguntó, aunque su tono denotaba más obligación que verdadera preocupación—. Te ves mal.

—Tengo frío... —respondió ella, con voz temblorosa, abrazándose a sí misma.

Tyler suspiró, sin saber qué hacer.

—¿Estás drogada? —preguntó, sin rodeos—. Todos creen que andas de fiesta.

—Ojalá fuera eso... —murmuró Vicky, su voz rota.

Él la miró, incómodo. No quería estar en esa situación, y mucho menos involucrarse más de lo necesario. Su mente seguía volviendo a Alycia, a lo mucho que la había perdido y lo complicado que sería recuperarla si seguía enredado en situaciones como esta.

—¿Qué pasó en el bosque, Vicky? —preguntó al fin, con un tono más serio, aunque aún distante—. ¿Los que murieron? ¿Qué viste?

Vicky lo miró por primera vez, su rostro empapado de lágrimas, visiblemente rota.

—Tengo tanto miedo... —sollozó, acercándose a él.

Tyler se quedó inmóvil, sin saber cómo reaccionar. Debería consolarla, eso era lo que cualquiera haría, pero acercarse a Vicky no lo llevaría a donde quería estar. Con Alycia.

—No tengo control... —murmuró Vicky, su voz quebrada, mientras miraba fijamente a Tyler.

—¿Control sobre qué? —preguntó él, aún más confundido.

—Tengo mucha hambre... —su mirada se desvió hacia su cuello, sus ojos brillando de una manera extraña—. No se me quita...

Tyler frunció el ceño, sintiendo una inquietud creciente. Nada de lo que decía tenía sentido.

—¿Qué droga fue? ¿Qué te metiste? —preguntó, tratando de comprender, justo cuando Vicky lo tomó del rostro, acercándolo rápidamente hacia ella.

—Tengo tanta hambre, Ty... —susurró, comenzando a besarle el cuello con desesperación.

Tyler reaccionó de inmediato, apartándola con firmeza.

—Vicky, para. Lo nuestro no fue nada serio —dijo con voz firme, alejándola suavemente—. No quiero hacer esto. Lo que tuvimos no significa nada para mí. Amo a Alycia.

Vicky lo miró, sorprendida por su rechazo, pero eso solo duró un momento. Algo en sus ojos cambió; esa extraña hambre parecía intensificarse, y su respiración se volvió errática.

—Hum...Que te parece si te consigo algo de comer, ¿sí? —Tyler intentó cambiar el tema, sintiendo que algo estaba muy mal, pero cuando trató de alejarse más, Vicky se aferró a él, su rostro hundido en su cuello.

Finalmente, logró separarla, pero al mirarla, el terror lo invadió. Sus ojos eran de un rojo intenso, venas oscuras se marcaban alrededor de ellos, y sus dientes... esos colmillos afilados no podían ser reales.

—¿Vicky...? ¿Qué te pasa? —balbuceó, el miedo clavándose en su pecho.

Antes de que pudiera dar un paso atrás, ella se lanzó sobre él, sus colmillos descubiertos y listos para morder.

Tyler abrió la puerta del auto como pudo, cayendo al suelo con un golpe seco. El miedo lo impulsaba, y comenzó a arrastrarse para alejarse de Vicky, pero ella, moviéndose con una velocidad aterradora, se abalanzó sobre él, montándose sobre su pecho.

—¡Vicky! —gritó con pavor—. ¡Vicky, no!

Sus intentos desesperados por apartarla no sirvieron de nada. En ese momento, una figura apareció de la nada: Alycia. Con una fuerza que Tyler no había visto nunca, lanzó a Vicky por los aires. El cuerpo de Vicky chocó violentamente contra una pared de ladrillos, pero antes de que pudiera reaccionar, Alycia ya estaba sobre ella, agarrándola con una precisión letal y, con un movimiento brusco, le rompió el cuello.

—No mentiré, eso se sintió satisfactorio —susurró con una sonrisa.

Tyler se levantó con las piernas temblorosas, mirando la escena horrorizado.

—¿Alycia...? —balbuceó, incrédulo—. ¿Qué demonios...? ¿La mataste?

Alycia se volteó hacia él.

—¡Claro que no! —respondió con un toque de sarcasmo—. Bueno... solo temporalmente.

De inmediato, los hermanos Salvatore llegan al lugar. Antes de que fuera tarde, Damon hipnotizó a Tyler para que olvidara todo de esa noche con Viki y Alycia.

[...]

Al siguiente día Stefan le había informado a Alycia que Vicki había completado la transición, por lo tanto, en este momento iba de camino a la casa Salvatore para "ayudar" a Vicki a controlarse con la sangre.

Tocó el timbre de la casa y bastaron unos segundos para que Damon abriera la puerta.

—Vengo a ver a Stefan. Muévete.

—Y buenos días, chica bonita con una misión. —musitó con diversión.

Alycia se cruzó de brazos mirándolo expectante.

—¿Cómo puedes ser tan arrogante e imbécil con todo lo que has hecho? Esa tipa está loca, y ahora estará más loca. —agita sus brazos, como si eso fuera uno de sus mayores problemas.

—¿Cómo puedes ser tan valiente y estúpida para llamar a un vampiro mayor que tu arrogante e imbécil? Y respecto a lo de Vicki, oye, yo di la opción de matarla. Fuí piadoso. Dame mérito por eso.

—Eres un idiota, enserio. Te falta un tornillo, no espera, te falta la ferretería completa.

—Cuidado como me hablas, bonita.

—Si me quisieras muerta ya lo habrías hecho. No te engañes, Salvatore —Alycia empujó la puerta. El espacio para pasar era pequeño, contando que estaba entre la puerta y Damon. La castaña se abre paso quedando entre medio. Le sonrió a Damon antes de adentrarse por completo en la casa—. ¿Stefan? —exclamó Alycia, caminando por el pasillo—. ¡Oye, Stefan!

—Te escuché la primera vez, Alycia —Stefan apareció bajando las escaleras.

—Pues no contestaste —se encogió de hombros—. ¿Dónde está la vampi drogadicta?

—Arriba. —contesta una vez que bajó las escaleras por completo.

—¿Que se supone que haremos ahora? Todo el maldito pueblo la anda buscando, incluyendo a Jeremy. Está como loco ese crío.

—Trabajaremos con ella. Tomará tiempo. Tiene una personalidad volátil e impulsiva. Es adicta, y todo eso va a formar parte de como responde a esto.

—Mírate, hablas como psiquiatra —Stefan sonrió divertido—. ¿Y por ahora que haremos con ella? Yo planeo mandarla lejos, en esas cajas de madera y arrojarla al mar, ¿que te parece? —Alycia junta sus manos detrás de su espalda y sonríe ampliamente.

—Definitivamente ese plan está descartado —Alycia rodó los ojos—. Tenemos que mantenerla encerrada hasta que sepa que está a salvo.

—¿Cuando será eso? —la voz de Vicki llama la atención de ambos. La vampiro novata se asoma por la escalera.

—Podemos discutir eso luego. —dice Stefan.

—Donovan, los expertos están teniendo una charla. Vete.

—Alycia. —Stefan la miró de forma significativa. Sabía a ciencia cierta que Alycia y Vicki en la misma significaba peligro.

—Cómo sea, Elena ya viene en camino. —avisa antes de sentarse en el sofá.

[...]

Stefan estaba en la sala ayudando a Vicki mientras Alycia solo observaba, y cuando llegó a la sala se pilló con la sorpresa de Vicki ahorcando a Elena contra el suelo. En un rapido movimiento, la mano de Alycia se envuelve en el cuello de vicki, dejándola sin aliento y acorralandola contra la pared.

—Vuelve a ponerle una mano encima a mi hermana y a la próxima te arrancaré el corazón y se lo daré de comer a los coyotes. —siseó amenazante.

Vicki intentó sacar la mano de Alycia de su cuello, pero todo intento fué en vano, ya que Alycia tomó su muñeca y se la dobló, haciendo que Vicki soltara un grito agudo y lleno de dolor

—Soy más fuerte que tú, idiota —se burló—. Si esperas hacerme daño te estás equivocando de persona.

—Alycia, basta. —Stefan la tomó de la cintura, apartandola.

A la siguiente te mato, Donovan. Y si, es una amenaza.

[...]


Cada año, sin falta, Alycia y Daniel se lanzaban de lleno a su tradición favorita: la fiesta de Halloween de la escuela. No era solo un evento, era un ritual sagrado, y la parte más importante siempre era asegurarse de que sus disfraces estuvieran perfectamente coordinados. Superhéroes, villanos, personajes de series, incluso alimentos en alguna ocasión. Siempre juntos. Esta vez, el dúo dinámico había optado por algo más clásico: Jack Sparrow y Elizabeth Swann. Daniel, con su peluca desordenada y su barba pegada torcidamente, parecía una versión barata del pirata, mientras que Alycia lucía tan elegante como la corsetera permitía.

— Él te fue infiel —declaró Daniel con una ceja levantada, como si lo estuviera revelando por primera vez.

— Para, estás yendo muy lejos. Y no cuenta como infidelidad —respondió Alycia, cruzándose de brazos.

Daniel la miró incrédulo, con una expresión que gritaba "¿Es en serio?"

— ¿Lo estás defendiendo? —preguntó, arrastrando las palabras, casi ofendido.

Alycia ladeó la cabeza, fingiendo pensarlo un momento.

— No sé, ¿lo hago? —dijo con una sonrisa traviesa.

— Te recuerdo que él se acostó con Vicki al día siguiente de que lo terminaras —añadió Daniel, señalándola con un dedo, como si esa fuera la prueba definitiva.

Alycia se encogió de hombros.

— Yo también lo hice —dijo con total tranquilidad.

— ¡Pero tú lo hiciste porque él lo hizo primero! —replicó Daniel, frustrado, como si esa fuera la gran diferencia moral.

Alycia asintió lentamente.

— Tienes razón.

Daniel sonrió, satisfecho con su lógica.

— No sé qué harías sin mí —dijo, inflando el pecho de orgullo.

En ese momento, Jenna, que había estado escuchando en silencio desde el umbral de la puerta, intervino con una mirada de completa exasperación.

— Creo que los dos necesitan terapia. Y urgente —declaró, sacudiendo la cabeza y alejándose.

Alycia y Daniel se miraron, se encogieron de hombros y sin decir nada, volvieron a lo que estaban haciendo como si nada hubiera pasado.

[...]

La noche ya había caído y la fiesta de Halloween en la escuela ya había comenzado.

—Que bien se siente tener belleza verdadera y no de esas que se inventan los feos —dijo Alycia, abrazando por los hombros a Daniel mientras miraba el panorama; todos estaban disfrazados.

Daniel rió, pero de inmediato se puso serio, agarró a Alycia por los hombros plantadose adelante.

—Nada de dirigirle la mirada o la palabra a Tyler Lockwood, ¿entiendes?

Alycia dudó un poco.

—¡Ten dignidad, mujer!

—¡Oye!, tu eres el menos indicado para hablarme de dignidad. Además, él es quién me busca.

Daniel negó con la cabeza. Sus ojos se encontraron con la figura de Caroline y de inmediato se puso recto.

—Permiso, le iré a hablar a una linda rubia. —sonrió.

Alycia enarcó una ceja.

—¿Y la dignidad donde quedó?

—Cuando se trata de Caroline, mis emociones nublan mi juicio.

La Gilbert soltó una carcajada.

—Eres un idiota. Vé.

Daniel se marchó felizmente mientras que Alycia caminó adentro la escuela en busca de su gemela, en eso, Matt la intercepta.

—Hey, Aly, ¿has visto a Vicki?

—Eh...nop

Matt se pasó una mano por su cabello, frustrado.

—Hace rato estaba aquí. Y Elena y Stefan se encontraban bastante raros.

Alycia frunció el ceño.

—Espera, ¿Vicki está aquí? ¿Aquí en la fiesta?

—Si —el la miró extrañado—. Está vestida de vampiro.

«De seguro el disfraz le queda horrible» pensó Alycia.

Negó con la cabeza concentrándose.

—Si la encuentras, me avisas. —ella se alejó rápidamente marcando el número de Stefan mientras intentaba localizar a la chica Donovan, sin embargo, el Salvatore no contestaba. —Maldición, Stefan —susurró entredientes.

Caminó hacia las afueras de la escuela, y entonces lo oyó.

Escuchó el grito de Elena, su respiración entrecortada, al igual que la de Jeremy.

El pánico la envolvió de inmediato, como una ola oscura que la hundía sin piedad. Su mente se nubló, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo a su alrededor. Cada latido de su corazón resonaba en sus oídos, y en medio de la confusión, solo pudo pensar en sus hermanos. La preocupación se apoderó de ella, imaginando sus rostros, la posibilidad de que pudieran estar en peligro. El miedo la paralizaba, y una urgencia desesperada la impulsó a actuar, sin saber exactamente qué hacer, pero sabiendo que debía llegar a ellos.

. . .

Elena corrió en ayuda de Jeremy ayudándolo a levantarse del suelo, mientras que Stefan golpeó bruscamente a Vicki contra en auto bus, pero esta lo empujó antes de desaparecer debajo del auto bus.

—Váyanse. ¡Rápido! —ordenó Stefan a Elena.

Elena y Jeremy se apresuraron para irse, pero antes de que pudieran acercarse, Vicki empujó a Jeremy a un lado y se abalanzó sobre Elena. La tomó de los hombros y, en un abrir y cerrar de ojos, le clavó los dientes en el cuello. Elena gritó, intentando empujarla, pero de repente, Vicki se desplomó en el suelo, ahora realmente muerta.

Alycia no duda, no reflexiona; solo actúa. Sin una pizca de emoción en su rostro, sostiene el corazón de Vicki en sus manos, la mirada fija en lo que ha hecho, con la adrenalina aún corriendo por sus venas.

—¡Vicki! —gritó Jeremy, desesperado, mientras las venas grises comenzaban a aparecer en el cuerpo de Vicki. Intentó correr hacia ella, pero Stefan lo detuvo con fuerza. —¡Vicki! ¡Vicki! ¡Vicki!

—Sácalos de aquí —le ordenó Alycia a Stefan, su voz dura pero controlada—. Sácalos de aquí, Stefan —repitió con firmeza, al ver que él parecía congelado, en shock ante lo que acababa de presenciar.

Stefan, a regañadientes, asintió y tomó a Jeremy y a Elena, sacándolos de la escena. Elena comenzó a protestar, pero Stefan la calló con suavidad pero urgencia, murmurando:

—Alycia necesita estar sola.

Una vez que se quedó sola, Alycia sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo. La adrenalina aún la mantenía en pie, pero el peso de lo que había hecho empezaba a caer sobre sus hombros. La voz familiar de Damon rompió el silencio.

—Solo estabas protegiendo a tu hermana, bonita.

Alycia giró lentamente para enfrentarlo, su rostro aún endurecido por la confusión y la ira.

—Maté a alguien inocente, Damon. ¿Cómo puedes decir eso con tanta indiferencia?

Damon se encogió de hombros, con su típica actitud despreocupada.

—Está en nuestra naturaleza. Es hora de que lo aceptes y te acostumbres.


Los ojos de Alycia se llenaron de furia.

—Quieres que sea como tú —espetó, su tono venenoso—. Pero no lo soy. La diferencia entre tú y yo es abismal, Damon —Lo miró de arriba a abajo con desagrado —Mírate —continuó, con una rabia que ahora no podía contener—. Solo eres un estúpido chico asustado. Asustado de sentir algo humano. Pretendes hacerte el malo, pero en realidad... solo das lástima.

Cada palabra que salía de su boca estaba cargada de desprecio, y su mirada lo taladraba, dejando claro lo poco que pensaba de él en ese momento.

[...]

Alycia se bajó del auto y subió las escaleras de su casa, cada paso pesado con el peso de lo que había hecho. Se detuvo en la puerta de la habitación de Jeremy y observó cómo Elena lo abrazaba, intentando consolarlo. Entró lentamente, quedándose en el umbral, sintiendo la tensión en el aire.

—Lo lamento, Jer —susurró, su voz apenas audible.

En ese momento, los ojos de Jeremy se encontraron con los de Alycia, llenos de dolor y reproche.

—Tú la mataste, Alycia.

—No quería hacerlo, pero no tuve elección —respondió, las lágrimas cayendo por sus mejillas mientras su voz temblaba—. Ella te lastimó e iba a matar a Elena. No podía permitirlo.

—¡Tú pudiste salvarla! —gritó Jeremy, levantándose y viéndola con furia—. Podías hacerlo, pero decidiste matarla. No eres una asesina, Alycia. Eres un monstruo.

Las palabras de su hermano le dolieron como una estaca, hiriéndola profundamente. La rabia y la tristeza la abrumaron, y en un arrebato de emoción, Alycia respondió con un grito desgarrador:

—¿Sabes qué? Bien, ódiame. Dime que desearías que yo estuviera muerta en lugar de nuestros padres. ¡Dilo! Al menos tú, Jeremy Gilbert, estarás vivo para hacerlo.

Alycia sintió cómo su mundo se desmoronaba. Sin esperar una respuesta, se dio la vuelta y se dirigió a su habitación, cerrando la puerta de golpe. Desde dentro, escuchó a Elena tratando de calmar a Jeremy.

—¡Jeremy! —la voz de Elena se elevó—. ¿Qué demonios estás diciendo? Alycia no tuvo elección. No eligió convertirse en vampiro. Ella no eligió esto.

—¡Pues se hubiera quedado muerta! —respondió él, su voz llena de rabia.

Alycia se tapó la boca con las manos y se deslizó por la puerta hasta caer en el suelo, ahogando su llanto mientras las lágrimas brotaban sin control.

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