Capítulo 11º: Arco II Parte II


Arco II Parte II

No se pueden destruir todas las sombras detective, habiendo tanta oscuridad.

—John Katzenbach

01:05 p.m.

Yoongi era un muy buen mentiroso.

No era una realización momentánea. Siempre había sabido que mentir se le daba bastante bien. Tenía talento para la improvisación y ni siquiera se sentía culpable.

Quizá se sintió un poco extraño cuando miró a los ojos de Kim Seokjin y le dijo que no se habían conocido antes, lo que era una gran y gorda mentira, pero lo último que necesitaba Yoongi era reconocer que este caso creaba un conflicto de intereses para él, sumado al hecho de sus pruebas psicológicas reprobadas.

Que fueron como tres o cuatro.

No era un buen prospecto para la confianza que Kim Namjoon había decidido darle.

Así que lo miró a los ojos de forma respetuosa y distante y dijo no, no nos hemos conocido, ya sabes, como un mentiroso, y luego lo observó irse mientras giraba en su mano la pluma que el mismo Yoongi había sacado de la bodega de evidencia sin permiso para entregársela cinco o seis años atrás. Lo que nadie más sabía excepto él mismo y, probablemente, Park Jimin, que era un metiche.

Dicho metiche, no pudo mantener la boca cerrada por más tiempo: —O Kim Seokjin es un criminal extremadamente inteligente, o tiene la peor suerte del mundo —el detective Park sonaba poco impresionado a pesar de su declaración, organizando los papeles del archivo una vez que fueron solo los dos en la sala, quizá para mantener sus manos ocupadas o quizá para evitar que Yoongi se sintiera presionado para responder.

Tema delicado, y todo eso.

Un par de horas antes, cuando Yoongi, Namjoon y el forense Wang, bendito sea, estaban a mitad de la autopsia de Jane Doe 49, y del examen de las evidencias que habían recogido de la casa Kim, se encontraron con la encrucijada que significaba volver a acusar a Kim Seokjin de sospechoso de asesinato sin tener evidencia más allá de circunstancial. 

Mira, Yoongi dijo claramente que entre ellos dos nunca hubo nada más que un reconocimiento mutuo superficial, pero la verdad era que Yoongi tenía un pequeño crush por el hombre y sí, habían sido amigos y actualmente Yoongi estaba viviendo en el antiguo apartamento de Kim Seokjin con todos los recuerdos que el otro había perdido; y recordaba claramente que, la última vez que se habían visto, Yoongi había prometido que creía en Seokjin, que confiaba en Seokjin. Ya sabes, como un mentiroso. Y simplemente no quería pensar en repetir la misma historia.

Y bueno, Yoongi era un débil, débil pequeño hombre, que no quería que acusaran a su crush de asesinato por tercera vez.

Incluso si podía ser culpable. Porque Yoongi tenía problemas y probablemente necesitaba terapia.

Solo que el hombre ya había tenido claramente suficiente, y una parte de Yoongi igual creía que Seokjin podía ser un asesino serial, pero todos tenemos claro que Min Yoongi tenía problemas psicológicos, por eso no había pasado su prueba y por eso le seguía gustando un poco Kim Seokjin.

El perfecto y brillante y tan, tan vivo, Kim Seokjin.

Yoongi tenía problemas ¿de acuerdo? Porque era un conflicto de intereses, porque no había pasado su prueba psicológica por tercera vez, porque el forense Wang estaba molesto por ni siquiera saber que había terminado con su (¿ex?) novia que resultaba ser la pupila favorita del forense y porque la tarjeta de periodista de Kim Seokjin había sido encontrada atorada en la tráquea de Jane Doe.

Un pequeño detalle sin importancia. ¡ja!

Maldita sea, Yoongi no sabía cómo seguir justificando a Seokjin en su cabeza.

Mama i’m in love with a criminal~

Ah, Britney, querida, tanta verdad en tus palabras.

La tarjeta de periodista de Seokjin encontrada en la garganta de Jane estaba perfectamente doblada y la tinta de las letras solo ligeramente desgastada. Yoongi, por su lado, reconocía la tarjeta y sabía que era un modelo anterior a las últimas que Seokjin había impreso, lo que quería decir que la tarjeta seguía teniendo la dirección y número telefónico del apartamento actual de Min Yoongi.

Lo cual no sabía cómo explicar, exactamente.

—Min Yoongi ¿Me estás escuchando?

—Ni un poco.

El detective Park, buen hombre, excelente policía, lo miró poco impresionado porque, ¿honestamente? Yoongi estaba sorprendido de haber llegado tan lejos en la vida —Escucha, sé que puedes hacerlo mejor. Te arrastré a esta entrevista porque sabía que podías manejar ver a Kim Seokjin nuevamente, pero necesito asegurarme de que no vas a interferir con mi caso.

Min Yoongi, siempre elocuente, se recostó junto al marco de la ventana y lo miró de vuelta en blanco. No tenía mucho que decir a su favor, Yoongi era un pequeño hombre muy, muy débil que había desarrollado un enamoramiento estúpido por un sospechoso (enamoramiento bastante prolongado por los siglos de los siglos amén) y había hecho cosas ilegales por él sin sentirse demasiado culpable al respecto.

Lo peor de todo el asunto era que Kim Seokjin absoluto imbécil ni siquiera lo recordaba y Yoongi era más imbécil aún por esperar un poco que lo hiciera. Como si hiciera alguna diferencia.

Aquí los hechos, Yoongi sería conciso, y esta era su prueba definitiva para que el detective Park lo dejara en paz:

—Hace un año, más o menos, un mes o unas semanas antes del accidente de Jin-

—¿Oh? ¿Jin? ¿Así de cercanos?

—Cierra el hocico. Antes del accidente, Kim Seokjin-ssi comenzó a actuar extraño. Más extraño de lo normal, siempre fue un chico raro desde la primera vez que lo conocí. Muy vivo, brillante, inteligente como la mierda-

—¿Estás contándome algo importante o solo aprovechando que alguien puede escucharte derrochar asqueroso afecto?

—¿Podrías dejar de interrumpirme? ¡Estoy perdiendo mi hora de almuerzo por ti! ¡No tengo ninguna obligación de contarte mi vida personal!

Park Jimin, hombre confiable, se encogió de hombros y le indicó que prosiguiera. La verdad era que Jimin siempre creyó que Yoongi y él eran amigos cercanos, más o menos, pero el tema Kim Seokjin era delicado, lo fue desde un principio, y no solían hablar de ello.

No hablaban de nada en absoluto desde el accidente de Seokjin ya que Yoongi era una pequeña mierda depresiva porque su crush ya no le daba la hora del día.

—Bien, bien. ¿Comenzó a actuar extraño? ¿Cómo?

—Comenzó a actuar como si supiera que se iba a morir.

—Bueno, mierda, un giro argumental inesperado.

Yoongi lo recordaba con angustiante claridad.
Seokjin comenzó a actuar paranoico, para ese entonces Seokjin ya tenía unos cuatro años de haberle arrendado el apartamento con problemas de vagabundos a Yoongi, que había estado viviendo en una cosa a punto de derrumbarse hasta el momento. Seokjin, bendito y querido Seokjin, llevaba una buena racha: recién graduado de su carrera y con algunos proyectos publicados, una perspectiva de trabajo importante y nominaciones a premios locales. En realidad, a Seokjin le estaba yendo bastante bien en más de un sentido.

Pero había un detalle por el que parecía que su vida se había estancado para siempre, sin poder seguir adelante: Seokjin no parecía poder dejar atrás la tragedia de su familia. Y bueno, Yoongi era honesto, nadie que pasó por lo que Seokjin debería poder superarlo fácilmente, lo que tenía bastante sentido, pero Kim Seokjin simplemente no quería seguir adelante.

Así que una y otra vez, Seokjin conducía la misma investigación y caminaba los mismos pasos que parecían llevarlo a un callejón sin salida. Insistía, insistía, insistía, sobre aquel hombre del que acusaron falsamente de haber matado, no podía ser el culpable, y también estaba la otra mujer. La otra mujer. Lo repetía cada vez que Yoongi le daba la oportunidad de hablar.

Que era siempre, porque Yoongi era débil y no podía negarle nada a Seokjin.

Seokjin nunca dijo una palabra, no podía involucrar a Yoongi, que era criminalista y que, de hecho, había conducido el caso del hombre suicida por el que se habían conocido en primer lugar. No era ético y decía que era peligroso y a Yoongi le habría importado una mierda, pero tampoco quería que Seokjin siguiera metiéndose en problemas y mucho menos que se sintiera culpable.

Verás, Seokjin era muy bueno con Yoongi, y a pesar de la ceguera de Yoongi debido a su enamoramiento muy justificado, pero poco sostenible, podía decir objetivamente que Kim Seokjin era un excelente amigo. Y todo el tiempo prestaría atención a que Yoongi estuviera bien lo cual no ayudaba mucho al caso de Yoongi de mantener las cosas a una distancia segura.

Yoongi era la única otra persona en la vida de Seokjin con la que mantuviera contacto además de su abogado, lo que era triste, pero eso significaba que, la mayoría del tiempo, Yoongi tendría la atención indiscutible de Seokjin para sí mismo, contándole cada pequeña cosa razonable e incluyéndolo en cada plan.

Yoongi intentaría que no le gustase más y entonces Seokjin diría que Yoongi era un Visconti, un Montblanc, un Parker o cualquier estilógrafo que fuese su favorito en el momento y allá iría la resolución de Yoongi, débil, hombre débil, a caer un poquito más.

Yoongi solo tuvo que escuchar a Seokjin hablar de la pluma importante de su padre una sola vez y allanó la maldita bodega de evidencias.

Estuvo ahí, totalmente lo hizo.

Yoongi conocía a Seokjin, el Seokjin que era periodista y el Seokjin que solo estaba a mitad de sus veintes y parecía no saber cómo continuar, pero que tenía tanta vida que, cada vez que lo miraba, Yoongi sentía que miraba directamente al sol.

Ahora, los hechos, los hechos verdaderamente importantes.

La madre de Seokjin fue periodista también, parte de la decisión por la cual su hijo había estudiado la misma carrera. Y si bien esto fue algo que debió investigarse en su momento, Seokjin afirmaba que toda la tragedia se desencadenó por un caso antiguo que su madre estaba estudiando de manera autónoma para una publicación en la que trabajaba con otro autor.

Seokjin nunca le mencionó a Yoongi cuál era la investigación, y dijo que no sabía quien era el otro autor, pero sabía que meses después de haberse mudado de la residencia principal de su familia, su madre comenzó a actuar de manera irracional y paranoica, comenzó a ver sombras en cada esquina y a insistir en mudarse del país. Una y otra vez. Pero cuando se le preguntaría sobre los motivos, se quedaría callada, ninguna información saldría de sus labios.

Seokjin mencionaba a menudo que su madre usaba un labial en específico, era un Rouge Dior 525 Cherry. Era metalizado, y cuando hablaba, sus labios brillaban y su sonrisa resaltaba. Decía que lo usaba de rubor también y entonces se vería tan joven, vivaz. Seokjin amaba a su madre, y cuando todo comenzó, no volvió a verla usar ese color ni ningún otro. Envejeció diez años en unos pocos meses y Seokjin no la vería sonreír nunca más.

El tiempo pasó de forma intermitente hasta el día que, estando de visita en casa, vio a una mujer intentando entrar a la residencia por las ramas del olmo. Fue un poco espeluznante, dijo, la mujer se veía enloquecida, pero su padre había logrado asustarla con el arma del abuelo que siempre se guardaba en su escritorio. No logró pasar más allá del muro y pronto el altercado fue olvidado. 

Una semana después de ese incidente, ocurrió la tragedia de su familia y Seokjin comenzó a ser considerado el único heredero y sobreviviente de toda su rama familiar. En la escena del crimen se encontró el arma utilizada para los asesinatos: era la misma del abuelo, limpia, sin huellas ni una mota de polvo. El Visconti Homo Sapiens Dark Crystal estaba en la mano de su padre, como si lo hubiesen sorprendido escribiendo una carta, y su madre sostenía el Rouge Dior 525 cerca de sus labios, como si la hubiesen atrapado en medio de su rutina de maquillaje para una noche de cita.

El culpable se había tomado su tiempo, divertido con la escena y limpiado todo sin dejar un rastro de evidencia.

Seokjin le dijo al criminalista que la investigación de su madre no estaba por ninguna parte y que estaba completamente seguro de que ese debía ser el motivo.

Cuando Yoongi, eventualmente, le preguntó por qué no había declarado esto a la policía, Seokjin aseguró que lo había hecho y que, de hecho, había sido una declaración jurada, no dicho de paso. No recordaba a quien, estaba demasiado devastado, su familia había sido asesinada, era considerado sospechoso, su abogado resultaba ser un recién graduado de su misma edad, estaba al borde de un colapso.

Recordaba, y juró que lo había hecho, pero por su vida Yoongi no pudo encontrar esa declaración ni algún rastro de investigación sobre los casos que manejaba la periodista Kim. Sin embargo, para el momento de la tragedia Yoongi apenas estaba estudiando su propia carrera profesional a una ciudad a cientos de kilómetros de distancia, así que no podía meterse en un caso que no conocía.

Y, bueno, cuando ocurrió el caso del hombre suicida, era un novato en el campo, tampoco era el responsable directo de la investigación.

Seokjin dijo en ese entonces también, que las fotos que tenía de la mujer desconocida que también se habían encontrado en la mano del hombre, se las habían enviado anónimamente por correo unas semanas atrás junto con unas cartas de amenaza de las que se deshizo, que parecía que alguien quería meterlo preso o enloquecerlo o matarlo, para el caso, como habían hecho con su familia.

Seguía insistiendo que la mujer de la foto era responsable y, más tarde, le dijo a Yoongi que sabía que la mujer de la foto había sido la misma del incidente en la residencia Kim, la mujer que había trepado por el árbol.

Pero para ese entonces, Seokjin ya no quería hablar. Nadie le creía, cuál era el caso. Yoongi insistió que podía confiar en él, pero ambos sabían que no era cierto, Yoongi era policía y Seokjin era un sospechoso hiperconsciente de su situación.

Las cosas se enfriaron y Seokjin parecía haber dejado ir el caso de sus padres y el hombre desconocido. Y ¿esos pocos años? Yoongi los recuerda con nostalgia y más que un poco de anhelo porque fueron los años más tranquilos que viviría jamás.

El apartamento tenía problemas de vagabundos y la tienda de conveniencia del primer piso tenía negocios ilegales y la mujer del apartamento de al lado acababa de dar a luz y, por alguna razón, Yoongi se convirtió en la figura paterna del niño, pero todo era tranquilo, y dormía cálido y tenía a Seokjin, que era demasiado brillante para él y era un gran periodista y era el primer enamoramiento real de Yoongi, aunque nunca lo admitiría en voz alta.

Seokjin se presentaría en su puerta cada dos o tres noches o iría a la comisaría o lo llamaría de vez en cuando y se sentiría como salir con alguien que realmente solo era un amigo por el que te preocupabas mucho.

Seokjin vivía atormentado por todas las cosas que no podía controlar, pero tenía tanta vida y tanta energía y tanta pasión que todo lo demás parecía quemarse al entrar en contacto con él. Yoongi se quemaría en cualquier momento, pero era casi ridículo lo poco que le importaba.

Todo iba bien hasta un año atrás.

Seokjin apareció en la estación a la hora de salida de Yoongi, como lo había hecho un millón de veces antes. El agente Jung y el forense Wang estaban jugando ajedrez e intentaban enseñarle a Yoongi, que jamás aprendió y jamás aprendería porque sencillamente no era lo suyo. Seokjin entró, como casi siempre entraba, saludando a cada persona y preguntando con la energía de un cachorro si alguien había visto a Yoongi. ¿Dónde está Yoongi? ¿Lo has visto? ¡No lo dejes esconderse de mí de nuevo! Riendo. Siempre riendo. Seokjin siempre reía.

Yoongi se llenaría de orgullo, como si eso significara algo, como si el hecho de que Seokjin lo buscara fuese más que el hecho de que Seokjin no tenía muchos amigos en general.

Ese día fue el día en el que Kim Seokjin había decidido investigar el caso que su madre había dejado atrás, como una forma de cierre, dijo, como para obligarse a sí mismo a dejarla atrás, y lo publicaría en su próximo proyecto.

Fue entonces cuando todo comenzó a retorcerse y el hombre simplemente parecía estar caminando hacia un abismo mientras Yoongi miraba su espalda cada vez más cerca del borde sin poder hacer nada para detenerlo.

Fue solo una idea pasajera, unas pocas semanas dentro de su investigación y, de repente, las cuentas bancarias de Seokjin comenzaron a ser vaciadas por el mismo hombre y colocadas a nombre de Min Yoongi, junto a un monto menos significativo destinado a los primos lejanos de Seokjin en la capital; el apartamento fue colocado completamente a nombre del criminalista y el albacea de la herencia de Seokjin empezó a subastar algunas de las posesiones de la familia Kim, dejando de lado la residencia que, de todas maneras, nadie compraría.

Seokjin dejó su trabajo, y cambiaba de tema cada vez que Yoongi intentaba preguntar qué sucedía, miraba por encima de su hombro cada vez que caminaba, se alteraba si estaban juntos y perdía a Yoongi un segundo de su vista y después de un tiempo, Yoongi comenzó a verlo sola y exclusivamente en la estación de policía cuando decidía pasar a saludar.

Yoongi supo que algo realmente malo estaba pasando cuando Seokjin comenzó a sugerir que tuvieran unas vacaciones juntos, ya sabes, habían sido amigos por un par de años y nunca habían hecho algo parecido. Vamos, Yoongi, vamos juntos, a la costa, nunca he ido a la costa, o ¿quieres ir más lejos? Tengo ahorros suficientes para unas vacaciones más largas. Vamos a donde tu quieras, lejos, vamos un tiempo ¿por favor?

Yoongi dijo que no quería, como todo un mentiroso, porque lo ponía nervioso y, básicamente, porque era un idiota.

Un idiota absoluto.

Porque si hubiese ido con él, quizá…

Quizá, bueno, quizá muchas cosas habrían sido diferentes, como que la discusión que tuvieron justo después de que Yoongi dijera que no nunca habría sucedido, y Seokjin no se habría visto tan herido mientras Yoongi prometía que confiaba en él sin parecer muy convencido; y quizá no habrían dejado de hablarse por varios días, y quizá si hubiesen estado en la costa ese día Seokjin no habría derrapado en su auto y no habría estado en coma inducido por tantos días y no habría despertado con el último recuerdo en su cabeza de cinco años atrás.

Cinco años atrás antes de que alguien comenzase a enviarle fotos de una mujer desconocida y antes del hombre suicida y antes de Yoongi.

Antes de Yoongi.

Seokjin ya no recordaba a Yoongi, ni haber terminado su carrera de periodismo, ni todos los premios que ganó, ni haberle dejado una casa y mucho dinero que Yoongi jamás tocó y que devolvió casi inmediatamente, no recordaba todas las noches que pasó en la comisaría ni la investigación de su madre ni todas las cosas que lo atormentaron en silencio por cinco años o incluso más tiempo.

Y Yoongi pensó que era mejor así.

Le dijo al abogado Jeon esa noche cuando le fue notificado que Seokjin había despertado en ese estado. Le dijo está bien, como un buen mentiroso, y entonces él mismo decidió olvidar. Y pasó un año, y ahí estaban de nuevo.

Yoongi mintió espectacularmente diciendo que todo era mejor así, pero nada fue mejor así y el tiempo pasó mientras cumplía su palabra al abogado Jeon de dejar que Seokjin se recuperase solo y el tiempo siguió pasando y nada mejoró, pero al menos tenía la pequeña esperanza de que el pasado dejaría de perseguir al hombre en su auto demasiado rápido en una carretera peligrosa.

Pero quizá el pasado atrapó a Kim Seokjin nuevamente, menos preparado, más vulnerable y completamente solo, y Yoongi no debería sentirse tan culpable como quizá se estaba sintiendo en este momento, pero los viejos hábitos no morían fácilmente y Yoongi era un pequeño hombre muy débil por Kim Seokjin, que era probable que terminase siendo un asesino.

Pequeños detalles.

Yoongi sabía, por boca de otros, que Jin no había logrado adaptarse a la vida que desconocía y básicamente se había convertido en un ermitaño que solo salía para sus controles médicos y ganaba dinero de bolsillo editando artículos para un periódico local.

En eso se resumían todos los días de Kim Seokjin en ese año en el que Yoongi lo dejó atrás y reprobó tres exámenes psicológicos que casi provocaron su despido, se convirtió en casi padre a tiempo completo de Han YinXi, consiguió salir con la asistente del forense Wang cuando se lo propuso y pudo lograr una relación más o menos estable de un par de meses en los que salían y se veían como una vez a la semana entre casos y luego de alguna manera se involucró en una persecución que resultó en la maldita bala que le perforó el pecho porque no se había colocado su jodido collar de la suerte.

Entonces un mes atrás comenzó a tener insomnio y sueños extraños postapocalípticos que provocaron que fallara otra prueba psicológica y no supo más de la chica que creía que era su novia y luego se enteró que habían terminado, pero nadie le avisó y luego…bueno, Jane Doe #49 y todo este desastre.

—Bueno, eso fue todo un viaje.

El detective Park había comenzado a comer su almuerzo empacado a mitad del relato de Yoongi y, en algún punto, este último terminó sentado en el piso de la sala de entrevistas donde habían estado las últimas horas, comiendo un pan de orégano que robó de la bolsa del detective Park.

Muy en el fondo, Yoongi en sí mismo tenía el alma de un delincuente. 

—Lo fue ¿No es así? Así que incluso si Seokjin parece un criminal en muchos sentidos, no puedo…no confiar en él ¿de acuerdo? Pero si existe la posibilidad de que lo sea y al final resulta que lo es, debes tener la certeza de que no dudaré, no dudaré, no pondré en riesgo el caso y la reputación de la unidad. Solo…ya sabes, no creo que lo sea.

—Porque te gusta.

—No me gusta.

—¿Lo amas?

—No iría tan lejos tampoco.

—Solo eres un imbécil.

—Sí, eso es más acertado.

Park resopló y se limpió los restos de grasa de los labios —Está bien, lo que entiendo que quieres decir es que debemos investigar el caso que estaba investigando Seokjin-ssi y su madre antes que él y por qué la declaración de dicho caso no aparece, si es que alguna vez la hubo, de lo que no podemos estar seguros.

—Tiene sentido. Si vas a investigar el asesinato de un empresario, lo primero que investigas son sus finanzas, sus competidores y sus socios, si investigas la muerte de un periodista lo primero que investigas son sus casos, sus competidores y compañeros de trabajo. ¿Por qué no hay ningún registro de investigación de la madre de Jin? Y, uh, también me gustaría que se mantuviera un ojo sobre Seokjin, por si está en peligro, pero puedes decir que es vigilancia de un sospechoso si eso te deja dormir por las noches.

Jimin solo bufó una risa y tronó su espalda, de repente cansado de la presencia de Min Yoongi y de la existencia de Kim Seokjin porque después de esta conversación escuchar ese nombre le provocaría migraña.

—Recuerdo que el detective encargado del caso hace diez años se retiró poco después. Yo era solo un oficial novato en ese entonces, así que no lo recuerdo bien. Deberíamos comenzar por ahí ¿Eso sugieres?

Sugiero…Park, es la razón por la que este caso está siendo tratado con discreción ¿No es así? No queremos que se repitan errores como que no haya registros de declaraciones. Y no me mires así, Seokjin era la persona que más quería que el caso de sus padres se investigara, no mentiría al evadir una declaración importante. Echa para abajo toda la teoría de que el hombre suicida fue el responsable. ¿De dónde salió ese hombre, después de todo? ¡Encubrimiento! ¡Park, ni siquiera tenía sentido!

—Supongo que necesitaban cerrar ambos casos. Min, fui ascendido hace unos meses, no esperes demasiado de mí tampoco.

Yoongi cerró los ojos, recostando su cabeza a la pared, sonrió para sí mismo sin muchas ganas —Espero todo de ti, Park Jimin. Debes ser un buen detective o moriré y regresaré como un fantasma vengativo y esconderé todos los pares de tus calcetines mientras gimo el nombre de Kim Seokjin en tu oído.

Este idiota, pensó Jimin, abriendo la boca para responder con alguna mierda igual de estúpida cuando el celular de Yoongi comenzó a sonar como si el mundo se estuviese acabando.

Yoongi desbloqueó la pantalla con desánimo porque ya había perdido casi toda su hora de almuerzo y el identificador de llamadas decía que era el número de la profesora de Han YinXi, su casi hijo adoptivo.

—Uh, ¿Hola? ¿Todo está bien? —a veces YinXi tenía problemas para digerir los alimentos y su madre, bendita sea, había dejado el número de Yoongi en la escuela admitiendo que el hombre con problemas psicológicos era más confiable que ella a la hora de cuidar del pequeño bollo.

—¡ah! Min Yoongi-ssi, YinXi está un poco alterado desde que despertó de la siesta y ha estado molestando a los otros niños, sé que es bastante molestia para usted, pero no ha parado de llorar su nombre. Tiene un poco de fiebre y necesitamos que venga por él.

Jimin solo se encogió de hombros al ver la mirada inquieta de Yoongi —Repórtate a Namjoon y lárgate. De igual manera estaba preocupado de que te encontraras en la reunión con el Dr. Kim y todo se fuera a la mierda.

Ah, El Dr. Kim como en Kim “te desapruebo” Taehyung que era el psicólogo de la unidad y el que había puesto su pie sobre el hecho de que Yoongi continuara trabajando en campo.

Sí, él tampoco estaba seguro de que fuese buena idea que Kim Taehyung lo viera en la reunión con la Sargento Pam para reportar los avances del caso.

—Me iré a buscar a mi problemático hijo, entonces. Mantenme informado.

—Claro, si arrestamos a tu amor serás el primero en saberlo.

—Oh, cállate el hocico, animal.

—¡También te quiero, saluda a YinXi de mi parte!

⭒⭑✷✧✷✧✷☾✧✷✧✷✧⭒⭑

02:02 p.m.

Yoongi siempre fue del tipo de personas que se adaptaban rápidamente a las circunstancias. Si no tenía dinero, dormiría en una banca y si le rompían el corazón haría crecer uno nuevo.

Ninguna de estas cosas, por supuesto, era tan sencilla como las hacía sonar, pero Yoongi lo haría o, al menos, lo intentaría, porque lo que no te mataba te hacía más fuerte o alguna mierda por el estilo.

Yoongi se adaptaba como cuando dejó atrás su ciudad natal por este trabajo desagradecido y cuando tuvo que vivir en una residencia que estaba a punto de desmoronarse porque no podía costearse algo mejor y como cuando Kim Seokjin entró y salió de su vida como si fuese suya y Yoongi tuvo que reconstruir de nuevo su resolución y fingir que nunca había pasado.

La cosa era que Yoongi lo había estado haciendo bastante bien, muchas gracias, pero solo todo este caso tenía que suceder y de repente estaba en esta situación nuevamente, girando todos y cada uno de sus pensamientos en torno al absoluto imbécil que decidió que era buena idea tener un accidente que borraría la existencia de Yoongi de su vida para siempre.

Para siempre, si Yoongi tenía algo que decir, porque no podía, por ningún motivo, volver a involucrarse con ese hombre.

No, no, no, no, muchas gracias.

Yoongi no podría recuperarse de eso.

No podría.

De ninguna manera, no podía, debía haber un límite en la cantidad de veces que una persona podía romper su corazón, y Yoongi no estaba dispuesto a probar sus propios límites.

Recibió un par de mensajes del forense Wang camino a la escuela de YinXi, los revisó cuando detuvo su moto en un semáforo en rojo y resultó solo ser una actualización muy superficial del caso: con la ayuda del Dr. Kim habían logrado realizar el examen psicológico del testigo de nueve años y tomar su declaración, apareciendo quizá nueva evidencia, por comprobar si era confiable.

Señor Wang de mi corazón.

Hijo, creo que no es necesario que vengas. Jimin-ssi nos hizo saber lo del pequeño XiXi. 02:03 p.m.

No preocupes a este anciano y maneja esa maquina mortal tuya con cuidado 02:04 p.m.

Los detalles de la nueva evidencia serán discutidos solo en la estación. Repórtate a la Sargento Pam cuando puedas. Es posible que el testigo haya visto al culpable 02:04 p.m.

Yoongi le hizo una mueca a su pantalla y envió una rápida respuesta antes de acelerar la maquina mortal suya otra vez.

El forense Wang era este anciano que realmente no era un anciano, solo que era un poco mayor que todo el mundo en la estación y había decidido tratar al resto de la población humana de la unidad como sus pequeños descendientes.

Yoongi era uno de esos hijos suyos descarriados que siempre manejaba su moto un poco demasiado rápido y se burlaba de que Wang siempre parecía tener resaca. El forense Wang solo respondería con los ojos muertos de un forense que no ha dormido un momento en su vida con un seco: —Es la razón por la que mi esposa me pidió el divorcio —lo que sería muy incómodo de escuchar si no supieras que el forense Wang nunca se casó.

Yoongi lo quería como un padre y era la única otra persona además de Jimin en toda la estación que había sabido en cada momento todo lo que pasaba con Seokjin a tiempo real; había sido el primero en insistir en que Yoongi luchara por ese amor infantil suyo y también fue el primero en alentarlo a seguir adelante cuando Yoongi lloró y dijo que no pudo.

También era la primera persona en la que Yoongi estaba pensando en este momento que debería contarle que sentía de nuevo como que no podía, pero Yoongi era terco y extremadamente orgulloso y ya le había dicho a su jefe que no permitiría que nada interfiriera con su trabajo así que preferiría bañarse en sangre antes de admitir la derrota a apenas un día de batalla.

Cuando el determinado criminalista Min Yoongi, experto en cavar su propia tumba y buscar voluntariamente su muerte, llegó a la escuela de YinXi, lo primero que vio fue al estresado asistente de docente esperándolo en la entrada. Era un chico joven, quizá terminando la secundaria, con un delantal de perrito y enormes ojos brillantes de llanto reprimido.

Yoongi podía entender, siempre era el adulto responsable en todas las fiestas de cumpleaños de la pequeña bestia y sabía que cuando una sola de las criaturas lloraba, amenazaba con destruir el orden social establecido de la primera infancia, entonces todos los pequeños rábanos comenzarían a llorar también y el mundo se acabaría.

Es muy estresante, ¿no es así querido?

Aparcando su moto y bajándose con gracia, Yoongi se preparó mentalmente para la batalla de tranquilizar a un infante de cinco años con dolor estomacal (o lo que fuera que lo pusiera de mal humor) y se acercó al chico dando grandes zancadas.

—¡Hyung, gracias a Dios!

La escuela era una típica casa reformada, pintada con algunos colores brillantes y dibujos y patos, muchos más patos de los que deberían ser permitidos en un solo lugar, y gritos infantiles por todas partes.

Era de esos lugares manejado por y para madres solteras y algunos otros percances, en específico, así que los niños llegarían injustamente temprano y se irían a media tarde cuando ya hubiese alguien en casa para cuidarlos. La mayoría de estos niños tenían un solo padre o vivían con sus abuelos u otros familiares o tenían una familia completa, pero ambos padres tendrían que trabajar durante demasiadas horas para mantenerlos a flote así que estas queridas mujeres, benditas ellas, se encargaban de las criaturas de la forma más sana posible.

Yoongi las conocía a todas y cada una de ellas sabía que Yoongi dormía a YinXi con canciones de Britney Spears.

El chico que esperó a Yoongi era el tan conocido por Han YinXi como el hermano mayor Luo, así que Yoongi se refería a él de la misma manera incluso si el chico no podía tener más de 17 años.

—¿Qué es esta vez, hermano Luo? No puedo venir cada vez que YinXi tiene dolor de estómago, ni siquiera soy el responsable legal.

—Lo sé, hyung, lo sé

Luo tenía el cabello un poco largo hasta los hombros y la mirada de un matón, pero era un excelente niñero y se encargaba de ayudar en el almuerzo a la tía cocinera. Era la persona favorita de Yoongi cuando se trataba de dormir a la pequeña bestia que era Han YinXi con dolor de estómago. Así que si el hermano Luo no había podido en esta angustiosa batalla y había recurrido a su último recurso que era sacar a Yoongi del trabajo, este último estaba seguro de que el niño estaba a un paso de ser el anticristo.

—Pero no creo que XiXi tenga dolor de estómago, incluso si la tía docente le dijo que tenía un poco de fiebre, no creo que sea eso tampoco. Parece como si algo malo hubiese sucedido de repente cuando se despertó de la siesta. Hyung sabe que no podemos llevarlo al hospital.

Yoongi descartó las preocupaciones del hermano Luo con un gesto de la mano y abrió la puerta del salón. No fue hasta que hizo contacto con el niño de cinco años que supo que había subestimado a su enemigo.

Han YinXi, cinco años, muy guapo, niño inteligente.

Tenía el cabello negro pegado a la frente y ojos grandes y negros como obsidiana. Vestía su uniforme azul bebé y su sombrerito amarillo y agarraba un pato de peluche por el pescuezo.

Muchos patos para la salud mental de Yoongi.

YinXi, de pie en medio del salón de clases, rodeado por niños y maestros como si fuese un pequeño animal enjaulado, miró al hombre que acababa de abrir la puerta y gritó con su pequeña voz y pobre pronunciación la cosa más ridícula que Yoongi había escuchado de su boca alguna vez: —¡General Min! ¡Odio la primera tierra! ¡¿Por qué mierda soy un bebé?!

Y lloró, porque por supuesto lloró. Yoongi ni siquiera tuvo tiempo de preguntarse regañar a YinXi por su vocabulario antes de que sus oídos fuesen atacados con más tonterías.

⭒⭑✷✧✷✧✷☾✧✷✧✷✧⭒⭑

02:26 p.m.

Han YinXi tenía casi dieciocho años, ya era todo un adulto.

En el territorio, al menos.

Y era un soldado muy, muy, bueno y, por lo tanto, había experimentado muchas situaciones complejas más de una docena de veces.

Pero ¿Esto? Disculpa ¿estamos haciendo una competencia de cuanto tiempo puede vivir tranquilo Han YinXi?

Un minuto estaba en la primera tierra, con la cara hinchada por golpes, preparándose para volver a su hogar medio destruido, a su querida familia no familia que eran los Min y la emocionante vida de estar al borde de la muerte; al siguiente minuto despertaba con una perspectiva demasiado cercana al suelo, las emociones revueltas, dolor de estómago y sin su general Min.

De nuevo.

Un niño, solo, de nuevo.

Y de cinco años, que desgracia. Al menos no usaba pañal. ¡Al menos no lo estaban golpeando en un callejón en medio de la nada!

Pero estaba solo y asustado y no podía recordar cómo había llegado a ese lugar y de repente escuchó a un joven decir “¿deberíamos llamar al señor Min?” ¿Señor Min? ¡¿Señor Min?!

No podía ser otro que su general, ¿verdad?, debía ser su general. No aceptaba otra respuesta.

Así que gritó con todas sus fuerzas porque eso haría que lo llamaran y no se calmó hasta que lo vio. Su general seguro había reiniciado su misión de recuperar a su querido general Kim, así que esto debía ser otra misión. Su general podía no saber que YinXi había sido arrastrado por 1.0 de nuevo. Tenía que hacer saber su presencia si no quería pasar tanto tiempo otra vez lejos de su general, o peor, ser abandonado aquí.

No era como si YinXi no pudiera vivir sin su general, pero…no, eso era cierto, YinXi no podía vivir sin su general, no sabía cómo hacerlo. No en el Territorio, no siendo golpeado en un callejón, no con cinco años en una, ¿Qué era esto? ¿Guardería?

Nonononono ¡Me niego!

Min Yoongi, lo suficientemente mayor como para no poder agacharse sin que le truenen las rodillas, intentó recoger al niño que se aferraba a su pierna y lloraba como si el mundo se estuviera acabando.

No era su culpa ¿de acuerdo? YinXi no podía controlar el llanto de este cuerpo.

Frotó la cabeza del infante, limpió sus lágrimas con sus pulgares y preguntó en la voz más baja que podía conjurar: —Este pequeño ancestro ¿Qué está mal ahora? ¿Eres un delincuente que quiere escapar de clases? ¿Crees que no puedo arrestarte por alborotar el orden público? —Yoongi no sabía hablar con niños.

Esto estaba muy mal, pensó YinXi, su general no lo podía reconocer con cinco años.

—General soy yo. ¡Escanee con 1.0! ¡1.0! —el niño de repente agarró la muñeca de Yoongi y comenzó a gritarle como un pequeño neandertal al reloj de muñeca que había conseguido por un par de wons en el mercado —¡1.0, este es tu hermano pequeño, responde!

Las maestras y el hermano Luo comenzaron a mirar consternados al niño. Esto no podía ser, ¿había enloquecido? ¿Era este un signo temprano de esquizofrenia? ¡Debían ir al hospital!

Si YinXi pudiera escuchar sus pensamientos, estaría vomitando sangre y tratando de acabar con su vida. El general de su familia no lo estaba escuchando y ¿Qué era eso en el cuello de su general? ¿No era el collar del Kim Seokjin de la primera tierra? ¿Estaba su querido general Kim aquí también?

—¡General, quiero ir a casa! Wuuuu —llanto reiniciado, Yoongi quería devolver este niño a su madre, pero a la vez, tenía el corazón un poco roto porque ¿honestamente? YinXi nunca había llorado así ni se había visto tan desconsolado y Yoongi era un débil pequeño hombre.

Abrazó al niño, porque era su única técnica de consuelo, sentándose en el suelo con él mientras los demás niños eran calmados por los otros adultos en el lugar. Había un niño en particular que quería agarrar la mano de YinXi en cada oportunidad, pero el diablito de Yoongi estaba demasiado alterado para darse cuenta y siempre terminaba empujando al otro hasta que se lo llevaron.

Han YinXi, cruel anticristo, mal pequeño amigo. Yoongi lo abrazó con fuerza.

Esto era como uno de esos capítulos de los dramas que el forense Wang solía mirar mientras cortaba costillas y cráneos para las autopsias. Ya sabes, la tierna escena del personaje principal junto a un niño que mostraban con música de piano o violín o, Dios no lo quiera, ambos; varios planos de cámara y la coincidente aparición del interés romántico para visualizar esta imagen adorable de cuidado y paciencia.

Y una mierda.

El niño estaba gritando incoherencias en su oído, Yoongi estaba completamente encorvado para que pudiera sostenerlo del cuello como si no quisiera dejarlo ir y por alguna razón creía que la humedad en su camisa no eran lágrimas sino mocos.

—YinXi, querido, una palabra a la vez, una palabra a la vez, ¿Quieres contarle a hyung desde el comienzo?

Por su parte, el caído soldado Han estaba teniendo su pequeña crisis interna al darse cuenta de la horrible verdad de que este Min Yoongi no era su general, y si lo fuera, entonces no tenía ningún recuerdo del Territorio, lo que era básicamente lo mismo. ¡Estaba atrapado! ¡la vida era cruel y horrible y dolorosa y terrible y asquerosa y-!

—¿Disculpe?

Desde la entrada del salón se escuchó la voz baja de un hombre joven. Sonaba calmada y cálida y por supuesto, por supuesto, era Kim Seokjin porque esa era la vida de Min Yoongi ahora.

El hombre estaba de pie incómodamente en la entrada, sosteniendo la correa cruzada sobre su pecho del maletín de cuero y el ceño fruncido hacia la pequeña mujer que le había abierto. Todavía inconsciente de la pequeña escena que se estaba desarrollando dentro del aula.

—Vengo por Jeon Wonwu.

—Ah, Seokjin-ssi, ¿Jungkook-ssi está ocupado nuevamente? Pequeño Luo ¿puedes preparar a Wonwunie?

Min Yoongi levantó la mirada al mismo tiempo que el hermano Luo recogía al niño problemático que había estado intentando agarrar la mano de su anticristo. A su vez, dicho anticristo había levantado la cabeza del escondite que era el cuello de Min Yoongi y miraba hacia la entrada con ojos enormes como un búho.

Han YinXi y Kim Seokjin tuvieron pocos, muy pocos encuentros cuando el primero aún estaba demasiado pequeño como para recordarlo. Sin embargo, cuando el niño actualmente en sus brazos miró al que estaba en la puerta, con su propia mirada clavada al piso, Yoongi pensó ver un claro reconocimiento en los ojos enrojecidos de su pequeño repollo.

Un reconocimiento difícil de categorizar, que hizo que la piel de gallina se levantara en sus brazos y un repentino presagio desconocido se elevara sobre su corazón.

Oh no. Pensó justo en el momento en el que Han YinXi, niño inteligente y problemático, se lanzó de sus brazos y corrió directo a las rodillas de Kim Seokjin, desprevenido como estaba, y lo lanzó al suelo con un tacleo propio de un soldado profesional en el cuerpo de un niño de cinco años.

El anticristo gritó: —¡General Kim, lléveme a casa!

Y Yoongi pensó que bien el mundo se podía acabar en ese preciso momento y, aun así, no lo salvaría de la vergüenza de intentar remediar esta situación.

⭒⭑✷✧✷✧✷☾✧✷✧✷✧⭒⭑

N

/A: Hasta el momento han leído el equivalente al conteo total de palabras de "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee y "Divergente" de Verónica Roth.

Aquí les adjunto una línea de tiempo a medias de lo que Yoongi contó en este capítulo:

Tengo muchas cosas que quiero hablar con ustedes, pero no sé por dónde comenzar, y cada vez que actualizo me pongo nerviosa y eso lo empeora. Pero en fin:

1. Escribí este capítulo 4 veces de forma diferente y este fue el que más me gustó, pero no esperen mucho sentido, no tengo idea de cómo funciona el mundo real y, hablando en serio, ustedes leyeron el descargo de responsabilidad, nada tendrá sentido jamás.

2.No he conseguido trabajo y eso ha empeorado mi ansiedad.

3. ¿Este es un arco triste? lo descubriremos.

4. Las actualizaciones regulares no han vuelto, solo me estoy aprovechando de mi ansiedad.

5. Les quiero mucho, no saben lo mucho que significa para mí que sean tan educados a la hora de preguntarme cosas y que no hayan sido nunca groseros por el tiempo que desaparecí. Me hace muy feliz leer sus opiniones y sus conjeturas sobre la historia y estaré eternamente agradecida con ustedes por los pequeños mensajes que siempre me dejan.

6.Alguien me escribió sobre crear otro grupo de whatsapp, y de verdad me hace muy feliz, pero lastimosamente no me encuentro en un momento de mi vida en el que me sea fácil interactuar seguido, y me sentiría un poco mal por descuidarlo. Sin embargo, si algunx o algunxs de ustedes tiene un grupo y quiera agregarme incluso si nunca hablo, solo avísenme. Me gusta hablar sobre lo que escribo y no tengo absoluto autocontrol para los spoilers.

7.Un total de dos (2) personas me dijeron que quisieran que escribiera una autobiografía y yo solo jajajaja porque mi vida es todo lo contrario a interesante, y la cosa solo terminaría siendo un millón de párrafos de divagación existencial. Tampoco tengo un ego tan grande, pero sí me hizo feliz que quisieran saber de mí. Me hizo sentir más persona.

8. Si llego a escribir algo original ¿Lo leerían?

No recuerdo qué era lo demás que quería decir, así que espero que tengan días maravillosos y nos leemos la próxima vez.

Preguntas, dudas y reclamos aquí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top