All I Want

Las hojas de los árboles decoraban todos los sitios de la universidad, dejando a su paso un hermoso color rosa que delataba la época del año.

Muichiro suspiro entonces, estaba sentado sobre una de las mesas que habían a lo largo y ancho del campus. Tenía una libreta consigo en la que hacía apuntes, después se quedaba leyendo una y otra vez las oraciones que había escrito para poco después de eso, rayar sus propias ideas y descartarlo a como diera lugar negando con la cabeza ya fastidiado.

—Su proyecto es escribir una novela de amor— había dicho Tomayo con una sonrisa a sus alumnos, pero aquellas palabras retumbaron en la cabeza de Muichiro.

¿Amor? ¿Qué era el amor para él? Nunca había tenido una pareja, nunca se había enamorado. El amor era algo superficial para él.

Había escuchado cientos de veces que para ser un buen escritor debía de tener suficientes experiencias a sus 20's. Pero justo ahora, ese hecho pasaba por su cabeza como una idea vaga ante su situación.

Había leído sobre el amor, claro que esa fiebre de chocolates y color de rosa que tanto describían le parecía irritante, o inclusive hasta deplorable.

Senjuro, que estaba sentado a su lado en esa banca, lo veía con notable sorpresa, a veces soltaba una pequeña risita que lograba que Muichiro lo mirara atento.

—No se me ocurre nada— mencionó el de puntas menta, colocando su rostro sobre su libreta demostrando su agotamiento mental.

—¿Por qué no escribes un típico cliché? Creo que eso haré yo— explico el rubio sin quitar su sonrisa.

—Odio los cliché, además, ¿Dónde quedaría lo interesante?— explico levantando su rostro de la libreta, Senjuro alzó sus hombros sin quitar su sonrisa divertida.

—Supongo que es verdad, pero no te complicaría la vida— explicó.

Entonces, frente a ambos amigos apareció una chica de cabello negro y puntas naranjas, llevaba consigo una aura de desastre y con algo de prisa dejó sus libretas sobre la banca.

—Tengo que hacer una dieta para una persona que quiere bajar de peso cinco kilos en un mes— explicó tomando asiento junto a ambos amigos y se dispuso a seguir escribiendo en su libreta.

—Y yo tengo que escribir una novela de amor— explico Muichiro con el mismo tono lleno de estrés que su amiga.

La Kamado levando la vista asombraba, mirando a Tokito con los ojos bien abiertos y la boca formando un ovalo.

—Carajo, eso sí está feo— mencionó Nezuko para después mirar a Senjuro que sólo asintió.

—¡Ya le dije que escriba un cliché pero no quiere!— reprochó Rengoku cruzándose de brazos.

Muichiro bufo por el comentario y después negó repetidas veces con la cabeza.

—¡Me niego a caer en los clichés!— mencionó con arrogancia Tokito.

Nezuko comenzó a reír entonces y miro a su amigo con una cálida sonrisa que delataba una idea.

—¿Y por qué no escribes sobre la relación de alguno de tus amigos?— mencionó la pelinegra sin borrar su sonrisa.

—¿Cómo tú y Zenitsu?— cuestionó.

—O como Kiyo y yo— señaló el rubio, luego razono un poco sus palabras —¡Sabes qué! Olvídalo, eso lo escribo yo, tú escribe sobre Nezuko y Zenitsu.

Ambos pelinegros comenzaron a reír por la acción de su amigo y sin más, la pelinegra comenzó a hablar de como había iniciado una relación con uno de los amigos de su hermano.

Muichiro escuchaba atento a su amiga y de vez en cuando hacia anotaciones en su libreta de puntos importantes a los que quería abordar en su libro de manera más clara. Aún no estaba convencido de esto, pero al no tener otra opción se había rendido ante tan tentadora idea.

Después de una hora Kamado se retiro diciendo que tendría clase y Senjuro igual, era lo malo de hacer amigos de diferente grupo o carrera.

Muichiro suspiro ante la soledad y repaso las anotaciones que tenía en su libreta. Razono cada punto y busco como unirlos en ideas rápidas, pero nada lo convencía.

Entonces saco su cartera, guardo sus cosas en su mochila y camino en dirección a la cafetería que estaba frente a donde estaba sentado.

—Un latte por favor, para llevar— mencionó el chico sin prestar mucha atención a lo que ocurría a su alrededor.

La chica que atendía el lugar sonrío y asintió, para después darse la vuelta y comenzar a preparar el latte de Tokito, el de puntas menta observaba con detalle las acciones de la chica, que parecía de lo más delicada.

Después de unos minutos la chica le entregó el café con una sonrisa.

—Mi número está en el vaso— explico la chica sin quitar su sonrisa. Tokito enarco una de sus cejas algo confundido pero asintió y camino en dirección a la salida.

Su cuerpo choco con algo o alguien que estaba por entrar a la cafetería justo cuando él iba a salir, logrando que el latte se derramará sobre la otra persona y ensuciara parte de su vestimenta.

—Mierda— susurro Tokito esperando un grito o un reclamo de parte de la otra persona, pero esto no sucedió, levantó la vista teniendo como primera persona a un chico más alto que él, con una cicatriz que le atravesaba el rostro, tenía el rostro y las facciones duras, algo que hizo sentir atraccion a Tokito—Lo lamento, le pido me disculpe— murmuró haciendo una reverencia.

—No te preocupes, debí dejarte pasar. Es mi culpa por ir tan despistado— explico el contrario.

—No no, igual iba despistado. Déjame compensarlo— pidió sacando de su mochila cientos de Kleenex y entregándole estos al chico para limpiar su vestimenta.

—Déjame a mi compensarlo, te compro otro café— pidió el contrario aceptando los Kleenex y limpiando su playera verde militar.

Tokito lo observo entonces, llevaba un pantalón de mezclilla algo olgado negro, unas vans del mismo color y una gorra que iban a juego, lo único diferente era su playera.

—Esta bien así, déjame comprarte a mi uno— Tokito levando la vista topandose con que el chico tenía una sonrisa y un ligero rubor, sintió nervios al notar esto las manos le empezaron a temblar al igual que el resto de su cuerpo.

—Creo que no te haré cambiar de opinión, ¿cierto?— el chico tomó todas las kleenex utilizadas y después las tiro en el cesto de basura más cercano, para después mirar a Tokito el cual negó.

—¡Genya!— gritaron a unos metros de ellos, logrando que el mencionado reaccionará buscando al responsable.  A lo lejos, venía Tanjiro corriendo en busca de su amigo, y al visualizarlo le brindo una cálida sonrisa.

—¿Qué ocurre?— cuestionó  el antes mencionado cuando su amigo estuvo a su lado. Tanjiro coloco las manos sobre las rodillas y respiro repetidas veces buscando calmarse un poco.

—¡Hasta que te encuentro! Por cierto, hola Tokito-kun— mencionó aún estando agachado y con algunas pausas debido a la agitación.

—¿Tokito-kun?— cuestionó Genya logrando que Muichiro asintiera.

—Tokito Muichiro— se presento por fin.

—Veo que ya conoces a mi amigo, Shinasugawa Genya— presento Tanjiro.

—En realidad, le acabo de tirar mi latte encima— explico Tokito con una leve risita nerviosa, después saco su cartera y le dio 500¥ —Por lo de tu playera— explicó.

Genya lo observo con asombro y dispuesto a regresar el dinero, pero Tokito ya había caminado lejos de ellos agitando su mano en forma de despedida.

[...]

Genya se sentía perdido, alucinado e incluso confundido. Por alguna razón extraña si Tokito no hubiera hablado antes de que él pudiera procesar lo que ocurrió juraría que era una chica por sus facciones tan femeninas.

Pero más allá de eso, esos ojos azules lo habían cautivado robandole el pensamiento en más de una ocasión en el día.

Zenitzu manejaba en dirección al centro comercial mientras Nezuko hablaba animadamente alado suyo, y de vez en cuando Tanjiro se unía a la conversación de la pareja con comentarios alegres, pero esto, para el pelinegro pasaba a segundo plano.

—¿Verdad Genya?— cuestionó Tanjiro con una sonrisa logrando que el mencionado saliera de sus pensamientos.

Genya parpadeo repetidas veces confundido, después miro a Tanjiro que lo miraba de manera alegre y después a Nezuko, que lo miraba con intriga pero con una sonrisa genuina que solo los Kamado lograban dar.

—Perdón, estaba pensando en la tarea. ¿Qué?— cuestionó con el rostro rojo de la vergüenza.

—Mi hermano decía que hoy conociste a uno de mis amigos, por accidente claro— mencionó Nezuko sin borrar su sonrisa.

—Oh... ¡Oh cierto, si, es verdad!— Genya sonrío.

—¿Y qué te pareció?— Zenitsu apareció en la platica entonces, desviando solo por unos momentos su mirada del frente.

Genya se quedó pensando unos segundos, por alguna extraña razón, el momento -por más raro que fue- había sido cálido y dejó al Shinasugawa con ganas de seguir hablando con el pelinegro.

—Creo que es amable, la verdad no había pasado mucho antes de que llegará Tanjiro— explico levantando sus hombros.

Después de ese comentario, los cuatro amigos se quedaron callados el resto del viaje. A veces el silencio era invadido por un suspiro de Genya, que después disimulaba con un bostezo.

[...]

Durante el último mes, la universidad se había pintado nuevamente de un color rosa que a Muichiro le encantaba. No mentiría si dijera que las sakuras eran de sus favoritos, y disfrutaba especialmente de ver caer sus hojas.

Suspiro cuando leyó su manuscrito, hoy había sido su primera revisión de borrador y aún no lograba sacarse de la mente aquellas palabras de su profesora.

—Cuando leo esto, no me siento enamorada ni siento que quisiera estarlo. Tokito, tienes potencial pero no lo estas demostrando en este manuscrito— explico Tomayo entregándole el manuscrito con un pesado suspiro.

Muichiro solo asintió y dio las gracias a su profesora, ¿cómo podría describir un sentimiento que mo había experimentado? Había ocupado la experiencia de su amiga y ni eso lo había ayudado.

Senjuro dio unas cuantas palmadas en la espalda de su amigo, intentando darle ánimos, y después miro a su alrededor.

—¿Nunca te has enamorado?— cuestionó el rubio con un suspiro largo y pesado, Tokito solo negó —Es una experiencia... única, sientes que todo te da vueltas, ves a esa persona y todo tu cuerpo tiembla. Te sudan las manos, te duele el estomago— volvió a suspirar mirando a su amigo con curiosidad.

Tokito enarco una de sus cejas y sin quitar su cara curiosa miro a su amigo.

—Suena como si estuvieras enfermo— explico, ganándose una mirada molesta de Senjuro.

—Eres imposible— murmuró el rubio, después saco su celular y reviso la bandeja de mensajes para después comenzar a guardar sus cosas —Kiyo quiere verme, te veo al rato ¿si?

Tokito solo asintió y vio a su amigo alejarse lentamente hasta desaparecer de su vista. Sacó sus libretas de apuntes y volvió a escribir de cero ideas que pidieran mejorar su manuscrito, en verdad necesitaba corregirlo.

—Disculpa, ¿Puedo tomar asiento?— una voz masculina llamo la atención de Tokito, quien alzó su vista de su libreta.

Su mirada choco con unos ojos morados que lo miraban con curiosidad, Genya sonreía en su dirección y cargaba por un solo hombro su mochila.

Tokito se sintió temblar de pies a cabeza, e intentando disimular asintió.

—Adelante— murmuró volviendo la vista a su libreta, agradeció mentalmente el tener una gorra puesta y el cabello largo para que nadie pudiera ver el gran sonrojo del que ahora su cara y orejas eran participes.

Genya sonrío y agradeció con una reverencia para después sentarse frente a Tokito y después comenzar a sacar sus libretas y libros para estudiar o adelantar tareas.

—Me parece curioso verte después de casi un mes— habló Genya con una sonrisa tomando por sorpresa a Tokito, que se tenso ante el comentario.

—¿Perdón?— Tokito alzó la vista de su libreta y miro confundido a Genya.

—Pensé que te encontraría más seguido después de lo del café, pero de hecho no te ví en ningún lado hasta hoy— explico Genya con un leve sonrojo que delataba su vergüenza —No me lo tomes a mal, solo quiero agradecer por lo del café.

Tokito asintió sin mucha euforia y después solo sonrío de manera calida.

—No fue nada, te tire todo un latte completo encima. Creo que era lo mínimo que podía hacer— explico sin quitar su sonrisa.

—¿Estudias nutrición?— cuestionó Genya con genuina intriga.

—No, literatura— explico sin dejar de escribir algunas ideas que cruzaban de manera rápida en su mente, procurando no olvidar nada.

Genya asintió y después comenzó a beber un poco de agua de su botella, mirando entretenido lo qhe Tokito escribía.

—¿Por qué me miras tanto?— cuestionó el de puntas menta sin retirar su vista de su libreta, tomando por sorpresa a Genya que sintió su cara arder.

—Perdón, no era mi intención incomodarte— explico soltando un suspiro —Solo me dio curiosidad lo que escribes.

Tokito aparto su mirada de la libreta y miro con curiosidad a Genya, después suspiro y estiro la libreta al pelinegro que leyó entretenido sus ideas.

—¿Romance? Vaya, no pensé que fueras a escribir ese tipo de cosas— susurro Genya con una sonrisa.

—En realidad mi profesora nos dejó a todos escribir sobre romance, no sabes lo complicado que es— murmuró Muichiro recargado su rostro sobre su mano.

—No creo que sea tan difícil, me gusta mucho el romance— Genya desvío el rostro a uno de sus lados, intentando que Muichiro no viera su rostro rojo.

Tokito sonrío y se mordió ligeramente el labio inferior.

—¿Cómo empezarías un libro?— cuestionó Muichiro con una sonrisa juguetona, captando toda la atención de Genya.

Genya lo medito unos momentos, su corazón latía tan rápido que podía escucharlo el mismo, y sus manos sudaban. Se mordió el labio inferior y poso una de sus manos en su mentón de manera pensativa.

—Describiría lo que sentí por esa persona desde la primera vez que lo ví— comento después de un largo silencio.

—¿Escribirias un libro de tu experiencia?— Muichiro enarco una de sus cejas pensativo mientras ladeaba un poco la cabeza.

—Claro, el amor es hermoso— Genya sonrío mostrando sus dientes. Tokito sintió su respiración parar, nunca había visto sonrisa tan perfecta como la que justo ahora presenciaba —¿Aún tienes horas libres?— cuestionó sin quitar su sonrisa, pero Tokito lo miro confundido —Quisiera invitarte algo— explico Genya llevándose una mano a la nuca.

—¿Esa es tu forma de hacer amigos?— cuestionó el de puntas azules con una sonrisa y un tono burlón.

—Digamos que sí, pero también es una forma de agradecer el café que tú primero me invitaste— explicó.

—Bien— mencionó.

Ambos tomaron sus cosas y caminaron hasta la cafetería de la escuela, donde Genya compró comida para los dos.

—Y mi hermano es maestro de matemáticas— explico Genya.

Ambos estaban sentados en una de las mesas de la cafetería, donde hablaban de manera amena y se contaban cosas importantes. Muichiro escuchaba atento a su acompañante, en verdad le estaba interesando la platica, por el contrario a lo que siempre le ocurría con la gente nueva.

—Y yo tengo un hermano gemelo, pero no estudia aquí. De hecho estudia en América— explico levantando los hombros pensativo.

—¿Y tú no fuiste a América?— Genya le dio un tragos a su té frío y miro pensativo a Muichiro.

—¿Por qué lo haría? Fui aceptado en una de las mejores universidades, no podía negarme a este privilegio.

Poco a poco, las horas libres de ambos fueron acabando entre platicas amenas que hizo a ambos sentir demasiado cómodos.

—Bueno, tengo que ir a mi siguiente clase. Un gusto comer contigo Tokito— agradeció Genya con una sonrisa y dispuesto a irse.

—Muichiro— hablo el contrario captando la atención del pelinegro —Dime Muichiro.

Genya lo observo con asombro, pero después sonrío de manera calida y un brillo iluminó su mirada.

—Nos vemos después, Muichiro— expresó levantando la mano a forma de despedida.

Muichiro observo como el mayor se alejaba a paso firme dejándolo solo en aquella cafetería, un suspiro cruzo por sus labios con aires de enamorado.

—Nos vemos, Genya.

[...]

—Y entonces Sanemi casi se ahogaba con su agua solo porque Kanae le dijo que...— explicaba Genya con una sonrisa y diversos movimientos de mano.

Tokito lo miraba atento, durante el último mes aquel dúo se había vuelto más cercano, a veces comían juntos si llegaban a concordar en sus horas libres. Además, Genya había descubierto que el departamento que compartia con su hermano no estaba tan lejos del de Muichiro, así que muchas veces llegaban a irse juntos.

—¿Y eso que tiene que ver contigo?— cuestionó Tokito después de un rato, se había perdido en la platica y de un momento a otro el tema de Sanemi y su pareja había dado un giro de 180° a Genya.

—¡No me estas poniendo atención Mui!— reprochó el mayor con una risita.

—Sí lo hago, solo me perdí un poco— explico levantando sus hombros.

—Bueno, creo que ya hablamos demasiado de mí. ¿Qué ha pasado con tu libro?— Genya recargo su rostro sobre una de sus manos, colocando toda su atención en el menor. Muichiro suspiro y después negó.

—Estoy perdido— comento com un tono frustrado —La profesora Tomayo cree que sigue siendo aburrido y absurdo, tal  vez el romance no es para mí —explicó.

Genya negó y después lo miro atento, durante el último mes había notado muchas facetas de Muichiro que tal vez nisiquiera el mismo notaba: ahora el mayor sabía que Muichiro apretaba los labios creando una línea recta con su boca cuando estaba concentrado, que se distraía muy fácilmente con las nubes, que cuando se fastidiaba ataba su cabello como si eso pudiera ayudarlo o incluso que cuando se estresaba comía cientos y cientos de cerezas, fruta que también había notado era su favorita.

—¿Nunca te has enamorado?— cuestionó Genya tomando por total sorpresa a Tokito.

Este abrió sus ojos de manera un tanto graciosa, sintió como su cuerpo tembló ante los nervios pero lo intento disimular.

—No— mencionó en un hilo de voz, pero fue suficiente para que el mayor lo escuchará.

—Entonces es eso, solo te hace falta experiencia— Genya alzó sus hombros y sonrío en dirección a su amigo —El amor se siente...— miro a Tokito buscando como sacar aquellas emociones de su pecho, que día a día gritaban por salir —Se siente como si no quisieras estar lejos de esa persona, sientes que te da energía o incluso vida. Tu cuerpo tiembla, el estómago a veces te duele, pero la felicidad y tranquilidad que sientes al estar con esa persona, eso es... único.

Muichiro observo atento todos los gestos de Genya ante su explicación, si, muchas de las cosas que decían las personas enamoradas parecían dignas de una enfermedad, pero justo ahora Tokito sentía algunas de esas cosas.

Genya observo entonces el reloj inteligente en su muñeca y con una mueca miro a su amigo.

—Ya debo irme, ¿te espero para irnos juntos?— cuestionó sin apartar la vista de Muichiro, este último parecía que acaba de encontrar la cura del cáncer por su cara de asombro y su más reciente autorevelacion.

—No— mencionó de manera cortante dejando desconcertado a Shinasugawa.

—Bien, entonces te veo mañana— Genya levantó una de sus manos y después camino en dirección a su aula.

Muichiro poco después se fue de la universidad, no tendría su última clase así que camino de manera más distraída a su departamento, donde dejo sus cosas y camino directo a su laptop para comenzar a escribir el inicio de su idea.

Cuando estoy cerca de él me hace sentir como si todo el mundo a muestro alrededor desapareciera, era justo lo que había escuchado y leído cientos de veces antes entre mis amigos románticos o las miles de novelas.

Su sonrisa tan cálida me crea un aura de tranquilidad que incluso dudo de mi existencia misma en ese momento. Creo que la mayoría de la gente le llama amor.

[...]

Tomayo terminó de leer el borrador que Tokito le había entregado, el cual se había quedado al final para escuchar el veredicto de su profesora.

—Creo que es... impresionante— explico cuando dejó de leer las quince hojas que Tokito le había entregado, sin quitar su sonrisa —Veo que al fin creaste algo digno de una novela.

Muichiro sonrío y asintió, en verdad se había esforzado tanto en describir todas y cada una de las emociones que Genya le había hecho sentir en este último mes.

—Gracias— mencionó con una reverencia y sin quitar su sonrisa.

—Pero debes apresurarte si quieres terminarlo para la fecha acordada— Tomayo le entregó de vuelta las hojas.

—Sí, gracias de nuevo señorita Tomayo— Muichiro volvió  a hacer una reverencia y después salió del lugar.

[...]

Algo que le gustaba demasiado a Nezuko, era compartir tiempo de calidad con sus amistades. Aún si esto significaba arruinar sus cabellos.

Muichiro estaba sentado en medio de la sala de la familia Kamado, se suponía que Nezuko, Senjuro y él tendrían una simple tarde de viernes entre películas y golosinas, pero a la pelinegra se le había cruzado una idea por la mente al ver que las puntas de Muichiro ya estaban algo decoloradas.

—¿Y solo divido el cabello de esta forma?— cuestionó Senjuro con intriga, los dos dividían el cabello de Muichiro en delgadas y pequeñas secciones que la Kamado después comenzaba a cepillar.

—Sí, solo necesito decolorar de nuevo un poco— explico mientras hacía la mezcla de peróxido y lo revolvía con un cepillo especial para tintes.

Después de tener la mezcla lista, la Kamado comenzó a dividir en miles de secciones delgadas y pequeñas las puntas de Tokito, le agregara unas pinceladas del peróxido y por último las envolvía en papel aluminio.

Cuando su cabello estuvo totalmente listo, mandó a Senjuro por un tinte azul a la farmacia más cercana.

—¡Hermano, tus amigos llegaron!— grito Hanako, la cuarta hija de los Kamado apareciendo en la sala de estar y gritando en dirección a las escaleras.

Tanjiro bajo apresuradamente, algo torpe y con una sonrisa sonsacarrona que delataba su plan. Desde que empezó su relación con Giyuu -amigo de Sanemi- gracias a Genya se prometio internamente devolver el favor.

—Gracias Hanako— agradeció colocando una de sus manos en su cabeza y revolviendo un poco sus cabellos.

—¡No me dijiste que vendría Zenitzu!— protesto Nezuko acompañado de un puchero que delataba su enojo, Muichiro comenzó a reír.

Y es que, los tres amigos no estaban para nada presentables, aunque Senjuro no estaba presente justo ahora, los tres traían pijama y eso era preocupante para la Kamado.

—Tranquila, a Zenitzu seguramente le encanta verte en ese short— comento Muichiro en tono burlón logrando que Tanjiro lo mirara unos minutos razonando lo que dijo.

—¡Cámbiate rápido!— grito Tanjiro señalando las escaleras —¡No abriré hasta que traigas un pantalón!— protesto cruzándose de brazos.

—¡Ay por favor!— Nezuko se paro del sillón algo molesta, dedicándole una seña con su dedo medio a Muichiro, para después irse escaleras arriba y cambiarse.

Una vez que Nezuko apareció con un pantalón de pijama, Tanjiro abrió la puerta dejando pasar a tres hombres: Inosuke, Zenitzu y Genya.

Nezuko se llevó una mano a la boca al ver la reacción de Tokito, y es que, al pelinegro se le había ido el color del rostro, se quedó estático y peor aún, no respondió al saludo de los tres amigos delatado su nerviosismo.

—Que lindo se ve tu cabello, Mui— comento Genya después de un rato con una sonrisa algo burlona, debía cobrar las veces en que Muichiro le contestaba de manera sarcástica —El papel aluminio le da un toque sofisticado.

Justo en ese momento apareció Senjuro que traía entre sus manos un tinte en tono azul turquesa.

—¡Lo tengo! Y compre un tinte amarillo por si Nezuko quiere teñirse el suyo— mencionó señalando una bolsa de plástico donde estaba el otro tinte.

—Vuelve a burlarte de mi apariencia y te meteré todo el papel aluminio por el cul-

—¿Y si te teñimos el cabello, Genya?— interrumpió Nezuko.

Inosuke comenzó a reír, provocando que todos miraran a la dirección donde veía el Hashibira. Muichiro tenía una cara de pocos amigos que se notaba a simple vista aún en sus intentos de disimulo.

—Me parece bien— Genya sonrío en dirección a Tokito —Puedes burlarte del papel aluminio en mi cabeza.

—No será divertido si me das tu permiso— protesto Tokito cruzándose de brazos.

[...]

—¿La adolescencia se extiende hasta los 22 o por qué ese cambio?— cuestionó Sanemi desde su sala, tenía cientos de exámenes sobre la mesa de centro, los cuales revisaba de manera pasciente.

Genya comenzó a reír desde la cocina, atesoraba como horas antes Muichiro había teñido las puntas de su cabello de amarillo con ayuda de Nezuko.

—Digamos que es una prueba— contestó Genya saliendo de la cocina con un vaso de agua del cual bebió mientras veía a Sanemi.

El mayor miro a su hermano con una sonrisa y después negó.

—Lo que puedes llegar a hacer por amor— comento el peliblanco con una sonrisa burlona.

—Te he dicho que es solo mi amigo— protesto el menor.

[...]

—No puedo creer que ya vaya a terminar el semestre y yo aun no termino el libro— comento Muichiro dándole un trago a su té helado.

—¿Y cuándo lo terminarás?... No, espera, ¿cuándo me dejaras leerlo?— cuestionó Genya.

Muichiro asintió algo frenético y después miro a su amigo.

—¡Buena pregunta! Te dejaré leerlo cuando muera— contestó con una sonrisa burlona.

Genya comenzo a reír y poco después se le unio Muichiro, pero poco a poco sus risas pararon hasta quedar en un total silencio.

—Mui.

—¿Mmhm?

—Tienes que terminar el libro antes de que yo me gradué, este es mi último semestre y quiero, no espera, exijo saber sobre el final del libro— Genya comento en un tono tan serio que a Tokito lo desconcertó por un momento.

—El final será muy simple, el protagonista se tiene que declarar— comento Muichiro con un tono cálido y tranquilo.

—¿Y cómo será?— Genya lo miro atento.

—De una manera especial, por supuesto— Tokito sonrío ampliamente para después morder su labio inferior.

[...]

Genya estaba sentado solo en aquella mesa de la cafetería, repasaba sus apuntes para sus próximos exámenes, aún faltaba un mes y medio para el final de semestre, pero eso no quitaba que se sintiera presionado por sus calificaciones. Después de todo, serían estas últimas las que definirían muy posiblemente su futuro.

—¿Puedo sentarme?— cuestionó una voz femenina que a Shinasugawa tomó por sorpresa.

Levantó la vista encontrando a una chica de piel pálida, cabello blanco y ojos morados. Genya quedó hipnotizado por aquella mujer, que le sonreía tiernamente.

—Sí...— murmuró sintiendo como su rostro se tornaba rojo.

La chica sonrío aún más ampliamente y jalo la silla para tomar asiento, luego vio las libretas de Genya.

—¿Estudias relaciones internacionales?— cuestionó la chica tomando una de las libretas entre sus manos, Genya solo asintió —Asombroso yo igual, ¿de qué semestre eres?

—Noveno— comento Genya con una sonrisa.

—Yo soy de septimo— comento y entrego a Genya su libreta —Ubuyashiki Nichika — la chica extendió su mano a forma de saludo.

—Shinasugawa Genya— contestó estrechando su mano.

Ambos comenzaron a hablar entonces, la platica era amena y muchas veces se podrían escuchar risas de parte de alguno de los dos demostrando su comodidad.

[...]

—¿Y qué pasa con Muichiro?— cuestionó Tanjiro mirando a su amigo con los brazos cruzados.

—¿Qué pasa con él?— Genya miro confundido a sus amigos, los tres estaban sentados en la sala de la casa de Hashibira, jugando algunos juegos de mesa mientras tomaban y comían.

—Hermano, has estado hablando de Tokito sin parar durante meses— comento Hashibira sacando una carta de la baraja.

—Todos pensamos que te le declararías pronto— apoyo Zenitsu imitando el acto de Inosuke.

—Pero él es solo un amigo, al igual que ustedes— explico tomando una de las cartas para después bajar su juego — Nichika es la que me gusta justo ahora.

[...]

Por alguna extraña razón, aún a finales de Junio había algunas cuantas Sakuras que dejaban caer sus flores de manera delicada sobre la universidad.

Tokito acomodaba el cuello de la camisa blanca que traía puesto frente a su espejo, estaba siendo sumamente delicado con su apariencia. Había planeado esto durante todo el último mes y medio y por obvias razones no lo iba a arruinar.

Le dio unos últimos retoques a su traje negro, y se peino por milésima vez el cabello -el cual tenía atado en una coleta alta- para después salir de la casa con un manuscrito entre sus manos.

Camino hasta la universidad y espero atento a que toda la celebración de los graduados terminará para poder acercarse a Genya.

Nezuko estaba a su lado, ella igual venia por su hermano y novio. Pero también, como apoyo emocional de Muichiro.

El de puntas menta suspiro cuando dieron un aplauso a la generación para que comenzarán todos a retirarse. Sentía su cuerpo temblar y el corazón acelerado.

Busco entre la multitud al pelinegro, hayandolo alado de su hermano y amigos con una sonrisa. Muichiro camino a paso firme siendo seguido de Nezuko, el pelinegro estaba seguro de sus sentimientos y quería dejarlos salir ahí mismo frente a todos, pero en su lugar freno de manera seca cuando noto a una chica de cabello blanco junto a Genya.

La peliblanca tenía tomado por la mano a Genya, y lo había besado en los labios justo en ese momento. Tokito tembló de pies a cabeza, sintió como su cuerpo se tensaba y como aparecía un vacío en su estómago que poco a poco subía por su esófago hasta su garganta en forma de nudo, provocandole ganas de llorar.

—Mierda— murmuró Nezuko cuando noto lo mismo que Tokito para después posicionar su mano en su espalda a manera de aliento.

—Sí pregunta, no pude venir— comento Muichiro al borde de las lágrimas.

—Mui...

—No les digas ni una sola palabra de que estuve aquí Nezuko— interrumpió comenzando a caminar rumbo a la salida de la universidad.

Las últimas hojas de las Sakuras cayeron al paso de Muichiro, como si los árboles supieran sus penas. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Miro el manuscrito que tenía entre sus manos y suspiró levantando la cabeza en dirección al cielo, se sentía fatal.

Nezuko observaba el lugar por el que Muichiro había desaparecido, sin notar que el grupo de recién graduados se le acercaba.

—¡Nezuko-chan!— grito Zenitsu corriendo el dirección a su novia captando la atención de esta.

—¡Oh!— la mencionada giro el rostro de manera algo brusca, como si fuera descubierta en una travesura —¡Felicidades a todos!— mencionó dándole un abrazo a cada uno de los graduados, y dejando al último a Genya.

—¿Y Muichiro?— cuestionó el pelinegro.

—Ah... no pudo venir, lo lamenta demasiado. Tuvo un problemita— explico la pelinegra.

—¿Él está bien?— insistió Shinasugawa.

—Ah...— Nezuko sintió su corazón hacerse un nudo, se sentía mal por su amigo —Sí, esta bien— mencionó recordando las palabras de Muichiro.

—Bueno— Tanjiro sonrío y miro a Genya.

—Será otro día— murmuró Genya en dirección a su novia.

Durante el resto del día, Genya mandó miles de mensajes a Muichiro pero este los ignoro. No se sentía capaz de afrontar sus sentimientos, se sentía destrozado y no quería salir de su cama.

[...]

Genya caminaba por las calles de la ciudad, pasando justo alado de una librería.  Paro justo frente a esta, viendo a través del gran ventanal lo que había captado su atención.

Había cientos de libros en pasta negra y letras plateadas con el título de "All I Want", pero eso no fue lo que más capto su atención, sino, el chico que aparecía en la contraportada de la pasta del libro, con la piel pálida y los ojos azules tan delicados a como los recordaba.

Shinasugawa le había perdido la pista a Muichiro después de su graduación, y lo único que supo meses después gracias a Nezuko y Senjuro era que el pelinegro se había ido a América junto a su hermano y padre, donde terminó sus estudios.

Y ahora, cuatro años después, podía ver su rostro en ese libro.

—¡Apresúrate, me congelo!— protesto un hombre saliendo de la librería, tenía el cabello negro atado en una colega baja, y sus ojos muy similares al fuego.

—¡Ya voy, ya voy papá!— protesto un chico saliendo de la misma librería, ambos con ropa abrigada por el tiempo invernal.

Genya se quedó estático, conocía a la perfección esa voz, y peor aún, al propietario.

Muichiro sintio su cuerpo congelarse al ver a Genya a menos de un metro de él, había hecho hasta lo imposible por no saber de él durante los últimos cuatro años, pero en ese momento, sus ojos expresaron tanto amor que fue acompañado por una sonrisa.

Genya sonrío de vuelta y vio como Tokito se alejaba junto a su padre, después entró a la librería y compró una copia.

—El autor acaba de salir por la puerta, es una lástima, pudo autografiarlo— comento un hombre mayor cuando Genya pago el libro —Vendrá en la noche a leer una parte de la novela, esta siendo un éxito rotundo— explico con una sonrisa.

—Vendré en la noche entonces— murmuró Genya con una sonrisa.

[...]

"Pero después de ese día deje las puertas de mi esperanza abiertas, a la espera de que llegaras con esa típica sonrisa y me dijeras que lo que ví solo era un mal entendido. Pero no fue así.

Y entonces entendí que muchas veces las personas entran a tu vida como una felicidad temporal, dejan un mensaje, una enseñanza, una nueva oportunidad de mejorar.

Gracias por hacerme entender lo que es el amor, lo que es una sonrisa calida en una noche de insomnio frío."

Terminó  de leer Muichiro levantando la vista del libro que tenía entre manos, observando a su alrededor a la diversas personas que estsba en aquella librería sólo para escucharlo leer su propio libro, y posteriormente autografiarlos.

Pero entre las diversas personas que estaban en aquella librería, una sola capto su atención, un chico alto y musculoso con una cicatriz que atravesaba su rostro, ambos se sonrieron como parte de sus recuerdos, todos y cada uno plasmados en las hojas de aquel libro.

—"Te amo, y siempre te amaré Genya"— prosiguió Tokito con sin quitar su sonrisa, leyendo la última oración del libro para después cerrarlo de manera delicada, acompañado de un suspiro.

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