El jodido empresario |Última parte|
El día siguiente amaneció peor que el otro, invierno se había adelantado dando inicio a la nieve.
Camilo bufo al ver el clima, más sin embargo su mal humor se esfumó cuando vio aquel mensaje.
Desconocido
En línea
Buenos días, perdona si no me reconoces soy el camarero.
Me preguntaba si todavía ¿Estará disponible la salida?.
Camilo respondió con un simple..
¡Por supuesto que sí! Te espero en el café, por favor abrígate bien.
Te veo a las 8:30.
En realidad ya eran las 8:00 así que solo se ató su cabello en una coleta.
Agarro su saco de color café pastel, y sus guantes.
Prendió la calefacción de su auto poniendo en marcha su recorrido, la música que escuchaba era algo típico de él.
Solo era música clásica aconpañada con el típico musical de su favorita película, el castillo vagabundo.
A lo lejos pudo ver a ese hermoso adulto, estaba conversando con dolores su amiga.
Traía puesto un abrigo de lana negra, sus botas de tacón y un parche en su mejilla derecha.
Se preguntaba que le abra pasado para que tuviera ese parche en su hermoso rostro.
- Ya llegó el amor de tu vida.
Dolores mencionó burlesca, Bruno solo pudo avergonzarse por tal comentario de la muchacha.
Vio bajar a un hombre apuesto de ese coche, extendiendo su mano para que subiera.
Con un movimiento suave Camilo hizo que se sentará a su lado.
- Un gusto volverte a ver hermoso.
Saludo con un beso en la mejilla, Bruno solo pudo reaccionar amablemente con una sonrisa.
- Lo mismo digo, Camilo...
Su mirada se dirigió a la ventana del coche apreciando los cerezos llenos de nieve.
- Iremos un rato a desayunar, ¿Te parece buena idea?.
Apagó la música para escuchar con mayor apreciación al adulto.
- Oh...por supuesto je.
Camilo solo lo miro embobado, sinceramente aquel adulto lo había enamorado y mucho.
Tal vez no era una joven muchacha pero era mejor que eso. Era un muchacho amable y tierno para su gusto.
Amaba estar con el, desde el primer día que entró a aquella cafeteria lo había tratado bien sin hacerlo más solo por ser un empresario.
Le gustaba ser tratado como a los otros.
- Bruno...
Murmuró Camilo al ver que el mayor estaba entretenido en el paisaje.
Al poco tiempo Bruno contesto con un.
- ¿Qué sucede, Camí?.
Camilo se sintió feliz por ese apodo, solo avisó que ya habían llegado así que con paso lento se adentraron a un restaurant.
El dueño de este mismo saludo amablemente a la parejita, viendo de reojo al mayor.
Solo arrugó la cara por el acompañante del empresario.
Bruno lo noto, se había sentido mal pero muy mal. Sabía que no era apuesto ni mucho menos con clase como el otro pero aún así era él mismo.
- ¿Sucede algo Bruno?.
Preguntó Camilo tomando de su copa de cristal el dulce vino de uvas.
- Eh..no tranquilo.
Mintió a su acompañante, se sentía incómodo por las miradas que iban dirijidas hacía él.
Camilo noto la incomodidad de su acompañante y los murmullos hacía el mayor. Pudo notar unas leves lágrimas que amenazaban por salir de los ojos verdes de éste.
- Nos vamos..
Camilo tomo amablemente el brazo del contrario haciendo que este se alarmada.
- ¿Q-Que..?.
- No permitiré que hablen mal de tí enfrenté mío, vámonos.
Salió algo molesto de aquel restaurante azotando la puerta, Bruno miro asombrado al joven.
Este se mostraba serio y molesto, evitando el hecho de que azotó una puerta de cristal.
- L-lo siento...
Se disculpó algo apenado.
- ¿Por qué te disculpas?.
Camilo prendió de nuevo el coche dirijiendose hacia su casa.
- ¿Fue por mi culpa cierto?.
- N-no fue tu cul...
Camilo se detuvo al ver al mayor llorar, su corazón de hizo pequeño al ver cómo su amor se desmoronaba llorando enfrente suyo.
- Bruno...
Paro el carro estacionandose a unas cuadras de su casa.
Arropó al mayor en sus brazos, a pesar de ser un adulto su peso era como el de un adolescente de unos 17 años.
Su cuerpo también era débil y muy esbelto, tenía una cintura marcada.
Bruno solo pudo acomodarse en el pecho de Camilo, parando su llanto al ver cómo este lo tranquilizaba con dulces besos en su cabello y en sus mejillas.
- No te tienes que preocupar por lo que digan los demás de ti, yo te elegí a ti y te amo a ti.
Sin darse cuenta se había declarado enfrente suyo.
Bruno solo pudo ponerse rojo, el contrario solo reía al darse cuenta de su error al declarase como si nada.
- Y-yo..también te amo..
Camilo paro en seco, se había atragantando con su propia saliva iniciando a toser.
Ahora era Bruno quien reía burlesco, con un suave beso de labios pudo calmarse y calmar al contrario.
Camilo siguió manejando más feliz, mientras que su ahora pareja se encontraba viendo de nuevo el paisaje.
Paro el recorrido en la entrada de su hogar, su casa era normal aunque su tamaño era más grande que un hotel.
¿Por qué tendría una casa grande si solo vive él?.
- Ven, pasa tranquilo.
Bruno solo se reía por lo nervioso que estaba Camilo.
- Tranquilo...no muerdo o tal vez por ahora no.
- ¿Qué?.
Bruno solo arqueó sus cejas algo sonrojado.
Camilo solo dispuso a besar el cuello del contrario, mentiría si no dijera que le traía ganas al camarero desde la primera vez que convivió con el.
- C-camilo..mgh, para.
Bruno solo podía aferrarse del saco de Camilo, amaba que este fuera tan delicado con él pero sabía que si seguían así Camilo no iba a controlarse ni tener piedad con él.
- Quiero..quiero follarte.
Puso su rodilla en la entrepierna del mayor, haciendo fricción entre su entrepierna y frotando la del contrario.
- C-camilo, ¡Ah! E-espera..
Bruno Gimió al sentir el frío toque hacía sus pesones, Camilo solo podía Succionar, chupar y morder estos mismos ocasionando que se lastimaran y se tornaran de un color rojo.
Cargo a Bruno y con pasos rápidos se adentro a su habitación, iba a hacerlo suyo.
Desde hace varios meses se ah estado controlando con aquel camarero.
- C-camilo..para de hacer eso.
Bruno dijo al sentir como este frotaba su pene con su culo.
- Perdón pero, no tendré piedad contigo cariño.
Despojo levemente de sus ropas, besando y dando suaves caricias en el cuerpo de su amante.
Él solo quitó su pantalón y bóxer dejando a la vista su erecto y grueso miembro que goteaba presemen.
Bruno se había avergonzado por estar desnudo enfrente de aquel sujeto, se había congelado un poco al ver aquel pene que lo destrozaría en algunos momentos.
- Puedes..¿Puedes chuparla, amor?.
Bruno asintio avergonzado poniéndose de rodillas en el frío suelo de madera.
Inicio acariciando la punta, chupando con su lengua desde la punta hasta el final del falo.
Camilo solo pudo agarrar sus cabellos haciendo que se metiera solo la punta con mucho esfuerzo.
Succionaba y mordía levemente sin hacer daño a su amado, este solo trataba de contenerse.
- C-cariño...mierda te voy a follar la boca, abrela porque no tendré piedad.
Dicho esto sujeto con más fuerza los cabellos haciendo que Bruno tragara su polla hasta la mitad, este lloraba de placer y por ser invadido tan bruscamente.
- Maldición, que buena boca tienes mi amor.
Siguió embistiendo la estrecha boca de su amado haciendo que soltará aún más Lágrimas, su orgasmo estaba cerca así que sacó su polla de la boca de Bruno bruscamente.
Haciendo el típico sonido "Chup".
- C-camilo...
- Ponte en cuatro, andando.
Bruno asintio con las piernas temblorosas, pegó su pecho a la almohada y su cadera la dejo levantada.
Sus piernas estaban flexionadas haciendo que su entrada quedará a la vista de su pareja.
- Joder..que buena vista tengo desde aquí.
- ¿Q-Que piensas hac ¡AH, CAMILO ESPERA NO!.
Sus ojos quedaron en blancos al sentir la lengua de su pareja y dos intrusos dedos en su entrada.
Camilo dilatada y con sus dedos embestía bruscamente también.
- ¡P-para, por favor! ¡DUELE!.
Arqueó su espalda lleno de placer y dolor al sentir que Camilo había introducido un tercer dedo.
Retiró su lengua succionando la entrada de su pareja, burlesco pegó su pecho a la espalda de este sin dejar embestir.
- Oh por dios, mírate que hermoso estás.
Dijo mirando como Bruno mordía la almohada fuertemente, sus ojos estaban derramando lágrimas.
- Joder...sin duda quiero destrozarte.
Aumentó la movilidad de sus dedos haciendo que Bruno soltará su agarre de la almohada, apretaba fuertemente las sábanas mientras que Camilo solo reía por los gemidos de su amado.
- C-camilo..¡Para, basta, se siente tan bien!. ¡Ah, por favor follame~♡!.
- Si eso quieres cariño..
Saco bruscamente sus dedos haciendo que Bruno soltará un quejido algo fuerte.
Volteo a su amado haciendo que quedará de frente, puso sus piernas en sus hombros viendo cómo las caderas de Bruno quedaban alzadas.
- Mierda, me encantan estos aretes ¿No te gustaría regalarmelos mi amor?.
Bruno se sujetaba de las sábanas algo avergonzado.
Camilo paro de reír para meter su miembro de una estocada.
- ¡CARAJO!.
Bruno arqueó la espalda bruscamente al sentir un pene de unos 18 centímetros de largo y cuatro de ancho.
- Por dios, que bueno estás.
Pegó las piernas de su amado hacia su propio pecho haciendo que este mismo se agarrara sus piernas para estar más abierto.
Sus embestidas pasaron a ser más bruscas y sin cuidado alguno.
Destrozando la pequeña entrada de Bruno.
Su pene llegaba directamente a la próstata de este haciendo que se remarcara en su vientre con cada estocada.
- Ah, mmhg C-camilo. Ahí por favor ahí ¡Más, más amor por favor follame más duro!.
- Verga..estás realmente bueno maldita sea.
Saco su miembro poniéndolo en cuatro, está vez con su culo alzado.
De una estocada entro haciendo que Bruno se corriera al instante, se sujetaba del respaldo de su misma cama.
Haciendo sus cabellos para atrás con una mano y con la otra agarraba y lastimaba las caderas haciendo que sus dedos quedarán remarcados.
- ¡Ah, Camilo, amor me voy a venir de nuevo!.
- Yo también cariño..
Camilo solo soltaba gemidos roncos al igual que suspiros.
Bruno por su parte gemia altamente haciendo que Camilo se pusiera más duro.
Solo dos estocadas más bastaron para que este se corriera en su interior y Bruno en las sábanas.
Saco su pene admirando como el semen salía de la rosada y lastimada entrada.
- Dios..joder se sintió tan bien cariño.
Bruno por su parte temblaba por los espasmos que tenía.
Sus piernas también iniciaban a temblar.
Camilo se dedicó a besar y a succionar los labios de éste, metiendo dos dedos a la entrada del mayor para sacar su semen.
- C-camilo, estoy cansado.
- Lo sé, lo sé pero tengo que limpiarte.
- Mmgj..¿A-acaso vas a follarme de nuevo?.
- ¿Te parece bien una última ronda?.
Al ver cómo su amado asentía, colocó sobre su miembro a Bruno sentandose en la cama.
Quería que Bruno lo montará, quería ver cómo se autopenetraba y que gimiera para que lo follara.
- ¡Ah, espera no!, ¡Entra mucho más profundo en esta posición!.
Bruno se quejaba, al sentirse lleno de nuevo y ver qué otra vez el pene de Camilo se remarcaba en su vientre se sintió avergonzado.
- Vamos, montame bebé.
Dió una sonrisa coqueta para jugar un rato con el mayor quizás para molestarlo.
Alzó su pelvis haciendo que su pene diera una estocada en la próstata de este.
- ¡E-espera, no hagas eso!.
- entonces follate tu mismo, vamos enséñame como montas mi polla.
Bruno avergonzado procedió a abriste de piernas para tener mejor movilidad, inicio con leves estocadas.
Cada golpe en su próstata hacía que perdiera el control, asi que inicio a sacar hasta dejar la punta del pene de Camilo para bajar bruscamente dando estocadas más violentas y rápidas.
- J-joder..no pares sigue brincando.
Camilo ahora era quien gemia desesperado, su pareja brincaba tan exquisitamente sobre su pene haciendo que tuviera espasmos.
Mientras que Bruno quien había perdido el control, seguía brincando desesperadamente, quería venirse y quería que Camilo se corriera de nuevo dentro de el.
- Maldición, me voy a venir cariño.
- S-si..ahm mmh, por favor venite dentro..¡Mío, ah!.
Bruno se había corrido en el pecho de Camilo, este al sentir como las paredes de la entrada de Bruno apretaban su pene no pudo contenerse más.
Se vino de sopeton causando estamos en su cuerpo y en el de su pareja.
De nuevo veía como el estómago de su pequeño novio se formaba una pequeña panza que era solo de semen.
Bruno por su parte se había quedado dormido, el cansancio lo había consumido haciendo que se cerrarán sus ojos.
Camilo separó a su pareja tapándola muy bien para que no sintiera frío.
Al día siguiente el primero en despertar fue Bruno notando que Camilo no estaba.
Escucho voces en la sala así que con su boxer puesto y la camisa de botones de su pareja trato de caminar y bajar las escaleras.
Pero solo logro caer de rodillas, sus piernas temblaban demasiado y de su entrada salía el semen que ya se había secado.
Camilo al escuchar el sonido de un golpe se preocupo.
Al subir las escaleras lo primero que encontró fue a un Bruno gimiendo desesperadamente.
- C-cariño..
- Camilo por favor ayúdame.
Suplicaba el mayor, Camilo al no entender miro la escena.
Sonrojado y exitado pudo notar que su pareja de nuevo estaba exitada.
Sus piernas estaban temblando, un dedo estaba en la entrada de éste.
Bruno se estaba autopenetrando con sus pequeños dedos.
- Vaya..al parecer alguien no tubo suficiente con lo de ayer, pequeño pervertido.
Bajo hasta la sala con Bruno en brazos, quería follarselo en el sillón y si que lo haría.
Estaba viendo las noticias ese era el motivo del porque se escuchaban voces.
- Por favor, follame.
Bruno Gimió alto al sentir de nuevo aquel pene que lo hacía sentir las estrellas.
El tono de llamada del celular de Camilo se hizo presente.
Una maldición salió de la boca de este.
- Amor..trata de no gemir mucho mientras que te estoy cogiendo, ¿No quieres que mi secretario escuché como gimes, cierto?.
Puso en cuatro a su pareja embistiendo de nuevo a Bruno.
Este trataba de morder el pequeño cojín que tenía de adorno el sillón.
- Si ¿Bueno?, Oh habla Camilo ¿Sucedió algo Mariano?.
- Mhg..ah.. C-camilo.
El empresario no hacía más que reírse levemente, vio que Bruno hacía el intento por callar sus gemidos.
Se le ocurrió una idea, era golpear la próstata del mayor.
- Oh Camilo, ¿Volverá en la otra semana cierto?.
- P-por supuesto...carajo.
- ¿Sucede algo, jefe?.
- N-no..
Bruno sonreía victorioso, había montado al mayor.
Este solo mordía su labio tratando de callar sus gemidos hasta que escuchó aquel nombre que lo haría perder el control.
- Oh bueno, estrella se preguntaba si quería tener una cita con ella jefe.
- ¿Estrella? ¿Una cita?...¡E-espera!.
- ¿Jefe?.
- ¡AH, Camilo, por favor follame, follame duro amor!, ¡Ah, ah!.
Bruno gemia desesperado, su orgasmo estaba cerca pero por dentro sonreía malicioso.
- ¡Carajo, lo siento Mariano!.
Con eso colgó la llamada, miro molesto a su pareja.
Pero obviamente se le pasó rápidamente al notar aquella sonrisa que le dió su novio.
- Maldita sea...no me puedo enojar contigo amor.
Sin duda amaba mucho a su Jodido empresario.
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