Capítulo 10

-Pov Tn___-

El fuerte pitido irritante de la alarma del reloj comenzó a sonar a las cinco de la mañana, rompiendo el silencio del apartamento mientras todos aún dormían. Me levanto de la cama y me visto con mi ropa de entrenamiento, apresurándome a lavarme los dientes antes de salir de mi cuarto. Los pasillos aún estaban en penumbra, el sol no había salido por completo. Camino rápidamente, tratando de no hacer ruido, hasta la parte trasera del edificio, donde sabía que rara vez sería vista. Allí, Kurogiri me esperaba.

—Buenos días —me saluda cordialmente.

—Buenos días, Kurogiri —respondo, y él abre un portal, adentrándonos en él.

Apenas cruzamos el portal, un grito alegre resuena en la sala.

—¡Tn___!

Siento una figura ligera lanzarse sobre mí. Toga casi me derriba, y rápidamente la aparto para evitar caer.

—¡Toga, ten cuidado! —le aviso, mientras busco a mi hermano con la mirada. —¿Y Tomura?

—Él viene enseguida —me contesta Dabi, que está sentado en la mesa, con una expresión tranquila.

—¿Ninguno de los dos salió lastimado con lo del secuestro? —pregunto, acercándome a él.

—No —responde Dabi, cruzando los brazos—. Kurogiri nos salvó el trasero en el último instante.

Me siento más aliviada al saber que ninguno de ellos resultó gravemente herido desde la última vez que los vi.

—Tomura nos dijo que te dio el poder de volar. ¿Eso es cierto? —Toga se acerca, intrigada.

—Sí, es cierto. Aunque me cuesta un poco acostumbrarme a ello. Pero es bastante divertido —respondo, levitando ligeramente del suelo y cruzando mis piernas en el aire.

—¿Cuáles poderes tienes ahora? —cuestiona Dabi, ladeando la cabeza.

—Tengo Regeneración, durabilidad, longetuvidad, agilidad y volar.—les digo. —No creo que sean poderes peligrosos, pero los tengo. Aunque, honestamente... —alzo los hombros, buscando las palabras adecuadas.

—¿Honestamente qué? —interrumpe Tomura, apareciendo de repente.

—Creo que no es necesario que yo haga todo esto —confieso, rascándome la nuca con nerviosismo ante su posible reacción.

Una risa malévola resuena en la pequeña habitación, y siento un escalofrío recorrer mi espalda al ver a mi hermano así por primera vez.

—Esto tiene que ser un chiste —dice, acercándose a mí con una amenaza palpable. Trago en seco. —Verás, hermana querida, me debes algo. Si no fuera por mí, estarías muerta, ¿verdad? —me mira fijamente a los ojos, mientras yo desvío la mirada, arrepentida. —Recuerda que tu padre te está dando algo muy importante para que tengas lo mejor. ¿No quieres vengar a la persona que te quitó a tu padre? —me recuerda, evocando el día en que nuestro padre fue llevado a la cárcel para los criminales más peligrosos.

—Sí, pero después de estar con los chicos, hacer lo correcto no es malo. De hecho, es bastante divertido —intento expresar mi opinión, aunque sé que no tiene mucho impacto.

—Eres mi hermana, pero si vuelvo a escuchar algo similar, no sabrás lo que es la luz del día. ¿Entiendes? —me grita, haciéndome sentir inferior por primera vez. Toga y Dabi observan sin sorpresa, como si ya estuvieran acostumbrados a esta actitud.

—Perdón —murmuro, mirando el suelo mientras contengo las lágrimas.

—¿Y el chico y tú ya son algo? —pregunta Tomura, a lo que niego.

—Es la primera vez que hago esto, no es algo que se pueda aprender de la noche a la mañana —me defiendo, pero el golpe que Tomura da en la mesa me hace saltar, haciéndome sentir aún más pequeña.

—Pues mira, haber si avanzas, que no tenemos tiempo. Aquí están los siguientes poderes —suspira, sacando unas pastillas del bolsillo y colocándolas en la mesa. —Tómalas y vete de aquí. No estoy de ánimo para seguir hablando contigo —dice, dándose la vuelta y saliendo de la habitación, dejándonos a Dabi, Toga y a Kurogiri.

Suspiro y tomo las pastillas en la mano.

—Ignora a tu hermano —rompe el silencio Toga—. Siempre ha sido así con todos nosotros.

A pesar de sus palabras, no me siento completamente tranquila. Kurogiri me llama la atención.

—Tn___, debes irte si no quieres llegar tarde a las clases de hoy.

—Gracias por el recordatorio —le sonrío, aunque mi preocupación sigue presente.

—Suerte —me dice Dabi, mientras Kurogiri abre un portal.

—Hasta pronto —me despido de ellos, tomando las pastillas antes de atravesar el portal. —No los defraudaré.

(...)

—¡Demonios, voy tarde! —exclamo para mí misma, corriendo hacia el gimnasio de peleas. Kurogiri me había dejado en el apartamento, y aunque mi velocidad es considerable, no es comparable a la de Iida. —Aizawa me va a matar —murmuro antes de abrir la puerta, encontrándome con las miradas curiosas de todos.

—Con que al fin llegas, señorita Tn___ —comenta el profesor Aizawa, con un tono de molestia que me intimida.

—Perdón, no volverá a pasar —me inclino ligeramente, avergonzada. —Mala mía.

—No importa —me dice, dándome la espalda—. Reúnete con los demás y que te expliquen lo que haremos hoy —ordena, alejándose.

Me acerco a los chicos, que me observan atentamente mientras me siento en la primera banca vacía.

—Buenos días —les saludo en un susurro, y ellos responden con el mismo tono.

—¿Qué estamos haciendo hoy? —pregunto, mirando el gran ring que la escuela tiene para las peleas.

—Estaremos peleando uno contra uno para evaluar cuánto hemos avanzado. Por ahora, ya hemos pasado la mitad del grupo y las peleas se deciden aleatoriamente —me explica Iida rápidamente.

—Ah, ok, gracias, Iida —le agradezco, observando el ring que, aunque similar al del festival deportivo, es un poco más pequeño.

En ese momento, Kaminari y Ashido están peleando. Ambos parecen lastimados. El objetivo es que uno de ellos quede inconsciente o salga del ring, como suele hacer Aizawa en estos combates.

—¡DESCARGA 1,300,000 VOLTIOS! —grita Kaminari, desatando una explosión de electricidad. La intensidad de la luz nos obliga a cubrirnos los ojos hasta que se desvanece, dejando a ambos en el suelo, inconscientes: Ashido por el golpe y Kaminari por la falta de energía.

—¡VAMOS CHICOS! —anima Mineta, observando atentamente. Finalmente, el combate termina en empate, ya que ninguno de los dos se levanta.

Los enfermeros llegan rápidamente, colocando a ambos en camillas y llevándolos a la enfermería para que Recovery Girl los atienda, mientras otros limpian el ring para la siguiente pelea.

—La siguiente batalla será Kirishima contra Tn___ —anuncia Aizawa, dejándome completamente aturdida. —Sé que acabas de llegar y como castigo te haré pelear ahora mismo. Si cumples mis expectativas, hablaré contigo después de la clase para que te hagan tu traje de héroe, que aún no tienes.

El anuncio de mi próxima pelea me llena de nervios. Mi mente corre mientras me preparo para el combate, preguntándome cómo demostraré lo que he aprendido y si realmente estoy lista para enfrentar este desafío.

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