Capítulo 14
-Pov Izuku Midoriya-
—Que no lo voy a hacer, chicos. —Reitero por quinta vez a mis amigos sobre la gran idea que se les ha ocurrido.
—Anda, Deku, sabemos que entre ustedes dos hay algo; simplemente queremos ayudar a que eso fluya. —Comenta Mina, dándome codazos en el brazo mientras me ruborizo por el comentario que, en el fondo, no es mentira.
Han pasado aproximadamente cuatro meses desde que conocí a Tn___. Al principio, no éramos tan cercanos, pero desde que ella entró a mi habitación después de lo que pasó entre Uraraka y yo, no puedo negar que empecé a sentir algo por ella. En estas últimas semanas, esos sentimientos han crecido hasta un punto en que apenas puedo ocultarlos; ya todo el mundo lo ha notado, menos Tn___.
Hoy es un sábado a mediodía. Podemos salir de la escuela y hacer lo que queramos. Esta mañana, Tn___ nos comentó que iba a dar una vuelta por la ciudad para despejar su mente. Nos preguntó si alguien quería acompañarla, pero nadie respondió, y ella, sin esperar más, se fue. Noté que, antes de irse, su mirada se quedó un momento en mí, como si esperara algo. Ahora, todos me están diciendo que vaya tras ella.
—Por otro lado, creo que deberías ir también —interviene Todoroki—. Recuerda que la Liga de Villanos la secuestró una vez; no dudaría que lo intentaran de nuevo.
—En eso tienes razón. —Me levanto del sofá, estirándome un poco. Siento la tensión en mis músculos mientras me preparo mentalmente. —¿Creen que sea demasiado tarde? —pregunto, guardando mi teléfono en el bolsillo del pantalón.
—No, aún puedo ver a Tn___ desde aquí. —Responde Asui, señalando por la ventana.
—Nos vemos pronto, entonces. —Me despido, corriendo hacia la puerta y cerrándola detrás de mí. Empiezo a correr, y después de unos tres minutos la veo a lo lejos. Mi corazón late con fuerza; no estoy seguro si es por la carrera o por la idea de estar cerca de ella.
-Pov Tn___-
—¡Tn___! —Grita Izuku, llamando mi atención mientras corre hacia mí.
—¿Qué pasó? —Pregunto, deteniéndome y viendo cómo llega hasta mí, su respiración agitada por la carrera.
—He cambiado de opinión. ¿Te molesta si te acompaño? —Pregunta, y sonrío, negando con la cabeza.
—Claro que no. —Respondo, y siento una extraña calidez en el pecho. —¿Hacia dónde nos dirigimos entonces? —Cuestiona, enderezándose mientras caminamos juntos.
—Hace años que no voy a un parque de niños, y se me antoja ir a uno. —Le respondo, enseñándole el teléfono que la escuela me ha regalado. —Según el GPS, está a veinte minutos de aquí caminando. —Le muestro la pantalla, y él asiente, sus ojos brillando con interés.
—Sé dónde queda. Puedes guardar el teléfono para ahorrar batería. —Sugiere, y apago el móvil, guardándolo en el bolsillo trasero de mi pantalón.
Empezamos a caminar, y a medida que lo hacemos, el calor del sol nos envuelve, haciéndonos sudar ligeramente. Hablar con Izuku se siente natural; tocamos cualquier tema que se nos viene a la mente. El aire está lleno del sonido del tráfico lejano y las risas de los niños que juegan por ahí. Miro a Izuku de reojo y noto pequeñas gotas de sudor en su frente. Se ve lindo así, con su expresión concentrada y relajada al mismo tiempo.
—Oye, Deku. —Me detengo, sosteniendo su camisa. —¿Qué tal si comemos helado? —Le señalo a un hombre que vende helados en una esquina, sirviendo uno a un niño pequeño.
—Por favor. —Me sonríe, usando su mano para limpiarse el sudor de la frente.
Nos acercamos al vendedor y pedimos nuestros helados: vainilla y fresa para él, chocolate para mí. Nos sentamos en un rincón de la acera, donde nadie nos moleste. El helado es refrescante, el frío alivia el calor que siento en mi piel, y no sé si es por el clima o por estar junto a Izuku, pero todo sabe mejor.
—¿Quieres probar? —Le ofrezco, extendiendo mi vaso hacia él, captando su atención.
—¿Qué? —Se sobresalta, sonrojándose. —¿Estás segura de que puedo tomar? —Pregunta, señalando mi helado.
—Claro, si lo haces con la cuchara. —Me río al ver que está rojo hasta las orejas.
—Gracias. —Toma una cucharada y se la lleva a la boca. —Wow, debí pedir de chocolate también. —Suspira, desilusionado.
—¿Verdad que está bueno? —Le digo, disfrutando los últimos bocados.
—Sí. —Responde, y sus ojos brillan de una manera que me hace sentir nerviosa. —De hecho... —Coloca su mano sobre la mía. Su toque es suave, pero firme, y mi piel se estremece al contacto. Siento un calor subiendo por mi brazo, una reacción inmediata e incontrolable. —¿Cómo te has sentido estos días? —Pregunta, y me sorprende con su tono serio.
—Bueno... fui a ver a Recovery Girl, y me dijo que ya puedo empezar a entrenar de nuevo. —Respondo, notando cómo su mano acaricia la mía lentamente. Mi corazón late más rápido; esta cercanía es nueva y desconcertante. Siento su calor atravesar mi piel y el leve temblor de sus dedos. Hay algo reconfortante, casi íntimo, en su toque.
—Qué bueno. —Dice, alegrándose por mí. —Ya extrañaba entrenar contigo por las noches. Hacerlo solo no es lo mismo que hacerlo con alguien. —Me sonríe, y esa sonrisa tiene algo más, algo que me hace perderme en sus ojos.
—Deku, yo...
—¿Sí?
—Nada. —Digo, retirando mi mano rápidamente, poniéndome de pie de un salto y dándole la espalda. —Vamos a seguir. Realmente quiero llegar al parque. —Digo, intentando mantener la calma, aunque siento mi rostro arder.
Izuku se queda quieto un segundo, luego se levanta y me sigue, ambos en silencio. A medida que caminamos, la tensión entre nosotros es palpable, y no puedo evitar sentir que algo ha cambiado.
(...)
—Ya llegamos. —Me avisa Izuku, señalándome la entrada del parque. Sin pensarlo, corro hacia allí, dejando que la vista de los niños corriendo y riendo alegremente me envuelva. Esta escena me transporta a tiempos más simples, cuando yo era solo una niña normal con mis padres. Veo unos columpios vacíos y siento un tirón en el pecho.
—Podemos sentarnos allí, si quieres. —Le propongo a Izuku, que ya está a mi lado.
—Está bien, no tengo problema. —Contesta, y caminamos en silencio hasta los columpios, sentándonos uno al lado del otro. Comenzamos a balancearnos suavemente, el sonido rítmico de las cadenas mezclándose con las risas de los niños.
—El cielo hoy está muy bonito. —Comenta Deku, mirando hacia arriba. Las nubes blancas forman figuras que flotan en el vasto azul.
—Sí. —Digo, pero mi mente está en otro lado. Observo a los niños jugar y una melancolía repentina se apodera de mí.
—¿Estás bien? —Pregunta Izuku, notando mi cambio de ánimo y deteniendo su columpio.
—Sí, solo que a veces pienso en todo lo que me ha pasado y me pregunto si algún día podré olvidar todo eso y centrarme en mi presente. No sé si me entiendes. —Lo miro, mi voz apenas un susurro. Él también detiene su columpio, enfocando toda su atención en mí.
—A veces me pasa lo mismo. —Dice suavemente, y su expresión es seria, pero tierna. Me levanto del columpio y camino hasta él, deteniéndome justo frente a su asiento.
—Por eso... quiero aprovechar ahora para darte las gracias. Gracias a ti y a los demás por aceptarme, por ser tan amables conmigo a pesar de todo lo que ha pasado. —Bajo la mirada, mis dedos jugueteando nerviosamente con la cadena del columpio. Siento mi vulnerabilidad expuesta.
—Oye... ¿desde cuándo tú eres un problema? —Pregunta, y siento cómo su mano cubre la mía. Mi corazón empieza a latir más rápido. Sus ojos verdes están fijos en los míos, y por primera vez, me pierdo en ellos. —No importa lo que pase, estoy aquí para ayudarte. Siempre. No lo dudes.
—Izuku... —susurro su nombre, sin apartar la mirada de la suya. El contacto de su mano en la mía es suave, pero hay una electricidad latente entre nosotros, una corriente que pasa de su piel a la mía y me hace sentir viva de una manera que no puedo explicar. Quiero apartarme, pero al mismo tiempo, no quiero que este momento termine.
Izuku no dice nada; parece perdido en sus pensamientos, pero puedo ver el conflicto en sus ojos, una batalla interna que lucha por mantenerse neutral, por no mostrar sus sentimientos. La brisa ligera acaricia nuestras mejillas, y me doy cuenta de lo cerca que estamos el uno del otro.
—Tn___, yo... —Comienza a hablar, su voz es apenas un murmullo, cargado de emoción contenida. Puedo ver cómo sus labios tiemblan ligeramente, como si quisiera decir algo que no se atreve. Una parte de mí quiere acercarse más, pero hay algo en su mirada que me detiene.
—Deku... —respondo, sintiendo mi propio corazón acelerarse. Estoy tan cerca de él que puedo ver cada detalle de su rostro, cada pequeña marca, cada sombra bajo sus ojos. Estoy consciente del calor que emana de su cuerpo, de cómo su respiración se vuelve más profunda, más pesada.
Entonces, antes de que pueda detenerme, levanto mi mano libre y la llevo a su mejilla, rozándola suavemente con mis dedos. Siento su piel caliente bajo mi tacto, y él cierra los ojos por un segundo, como si disfrutara del momento.
Pero cuando los abre de nuevo, veo algo más. Una mezcla de confusión, deseo y... miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a lo que podría significar este momento para ambos. Su otra mano sube lentamente para cubrir la mía, y el tiempo parece detenerse a nuestro alrededor. El mundo desaparece, y solo existimos nosotros dos, atrapados en este instante.
—No sé qué está pasando entre nosotros, Tn___, pero... —toma aire, su voz baja hasta un susurro que solo yo puedo escuchar— no quiero que termine.
Su confesión me toma por sorpresa. Mi corazón salta en mi pecho, y mis pensamientos se vuelven un caos. Antes de que pueda responder, siento cómo Izuku se inclina ligeramente hacia mí, acercando su rostro al mío, y por un momento, nuestros labios están a centímetros de distancia.
Siento su respiración cálida mezclarse con la mía, y mis ojos se cierran instintivamente. Todo mi ser se siente atraído hacia él, como si un campo magnético invisible nos empujara el uno hacia el otro. Mis dedos se enredan en su cabello, suaves rizos oscuros que se sienten como seda entre mis dedos, y el contacto prolongado hace que todo mi cuerpo se estremezca de anticipación.
—Izuku... —digo, mi voz temblando con un deseo que no había reconocido hasta este momento. Pero antes de que algo más pueda suceder, él se aparta lentamente, con los ojos aún fijos en los míos, su expresión una mezcla de anhelo y confusión.
Nos quedamos así, en un silencio cargado de significado, con el sonido lejano de los niños jugando a nuestro alrededor, el sol empezando a descender en el horizonte. Izuku suelta un suspiro, su mirada todavía atrapada en la mía, como si estuviera buscando algo, una respuesta, una confirmación.
—Lo siento... no quise... —empieza a decir, pero yo lo detengo, apretando su mano un poco más fuerte. No quiero que se disculpe, no por esto.
—No te disculpes, Izuku. —Le digo, mi voz más firme de lo que esperaba—. Yo tampoco sé qué es esto, pero... quiero averiguarlo. Quiero entender lo que siento cuando estoy contigo.
Él me mira con una intensidad que hace que mi corazón salte de nuevo. Luego asiente, una pequeña sonrisa curvando sus labios. Es una sonrisa tímida, pero sincera, y veo un brillo de esperanza en sus ojos que refleja el mío.
Nos quedamos en silencio un momento más, dejando que nuestras manos permanezcan unidas, sintiendo el calor del otro, sin necesidad de palabras. Ambos sabemos que algo ha cambiado, que hemos cruzado una línea que no podemos deshacer. Y aunque el futuro es incierto, en este momento, bajo este cielo que empieza a teñirse de tonos dorados y naranjas, hay una promesa silenciosa entre nosotros.
Una promesa de que, pase lo que pase, enfrentaremos lo que venga juntos.
Izuku se pone de pie finalmente, tirando suavemente de mi mano para levantarme del columpio. Su toque aún es firme y cálido, y no quiero soltarlo.
—Vamos, Tn___. —dice con una sonrisa más amplia—. Todavía queda mucho día por delante.
Asiento, y caminamos juntos hacia el atardecer, nuestros pasos sincronizados, nuestras sombras alargadas mezclándose en una sola mientras el sol comienza a esconderse detrás de los edificios. Y mientras caminamos, siento que tal vez, solo tal vez, hemos encontrado algo más que compañía en el otro.
Algo que podría ser el comienzo de algo mucho más grande. Algo que ambos, en silencio, deseamos explorar.
Y mientras seguimos nuestro camino, no puedo evitar sentir que este es solo el inicio de un viaje que cambiará nuestras vidas para siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top