Capítulo 11
Terminó aceptando la oferta del próximo Omega que se lanzó hacia él. Le dio una píldora anticonceptiva antes de follarlo en la cama.
A la mañana siguiente, se despertó al lado de un Omega, bonito, supuso, pero no tan bonito como Seokjin. Había estado en su peor momento, y salió corriendo de la cama, pagando el hotel. Se dirigió a una tienda de hogar y compró un sofá nuevo en su camino de regreso.
En la siguiente compró una nevera, luego un juego de mesa, un vestidor, una cafetera, un estante un televisor.
Él ahuyentaba su estrés a través del sexo y luego ahuyentaba la culpa yendo a comprar muebles. Al menos Seokjin no estaba solo en casa esperándolo en un lugar vacío.
Después de semanas de dormir con Omegas, Yoongi no quería nada más que ir a casa. Abrió la puerta principal y encontró a Seokjin acurrucado en el suelo de la sala con sus viejas mantas, tirando de él con fuerza.
—¡Hyung! —Siseó Yoongi, tirando sus zapatos y corriendo hacia Seokjin y lo sacudió con fuerza para que despertara— Hyung, ¿Por qué estás durmiendo aquí? ¿Qué le pasó a la cama?
Seokjin parpadeó lentamente hacia él, se frotó los ojos y volvió a parpadear. —¿...Yoongi?
—Sí —Yoongi se dio cuenta con una sacudida en su estómago que los ojos de Seokjin estaban rojos e hinchados. Habia estado llorando por mucho tiempo y él no lo sabía. Tal vez todo el tiempo que había estado fuera— escucha, lo siento. Yo solo... estaba muy ocupado. ¿Sabes qué? voy a conseguirte un teléfono para poder llamarte por este tipo de cosas —sintió un sentimiento de culpa en sus entrañas, pero convenció a Seokjin— ¿Por qué estás durmiendo en el suelo en estas cosas viejas? Te conseguí una cama.
Seokjin solo sonrió de lado y dejó que Yoongi lo levantara. —Pensé que no ibas a volver —susurró suavemente. La garganta de Yoongi se obstruyó, solo apretó su mano y lo llevó a la cama.
Mientras lo acomodaba en la cama, tomó una ducha rápida antes de volver a la cama con Seokjin, pero su hyung estaba callado, así que lo acerco más él, deslizando su brazo debajo de la cabeza de Seokjin para sostenerlo fuertemente contra su cuerpo.
—Yoongi —susurró Seokjin suavemente contra su pecho —echo de menos a Huimang.
Yoongi se estremeció. —Hyung, yo también lo extraño. Lo extraño todos los días —mentira, él se había olvidado principalmente del niño a menos que estuviera pensando en lo que había hecho para que Seokjin se sintiera tan enfermo —no pienses en él. Solo... solo piensa en nosotros. Ten pensamientos positivos.
Seokjin no dijo nada más y Yoongi lo sostuvo hasta que se quedó dormido. Apoyó su peso sobre su codo y extendió la mano para deslizar con cuidado el pulgar a través de las mejillas de Seokjin y su línea de la mandíbula. Una vez se había prometido que protegería a Seokjin sin importar qué.
Suspiró y cerró los ojos. Se tomaría un descanso mañana. Lo llevaría de compras, le compraría ropa y un teléfono nuevo. También lo llevaría a comer en un restaurante lujoso. Y probablemente lo llevaría a que le dieran un corte de pelo. Reflexionó, mientras tocaba el cabello largo de Seokjin. Pasaría todo el mañana con él. La persona que amaba más que cualquier otra cosa.
Se despertó en una cama vacía.
Yoongi se levantó con pánico, acariciando la cama junto a él. Hacía frío, Seokjin se había ido hace rato. Revisó el reloj en su teléfono, eran las 9:04 AM. Se dirigió a la cocina, esperando que estuviera cocinando, pero no estaba allí. Tampoco en el baño. El apartamento era lo suficientemente pequeño como para que él realmente no tuviera lugares para buscar. Seokjin no tenía teléfono, por lo que Yoongi no lo podía llamar. Él no tenía una tarjeta de transporte como la que tenía Yoongi, ya que siempre habían pagado con monedas.
Yoongi metió los pies en sus zapatillas y se dio cuenta que solo había un lugar donde Seokjin podría haber ido.
Llamó a un taxi, un lujo antes que antes no se daba y se mordió las uñas cuando el taxi se atascó en el tráfico de Seúl. Luego de haber pasado un largo tiempo en el tráfico, el taxi se detuvo al pie de la colina.
—El auto no puede pasar por ahí —dijo el conductor, estirando la cabeza para mirar a cliente por el retrovisor— Podría intentarlo, pero entonces no podré darme la vuelta para retroceder y preferiría no bajar esas curvas mientras retrocedo.
—Lo que faltaba —Yoongi suspiró— gracias —Pagó la tarifa y se quedó en el pie de la colina. Juró que nunca lo había visto tan alto como ahora. Comenzó a escalar y a maldecir, no iba ni por la mitad cuando se estaba quedando sin aliento. ¿Cómo diablos había subido y bajado esta cosa sin ningún problema durante tanto tiempo?
Solía tardar unos diez minutos en llegar a donde solía vivir, pero la escalada le costó el doble y se quedó sin aliento cuando tuvo que detenerse para respirar profundamente antes de mirar hacia arriba. Edificio en ruinas. ¿Cómo había vivido él en esto? Subió los escalones (maldiciendo de nuevo) y probó la puerta.
Se abrió fácilmente a una habitación vacía, solamente se encontraba SeokJin en el medio. Se había quitado los zapatos, pero Yoongi no se molestó y caminó directamente hacia él.
—Yoongi —susurró Seokjin— Huimang no está aquí —estaba llorando tan fuerte que sus mejillas estaban empapadas y las lágrimas goteaban de su barbilla, pero no estaba haciendo ningún sonido y sus hombros no temblaban —pensé que lo encontraría si viniera aquí.
La respiración de Yoongi quedó atrapada en su garganta. —Hyung —Yoongi tomó su mano— Huimang está...—acarició la mano de Seokjin, trazando su mano a lo largo de sus nudillos y dedos antes de suspirar— Vámonos — lo sentó en el suelo y le puso los zapatos, diciéndose a sí mismo que compraría zapatillas nuevas después de esto. Llevó a Seokjin hasta la cima de colina y palmeó cuidadosamente la tierra. Algunas malezas cubrieron la tumba y Yoongi las sacó en silencio —Huimang está aquí, hyung. ¿Recuerdas?
Seokjin se arrodilló y ayudó a Yoongi a limpiar la tumba. Ninguno de los dos se dijo nada, pero de repente la suciedad que tenía las manos de Seokjin comenzó a oscurecerse.
—Lo siento, Huimang. Lo siento mi bebé, papá está muy arrepentido —susurró, antes de que Yoongi pudiera le dijera algo —Lo siento mucho, Yoongi. Lo siento mucho, Huimang. Lo siento, en verdad lo siento.
Yoongi ni siquiera se dio cuenta de que estaba llorando hasta que alcanzó a Seokjin y las lágrimas de sus mejillas gotearon sobre sus manos. —Hyung, ¿por qué lo sientes? —Preguntó, acercándolo más a él. Seokjin ni siquiera lo miró y solamente negó con la cabeza para que las lágrimas duras salieran disparadas en todas direcciones. Yoongi intentó agarrar su barbilla pero Seokjin se agachó y murmuró una y otra vez sus disculpas como un hechizo. —Hyung, tu- no hiciste nada malo. Siempre eres la víctima. Siempre has sido la víctima. ¿Por qué te arrepientes?
Seokjin sollozó con voz quebrada. —Huimang ni siquiera era tu hijo, pero tenías que criarlo por mi culpa. Si no estuviera aquí, lo habrías logrado mucho antes. Si no estuviera aquí, podrías haberte casado con una hermosa Omega que te hubiera dado unos hijos hermosos, y...
Seokjin siguió hablando, pero el corazón de Yoongi se hundió. No creía que Seokjin lo supiera. Pero, ¿cómo podría no hacerlo? Seokjin tenía un excelente sentido del olfato. No importaba lo mucho que Yoongi había tratado de lavarse, Seokjin sentía el olor de las Omegas cada vez que regresaba a casa. Raramente.
Seokjin se levantó y tropezó, así que Yoongi se levantó de inmediato para abrazarlo. Seokjin susurró. —Lo siento, por ser un Beta, Yoongi. Lo siento mucho por ser pobre —estremeció y Yoongi lo abrazó con más fuerza y lo condujo colina abajo, llamando a un taxi en el camino para recogerlos. Yoongi pensó en Seokjin llorando en casa rodeado de nada más que muebles fríos. Se había escapado de él cuando más lo necesitaba y luego regresaba a casa con el olor de la traición. No podía imaginar cómo se habría sentido. Así que lo abrazó con aún más fuerza y las lágrimas de Seokjin empaparon su camisa mientras montaban en el taxi en silencio.
Ayudó a Seokjin a ducharse esa noche. No se acordaba de cuando había sido la últimas vez que se habían duchando juntos. Solían hacerlo a menudo cuando vivían en su antiguo hogar para conservar el agua caliente. Pero no podía recordar si alguna vez lo habían hecho después de que se mudaron. Apretó el gel de baño sobre sus dedos, (otro lujo que parecía tan trivial ahora), y lo frotó sobre la espalda de Seokjin. Su espalda siempre había sido más amplia, pero ahora era todo un esqueleto bajo los dedos sus dedos. Sus huesos sobresalían de debajo su piel y Yoongi podía ver las protuberancias de la caja torácica en su pecho.
Sacó una bata de baño y lo comenzó a secar. Seokjin solo agachó la cabeza y susurró: —Cuando muera, Yoongi, por favor, llévame junto a Huimang.
—No digas cosas así —espetó Yoongi —Mañana, vamos a salir, ¿De acuerdo? Te conseguiré unos zapatos nuevos, ropa nueva, un teléfono. Me molesta tanto que no puedo llamarte durante el día para asegurarme de que estás bien. Iremos a comer un costoso buffet. ¿Okay? Mañana solo seremos, tú y yo.
Seokjin solo asintió y suspiró. —¿Podemos... dormir en las mantas hoy? La cama me incomoda.
Yoongi sacó las viejas mantas que había metido en el fondo del armario, contento de no haberlas tirado, y las extendió en la sala de estar. Al acostarse SeokJin miró a Yoongi y le sonrió. No se veía para nada feliz, pero Yoongi apagó rápidamente todas las luces y lo sostuvo contra su pecho para no tener que ver su triste sonrisa. —Zapatos nuevos, ropa nueva, un teléfono nuevo. Algo bueno para comer mañana, ¿De acuerdo? —Seokjin simplemente asintió contra su pecho.
Pero al día siguiente, no despertó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top