Capítulo 7
Todo el resto de la tarde el licenciado Rickman, Sofía, y Camila se quedaron esperando la llegada de "Jauregui", quién por su puesto los dejó plantados. Allyson, la encargada de supervisar el personal del viñedo, se disculpó innumerables veces con los tres diciendo que lo más probable es que se le hubiera atravesado un contratiempo a esa persona y que por ello quizá no había podido llegar, por su puesto la castaña mayor solo se limitó a rodar los ojos y después de suspirar con fastidio dió por finalizada aquella "junta".
Cuándo la hora de la cena llegó, Camila recibió una llamada de Ryan, su expareja, el cual le empezó a reclamar por no haberle avisado que se iría a Napa y se llevaría a su hijo con ella.
La discusión duró aproximadamente unos veinte minutos hasta que la castaña optó por colgarle y dejarlo hablando solo, como siempre.
La tarde-noche pasó demasiado lenta para Camila; se encerró en la oficina de su padre y se dispuso a revisar todos los papeles que habían ahí, desde reportes de exportación hasta estados de cuenta. Algo que pudo notar fue que el negocio de los vinos estaba en su mejor apogeo y todo lo administrativo y de cultivo se encontraba de viento en popa gracias al viticultor; por ese motivo no tendría mucho de qué preocuparse por cuestiones administrativas y de campo, así que después de revisar todo aquello decidió ponerse a ver las fotografías que su padre tenía guardadas en uno de los cajones del enorme librero que había a un costado de la oficina.
Las horas pasaron y finalmente salió de aquella oficina y se encaminó hacia su habitación para descansar, no sin antes pasar a ver a su hijo para desearle buenas noches.
Antes de irse de la habitación de su hijo, Nicholas le pidió a la castaña poder dormir con ella, cosa que aceptó rápidamente al ver el rostro triste de su hijo, diciéndose a sí misma que lo mejor sería arroparlo entre sus brazos como cuando era un bebé para así borrar aquella expresión de su carita.
Por su puesto, luego de que su hijo se colocase la pijama, Camila lo acomodó en su cama y después se tomó un pequeño tiempo para enviar unos correos al Director Ejecutivo de Furdiong PINK, quien estaba como loco al no contar con la presencia de la morena en Brooklyn.
- Mamá, ¿aún quieres a papá? - preguntó Nicholas de la nada mientras observaba a su madre teclear cosas en su computadora
- ¿Disculpa?
- ¿Aún quieres a papá? - repitió
- Nicholas. - se quitó las gafas que traía puestas y las colocó encima de la computadora luego de cerrarla - Cariño, ¿por qué me preguntas eso? - se levantó del pequeño escritorio que había en la habitación y caminó hasta sentarse en la orilla de la cama
- Sampietro me contó sobre la vez que se separó de su esposa, y dijo que al pasar los años ellos volvieron a estar juntos. ¿Vas a volver con papá?
Camila miró atentamente el rostro confundido de su hijo y suspiró.
- ¿Por qué te contó eso Sampietro?
- Bueno, el me preguntó por papá, y también hizo muchas preguntas, entonces le conté que tú y mi papá están divorciados.
- No estamos divorciados, cariño.
- ¿Están casados? - preguntó sorprendido el hijo de la castaña
- No estamos divorciados porque jamás estuvimos casados. - explicó -Solo teníamos una relación y bueno, llegó un punto en el que no era lo mismo y nos empezamos a distanciar, así que decidimos dar por finalizada esa relación, sin embargo dejamos en claro que eso no te perjudicaría nunca porque siempre íbamos a estar los dos presentes en tu vida. - le dió un pequeño toque en la nariz
- ¿O sea que no regresarias con él?
- No, cariño, lo siento.
- Entiendo. - frunció ligeramente el ceño haciendo que Camila se percatarse de que aquel gesto era clásico de Ryan - Mamá, ¿podríamos dormir ya? - la ojimarrón sonrió
- Por su puesto, déjame guardar mis cosas. - dejó un beso en la frente de su hijo y después se levantó para comenzar a ordenar todo lo que tenía regado en aquel pequeño escritorio
- Descansa, mamá. - dijo Nicholas tan pronto como sintió el colchón sumirse del lado izquierdo de la cama
- Descansa, cariño.
* * * * *
Muy temprano en la mañana fue el entierro de su padre. Las hermanas Cabello se tomaron de la mano durante todo el discurso del sacerdote que estaba ahí presente e incluso siguieron tomadas de la mano cuando cada uno de los trabajadores del viñedo y de la hacienda pasaron a decir unas palabras en honor a Alejandro, sin embargo tan pronto como el ataúd bajó hacia aquel hueco de tierra ambas se soltaron.
- ¿Vienes? - preguntó Sofía con delicadeza a su hermana
- Me gustaría quedarme un rato más. - contestó - Puedes irte si quieres.
- Te espero, estaré en la camioneta con Liam, ¿Ok? - la castaña mayor asintió - Te quiero mucho, Mila. - se acercó a su hermana y le plantó un beso en la mejilla haciendo que está elevará levemente las comisuras de sus labios en un intento de sonrisa
El aroma a tierra húmeda inundó las fosas nasales de Camila cuando inhaló fuertemente para llenar de aire sus pulmones. Observó con tanta delicadeza aquella lápida que llevaba el nombre grabado de su padre y dejó caer la rosa que llevaba en sus manos hacia el ataúd que ya se encontraba sepultado en la espera de ser finalmente cubierto de tierra.
- Prometiste que estarías siempre a mi lado. - susurró - ¿No crees que hubiera sido más fácil tomar un avión hacia Brooklyn o hacia mi universidad e irme a ver en persona en lugar de mandarme cartas y llamarme? - rió amargamente - ¿Por qué me dejaste sola con mamá? No te imaginas lo mucho que te extrañe todos estos años, papá. Todo el tiempo esperaba que llegarás y me trajeras aquí para que pudiéramos montar a caballo o para que pudiéramos jugar toda la tarde con Charlie. Pero nunca lo hiciste. Nunca llegaste.
Pequeñas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas haciendo que el nudo de su garganta se hiciera aún más grande de lo que estaba durante la ceremonia de entierro.
- Me sentí tan abandonada. Lo habías prometido, Alejandro. - se quitó algunas lágrimas del rostro - Hiciste que albergara resentimiento hacia ti todos estos años y ahora me siento estúpida. No pude despedirme de ti, ni decirte lo mucho que te quería y lo mucho que anhelaba tus abrazos. Fuimos injustos el uno con el otro y ahora cargaré con esto toda mi vida. - levantó la mirada hacia el cielo - ¿Estás mejor allá arriba?
- Lo más probable es que sí. - respondió una voz a sus espaldas haciendo que la morena volteara rápidamente - Hola, Brooklyn.
- ¿Qué haces aquí?
- Bueno, vine al entierro. - se encogió de hombros - ¿Cómo te sientes?
- No es asunto tuyo. - respondió a la defensiva ganándose una sonrisa de parte de la ojiverde
- Estoy segura que bajo toda esa fachada de mujer prepotente y grosera se esconde la pequeña Mila de la que tanto hablaba Alejandro. - dijo suavemente provocando que las barreras que tenía la morena a su alrededor se derrumbaran y aparecieran nuevamente las lágrimas en sus ojos - Él te amaba.
- ¿Qué es lo que quieres? - respondió segundos después de que todo se quedara en silencio alrededor de ellas
- Llevarte a casa. Ven. - extendió su mano hacia la morena - Le dije a tu hermana que te llevaría sana y salva. Ella se fue de vuelta a la hacienda para no dejar solo por más tiempo a Nick. - explicó rápidamente lo último al ver que Camila la miraba con mucha desconfianza
- Está bien. - accedió
- Toma esto, está por comenzar llover y no queremos que ganes un resfriado. - pasó su chamarra de mezclilla por los hombros de la ojimarrón - ¡Con cuidado, chicos! - les gritó a los que se encargarían de rellenar en hueco donde se encontraba el ataúd
Juntas caminaron hacia la camioneta gris se la pelinegra y después de acomodarse y colocarse los cinturones, partieron en dirección a la hacienda de Pinot Gheeshlod.
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N/A:
Estoy por iniciar exámenes finales así que lo más probable es que no actualice hasta como por la segunda semana de Diciembre.
Gracia por leer y esperar.
Un beso.
🌹❤.
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