La piedra tallada en la mano de Izuku vibraba con una energía inquietante. Las palabras de All For One resonaban en su mente, y el poder se agitaba dentro de él. Pero había algo más, algo que no podía ignorar: una presencia oscura que lo observaba desde las sombras.

Izuku regresó al edificio abandonado, la piedra en su bolsillo. La luna brillaba sobre los escombros, y el aire estaba cargado de electricidad. Se adentró en la cueva, siguiendo un instinto que no podía explicar.

Allí, en la penumbra, encontró a un joven de cabello oscuro y ojos brillantes. Akira, como si hubiera emergido de las sombras mismas, lo miraba con una mezcla de asombro y miedo.

"¿Quién eres?", preguntó Izuku, su voz temblorosa.

Akira sonrió, pero no había calidez en su expresión. "Soy la manifestación de tu poder, Izuku. Soy el quirk que has deseado, la venganza que anhelas. Soy Akira."

Izuku titubeó. "¿Cómo... cómo es posible?"

"La piedra te eligió, Izuku. Y yo soy su canal. Juntos, podemos cambiar el mundo. Pero debes aceptar el precio."

El precio. Izuku sabía que no podía volver atrás. El poder de All For One se filtraba en sus venas, y la oscuridad lo envolvía. Pero también había una promesa: la promesa de justicia para los marginados, la promesa de liberar a los quirkless de su sufrimiento.

Akira extendió la mano hacia él. "Juntos, seremos invencibles. Pero debes confiar en mí, Izuku. Deja que la oscuridad fluya a través de ti."

Izuku tomó la mano de Akira, y en ese momento, sus destinos se entrelazaron. La piedra brilló con una intensidad cegadora, y el mundo tembló. ¿Qué precio pagarían por su venganza? ¿Qué secretos ocultaban las estrellas?

"¿Qué haremos con este poder?", preguntó Izuku.

Akira lo miró con ojos sin piedad. "Vengaremos a los quirkless. Desafiaremos a los héroes y a los villanos. Pero recuerda, Izuku, las sombras nunca olvidan."

Y así comenzó la alianza entre Izuku y Akira, dos caras de la misma moneda. Juntos, explorarían los mundos paralelos, desentrañarían los secretos de las estrellas y cambiarían el destino de aquellos que habían sido olvidados.