Parte 1 Sin Título
Para Diana.
Shinji sabía que a situación económica de su familia era bastante precaria, y que no podía darse el lujo de comprarle un gran regalo navideño a su novio. Mañana era navidad, el saldo no le alcanzaba para comprar al menos un buen regalo para él. Era su primera navidad juntos como pareja y deseaba impresionarlo. Ya había vuelto a contar varias veces el dinero, pero éste era insignificante. El padre de Shinji le había quitado la mitad de su salario mientras que los tíos y primos le habían quitado el extra que había ganado este mes, dejándolo con muy poco dinero. Podía comprar un llavero para Kaworu, pero no, Shinji estaba seguro de que no necesitaba un llavero, necesitaba una cadena para ese reloj tan fino que Kaworu llevaba. Y tenía que comprárselo. Su novio peli-blanco se lo merecía por todo el buen tiempo que habían pasado juntos.
Hace ya varios meses acababa de arribar a la ciudad, lo cual era bastante nuevo para él, un gran cambio de ambiente, conocer gente nueva, aprender a trasladarse. Shinji se había criado en el campo, siendo el hijo mayor de una familia precaria que se dedicaban al pastoreo y diversas actividades para ganarse el pan. El dinero que se ganaba no era lo suficiente así que Shinji tuvo que dejar la escuela e irse a la ciudad para empezar a trabajar en una maquila de textiles. Quedándose con unos parientes de la familia quienes vivían cerca de la maquila donde tenía que trabajar. Por supuesto, encontró trabajo de inmediato, pues Shinji tenía un especial don tejiendo por lo que entrar al trabajo fue bastante fácil. El jefe, un hombre llamado Fuyutsuki al ver sus habilidades le dijo.
-Excelente Shinji-kun. Tienes el trabajo.
Shinji estaba complacido, había obtenido el puesto, sin duda su padre no se equivocaba cuando le dijo que sus habilidades podían servir de algo. El sueldo era lo justo para mantener a su padre y a sus pequeños hermanos en el campo. El problema era quizás el horario, salía bastante tarde, si se enfermaba su jefe le descontaría por los días ausentes. Shinji tendría que procurar no enfermarse pues si su padre se enteraba lo mataría a golpes o mandaría a su tío a golpearlo debido a sus necesidades económicas. El chico aceptó los términos y condiciones. El señor Fuyutsuki complacido con la disposición del joven llamó a su asistente.
-Maya, enséñale a Shinji-kun dónde va a trabajar.
La chica asintió y le pidió amablemente a Shinji que la siguiera, el joven así lo hizo. Había varias sesiones de diseño textil en diferentes áreas con una maquinaria compleja. Maya dejó a Shinji en una sesión en donde la mayoría del personal correspondía a mujeres. La chica llamó la atención de las trabajadoras.
-Chicas, chicas.
Las aludidas voltearon a mirar al muchacho quien estaba algo cohibido detrás de ella con la mirada hacia abajo. La mayoría de ellas miraban al chico bastante curiosas.
-Él es Shinji. Va a trabajar con nosotros a partir de ahora. Explíquenle todo, y sean amables con él.-Ve con ellas Shinji.
El joven asintió, y Maya se retiró. Shinji todavía estaba bastante nervioso, veía cómo sus compañeras trabajaban la mayoría eran bastantes hábiles, dentro de ellas, existía una pelirroja quien era la más ágil en cuanto a diseño se refería. Trabajaba demasiado rápido, pero lo hacía de una forma muy precisa y eficiente. El joven simplemente se sentó a unos centímetros de ella, comenzando a trabajar. Para ser su primer día lo estaba haciendo bastante bien de no ser porque chocó con la pelirroja.
-¡oh! Perdón no te vi.
-Obvio qué no. Le replicó ésta de mal humor.- Mientras se iba a otra sesión a trabajar.-
Shinji estaba sin poder comprender, en eso una chica de lentes, bastante atractiva, con dos coletas alargadas le sonrió al chico nuevo.
-Ella es Asuka Langley. La diva de esta sesión.
-¿Qué aquí tienen divas? Inquirió Shinji algo impresionado.
-Bueno. Ella se siente así. Porque es la que mejor trabaja en el textil.
-¡oh!.. Dijo Shinji sin saber qué decir.-
El joven intentó trabajar lo mejor que podía, la chica de lentes lo miró un tanto curiosa y le dijo.
-Eres el primer chico que está en ésta sesión. Generalmente ellos están arriba trabajando en la maquinaria pesada.
-Sí. Es que mi papá vio mis habilidades de costurero y creyó que sería una buena oportunidad.. y y.- Shinji estaba algo avergonzado, pues sabía que el arte del costureo era una actividad generalmente relacionada a las mujeres. Le avergonzaba un poco.-
No obstante, la joven de lentes le puso su mano en su hombro y le dijo.
-No tienes por qué avergonzarte. Je, je. No hay cosas para chicos y para chicas. –Por cierto me llamo Mari.
-Mucho gusto.
A partir de ese momento, Mari y Shinji desarrollaron una gran amistad. Contrario a lo que se suponía, Shinji se sintió muy a gusto con sus compañeras, con excepción de Asuka, quien lo miraba de forma bastante despectiva. Pero con el pasar del tiempo, Shinji había aprendido a lidiar con ella, solo era cuestión de no toparse directamente con la prima dona del textil y asunto arreglado. Por otra parte, Mari parecía tener una especial atención hacia ella pues siempre la veía como embelesada. Y Shinji las había visto conversar antes de ir al trabajo. Shinji intuyó que a su nueva amiga le gustaba Asuka y la diva pelirroja parecía corresponderle solo que era demasiado orgullosa para admitirlo. Shinji no deseaba preguntarle a Mari sobre su situación amorosa pues todavía no deseaba entrometerse. Así que entre él y Mari se hablaron de otras cosas relacionadas al trabajo y la vida en el campo del chico. La semana transcurrió normal hasta que una tarde, Maya entró y les informó sobre un acontecimiento.
-Escuchen todos. Dijo.- Mañana viernes, vendrá el inspector de área a revisar su trabajo. –Den su mejor esfuerzo y no se sientan presionados.
Por supuesto el resto de mujeres murmuraron entre ellas, Asuka por su parte de forma altanera les dijo.
-Pierden el tiempo poniéndose nerviosas. Ni que fuera el diablo.
-Tú lo dices porque eres la mejor de nosotras. Le recriminó una chica morena.-Pero para las más rezagadas si no hacemos un trabajo que le guste al inspector nos va a descontar el sueldo.
Shinji miraba la situación nervioso, era su primera semana, y todavía no estaba seguro de si podría impresionar al inspector. Dándole un codazo a Mari quien estaba arreglando un par de pantalones, Shinji le preguntó.
-Oye Mari. El inspector es.. ¿muy exigente?
-Pues es que depende. A veces llega de muy malhumor y es más aterrador que Asuka.
-¡oh! Esto no es nada alentador..
-Tranquilo pequeño, viene solo los últimos días del mes.
Shinji tragó saliva, el saber que el inspector podría ser peor que Asuka, era motivo suficiente para ponerlo nervioso. Finalmente, el día llegó, donde hubo muchísima tensión, a pesar de que Mari intentó tranquilizar a Shinji este estaba con el Jesús en la boca. Mari en cambio le dijo para tranqulizarlo.
-Vamos, te irá bien. Eres muy bueno además..
El chico estaba esperando a que su amiga terminara de hablar, pero en eso una de las chicas se asomó por una puertita y les dijo.
-Allí viene. Todos a sus lugares.
Shinji sintió su corazón palpitar contra su pecho. Pero intentó calmarse y hacer su mejor esfuerzo, solo esperaba que el inspector no estuviera de malhumor. No quería que le descontaran el sueldo apenas en su primera semana. Su papá y hermanos necesitaban aquel dinero, Shinji no quería decepcionarlos. Necesitaba estar relajado, Mari viéndolo preocupado le dijo
-Tranquilo te irá bien. Buena suerte.
Shinji le sonrió y le dijo.
-Gracias.
Shinji no dejó de mirar las puertas finalmente éstas se abrieron. El joven esperó que el inspector de área fuese un viejo gordo y huraño justo como su padre. Sin embargo, su visión cambió radicalmente cuando las puertas se abrieron. El inspector de área era un hombre de unos 29 años, de cabello gris, piel bastante pálida, y ojos de un color rubí. Shinji quedó impregnado de la belleza y juventud de aquel hombre, vestía unos pantalones negros, una camisa azul, y llevaba en su mano un cuaderno de anotaciones.
-Buenos días.
-Buenos días. Respondieron.
"buenos días" susurró Shinji, sin quitarle la mirada de encima aquel hombre joven. Shinji de momento se le olvidaron los nervios que tenía.
-Bien pasaré a dar una inspección de cada uno de sus trabajos y áreas. Dijo el hombre peli- gris con voz relajada.
Las compañeras de Shinji asintieron, y él también lo hizo. Shinji trataba de estar lo más concentrado que podía pero era un tanto imposible pues aquel hombre joven distraía toda su atención. El inspector se acercaba a cada una de las áreas mientras tomaba nota del trabajo de las mujeres maquiladoras. Las estaba inspeccionando una por una. Al no ser una sección muy larga, suponía Shinji, que aquel hombre joven no tardaría en llegar; ahora en ese momento estaba dándole una ojeada al trabajo de Asuka quien trabajaba de forma muy confiada. Luego finalmente el joven de cabello peli-gris llegó a la sección donde Shinji junto con Mari, ésta trabajaba de una forma relajada y calmada, Shinji trató de imitar el gesto. El joven se acercó a ver el trabajo del chico nuevo.
-Tú debes ser el nuevo.
-Sí señor. Habló Shinji con voz un tanto tímida.
El joven inspector miró al joven y le dedicó una media sonrisa, Shinji estaba algo embobado viendo aquel hombre de indescriptible belleza. Dándose cuenta del encanto que le provocaba en aquel chico, el inspector en un tono aterciopelado le dijo.
-¿puedo? Inquirió.
-¿Ahh? Sí, sí. Shinji parpadeó.
Shinji volvió a su posición mientras que se concentraba en su trabajo, el joven inspector se colocó detrás de él para contemplar mejor su trabajo. Shinji solo respiró mientras intentaba estar relajado siguiendo los consejos de Mari, mientras fijaba toda su atención a la enorme máquina de coser. De reojo el chico lanzaba miradas al joven inspector quien estaba haciendo unas cuantas anotaciones cuando terminó la inspección, el peli-blanco le dijo.
-Muy bien. Le dijo sonriéndole.
El hombre joven se retiró, Shinji respiró profundamente, jamás hubiese pensado que aquel sujeto lo hubiese puesto tan nervioso. Al terminar la inspección el peli-blanco llamó la atención de las compañeras de Shinji y les dijo.
-Bien. Sabrán sus resultados en cuatro semanas. Les deseo la mejor de las suertes.
Dicho esto el hombre joven se marchó, dejando a todas las empleadas conversando entre sí, un tanto asustadas. Shinji por el contrario no parecía nervioso por los resultados, a pesar de que la estabilidad económica de su padre y de sus hermanos menores dependía en que tuviese una gran nota ya que de lo contrario le descontarían el sueldo, la mente del joven divagaba en aquel joven inspector joven de cabello gris. Deseaba verlo una vez más y hablar con él.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top