Toda la verdad.
Bruno se encontraba acostado a un lado de su esposo, este se encontraba indeciso si decirle o no.
- ¿Sucede algo?.- Camilo fue el primero en hablar después de tanto tiempo en estar en un silencio para nada cómodo.
- ¿Me perdonarias?.- Dijo sin dar explicaciones.
- ¿A qué te refieres...?.- Tenía miedo, miedo de que la verdad salga a la luz.
- B-bueno, tú sabes que yo te amo mucho, verdad?.- Camilo suspiró tristemente, sabía a lo que se refería y a lo que venía después de tanta plática de puras mentiras.
- ¿Con quién fue, Bruno?.- el mayor quedo sorprendido, ¿Acaso había Sido tan obvio?.
Trago saliva para mirar de nuevo a su esposo, este se encontraba llorando.
- Estela...- Camilo rompió en llanto, no podía creer que después de todo de lo que hicieron para estar juntos su esposo volvería tras ella.
- ¡Y una mierda Bruno madrigal!.- Salió del cuarto sin mirar atrás, buscaría a su hijo y se iría de ahí lo más rápido posible.
- ¡C-camilo, espera!.- Trato de sujetar el brazo de su esposo.
Este se soltó rápidamente mirándolo con asco, su mirada estaba vacía ya ni siquiera lo miraba con tristeza.
Lo miraba con odio y asco, su semblante cambio a uno serio. Camilo estaba harto de él.
- Dije que me dejes.- Su voz sonó por primera vez firme y alta, sin tartamudear o alguna pizca de llanto.
- Déjame..déjame explicarte, si?.- Sentó a Camilo en el sillón.
- hazlo rápido, no tengo todo tu tiempo. Terminando de hacer lo que tenga saque hacer, me llevaré a Ariel y me iré de aquí.- Bruno trago saliva, no quería perder a las únicas dos personas que tenía y amaba.
- Estoy...estoy arrepentido, yo te amo y te quiero. No quiero que te vayas por favor, podemos comenzar desde cero y hablar... hazlo por Ariel..- Camilo rio con arrogancia.
- Dios..si tanto dices que me amas, ¿Por qué lo has hecho?, ¿Estás arrepentido? Te recuerdo que cuando te acostabas con ella no mostrabas ningún arrepentimiento.- Suspiró.- hacerlo por Ariel? Él ni siquiera te ve como un padre, déjate de estupideces.
Bruno sollozó.
- L-lo siento..
- Si ya terminaste de contar tus jodidas mentiras, me largo junto con mi hijo.- Sus pisadas estaban llenas de irá, llegó a la habitación de su hijo viendo cómo este iba gateando hacía él rápidamente.
- ¡Mami!.- Camilo sonrió para levantarlo.
- Nos vamos cariño..- Agarro una maleta echando la ropa de Ariel y suya, ni siquiera el Pequeño bebé sabía que sucedía.
-¿Mami?.- Ariel volteo a una esquina donde se encontraba calcifer.
Este lo miraba serio, estaba callado observando a la mamá de su ahora descendiente.
- ¿Qué sucede, mi amor?.- Beso la frente de su hijo para salir con la maleta en manos y con Ariel en brazos.
Observo por última vez al mayor, este estaba sentado en el sillón con la cabeza recargada en sus manos.
- No te vayas..- Bruno se levantó al ver al menor en la puerta.
- Jodete...ni siquiera sé si voy a perdonarte bruno.- Salió de la cabaña recorriendo el bosque, sabía que a unos metros estaba un nuevo pueblo.
Suspiró algo alegre, podría comenzar una nueva vida a lado de su bebé. De todas formas...siempre estubo solo.
Calcifer en ningún momento se separó de aquel muchacho con su portador en brazos, le daba curiosidad hasta donde podía llegar Aquel chico.
Con pasos suaves y silenciosos, acompaño en todo el trayecto al menor, Ariel lo miraba con curiosidad más sin embargo nunca hizo mención de él.
Toda la verdad había Sido lanzada al aire y todo por una aventura, rio con diversión al recordar cómo el bebé le hacía muecas de molestia.
Sin duda iba a hacer un recorrido largo pero divertido a lado de esos dos.
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