Capítulo 7

           

Yoongi no fue al restaurante ese día. El bebé comenzó a tener hipo y lo sostuvo cerca de Seokjin para poder cuidar de ambos. Su hyung aún no despertaba, pero siguió revisando su pulso para asegurarse de que no estaba muerto. Después de un rato, lo sacó del agua tibia y lo vistió con ropa abrigada, le volvió a poner los calcetines y lo puso debajo de la manta.

El bebé estaba durmiendo en sus brazos, por lo tanto lo miró fijamente. Se parecía a Seokjin, tocó suavemente su rostro y sonrió automáticamente. —¿Cómo deberíamos llamarte? —Susurró, acariciando la mejilla del bebé. Su mejilla se sintió gordita y suave en sus manos y Yoongi se rio del gordo bebé —Papi pasó por tanto, solo para conocerte. Será mejor que crezcas saludable para nosotros, bebé. Por todo lo que pasó.

Seokjin se levantó a la mañana siguiente e hizo un gesto a Yoongi para que fuera trabajar.

—Tengo que alimentar al bebé —susurró Seokjin, amamantando al niño mientras se apoyaba contra la pared— no podré amamantar si no estoy comiendo lo suficiente. Así que tienes que ir a trabajar.

Yoongi había planteado el tema del cuidado postnatal y Seokjin se había reído. Sabía que era ridículo. Seokjin había dado a luz en casa en una bañera de goma porque no podían costear un hospital, y el cuidado postnatal iba a estar muy lejos de su alcance.

De todos modos, Yoongi encontró esperanza cuando subía a la colina y encontraba a Seokjin esperándolo, sosteniendo al bebé en sus brazos. El niño no hacía mucho, solo dormía y comía por un momento y no haría nada por un tiempo, pero Yoongi podía pasar horas simplemente mirando al bebé dormir. Era tan pequeño, pero al mismo tiempo se veía exactamente igual a Seokjin.

Yoongi se despertaba con Seokjin cada dos horas cuando el bebé lloraba para ser amamantado.

—Sabes —murmuró Yoongi, medio dormido al lado de Seokjin —deberíamos llamarlo Huimang.

—Min Huimang —Seokjin se rio— suena raro, pero me gusta —le sonrió al bebé susurrándole— Huimang ¿Te gusta ese nombre?

Yoongi sintió que su interior se calentaba al ver a Seokjin sonreírle a su hijo, pero el calor no duró mucho. Seokjin estaba temblando por el esfuerzo de solo sentarse y cuidadosamente Yoongi agarró a Huimang abajo y ayudó a su hyung a acostarlo. El cuerpo de Seokjin estaba tan destrozado por el embarazo y el nacimiento que le costaba realizar ciertas cosas por si solo. No había manera de que él pudiera comenzar a mejorar cuando estaba despierto todo el día y la noche cuidando a un bebé.

Yoongi no pudo evitar nada de eso porque estaban sufriendo, ya que incluso con él trabajando todo el día en el restaurante, los suministros para bebés eran innecesariamente caros, incluso cuando Seokjin usaba pañales de tela y usaba todos sus ahorros en alimentos para bebés.

De todos modos, Yoongi estaba realmente feliz. No había tocado su música en meses y eso lo ponía nervioso, pero luego de ser gritado por borrachos durante todo el día, al llegar a casa y ver a Seokjin esperándolo en medio de la colina, con Huimang envuelto en gruesas mantas. Al ver a su hyung sonriéndole, eso hacía que su corazón palpitara.

Casi tan pronto como llegaba a casa (a pesar de estar agotado) se aseguró de que Seokjin comiera y éste usualmente tenía que llevarlo a la ducha, pero dormían acurrucados junto a Huimang en una cuna improvisada hecha de un cubo sin usar y mantas viejas justo al lado de ellos. Seokjin solía dormir tranquilo e incluso cuando tenía que despertarse debido a los lloriqueos de Huimang, trataba de mantener a Yoongi dormido, aunque él insistía en despertarse y ayudarlo.

Pero esta vez Seokjin estaba sacudiéndolo para poder despertarlo, su voz reflejaba pánico. —¡Yoongi! ¡Yoongi!, Huimang se está hirviendo en fiebre.

Los ojos de Yoongi se abrieron de golpe. —¿Qué? —Su mano automáticamente tocó la frente de su hijo. El bebé estaba hirviendo y respirando jadeos cortos. El niño habría llorado, pensó Yoongi, excepto que era demasiado débil —vístete, hyung. ¡Vamos, vamos!

Él y Seokjin se vistieron tan rápido como pudieron y envolvieron a Huimang en un montón mantas antes de salir corriendo. Evitó que Seokjin se corriera con Huimang en sus brazos ya que él solía ser muy torpe cuando corría, y por primera vez en su vida tomó un taxi.



—¿Q-qué quieres decir con que no lo mirarás?—Susurró Seokjin, cuando el doctor frunció el ceño ante el trío. Yoongi observó cómo sus ojos escudriñaban sobre sus ropas y las viejas mantas en las que estaba cubierto Huimang. —Por favor, mi bebé está muy enfermo...

—No te lo puedes permitir —el doctor se encogió de hombros —no aceptamos pacientes que no pueden pagar la atención. Lamento decirlo, pero deberías buscar otro hospital.

Seokjin se puso tan pálido que estaba azul. —No por favor. Trabajaremos todo el día para pagar las facturas del hospital, solo por favor, está con fiebre y ni siquiera puede llorar, por favor.

Yoongi agarró al doctor cuando les dio la espalda. —¡Usted es un médico! Se supone que debes salvar vidas. El bebé sólo tiene unos meses. ¿Podrías... podrías solo mirarlo? —Se aferró a él cuando el doctor trató de alejarlo, y el doctor frunció el ceño y llamó a seguridad. Yoongi luchó contra ellos mientras lo sacaban y tiraban de él y Seokjin para que se fueran.

Uno de los guardias de seguridad los miró. —El hospital más cercano está a poca distancia. Lo siento, no podemos ayudar, pero así son las reglas de este hospital. Espero que tengas suerte allá.

Yoongi lo miró fijamente, pero Seokjin lo tiró. —Yoongi, por favor, solo vamos. Huimang se está quemando y creo que está empeorando.

Así que corrieron a la siguiente, pero la historia de repitió, una y otra vez. No fue hasta el cuarto hospital en donde Seokjin lloró, aferrándose desesperadamente de la manga del médico y suplicando. Yoongi se arrodilló en el suelo e hizo una reverencia hasta que su cabeza tocó las baldosas frías.

—Por favor —susurró— por favor, por favor, solo revísenlo. Tiene solo unos meses de edad.

—Oh —susurró Seokjin, de repente, y Yoongi sintió que su estómago se hundía ante su tono. —Oh, no, no, no, no —Yoongi levantó la vista para ver a Seokjin hundirse en el suelo, castañeteando los dientes. Sus manos temblaron mientras ahuecaba la mejilla de Huimang. Yoongi parpadeó entumecido. Seokjin susurró: —Oh, no. Oh por favor. Por favor.

El doctor se agachó y Yoongi lo vio tomar su estetoscopio. Sentía que no estaba dentro de su propio cuerpo. Su mente se desconectó, pero se negó en creerlo, y Seokjin siguió negando con la cabeza, repitiendo no, por favor como una oración. El médico llamó a una enfermera, quien se movió de manera insegura con algo que Yoongi no reconoció.

—Lo siento —dijo el doctor, pareciendo no lamentarlo en absoluto —Es una pena.

Seokjin gritó y agacho la cabeza, pero a Yoongi no le importó. Agarró al doctor por el cuello y lo miró fijamente, maldiciéndolo en todas las maneras que conocía. Luchó contra la seguridad y pateó contra ellos, tan cegado por la rabia que ni siquiera podía pensar o ver directamente.

Fue en ese momento en el que un flash de una cámara y un bolígrafo garabateando en un cuaderno, cambió su vida.

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