Capitulo 5
<<Porque me has recreado, oh Señor, con tus obras, y al contemplar las obras de tus manos salto de placer.>>
Salmos 91:5.
—Max, cual obispo? —preguntó de forma casi ansiosa el otro joven, temiendo lo peor.
—Nuestro obispo, ya —en cuanto termino de decir eso se quedó callado cayendo en cuánta lo que había dicho y se volvió a quien era su único y mejor amigo sonrojado y con los ojos muy abiertos como si hubiera visto un fantasma.
—Tranquilo Max, cuando quieras hablar de las cosas lo hacemos, por ahora vamos por tu celular.
—No, no podemos ir, el va por el celular por ahora necesito ir a un lugar distinto a este —dicho esto termino de salir del lugar y empezó a caminar con rumbo indefinido seguido de cerca por su amigo, mientras iba caminando un recuerdo paso por su mente.
Flash black
Ese día había llegado muy temprano del colegio, cuando oyó ruidos raros que tenían de origen el interior de su casa.
El ya está acostumbrado a ver qué cuando su padre llegaba borracho atacaba físicamente a su mamá, pero nunca presenció algo como lo que estaba pasando.
Cuando llegó a lo que hacía de puerta en su humilde casa, en medio de lo que hacía las veces de sala, vio como su padre abusaba sexualmente de su mamá, si era cierto que siempre ella portaba morados o heridas, nunca había visto eso.
Su padre estaba encima de ella, penetrándola, por lo que podía notar muy violentamente, mientras que con una mano tenía un cinturón amarrado al cuello de ella.
Ninguno de los dos se dio cuenta de que él había llegado, así que salió corriendo en cuento termino de salir del shock principal.
Cuando se dio cuenta estaba muy lejos de ese lugar, su cara estaba llena de lágrimas y más salían de los ojos de ese niño, no sabía si podía volver a su casa como si nada, era cierto que vivían en casi la absoluta pobreza, pero ahora con esto era distinto.
Se había sentado al lado de un árbol a las afueras del pueblo, odiaba su vida y todo lo que para el significaba, no tenia amigos, no tenía dinero para comprar lo que quería, no tenía ni siquiera una familia "normal".
Pensó en que tal vez no sería tan loco buscar la vida de la que había hablado con su mejor amigo, aunque no entendí el por qué el quería irse de su casa para siempre si nunca le faltaba nada, como a él, así sin querer había empezado un camino rumbo al seminario y hasta a las manos del obispo.
Fin Flash Black
Cuando llegaron a un lugar cerca de la salida del pueblo, se sentaron en silencio, uno a entender lo que estaba pasando con aquel que creía su hermano y el otro para planear que hacer con el obispo y que no se pusiera de mal genio por ese pequeño error.
••••••••
—Felipe.
—Digame eminencia?.
—Necesito que me des las llaves del carro, tengo que salir hacer algo personal —dijo el mayor mientras se quitaba la sotana y la ponía sobre la cama para empezar a cambiarse a ropa laica.
—Padre, si quiere lo llevo —dijo el conductor nervioso de ver al obispo con la mirada tan sombría.
—Ya te dije que no Felipe, cuanto más tengo que repetir una orden? —dijo entre dientes tratando de bajar su mal genio.
—Padre, pero es que esa es mi obligación.
—¡Que no Felipe! ¡Dije que no! ¡Ahora sal! —grito el mayor ya de mal genio mientras se quitaba la camisa para cambiarse.
—Si señor —se retiro cerrando la puerta tras el.
Cuando estuvo completamente solo el mayor se quedó viéndose en el espejo, el día iba de mal en peor, y eso que solo era medio día, esperaba no tener más problemas, además esperaba poder sacar algo más que un beso del niño.
En cuanto salió de su ensoñación, busco entre los cajones el recibo de compra del celular, termino de vestirse y bajo las escaleras del palacio para obispos de la diócesis o cómo lo llamaban los sacerdotes la casa arzobispal.
Cuando llegó al primer piso vio al conductor con las llaves en la mano, paso como si nada al lado del joven y cogió de mala gana las llaves, salió dando un portazo.
Subió al carro y empezó a conducir, no sabía si llamar al niño del número del que le había marcado o esperar e ir hasta su casa a buscarlo cuando tuviera el móvil, pero lo que le molestaba era no saber dónde vivía el niño.
Después de un rato conduciendo llegó al pueblo, busco la estación de policía y parqueo frente a esta, apagó el auto y se bajó.
—Buenas tardes, caballero en que le puedo ayudar? —le hablo el oficial que estaba en una especie de cubículo.
—Buenas tardes oficial, mi sobrino me avisó que un compañero le había quitado el celular y lo había traído para poner la denuncia por robo, aquí traigo el recibo de compra del mismo —dijo sacando el documento y mostrándoselo al oficial.
—Si claro, siga y la segunda puerta es donde está el comandante para que le informe del caso.
Dicho esto no espero nada más y siguió hasta donde le habían indicado, cuando estaba frente a la puerta está se abrió y salió de ella un muchacho de la misma edad de Max, con el uniforme del colegio y cara de haber hecho algo muy bueno por el mundo.
En cuanto terminaron de salir el oficial le hizo señas para que pasara.
—Buenas tardes, señor obispo en que le puedo ayudar —le dijo el oficial con una mirada cómplice.
—Mi estimado.
El de uniforme se acercó a José y lo abrazo.
—Padrino, cuanto tiempo sin verte.
—Demián, desde que te nombraron teniente, pero mijo no estoy aquí para hablar de cosas agradables —dijo soltándose del abrazo y dándole a entender que esto era serio.
—Digame padrino, en que le puedo ayudar —al mismo tiempo que se sentaba detrás del escritorio.
—Demián, el muchacho que acaba de salir le robo el celular a alguien especial para mí, haciéndole pasar porque el fue el que robo el celular, aquí tienes el recibo de compra y está a mi nombre —dicho esto le entrego el documento y después de verificado la veracidad del mismo saco el móvil de un cajón para entregárselo al mayor.
—Padrino, por lo que me dijeron esto se le quitó a Maximiliano, y todos saben que el no tiene ni los medios ni las formas para comprar esas cosas, te lo entrego por ser quien eres pero no quiero más problemas por esto, próxima vez no entrego esto —le entrego el celular y se restregó la cara con la mano —Padrino el que salió es el hijo del alcalde del pueblo, si tu querido niño no quiere problemas es mejor que se vaya del pueblo, porque hasta el papá del muchacho este le quité hacer daño.
Dicho esto se levantó y se fue dejando a un muy extrañado José tratando de entender lo que significaba esto.
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Perdón por la demora he tenido muchas cosas en la cabeza, además de que mi mamá y mi abuelo estuvieron hospitalizados, así que aquí tienen la continuación, espero les guste y muchos comentarios como estrellas.
Sin más hasta la próxima y #quedateencasa.
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