Capítulo 1
La mañana era silenciosa, todos estaban velando en vida a sus hijos o al menos a los que tenían entre 18 y 12 años. Y como no hacerlo hoy era el día de la cosecha, el día en el que arrebatan a un niño y una niña de su familia para meterlos en una arena con otros 22 niños para que se maten.
Para Heather y su hermano, Klaus, era él último año en el que deberían preocuparse.
-Vuelvan antes de las 2, quiero que estemos juntos cuando sea la hora del sorteo de los tributos.
Les pidió su madre angustiada, aunque sabía que era casi imposible que ellos salgan en el sorteo, no solo porque era su último año, si no también porqué jamás se metieron contra la ley, ni ellos, ni nadie de su familia.
-Volveremos antes de que te des cuenta, solo iremos a por algo de pescado al puerto para la cena- Respondió Heather, la menor de los mellizos
-Traeremos el mejor, para festejar que será el último año que la familia Collins se tenga que preocupar por esos juego- Habló Klaus mientras buscaba algo en su habitación- Heat, ¿viste mis zapatos?-Preguntó con voz alta pero sin llegar a gritar para que su hermana lo escuche desde la cocina.
-¿Ya los buscaste donde los deberías guardar?- Preguntó comiendo un pedazo de la corteza de un pan que tenían en la cocina.
Luego de un par de ruidos que indican el hallazgo de los zapatos perdidos, Klaus apareció para darle un rápido beso a su madre e ir a la puerta de la casa, donde su hermana lo estaba esperando.
-Tardas demasiado, cuando lleguemos al puerto solo quedarán los pescados que son para el distrito 12- Dijo como reproche aunque ambos sabían que eso era una exageración.
-Lo que tú digas, aunque no deberías hablarme así, soy tu hermano mayor- le hizo una sonrisa pícara y ella solo lo vio seria- por veinte minutos, pero sigo siendo el mayor.
-Y también sigues siendo más lento, creo que gastaste toda tu velocidad en nacer primero.
Esas bromas y más fueron las que evitaron que se generará un silencio en el camino hacia el puerto.
-¿Sabes algo de Coryo? Lo extraño, siempre nos traía los mejores chismes del Capitolio.
-No se nada de él desde que se decidió ser el mejor de lo mejor para ganar ese premio de ricos- Respondió la castaña, lo decía mientras elegían un pescado para llevar a la casa, como si no realmente no le importará pero ambos sabían que no era así, aunque trataba de ocultarlo.
-Él se lo pierde, es porqué es del Capitolio, los de ahí no saben apreciar lo que tienen- Trato de animar a su hermana luego de haberse quedado unos segundos en silencio.
-Si, eso creo- Dijo restando importancia- ¿que te parece este?- señaló uno de los peces que estaban vendiendo- Para mí que si tiene cara de: “Felicidades familia, es hora de festejar, ya somos libres de los juegos del hambre.”
Era muy difícil ser serio para Klaus cuando eso cuando su Heather dijo eso, ella volteo a ver a su hermano y lo vio riendo.
-¿De que te ríes? Es una pregunta muy seria- Le dijo dándole un pequeño golpe en el brazo, sin poder evitar soltar una sonrisa tratando de no reírse.
-Queremos este por favor- Klaus ignoró el comentario de la hermana y llamó al vendedor- Si, este, el que tiene cara de dar buenas noticias.
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𝐴𝑙𝑙 𝑇𝑜𝑜 𝑊𝑒𝑙𝑙
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Todos en la casa de los Collins se estaban preparando para ir a la plaza a que empiece la cosecha. Por qué no quería admitirlo, Heather estaba nerviosa. Vivió que el dicho de “Si piensas algo lo suficiente se volverá realidad, y ni hablar de decirlo en voz alta.” por lo que el solo pensar en salir “ganadora” - si es que podrías decir que ganabas al salir tu nombre en el sorteo- la ponía mal.
-Vamos, Heather, eres fuerte es solo un acto político, piensa en eso.
Le dijo Kluas abrazándola por atrás cuando la vio con la mirada perdida en el espejo del cuarto que compartían. No eran ricos pero tampoco eran de la clase pobre, si no podían tener cuartos separados o comprarse ropa siempre, esos pequeños lujos de la vida, pero nunca les faltaba comida y cada tanto se daban algunos gustos.
-Lo se… Es lo que pienso… pero si salgo…-Dice dándose media vuelta dejando de ver el espejo para abrazar a su hermano
-Si sales yo me ofreceré como tributo y te protegeré hasta que solo quedemos nosotros dos…- Le decía dándole un beso en la frente para luego separarla de él y poder verla a los ojos- Te lo digo siempre, soy tu hermano mayor y mi deber es protegerte.
-No… ese no es tu deber…Si salgo como tributo… prométeme que protegerás a nuestros padres…- Le dijo asustada por lo que podía suceder.
-No va a pasar, deja de hacerte la idea, recuerda lo que dice mamá- estaba por decir el dicho que decían es su familia.
-Klaus…- Le llamó la atención, seria- si pasa, prometemelo…
-Lo prometo, Heat…
El silencio se apoderó del cuarto, Heather lo volvió a abrazar, se quedaron así hasta que su madre le llamó, ya era la hora de ir a la plaza.
-Usa la chaqueta de mamá, siempre te da suerte.
Le comento el hermano mientras se la tiraba encima para que ella la usara y saliera de la habitación. Al llegar, Heather y Klaus se separaron de su familia, listo para que empiecen con todo el espectáculo.
-Las damas primero- Dijo el alcalde sacando un papel de la urna de mujeres y lo abrió- Heather, Heather Collins…
En cuanto ella escuchó su nombre se olvidó como respirar, sus compañeras de curso voltearon a verla y solo pudo pensar en una cosa.
“Si piensas algo lo suficiente se volverá realidad, y ni hablar de decirlo en voz alta” Ella lo pensó y lo dijo. Pensó eso todo el día y se cumplió, tal vez el dicho si tenía algo de verdad al final.
-Heather Collins- repitió el alcalde- ¿Puedes pasar al escenario? Heather Collins…
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