WALK HOME ALONE - chaptee thirteen
—Quiero cerrar nuestra última clase con un antiguo dicho que se le atribuye a Dante. Quiero compartirlo con ustedes para que lo analicen durante sus vacaciones. "Recuerda esta noche, porque marca el principio de la eternidad".
Aquellas palabras me persiguen desde que las oí salir de los labios de la profesora Dinn. Al inicio no les quise dar importancia.
Sin embargo, hoy aquí estaba, arrastrando mis maletas fuera de un hotel casi a mitad de la noche. Mis amigas habían tenido razón, no debí siquiera considerar atender a aquella fiesta.
—¿De verdad estás haciendo esto? ¿En nuestro escape a Nueva York? Ni siquiera te he dado un recorrido por la ciudad—alguien preguntó a mi espalda, nuestras esperaba un taxi.
—Lo cuál es bueno, porque tu naciste en Boston, Chris. No Nueva York—contesté sin mirarlo.
—No seas demasiado dura conmigo—dijo acercándose a abrazarme, me alejé discretamente por el olor, estábamos en público. Cuando la gente dice que Nueva York nunca duerme, lo dicen de verdad. Son pasadas las 12:00 a.m. y la cantidad de gente que circula las calles es increíble.
—¿Qué haces? Hueles a que una licorería entera se volcó sobre ti.
—La verdadera pregunta es qué haces tú, Monet. Están todas tus cosas aquí.
—Iré al aeropuerto. Buscaré un vuelo o rentaré un auto, puedo conducir.
—¿Por qué?
—Me corriste de la jodida fiesta, Chris. ¿O no lo recuerdas?—rió y talló su rostro con una de sus manos, lo cual no hizo más que molestarme aún más—. ¿Dije algún chiste?
—No, pero me sorprende como tú infantil mente te ha hecho recibir mi mensaje. Solo te dije que vinieras a dormir, la fiesta se alargaría y volamos desde temprano y por muy corto que fuera el vuelo, es cansado, yo lo sé. Mi trabajo me lo pide mucho. Solo fui considerado. Así como lo fui al dejar también la fiesta para venir contigo. Los amigos cercanos se siguieron a casa de Scarlett, pero yo preferí venir aquí para estar contigo. Con mi novia. A quien amo.
Guardé silencio y acomodé un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Iré a casa, Chris. Podemos hablar sobre esto cuando no estés ebrio.
—Por favor. Quédate la noche—pidió y acercándose a acariciar mi rostro me miró a los ojos—. Te extrañé la noche pasada que te fuiste. Hoy de nuevo arruiné todo, pero por miedo. Miedo al que dirán. Escucha, la mayoría de mis amigos ya tienen una vida hecha, casados, con hijos. Y tú tienes la edad del hijo de Mark. Me asusta el que dirán los demás. Pero me agrada estar contigo. Así que por favor, pasemos la noche aquí. Es tarde, no encontrarás vuelos y conducir hasta Boston es pesado y no descansaste en todo el día. Por favor.
Pasada más de una semana y la misma frase sigue atormentándome; cuando voy a dormir, cuando recibo la llamada de mi madre, cuando me ducho, cuando salgo con mis amiga y sobre todo por las noches cuando Chris y yo tenemos intimidad.
"Recuerda esta noche, porque marca el principio de la eternidad". Dante no era un profeta, y aquella frase no era para mi, sin embargo, quedaba como anillo al dedo a como se desarrollaba mi vida los últimos días.
Chris y yo podíamos pasar algunos días bien, pero había otro en el que lo único que hacíamos era discutir. Después él tomaba y yo lo disculpaba... siempre terminábamos en la cama.
¿Me gustaba esa rutina? En lo absoluto. Me recordaba a la noche de la fiesta. Una gran discusión, Chris ebrio y yo cayendo de nuevo en aquello. En realidad era como revivir bucles en el tiempo.
Esta tarde había ocurrido lo mismo. Una gran discusión en la que ambos gritamos. Mi padre me había llamado y me había dicho ya estaba arreglando las cosas para mi fiesta de cumpleaños. Le dije a Chris que invitara a sus amigos, no le gustó mi sugerencia.
Ahora estaba sentado en el comedor, su teléfono en mano y frente a él una botella de Aviaton, la cual estaba por la mitad. Tan pronto la última gota entrará en su sistema, sabría exactamente cómo hacerme quererlo y hacerme creer que él me quería a mi.
Esa noche, con la botella aún por la mitad lo decidí. No podía quedarme y esperar a que terminara de beber para que se disculpara.
—Claire y Padmé me invitaron a dormir—lo dije mientras me ponía el saco. Diciembre traía consigo el viento del invierno, siendo aún más fresco que el del otoño. Estábamos a 12 de diciembre. A doce días de mi cumpleaños, a doce días de navidad y tan solo nueve días alejados de la entrada del invierno.
Chris no contestó. Lo miré de reojo y vertió más alcohol en su vaso aún con su mirada en el teléfono. Salí de la casa y caminé sola a casa.
Caminé sola a la casa de donde no debí salir. A la casa donde mis amigas me advirtieron que ir a la fiesta no era buena idea.
Al llegar a la casa, con las llaves que mis amigas me habían regresado entré. Claire estaba preparando la cena, Padmé estaba arreglando la casa, habría visitas; Kristen y Timothée.
—¡Oh! No te esperábamos. Padmé pon dos lugares más en la mesa.
—No es necesario. Solo... solo necesito dormir aquí esta noche. Ustedes sigan con lo suyo. Estaré en mi habitación. Sin hacer ruido y pretendiendo que no existo.
—¿Debemos preocuparnos que estés citando a Harry Potter?
—Probablemente no. Haré maratón, no tengo nada que hacer. Ustedes sigan con su cita... o lo que sea que vaya a llevar esto.
Podemos decir dos cosas:
1. Les fallé mucho la semana pasada y es probable que les siga fallando esta semana, sin embargo, acá les dejo el capítulo que inicia el fin de todo.
2. Podemos oficialmente decir que Monet finalmente está viendo las red flags. A pesar de ello, es triste ver que aunque se aleje y vaya con sus amigas, no tiene intención de dejarlo.
Espero les agrade el capítulo. Y les extiendo una disculpa por no haber actualizado antes. Esta semana fue de proyectos y vienen esta misma los exámenes, entonces fue más complicado encontrar inspiración, tiempo para escribir y energía para escribir.
Btw, espero esta semana poder escribir más.
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