002. the pretty and the emo
𖥔₊˚ 🔮 ALLURE OF DARKNESS
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄 — 𝐀𝐂𝐓 𝐎𝐍𝐄
❝ LA BONITA Y EL EMO ❞
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MYSTIC FALLS, 2009.
Las pesadillas de Alycia la atormentaban diariamente desde la muerte de sus padres, convirtiéndose en un temor constante cada vez que caía la noche.
Por más que lo intentara, el miedo de cerrar los ojos y volver a ver a sus padres no desaparecía. Trataba de llenar su mente con recuerdos felices, pero lo malo siempre prevalecía sobre lo bueno. En su mente, se veía de nuevo en aquel auto: su madre muerta, Elena inconsciente y su padre haciendo todo lo posible por mantenerlas vivas. Recuerda cómo se desplomó en el suelo al enterarse de que sus padres habían muerto.
Desde entonces, vivía en un ciclo de tristeza y remordimiento. Ella sobrevivió, pero sus padres no, y descubrir que ellos odiaban a los vampiros la hacía detestarse aún más por haberse convertido en uno. Se odiaba a sí misma. Odiaba al mundo. Estaba constantemente enojada y siempre se culpaba. Tal vez sus padres estarían decepcionados, enfadados o incluso la odiarían, pero eso nunca lo sabrá.
Pensó que al completar su transición como vampira tal vez el dolor se aliviaría un poco, aunque fuera mínimamente, pero se equivocó. Ahora todo se sentía más real y doloroso. Revivía con nitidez aquel fatídico día. No le quedó más opción que aceptarlo: esa era su realidad, y no había nada que pudiera hacer para cambiarlo.
Lo único que la mantenía en pie era Elena y Jeremy. Ellos la necesitaban, así que Alycia decidió priorizar sus vidas por encima de la suya.
[...]
—¡Aly! —gritó Elena, sorprendiendo a su hermana al abrir de golpe la puerta de su habitación y lanzarse junto a ella en la cama.
—¡Lena! —gimió Alycia, enterrando su rostro en la cabecera.
—Vamos, levántate, tenemos que ir a clases —dijo Elena mientras se ponía de pie y abría las cortinas, dejando que el sol inundara la habitación.
Alycia se sentó en la cama y se frotó los ojos.
—¿Qué tal si les dices en la escuela que me siento mal? Odio la escuela. Odio a todos.
—Tengo una idea mejor: ¿qué tal si llamo a la tía Jenna para que te arrastre de las piernas fuera de la cama? —respondió Elena con una sonrisa inocente.
—No me caes bien, Elena —murmuró Alycia mientras veía cómo su hermana salía de la habitación riendo—. ¡Espero que eso pese en tu conciencia! —gritó—. Pensé que ser vampiros sería más divertido —murmuró para sí misma.
Resignada al hecho de que quedarse en casa no era una opción, Alycia se levantó, fue al armario y eligió unos pantalones de cintura baja, un top blanco ajustado, una chaqueta de cuero y unas converse.
Ya vestida, tomó su bolso y salió de la habitación, encontrándose con Elena y Jenna.
—¿Pareces una adulta responsable? ¿Una madre respetable? —preguntó Jenna nerviosa. Alycia la observó de arriba abajo evaluándola.
—Sí, sí lo pareces.
—¿Por qué? ¿A dónde vas? —preguntó Elena.
—El profesor de Jeremy me llamó —respondió Jenna mientras se miraba en el espejo. Las gemelas Gilbert la siguieron—. ¿Suelto o recogido? —preguntó, refiriéndose a su cabello.
—Azafata sexy —respondieron ambas al unísono. Jenna soltó su cabello, esperando otra opinión—. Ama de casa desesperada —repitieron.
—Vaya, todavía tienen ese don de gemelas —dijo Jenna, observándolas sonreír.
—Por cierto, ¿dónde está Jeremy? —preguntó Elena asomándose al cuarto de su hermano.
—Se fue temprano. Dijo algo sobre un taller de carpintería —las gemelas fruncieron el ceño al instante. Los ojos de Jenna se abrieron de par en par—. No hay ningún taller de carpintería, ¿verdad?
—No —respondieron ambas.
—Seguro se fue con la chica que lo desvirgó —comentó Alycia, arrugando la nariz.
—Aly... —la regañó Elena mientras Jenna se reía.
—Bueno, de todas formas, voy a regañarlo en persona.
—Dios, parece más una figura de autoridad que yo —comentó Jenna, observando a su sobrina marcharse.
—No quisiera ser Jeremy en este momento —añadió Elena.
[...]
Alycia estacionó su auto frente al hospital y, con un suspiro, se preparó mentalmente antes de entrar. Desde el momento en que cruzó las puertas, el intenso olor a sangre inundó sus sentidos. Era abrumador, casi como una llamada hipnótica que envolvía el aire, atrayéndola a ceder al deseo. Cada latido de su corazón parecía sincronizarse con el sonido de los monitores y el murmullo de la vida que se desvanecía y se regeneraba en cada rincón del hospital. Sus músculos se tensaron, y apretó las manos en puños, concentrándose en mantenerse firme.
Mientras caminaba por el pasillo le envío un mensaje de texto a Daniel
Aly:
Dan, dile al Mr idiota que no llegaré a su clase. Nos vemos en el receso. <3
Cuando iba a guardar su teléfono en el bolsillo de su chaqueta, su rostro chocó bruscamente contra algo firme.
—Maldición —murmuró, retrocediendo solo un paso molesta.
Levantó la mirada y se encontró con unos ojos azules, profundos y penetrantes. Frente a ella estaba Damon Salvatore, irradiando confianza y arrogancia con cada fibra de su ser.
—Lo siento, estaba distraída y...
—No te preocupes —la interrumpió él, quitándole importancia con ese aire despreocupado que parecía llevar como un escudo.
Alycia lo miró directamente a los ojos, sin amedrentarse por su presencia. Ladeó la cabeza, evaluándolo detenidamente, sin intentar disimular su curiosidad.
—¿Eres de por aquí? Creo que nunca te he visto —dijo, su tono más inquisitivo que cortés.
—No, no lo soy. Solo vine a ver a mi hermano menor. Seguramente lo conoces —respondió él, cargando sus palabras con una intención que a Alycia no le pasó desapercibida.
—¿Ah, sí? —replicó elevando una ceja.
—Sí —Damon dio un paso más cerca, reduciendo la distancia entre ambos, esperando alguna reacción de ella. Pero en lugar de retroceder, Alycia se mantuvo firme, levantando la barbilla con confianza—. Soy Damon Salvatore, el hermano mayor de Stefan.
Alycia frunció el ceño. Si era el hermano de Stefan, entonces también era un vampiro. Y no cualquier vampiro, sino uno mucho más viejo y probablemente más peligroso que ella. Tenía que andar con cuidado.
—Stefan nunca me mencionó que tenía un hermano.
—Oh, claro, no le gusta presumir —dijo Damon, su tono arrogante dejando claro que disfrutaba de su propio ingenio.
Alycia sintió que su mente iba más rápido que su boca, y sin pensarlo, soltó:
—Eso significa que eres un vampiro.
«Dios, Alycia, tienes la sutileza de una bomba», pensó inmediatamente, maldiciéndose por ser tan directa.
Damon ladeó la cabeza, su sonrisa creciendo apenas, como si disfrutara de la confesión accidental de Alycia. No se molestó en negarlo. Solo la miraba, como un depredador acechando, disfrutando del juego.
—Nos veremos pronto, bonita —dijo Damon con voz suave, tomando la mano de Alycia y depositando un beso lento en el dorso. Su mirada no se apartó de la de ella.
Alycia no apartó la vista, ni un milímetro, manteniéndose firme bajo su mirada mientras Damon la soltaba, sus ojos aún conectados por un breve instante antes de que él apartara la vista. La miró de reojo mientras se alejaba, una sonrisa casi imperceptible dibujándose en sus labios.
Cuando se fue, decidió llamar a Stefan para reclamarle sobre el hecho de que tenía un hermano, pero antes de que pudiera hacerlo, la puerta de una de las habitaciones se abrió de golpe. Alycia volteó rápidamente y se encontró con Jeremy, quien la miraba con una mezcla de sorpresa y nerviosismo.
—Tú, maldito mocoso, estás en graves problemas —espetó, apuntándolo con el dedo acusadoramente.
Jeremy tragó saliva, claramente preocupado.
[...]
La joven de cabello castaño ajustó su chaqueta de cuero mientras se movía entre la multitud, buscando a su hermana. A lo lejos, la vio hablando con Stefan, y un poco más allá, estaban Daniel junto a Caroline, Bonnie, Tyler y Matt.
Alycia dejó escapar un suspiro pesado al ver que Tyler se acercaba a ella. Su corazón latía más rápido, como siempre que estaba cerca de él, pero el dolor de lo sucedido con Vicki aún pesaba en su pecho.
—¿Qué quieres, Tyler? —preguntó, con cansancio.
Él se detuvo a unos pasos de distancia, nervioso, sus ojos traicionando el arrepentimiento que llevaba dentro.
—Solo... quería decirte que lo de Vicki no significó nada. Fue un error, una... distracción. Pero no fue lo que quise, Aly.
Alycia suspiró, tratando de mantener la calma. Claro que lo amaba. Tyler siempre había sido una de las personas más importantes en su vida, alguien a quien le había entregado una parte de su corazón que no compartía con nadie más.
—Sé que lo arruiné —interrumpió Tyler, su voz quebrada por la desesperación—. Estaba destrozado, Alycia. Cuando me dejaste, no supe qué hacer. Me equivoqué, lo sé, pero... estaba herido, y en lugar de esperarte, de luchar por ti, hice lo peor. Debí haberte entendido, debí haber sido más fuerte. Me arrepiento de no haber estado allí cuando me necesitabas. Lo siento, lo siento de verdad.
Sus ojos la miraban con tanta sinceridad que Alycia sintió que el nudo en su garganta se hacía más grande. Lo amaba, más de lo que estaba dispuesta a admitir en ese momento, pero las heridas o su orgullo seguían ahí.
—Tyler... —intentó decir algo, pero no encontraba las palabras. Había tanto dolor entre los dos, y al mismo tiempo, tanto amor.
—Bonita, por fin te encuentro —la voz de Damon la sorprendió mientras él pasaba su brazo con familiaridad alrededor de los hombros de Alycia. Ella frunció el ceño, incómoda por su repentina cercanía.
Tyler los miró a ambos con incredulidad, y luego soltó una risa amarga.
—¿Así que era por él? —espetó con una mezcla de dolor y desprecio—. Vaya, Alycia.
Con esa última mirada cargada de resentimiento, se dio la vuelta y se marchó.
—Tyler... —Alycia bufó, claramente irritada, y se apartó bruscamente del agarre de Damon—. ¿Pero quién te crees que eres?
Damon se encogió de hombros con indiferencia, como si lo que acababa de suceder no tuviera importancia alguna.
—Vi que necesitabas mi ayuda —respondió con total tranquilidad.
—No te pedí ayuda en ningún momento —replicó ella, molesta.
—Pero la necesitabas —sonrió con esa arrogancia que la molestó.
—Ugh, eres insoportable, Salvatore. Como Wormwood.
—¿Wormwood? —preguntó Damon, alzando una ceja intrigado.
—Sí, el cuervo de la princesita Sofía: detestable y odiado por todos.
Damon se quedó un segundo en silencio, procesando el comentario, antes de esbozar una sonrisa traviesa.
—Puedo ser mucho peor que detestable y odiado, bonita —dijo él, inclinándose un poco, haciendo que sus intensos ojos azules se encontraran con los de ella.
—Lárgate, Damon —respondió, con firmeza, sin dejarse intimidar.
—Aly —Daniel apareció junto a ella, observando a Damon con curiosidad—. ¿Quién es? ¿Quién eres?
—No es nadie, Dan. Vámonos —dijo Alycia, agarrando del brazo a su amigo, claramente decidida a alejarse. No iba a permitir que Daniel se acercara a Damon. No confiaba en él, y el hecho de que Stefan no le hubiera contado nada sobre su hermano solo confirmaba sus sospechas.
—Oye, es guapo —susurró Daniel mientras se alejaban—. ¿Quién es?
Alycia soltó un suspiro, rodando los ojos.
—Damon Salvatore. El hermano de Stefan.
—¿El hermano del nuevo novio de Elena? Pero vaya, esos genes... —Daniel dejó escapar un silbido apreciativo.
—Stefan no es el novio de Elena —respondió Alycia, un poco más a la defensiva de lo que hubiera querido.
—¿Cómo que no? Hace poco los vi conversando bastante cariñosos. Hay química ahí —comentó Daniel, alzando las cejas con picardía.
Alycia se quedó en silencio. Claro, confiaba en Stefan, pero la idea de que él estuviera involucrado sentimentalmente con su hermana gemela le generaba un malestar inexplicable. No era que desconfiara de Stefan como persona, sino por lo que él era: un vampiro. Sabía que nada bueno podría salir de una relación así, y lo último que deseaba era que Elena terminara herida.
[...]
El grupo de amigos se encontraba sentado en una de las mesas del Grill después de haber visto el tan esperado cometa. Tyler no dejaba de moverse incómodo en su asiento, y aunque fingía estar relajado, su mente estaba a kilómetros de distancia. Cada vez que miraba de reojo a Alycia, una mezcla de frustración y celos le nublaba la mente, haciéndolo incapaz de controlar sus emociones. Alycia, por su parte, intentaba evitarlo a toda costa, sin siquiera dirigirle una mirada.
—¿Alguien ha visto a Vicki? —preguntó Jeremy, llegando con evidente preocupación.
Tyler, siempre listo para soltar su sarcasmo cuando se sentía acorralado, respondió con irritación
—Tú eres quien anda detrás de todas las chicas, deberías saberlo tú.
—No la encuentro —insistió Jeremy.
—Quizás encontró a alguien más. Qué pena, farmacéutico, te reemplazaron —soltó Tyler con sarcasmo.
Alycia, al escuchar la mordaz respuesta de Tyler, finalmente levantó la cabeza, mirándolo con el ceño fruncido. La tensión entre ambos era palpable, pero Tyler, fiel a su estilo, siguió empujando los límites.
—¿“Farmacéutico”? —preguntaron al unísono las gemelas Gilbert, confundidas.
Tyler mantuvo la mirada sobre Alycia por un segundo antes de volver a clavar los ojos en Jeremy.
—Pregúntale a él.
—¿De verdad quieres hacer esto ahora? —contestó Jeremy, visiblemente molesto.
—¿Vendes drogas? —preguntó Elena, mirando a su hermano con molestia.
—Ella nunca querrá estar contigo —dijo Tyler, refiriéndose a Vicki, soltando sus palabras sin filtro. Estaba furioso con Alycia y dirigía toda esa ira hacia Jeremy, con quien nunca tuvo una buena relación.
—Ya lo hizo. Una y otra y otra vez —contestó Jeremy con una sonrisa burlona, inclinándose hacia Tyler.
—Claro, lo que digas —replicó Tyler, su voz cargada de sarcasmo. No podía controlar lo que decía, y aunque sabía que no estaba actuando bien, no podía evitar ser Tyler Lockwood, el chico que canalizaba su dolor con desprecio y arrogancia.
—¿Dormiste con Vicki Donovan? —intervino Caroline, sorprendida—. Quiero decir, ¿Vicki Donovan durmió contigo?
—¿Es en serio? —siguió Daniel, riéndose—. Amigo, por un momento pensé que eras gay. Bueno, quién sabe, tal vez aún no lo tienes claro.
Alycia lo miró incrédula antes de darle un golpe suave en la nuca.
—Ignórenlo, es un idiota —dijo Tyler, refiriéndose a Jeremy, tratando de mantener la hostilidad.
—Cuida tu lengua, Tyler —interrumpió Alycia, con un tono frío—, mira que hay muchas maneras de perderla.
Las palabras de Alycia lo hicieron detenerse por un momento. Sabía que había cruzado la línea, pero no podía retroceder. Estaba tan enojado con ella, con todo lo que había pasado entre ambos, que no podía dejar de actuar como lo hacía: Tyler siendo Tyler, siempre buscando un escape en la ira cuando el dolor se hacía demasiado insoportable.
Sintiendo la tensión que se había apoderado del grupo, Matt decidió intervenir, buscando evitar que las cosas se salieran de control.
—Mejor ayúdenme a encontrar a mi hermana —pidió, tratando de desviar la atención del conflicto.
— Buscaremos en el baño. — comentó Bonnie.
—Yo y Matt iremos a la plaza —dijo Daniel.
—Iré con ustedes —dice de inmediato Jeremy.
—Tu te quedarás aquí. —las gemelas se cruzaron de brazos mirando a su hermano menor.
—Iré con Matt. —él las ignoró olímpicamente. Trató de seguir a Matt, pero Elena lo detuvo enseguida.
—He dicho que no, Jeremy —Elena lo llevó a un lugar para hablar con Alycia siguiéndole el paso—. ¿Ahora vendes drogas?
—No vendo drogas.
—Ya me cansé de regañarte, Jer. Es evidente que no funciona.
—Ustedes y Jenna me tienen harto. Ya basta. —habló con evidente frustración y salió por completo del lugar.
Alycia inhaló y exhaló profundamente.
—Iré a hablar con él —le avisó a su hermana antes de seguirlo. Logró localizar a su hermano con éxito gracias a su audición de vampiro—. Jeremy.
—¿Es que no puedes dejarme tranquilo? —se volteó rodando los ojos.
—Eres mi hermano menor. Estaré toda tu vida para molestarte. —Alycia se paró frente a el cuando notó que Jeremy se estaba calmando. Se aclaró la garganta y habló—. Mira, se que quizás no me escuches, pero en serio espero que lo hagas —se aseguró de usar un tono suave para que no pensara que lo estaba regañando—. Se que perder —cerró sus ojos con fuerza, tratando de reprimir sus lágrimas—... sé que perder a nuestros padres fué... es, difícil. Pero no puedes consumir drogas para alivianar tu dolor, Jer. Eso no lo hará mejor, porque una vez que el efecto se vaya, todo lo que reprimiste volverá con más intensidad.
Jeremy desvió su mirada, sintiendo una lágrima deslizarse por su mejilla. Alycia elevó sus manos hasta sus mejillas y apartó sus lágrimas. Lo acarició levemente antes de volver hablar.
—Estoy aquí. Estoy a tu lado y siempre lo estaré. Ahora más que nunca debemos mantenernos unidos, Jer. Por favor, si deseas hablar, siempre estaré disponible para ti. Eres mi hermanito y te amo.
Alycia no alcanzó a decir una palabra más cuándo sintió su cuerpo envolverse por los brazos de su hermano. Jeremy apoyó su cabeza en el hueco de su cuello dejando escapar un sollozo. Alycia juró sentir su corazón romperse y no pudo hacer nada más que abrazarlo con fuerza. Si pudiera quitarle el dolor a Jeremy lo haría sin dudarlo, porque al final de todo, Alycia haría lo que fuera por su familia.
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