Capítulo 4
Yoongi suplanto a Seokjin durante los siguientes días en su trabajo, sonriéndole a los borrachos que querían saber dónde estaba el "bonito" Beta. Se llevó a casa la cantidad minúscula de sobras, pero Seokjin apenas comía algo.
Por lo tanto había decidido dejar de insistirle, después de lo que había sucedido, no quería exactamente decirle a su hyung que hiciera algo que no quería. Sin importar lo que fuese. Solo comía cuando ya no podía manejar el hambre. Yoongi no estaba seguro de lo que hacía Seokjin cuando estaba solo en casa, pero trató de no pensar demasiado en él solo en un espacio deprimente, sin hacer nada más que esperar a que Yoongi regresara a su "hogar".
Seokjin corría hasta él cada vez que regresaba a casa, apretando sus brazos sobre los hombros de Yoongi y presionando su cara contra su pecho. Se quedarían así hasta que Seokjin lo dejara ir, y cuando Yoongi saliera de la ducha, ya le habría colocado las sobras para que éste las comiera. Yoongi intentaría persuadir a Seokjin para que comiera junto a él, pero solo le daría un mordisco y luego negaría con la cabeza.
Pasaron dos semanas desde que empezó a trabajar en el restaurante, durante este tiempo un cliente dejó un libro en su estado de ebriedad, y Yoongi lo dejó en el mostrador durante tres días antes de preguntarle a la propietaria si podía llevárselo a Seokjin. Lo llevó a casa metido debajo de su chaqueta y Seokjin le sonrió cuando Yoongi sacó el libro junto a la comida. Seokjin comió un poco más ese día y Yoongi sonrió aliviado por primera vez en mucho, mucho tiempo.
Seokjin repasó el libro lentamente, leyendo poco a poco todos los días. Cuando terminó con el primero, repasó sus libros antiguos. Un día, Yoongi llegó a casa para ver que Seokjin había sacado los libros que habían apilado y había leído en todos ellos.
—Creo que mañana puedo volver al trabajo, Yoongi.
—Hyung —Yoongi frunció el ceño— debes descansar más.
Seokjin negó con la cabeza. —Estoy bien, me siento mejor. Además, no puedo quedarme en casa para siempre. Sé que estamos quemando las briquetas de carbón más rápido de lo que podemos permitirnos si estoy en casa todo el día.
Yoongi se mordió el labio y se odió a sí mismo por no poder negarlo. Pero Seokjin todavía estaba enfermo. No podía tomar más de un par de bocados de comida antes de afirmar que tenía náuseas, y Yoongi sabía que la razón por la que Seokjin estaba tardando tanto en terminar los libros era porque estaba durmiendo todo el día.
—Me siento peor al sentarme aquí, de todos modos —sonrió— puedes volver a trabajar en tu música.
Yoongi se pellizcó el puente de su nariz.
—Hyung, no es así, eso no importa. Solo quiero que descanses todo el tiempo que quieras. No estoy haciendo nada, solo término haciendo chatarra de todos modos. No es importante.
Seokjin le apretó la mano. —Todo lo que haces es importante. Y estoy bien, te lo prometo.
Al final, por supuesto no podía decirle que no a su hyung. Metió a Seokjin en su chaqueta nueva y sonrió. Caminaron hasta el restaurante agarrados de la mano fuertemente. La dueña del restaurante se veía preocupada cuando vio a Seokjin. —¿Puedes trabajar ya? Podrías tomarte un descanso más largo, ¿Sabes?
—Estoy bien, tía —sonrió y se quitó la chaqueta.
—Bueno, no te dejaré ir a casa hasta que Yoongi venga a buscarte, ¿Escuchaste, Yoongi?
Yoongi asintió. No tenía ninguna intención de hacer lo contrario, de todos modos. Se pasó la mano por el pelo y observó a Seokjin abrocharse el delantal antes de comenzar a trabajar. Yoongi se acercó y envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Seokjin.
—No vayas a ningún lado hasta que llegue aquí, ¿De acuerdo?
Seokjin frotó la muñeca de Yoongi. —Lo sé, ahora vete.
Yoongi sabía que los primeros clientes del día eran los borrachos del día anterior, por lo que se mantuvo nervioso junto a la puerta, viendo a los hombres de mediana edad gruñir a través de la puerta. Sabía que Seokjin no quería que estuviera preocupado, pero no podía evitarlo. Seokjin atrajo su atención a través de la ventana y le hizo una mueca, murmurando a adiós y saludándolo antes de que su atención fuera captada por los clientes.
Yoongi se alejó, mirando con hacia atrás preocupado. La mitad de él solo quería sacar a Seokjin de vuelta, llevarlo de vuelta a la colina, encender el quemador y meterlo debajo de las mantas. Pero sabía que una de las razones por las que su hyung quería volver al trabajo era que no quería estar solo en casa mientras Yoongi trabajaba, atrapado con sus pensamientos. Suspiró y caminó con dificultad el resto del camino hacia el estudio en decadencia.
Salía más temprano de lo habitual todos los días, metiendo las manos en los bolsillos y corriendo con la cabeza inclinada hacia el suelo. Los días pasaron y la falta de apetito de Seokjin no mejoraba. De hecho, empeoró, vomitando cada vez que olía algo demasiado fuerte.
—Sabes —dijo la dueña, frunciendo el ceño cuando Yoongi le dio una palmadita en la espalda a Seokjin— tal vez ustedes dos deberían ir a un hospital. Seokjin, puedes tomarte el día libre mañana, ve a visitar a un doctor.
Seokjin protestó todo el camino de regreso a casa. —No podemos pagar las facturas del hospital, Yoongi. Tú lo sabes.
—Hyung, no has mejorado. Han pasado semanas, sólo es un chequeo. No va a costar mucho, nos las arreglaremos. Si es algo grave y no vamos hasta más tarde, entonces sería aún peor. Solo iremos para un chequeo —Yoongi tomó la mano de Seokjin, unió sus dedos y metió ambas manos en el bolsillo de su chaqueta. Los dedos de Seokjin se contrajeron contra los suyos, pero no dijo nada.
No pudieron dormir toda la noche, además que en la mañana Seokjin no había comida nada, excepto un pequeño bocado que Yoongi le rogó que tomara.
Durante todo el camino hasta el hospital, Seokjin estuvo recostado en el hombro de Yoongi. Al llegar lo sentó cuidadosamente, mientras llenaba los formularios para él, devolviéndole el papel a la enfermera.
Mientras esperaban que lo llamaran. Seokjin le sonreía a los niños que miraban con curiosidad a todos a su alrededor, mientras que Yoongi acariciaba su muñeca y rezaba para que nada estuviera mal.
El doctor apenas los miró mientras hablaba, hojeando los gráficos de Seokjin sin mucho interés. No había mucho, Yoongi sabía, sobre todo porque nunca habían venido al hospital.
Las enfermeras les explicaron sobre las pruebas básicas, parecían más aburridas que cualquier otra cosa. —Y esto es una prueba de embarazo—dijo una.
Seokjin lo miró fijamente. —¿Una prueba de embarazo? Pero si soy un Beta.
—Es estándar. El hecho de que sea una probabilidad baja no significa que sea una posibilidad cero. Y todos tus síntomas en este momento son muy típicos de los embarazos.
Seokjin y Yoongi miraron fijamente a la enfermera, quien pasó su prueba. Se sentaron mirando al espacio mientras esperaban los resultados de todos los exámenes. —No puede ser —dijo finalmente— soy un Beta, la probabilidad es básicamente cero.
—Correcto —Yoongi suspiró— claro, por supuesto —apretó la mano de Seokjin y tiró de ella hasta que Seokjin apoyó la cabeza en su hombro. Esperaron en silencio hasta que se llamó el nombre de Seokjin, y ambos se apresuraron a entrar en la habitación.
El médico los miró antes de volver a mirar los papeles. —Estás a seis semanas de embarazo. Tampoco es exactamente el epítome de la salud, pero todos sus síntomas en este momento se deben a su embarazo. Eres una Beta, y para empezar no eres muy saludable, por lo que te sugiero encarecidamente una hospitalización.
Ambos miraron al doctor, quien se aclaró la garganta después de un rato. Yoongi negó con la cabeza para tratar de aclararlo. —Uh. Lo siento, yo... no presté mucha atención después de la parte de seis semanas.
El doctor suspiró. —No es una persona muy sana, está desnutrido. Además de eso, es un Beta. Los betas no están hechos para llevar a los bebés como Omegas. Tienen momentos muy difíciles durante un embarazo. Realmente recomendaría una hospitalización durante los tres primeros meses.
—No —dijo Seokjin, finalmente fuera de su aturdimiento.
El doctor frunció el ceño. —No creo que entiendas-
—De todos modos, no podemos costearlo — Seokjin interrumpió al médico. Se miró las manos. —Haremos lo mejor que podamos en casa.
El doctor los miró por un momento, y por primera vez, Yoongi creyó ver una especie de compasión en su rostro. Su voz se volvió un poco más suave.
—Por lo menos venga hacerse los exámenes regulares. Si no puede permitírselo, al menos una vez cada dos meses, y de inmediato cuando sienta algún tipo de dolor.
Agradecieron al doctor y se fueron. Yoongi se mordió el labio mientras pagaba las cuentas del hospital, contando cuidadosamente el dinero. No podía pensar correctamente. Seokjin estaba embarazado. Por un alfa que ni siquiera conocían. Sus orejas echaban humo incluso cuando salieron del hospital, la mano de Seokjin se apretó con fuerza en la suya. Seokjin. Parpadeó, no sabía que decirle a su querido hyung, sin saber qué podía decir para que se sintiera mejor.
Pero Seokjin estaba sonriendo.
Yoongi parpadeó. —¿Hyung?
—Yoongi, estoy embarazado —Seokjin le sonrió. —Sé que no son las mejores circunstancias pero... un bebé. Yo- yo sé de quién es, lo sé. Pero es mitad mío. —Seokjin miró hacia abajo y se abrazó el estómago con los brazos. Después de un momento, él miró hacia arriba, sonriendo alegremente. —¡Es la mitad de mí!
Yoongi lo miró fijamente. Era la primera vez que veía a Seokjin sonreír en semanas. Levantó la mano con cuidado y las juntó. Cuando pensó en quién era el niño, su sangre se enfrió, pero volvió a mirar su sonrisa.
La mitad de Seokjin. El bebé era su mitad. Yoongi llevó los dedos de su hyung a sus labios. Si el bebé era de Seokjin, entonces era suyo.
No se venían venir eso verdad? Ay ahora si se viene el drama de esta historia 👀🤫
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