Capítulo 13


N/A:

Perdonen si ven demasiadas faltas de ortografía o malas redacciones, pero Wattpad está funcionando horrible y no puedo editar.

No sé cuándo se publique esto, pero me gustaría desearle un FELIZ CUMPLEAÑOS a mi lectora favorita a la que le prometí dedicarle un capítulo por su día 🌹.

Espero que tengas un lindo cumpleaños, corazón. Te deseo lo mejor de lo mejor y te mando un abrazo de oso virtual. Come mucho pastel y guárdame un poco. 🍰

¡Disfruten del capítulo!

____________________________

Cuando el avión aterrizó ambas hermanas esperaron a que todos los demás pasajeros bajarán y después salieron ellas. Por esta ocasión Camila había decidido dejar a Nicholas en casa de su madre y para evitarse problemas le había mandado un mail a Ryan diciéndole que haría un viaje de negocios, cosa que no era del todo una mentira.

- Mira, ahí está Lauren. - dijo Sofía cuando ya iban caminando hacia la salida del aeropuerto luego de haber recogido sus maletas

Los ojos de la ojimarrón se cerraron por unos segundos y suspiró, lo menos que quería era ver a la maldita pelinegra, ella le había jurado que sería el chófer quién las recogería cuando llegaran a Napa y no que ella iría personalmente.

Al final la ojiverde se había salido con la suya y había logrado obtener esa llamada telefónica que Camila le había negado la primera vez. Después de haber estado en silencio por varios minutos con el teléfono pegado a su oído escuchando la respiración de la pelinegra, Camila finalmente le preguntó a Lauren el porqué de su llamada, ahí fue cuando la mujer de sonrisa traviesa que tanto odiaba le explicó que había un señor pelirrojo rondando por el viñedo con la intención de hablar con ella para acordar la venta de las tierras, cosa que sorprendió e irritó demasiado a la castaña para fortuna de Lauren.

Camila no iba a regalar el viñedo que tanto esfuerzo le tomó a su padre construir, mismo sitio en el que vivió los momentos más felices de su infancia y lugar el cual planeaba visitar en vacaciones para ver una linda sonrisa en el rostro de su hijo y fastidiar a su propia madre.

Aprovechando el enojo de la castaña por las noticias sobre aquel insistente comprador, Lauren la convenció de viajar a Napa para darle un no final a ese hombre que se negaba a hablar con Lauren y que exigía hablar con las verdaderas dueñas.

Ambas adultas acordaron una fecha y justo cuando Camila se despedía para poder dormir, la ojiverde aprovechó para fastidiarla disfrutando de oírla murmurar barbaridades contra ella. Le recordó que si seguía teniendo un humor de los mil demonios podía arrugarse muy joven y que sería un desperdicio para una mujer con el rostro muy bello. Aquello que inició como un halago terminó ocasionando una irritación en Camila por haberse sonrojado y desató una guerra entre ambas mujeres por teléfono. Mientras Camila peleaba, Lauren disfrutaba del otro lado de la línea el hecho de oír la dulce voz de la ojimarrón.

- Señoritas. - saludó la ojiverde con una sonrisa traviesa en el rostro cuando hizo contacto visual con la castaña mayor - Brooklyn.

- No fastidies. - murmuró entre dientes - ¿Y el chófer?

- Decidí que sería mejor que yo las llevase personalmente a Pinot Gheeshlod y no Liam, ya sabes, no quiero que lo ahorques o algo así mientras están en la camioneta. - respondió haciendo referencia al pequeño rencor que habitaba en Camila por lo que le había pasado a su hijo por culpa del descuido del chófer - ¿Les ayudo? - señaló las maletas de ambas hermanas

- Por favor. - suplicó Sofia de forma exagerada como si su maleta pesara más de veinte kilos

- ¿Te ayudo? - le preguntó a la ojimarrón mientras sostenía la maleta de Sofía - ¿O puedes tu sola?

- ¿Podemos irnos ya?

- A sus órdenes, reina de Brooklyn. - le guiñó un ojo haciendo reír a Sofia y las tres se encaminaron hacia la salida en donde estaba la camioneta de la ojiverde estorbando en paso

- Oh dios, es un desastre. - chilló Camila al ver la cantidad de autos que estaban atrás de la camioneta de la pelinegra esperando porque se quitara del camino

- Nah. - hizo un ademán con la mano restandole importancia a pesar del sonido de múltiples claxons sonando al mismo tiempo - Hago esto todo el tiempo, ellos deben esperar.

- ¡Eso es demasiado imprudente!

- Y tú hablas demasiado. - abrió la cajuela y metió las maletas - Oye, ¿podrías meter a la amargada de tu hermana en la camioneta? - le preguntó directamente a Sofia mientras le sonreía

- Claro, vamos, Mila. - tomó de la mano a su hermana y soltó una pequeña risita al ver lo muy fastidiada que se veía

* * * * * *

El camino a Pinot Gheeshlod estuvo lleno de las risas de Sofía por todas las anécdotas que la ojiverde les iba contando durante el viaje. Las únicas que aprecian divertirse eran la joven de las Cabello y Lauren. Por el contrario, Camila se la había pasado todo el viaje tecleando cosas en una tablet y hablando por un intercomunicador con su secretaria quién la mantenía informada sobre el pequeño Nicholas.

- Hemos llegado. - anunció la ojiverde - Esperen un momento. - apagó el motor y se bajó rápidamente para abrir la puerta del lado de Sofía - Señorita número dos. - le extendió la mano y la ayudó a bajarse

- Gracias.

- No te muevas. - le advirtió a la morena, sin embargo negó con la cabeza al ver que estaba muy entretenida con su tablet como para haberla escuchado - ¿Siempre está pegada a esa cosa? - le preguntó a Sofia mientras se recargaba en el marco de la puerta y observaba como la morena mayor fruncía el ceño y gruñía de vez en cuando

- Siempre. - rió

- ¿Nunca descansa?

- Es muy raro, creo que le gusta su trabajo más que convivir con las personas que la rodean. - hizo una mueca - En mi décimo cumpleaños ella me mandó un mail felicitándome y no se apareció hasta tres días después y me entregó una calculadora de color rosado. - contó

- ¿Una calculadora, en serio? - eso sí era sorprendente - Vaya, es realmente muy ejecutiva y todo eso.

- En el fondo es una dulzura. - aseguró Sofia con una sonrisa melancólica - Ella solía ser muy agradable. Creo que la única persona que puede adentrarse a lo más profundo de su corazón es Nicholas.

- ¿Y dónde está el?

- Se quedó en Brooklyn con nuestra madre. - se encogió de hombros - O bueno, más bien se quedó con Rose, mi nana, ella es agradable.

- Bien. ¿Crees que me muerda si la interrumpo o algo así?

- Averígualo. - respondió y después se alejó de la camioneta para adentrarse a la casa y saludar a las cocineras

La ojiverde mordió su labio inferior y cerró con cuidado la puerta, rodeó la camioneta y abrió la puerta del lado de Camila, quien ignoró el hecho de que había alguien ahí.

- Hey. - le dió dos toques en el hombro haciendo que la morena saltara

- ¡Jesús! - chilló - ¿Qué te sucede? - llevó una de sus manos al pecho - Me asustaste, maldita sea.

- Lamento interrumpir pero ya llegamos. - hizo una seña con su pulgar señalando a sus espaldas - ¿Vienes o te dejo encerrada?

- Podría bajarme si te quitas.

- Podrías, sí. - contestó - Pero para tu buena suerte voy a ser caballeroza y te ayudaré a bajar. - extendió su mano hacia ella - Anda.

- No, gracias. - guardó la tablet en su bolsa - Puedo bajarme sola, no necesito tu irritante ayuda.

- No me voy a quitar hasta que me des la mano, Brooklyn.

- Me bajaré del otro lado.

- Ni lo pienses. - sacó las llaves de sus jeans desgastados y colocó los seguros de la camioneta - Tendrás que bajar por aquí. - le sonrió

- Ugh, ¿qué te pasa?

- Si no te molestaras la historia sería diferente, guapa. - le guiñó un ojo y la castaña gruñó al sentir como sus mejillas se tornaban calientes

- Eres insoportable.

- Un poco. - la verdad no acostumbraba a ser tan molesta, pero la hija de Alejandro era tan poco tolerante que era divertido verla enojarse, eso sin contar el hecho de que realmente se veía guapa cuando fruncía el ceño - Dame la mano.

La morena gruñó por última vez y le dió la mano a la ojiverde; tan pronto como sus manos se conectaron una gran cantidad de cosquillas viajo desde su mano hasta la punta de los dedos de sus pies, su estómago se contrajo y se odió por disfrutar de todas aquellas sensaciones.

Ambas se miraron a los ojos. A diferencia de la castaña, Lauren había sentido como dentro de ella galopaban miles de caballos al mismo tiempo en su estómago. La primera vez que la tocó ignoró esa sensación, pero ahora, ahora era difícil de ignorarla, era como si hubiesen hecho click o algo por el estilo.

- Estás muy cerca. - murmuró Camila cuando se bajó de la camioneta y se percató de los pocos centímetros que las separaban a ambas

- ¿A sí?

- Sí... - murmuró - ¿Podrías soltarme? Hueles mucho a campo. - arrugó la nariz, en realidad la ojiverde no olía a campo, en su lugar tenía un aroma delicioso, pero Camila necesitaba tenerla lejos antes de darle la bienvenida a su parte más imprudente y poco lógica

- Eso es a lo que debe oler alguien que trabaja realmente. - se defendió

- ¿Trabajar realmente? - soltó sus manos de golpe lamentando la perdida - ¿Qué se supone que dices que haces aquí?

- Cuidar las tierras de tu padre, coordinar las ventas, vigilar la producción, y asegurarme que todo marche a la perfección, cosa que tú ni de chiste harías.

- En serio, no entiendo cómo te toleras a ti misma. - se quejó y apartó a la ojiverde para poder alejarse de ella y caminar hacia la casa

Iban a ser los dos días más complicados de su vida. Lauren Jauregui era una mujer insoportable que la hacía sentir extraña y adoraba hacerla enojar, y ella definitivamente tenía muy poca paciencia.

Cuándo entró a la casa checó su bolso para segurarse que traía sus pastillas para la migraña y se dijo a sí misma que iba a necesitar más, al menos hasta que se fuese de ese lugar y se alejara de Lauren por completo.

__________________________

N/A:

Lamento si el capítulo no es muy bueno, pero en toda historia se necesitan capítulos de relleno para llegar a lo bueno ;).

🌹❤.

-DM.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top