Nadie estaba a mi lado cuando desperté, pensé que solo me había utilizado de nuevo pero al verlo entrar por la puerta nervioso y con una bandeja de comida hizo que mis preocupaciones se fuera.

Su sonrisa era sincera, demostrándome todo su amor que tenía para mí.

Los dos comimos en el cuarto, nos habíamos duchado juntos claro que necesitaba ayuda de él. No podía pararme gracias a su culpa de todas formas fue mi primera vez, ya me acostumbraría.

- Cariño..O-oye yo bueno..- Ahora actuaba nervioso.- Toc toc madera..- Y ahí está su tic nervioso.

- Tío Bruno je, no tienes que hacer eso.- lo abracé besandolo, observé nuestro anillo brillar durante el beso.

- Mi niño, vamos a bajar con los demás.- Junto su mano con la mía, bajamos las escaleras con alguna que otra dificultad.

Mis caderas dolían pero con ayuda de una arepa se me ah pasado el dolor.

Pude divisar a dolores a los lejos, tenía unas ojeras que tal vez fueron nuestra culpa.

- ¡Bruno, cariño te estaba buscando!.- Maldita mujer...

- Ah..estela hola.- Mi tío había Sido abrazado aquella mujer, aunque él se mostraba incómodo eso me gustaba.

- Ujum, disculpa como puedes ver estoy pasando tiempo con él así que vete.- Empuje a la mujer de él, me miró ofendida.

- Disculpa por si no lo sabías mocoso mal educado el es mi próximo esposo.- Si supiera que ya es mío.

- Estela por favor vete, estoy pasando tiempo con mi chico si?, Adiós.- Jalo mi brazo entrelazando nuestras manos, estaba enojado si.

Pero con solo sus caricias me volvía loco, este hombre es perfecto.

- ¿Quieres ir a un lugar Camí?.- Se sentó en unos bancos alejados de las casas, un árbol con una gran sombra refrescante nos invadió.

- Bueno...tengo hambre.- Me miro sorprendido.

- Pero, acabamos de comer.- Seguíamos platicando en el transcurso a casita, no parabamos de mirarnos uno al otro.

- ¡Llegaron justo a tiempo!, Íbamos a iniciar a comer y ustedes no aparecían.- Mi abuela me dió un susto, pensé que ya nos había descubierto.

La comida transcurso normal, por debajo de la mesa estaba mi mano enlazada con la de él.

Nadie sospechaba nada ya que el mantel era realmente largo que no se veía.

- Cariño.- Voltee a verlo, pude observar que tenía una corona de flores echa por Isabella.

- Te ves hermoso tío.- Isabella también hacía hecho una para mí, todos convivíamos felices.

Bruno y yo solo fuimos al lago para dormir un poco, la tarde todavía no llegaba pero estábamos cansados de tanto jugar con los niños del pueblo...

Yo, yo quiero formar una familia con él...