Día 21: Falling in love with you

Día 21: Libre

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Caminó a pasos ligeros y silenciosos por la sala, admirando cada una de las figuras que estaban colgadas en la pared. Detallando cada uno de ellos en totalidad y mirándolos un largo rato, intentando entender que es lo que se buscaba trasmitir o que querían comunicar. Algo que era bastante difícil para él, considerando que era bastante "cuadrado" como Rock lee solía mencionar.

De forma normal no se tomaría la molestia de detenerse a evaluar fotografías en blanco y negro o en colores bastante vivos, pero estos formaban parte de la exposición de Rock Lee, su mejor amigo y estudiante bellas artes, la mejor escuela del país en ese ámbito. Él se había esforzado a niveles enormes para ingresar con una beca todo pagada y aún así luego de tanto esfuerzo su presentación fue tan buena que le dieron un espacio en una galería de arte para exponerlas.

Y el talento de Lee se apreciaba en cada una de las fotografías, donde captaba un momento exacto en una imagen, con una técnica asombrosa y los colores adecuados. Aunque el se negaba a aceptar que tenía talento y que todo era por trabajo duro, lo tenía y era visible. Neji lo sabía por su agilidad en las fotografías, aunque no entendiera tanto de sentimientos o cosas más profundas, se basaba en conocimiento científico.

Siguió caminando por la habitación, viendo cada una de las fotos. Rock Lee hablaba con su profesor de la escuela, Maito Gai, sobre la afluencia que ha llegado a la galería por su exposición y que posiblemente puedan extender más su tiempo en el lugar.

Hace un par de días que estaba la exposición y ahora pudo liberarse de sus compromisos para venir a apoyar a su amigo. No entendía tanto el arte, pero lo hacía más que nada por apoyo moral. No siempre había la afluencia deseada, así que ese día especialmente muerto, Neji decidió ir a ver que tal estaba. Aunque cuando estaba por acercarse a su amigo y luego de estar seguro de mirar todas las fotos, una de las imágenes captó su atención. Había pasado desapercibida y no entendía cómo. Tal vez no estaba ahí desde el inicio lo cual no tenía sentido. Posiblemente era su ubicación. Estaba en un desnivel en la pared que la ocultaba un poco, pero al pasar enfrente se veía perfectamente.

Era una chica agachada mirando hacia arriba, hacía la cámara con una mueca en la boca, una bebida en la mano y dos chongos recogiendo su cabello. Tenía una especie de falda y una blusa sin mangas, pero tenía un suéter que caía por sus brazos, tal vez en un intento de cubrirse. Había un gato que había intentado llegar a lo que era su bebida. Una escena bastante mundana a su parecer, sin embargo, había algo en ella que lo motivó a seguir viendo un tiempo. Hasta que Lee vino a su lado y le tocó el hombro.

―Neji, iremos a comer ¿vienes?

En ese momento el mencionado recordó que tenía hambre y siguió a su amigo fuera de la galería, con aquella imagen dando vueltas en su cabeza.

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Realmente no sabía cuantas veces había ido a la galería, antes de que se diera cuenta estaba enfrente de ella, con Lee saludando y hablando animadamente como era costumbre.

Decidió dar vueltas constantes ahí para visitar a su amigo y darle ánimos al respecto, toda la exposición marchaba bien y Lee se perdía hablando con la gente que solía entrar a ver. En esos momentos Neji volvía a observar cada una de las fotografías. Sin embargo, el ver la suya le tranquilizaba.

Al inicio la había clasificado como la más mundana de todo el conjunto, ya que había otras que tenían una mejor técnica. A pesar de eso siempre se quedaba observándola durante gran rato. Y en algún punto, luego de un par de días, pasaba de todas las otras y se quedaba de pie enfrente de la imagen durante un gran rato detallando cada minúscula cosa.

Luego de unos días se percató del juego de collares que tenía, uno en forma de corazón y el otro una especie de hoja. Detalló que aquella mueca en su rostro estaba más inclinada a una sonrisa avergonzada, tal vez por el hecho de que la estuvieran fotografiando

Para esa sesión Lee había tomado gente ordinaria de la calle que le daba un aura agradable o única, suficiente para interceptarlos y pedirles una fotografía. Alguna gente aceptaba otra se excusaba. Pero la gran mayoría de la gente ahí eran desconocidos o amigos suyos. Así que sabía que esa chica solamente se había cruzado con Lee el tiempo suficiente para convencerla de tal acción. Parecía apurada hacia su destino y tal vez cedió solo para sacarse a Lee de encima.

Por lo que su expresión significaba que Lee había insistido bastante y que ella era reservada con eso de ceder a un extraño de ojos grandes que le pedía una fotografía. De igual forma en algún momento determinó que esa bebida era de Starbucks, algún smottie o bebida refrescante sabor fresa o tal vez frambuesa. El símbolo se podía ver si mirabas detalladamente. Esa falda a cuadros se veía bastante bien y resaltaba sus piernas. Esa blusa ajustada y el suéter color café con una cinta amarilla eran tan...agradables de ver en ella.

Y esos ojos, de un café oscuro, pero por el ángulo de la cámara dejaba entrever un color ámbar muy sutil que encajaba perfectamente con su personalidad. Todo en ella tenía algo que no podía dejar de mirarla día con día encontrando más detalles ridículos y contemplando todo lo que la imagen le podía ofrecer. Era bastante atractiva aún con ese gesto en el rostro.

Un día luego de un par de semanas yendo a la galería, se preguntó como sería su sonrisa y si esta podría hacer brillar aún más sus ojos haciéndolos más encantadores de lo normal.

Ahí de pie enfrente de esa imagen suspiro profundamente.

Verla en esa fotografía le daba una calma y tranquilidad, como si le hubiera faltado verla en todo ese tiempo que no estuvo en la galería. Y ese día en especifico comenzó a preguntarse como sería su personalidad, como era su voz, su sonrisa o que impacto tendría si fijara sus ojos en él. Comenzó a querer y necesitar más.

Le gustaba todo lo que destilaba en esa fotografía, su físico y aquella esencia encantadora.

Su corazón se agitaba al pensar en esa extraña de la fotografía, comenzando a considerar muy seriamente en que quería conocerla. Quería verla en persona y saber si el efecto que le ocasionaba con una imagen era capaz de ejercerlo en la vida real. Contaba que fuese de esa manera.

Se asustó levemente cuando sintió alguien tocando su hombro y volteó encontrando a Lee con esa sonrisa torpe en el rostro.

―Otra vez aquí. ― Lee no era muy tonto para saber que verlo enfrente de esa imagen tanto tiempo significaba varias cosas.

Dio media vuelta y tránsito por el salón en un intento de ignorar ese gesto que Lee no quitaba de su cara. Odiaba que pudiera leerlo tan fácilmente, aunque no había sido tan discreto como quisiera, Lee merodeaba en todo el lugar así que era consciente de todo.

― ¿No quieres saber su nombre?

Se detuvo en su lugar un momento y lo observó. Era evidente que la conocía, él le había tomado la foto. De hecho, mucha gente le pedía que le mandara las fotos que tomó y Lee siempre aceptaba por que a fin de cuentas se dejaban tomar fotos sin costo. Tragó saliva al intentar preguntar al respecto, pero temiendo de como reaccionaria Lee ante eso.

Lo escuchó reír fuertemente ante la duda del Hyūga que se apreciaba en su rostro.

―Lo siento Neji, no le pregunté su nombre, tenía mucha prisa.

Neji sintió como la ligera esperanza que había crecido se esfumó, maldiciendo internamente de esa broma de mal gusto por parte de su amigo. Eso solo podía significar una cosa, que no había forma de contactarla y encontrarla. Lo único que tendría de ella era su fotografía.

Porque no existían las coincidencias y no esperaba encontrarse con ella.

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Neji acudió a la galería ante la llamada de Lee, ya que le pidió ayuda para retirar los cuadros en el muro, el tiempo de exposición había terminado y necesitaba un par de manos. Neji le ayudó a envolver las fotografías enmarcadas y cargar las cajas hacia el auto que estaba aparcado enfrente.

Un trabajo cansado pero que terminaron ágilmente, no era tanto el peso ni la cantidad, sino todo el proceso para poder conservar las fotografías en la mejor condición.

El Hyūga respiró profundamente cuando la ultima caja fue colocada en la parte trasera del auto y la cajuela se cerró de golpe. Lee se apoyó en la puerta recuperando un poco la compostura y sonriendo satisfactoriamente por la oportunidad de haber hecho su exposición ahí. Varias personas habían hablado con el para considerarlo de trabajador con ellos o para hacer sus prácticas, cosa que tenía de un humor bastante animado.

―Muero de hambre, ¿vamos por algo? Yo invito. ―Lee decidió pagar esa ayuda con algo de comida, lo cual no era un mal intercambio. Les tomó un par de horas empaquetar los cuadros y meterlos en las cajas correspondientes.

Caminaron tranquilamente entre las calles en busca de una cafetería para poder descansar un tiempo antes de ir hacia la casa de Lee y bajar cada una de las cajas nuevamente y acomodarlos adecuadamente. El Hyūga no conocía ese rumbo por lo cual no pudo sugerir alguna y lo más cercano a la galería era un puesto donde vendían burritos. Lee dijo que había visto una por ahí cada que pasaba por esas calles en auto. Luego de un par de esquinas la vieron una en la esquina de la avenida y se adentraron al lugar, escuchando como una pequeña campana anunciaba el ingreso de otro cliente.

Una canción de los noventa resonaba por debajo de las voces de las platicas de los clientes. Era un lugar bastante agradable

Neji tomó asiento en una mesa que daba una vista hasta la calle, con esos sillones continuos y populares de cafeterías retro. El menú estaba colocado en el centro y leyó rápidamente las opciones intentando decidir que pediría. Solía no complicarse con eso y pensó en una hamburguesa.

Fue consciente de como Lee se sentaba a su lado y deslizó algo en la mesa hasta su posición. El Hyūga despegó la mirada del menú, dejándolo a un lado y viendo el objeto. Una fotografía.

Y no era cualquiera, sino una versión de bolsillo de aquella foto con la que se había obsesionado las ultimas semanas. Levantó la mirada hacia su amigo, un poco avergonzado al respecto, pero poniendo su orgullo en alto.

Lee sonreía ampliamente al ver su reacción, cosa que esperaba sin dudar.

― ¿Qué es lo que pretendes con eso? ―Se puso a la defensiva.

Ciertamente se sentía expuesto sobre que Lee conociera la debilidad que esa fotografía ejercía en él, no le gustaba sentirse vulnerable de ninguna forma. Lee parecía disfrutar verlo de esa forma, se maldijo al no haber sido más disfruto con eso de la fotografía.

―Solo pensé que la querrías ¿o acaso no? ― Tocó la fotografía con el dedo índice.

La deslizó un poco hacía él para recuperarla, ya que Neji no parecía quererla. Sin embargo, el castaño detuvo su avance y con su dedo la deslizó hacía él, con un leve sonrojo en las mejillas. Lee río internamente al ver tal debilidad en el Hyūga, que se quedó viendo la fotografía individual unos segundos.

―Buenos días, ¿puedo tomar su orden? ―Una voz femenina llamó la atención de ambos, y a la par levantaron la mirada.

Neji sintió como su corazón se detuvo de golpe y la fotografía que estaba por guardar en su chaqueta cayó al suelo. La mesera vio aquello e intentó agacharse para recogerla. Neji desesperado y preso del pánico se inclinó con rapidez y la tomó, guardando la foto en su chaqueta rápidamente.

La mujer extrañada por aquella actitud frunció el ceño y repitió sus palabras.

Neji intentó guardar la calma unos segundos, recordando en respirar y sintiéndose estúpido por ese actuar tan impropio de si mismo. El siempre calculaba cada una de sus acciones y sabía cómo actuar en cada momento, siempre con esa actitud reservada que lo representaba.

Pero no contaba que aquella mesera fuera aquella chica de la fotografía.

La tenía ahí, de frente, con una camisa oscura y un mandil negro atado a su cintura, con una tableta en manos para anotar o mandar a la cocina la orden. Aún con el chongo que recogía su cabello y una expresión de cordialidad fingida, se veía jodidamente bien. Mejor de lo que había esperado.

Aunque consideró su actuar ridículo, estuvo de acuerdo que, si ella levantaba la fotografía y se veía a si misma en esa foto, lo tomaría como un completo acosador o pervertido. No era para nada esa situación, era más, ni siquiera contaba que la viera en persona.

La mujer levantó la ceja mientras lo miraba y a Lee a la par. Esperando por la respuesta a la pregunta que ya había repetido dos veces. Cuestión que parecía incomodarle de alguna forma ¿Cómo no lo haría? A nadie le gustaba que lo ignorara y más a la hora de hacer un pedido.

―Disculpe, para mi una comida del día y para él... una hamburguesa. ―Adivinó Lee debido a los años de amistad que tenían.

Ella simplemente tecleó en la Tablet y se retiró diciendo que en unos minutos vendría con su orden, apartando un mechón de su rostro. Se alejó perdiéndose en la cocina que estaba al fondo y que parecía bastante atareada porque mucha gente acudía al lugar a la hora de la comida. Vio a Lee con una sonrisa divertida en el rostro ante la expresión y haber generado un mejor resultado del que esperaba.

―Gai-sensei al ver su fotografía en la galería me dijo que la había visto antes aquí.

Aquello le dio un poco de claridad a su ser y no sabía si odiaba a Lee por hacerlo pasar por una situación como esta o si le debía tanto por haberle dado aquello que más quería en ese momento.

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Neji ingresó a la cafetería, sentándose en la barra ya que iba solo esa ocasión. La vio recibirlo con una sonrisa de reconocimiento, después de todo ya llevaba un par de semanas yendo al lugar solo para poder encontrarla, aunque solía repetirse que era por que la comida ahí era deliciosa.

Comprobó cada una de las teorías que tenía al respecto con ella y extremadamente satisfecho se dio cuenta que era mejor de lo que había pensado. Esa voz dulce al saludarlo, aquella sonrisa que le iluminaba todo el rostro. Los ademanes que realizaba con las manos y sus caderas moviéndose al caminar por el establecimiento.

Antes jamás hubiera imaginado que podría gustarle aún más de lo que ya lo hacía por medio de una simple imagen.

Se llamaba Tenten Natto y debido a la frecuencia en la cual comenzó a ir al establecimiento ella comenzó a hablarle más animadamente, en comparación de su primer encuentro que fue desastroso. Además, que el mismo Lee había hecho una presentación entre los tres dando datos generales y ella rio ante la efusividad de chico. Hablaron un rato cuando le recordó que le había tomado una otografía y le preguntó si quería un juego. Ella se negó un poco avergonzada al respecto.

Neji estuvo conmocionado esa primera vez que Lee solo pudo permanecer con una sonrisa burlona en el rostro en toda su estadía en el lugar. Las siguientes ocasiones había ido solo y se había sentado en la zona más apartada disfrutando como ella se acercaba hasta él y disfrutando por primera vez el movimiento de sus caderas al caminar. Con cada una de sus visitas al lugar fue consciente de varias cosas. Aquella sonrisa cordial, un mechón que siempre solía salirse de su lugar acariciando su mejilla y que muchas veces se contuvo para retirarlo. Sus pómulos pronunciados, sus gestos de cansancio por su jornada laboral, lo ágil que era para llevar las ordenes, las muecas de sus labios o cuando tatareaba la canción que estaba de fondo.

Neji Hyūga se sentaba en una mesa día por día, pedía un simple café o en extrañas ocasiones, cuando se citaba con Lee para comer ahí, un emparedado o unos huevos revueltos. Siempre con la misma expresión indiferente y leyendo el libro que solía llevar con él. Y cada que se retiraba dejaba una buena propina. Razón por la cual Tenten parecía alegre al verlo, o tal vez había alguna otra razón que ignoraba.

La propina era lo único que hacía para demostrar todo lo que ella le causaba en su interior. Por qué una de sus teorías fue comprobada. Al verla en la fotografía en la galería causaba un calor inexplicable en la boca de su estómago. Verla en persona desataba un mar de emociones que buscaban salir de alguna forma pero que le resultaba complicado.

Ella solía hablar con él cuando Lee estaba presente, por que su amigo era más hábil en cuestiones de relaciones humanas. Por el supo como se llamaba y solía preguntarle varias cosas. Actuaba con la iniciativa que quisiera y le agradaba venir con él por que se enteraba de cosas que él no podía preguntar directamente.

Algo que le agradó en algún momento es como ella había aprendido como le gustaba el café, negro, caliente pero no hirviendo, además que no necesitaba que lo estuvieran merodeando por saber su orden. Tenten parecía haberse adaptado a él y a su forma de ser.

Agradecía que solo ella lo atendiera, por que en las ocasiones donde alguna de las otras meseras lo hizo, parecía abrumarles su escasez de palabras, aunque intentaran sacarle la plática. En los días que ella descansaba y él asistía, viendo su ausencia, pedía su café para llevar y salía de ahí. Debía aclarar que no asistía diario, solo cuando tenía el tiempo suficiente, un par de días a la semana. Eso era suficiente.

Verla un par de horas a la semana le daba tanta calidez y quietud, como si algo encajara perfectamente en esa escasa interacción.

Lee le había insistido muchas veces que la invitara a salir. Que el realmente estaba enamorado de ella y que no podía quedarse mirándola a la distancia todo el tiempo. Hasta le había enseñado la fotografía de él mismo en la galería mientras observaba la foto de Tenten. Seguramente él la había tomado cuando se encontraba distraído. Tenía una ligera sonrisa en el rostro y aunque al inicio negó las palabras de Lee, sabía que esa mujer lo atraía de una forma que le era tan difícil contenerse.

Sabía que en algún momento intentaría algo, pero ahora, su sola presencia le abrumaba.

Aunque ya hubieran pasado unos seis meses desde que la había encontrado y frecuentaban el lugar.

Ese día Tenten se acercó a él como era costumbre con una sonrisa curiosa en el rostro. Con su uniforme bien puesto y con el rostro fresco. Tal parecía que eran sus primeras horas y le tocaba el turno de tarde. Él siempre iba en la tarde y se retiraba, si no tenía compromisos de por medio, luego de un par de horas. A veces solo rellenaba su café y otras elegia comer algo ligero.

La cafetería olía particularmente a pastel de chocolate, suponía que había salido hace poco del horno y la escuchó ofrecerle a otro cliente. Lee siempre cedía a cada uno de los postres que le ofrecía y él no era muy amante de lo dulce.

―Neji, hace unos días no te veía ¿todo bien? ― Le sorprendió un poco su pregunta al intentar indagar hacía él.

Esa actitud solía tenerla con Lee, pero últimamente no se había aparecido por el lugar, debido a que el final del semestre se acercaba y estaba dedicado a las entregas finales, esperando volver a conseguir algún tipo de exposición con la escultura que estaba formando.

Escucharla decir su nombre era bastante satisfactorio, el simplemente asintió dando una respuesta corta y pidiendo lo mismo de siempre. La vio alejarse hacia la cocina y solamente pensó que ese día se veía especialmente hermosa con ese labial rosado que resaltaba sus labios. Jamás la había visto con maquillaje y eso fue un cambio agradable. Una media cola que apartaba el cabello de su rostro.

El Hyūga siempre era observador cuando se trataba de ella, hasta el mínimo cambio. Como cada uno de sus peinados o los aretes que solía llevar. Los collares de la fotografía colgaban siempre de su cuello. Neji observó nuevamente sus labios cuando ella trajo su orden.

Y quiso pensar que ella se había puesto ese labial por él.

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¡Y si, es un Two-shot!

Originalmente esta era una idea que tuve hace tiempo que constaría de 5 capítulos perooo decicdí incluirla acá y hacer un cambio radical en el desarrollo. Terminó en dos capitulos solamente. La conclusión de la historia podrán leerla en el día 27.

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