Día 22: Clandestine love [Parte 2]

Día 22: Prohibido

Clandestine love [Part 2]

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Dejó salir una nota estridente de sus labios finalizando su actuación esa noche, los escasos clientes que estaban aplaudieron y sonreían vulgarmente al ver a la bailarina con aquella ropa provocativo.

Un conjunto de cuero negro que tenía un toque brilloso y parecía una segunda piel. Tenten dio media vuelta y miró por encima de su hombro guiñándole el ojo a los clientes que rieron encantados ante esa actitud. La mujer solía ser más carismática de lo que en verdad era en el escenario, era su trabajo, a fin de cuentas, además que aseguraba una jugosa propina al término de la noche.

Había clientes que solo asistían ahí por ella, por su melodiosa voz y sus hipnóticos movimientos seductores. Por lo cual ella era un elemento muy importante en el bar y Hidan la mantenía bastante cerca de él.

Neji acomodó la botella que había tomado para servir a un hombre que parecía que seria su ultimo trago, él único al cual había atendido en la barra. La mesera en turno Konan, era la que se había encargado de mantener la copa llena de los hombres que disfrutaban de la función. En la parte trasera estaba un cuarto donde varios amigos o conocidos de Hidan realizaban juegos de azar con apuestas exorbitantes. Gente bastante poderosa de la mafia que la policía moriría por poner sus manos sobre ellos.

Sacudió la coctelera para mezclar las sustancias que había introducido y sirvió en una copa alta un Martini que Konan se llevó cuando la sirvió. Vio a Tenten irse por la parte trasera y dejó el recipiente de metal en la barra, dispuesto a tomar un pequeño descanso. Se movió lentamente y dando un ligero vistazo alrededor. No vio a nadie cercano, Deidara perdido en la cocina.

Se estaba arriesgando bastante pero cada vez le era más difícil hacerlo, no cuando la gran parte del tiempo estaban en ese sitio. Y la veía menear las caderas de esa forma con aquella ropa.

Ingresó al cuarto de alcohol viéndola de espalda de frente a la mesa tomando un trago improvisado. Rodeo su cuerpo con los brazos, aprisionándola contra la mesa y rozando el cuello femenino con su nariz mientras aspiraba aquella fragancia tan suya, tan sensual. Comenzó a depositar besos en el cuello escuchándola suspirar encantada ante sus gestos.

―Me haces tanta falta― Tenten susurró.

Neji bajó la tela de su blusa exponiendo sus pechos y jugando con sus pezones, pellizcándolos un poco sintiendo como se ponían duros ante sus caricias. Su lengua saboreando la piel de su cuello. Tan dulce, tan seductor, tan irresistible. Tenten dio la vuelta en su lugar al sentir el abultamiento sobre su trasero y los labios se encontraron en un baile desenfrenado. Neji la atrajo hacia su cuerpo con ansiedad y recorrió sus caderas y sus cinturas. Sus manos moviéndose inquietas y las de ella de igual forma, metiéndose por aquel chaleco que era su uniforme y aún más profundo por aquella camisa blanca, encontrando la piel de su abdomen.

El placer los consumía y Tenten alcanzó a sentarse en la mesa al momento que Neji entró en su interior, provocando un gemido sordo. Neji se movió energéticamente, embistiéndola con brusquedad, y la castaña presionaba sus labios en un intento de reprimir los gemidos que buscaban salir. La mujer rodeo las caderas del hombre para acercarlo más, sintiendo como llegaba más profundo, llenándola por completo.

La mesa de metal chillando un poco ante los movimientos bruscos en un intento de satisfacer las ganas de cada del otro. Tenten encontró la lengua y boca del Hyuga que le ayudaba a reprimir los sonidos de excitación que su cuerpo emitía.

En una última emboscada el cantinero sintió el orgasmo salir de su cuerpo deteniéndose de sus movimientos y Tenten se abrazó a él, sintiendo el mismo placer invadiendo su zona baja. Escuchó el gemido profundo del hombre en su oreja, lo cual desató una oleada de placer nuevamente.

Neji ocultó su miembro en su pantalón abrochándolo y cerrando el cierre, una vez que acomodó su propia camisa de forma correcta Tenten se bajó de la mesa una vez que sintió sus piernas con mayor fuerza. Se acercó hasta él y lo besó de nuevo. Le sonrió a la par que le guiñaba un ojo y salió del cuarto rápidamente, perdiéndose entre las instalaciones, para retocarse en su camerino.

El cantinero regresó a su área de servicio encontrando a Konan preparando una bebida y viendo como lo fulminaba con la mirada. Había tardado más de lo previsto y lo sabía. Pero aún así no dijo nada, viendo como la mujer salía para entregar un pedido.

Deidara se apoyó en la barra y suspiró pesadamente mientras se quejaba del desastre que había en la cocina y más por que los hombres en el cuarto parecían bastante animados. Él se ocupaba de todo lo que ellos querían y monitoreaba que sus pedidos salieran rápido.

―Hey, tienes el moño chueco.

Neji dejó la coctelera en la barra y se acomodó el moño de su cuello que estaba casi deshecho, no se había percatado hasta ese momento, pero la adrenalina de la situación le impidió pensar con claridad. Estaba muy caliente y su mente demasiado ocupada para pensar en el estúpido moño de su cuello.

No deberían hacer esto, no en el trabajo, no cuando Hidan estaba a un par de metros, no con toda la mafia rodeando el bar, no con la mujer que era de aquel hombre. Estaba prohibido, era un crimen que de enterarse le costaría su cabeza.

Pero ahora todo le valía una mierda.

Hace más de un mes que la policía había borrado todo rastros de él en el departamento y lo habían dejado metido ahí, a su suerte y con la esperanza que la mafia misma terminara con él para no dejar cabos sueltos. Con esa situación, la prudencia desapareció de su cuerpo.

Por que antes de eso se había mantenido al margen con Tenten, tenían sus encuentros calientes fuera del bar y en las pocas horas libres que tenían. Sin embargo, luego de esa llamada, al llegar al bar Neji había llegado, se dirigió al camerino de la bailarina. La había arrinconado a la pared y luego de un par de besos candentes, se había adentrado a ella. Había follado con ella con más intensidad que nunca y ella pareció encantada.

Lo hizo a pesar de que cualquiera pudo entrar al lugar en ese momento y dispararle en la cabeza.

Por suerte no había sucedido pero sus encuentros en el bar se hicieron más y más frecuentes, buscándose entre ambos y lanzándose miradas significativas. Ahora mismo era imposible contenerse, no cuando les era casi doloroso estar lejos uno del otro. Neji la necesitaba tanto que no podía estar lejos de ella tantas horas.

Aún con la adrenalina en el cuerpo por el hecho de ser atrapados, lo hacía sin pensar, escapándose de la barra. Solo para tener una razón más para seguir con pie.

Por que justo ahora, en su situación, Tenten era su única razón para seguir con vida.

No tenía una identidad, un hogar, un trabajo y todas las personas en las cuales había confiado y les había servido durante gran parte de su vida le habían dado la espalda. Ahora solo la tenía a ella.

Estar con ella lo llenaba de todas las formas posibles y le permitía respirar bien día con día. Las sonrisas picaras que le dedicaba luego de sus encuentros, la calidez de sus labios al recibirlo al inicio del turno. Ella solía visitarlo con regularidad en la barra y reír con un doble sentido mientras bebía un julepe de menta.

Hidan parecía bastante ocupado por lo cual no la había rondado tanto, lo cual agradecía enormemente. Verlo poner las manos alrededor de su cintura, besar sus labios ligeramente o hacerla sentar en sus piernas le enfermaba. Y más por que solía presumirla con sus amigos o solicitarla en aquel cuarto donde él no tenía acceso, por lo cual no podía vigilarla.

Lograba contenerse, pero justo como estaban las cosas donde ya nada le importaba, no creía que pudiera reprimirse tanto. Aunque se obligaba a si mismo a hacerlo y lo seguiría haciendo, por que si actuaba por impulso y lo matarían. Lo cual no le daba miedo, más bien le asustaba dejarla sola en ese lugar del que quisiera poder sacarla.

Su objetivo meses antes era llevársela lejos, ahora mismo él solo y sin nadie que le ayudara, le era imposible. Por lo cual había aceptado su destino en ese lugar, para poder cuidarla y estar con ella todo el tiempo que pudiera.

―Un vodka ― Neji regresó de sus pensamientos visualizando a la persona enfrente suyo.

La sangre de su cuerpo hirvió cuando vio al hombre en el cual pensaba momentos antes, con una sonrisa socarrona en los labios, con Tenten cerca suyo. La mano masculina en sus caderas y mirándola de una forma bastante lasciva. El cantinero tuvo ganas de vomitar. La bailarina huía de su mirada malva, avergonzada por la situación.

Tomó la botella que tenía en la parte de abajo y sirvió en un vaso de cristal, pensando que le estallaría en las manos. Vio como olfateó y mordió su cuello y todo su cuerpo se tensó con furia.

Levantó la mirada hacía el dueño del bar quien sonreía divertido, como siempre hacía.

Los vio alejarse y fue consciente como Hidan bajaba su mano peligrosamente por la espalda de la chica hasta su trasero. Intentó respirar profundamente mientras limpiaba los vasos con mas violencia de lo normal.

Tenten no podía rechazarlo, no podías rechazar a uno de los pilares de la mafia de la ciudad y salir vivo de eso. Ella tenía miedo. Había entrado a la mafia por problemas económicos. Estaba ahogándose y la mafia le hizo, un préstamo y ella lo pagaría dándole servicios al bar, un trato justo considerando que no debía devolver el dinero o tenía un tiempo límite. Tenten estaba desesperada ya que la habían amenazado con cobrar todo el dinero que le debía a las personas equivocadas y estaba viviendo en la calle. Podrían haberla encontrado en cualquier parte y la hubieran matado dejando su cuerpo en cualquier callejón.

Pero la mafia le tendió la mano, además que estar con ellos significaba seguridad absoluta. Tenten no lo pensó tanto y aceptó. Quería una mejor vida y la obtuvo. Su sueldo era jugoso, pero luego de un tiempo entendió que lo que la mafia había hecho era comprarla. Y ellos no dejaban ir nada que les pertenecía.

Una vez que entrabas, no podías salir.

Todos lo sabían y ella misma lo comprendió cuando intentó, en algún momento, salirse al pensar que ya había pagado su cuenta luego de varios años en servicio. Hidan solo se había reído cuando ella lo sugirió y había tomado lo que era suyo.

Y con el estomago revuelto Neji sabía que él volvería a tomarla.

La noche transcurrió más lento de lo normal y más aún cuando Tenten llegó a su acto más tarde de lo habitual, con los ojos un tanto apagados y sin dirigirle ninguna mirada al hombre en el bar. Por eso le había dado una mala espina de ver a Hidan enfrente suyo, a pesar que sus amigos estaban en el cuarto trasero. Había estado caliente y decidió ir a buscar lo que lo satisfacía.

El bar cerró sus puertas y Neji dejó todo limpio en su lugar de trabajo. Deidara se despidió de él y salió de ahí lo más rápido posible. Sabía que Hidan ya había calmado sus ganas, así que fue hasta el camerino. Encontró a Tenten peinando su cabello mientras miraba el espejo sin ningún esto en el rostro. Fue consiente de cuando lo vio en la puerta.

Se acercó hasta él y lo abrazó con fuerza. Neji rodeó su cintura y la estrujó con gran ternura entre sus brazos. No estaba enojado con ella por intentar sobrevivir en ese ambiente y jamás lo estaría. Dedicaba su odio explícitamente al dueño del bar.

―Llévame contigo.

Neji jamás podía negarle nada, no a ella, no cuando lo miraba de esa forma. Salieron del bar con discreción, encontrándose a tres esquinas de distancia, donde tomaron un auto hacía el departamento de él.

Tenten se metió al baño donde demoró un rato y al salir Neji la recibió entre sus brazos. Besó su frente repetidas veces. Permanecieron de esa forma un largo rato, escuchando únicamente el latir de su corazón de otro. Estar juntos les hacía pensar que todo estaba perfecto.

La bailarina buscó sus labios y lo besó sutilmente y él le correspondió con delicadeza, bastante diferente al encuentro que habían tenido en el bar. Ahora mismo quería trasmitirle cuanto la quería y lo importante que era para él.

Beso su cuello y con sus índices jugó con sus pezones hasta que se levantaron. Tenten lo besaba una y otra vez, deseosa por un poco de calor. Entregándose a ese amor prohibido, la única cosa arriesgada que había hecho en toda su vida.

Por que él valía toda la pena.

Neji estimuló su clítoris con la mano un poco, hasta que Tenten se recostó y él bajó para hacerlo con su propia lengua, moviéndola vigorosamente. Introduciendo un par de dedos a la par y viendo como la fémina se arqueaba ante sus acciones. Sintió como se humedecía cada vez más, escuchando ligeros gemidos y como presionaba sus piernas que estaban sobre sus hombros.

La sintió contraerse luego de un par de minutos y sus piernas se relajaron por completo cuando alcanzó el orgasmo. Se colocó encima de ella e introdujo su miembro aún cuando ella seguía contrayéndose. Su interior estaba tan estrecho, húmedo y lo succionaban. Gimió por la sensación agradable que eso le provocaba.

El Hyūga se movió lentamente, sabiendo que no demoraría mucho en alcanzar el clímax porque ella misma, gimiendo y recibiéndolo de esa forma no lo permitirían.

Tenten le dio la espalda y levantó un poco las caderas permitiendo de esta forma la entrada. Neji simplemente obedeció ingresando lentamente, sintiendo su humedad y gimiendo a la par que ella lo hizo al sentirlo. Las embestidas comenzaron a ser más rápidas, más profundas y más placenteras.

El Hyūga perdió la fuerza en sus piernas cuando se corrió al sentirla contraerse nuevamente. Se dejó caer a su lado y la atrajo hacía él, abrazándola por la espalda. Dejó pequeños besos en su espalda mientras con los dedos recorría la longitud de piel expuesta. Estuvieron ahí un largo rato, las manecillas del reloj hacían eco en el departamento del hombre.

―Debo irme. ― Declaró Tenten luego de pasada una hora.

Neji lo sabía y aunque en su interior quería decirle que se quedara esa noche ahí con él, permitió que ella se levantara para vestirse. Ella no podría quedarse ahí, no cuando sabía que Hidan mandaba a sus empleados a dar rondas a la casa de Tenten.

No sabía si para "cuidarla" o para evitar que ella pensara siquiera en escaparse. O tal vez era una sucia forma de recordarle cual era su lugar. Por eso eran tan sigilosos cuando iban al departamento de él, aunque no era muy frecuente. Pero esa noche ella se lo había pedido y Hidan estaba suficientemente ocupado lidiando con la muerte del comisionado y logrando nuevas uniones benéficas para él.

Neji se puso los primeros pantalones que encontró en el suelo y una camiseta de franela para acompañarla afuera mientras llegaba su taxi que ella ya había pedido. Aunque quisiera ir a llevarla hasta su departamento, tampoco tenía permitido hacerlo. Bajaron hacia la calle, ya él vivía en el tercer piso. Neji apartó un mechón de cabello fuera del rostro de la mujer y le dio un ligero beso en los labios.

Eran pasadas las tres de la mañana, la luna llena resplandeciendo en el oscuro cielo. Un gato llorando en la lejanía y algunos autos aún transitaban en la calle.

Un auto se detuvo enfrente del lugar y Tenten lo abrazó con fuerza, acercándose con una expresión distraída en la cara. Se detuvo de golpe cuando ambos fueron conscientes de una sola cosa. No era un taxi. Era un auto negro y polarizado.

Neji dio un paso enfrente y se paralizó al ver a tres hombres de Hidan bajar del auto y mirándolos en la acera, uno junto al otro. Vio a Tenten retroceder unos pasos, pero tanto ella como él lo entendían perfectamente. Sabían su posición en ese momento.

Los había visto, lo sabían y más específicamente Hidan estaba al tanto de lo que existía entre ellos. Comprendió que posiblemente esa ultima sonrisa que el dueño le dedicó tenía un doble sentido. O tal vez solo tenían ligeras sospechas, que justo ahora al verlos juntos habían comprobado.

Tal vez alguien en el bar los había visto antes y le dijo a Hidan, pero ante una cosa tan verídica en ese momento hubieran ido y lo mataban sin más. Por eso dedujo que podrían ser simples suposiciones que los llevaron hasta ahí y más cuando Tenten no había llegado a su cada después de que el bar había cerrado sus puertas.

Además, que Hidan no era cualquier persona dentro de la mafia, era una de las personas que encabezaban los movimientos de droga. Desaparecía a su competencia y controlaba el territorio donde el bar estaba puesto. Era uno de los jefes directos. Y Tenten le pertenecía desde hace años.

Neji a pesar de saber eso se había metido con Tenten, sin medida y de alguna forma hasta se lo había restregado en la cara. Había tomado la única cosa que estaba prohibido en el bar, lo había desafiado. Lo había retado a una pelea que era seguro, no ganaría.

Con las suposiciones y considerando que Hidan era un hombre bastante arrogante y orgulloso solo había una cosa que podían hacer en ese momento. Erradicar el problema porque...

Nadie se burlaba de la mafia

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¡Se viene un three-shot y esta que arde!

El siguiente capítulo será la culminación de la historia. El final de este dio pie al climax del siguiente ¿creen que saldrán librados de todo esto? Oh y porsupuesto, el primer lemon del mes, espero que lo disfrutaran 3

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