Capítulo 2
-POV Tn___-
—Tn___, por favor, ¿te puedes quedar quieta por un momento? —La voz de Shigaraki suena irritada, y yo no puedo evitar reír en bajo, calmando la risa.
—Perdón, Tomura. —Le respondo con una sonrisa juguetona mientras me quito el lazo de su cabello, que más que una coleta parecía una palma. —Es que el aburrimiento es tan grande que no lo puedo soportar.
—Además, ¿por qué estamos esperando a los demás? —Cuestiono con una ligera confusión. —¿No se supone que hoy es día de entrenamiento? —Me siento a su lado, intentando leer su expresión.
—Sí, pero hoy es la excepción. —Responde, rascándose el cuello con esa manía que tiene cuando algo lo incomoda.
Justo en ese momento, la puerta se abre de golpe.
—¡HOLA! —Grita Toga, entrando con su energía habitual.
—¡TOGA! —Grito yo también, levantándome de la silla con una sonrisa, pero Shigaraki fue más rápido, obligándome a sentarme de nuevo con una mirada.
—¿Por qué se tardaron? —Cuestiona molesto Shigaraki mientras los demás entran por la puerta.
—Twice no se decidía si venir o no, pero lo convencí al final. —Responde Dabi, su voz tan rasposa como siempre. Cuando nuestras miradas se cruzan, él me saluda con un leve ademán. Siento el calor subir a mis mejillas, y rápidamente desvío la mirada, nerviosa por la forma en que su presencia siempre logra desestabilizarme.
—Que sea la última vez. —Suspira Shigaraki, claramente frustrado.
Mi corazón late con fuerza cuando todos nos sentamos en la mesa, completando nuestro pequeño grupo, "La Liga de los Villanos". Aquí, planeamos derrumbar las normas y bajar a los héroes de su pedestal, especialmente a All Might. Aunque soy una chica "normal," todos en este grupo me han aceptado, y me han entrenado para cualquier situación. Es mi familia, mi lugar en el mundo.
—Tn___ será la sucesora de All for One. —Anuncia Shigaraki de repente, creando un silencio tenso, excepto por Twice que sigue murmurando algo en voz baja. Yo, sin embargo, me quedo en completo shock, sintiendo cómo mi mente se desvanece en un trance.
—¿Estás seguro de esto? —Dabi rompe el silencio, colocando su mano en mi hombro, sacándome de mi trance. El simple contacto hace que mi corazón dé un vuelco.
—Me he estado comunicando con mi padre a escondidas y quiere que ella reciba sus poderes. —Explica Shigaraki, levantándose de la silla y caminando hacia una caja que había traído consigo. Saca un estuche negro que coloca frente a nosotros.
—Tomura, no es por nada, pero sabes que si algo sale mal... —Empieza a decir Dabi, su voz cargada de preocupación mientras señala a un pequeño Nomu en la esquina de la habitación.
—Eso no pasará, créeme. —Shigaraki se acerca, abriendo el estuche para revelar varias jeringuillas, cada una etiquetada con el nombre de uno de los poderes de All for One.
—Poco a poco, le iremos inyectando los poderes hasta que los tenga todos. —Indica, sacando una de las jeringuillas. —Nuestro padre está tan frustrado y decepcionado por no haber podido derrotar a All Might que está dispuesto a pasar todos sus poderes a alguien. Y qué mejor que la única persona que puede infiltrarse en la escuela y camuflarse entre los demás. —Sus palabras me hacen sentir afortunada, pero también increíblemente nerviosa. Después de esto, seré una persona nueva, con una perspectiva que siempre he querido experimentar.
—Esto es una locura, no crees que es... —Murmura Dabi, pero yo lo interrumpo, sintiendo que la decisión ya está tomada.
—Está bien, Dabi. Si mi padre confía en que puedo hacer esto, se lo demostraré. No le diré que no después de todo lo que me ha dado. —Digo, levantándome del asiento. —Así que, querido hermano, ¿cuándo tendré mi primer poder? —Pregunto, intentando parecer valiente.
—¿Qué tal si lo hacemos ahora? —Sonríe Shigaraki de lado, jugando con la jeringuilla en su mano. Un escalofrío recorre mi columna ante su propuesta.
—¿Te refieres a ahora mismo? —Río nerviosa, llevando una mano a la nuca.
—Tu sangre debe ser de primera calidad después de esto. —Comenta Toga con un sonrojo notable, juntando las manos en una especie de gesto soñador.
—Ni lo pienses. —La señala Shigaraki con la jeringuilla, borrando la sonrisa de su rostro. —Dame la mano. —Me ordena, y dudo por unos segundos antes de obedecer.
—Si me muero, quiero que sepan que los quiero mucho y gracias por todo. —Digo en tono dramático cuando Shigaraki sostiene mi mano con fuerza, acercando la jeringuilla a mi brazo.
El silencio es tan denso que puedo sentirlo. Todos tienen la mirada fija en nosotros, lo que solo aumenta mi nerviosismo. Mis manos sudan, y puedo sentir cómo la tensión se acumula en mi espalda.
—¡Ah! —Exclamo, cubriéndome la boca al sentir la aguja penetrar mi piel, el líquido frío recorriendo mis venas. La sensación es extraña, como si pudiera sentir cada gota infiltrándose en mi cuerpo. No es en absoluto agradable.
—Ya está. —Shigaraki finalmente retira la jeringuilla, volviéndola a guardar en la caja.
—¿Cómo te sientes? —Pregunta Twice, con evidente nerviosismo.
—Pues... —Lo miro, tratando de evaluar mi estado. —Me siento de lo más normal.
—¡Qué alivio! Pensé que blah blah blah... —Intento escuchar lo que Twice me dice, pero su voz empieza a desvanecerse, y mi visión se vuelve borrosa. Todo se oscurece lentamente hasta que me envuelve la nada.
(...)
—Shigaraki, creo que mataste a Tn___. —Escucho la voz de Twice en la distancia, como si estuviera atrapada en un sueño.
—Claro que no, eso debe ser uno de los efectos secundarios, idiota. —Responde Shigaraki, molesto.
—Chicos, creo que se está despertando. —Es la voz de Toga, la única otra chica del grupo, que suena aliviada.
—¿Estás bien? —Ahora es Dabi quien pregunta, y siento a todos a mi alrededor.
—Creo que sí. —Respondo, mientras mi vista se aclara por completo.
—¿Cómo te sientes? —Kurogiri me cuestiona desde detrás de Shigaraki.
—Me siento normal. —Le contesto, mirando mis manos, esperando ver algún cambio, pero siguen siendo las mismas. —Pensé que mi apariencia cambiaría.
—Vamos a un lugar más espacioso, a ver qué hay de nuevo. —Habla Shigaraki, interrumpiendo mis pensamientos, saliendo de la habitación con todos nosotros detrás.
—Te ayudo. —Dabi se acerca, sosteniéndome del brazo, ya que aún me siento algo desbalanceada. Su contacto es firme, y eso me da un poco de seguridad mientras me lleva a donde los demás ya han formado un círculo. En el centro, Shigaraki me espera con una expresión indescifrable.
—¿Qué tal si ustedes dos tienen una pequeña pelea por aquí? —Propone Shigaraki, y siento cómo mi corazón se detiene por un segundo. El agarre de Dabi también se tensa.
Durante años, Shigaraki siempre había evitado que Dabi y yo peleáramos juntos, probablemente por lo peligrosos que son sus poderes. Siempre me emparejaban con Twice, Toga, o incluso con el mismo Shigaraki, porque sus habilidades son algo con lo que se puede aprender a defenderse. Pero Dabi... con él siempre había sido imposible, al menos hasta ahora.
—No lo haré. —Dabi habla con firmeza, soltándome y mirando a Shigaraki con desdén.
—Por Dios, Dabi, ¿te vas a ablandar por la chica? Que yo sepa, eres el más cruel de todos después de Shigaraki cuando se trata de combate. —Toga lo provoca, cruzando los brazos y mirándolo con desafío.
—Lo sé, Toga, pero eso no significa... —Intenta responder, pero Toga lo interrumpe de nuevo, su voz cargada de irritación.
—¿Que no significa qué? —Lo desafía, sus ojos brillando con intensidad.
—Está bien. —Finalmente, Dabi cede, caminando hacia el otro lado, alejándose lo suficiente para crear una distancia segura entre nosotros.
Los demás también se alejan, dándonos espacio. A pesar de que siempre he evitado este tipo de enfrentamientos, algo en mí no puede evitar sentirse emocionada. Mi corazón late con fuerza mientras miro a Dabi, tratando de leer sus intenciones. Él me devuelve la mirada, sus ojos azules como el hielo, tan intensos que me atraviesan.
—¿Lista? —Pregunta con voz firme, sus llamas azules comenzando a encenderse en sus manos. La habitación parece enfriarse y calentarse al mismo tiempo, creando una atmósfera electrizante.
—No del todo, pero... —Empiezo a decir, antes de que Dabi lance una pequeña llamarada en mi dirección. Instintivamente, levanto las manos para protegerme, esperando sentir el calor abrasador. Pero, para mi sorpresa, algo ocurre. Una barrera invisible se forma alrededor de mí, deteniendo las llamas antes de que me alcancen.
—¿Qué fue eso? —Me pregunto en voz alta, mirando mis manos como si fueran algo completamente nuevo.
—Interesante. —Murmura Shigaraki desde el fondo, observando con un brillo de curiosidad en sus ojos.
Dabi también parece sorprendido, pero no se detiene. Da un paso hacia adelante, lanzando otra oleada de fuego, más grande esta vez. Me concentro, intentando replicar la barrera anterior, y lo consigo, pero apenas. Las llamas me rodean, lamiendo la barrera con ferocidad, pero sin llegar a tocarme.
—¡No sabía que podías hacer eso! —Grita Toga emocionada, sus ojos brillando con adoración mientras observa mi defensa.
—Yo tampoco... —Respondo, sintiendo una mezcla de miedo y euforia. Nunca había experimentado algo así. Era como si dentro de mí hubiera despertado un poder que ni siquiera sabía que poseía. Y eso me asustaba tanto como me emocionaba.
Dabi da otro paso, esta vez cargando hacia mí con una velocidad impresionante. Mi instinto me dice que me defienda, que retroceda, pero algo dentro de mí me impulsa a contraatacar. Siento un calor intenso en mi pecho, como si algo estuviera a punto de estallar.
—¡Dabi, no! —Grito, extendiendo mis manos hacia él, intentando detenerlo. Pero en lugar de un ataque defensivo, una explosión de energía sale de mis manos, golpeándolo con fuerza y lanzándolo hacia atrás.
El impacto es tan fuerte que hace que Dabi choque contra la pared, cayendo al suelo con un ruido sordo. El silencio que sigue es abrumador, todos mirándome con asombro, incluyendo a mí misma.
—¿Qué fue eso? —Pregunto, sin atreverme a moverme, temerosa de lo que acabo de hacer.
Dabi se levanta lentamente, tambaleándose un poco, pero con una sonrisa en su rostro.
—Eso fue increíble. —Dice, su voz llena de admiración y algo más, algo que no puedo identificar.
—¿Estás bien? —Pregunto, dando un paso hacia él, pero Shigaraki me detiene con una mano en el hombro.
—Lo hiciste bien. —Dice, su tono aprobatorio, pero severo. —Controlarás este poder y todos los que vendrán. Serás nuestra arma definitiva, Tn___.
Sus palabras me llenan de una mezcla de orgullo y temor. Sabía que este camino no sería fácil, pero ahora, más que nunca, siento el peso de lo que significa ser parte de la Liga, ser parte de esta familia disfuncional que se ha convertido en todo para mí.
Dabi se acerca, aún tambaleándose un poco, y me mira a los ojos, su sonrisa se ha suavizado.
—Tienes mucho poder, Tn___. —Murmura, su voz más baja, casi como si estuviera compartiendo un secreto. —Sólo asegúrate de no dejar que te controle.
Sus palabras me hacen temblar, pero también me llenan de determinación. No sé qué me espera en el futuro, pero sé que con ellos a mi lado, puedo enfrentar cualquier cosa.
—Lo prometo. —Respondo, sosteniendo su mirada por un largo momento antes de que Shigaraki nos llame a ambos.
—Eso es suficiente por hoy. Tn___, descansa. Mañana empezaremos con el siguiente poder. —Anuncia, cerrando la caja con un chasquido seco.
Mientras los demás comienzan a dispersarse, Dabi se queda a mi lado, acompañándome hacia mi habitación.
—Gracias por no matarme. —Bromeo, intentando aligerar el ambiente.
—Gracias por no quemarme viva. —Responde él, riendo entre dientes.
Nos detenemos frente a la puerta de mi habitación y, por un instante, el silencio entre nosotros es cómodo, casi cálido. Dabi me mira con esos ojos que siempre parecen ver más allá de lo que muestro, y siento que podría confiarle cualquier cosa.
—Descansa, Tn___. —Dice finalmente, inclinándose un poco para besar mi frente. El gesto me toma por sorpresa, y siento mis mejillas arder.
—Buenas noches, Dabi. —Murmuro, entrando en mi habitación, aún sintiendo el calor de su beso en mi piel.
Cierro la puerta tras de mí, apoyándome contra ella mientras respiro profundamente. Mi vida nunca ha sido normal, pero ahora, más que nunca, siento que estoy entrando en un terreno completamente desconocido. Pero no estoy sola. Y eso es lo único que me da la fuerza para seguir adelante.
Con una última mirada a la habitación vacía, me dejo caer en la cama, cerrando los ojos y dejándome llevar por la sensación de que, pase lo que pase, encontraré la manera de controlarlo. Porque ahora, más que nunca, sé que tengo algo por lo que luchar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top