♰ ──── · · · 𝗥𝗲𝗴𝗹𝗮𝘀

Gif hecho por: -voidezz
Gracias por el lindo gif mor 💗

CUATRO ❜






❛ CAUSE THIS HOUSE IS NOT A HOME
WITHOUT MY BABY
WHERE ARE YOU NOW
WHEN I NEED YOU MOST?
I GAVE IT ALL
JUST TO HOLD YOU CLOSE
SORRY THAT I BROKE YOUR HEART
YOU HEART ❜

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El clima en la capilla arruino las ideas para la Madre superiora, pero comenzó la felicidad para el obispo que contrastaba con la frustración de la Madre superiora.

El obispo disfrutaba del aroma fresco y húmedo de la tierra luego de la lluvia, encontrando confort en la naturaleza. En cambio, la madre superiora estaba irritada por no poder realizar el día de ágape que había planeado para las novicias, ya que el clima inesperado había cambiado sus planes.

Solo quería una celebración de bienvenida para las monjas por su primer día.

Las novicias también estaban afectas por el clima cambiante, algunas observando con desilusión por la ventana de la capilla, mientras otras buscaban actividades dentro del monasterio.

El obispo se giró manteniendo su sonrisa que era algo característico de él, observado a cada novicia.

—Tengo una idea estupenda —rompió el hielo, se podía notar que su acento italiano lo tenía más marcado.

Las novatass que no estaban cerca de la ventana se giraron hacia el obispo al oír el tono alegre y el acento italiano en su voz. Algunas de ellas se mostraron intrigadas, mientras que otras se sentían un poco nerviosas por lo que el obispo podría sugerir.

La madre superiora también lo miró con interés, esperando escuchar su idea.

—Por el momento, hoy se hará el convite en la noche —afirmó con seguridad, mientras unía sus propias manos— Es un hermoso día para hacer actividades colectivas en la lluvia.

La madre superiora escuchó la propuesta del obispo con un gesto de duda evidente en su rostro. Parecía que no estaba muy contenta con la idea de hacer el convite en el exterior en un día lluvioso. Sin embargo, sabía que no tenía la autoridad para contradecir al obispo, especialmente teniendo en cuenta que él era la figura más autorizada en la iglesia.

Las novicias, por otro lado, estaban más entusiasmadas por la posibilidad de salir a la lluvia, y algunas incluso sonreían con ilusión.

—Actividades en la lluvia —dijo sin más la autoridad en la iglesia.

—No es mala idea, obispo —respondió Charlie, aunque todavía se podía notar algo de desagrado en su tono de voz por haber perdido el día de ágape como también por las actividades bajo la lluvia. No le importaba las demás novicias si se resfriaban, solo le interesaba la salud de Ava— Sin embargo, debemos asegurarnos de que las novicias estén protegidas de la lluvia.

—Al contrario, Sacerdote —contestó con un tono suave— Me tomé el tiempo de hacer especies de juegos para que puedan tener resistencia física y mental bajo la lluvia.

La respuesta del obispo desconcertó a Charlie, quien no había esperado una solución tan detallada e inesperada. El tono tranquilo y seguro del obispo le hizo darse cuenta de que evidentemente ya había estado planeando esto durante un tiempo.

La madre superiora, por otro lado, escuchó las palabras del obispo con sorpresa y desconfianza. No le gustaba la idea de exponer a las novicias a las inclemencias del tiempo, independientemente de los juegos que el obispo hubiera previsto.

En realidad, a nadie le gustó ninguna de las actividades, algunas se rehusaron. La idea de estar afectadas por la culpa de la lluvia, no era algo divertido, ni mucho menos por los truenos.

Lo trataban de loco al obispo.

Así que, las monjas novatas terminaron su mayor tiempo en un salón sereno sin que nadie las moleste al estar pelando verduras como también frutas para la organización del convite. Para Ava le resultaba estúpido, era una celebración de bienvenida para ellas, pero las hacen trabajar en su propio festín. No le veía el sentido, pero protestar no era una opción.

Mientras la rubia y las otras novicias estaban trabajando en el salón, preparando las frutas y verduras para el convite, la madre superiora las observaba desde la distancia, asegurándose de que realizaran adecuadamente la tarea. Aunque la madre superiora era una figura autoritaria, tenía un lado más humano al permitir que algunas novicias dejaran una manzana para ellas, como un gesto de amabilidad.

Las novicias parecían cansadas y algo frustradas por tener que trabajar tan duro en el que supuestamente era un día de descanso.

Fairchiald intentaba mantener su mente ocupada mientras preparaba los alimentos, y estaba agradecida cuando veía a algunas novicias reservándole algunas manzanas a lo cual ella también podría obtener uno.

Su vista se levantó cuando escuchó la voz de la madre superiora decir:

—¿Quién te hizo eso, padre? —preguntó con preocupación intentando tocar con sus dedos con delicadeza la mejilla de Charlie, pero notó el rechazo cuando esté evitó el acercamiento en su piel.

Se rehusaba a ser tocado por alguien que no fuera por ella. 

Charlie intentó evitar sonreír al recordar su pequeña disputa con Ava, pero no pudo contener un risa ligera cuando la madre superiora le preguntó por el incidente.

—No es nada, madre superiora —respondió él con un tono despreocupado, aún manteniendo una distancia cuando ella intentó tocar su mejilla.

Para la madre superiora era obvio que había algo que lo molestaba, aunque no estaba segura de la causa. Sus sospechas se acrecentaron cuando notó la pequeña sonrisa en su rostro y la forma en que apretaba los labios o eso creía.

Se cruzó de brazos, con el ceño ligeramente fruncido, y lo miró con sospecha.

—No intentarás ocultarme algo, ¿verdad, padre? —dijo con un tono suave pero decidido.

—No, sólo había tenido un pequeño desacuerdo con una de las novicias —respondió con sencillez, sin detallar más la situación. No tenía intención de mencionar el nombre de Ava, mostraba su intento por evitar darle importancia al asunto.

La madre superiora se sorprendió, poniendo su atención en la novicias rápidamente donde todas agacharon la cabeza al presenciar la mirada seria de la mujer. Ava rápidamente mordió la manzana tratando de buscar une excusa cuando Charlie la delate.

Cada bocado que le daba a la fruta era un pequeño estrés en medio de la monotonía de la tarea. Ya estaba imaginando diferentes escenarios donde la iban a echar del monasterio, perdería este puesto en menos de una semana, sus padres la odiarían, estaría sola, peor aún, jamás serias feliz.

—¿Quién fue, padre? —preguntó la madre superiora con curiosidad.

Charlie sintió un escalofrío de tensión atravesar a las novicias cuando la madre superiora miró hacia ellas, y no pudo evitar sonreír ligeramente ante la expresión de desesperación en el rostro de Ava al verla morder la manzana con aprensión, supo que estaba ansiosa por conocer su destino. Pero, por supuesto, no tenía la intención de revelar su nombre.

En lugar de responder, le sonrió por unos segundos.

—No es importante —dijo despreocupadamente, encogiéndose de hombros. Su sonrisa se desvaneció y la miró fijamente.

—¿No es importante? Tuvo la osadía de abofetearlo, debe tener una consecuencia por ello —contestó con pánico al experimentar por primera vez una novicia insolente.

El corazón de Ava palpitaba con fuerza al escuchar las palabras de la nadre superiora, temblando ante la posibilidad de recibir un castigo. Sin embargo, Charlie no podía evitar encontrar cierta diversión en la situación. A pesar de que sabía que Ava se encontraba en problemas, no podía evitar disfrutar un poco de su aparente desesperación.

De nuevo, él mantuvo una actitud relajada y encogió sus hombros ligeramente.

—No es necesario hacer un escándalo por esto. Sólo fue un pequeño lapsus de juicio por parte de la novicia —respondió con calma.

—Padre, debe obedecer. Hizo votos de consagración —dijo la madre superiora. Los ojos serios, recordándole que, como sacerdote, estaba sujeto a un código de ética y obediencia.

Charlie escuchó la reafirmación de la Madre superiora con tranquilidad, aunque en su interior sabía que no tenía la menor intención de obedecer sus órdenes. Su rostro mantuvo una expresión indiferente mientras respondía con un tono suave.

—Por supuesto, madre superiora, pero creo que podemos manejar esta situación con discreción, sin necesidad de alarmar a las otras novicias —argumentó, pensando que tal vez lograra evitar un castigo para Ava.

El rostro de la madre superiora se endureció ante el atrevimiento de decir protegiendo a la novicia oculta.

—Sacaré la información en otra parte —le aseguró ella, mirando por un momento al padre hasta que aplaudió obteniendo la atención de las monjas— ¿Quién fue la responsable de haber lastimado a nuestro padre?

El salón se llenó de silencio, la tensión en el ambiente se podía cortar con un cuchillo. Las novicias se miraron unas a otras con alarma, pero ninguna respondió. Charlie podía sentir la tensión en el aire, y sabía que la madre superiora no cedería en obtener una respuesta.

Las novicias seguían intercambiando miradas nerviosas entre ellas, sus rostros expresando temor ante la determinación en la voz de la madre superiora. Sabían que, aunque intentaran negar cualquier participación, ella era demasiado astuta y no iba a dejarse engañar.

Ava notó un nudo formándose en su garganta ante la expectativa de ser descubierta. Trató de mantener su rostro lo más neutral posible, pero su nerviosismo internas era visible en sus pupilas.

—La novicia que tenga la valentía de saber algo, tendrá una recompensa —incentivo de manera astuta la mujer.

Parecía que nadie se atrevería a hablar hasta que uno de los novicias, que había presenciado el incidente de manera indirecta, sonrió y habló en voz alta.

—Se algo, nadre superiora —contestó la novicia de ojos verdes.

La mujer con el dedo índice le indicó que se acercará a ellos. La indiferencia de Charlie seguía intacta, mientras que Ava quería morirse en ese momento.

La novicia de ojos verdes se aclaró la garganta y dio pasos hacia adelante con una expresión de confianza. Sabía que tenía algo valioso para compartir, y estaba ansiosa por ser recompensada por ello.

Charlie la observó acercarse sin revelar ninguna emoción en su rostro, mientras se cruzaba de brazos e inclinaba ligeramente la cabeza con atención. La madre superiora también la miraba con expectación, esperando que compartiera lo que sabía.

—No he visto quien lo hizo, pero si pude oír la voz de la novicia —dijo la novata, mirando a ambos superiores, dejando que Charlie sonriera por ello.

Las palabras de la novicia dejaron a la madre superiora frustrada. Era evidente que tenía alguna información valiosa, pero sus palabras no eran suficiente para identificar quién había abofeteado a Charlie.

La novicia miró a Mayhew, notando su sonrisa mientras observaba la decepción en el rostro de la madre superiora. Se aclaró la garganta y agregó.

—Era una novicia joven, incluso más joven que las otras novicias en el salón —agregó, intentando proporcionar más información.

Las palabras de la novicia dejaron a la madre superiora más frustrada. No le servía aquel dato.

—Vuelva a su lugar —intervino Charlie, queriendo dejar el tema de una vez. La novicia miró de arriba a abajo al padre de manera desdeñosa y se mordió el labio inferior, dándose la vuelta.

La tercera autoridad miró a Charlie con disgusto y habló con irritación.

—No puedes simplemente hacer que se vaya así —dijo con una nota de enojo en su voz.

Charlie se mantuvo impertérrito ante el enojo de la madre superiora, y su rostro no mostró ninguna expresión de emoción. Simplemente se cruzó de brazos y miró a la mujer con calma.

—¿Y por qué no? —respondió con calma, sin parecer arrepentido por haber mandado a la novicia lejos. El tono de su voz denotaba una confianza en sí mismo que a menudo frustraba a la mujer.

La madre superiora se quedó en silencio, sabiendo que no tenía mucha autoridad como el padre, se cruzó de brazos mirando a las novias, mientras que él sacerdote caminaba en cada novicia para ver su tarea.

Mayhew aprovechó esta oportunidad para acercarse a Ava, quien estaba ocupada con su tarea y mantenía la cabeza baja para evitar ser notada. Sin intentar ser muy obvio mientras pasaba lentamente a su lado y observaba con disimulo su trabajo.

Era solo una excusa para acercarse a Ava.

Mientras vagaba entre ellas, podía sentir la mirada de la madre superiora en él, pero no se dejaba intimidar por su presencia. Su atención estaba enfocada en otra cosa.

—Está siendo de manera incorrecta, hermana Ava —dijo él, tratando de disimular su sonrisa.

Fairchiald se mordió la mejilla por dentro, mientras seguía pelando la manzana. Tragó saliva, buscando la manera de aliviar su tensión.

—¿Qué estoy haciendo mal, padre? —cuestionó ella, levantando la vista, teniendo que usar un tono suave con él y eso a Charlie le causaba diversión, tenía que esforzarse a no dar una sonrisa ante la situación.

Observó la forma en que pelaba la manzana y se inclinó ligeramente para inspeccionar mejor su tarea.

—Su mano izquierda está demasiado adelantada —señaló él, tratando de sonar lo más profesional posible.

Ella podía sentir cómo los ojos de él recorrían su trabajo y buscaban algún error que pudiera corregir. Su presencia tan cercana la hacía sentirse aún más nerviosa, pero mantuvo su rostro neutro. Se quedó viendo como señalaba con sus dedos las intrusiones, las demás novias se quedaron viendo curiosas, otras quedando tontas al notar las venas de la mano del sacerdote.

—No sabía, trataré de arreglarlo —aceptó su consejo.

—Has hecho un buen trabajo con la mayoría de los trozos, sin embargo, ese se está desperdiciando —respondió él, señalando un pedazo en particular con descaro. Sus ojos estaban fijados en los de ella, tratando de mantener un semblante serio a pesar de la diversión que sentía. A pesar del nerviosismo de la rubia, Charlie decidió prolongar un poco más la situación, aprovechando la oportunidad para seguir manteniendo el contacto visual. Su mano seguía señalando el trozo de manzana desperdiciada, como si realmente estuviera preocupado.

Ava asintió con la cabeza sin tener deseo de seguir entablando la conversación y el sacerdote notó el esfuerzo de ella por evitar seguir la conversación, pero él no se rendiría tan fácilmente. Su sonrisa se amplió ligeramente, sin poder contenerse.

—Creo que necesitas práctica en esto, hermana Ava —dijo él, con un tono ligeramente burlón.

Las demás novicias seguían observabando de reojo, algunas con curiosidad y otras con admiración hacia el sacerdote. No ayudaba el hecho de que tenía una presencia física impresionante, especialmente con esas venas que resaltaban en sus manos.

—Buscaré la forma de seguir aprendiendo —se limitó a decir, sin querer seguirle el juego.

—Estoy seguro de que puedes mejorar, pero necesitas alguien que te ayude a practicar correctamente —respondió él, su sonrisa ya se había ampliado.

—Tiene razón, padre. Tal vez, necesitaré ayuda —concordó con el pelinegro— Hermana Mary, ¿podría ayudarme?

La hermana sonrió con amabilidad y asintió, haciendo que el padre rodeará los ojos por ello. La indiferencia de Ava lo frustraba un poco, lo cual lo hizo sentirse desafiado. Quería ver una reacción de ella, así que siguió con sus intentos de provocación, pero no reaccionaba a ninguna de ellas, se termino alejando de la monja. Por otro lado, la novicia de ojos verdes se interpuso.

—Padre, ¿estoy haciendo bien mi trabajo? —cuestionó ella, esperando que se acercará.

—Estoy ocupado ahora, hermana Amalie —respondió él brevemente, cortante, antes de darse vuelta nuevamente hacia la madre superiora.

La novicia de ojos verdes se sintió claramente rechazada por él, y retrocedió avergonzada. Ava intentó reprimir una sonrisa al ver como el padre rechazaba a la novicia. Observó con disimulo y luego puso su atención en su acompañante.

Charlie, sin darse cuenta de su sonrisa, seguía hablando con la madre superiora, aunque no le prestaba atención en realidad. Su mente aún estaba ocupada con pensamientos del anterior intercambio con Ava.

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