Capítulo 16
-POV TN___-
—¡MIERDA, MIERDA, MIERDA!
Esas eran las únicas palabras que podía mencionar mientras corría bajo la lluvia torrencial, sintiendo cómo las gotas heladas golpeaban mi piel y se mezclaban con la sangre que corría por mis brazos. Llevaba treinta minutos huyendo, cada paso se sentía más pesado que el anterior. Las sombras de los edificios cercanos se alargaban con cada relámpago que cruzaba el cielo, iluminando brevemente el terror que reflejaban mis ojos. El viento cortante azotaba mi rostro, obligándome a entrecerrar los ojos. Cada respiración quemaba, mi pecho subía y bajaba de manera irregular, pero no podía detenerme. Si Toga me alcanzaba de nuevo, estaba completamente jodida.
Mis poderes de rastreo eran inútiles en este momento; los relámpagos cegaban mi visión infrarroja y el constante martilleo de las gotas de lluvia en el suelo ahogaba cualquier sonido que pudiera usar para detectar movimiento. Mi pie resbaló en un charco profundo, y caí de rodillas con un gruñido ahogado. No podía darme el lujo de caer. No ahora. Me arrastré hacia una esquina, presionando mi espalda contra el ladrillo frío, intentando recuperar el aliento mientras el agua me empapaba hasta los huesos.
"No puedo seguir... Dios, estoy tan cansada..." Pero no podía dejar que ese pensamiento se arraigara. No aquí. No ahora.
—¡JAJAJAJA! ¡Tn___, no huyas de tu mejor amiga! —La voz de Toga llegó, filtrándose a través del ruido de la tormenta. Había algo en su tono, una especie de alegría retorcida que me helaba la sangre.
Miré a mi alrededor frenéticamente, tratando de discernir algún movimiento entre los arbustos que se mecían con el viento. El miedo me paralizaba. Cada sombra era una amenaza, cada susurro del viento una advertencia. Mi respiración se aceleró, y traté de calmarme. "Concéntrate... concéntrate..." Tomé aire y cerré los ojos, tratando de activar mis poderes. Vi un destello de su figura a veinte pies de distancia, escondida entre los arbustos, acechando como una leona al acecho de su presa.
"Tengo que moverme. No puedo quedarme aquí." Abrí los ojos, limpiando las gotas de agua de mi rostro. Estaba tan cerca del apartamento, pero ¿cómo iba a llegar sin fuerzas para volar? Mis piernas temblaban por el esfuerzo. "Solo un poco más... solo un poco más..."
—¿Dónde estás? —Canturreó Toga, acercándose, sus pasos apenas audibles sobre el estruendo de la tormenta.
Cerré los ojos nuevamente, intentando concentrarme en el sonido de su respiración, en cualquier señal de que estaba cerca. La adrenalina me impulsó, y, sin pensarlo dos veces, me lancé hacia adelante, arrastrándome en el suelo embarrado. El frío del barro penetró en mi piel, pero no me importaba. Tenía que llegar. Tenía que sobrevivir.
Tap Tap
Sentí un toque en mi hombro, y el miedo se disparó por mis venas como un rayo. Me giré, solo para encontrar la sonrisa siniestra de Toga. Antes de que pudiera reaccionar, se lanzó sobre mí. Sentí el filo de su cuchillo rozar mi mejilla cuando apenas logré detener su mano, el pánico me invadió.
"No puedo... no puedo morir aquí..." Mis pensamientos eran un torbellino de terror y desesperación. No había nadie para ayudarme. Nadie sabía dónde estaba. Nadie vendría.
—Toga, por favor... ya déjame ir —gruñí, utilizando toda mi fuerza para empujarla. El barro hizo que ambos resbaláramos, pero logré arrebatarle el cuchillo de la mano y lanzarlo lejos.
—¡Ja! No puedo y no quiero, jeje. Ya es tarde, Tn___. Shigaraki te quiere muerta antes de que el sol salga —dijo, riendo mientras me daba un puñetazo en el estómago. Me doblé del dolor, pero encontré una chispa de resistencia. Tenía que hacerlo.
Usando lo poco que quedaba de mis poderes, forcé mi cuerpo a despegar del suelo, lanzándome hacia uno de los balcones del apartamento. Mi aterrizaje fue torpe; caí sobre mis rodillas, jadeando por el esfuerzo. Me arrastré hacia adentro, empapada y temblando. El alivio de haber escapado se mezclaba con el terror de saber que esto no había terminado.
—¡Qué mierda! —murmuré, al darme cuenta de que no era mi habitación. Pero antes de que pudiera reaccionar, escuché pasos.
—¡Sí, ya voy! ¡Déjame buscar el celular! —La voz era suave, tranquila, desconocida. Me escondí detrás de la puerta justo cuando se abrió lentamente. Una figura femenina entró, tarareando una canción.
Aproveché la oportunidad antes de que encendiera la luz, colocándome detrás de ella, mi mano cubriendo su boca mientras la sujetaba con fuerza. Su cuerpo se tensó, y comenzó a luchar, pero usé una maniobra que Dabi me había enseñado, inmovilizándola.
—Por favor, no grites —le susurré. Su cuerpo se relajó al escuchar mi voz, y la solté, dejándola caer suavemente al suelo. Al girarse, vi su rostro. Momo.
—¿¡Qué te pasó!? —exclamó encendiendo la luz, mostrando un rostro lleno de preocupación. Al verla, sentí mis defensas caer. Mi cuerpo se desplomó, y por primera vez, dejé que las lágrimas fluyeran libremente.
—Ya... ya no aguanto más —logré decir, mi voz quebrada, las palabras apenas coherentes entre mis sollozos.
—¿Qué pasa? ¿Quién te hizo esto, Tn___? —Momo cerró la puerta con llave y corrió hacia mí, agachándose para apartar el cabello mojado de mi rostro. Mis palabras eran un torrente incontrolable, mezcladas con lágrimas y desesperación.
—Necesito... necesito contarte algo... —dije entre jadeos, mi respiración aún agitada.
—No te preocupes, tu secreto se queda conmigo —respondió, su voz suave pero firme. Tomó mi mano, alzando su meñique para sellar la promesa.
Sentí un temblor en mis labios, una mezcla de miedo y alivio. —¿No me odiarás después de esto? —pregunté, con la voz temblorosa.
—Claro que no —dijo con seguridad. Se desabotonó la camisa de botones, revelando vendas que comenzó a extraer de su pecho. —Voy a curarte las heridas. ¿Te parece bien?
Asentí, las lágrimas rodando por mis mejillas. "No puedo creer que esté a salvo... aunque sea por un momento..."
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