Capítulo 19
POV Bakugo
Corrí como un maldito loco hasta el apartamento de la Class 1-A. Cada maldito paso quemaba mis pulmones, pero no me importaba. Tenía que llegar, tenía que contarles lo que había visto. Mi mente estaba ardiendo. ¡Tn___! ¡Cómo demonios no me di cuenta antes! ¡Esa maldita nos ha engañado a todos!
Cuando llegué, ni siquiera me molesté en abrir la puerta con cuidado. La empujé con fuerza, explotándola un poco con mis manos solo para sentir algo de alivio. Al entrar, vi las caras de todos. Confusión, sorpresa, ¿miedo? No me importaba. Solo había una cara que buscaba.
—¡Deku! —grité. Sentía mi voz vibrando por toda la sala—. ¡¿Dónde estás, maldito nerd?!
Pude ver cómo todos giraban sus cabezas hacia mí, pero yo no tenía tiempo para sus miradas curiosas. Kirishima intentó acercarse, siempre tan malditamente amable.
—Oye, Bakugo, cálmate, ¿qué pasa? —preguntó, con esa voz de siempre.
—¡Cállate, Kirishima! —le espeté. No era momento de sus estúpidos intentos de pacificación—. ¡No te metas en esto!
Y entonces lo vi, apareciendo desde la cocina como si nada. Deku, con esa cara de preocupación constante que siempre tiene. Su mera presencia me irritaba aún más. Me acerqué a él, cerrando la distancia con pasos rápidos.
—Kacchan, ¿qué sucede? —preguntó, con ese tono estúpido de siempre, tratando de entender todo.
—¡¿Qué sucede?! —bufé, sintiendo que la sangre me hervía en las venas—. ¡Sucede que nos has estado ocultando algo! ¡Algo importante! ¡¿Sabías lo de Tn___?!
Vi cómo su cara cambiaba, cómo la confusión tomaba control de su estúpida expresión.
—¿Qué cosa...? No entiendo...
—¡No te hagas el idiota, Deku! —grité, mis explosiones empezando a chisporrotear en mis manos, listas para estallar—. ¡Tn___! ¡Es parte de la Liga de los Villanos! ¡Nos ha estado engañando a todos!
La habitación quedó en silencio. Podía sentir los ojos de todos sobre mí, pero yo solo miraba a Deku. Quería ver si sabía algo, si me había estado ocultando información también.
—Eso no puede ser verdad... —murmuró Uraraka, y pude oír la duda en su voz.
—¡Claro que es verdad! —grité, volteándome hacia ella brevemente—. ¡La vi con Shigaraki! ¡No me lo estoy inventando!
Deku dio un paso adelante, su cara una mezcla de incredulidad y algo más. ¿Miedo, tal vez?
—Kacchan, eso no tiene sentido —dijo, su voz temblando ligeramente—. ¡Tn___ no haría algo así! ¡Ella... ella ha estado con nosotros todo este tiempo, ayudándonos!
—¡Oh, claro! —espeté, mi risa llena de amargura—. ¿Tú realmente crees que sabe lo que está haciendo, Deku? ¡Te ha estado manipulando desde el principio! ¡Estás tan cegado por tus malditos sentimientos que no puedes ver lo que es obvio!
Vi cómo sus manos se cerraban en puños, su cuerpo temblando. Estaba listo para pelear si lo hacía falta. Vamos, nerd. Dame una razón.
—¡No digas eso! —gritó, dando un paso hacia mí—. ¡Tn___ no es una villana! ¡Ella me...!
—¡No tienes ni idea de lo que estás diciendo, Bakugo! —intervino Iida, avanzando hacia mi con pasos firmes, su brazo derecho extendido como si intentara imponer una barrera invisible—. Necesitamos más pruebas antes de hacer acusaciones tan serias. ¡Tn___ es nuestra compañera!
La rabia me quemaba por dentro mientras observaba la cara de incredulidad de Deku. No podía creer lo que estaba oyendo. ¡¿Cómo podía seguir defendiendo a Tn___ después de lo que había visto?! ¡Después de lo que le había contado!
—¡¿Más pruebas?! —le escupí, viendo cómo Iida daba un paso hacia mí, siempre tan jodidamente formal, con esa mirada de superioridad en su rostro—. ¡No necesitamos más pruebas, Iida! ¡Yo vi lo que vi, maldita sea!
Iida levantó una mano, como si eso pudiera calmarme. Maldito robot. Siempre tan obsesionado con las reglas y los procedimientos.
—Bakugo, no podemos actuar de esta manera —dijo, su voz llena de esa frialdad que siempre intenta usar para mantener el control—. Necesitamos calma. ¡Debemos seguir los procedimientos adecuados!
—¡¿Calma?! —me burlé, sintiendo cómo mis manos comenzaban a chisporrotear de nuevo, mis palmas listas para explotar si fuera necesario—. ¡Estamos hablando de la Liga de los Villanos! ¡¿Crees que ellos siguen procedimientos, Iida?! ¡Cada segundo que perdemos es un segundo en el que podrían estar planeando cómo jodernos a todos!
Pude ver cómo la cara de Iida se tensaba, su mandíbula apretada. Sabía que estaba tocando un punto débil. Ese idiota siempre estaba tan concentrado en "hacer lo correcto".
—Bakugo, no estamos en el campo de batalla ahora mismo —insistió, su tono lleno de esa estúpida calma que solo me enfurecía más—. Estamos en la escuela. Y tenemos que—
—¡¿La escuela?! —le interrumpí, mi risa amarga resonando en la habitación—. ¡Esto no es un maldito examen de matemáticas, Iida! ¡Es la Liga de los Villanos! ¡Cada segundo que pierdes hablando de reglas es un segundo que nos acercamos más a una emboscada!
Iida respiró hondo, como si estuviera tratando de mantener la compostura, pero yo podía ver que mis palabras le afectaban. Sus ojos estaban fijos en mí, pero no podía esconder el temblor en su mano.
—Esto no es una competencia de quién grita más fuerte, Bakugo —dijo, su voz más baja, pero con una nota de desafío—. Hay una forma correcta de hacer las cosas, y tú lo sabes. No podemos caer en el caos.
Sentí una oleada de furia nueva. Siempre el jodido robot, siempre siguiendo las reglas. Todo se volvió borroso cuando Momo dio un paso adelante. Giré la cabeza hacia ella, esperando que me contradijera también, pero vi algo diferente en sus ojos.
—Bakugo tiene razón... —dijo Momo, su voz firme pero llena de dolor.
El silencio cayó en la habitación como una losa. Miré a Deku. Su cara estaba desencajada, su mirada perdida. Por fin, algo estaba rompiéndose en su cabeza. Al fin estaban empezando a entender.
Pov Izuku Midoriya
Todo se volvió borroso en el momento en que Bakugo gritó esas palabras. Sentí como si me hubieran dado un puñetazo directo al estómago. Tn___... parte de la Liga de los Villanos... No podía creerlo. No podía ser.
—Eso no es verdad... —intenté decir, pero mi voz apenas salió en un susurro. Mis pensamientos iban a mil por hora, buscando alguna lógica en lo que acababa de oír. Tn___ no puede ser una villana. Ella... ella es buena.
Las miradas de todos estaban sobre mí, pero sentía que todo el peso del mundo estaba en mis hombros. Momo. Sus ojos estaban llenos de verdad. Siempre había confiado en ella, todos lo hacíamos. Pero escucharla decir que Tn___ es parte de la Liga... ¿Cómo podía ser?
Mi mente se llenó de recuerdos en un torbellino doloroso. El primer día que conocí a Tn___, la forma en que sonrió cuando nos saludó. Sus palabras de aliento cuando me sentía perdido o derrotado. Cada vez que me miraba con esos ojos llenos de determinación, como si creyera en mí más de lo que yo mismo lo hacía. ¿Todo fue una mentira? ¿Fingió todo este tiempo?
—Deku... —la voz de Todoroki era suave, como si tratara de no romperme más de lo que ya estaba—. ¿Sabías algo sobre esto?
No sabía qué decir. Mi mente estaba llena de imágenes, recuerdos de Tn___ sonriendo, riendo, ayudándonos en batallas, estando ahí cuando más la necesitábamos... cuando yo más la necesitaba. ¿Todo eso fue una mentira?
—No... —susurré, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a formarse en mis ojos—. Ella... no haría esto.
Intenté recordar cada interacción, cada palabra que habíamos compartido. ¿Había alguna señal que me había perdido? ¿Algún momento en que mostró sus verdaderas intenciones? Sentí un dolor punzante en el pecho al pensar que todo lo que habíamos vivido juntos podría haber sido parte de un plan más grande.
Ida dio un paso hacia adelante, su voz era firme, pero había una nota de preocupación ahí.
—Deku, si esto es verdad, tenemos que informar a la junta de la escuela. Esto es grave.
Esa palabra me golpeó como una tonelada de ladrillos. La junta. Si la junta se enteraba de esto, si sabían que Tn___ había estado cerca de mí, que sabía que yo era el sucesor de All Might... No podía permitir que eso pasara. No podía dejar que ella sufriera más.
—¡No! —grité, mi voz saliendo más fuerte de lo que había planeado. Vi cómo todos se sobresaltaban, sus caras llenas de sorpresa—. No... no podemos decirles nada todavía. ¡Tenemos que saber más primero! ¡Debe haber una explicación!
Quería creer eso. Tenía que creer eso. Pero Bakugo y Momo no mentirían sobre algo tan grande. Mi corazón estaba destrozado, la confusión y el dolor se enredaban en mi pecho.
Intenté reunir mis pensamientos. ¿Cómo pudo suceder esto? ¿Por qué no me di cuenta? ¿Por qué no me lo dijo ella misma? Me pregunté si habría algo que podría haber hecho diferente. ¿Le fallé a Tn___ de alguna manera, obligándola a tomar un camino oscuro?
Miré a mis amigos, que aún estaban procesando la información. Sus rostros reflejaban una mezcla de sorpresa, duda y miedo. Uraraka parecía a punto de llorar; Iida tenía la mandíbula tensa, con una mano en el mentón, claramente pensando en los procedimientos adecuados; Kirishima fruncía el ceño, como si quisiera decir algo pero no supiera qué. Todos esperaban una respuesta de mí, alguna declaración que pudiera aclarar esta confusión.
Todoroki puso una mano en mi hombro, su mirada tranquila y comprensiva.
—Deku, cálmate. Respira. Necesitas pensar con claridad.
Pero no podía. No podía pensar en nada más que en la imagen de Tn___ y la posibilidad de que todo esto fuera cierto. La posibilidad de que ella estuviera con la Liga, que todo fuera un engaño. Pero también la posibilidad de que hubiera una explicación, algo que no estábamos viendo. Me dolía la cabeza de tanto pensar.
Ella me lo hubiera dicho... ¿cierto? Si hubiera habido algún problema, si hubiera necesitado ayuda... pero ¿y si no podía? ¿Y si estaba atrapada de alguna manera? La duda y el miedo me estaban consumiendo.
Necesitaba tiempo. Necesitaba espacio para ordenar mis pensamientos. Me aparté de Todoroki y me dirigí hacia la puerta.
—Necesito estar solo —murmuré, y antes de que alguien pudiera detenerme, salí del apartamento. Sentía cómo el mundo a mi alrededor se desmoronaba, y no tenía idea de cómo iba a enfrentar lo que venía después.
Una vez afuera, comencé a correr. Corrí sin rumbo, sin pensar, solo dejando que el viento golpeara mi cara y mis lágrimas se mezclaran con el sudor. Necesitaba respuestas, necesitaba entender. Y, más que nada, necesitaba a Tn___.
Mis piernas temblaban bajo mi peso, y el suelo bajo mis pies se sentía como si estuviera a punto de desmoronarse. Las palabras de Kacchan resonaban en mi cabeza, una y otra vez, como un eco incesante que no me dejaba pensar con claridad. Tn___... en la Liga de los Villanos... No podía ser cierto. No podía.
Sentí una mano suave en mi brazo, un toque cálido y familiar. Levanté la vista y vi a Uraraka a mi lado, su rostro lleno de preocupación. Sus ojos, normalmente brillantes y llenos de energía, ahora estaban nublados por la duda.
—Deku... —su voz era un susurro, apenas audible sobre el latido furioso de mi corazón—. ¿Estás... estás bien?
Negué con la cabeza, incapaz de encontrar palabras. Sentía un nudo en la garganta que me impedía hablar. Intenté respirar hondo, pero mis pulmones se sentían comprimidos, como si alguien los estuviera apretando.
—Esto no puede ser verdad, ¿verdad? —continuó Uraraka, su voz temblando ligeramente—. Tn___ no haría algo así... ella no...
Miré a Uraraka, buscando desesperadamente un reflejo de mi propia incredulidad en sus ojos. Quería que ella también rechazara lo que Bakugo había dicho, que me asegurara que todo esto era una pesadilla de la que pronto despertaríamos.
—Yo... no lo sé, Uraraka... —murmuré, mi voz quebrándose—. Todo... todo esto es tan... confuso.
Uraraka apretó mi brazo con más fuerza, su mirada fija en la mía. Pude ver el miedo en sus ojos, pero también algo más: determinación.
—Deku, hemos conocido a Tn___ por mucho tiempo —dijo, su tono más firme—. Ella ha estado con nosotros, ha luchado junto a nosotros. ¿Por qué haría esto? ¿Por qué nos traicionaría?
La pregunta se clavó en mi pecho como una daga. ¿Por qué? No había ninguna razón que pudiera justificar algo así. Tn___ era mi amiga... era más que eso. Sentí una mezcla de rabia, dolor y desesperación. Quería gritar, quería llorar, quería... que todo esto fuera diferente.
—No lo sé... —susurré de nuevo, mis ojos llenándose de lágrimas—. Pero si... si esto es verdad...
Sentí cómo Uraraka me jalaba hacia ella, envolviéndome en un abrazo firme. Podía sentir su cuerpo temblando contra el mío, su respiración rápida y entrecortada. Por un momento, todo lo que pude hacer fue quedarme ahí, sintiendo el calor de su abrazo y el frío vacío en mi interior.
—Lo siento, Uraraka —dije, mi voz apenas un murmullo—. Siento haberte fallado... por enamorarme de Tn___ en lugar de de ti.
Uraraka se tensó un momento, y luego, con un suspiro profundo, me miró a los ojos. Pude ver la tristeza en su mirada, pero también una comprensión profunda.
—Deku... —dijo con suavidad—. Lo más importante es nuestra felicidad. No importa quién elegimos o cómo nos sentimos. Si eres feliz con Tn___, entonces está bien. No me guardo rencor. Lo que importa es que todos estemos bien y podamos enfrentar esto juntos.
Su generosidad me tomó por sorpresa. Sentí una oleada de gratitud y alivio al escuchar sus palabras. Aunque el dolor seguía allí, al menos tenía una amiga que entendía y aceptaba mi situación.
—Gracias, Uraraka —dije, mi voz temblando—. Gracias por entender.
Ella sonrió ligeramente, aunque su expresión seguía siendo seria y preocupada.
—Vamos a averiguarlo —dijo finalmente, su voz suave pero decidida—. Vamos a descubrir la verdad, Deku. Juntos.
La sinceridad en su voz me dio un poco de consuelo, aunque todavía sentía que el mundo a mi alrededor se derrumbaba. Asentí lentamente, dejándome llevar por su fuerza, aunque solo fuera por un momento. Porque necesitaba esa fuerza, más que nunca. Porque, en este momento, no sabía cuánto tiempo más podría sostenerme solo.
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