Un nuevo hogar.
- Dios...esto está hecho una mierda.- Movió un mueble que estaba en la sala empolvado.
Hace un día había conseguido comprar una pequeña casa perfecta para él y su bebé.
Está era de color blanco y con un color negro profundo en las paredes de las habitaciones, la cuna de su bebé por ahora estaba en remodelación así que lo había acostado en su cama por mientras.
Calcifer había estado observando a aquel chico batallar con mover los muebles, había quedado asombrado por su don y claramente le había gustado.
Podía ver cómo el chico se transformaba en personas aún más fuerte, suspiró para ir a visitar de nuevo al bebé.
No sin antes echar otra mirada al chico viendo cómo ya había acabado en remodelar la sala y solo faltaba una habitación que era la de Ariel.
- Por fin..- Limpio el sudor de su frente para echar un vistazo al pasillo que daba directo a su habitación y a un lado estaba la de su hijo.
Se limpio la suciedad de su mejilla con un trapo húmedo para ir a su habitación, observó con rareza la puerta. Está se encontraba abierta, juraba que la había cerrado.
- ¿Bebé?.- Miro al rededor del cuarto para encontrar a Ariel en el suelo riéndose.
Confundido y algo divertido lo miro con una sonrisa, al parecer se estaba divirtiendo y eso le parecía bien.
- ¡Mami!.- Ariel abrazo al mayor por sus rodillas.
- Hola mi bebé hermoso...- Beso la mejilla del menor sentandose en la cama junto con él, amaba a su hijo y por supuesto que le daría todo lo que él pidiera.
- ¡Mami! Apa?, Onde está apa?.- Camilo borró su sonrisa para mirarlo algo decepcionado.
- Papá no va a venir ya y se acabó esta plática.- Camilo se levantó dirigiéndose de nuevo a remodelar de nuevo.
Ariel miro enojado al mayor para sentarse de nuevo a lado de calcifer, este lo miro divertido.
- ¿El bebé de la casa está enojado?.- Burlesco peñisco la mejilla de Ariel haciendo que este le mordiera el dedo.
- ¡Maldito crío!.- mordió la mejilla de este haciendo que Ariel chillara en forma de molestia.
- ¡Lejame!.- Le escupió en el rostro.
Este molesto le jalo el cabello al menor haciendo que le sacará la lengua.
- Estúpido niño...
Calcifer podía estar un poco feliz de que su portador tuviera un nuevo hogar...y que por lo menos no le faltará nada con aquel chico.
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