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Un rato después de tomar algo, al final Junjie pidió otro té de burbujas para llevar y se dispusieron a caminar por el centro, recorriendo algunas tiendas mientras Eli explicaba de a poco algunos detalles de casa cosa que veían.

—La moda aqui si que es diferente —Comento Trixie sin querer en voz alta viendo los maniquis en los mostradores tras el cristal.

—Es algo lejana a la de allá, pero a la vez no —Explico Eli viendo a Trixie de reojo, la chica sentía una curiosidad inmensa ante aquellas prendas.

Ella no era de muy estar a la moda, de echo era rara la vez que la viese interesada en algo, digamos, "femenino". Tal vez eran los aires diferentes que hace que se empiece a fijar en cada pequeño detalle.

Junjie por ahí se fijaba también en los atuendos tan extraños para él, aunque su vista se desviaba ocasionalmente hacia el cielo azul y a algunos puestos de comida rápida, dio un sorbo a su té de boba; aun estaba maravillado ante aquel delicioso sabor.

Entre tantos lugares que quería visitar, Eli tenía uno es específico que ya tenía el ojo puesto.

—¿Esto es...?

—¿Un arcade?

—Asi es, pensé que les gustaría jugar en uno de aquí —Confeso Eli—. Iré a comprar unas fichas, ustedes vayan viendo en cuáles quieren jugar.

Eli fue al mostrador a comprar las fichas para jugar, además de ver si había algo para tomar, por otro lado Junjie y Trixie se acercaron a algunos juegos para ver cómo eran.

—No entiendo la diversión aqui —Inicio la conversación Junjie—. Aqui no entrenan, sólo estudian hasta adquirir el conocimiento que necesitan y ya el resto es trabajo, y cuando están en tiempo libre en vez de mejorarse a sí mismo solo ¿Juegan?

—Es igual que allá ¿No? —Le siguió Trixie— Aqui asumen otras responsabilidades, tal vez no sean Lanzadores, pero ellos también combaten el día a día a su modo. Además ¿A quién no le gustaría descansar con algo divertido?

—Creo que ahí me pierdes.

—¡Vamos! Tu también haz de querer salir de la rutina ¿Y qué mejor cosa que con los juegos? —Animo Trixie viendo un juego en el que se podía participar dos personas—. Te propongo algo: prueba divertirte aqui, verás lo lindo que se siente.

—¿Jugaran aquí primero? —Pregunto Eli llegando junto a ellos con algunas fichas en su mano.

"Air Hockey", asi se llamaba el juego, Eli introdujo dos fichas y la mesa empezó a soltar levemente el aire.

—Es fácil, usando el maso —Señalo dicho elemento— deben introducir este disco en la portería contraría para anotar y ganar puntos.

—¿Debemos golpear el disco con esto para anotar? —Pregunto Trixie

—Teóricamente, si.

Después de una breve demostración de cómo de juega y las reglas por parte de Eli, ambos extranjeros probaron dicho juego. Al principio no había tanta competitividad, pero conforme iban anotando las ganas de querer ganar aumentaron.

Probaron otros juegos también, Trixie era quien más se entretenía, si bien parte de la mecánica de los juegos era bastante similar que en Bajoterra, el hecho de que no estuviera jugando en Bajoterra era lo que la animaba tanto. Junjie por otro lado le estaba agarrando cierto gusto a lo que era jugar, tal vez el factor competitivo era lo que hacía que quisiera tanto el lograr ganarle a sus amigos.

Después de un rato Eli y Junjie se sentaron en una banca cerca de los juegos de pinzas, Trixie tomó las últimas fichas y se dispuso a tratar de conseguir un premio ahí.

—Nunca vi a Trixie actuar, pues, como una chica —Comento Eli mientras veía de lejos a la chica quien con suma concentración trataba de lograr tomar los peluches de la máquina.

—¿Qué no lo hace nunca? —Pregunto extrañado Junjie ante tal comentario.

—No es que no, me refiero a, bueno, ya sabes. No es de esas que son extraordinariamente "femeninas", ella tiene su propio encanto. Tal vez por eso me sorprende un poco verla tan... Natural.

—Creo que entiendo a qué te refieres.

—...Oye ¿Cuantas veces jugó ya? —Cuestiono el Shane al verla sacar otro peluche de la máquina e introducir otra ficha.

—Eh...

—¿Cuántos sacó ya? —Pregunto nuevamente.

—Creo que va por el quinto ahora.

El Shane la miró sorprendido, efectivamente a un costado de ella había otros cuatro peluches y ya la pinza tenía entre sus garras el quinto trofeo.

—Trix, vamos, hay que seguir —Llamo su atención Eli acercándose a ella, Junjie le seguía por detrás.

—Ay, bueno, igual ya tengo los que quería —Comento feliz mostrando los 5 peluches que sacó.

Los 5 eran de animales, había un tigre bengala, un cerdito, dos lobitos y lo que parecía ser un ratón, cada peluche de más o menos 20 cm de alto.

—¿A dónde iremos ahora? —Preguntó Trixie.

El Shane no quería desperdiciar tiempo, simplemente quería que vieran lo que es, en teoría, cotidiano en la superficie. Si bien era en gran parte aburrida a diferencia de una vida en Bajoterra, para ellos quienes estaban acostumbrados a completa acción todo el día era como un respiro en su rutina. Seguidamente los llevó a los parques, centros comerciales, y otras tiendas.

A Eli le resultaba divertido cada expresión diferente por parte de sus amigos, también notó ciertos gustos, por lo menos a Junjie le gustó los parques, sitios de comida y el té de boba; a Trixie le encantó los sitios de entretenimiento, cómo lucía algunos lugares como el cine (lastima no pasaron a ver alguna película) y las tiendas de ropa (para sorpresa del Shane).

Siguieron su recorrido, y apenas eran las 5 de la tarde, el día había pasado casi volando, Trixie y Junjie iban a la par hablando alegremente de lo que llevaban de día con algunas compras incluidas y apenas un poco atrás, casi en el medio de ambos, iba Eli feliz al ver a sus amigos divertirse. A fin de cuentas ese era su objetivo.

Se detuvieron de golpe cuando el par de extranjeros posaron su vista en una vitrina llena de cosas que parecían antiguas.

—¿Esta tienda de qué es? —Pregunto Junjie al Shane.

—Parece abandonada, pero veo gente en su interior —Comento Trixie.

—Es una tienda de antigüedades, por lo general hay objetos que son de años atrás, ya saben, cosas antiguas.

—¿Podemos entrar?

—¿Seguros? Y yo que pensaba que una visita a un museo les iba a aburrir y por eso lo descarté.

—Pero en el museo no podemos llevarnos más que recuerdos, aqui podemos interactuar más con las cosas ¿No?

—Si, ¿Entramos entonces?

Ambos asintieron y se dispusieron a entrar a la tienda, era sorprendentemente grande y había todo tipo de cosas añejas. Eli le pidió a la señora del mostrador si podía cuidar las bolsas que traían para no causar molestias dentro de la tienda. La señora las tomó sin problema, viendo como la pelirroja y el asiático miraban con asombro las cosas, aunque la más asombrada era ella, por lo general es poco común ver gente joven interesada por este tipo de objetos.

Había una seccion de cámaras antiguas captando la atención inmediata de Trixie, tenían en una etiqueta el año de origen de cada una, definitivamente el avance tecnológico de la superficie era completamente diferente al de Bajoterra.

Junjie veía del otro lado los mapas exhibidos con la pared, cada uno con una fecha de creación, le llamó la atención los nombres de cada una de las "cavernas", o como le explico Eli, los países ilustrados en el mapa, también había brújulas, teteras, faroles, unos abanicos que para vista de él, tenían un precioso dibujado en cada uno. También vio algunas armas, ya con su filo completamente perdido y oxidado, le gustaba los aires que le brindaba.

—No son de por aquí ¿cierto? —Preguntó la señora apoyando su mejilla en su mano desde el mostrador.

—No, estamos de paso —Le explicó Eli mientras observaba a sus amigos.

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Olvide que esto existía ª

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