▬ CAPITULO NUEVE!
CAPÍTULO NUEVE!
་ ּ 𝟶:𝟶𝟶 ──◍───── 𝟷:𝟹𝟶 ➛˖ ࣪ ⏱ ぃ ˑ ִ
Marzo, 2023.
Kim entró hacia donde se encontraban el resto de los bailarines saludando a cada uno, tomó su botella de agua abierta para beber de un sorbo mientras preparaba a la vez su garganta.
—¿Listo?
—Listísimo, Hyung.
Asintió su manager haciendo que le dejara continuar, movió su cabeza de un lado a otro haciendo un estiramiento corto comenzando con aquellos en todo su cuerpo al igual que sus bailarines quienes le seguían el juego. No pudo evitar sonreír contento, pues aquella acción le recordó a sus compañeros de grupo, con quienes solían hacerlos juntos, pero ahora solo estaba él y el equipo propio que tenía.
Muchas veces no podía creer que tan lejos había llegado, es como si se viera en el espejo con trece años y ahora con veinticinco bien cumplidos, era otro nivel.
—Wow, ¿todos están bien? –Preguntó el idol hacia el resto, quienes rieron por la ocurrencia. —Tengan cuidado, no queremos heridos por hoy.
—Me dolió la espalda, pero lo soportaré solo porque antes fue tocada por la diosa de mi vida. —Una bailarina dijo haciendo que Yugyeom mirara hacia ella algo intrigado, antes de siquiera pensarlo se cuestionó a que se refería exactamente, si desde que tenía recuerdos de ese día todos habían estado ensayando juntos.
—¿Por la diosa de tu vida? —Cuestionó divertido.
—Claro, la que siempre fue mi novia pero ella no lo sabía. —Yugyeom carcajeó ante las ocurrencias de una de sus compañeras.
—¡Pero se lo dijiste y ella se asustó! —Otra bailarina le corrigió haciendo que la otra se ofendiera un poco. Un bailarín al contrario se acercó a Yugyeom a preguntar.
—¿De que hablan, hyung?
—No tengo la más mínima idea. —Respondió Yugyeom acomodando su audífono en su oído.
—El día de hoy antes de que llegaras vino una estrella así de famosa. —Abrió sus brazos demostrando dicho espacio. —Y la conocimos, hasta una foto nos tomamos, convivimos pero ella se tuvo que ir.—Puchereo.
—¿Una famosa vino aquí? —Preguntó el de los pantalones escuálidos totalmente incrédulo, pues no había escuchado eso hasta ahora.
—Es amiga de Lea Unnie, por eso nos dejo conocerla, estuvo en los ensayos y por eso tuvimos suerte, creo que vendría cuando se acabe el concierto.
—¡Ojalá que si! —Aladeo.
—Woa, ¿realmente me perdí eso? —Todos asintieron haciendo que Yugyeom se quejara en voz baja. —Bueno, aunque no me sorprende. Lea noona conoce a mucha gente, quizás la pueda conocer.
Y antes de siquiera alguno quisiera mostrar dicha foto, fue interrumpido por quien más hablaban en ese instante.
—Yugyeom-ie. Sales en cinco después de que Gray baje. —Yugyeom asintió ante las indicaciones de Lea, una de las encargadas en todo el movimiento de sus fechas en su gira con todos los de la agencia.
—Si, noona, muchas gracias.
—Uhm.. Haneul, arregla más su cabello. —Indicó aquella haciendo que su estilista se acercara de inmediato. —Aunque se que terminará colocándose una gorra, no dudes que debe verse increíble.
Yugyeom dejó que su estilista acomodaran su cabello por última vez antes de que escuchara por medio de su audífono como le informaban que salía dentro de poco, pues después de que su compañero de empresa y Hyung cercano, Gray, terminara su espacio del concierto, el siguiente era él.
Por alguna razón ese día se sentía más ansioso de lo normal, no sabía si era el ambiente que París le daba o solo algo que no lo dejaba tranquilo, pero no sabía o quería descubrirlo pues en cualquier momento haría su trabajo, y lo que menos quería era estar así de sensible cuando usualmente él era de demostrar más su lado positivo.
—Listo. Mucha suerte, Yugyeom. —Alentó Lea hacia este, quien le recibió con una sonrisa agradeciéndole una vez más.
—Muchas gracias, noona, pero estaré bien, llevo haciendo esto desde mis dieciséis años.
—Lo sé, pero aún así quería desearte mucha suerte hoy. —Lea extendió su pulgar hacia el, poco después Yugyeom copió su acción. —Debo seguir con los demás, tú sigue portándote bien y saca todo de ti.
—¿Tienes prisa por algo, noona? —Preguntó un tanto preocupado pues se le veía exaltada o como si tratase de encontrar el momento perfecto para soltar una bomba, pero Lea negó.
—No, Yugyeom-ie. Solo debo hacer una llamada importante antes, pero... ¡suerte!
Yugyeom tomó sus palabras bien haciendo que luego Lea se retirara pues debía seguir en su momento de chica detrás de todo aquello llamado concierto, pero sacando su teléfono para hacer aquello que le había prometido. Dándose un último vistazo se dirigió junto al resto de su equipo para darse ánimos ante todos deseándose una buena presentación, pero él confiaba en todos, pues siempre daban lo mejor de ellos al igual que este mismo.
Apesar de intentar tomar en cuenta, algo seguía sintiéndose extraño por dentro suyo, quería reemplazarlo pero seguía estando ahí, entonces solo podía ignorarlo, pues su momento había llegado, y el haber pisado el escenario haciendo que los gritos de fans le aturdieran sabía que tenia que continuar.
Sabía que en el escenario estaba esa pieza que tanto le faltaba, recibir día con día esa emoción de alguien esperando por él y emocionados por lo que sea que les ofreciera, era ese pedacito que tanto le aliviaba el alma, pues después de tanto, sabía que cada esfuerzo tenia su recompensa así tardarán un par de años, agradecido siempre se conmocionaba creyendo que a veces no merecía de tal apoyo, pero otras veces se encargaba de disfrutarlo pues en algún punto se acabaría, aunque él quería seguir por muchos años más.
Su adrenalina era tanta que no temía acabarla en ese instante, pues sabía que seguía más por su parte, yendo con tanta característica confianza ahora por su tercera canción siendo una colaboración, se dedicó a pasar el tiempo en el escenario junto a su compañero de canto, quien se le había unido. Era inevitable ver de cada lado a los fans quienes cantaban a la vez, compartiendo el sentimiento alegre.
Pero, ¿en que momento en que precisó momento se había esfumado? ¿Por qué la alegría se había reemplazado por algo extraño que no podía descifrar? Sabía que no era la música, tampoco los fans, y Yugyeom se sentía mal de antes, pero nunca era impedimento para él entrar a disfrutar lo que tanto él amaba.
Su respuesta fue encontrada una vez miraba con desespero en una salida, pero entrando a un pozo más profundo se dejó caer una vez estaba estupefacto ante lo que había captado, y no era un algo, era un alguien.
Esa chica que tanto había estado persiguiendo después de tantos años, con quien con el pasar del tiempo las cosas habían sido tan insuficientes que la única separación fue que cada quien tomara caminos distintos, pero claro, sin llegar siquiera a amigos, pues aquella sólo desapareció de su vida sin dejar rastro.
No entendía como es que la misma que le había dejado, era la misma que ahora le estaba viendo entre el público orgullosa, dejándolo un tanto sorprendido, pero con el dolor molesto.
Nisiquiera sabía si era un reflejo después de tanto tiempo afectado, porque en cuanto comenzó a cantar de nuevo cayó en cuenta que no se trataba de nada imaginario, todo era real.
Park Seulmi estaba siendo real estando como alguien del público en su propio concierto.
No sabía siquiera cuánto había pasado mirándola mientras la canción continuaba, pues no ayudaba mucho que Running Through Rain sonara de fondo mientras uno de los escritores estaba dando vueltas sin dejar de ver a su ex novia. Solo una ayuda fue suficiente para que Kim reaccionara, teniendo el objetivo principal que era en el que se encontraba.
Aún faltaban varias canciones, pero Yugyeom sentía que no podía más.
Su pecho comenzó a expandir un extraño dolor por aquel haciendo que le fuera complicado el concentrarse, más allá de que los fans no lo notaran no quería que una personita principalmente notara su posición. Usualmente como lo hacía desde antes, su mejor opción era fingir que eso no sucedía e intentar cantar lo que le restaba de su tiempo.
No sabía cuánto había pasado, pero eso le estaba asfixiando, inclusive cuando su tiempo se había acabado y el escenario se había apagado para la espera de su otro compañero, sus pies casi lo hacen tropezarse al bajar de ahí.
—¡Yugyeom-ah, lo hiciste increíble! —GRAY, uno de sus hyungs de la empresa y quien también había compartido escenario esa noche se acercó con toda una buena intención, pero Yugyeom no se encontraba en el mejor estado para recibirlo.
–Hyung, lo siento. ¿Podemos hablar cuando sea el final?
—Claro, Gyeom-ah. ¿Pasa algo?
—Solo debo tomar aire, creo que me acabe mis energías.—Dijo de manera rápido, Seonghwa asintió de acuerdo haciendo que este saliera casi que corriendo de ahí, nisiquiera tenia un destino y encerrarse en el baño tampoco era un buen plan para él.
Entre los pasillos oscuros se dejó llevar hasta encontrar una puerta, aquella daba a un espacio más libre dejándole respirar el aire de afuera haciendo que soltara todo el que retenía, pero empeoró pues comenzó a respirar mucho más rápido con el tiempo. Llevo la mano a su pecho haciéndola un puño en cuanto parecía no desaparecer.
¿Un ataque de pánico por verla? Todos dirían que era algo ridículo, pues habían pasado tantos años de lo sucedido, pero, para Yugyeom era distinto.
Mientras apretaba los ojos los recuerdos disipados venían a su mente haciendo que su garganta se cerrara aguantando con todas sus fuerzas el llanto que tenía atorado, pero sabía que en cualquier momento se quebraria. Por más que lo deseara noche tras noche no estuvo preparado para ese momento, mucho menos para lo que su mente le tenia preparado.
—Quiero terminar contigo. No lo repetiré de nuevo.
—Por favor dime, ¿que hice mal para que no me creas?
—No puedo volver a confiar en ti así, y una relación no se puede sin confianza.
—Solo dime que hacer para solucionarlo, pero, por favor, no te vayas.
—No tenemos solución, no podemos vivir así. Esto me agota.
Indispensablemente, en cuanto aquello había tocado de nuevo el corazón de Yugyeom, fue imposible detener a las lágrimas pequeñas que ya se asomaban, pues su sentir y el reflejo de su yo de hace años le estaba torturando en ese mismo momento. Apesar de ser alguien completamente diferente, no podía evitar sentirse el doble de patético que en aquel entonces.
El que viera a SeulMi no era el hecho de su dolor, lo que más le tocaba el alma era su posición, él como había estado desde el día uno hasta el día mil que ya lo había sobrepasado. Pudo sobrevivir casi que mil días sin ella, entonces. ¿Porque ahora se comportaba como un nene con solo verla? ¿Por qué le dolía tanto como si hubiese sido el primer día de superación? ¿Por qué no podía simplemente olvidarla como todo el tiempo le decían?
Yugyeom solo quería dejar de llorar, pues se odiaría el que alguien lo viese así, por ende, tuvo que reprimir durante unos segundos su mente dejándola en blanco luchando por no atraer de nuevo todo eso que le estaba atormentando desde hace años, pero que sabía que en algún punto volvería a sucederle, por ahora se concentraría en terminar el concierto, después de ahí, quizás se encerraría en el baño del avión hasta pensar con claridad que estaba pasando a llorar o solo pegarse sin parar.
Porque ni el mismo esperaba algo bueno ahora.
Entrando intento disimular lo mejor posible de su estado, camino con rapidez a dentro de nuevo, apesar de la poca luz -que le favorecía, así nadie preguntaba por el rojo de su rostro-, se dejó guiar por su tacto para llegar a donde tanto habían las escaleras, escuchaba de fondo la música de otro compañero de su agencia haciéndole tranquilizarse un poco. Sorbió su nariz limpiándola con algo de rollo sentándose en uno de las sillas que estaban ahí.
Sabía que en cuestión de minutos, cuando la presentación del último artista finalice todos saldrían al escenario con últimas canciones antes de despedirse de París, aunque no se sintiera lo suficientemente preparado para volver ahí sabía que tenía que hacerlo, no solo por él, si no por sus fans que se pondrían tristes al no verlo en el escenario.
Pero a la vez era imposible no pensar en Seulmi cuando no lo viera.
Quería darse una cachetada cada que recordaba algo del estilo.
Los estilistas le acercaron la playera con la cual finalizaría que era la de la mercancía del tour, colocándose de manera muy floja arreglaron por última vez su peinado, aunque de mal humor terminó colocándose una gorra encima de este. No quería ser grosero, pero si alguien le preguntaba si se encontraba bien probablemente lloraría y era lo que menos deseaba ahora que estaba por volver al escenario.
Solo quería que la noche terminara de una buena vez.
Tragándose su llanto y sus pensamientos alterados en ese momento, quiso reemplazarlo con la energía del público que le brindaba en ese instante. Rodeándose de sus amigos-compañeros al momento de cantar lo último que podía se dejó llevar en lo que quedaba, pues al ser lo último ya ni siquiera tenía mucho esfuerzo pero claro, demostraba lo contrario.
Un último discurso en agradecimiento, la fotografía de recuerdo, despedirse de los fans, y finalmente, bajar del escenario.
Era orden había sido la perdición de Yugyeom, pero no tanto como la de ahora. Caminando lejos de todo con su sentimiento muy en el fondo, se detuvo de golpe haciendo que su vista se concentrara de nuevo en aquello.
O aquella.
Aunque esta vez, salvado por la campaña, el abrazo grupal de sus bailarinas le hizo regresar, más cuando parecía pelea de miradas contra Seulmi, quien cuanto quiso volver a ver aquella ya no estaba en el backstage. Con aquel sentimiento rodear su pecho de nuevo suspiró mientras escuchaba y agradecía a los bailarines de aquella noche.
—¡Chicos, lo hicieron increible! —En su vista, Lea apareció aplaudiéndoles a todos en general, creando dicha porra entre todos. —Tenemos varias horas antes de irnos a Madrid, podrían ir a descansar, o salir a despejarse antes de vernos en el aeropuerto.
La mayoría optó por querer ir a beber y después descansar aunque sean pocas horas, al cabo, en el avión las pondrían reponer, Yugyeom chilló en cuanto le jalaron hacia el grupo para festejarlo, pues él solo quería llegar al hotel ya.
—¡Lea unnie! ¿Seulmi no vendrá con nosotros?
—Mhm, no lo sé, Chaemin. Le dije que viniera pero parece que se quedará con su madre aquí en París, dijo que no se sentía bien hace unos minutos.
—Que mal. Yo quería verla. —Se quejó la bailarina en un puchero mientras veía al resto, quien también lucían decepcionados.
—Lo sé, ChaeMin, pero tranquila, ella parece que se irá de París hasta mañana. —ChaeMin, la bailarina asintió emocionada yendo hacia el resto de sus compañeros, pero Lea se detuvo. —Oh, Yugyeom-ie. ¿A donde vas? —Cuestionó en cuanto vio a Yugyeom ir por el lado contrario de ellos.
—Noona, quisiera descansar más para Madrid. Iré al hotel y los veré a todos cuando sea hora de irnos. —Dijo nervioso, pues en verdad quería irse sin que nadie se lo cuestionara. Lea le miró durante unos segundos sabiendo que escondía algo, pero lo dejó pasar, no era momento para reprenderlo o llenarlo de preguntas cuando seguramente quería estar solo.
—Está bien, Yugyeom-ie. El chofer te llevará y espero si descanses como me dices. —Amenazó con su dedo.
—Si, noona.
Orgulloso, abandonó el lugar.
Cada paso se hacía más pesado con el pasar del tiempo, el recorrido en la camioneta blindada solo le hizo mirar melancólico hacia la ventana mientras esperaba la llegada, que cuando había pasado, solo le hizo cuestionarse más si quería bajar o no, cuando puso sus pies abajo no tuvo otra opción. Presionando el piso en el elevador de mala gana, se mantuvo bien hasta que llegó finalmente a su habitación, donde sin pensar donde dejar sus cosas solo se tiró a la cama, sin importarle estando boca abajo boca arriba.
¿Era el mismo que estaba emocionado por París? ¿De verdad era el Yugyeom que no dejaba que nadie me quitara lo positivo en la vida? Ni el mismo parecía encontrarse en ese momento. Tomó su teléfono para marcar al más cercano posible esperando con todas sus ansias que respondiera.
📞: ¿Diga? ¿Yugyeom-ie?
—Bam. ¿Estás ocupado?
📞: No hermano, ¿qué pasa?
—Bamie.. yo la vi. E-Ella estaba en mi concierto de hoy.
Dejándose desahogar mientras su mejor amigo al otro lado le escuchaba, dejó que todos sus sentimientos salieran a la luz sintiéndose como el mismo niño pequeño que años atrás cuando lloraba por sentir que algo había hecho mal.
📞: ¿En serio ella estaba entre los fans?
—Si. —Sorbió su nariz. —Te juro que quise disimular el que no me afectaba pero no podía. No deje de verla y ella lo notaba, i-incluso creo que quería ir al backstage, pero en cuánto me vio.. se fue.
BamBam al otro lado suspiró algo abrumado, en si, tenia años que no escuchaba a su mejor amigo llamarle por el tema de la misma chica, todo porque simplemente se había terminado y ella no volvería, pero ahora era diferente, ella realmente había vuelto. No sabía si sentirse feliz por Yugyeom o preocuparse.
—¿Qué debo hacer? —Preguntó entre sollozos pegado al teléfono. —Estoy seguro que la seguiré viendo después de esto. Mi corazón no podria soportarlo, Bam. No cuando ella ya pertenece a alguien más.
BamBam se alertó de inmediato al escuchar esto provenir de la voz de su mejor amigo, pensando en una rápida respuesta parecía no llegar, pues resultaba que Jinyoung y Jackson no estaban del todo mal, pero no estaba seguro a que se referían ahora los tres exactamente.
📞 : ¿Quien te dijo sobre eso?
—La vi mucho antes. Cuando estuvimos en HongKong con la empresa la vi, yo la vi y ella no estaba sola, estaba con alguien más. —Exclamó entre el llanto. BamBam en ese momento conectó la idea en su mente teniendo en cuenta que en esos momentos fue cuando Yugyeom no quería salir de su habitación a menos que fuera para ducharse o comer con el resto, además de agregar la actitud sospechosa de Jinyoung y Jackson sobre el paradero del Chino en su país natal. —Desde entonces no he dejado de pensar que ella me dejó atrás. E-Ella realmente me olvidó y si tiene a alguien más no podré soportarlo mas, Bammie, te juro que me estoy cansando.
Dejándose caer sobre su cama del hotel, Yugyeom soltó en llanto una vez más mientras evitaba con todas sus fuerzas dejar de temblar, pero a ese punto ni él mismo sabía controlarse ya, pues se sentía lo suficientemente débil para pensar en que tendría que pensar en su salud mental en ese momento, aunque ya había quedado atrás. El paso final que era en el que estaba en ese momento.
Llevaba todos los pasos en esos momentos completados, pero siempre le faltaba el último.
Dejar ir.
Pero Yugyeom por más que quisiera, no podía hacerlo. Se estaba cuestionando que tanto valía la pena, pero sabía que todo valía la pena si se trataba de Seulmi.
No sabía del todo si era real o no, pero algo que aseguraba es que le estaba carcomiendo el alma entera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top