Día 2: Bring me to life
Día 17: Superhero
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Entró el aire de la ventana provocando una corriente en la habitación, la cortina se movió en respuesta y la suave brisa acarició la espalda desnuda del hombre que descansaba boca abajo. Su rostro miraba hacia la ventana, aunque mantenía los ojos cerrados, sintiendo el viento rozando sus mejillas.
Fue consciente de una mano recorriendo su amplia espalda, tan pequeña y delicada tocando las cicatrices de esta. Casi la vio reprimir una sonrisa.
―Eso estuvo muy bien. ― La voz femenina resonó en sus espaldas.
La escuchó levantarse de la cama y caminar, buscando las prendas que habían ido dejado desde la entrada del departamento. Se sentó en el borde de la cama, sintiendo las sabanas palpando su cuerpo.
―Si me das tu número, podría mandarte mensaje o posiblemente te llame. ― La voz coqueta de la mujer dejaba en claro que le había gustado su encuentro tanto como a él.
Esa noche había decidido ir a un bar para despejar su mente de la época de mierda de la cual estaba saliendo. Un par de copas para pasar el nudo que parecía arraigado a su garganta. El hecho de ayudar era algo que lo había acompañado durante mucho tiempo, pero cuando te metías a un mundo donde la oscuridad dominaba, de alguna forma te veías afectado.
―Créeme, no quieres relacionarte conmigo.
A pesar de que esa frase tenia toda la verdad impresa, él mismo se había acercado hasta ella y le había ofrecido una copa. Escuchó el corazón contrario moverse excitado por tal acción, complacida por ser abordada por un hombre en el bar.
Tal vez no esperaba que nadie se le acercara, y el mismo seguía sorprendido, pero su presencia le había parecido... imposible de ignorar. Sus sentidos se habían fijado por completo en ella, en sus movimientos. Y en ese dulce aroma que desprendía.
―Tú fuiste el único hombre en el bar que realmente me puso atención, sin desviarse explícitamente en mi físico.
La sintió acercarse hasta su posición en la cama y darle un largo beso en los labios, que encendió nuevamente una llama en el interior masculino. Si ella seguía de esa forma volvería a desvestirla y llevar a su cama.
―Necesito irme, mañana trabajo temprano. Y quiero volver a verte... ― Se dirigió hacia la puerta. ― pronto.
Había escuchado perfectamente como tecleaba en su móvil, parecía no estar dispuesta a aceptar un no como respuesta y es algo que la hacía parecer aún más atractiva.
Instintivamente Neji Hyūga sonrió y comprendió que tendría noticias de ella en los días siguientes, aunque eso era terreno peligroso, estaba dispuesto a arriesgarse.
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Ella se le había metido hasta los codos, sin suprimirse o detenerse a las advertencias que el mismo solía hacerle en cada momento. Le había llamado un par de días después, para repetir su encuentro. La castaña había logrado estremecerlo cuando sus manos bastante astutas se colaron bajo su ropa antes de siquiera entrar a su departamento.
Lo había buscado con una urgencia sorpresiva, sus labios entremezclándose y exigiendo más del otro. Por que el mismo Neji Hyūga la había estado esperando.
Sus encuentros fueron más recurrentes e intensos, como si en ese momento donde sus cuerpos se unían el mundo se detenía y en esos momentos Neji se dejaba ir completamente, entregándose al placer que solo esa mujer podía entregarle. Y que ella parecía consciente y disfrutaba de llevarlo al límite.
Justo ahora, luego de un largo tiempo en esa dinámica corporal, ella había llevado algo para comer luego de su encuentro sexual.
―Luego de esa rutina, me entra un hambre terrible. ― Acomodó los platos en la mesa de la cocina.
Caminó encontrándose con la silla disponible y tomando asiento en la silla vacia, que se encontraba enfrente de la chica.
―Siempre es un placer pasar la noche contigo, Neji. ― Se llevó un poco de los tallarines que había llevado.
Por un momento casi se le escapa una sonrisa ante las implicaciones de tales palabras, tomó un bocado de su recipiente. Escuchó como acercaba su silla aún más hacía él.
―Eres bastante atractivo. ―Escuchó como la chica se atragantó con su propia comida, tal parecía que no había querido decir aquello en voz alta. ― Es decir, aún sigo sorprendida. Cuando nos encontramos en el bar la primera vez y aún ahora, me sigue intrigando el que seas ciego.
Neji tragó el bocado y asintió ante esa respuesta, claro que le asombraba. La gran parte de su vida era una respuesta bastante normal de escuchar. Aunque comprendía que ella lo decía en un contexto distinto.
―No tienes que lidiar con esto, Tenten. ― Habló de esto, el hecho de estar ciego, como una discapacidad, en un vago intento de hacerla reaccionar.
― Eso es lo que quisieras ¿no? ― Casi la pudo ver sonreír al otro lado
Una gran parte de él le decía que debería mantenerse al límite y alejarse de Tenten a toda costa, para mantenerla a salvo. Cuando las personas solían acercarse lo suficiente a él....
A fin de cuentas, era el diablo de Hell's Kitchen y aunque se pasaba toda su vida intentando luchar contra el mal y salvar a toda la gente posible...él salía herido de todas las formas posibles. Le habían arrebatado a mucha gente. Y el que Tenten quisiera a toda costa mantenerse a su lado hacía que su corazón se hinchara y al mismo tiempo, el miedo lo invadía.
A pesar de que sabía todo eso y que las malas experiencias eran un recordatorio constante... siempre le tomaba las llamadas y correspondía a cada uno de sus gestos. Y las noches que solía estar libre, la tenía en las noches entre esas cuatro paredes, sintiendo la calidez de su cuerpo, el sabor de su piel y ese encantador aroma atrapante que se colaba por sus fosas nasales.
No estaba siendo cauteloso, estaba permitiendo muchas cosas y una gran parte de si mismo estaba emocionado ante ese panorama.
―¿Cómo es que tienes un departamento tan bonito? ― Habló en un intento de alivianar la tensión que se hizo presente.
―Soy abogado.
La escuchó aguantar la respiración y detener los mordiscos en su boca.
―Eso es bastante...interesante. ― Su voz dejó entrever que más que sorpresa, estaba realmente fascinada ¿Quién pensaría que un hombre ciego podría ser abogado?
Tenten era una mujer bastante sencilla, de tal forma que, en algunos de sus monitoreos nocturnos por el área, había encontrado donde vivía. Un departamento sencillo, a un par de manzanas del suyo. Quiso asegurarse que llegara bien del trabajo, una vez que le informó que no podrían verse ya que saldría tarde.
La mano* había estado avanzando peligrosamente por toda la ciudad y decidió mantener un poco de atención en ella.
La chica solía alimentar a su gato al llegar del trabajo del restaurante donde era ayudante, tomaba una larga ducha y solía cantar su playlist de Spotify, el cual debía mencionar era bastante variado. Algunas noches se arreglaba las uñas y muchas otras permanecía bastante despierta mientras veía un poco de televisión. Acostarse hasta pasadas las doce de la noche. Algo bastante monótono y perfecto, tan ideal para que alguien como él perturbara esa paz. Algo que solía recriminarse siempre.
Aunque justo ahora estaba siendo bastante egoísta, en contra de lo que sabía que era correcto... la quería cerca suyo.
Por como toda su esencia misma se había colado por cada poro y célula de su cuerpo. El tono de su voz, su risa despreocupada, su largo cabello, sus labios carnosos como melocotón y el dulce aroma de su cuello. Neji empezaba a necesitar las pequeñas cosas que la compañía de Tenten le ofrecía.
―Demonios, ya es tarde. ― Tenten lo trajo a la realidad con esa frase.
Neji la escuchó levantarse e ir recolectando su ropa por todo el cuarto. Siempre era la misma dinámica. Cuando sus horarios coincidían y podían encontrarse en las noches, lo cual no era tan frecuente como el mismo quisiera. Una vez terminado el sexo, ella solía buscar su ropa, pedía un taxi y salía de ahí con la misma promesa de siempre.
Volverse a ver, pronto.
Pero esa noche ella había llevado algo de comer, alegando que siempre solía quedarse con hambre, lo cual le hacía pensar que los días donde intimaban, ella se detenía en algún lugar por algo de comer.
Neji tragó saliva y tamborileó los dedos unos segundos en la mesa pensando una sola idea que salía de sus labios sin darse cuenta.
―Puedes quedarte.
Escuchó el corazón contrario latir con violencia, haciendo eco del suyo propio.
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Levantarse aquel día con Tenten enrollando sus piernas con las suyas fue la cosa jodidamente perfecta, luego de la tormenta de la cual había salido.
Un poco de perfección en todo el caos.
Su olor al despertar estaba intensificado y justo antes de que ella pudiera despertarse, las yemas de sus dedos habían recorrido su rostro, en un intento de visualizar en su mente cada una de sus facciones. El contorno de sus labios, sus parpados terminando en unas largas pestañas, su pequeña frente y las cejas que lo enarcaban. Su nariz y sus lentas respiraciones.
Neji contuvo el aliento varios segundos para escuchar sus latidos creando esa melodía que lo tenía hechizado.
Habían decidido salido a cenar, días después de aquel despertar juntos. La velada transcurrió bastante bien, ella hablando sobre su trabajo y cosas banales de una vida tranquila que a veces Neji quisiera tener. Saliendo del restaurante decidieron caminar en el parque cercano, escuchando a los animales nocturnos ocultos entre los árboles. Parados sobre un puente que cruzaba un pequeño estanque, Neji sintió una gota tocar su mejilla. Ambos subieron la cara mirando el cielo oscuro y la luna llena presente en el manto nocturno.
El agua comenzó a caer rápidamente del cielo, chocando con ambos cuerpos. Tenten hizo ademán de caminar para intentar refugiarse en algún lugar. Neji centró su atención en la mujer enfrente suyo.
―Quédate quieta un momento.
Las gotas de lluvia impactando sobre el rostro femenino y deslizándose por su rostro comenzaron a dibujar el contorno de su rostro, de sus mejillas y sus pómulos.
Las vibraciones del agua caer del cielo e impactando con su piel le daban una clara imagen de como era ella. Por que pudo perder la visión años atrás, pero sus sentidos se habían incrementado e intensificado. Podía escuchar cosas que de forma normal ningún humano podía...casi como la ecolocalización de ciertos animales, que era una visibilidad por las vibraciones y el sonido. Además de su sonido del tacto potencializado y los reflejos que había desarrollado por su arduo entrenamiento.
Ante el mundo era un hombre ciego y discapacitado. Pero en realidad era justiciero, era Daredevil.
El agua escurriendo por sus labios, nariz y orejas. Su mano derecha se acercó hasta su rostro, recorriéndolo con los dedos y siguiendo los contornos que el agua trazaba. Aunque ya lo sabía, al verla de esa forma Neji simplemente atinó a pensar que era realmente...
―Hermosa― se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta.
Tenten sonrió avergonzada y Neji simplemente se inclinó, besándole los labios mientras la lluvia seguía cayendo hasta alcanzar el pavimento.
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Aunque su vida personal podría estar tomando un giro interesante, realmente su otra vida, la de un superhéroe, lo ponía en suficientes aprietos. Antes realmente no importaban ya que no existía alguien cercano a su vida a quien mentir y las heridas causadas por sus enfrentamientos eran fácilmente disimulables con un buen traje que solía usar en la oficina. El hecho de tener a alguien que frecuentemente lo veía sin ropa era bastante...inoportuno.
Corrió por el muro de piedra lo suficiente para impulsarse y golpear con una patada al ladrón que intentaba escapar, tirándolo al piso. Estiró su bastón y lo golpeó con ambos extremos directamente en la nariz, haciéndolo retroceder.
Dio la vuelta al escuchar los pasos acercándose a su posición y bloqueó con maestría al segundo ladrón que había dejado desarmado unos segundos. Ambos comenzaron a atacarlo y el bloqueó cada uno de sus ataques. Saltó en el aire cuando uno intentó una patada baja y giró sobre si mismo ensartando un fuerte golpe con el pie en la cara de uno, lanzándolo contra un pilar de concreto.
Convirtió su bastón en un nunchaku que maniobró perfectamente en sus manos y acertó varios golpes decisivos en el contrincante, dejándolo incapacitado. Recuperó el dinero robado a la mini tienda y la devolvió al hombre asustado que atendía.
Esa noche había frustrado un robo en proceso, algo bastante mínimo y por lo cual no presentaba heridas aparentes. Tiro su cable retráctil para balancearse por los tejados en su rutina diaria cuando no estaba con Tenten.
La inoportunidad en tener una vida sexual activa con Tenten es que quedaban en evidencia los golpes o moretones ocasionados en sus luchas callejeras. Recordó que la primera vez que le vio un moretón en el brazo, asustada había preguntado al respecto. Una excusa tan estúpida como "tropecé" no serviría, no con ella. Por lo cual simplemente dijo que como abogado que luchaba por las causas inocentes o humildes contra personas importantes, se había ganado varios enemigos, que buscaban de alguna forma lastimarlo.
Ante eso Tenten simplemente había quedado en silencio.
―Por eso querías que no me relacionara contigo.
Si y no, pensó en ese momento, pero el problema es el daño que podría recibir si alguno de sus enemigos, enlazaban sus dos vidas y la encontraban a ella entre las dos. Él había asentido, aunque no sabía si decía la verdad o era la verdad a medias. Sin embargo, cuando sufría heridas más severas, como sus luchas con Kingpin eran brutales y presentaba heridas que tenía que suturar o donde detener el sangrado. Ante eso, él solía desaparecer un tiempo, alegando que tendría un viaje de negocios. Ella jamás preguntaba más y él no daba más detalles.
Le agradaba que Tenten no hiciera más preguntas innecesarias.
Desaparecía el tiempo suficiente para que la herida sanara por completo, ya que a su regreso ella solía mostrarme bastante efusiva. Tenten misma solía ausentarse de vez en cuando, en momentos donde su trabajo lo requería.
Regresó a su casa dándose una larga ducha cuando su sistema auditivo no captó ninguna alteración extraña. Curiosamente al salir de la ducha su teléfono vibró y respondió, escuchando a Tenten anunciando que iría a su casa. Había llevado un poco de comida y hablaron sobre sus cuestiones laborales, cosas sin importancia.
Las cortinas corridas para que las amplias ventanas permitieran la entrada de aire, un momento en paz, uno perfecto en lo cual sus dos vidas, pensó, encajaban perfectamente.
Le propuso a Tenten ir a la azotea para admirar la amplia luna que iluminaba el manto oscuro de la noche, subieron los escalones lentamente. Neji con ayuda de su bastón y con los lentes que habitualmente solía usar. Objetos que demostraban que tan vulnerable era.
Tenten sonrió al ver la luna, encima suyo y comenzó a hablar sobre algún mito que envolvía a la luna. Neji entonces lo sintió, como su oído se agudizaba y se movió con la rapidez suficiente para cubrir a Tenten con su cuerpo. Vio como poco a poco varios hombres de la mano aparecían en la azotea.
La Mano pero ¿Cómo demonios lo habían encontrado? ¿Acaso no había sido cauteloso? Siempre cuidaba cada acción que realizaba, como lo hacía y donde estaba parado. Cada detalle y ahora ¿algo se le había escapado? Fue consciente de los hombres que iban llegando, 10, 12, 15, eran más de veinte. Tragó saliva mientras se levantaba ayudando a Tenten a hacer lo mismo. Se colocó enfrente de ella y dudó.
¿Qué debía hacer? Podría estar en una extraña relación, pero jamás le había mencionado nada de la otra parte de su vida. Y justo debía sacarla de ahí lo antes posible, lo cual no sería nada fácil considerando de quien se trataba. Intentó pensar con rapidez, alguna forma de salir de esa. No existían muchas posibilidades. Tenía que tomar una decisión.
¿Actuar o no hacerlo? Y por supuesto ¿Qué efectos traería cada una de esas decisiones? Su corazón latiendo con fuerza. Ese momento fue suficiente para que esos hombres los rodeaban.
Escuchó a Tenten nerviosa atrás suyo y supo inmediatamente que haría cualquier cosa para protegerla, aunque eso significara alejarla definitivamente. Estaban rodeados y debía actuar. Apretó la nunchaku en su mano y respiró profundamente, preparándose para lo inevitable.
Un grito a su espalda lo alertó y Tenten había sido sujetada para separarlos. La ira embriagó con fuerza el cuerpo masculino y se colocó en fase defensiva para destruir a cada uno de esos que se atreviera a tocarla.
Él la protegería a costa de cualquier cosa.
Se movió con rapidez justa para golpear con fuerza a ese agente de la Mano y su golpe se detuvo a punto de impactarse. Fue consciente por las vibraciones del suelo. Como Tenten propinó un par de golpes rápidos, haciendo desvanecerse a dos hombres de esos seres sombríos. Golpeando a uno en un rápido movimiento, haciendo una llave usando su propio peso para estrellar en el piso al segundo de ellos.
Neji se quedó en su sitio unos segundos, reaccionó cuando uno de aquellos ninjas se acercó hacía él con rapidez, lo interceptó limpiamente, encontrándolo con su puño y haciéndolo desaparecer. Los enemigos se precipitaban como terrible tormenta, que alcanzaba con su bastón y movimientos casi inhumanos, sus adversarios le repelían rechazando sus ataques y contratacaban con más fuerza.
Neji esquivaba, giraba y transformando su arma como una extensión de su cuerpo, intentando concentrar su atención en ella, en que estuviera bien, envuelto en cierta incertidumbre y desconcertante sorpresa. Escuchó el metal desenfundarse y le preocupó de sobremanera.
Fue acorralado de tal forma que varios golpes lograron acertarle, bloqueando el ultimo de ellos e iniciando un contrataque. Convirtió su arma en nunchaku y comenzó a destinar una gran cantidad de golpes al resto de agentes de la mano que quedaban de pie y habían sido lo suficientemente rápidos para atacar. Saltando hacia atrás y girando lanzando su bastón oscilando para golpeara a cada uno de los hombres que los rodeaban.
Cuando el ultimo de los hombres de su lado desapareció, se giró como si quisiera verla, se movió con rapidez hacia Tenten, buscando asegurarse que estuviera bien, ella pareció efectuar una llave y acabar con el ultimo agente entre sus manos.
Neji Hyūga exhaló profundamente mientras lograba sentirla, retirando los mechones de su rostro y observaba con suma confusión a la mujer que, de igual forma, intentaba recuperar la respiración. Escuchó nuevamente el metal y casi podía imaginar como ella la limpiaba con su propia ropa, tal vez deshaciéndose de la sangre. ¿Acaso tenía un cuchillo con ella todo el tiempo? ¿estaba practicando algún tipo de artes marciales? ¿Qué demonios es lo que había sucedido? Nada tenia ni pies ni cabeza, la confusión abriéndose pasa aún más, carcomiendo su interior.
Pero el Hyūga no tenía forma de preguntar aquello que estaba carcomiendo su interior.
Dio unos pasos hasta ella con la garganta seca y escuchando como parecía guardar algo metálico.
―Siempre he sabido quien eres. ― Habló la fémina, sorprendiéndolo. ― No se necesita demasiado para deducirlo. Solo había que unir un par de cosas
El corazón de Neji se detuvo ¿Qué es lo que acababa de decir? ¿ella sabía que Neji era...? Imposible, tal vez esta jugando para medir sus reacciones. Intentó negarlo o hacerse el desentendido pero ninguna palabra salió de su boca.
―Quien imaginaría que tú eras... ― Dejó la frase al aire. ― Yo misma no terminé de creérmelo hasta un par de días después.
Un golpe fuerte a su pecho y una confusión contundente abriéndose paso.
―¿Quién eres? ― Aquella frase se le escapó.
Tenten caminó un par de pasos hasta acercarse lo suficiente y tomar el rostro de Neji entre sus manos, acariciando su piel.
―No soy la chica indefensa que tienes que vigilar en las noches, Neji. ―Palideció al entender que había sido descubierto.
Sintió el calor de su cuerpo acercándose hasta él y los labios femeninos rozaron el lóbulo de su oreja, erizando así su piel.
―Ambos hemos ocultado cosas. ― Tenten guardó sus sais entre su ropa y luego simplemente sonrió, a pesar de que sabía que no podía ser vista. ― Procuremos no mentirnos de ahora en adelante. ― Se quedó un momento en silencio.
Esperando por alguna señal del hombre conmocionado enfrente suyo, ya que por cuestiones suyas no había notado las señales evidentes que el mismo cometía. Además, Tenten había sido bastante cautelosa e inocente.
Si lograba verlo como su alter-ego o heroína, sabría sin dudar que era ella, con esos sentidos sobrehumanos. Él conocía perfectamente sus latidos, su respiración y su olor. La reconocería, por lo cual se había mantenido al margen.
―Soy Elecktra.... Y tú debes ser Daredevil.
Neji simplemente sonrió.
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Ok, diganme que no soy la única que ha imaginado a Neji como ciego... yo necesitaba manejarlo en un mundo donde esto fuera posible pero que a pesar de eso destacara. Me pareció que meterlos en estos papeles era algo sumamente perfecto.
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